1 COMO RESPONDER A LA PROFECIA PERSONAL – PARTE 1 Por Profeta Cliff Bell © 2012 DESARROLLANDO UNA ACTITUD BÍBLICA HACIA LA PROFECIA PERSONAL En el Cuerpo de Cristo hay todavía mucha ignorancia y conceptos erróneos en cuanto al ministerio profético y la profecía personal. Para el que tiene oído que oiga, el Espíritu Santo quiere madurar el ministerio profético en Su Iglesia. No solamente quiere que Sus hijos Le escuchen, sino que sepan cómo responder correctamente para que la voluntad de Dios se cumpla aquí en la tierra. Sin embargo, ningún ministerio ni ningún cristiano puede madurarse si no tiene un fundamento bíblico para lo que hace. Uno de los problemas principales que he visto es que demasiados cristianos forman sus creencias sobre una experiencia impactante, sobre las palabras de un predicador o de un artista famoso en vez de lo que dice la Palabra de Dios. Nunca se les ocurre ser como los bereanos quienes escudriñaron las Escrituras diariamente para ver si lo que el Apóstol Pablo predicaba era la verdad (Hechos 17:11). Es triste que el elemento del Cuerpo de Cristo que se identifica como “cristianos apostólicos y proféticos” muchas veces es el menos disciplinado en estudiar la Palabra de Dios por sí mismo. Eso tiene que cambiar. Hay muchas enseñanzas falsas con relación a la profecía personal que algunos han aceptado simplemente porque suenan bien; sin embargo, no tienen fundamento bíblico. Una de estas enseñanzas falsas dice que si una profecía no es de Dios, no se puede cumplir; y si es de Dios se cumplirá, y que no importa cómo respondamos o qué hagamos. Este tipo de actitud fatalista no es bíblica. Al contrario, en las Sagradas Escrituras vemos que la forma en que respondemos a Dios siempre determina el resultado. La pasividad nunca es una respuesta correcta a Dios. EL PROPÓSITO DE LA PROFECÍA PERSONAL Sabemos que las palabras de Dios son espíritu y son vida (Juan 6:63). Cristo vino para darnos vida abundante (Juan 10:10) y para testificar de la verdad (Juan 18:37). El vino a reconciliarnos con Dios y nos ha encargado el seguimiento de ese ministerio de la reconciliación (2 Cor. 5:18). Las palabras proféticas a nosotros tienen estas mismas metas. 1ª de Corintios 14:3 nos revela que el don de la profecía es para la edificación, la exhortación y la consolación. 1ª de Corintios 12:7 dice que los dones (incluso la profecía) son dados a cada uno “para provecho.” Si una palabra verdaderamente es de Dios, es de provecho, tendrá un fin positivo. Una sola palabra de Dios puede impartir vida y desatar el poder de Dios a nuestro favor. Un ministro, amigo mío, me ha dicho varias veces que una sola profecía que yo le di hace unos años, le cambió su vida y su ministerio tremendamente para bien. ¡Gracias a Dios! Yo podría contarle cientos de testimonios parecidos. Sin embargo, en la Biblia leemos de muchas profecías verdaderas dadas por profetas verdaderos que no se cumplieron en la forma indicada porque la persona que la recibió no respondió correctamente. Algunas de estas profecías fueron dadas directamente por Dios mismo. Hebreos 4:2 nos enseña la importancia de responder a la palabra de Dios con fe. Refiriendo a la generación de hebreos que salieron de Egipto y la promesa profética que les fue dada de poseer la Tierra Prometida dice “no les aprovechó oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” Su incredulidad y falta de obediencia impidió el cumplimiento de la profecía que 2 Dios mismo les dio. En este caso la palabra no fue cancelada completamente, sino que fue transferida a la próxima generación que creyó y poseyó la tierra. SE REQUIERE CREER Y ACTUAR EN OBEDIENCIA Los hebreos que poseyeron la Tierra Prometida no solamente tuvieron que creer con el corazón – tuvieron que tomar pasos, vestirse para la guerra, tomar sus armas en sus manos y enfrentar a los gigantes de Canaán. Dios les había dicho en muchas ocasiones que Canaán era la tierra que Él les estaba dando como herencia y entregando a sus manos. Sin embargo ellos tuvieron que hacer más que orar, más que creer; ¡tuvieron que actuar! Cuando ellos actuaron en fe y en obediencia, Jehová peleaba por Israel (Josué 10:14) para