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3242-121202-02-0468.htm
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SALA CONSTITUCIONAL
Magistrado Ponente: PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ
Consta en autos que, el 6 de septiembre de 2001, la abogada
Claudia Febres Cordero de Gómez López, inscrita en el Inpreabogado, bajo el
n° 15.291, actuando como apoderada judicial del ciudadano GUSTAVO
ADOLFO GÓMEZ LÓPEZ, titular de la cédula de identidad n.° 4.083.458,
presentó ante esta Sala escrito continente de solicitud de revisión contra el
fallo que pronunció la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal, el
10 de enero del año en curso, dentro de la causa penal que se le sigue
actualmente, entre otros, al recurrente y por el cual:
Fue declarada la nulidad de la decisión que dictó, el 11 de julio
de 2001, la Sala Accidental Primera para el Régimen Procesal Transitorio de
la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, y
Fue ordenada la consiguiente reposición de la referida causa
penal al estado de que la predicha Corte emita una nueva sentencia, con
estricta sujeción a la doctrina de casación que quedó establecida en el fallo
de la referida; todo, de conformidad con lo que establecen los artículos 257
y 13, de la Constitución y el Código Orgánico Procesal, respectivamente.
Luego de la recepción del expediente de la causa, la Sala dio
cuenta de ello por auto de 26 de febrero de 2002 y fue designado Ponente el
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Magistrado Dr. Pedro Rafael Rondón Haaz.
I
DE LA PRETENSIÓN DEL RECURRENTE
Alegó:
1.1. Q u e , e l 0 3 y e l 1 4 d e a g o s t o d e 1 9 9 8 , e l J u z g a d o Q u i n t o d e
Primera Instancia en lo Penal, Bancario y de Salvaguarda del Patrimonio
Público de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
pronunció
sentencia
condenatoria
contra
su
representado
y
otros
coprocesados, a quienes declaró responsables penalmente, por la comisión de
cinco delitos; que el Ministerio Público no apeló contra este fallo;
1.2. Q u e , e l 2 5 d e a g o s t o d e 1 9 9 9 , l a S a l a 1 0 d e l a C o r t e d e
Apelaciones del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas dictó decisión unánime, de segunda instancia,
dentro del proceso penal antes referido, por la cual absolvió a su defendido,
en relación con cuatro de los delitos que le fueron imputados y confirmó el
pronunciamiento condenatorio de primera instancia, en lo que concernía al
cargo por el delito de incumplimiento de los deberes del fiduciario;
1.3. Q u e , c o n t r a l a s e n t e n c i a q u e s e m e n c i o n ó e n e l p r e c e d e n t e
aparte, el Ministerio Público y el coprocesado Folco Falchi ejercieron el
recurso de casación, por defecto de forma, ante la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia; que, el 13 de junio de 2000, dicha Sala dictó
la sentencia n.º 818, mediante la cual declaró sin lugar el recurso que
interpuso el Ministerio Público y con lugar, el que ejerció el encausado
Folco Falchi; que, por razón de ello, declaró la nulidad total de la sentencia
de alzada que se mencionó en el anterior aparte, en la cual apreció que
adolecía del vicio de inmotivación y, por tal razón, repuso la causa al estado
de que la Corte de Apelaciones, en Sala distinta, dictara nueva sentencia, en
la cual quedara subsanado el vicio que dio lugar a la nulidad de la anterior;
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1.4. Q u e , c o e t á n e a m e n t e , e l B a n c o L a t i n o , e l M i n i s t e r i o P ú b l i c o
y la Procuraduría General de la República, ejercieron, ante esta Sala
Constitucional, acción de amparo constitucional contra la decisión de alzada
en referencia; que esta Sala, previa la acumulación de las respectivas causas,
dictó auto por el cual declaró inadmisibles las antedichas pretensiones, por
cuanto ya la Sala de Casación Penal había declarado la nulidad que se
mencionó en al aparte anterior; que, adicionalmente, la Sala Constitucional
restableció las medidas cautelares que habían sido decretadas por el juez
penal de primera instancia;
1.5. Q u e l a S a l a A c c i d e n t a l P r i m e r a p a r a e l R é g i m e n P r o c e s a l
Transitorio de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, a la cual correspondió ejecutar el mandamiento de
casación, elevó, antes de emitir sentencia, consulta ante la Sala de Casación
Penal, acerca del alcance de la predicha decisión que pronunció esta última;
que, como respuesta, la Sala Penal