realizar el cumplimiento. SOMOS HUMANOS – VAMOS A COMETER ERRORES Nuestra familia tiene una vajilla de gres. Es una vajilla bonita y a mi esposa le gusta usarla cuando cenamos. El problema es que aunque somos cuidadosos con los platos, cada vez que los usamos estamos arriesgando romper un plato. Cuanto más se usan, más riesgo ha sido creado. Somos una familia de ocho personas, y los hijos ayudan con la tarea de lavar los platos. Por la gracia de Dios hemos perdido muy pocos platos – pero sí habido pérdidas en los últimos 23 años. Así es con los dones del Espíritu y la profecía. Cada vez que usamos nuestros dones estamos corriendo un riesgo de equivocarnos porque somos hechos de barro. La vajilla es de gres – más fuerte que el barro. ¡Imagínese usted cuántos más platos se hubieran roto si fueran hecho de barro! 2ª Corintios 4, versos 6 y 7 nos enseña que todos nosotros somos vasos de barro. Todos, aun los más espirituales y maduros, fallamos, nos equivocamos de vez en cuando. Nuestras intenciones buenas, nuestros años de experiencia y nuestras victorias previas no son suficientes para evitar siempre un error. La falta de experiencia, la inmadurez y falta de conocimiento de la Palabra de Dios casi garantiza que habrá aspectos problemáticos con la ministración profética. Dios nos habla perfectamente bien, pero nosotros como vasos de barro a veces escuchamos mal, malinterpretamos lo que Dios ha dicho, o no transmitimos bien el mensaje. Hay muchos que piensan que han escuchado de Dios pero la verdad es que están proclamando sus propias convicciones no inspiradas, sus buenos deseos, o de su propia imaginación - y pueden dejar desastres grandes tras ellos. EL VASO DE BARRO QUE SIRVE AGUA VIVA ¿Ha tomado usted agua que ha sido reservado en una jarra de barro? Los que han experimentado esto pueden testificar que el sabor del barro penetra y afecta el sabor del agua. Piensa usted por un momento acerca de esta ilustración bíblica en relación a la ministración profética. Cristo dijo que correrá de nuestro interior (nuestro espíritu) ríos de agua viva (Juan 7:38). Esta agua viva se refiere a la ministración de los dones espirituales. Lo que recibimos (percibimos, escuchamos o veamos) de Dios viene originalmente de la inspiración del Espíritu Santo a nuestro espíritu humano redimido. El problema es que antes que podamos declarar o profetizar lo que hemos recibido, esa información pasa primero por nuestra mente de barro – porque la mente controla la boca. El vaso de barro se refiere a nuestra alma (intelecto, voluntad y nuestras emociones) y cuerpo. Nuestro espíritu es perfeccionado en un instante cuando recibimos la salvación. Pero nuestra alma no es perfeccionada en un instante. Nuestra alma tiene que entrar en un proceso de renovación por la Palabra de Dios para madurar y perfeccionarse poco a poco. Imagínese por un 3 momento todo lo que está en el alma de alguien que podría afectar la palabra profética... nuestra personalidad, nuestro entendimiento natural, nuestra educación, las experiencias pasadas, nuestros prejuicios, nuestras heridas, nuestro vocabulario, nuestras motivaciones (sean buenas o malas), nuestro carácter (o falta de carácter), etc. etc. LA MENTE – UN FILTRO LIMPIO O CONTAMINADO La mente de la persona que profetiza sirve como un filtro. Si es que conoce bien la Biblia y entiende bien el propósito de Dios la mente puede ser de provecho, ayudándole a ministrar con sabiduría y a mantener orden. Si es que no conoce bien la Biblia, si no entiende el propósito de Dios, entonces su mente puede ser como un filtro contaminado que estorbe y contamina el fluir del agua. Por ejemplo, si uno no entiende la misericordia y el amor de Dios, si no entiende que Dios quiere reconciliar y restaurar, puede usar el don de discernimiento de espíritus para identificar correctamente un área de falla en la vida de alguien. En vez de ministrarle una palabra que le ayude a superar ese enemigo de su alma, le puede profetizar rechazo, condenación y humillarle en frente de todos. Es un poco temeroso, ¿no es verdad? Todos los elementos negativos en nuestra alma puede distorsionar, torcer, mal interpretar, o cambiar la palabra. Aun si las palabras que usamos salen correctamente, si nuestra actitud con que ministramos está fea, puede comunicar el mensaje incorrecto. Por eso, cuando nos atrevemos a ministrar proféticamente, tenemos que asegurarnos de que estamos limpios delante del Señor, sujetos a Su Palabra y bajo una cobertura espiritual apropiada. De hecho, en la Red Global Christian International creemos fuertemente en la rendición de cuentas a nuestros líderes. Además grabamos toda profecía personal para que no haya lugar a duda por lo que ha sido profetizado. EL ESTILO DE LA PERSONA QUE PROFETIZA A mí me gustan los mariscos. Pero a veces se tiene que comer con mucho cuidado un filete de pescado a causa de las espinas que pueden estar presentes. En la misma manera, el Apóstol Pablo supo que el elemento humano podría introducir errores y confusión a la ministración profética. Por eso nos exhortó diciendo, “No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo, retened lo bueno” (1ª Tes. 5:20,21). O sea, tenemos una responsabilidad de juzgar la palabra para determinar su veracidad, para discernir si es de Dios y para identificar cualquier elemento de la profecía que pueda ser del hombre o hasta de un espíritu engañador. VEMOS POR ESPEJO, OSCURAMENTE 1ª Corintios 13, verso 12 nos revela que a nuestro mejor, “vemos por espejo, oscuramente.” A veces la relevación que Dios nos da viene con mayor claridad, y a veces no. Hay tiempos cuando Dios solo nos da una impresión ligera o una visión que no es muy clara. Tenemos que usar las palabras “así dice el Señor” con cuidado y con el temor de Dios. Si la revelación le viene de una forma menos clara (como una impresión leve) es mejor primero decir algo como, “esto es lo que estoy percibiendo” y simplemente contarles lo que haya percibido sin echar la culpa a Dios. Si es de Dios, será evidente en tiempo. Si no lo fue, el echar la culpa a 4 Dios no hubiera ayudado. Tenemos que ser más humildes y más responsables con los dones que Dios nos ha dado para usarlos conforme a Su voluntad y propósito. EXAMINADLO TODO, RETENED LO BUENO Toda relevación necesita ser juzgada con la “palabra profética más segura” que es la Santa Biblia. Nunca debemos recibir profecías de una manera tan fatalista, o corremos el riesgo de ser engañados. Cada palabra profética puede contener “espinas” como el filete del pescado, pero vale la pena examinarla y sacar los elementos dudables o erróneos para poder retener lo bueno, lo nutritivo, lo provechoso, y aprovechar de la palabra de Dios para nuestras vidas. Cada cocinero tiene su estilo favorito de preparar un platillo. Algunos usan pocos condimentos mientras otros bañan un filete de pescado en una salsa picante (chile o ahí) al grado que provoca lágrimas al comerlo. En la gastronomía mexicana, los condimentos pueden ser potentes y picosos al grado que ni puede discernir el sabor del pescado. Así es con la profecía también. El estilo de ministrar una profecía puede variar mucho. Algunos son súper tranquilos mientras que otros gritan y ministran de una forma dramática. Cuando recibimos una profecía tenemos que discernir cuánto fue la profecía actual y cuanto fue la emoción o el estilo de la persona. A mí me gusta el chile (ahí) en la comida, pero en la ministración profética tenemos que usar la receta que Dios indica si vamos a representarle bien. Un chef bueno sabe que el platillo no es para él mismo, sino para la persona que le pagó cocinar por él. Tenemos que asegurar que estamos sirviendo la profecía de una forma que ellos pueden disfrutar y entender el mensaje que Dios quiere comunicarles sin distracción. Cuando alguien nos profetiza, tenemos que mantener el equilibrio entre juzgar la palabra y no ser engañados, y a la vez responder con fe y creerla para poder prosperar (2ª Crónicas 20:20). ¿Cómo podemos juzgar la profecía sin menospreciarla? ¿Cuál es la naturaleza de la profecía personal? ¿Cómo podemos asegurar que estamos respondiendo bien a Dios y cooperando con El para ver el cumplimiento de nuestra profecía? ¿Cuáles cosas en nuestras vidas pueden impedir o tardar el cumplimiento? ¿Cómo podemos apurar el cumplimiento de nuestra profecía personal? Voy a responder a esas preguntas y mas en la continuación de esta enseñanza en mi próxima nota. CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 2 Entendiendo la Naturaleza de la Profecía Personal Por Profeta Cliff Bell © 2012 Esta es la segunda de tres partes de la enseñanza acerca de cómo responder a una profecía personal. La primera parte se trató de cuál es una actitud bíblica que debamos tener con respecto a las profecías personales. Aprendimos cómo el elemento humano puede introducir errores a la profecía. Por causa de ese elemento humano involucrado en la profecía somos mandados a tomar responsabilidad a juzgar las profecías, examinándolas bien y reteniendo lo bueno (1ª Corintios 14:29; 1ª Tesalonicenses 5:19-21) 2ª Crónicas 20:20 dice: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados” 5 La Nueva Versión Internacional lo dice de esta manera: “¡Confíen en el SEÑOR, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!” Todos queremos que nuestro camino prospere y quiere tener éxito. Confiamos en la Palabra de Dios. Pero tomando en cuenta el elemento humano en la profecía y la posibilidad de errores también necesitamos juzgar toda profecía, ¿Cómo podemos mantener el equilibrio entre creer la profecía y también juzgarla? No queremos volver sospechosos y críticos, pero tenemos que ser discernidos y usar la sabiduría. Para poder apreciar la profecía personal y responder correctamente necesitamos entender las tres cualidades de la naturaleza de la profecía personal. Aquí explicaré brevemente estas tres cualidades: 1) LA PROFECÍA PERSONAL, ES PARCIAL. … “porque en parte conocemos y en parte profetizamos. …vemos por espejo, oscuramente”. (1ª Cor. 13:9, 12). Aun las profecías muy exactas son revelación parciales. Ninguna profecía personal nos podrá dar el cuadro completo. Dios no nos explica todo porque El requiere nuestra fe y dependencia en El (Romanos 1:17). Dios quiere que conozcamos Su Palabra en la Escritura y que pongamos nuestra atención y confianza ahí primero. La profecía personal nunca nos fue dada para tomar el lugar de nuestra responsabilidad de conocer lo que nos ha dicho en las Escrituras o de buscar a Dios por nosotros mismos. Romanos 8:14 dice – “porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son los hijos de Dios.” El Espíritu Santo vino a hablarnos, a enseñarnos, a hacernos saber la voluntad del Padre (Juan 16:13-15). Si nosotros estamos sinceramente buscando a Dios por Su voluntad, Él no nos negará la revelación y dirección que necesitamos para poder obedecerle y seguir en Su plan por nuestras vidas. Piénsalo – Jesús dio Su vida por nosotros; ¡nos ama más que a Su propia vida! Podemos confiar en Su amor, en Su bondad y en Su tiempo perfecto. Podemos confiar que Él será fiel para causar que todas las cosas para nuestro bien si amamos a Dios (Romanos 8:28). “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”- Romanos 8:31-32 2) LA PROFECÍA PERSONAL, ES PROGRESIVA. Dios no nos enseña toda la trayectoria de nuestras vidas de una vez. No nos da un mapa mostrando cada ruta y detalle del camino. Dios nos da lo que necesitamos hoy, suficiente para dar el próximo paso. Gracias a Dios, si somos fieles con lo que tenemos, El nos puede dar más. Dios mandó a Abram a salir de la tierra de su parentela sin decirle cuál era su destino(Génesis 12). Abram tuvo que confiar en la dirección progresiva de Dios y comenzar a caminar. Dios mandó a Felipe levantarse e ir por cierto camino en el desierto sin revelarse el por qué. Felipe tuvo que obedecer a Dios y confiar en Su dirección progresiva para encontrarse en el lugar correcto en el tiempo correcto y poder guiar al etíope a la salvación. (Hechos 8:26-39) 6 Dios requiere que vivamos por fe todos los días (Hebreos 11:6). Dios nos da el maná de “cada día”, no maná de cada año. Salmo 119:105 dice – “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” ¿Puede usted imaginarse en un camino oscuro llevando una linterna antigua? La linterna alumbra el camino, pero no el camino entero, solo lo suficiente para dar un paso más. Cuando usted hace otro paso hacia adelante, la luz alumbra el siguiente paso. Así es con la profecía personal. Muchos siguen a los profetas de un congreso a otro buscando una y otra ministración profética. Dios les ha dado ya mucha dirección, pero si no obedecen lo que Dios ya les haya dicho, ¿porqué pensamos que Dios nos dirá más? Somos responsables por lo que Dios ya nos haya dicho o revelado y necesitamos poner en práctica lo que ya sabemos. 3) LA PROFECÍA PERSONAL, ES CONDICIONAL – no importa si las condiciones están especificadas dentro de la profecía o no. Hay muchos ejemplos bíblicos de profecías verdaderas que no se cumplieron tal como fue declarado por causa de la manera en la cual la persona respondió a la palabra. Unos ejemplos son: Moisés no entró a Canaán como le fue profetizado por causa de su desobediencia (Éxodo 3; Deut. 34:4,5). Interesantemente, esta profecía vino directamente por la boca de Dios y no por medio de un siervo humano. ¡Dios no se equivocó! La razón por la cual no se cumplió esta profecía no era por causa del Mensajero. No se cumplió porque Moisés desobedeció. La profecía que Dios habló a Samuel para entregar a Saúl hubiera establecido la simiente de Saúl sobre el trono de Israel por siempre. Por causa de la rebelión de Saúl esa profecía fue transferida a David. (1ª Samuel 13:13,14) Lo mismo es verdad en una forma positiva. La destrucción de Nínive fue tardada, y no se cumplió en el tiempo indicada en la profecía dada por el Profeta Jonás (“40 días”). ¿Por qué? Los ciudadanos de Nínive se arrepintieron y Dios les tuvo misericordia, y cambió Su plan (Jonás 3:6-10). Las profecías no se cumplirán simplemente porque es la voluntad de Dios y porque ha sido profetizado. Tenemos una responsabilidad de cooperar con Dios, vivir en fe y en obediencia. La voluntad de Dios no se cumpla simplemente porque es la voluntad de Dios. Dios quiere que todos sean salvos – pues Cristo se murió y pagó el precio de los pecados de todo el mundo (Juan 3:16, 2ª Pedro 3:9). Sin embargo, miles se mueren sin Cristo cada día. ¿Por qué? Algunos no vienen a la salvación porque los cristianos no hemos hecho nuestro trabajo de compartir con ellos las Buenas Nuevas. Otros no vienen a la salvación porque cuando escuchan las Buenas Nuevas no la crean o no responden con fe y obediencia. No crea usted que la voluntad de Dios se cumplirá en su vida sin que usted tome su responsabilidad a cooperar con Dios. Si usted tiene llamado al ministerio tendrá que dedicarse a preparar para ese ministerio, al estudio bíblico, a la oración, y comenzar a servir en las áreas que se presenten. Si Dios le ha dicho en una profecía que tiene llamado a ser un empresario, tendrá que prepararse, tendrá que hacer pasos, correr riesgos. Si Dios le haya dicho que le va prosperar 7 con millones de dólares, tendrá que ser un buen mayordomo con los 10 dólares que tiene. El que es fiel con lo poco, le será dado más (Mateo 25:23). Amado lector, la tercera parte de esta enseñanza tendrá una lista de cosas que usted puede hacer para responder a sus profecías personales. Se me alargó la enseñanza y tuve que dividirla en tres partes. … CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 3 Puntos Prácticos para ver el Cumplimiento Por Profeta Cliff Bell © 2012 Esta es la tercera parte de tres enseñanzas acerca de cómo responder a la profecía personal. En esta última parte vamos a descubrir cómo podemos responder positivamente a una profecía personal para ver el cumplimiento. Lo que sigue son unos pasos prácticos que usted pueda implementar: 1) ESCRIBA LA PROFECÍA SOBRE UN PAPEL (HABACUC 2:2). Ayuda mucho si la profecía está grabada para poder transcribir la profecía de una forma exacta. Si no está grabada la profecía, entonces recordamos solamente una porción – y tenemos la tendencia de oír lo que queremos y no necesariamente lo que Dios quiso decirnos. Además, tenemos la tendencia de aplicar y acomodar la profecía según nuestro gusto – y eso puede ser peligroso. Si alguien le profetice a usted que Dios le dará el deseo de su corazón, será un deseo que está de acuerdo con Su voluntad y las Santas Escrituras. Una vez una mujer recibió precisamente esa palabra como parte de su profecía personal. Ella interpretó que Dios le iba dar su pastor a ella como esposo porque eso era un deseo suyo. ¡El problema era que su pastor ya estaba casado! Yo creo que Dios hacía una referencia a otro deseo – uno que estaría de acuerdo con los principios bíblicos. Cuando transcribimos la profecía, nos ayuda porque remueve la voz y la personalidad de la persona que le profetizó. Se puede ver entonces la profecía sola e identificar qué precisamente fue declarado. 2) JUZGUE LA PALABRA CONFORME A PRINCIPIOS BÍBLICOS Y EL TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO: Recuerda que toda profecía está sujeta a la Verdad establecida en las Sagradas Escrituras (2ª Timoteo 3:16; Gálatas 1:8). Dios no se contradice. Dios nunca le va dar instrucción a divorciarse de su cónyuge porque ya estableció “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:6). Dios no le va instruir a difamar a otros ni a dividir una congregación para lanzar su propio ministerio (Efesios 4:1-3). Dios nos ha mandado honrar a los que están en autoridad y a buscar la paz con todos cuanto sea posible (2ª Timoteo 2:1-3; Romanos 12:18). Si tenemos un desacuerdo legítimo, podemos ponernos de acuerdo que no estamos de acuerdo tal como lo hicieron Pablo y Bernabé sin causar daños a la Iglesia de Jesucristo (Hechos 15:36-41). Cristo quiere edificar a Su Iglesia, no dividirla (Mateo 16:18). 8 Normalmente el testimonio del Espíritu Santo viene en forma de una paz interior. Puede ser que su mente tiene todavía preguntas y no sabe cómo se pueda cumplir la profecía, pero en su interior usted sabe inexplicablemente que es la voluntad de Dios y que Dios le dará la oportunidad y la provisión necesaria para ver el cumplimiento. El mismo Espíritu que da testimonio a su espíritu de que usted es un hijo de Dios le puede dar testimonio de la palabra es de Dios o no. (Rom. 8:16, Juan 14:26). Hace como quince años atrás, Dios dio a mi esposa y a mí una profecía diciendo que nos daría una casa propia. La profecía fue confirmada por otras profecías. No sabíamos cómo se podía cumplirse, pues en lo natural no hubo manera. No obstante, sabíamos sin duda que si seguíamos viviendo en fe y en obediencia, Dios lo haría posible. Por fin, hace un poco más de diez años sabíamos que se acercaba el tiempo. Interesantemente nuestras circunstancias naturales estaban aun menos favorables para ver el cumplimiento. Seguimos orando, guerreando e hicimos pasos de fe. Oramos juntos como familia. Dios nos dio dirección específica, y a pesar de las circunstancias comenzamos a hacer pasos de fe. En enero de 2002 firmamos los documentos y entramos a la casa en la cual ahora vivimos. Por medio de una serie de milagros Dios hizo posible lo imposible y cumplió Su promesa profética. UNA PALABRA DE EQUILIBRIO: No es suficiente tener solo un buen sentir acerca de una profecía. Toda profecía está sujeta a los principios de las Escrituras. Los quienes no viven en obediencia a los mandamientos que Dios nos ha dado en las Escrituras no están posicionados a recibir el favor de Dios. Por ejemplo, una de las cosas más básicas para recibir el favor de Dios en nuestras finanzas es el diezmar y ofrendar con fidelidad, gratitud y alegría (Malaquías 3:8-12; 2ª Corintios 9:6-12; Mateo 23:23). El que no lo hace no tiene derecho de anticipar la bendición de Dios sobre su vida. Todas las promesas de Dios son condicionales. Si Dios haya mandado a una persona a hacer algo y esa persona sigue en un patrón de desobediencia entonces esa persona será vulnerable a un espíritu de auto-engaño(Santiago 1:22). Tenemos que recordar que la profecía personal no niega la necesidad de consejo y cobertura pastoral (Hebreos 13:7-9, 17; Deuteronomio 19:15). Además, el hecho de que hemos recibido una palabra verdadera del Señor no es una licencia para regresar a casa como un independiente sintiéndonos superiores espiritualmente. Profecía personal es solamente un método de que podemos conocer la voluntad de Dios. El consejo pastoral es otro método verdadero y necesario y los dos métodos deben de complementar el uno al otro y de fluir juntos. Nuestros pastores nos pueden ayudar a analizar nuestras vidas para identificar áreas en nuestras vidas que puedan bloquear o tardar el cumplimiento. Nuestros pastores también nos pueden ayudar a identificar en dónde estamos con relación al cumplimiento y las cosas que podamos hacer para apurar el cumplimiento. Puede ser que la profecía se refiere al Capítulo Nueve de su vida mientras que usted está viviendo todavía en el Capítulo Tres. La mayoría de las veces nosotros pensamos que estamos mejor posicionados delante de Dios que lo que es la verdad. He conocido a personas quienes pensaban que estaban lo suficiente maduros para ser lanzados a un ministerio profético mientras que sus matrimonios y hogares estaban en desorden. Conocí a una persona una vez que esperaba que Dios le regalara una empresa propia sin hacer ningún esfuerzo. Mientras tanto no diezmaba, no ofrendaba, malgastaba lo que sí tenía consumiendo toda la semilla que Dios le había dado. Un granjero sabio entiende que no puede comer su semilla y esperar una cosecha el siguiente año. Ese hombre sigue esperando y viviendo en la misma pobreza y situación desesperante que antes. 9 3) MEDITE SOBRE LA PALABRA Y PIDE QUE EL ESPÍRITU SANTO LE AYUDE A PROBAR, ENTENDER, INTERPRETAR Y APLICAR LA PALABRA. (Josué 1:8; Juan 14:26 y 16:13) Si es que Dios le habló por medio de una profecía o por medio de un sueño o una visión, Dios no está tratando de provocarle confusión. El mismo Espíritu Santo que habló por medio de la profecía le quiere ayudar a entender la profecía si Le pide. Juan 14:26 dice que parte del trabajo del Espíritu Santo es enseñarnos todas las cosas. Nuestro Maestro le ayudará si Le pide más aclaración. Si hay términos que usted no entiende, ayuda si puede preguntar a la persona que le profetizó qué es lo que sintió y a qué se refería. Algunos cristianos utilizan ciertos términos para hacer referencia a cosas diferentes. Si uno recibe una profecía que dice que tiene una “unción profética,” no necesariamente significa que la persona estaba indicando que hay un llamado a ser un profeta. 1ª Corintios 14:31 indica que todos podemos profetizar, pero eso no significa que todos somos o seremos profetas. Yo podría profetizar sobre cada cristiano que hay una unción profética sobre su vida porque bíblicamente es la verdad. Todos compartimos de una medida del don de Cristo (Efe. 4:7) que incluye el don profético. No obstante no todos son llamados por Dios llevar la autoridad y responsabilidad de un profeta. 4) RESEÑE LA PALABRA PARA DETERMINAR CUALES ÁREAS EN SU VIDA REQUIEREN UN CAMBIO. ¿Cuáles actitudes o hábitos suyos necesitarán un ajuste antes que su profecía pudiera realizarse? Puede ser que es solamente un cambio de actitud como el cambiar de la duda a la fe; de una actitud de víctima a una de vencedor, de la murmuración a la gratitud, etc. Puede ser que tendrá que superar un miedo que le tiene atado. Dios nos ama tal como estamos, ¡pero Él nos ama lo suficiente para no dejarnos en esta condición! Su meta es que seamos como Cristo: santos, justos, íntegros, victoriosos, productivos, gozosos y bendecidos. ¿Cuál es la debilidad que Dios quiere eliminar de su vida antes de que su profecía pueda cumplirse? No podemos avanzar al siguiente nivel en Dios si estamos atados a una debilidad del pasado. Si nos arrepintamos y si nos sometamos a Su proceso, Dios puede cambiar nuestra área de debilidad a un área de fuerza. La mayoría de las veces, nuestra área de la vida en donde tenemos la lucha más grande es precisamente el área que Dios nos haya llamado a tener la mayor unción y fuerza si es que lo sometamos a Él. Su gracia y poder se perfecciones en nuestra debilidad. Así Él reciba la gloria (2ª Cor. 12:9). ¿Cuáles acciones suyas serán necesarias para ver el cumplimiento? Si Dios le habló de un ministerio internacional, será necesario no solamente prepararse para el ministerio, ¡pero también conseguir un pasaporte! Hay algunos elementos de una profecía son cosas que solo Dios puede cumplir y de los cuales no hay manera de actuar. Con estas cosas simplemente tenemos que esperar con fe y paciencia (Heb. 6:12). 10 5) ESPERE POR LA CONFIRMACIÓN ANTES DE HACER NINGUNA DECISIÓN GRANDE. No haga ninguna decisión grande basada solamente en una palabra profética (Prov. 11:14, 15:22). Estoy hablando de decisiones como la de mudarse, despedirse de un empleo, el casarse en matrimonio, una inversión grande, etc. Cuando nosotros nos mudamos a la frontera de Texas y México y compramos la casa en que ahora vivimos, Dios lo había confirmado múltiples veces. Las confirmaciones nos dan mayor seguridad de actuar con la fe. Si alguien le profetice que usted necesite darle una ofrenda – una buena respuesta es, “si y cuando Dios me lo confirma directamente lo haré.” Las confirmaciones que Dios nos manda no vienen porque hemos puesto las palabras o ideas en la boca de otro. Algunos buscan una palabra de confirmación en una manera no prudente. Por ejemplo, no es prudente ir a un profeta y decirle, “Dios me dijo tal y tal cosa y le estoy pidiendo una confirmación.” Primero, ahora ese profeta tiene información natural que usted le dio y que le puede influenciar. En segundo lugar, si usa palabras tales como “Dios me dijo” entonces la información le fue presentada como un hecho ya establecido. Eso sería como entregarle una lista de lo que quieres oír. Pues, ¿quién puede discutir con Dios? Es mejor orar y pedirle a Dios la confirmación que Él puede entregarle a la manera de Su elección. Dios le ama y será fiel para confirmarle cual sea Su Palabra en el tiempo perfecto. 7) ACTUAR CON LA FE Después de averiguar lo que es de Dios, responda con fe, recordando que la fe implica acción. (Sant. 2:17,18) La fe in acción está muerta e inútil. Nosotros hacemos lo que creemos y creemos según la medida de nuestra acción. Determine algunas metas de corto plazo y de largo plazo. Pida a Dios la sabiduría y gracia para cumplir su parte confiando que El será para cumplir la parte que Le toca a Él. 8) MILITE LA BUENA MILICIA 1ª de Timoteo 1:18 dice: “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia…” La profecía es una “rhema” de Dios. “Rhema” es la palabra griega que es traducida “palabra” en Mateo 4 cuando Jesús le dijo al diablo, “No solamente de pan vivirá el hombre sino de todapalabra que sale de la boca de Dios.” Se refiere a una palabra que Dios le habla por Su Espíritu a su vida. En Efesios 6, la espada del Espíritu es la palabra (rhema) de Dios. Así que cuando Dios nos habla por medio de una profecía nos está entregando una espada con la cual podemos guerrear. 1ª de Timoteo 1:18 nos indica que somos mandados (no sugeridos) a guerrear con nuestras profecías. Eso significa que debamos orar e interceder con lo que Dios le ha declarado en la profecía personal. El diablo siempre se opone a la voluntad de Dios. No es una maravilla, entonces, que el diablo peleará en contra del cumplimiento de la voluntad de Dios para nuestras vidas. La profecía que usted haya recibido es una espada con que puede guerrear para realizar la victoria. Los que son pasivos, los que no tomen su responsabilidad a guerrear con las promesas de Dios que nos son dadas en la Biblia y en sus profecías personales arriesgan perder (o por lo menos tardar) la bendición que Dios quiere darles. 11 El enemigo pone obstáculos en nuestro camino, intenta desviarnos, distraernos o tentarnos a pecar para que salgamos de la protección y de la bendición de Dios. La mayoría de la gente se desanima y se dan por vencidos concluyendo que la profecía no pudo haber sido de Dios. Dios quiere que nosotros nos levantemos como guerreros y que usemos la espada espiritual que nos dio para colaborar con Él y vencer al enemigo y así cumplir Su voluntad. Tenemos que aceptar nuestra identidad como guerreros de luz y ser determinados a realizar el cumplimiento. Si usamos las herramientas y las armas que Dios nos ha dado, tenemos todo lo necesario para vivir en santidad, en victoria y para ver el cumplimiento de nuestras profecías personales. 2ª Pedro 1:3 – “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia…” Mateo 11:12 - “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.” Es mi oración sincera y ferviente que cada uno que lee esta enseñanza se levante ahora con nuevo entendimiento y una nueva dedicación a ver el cumplimiento de sus profecías personales y a poseer la tierra prometida personal que Dios le tiene preparada.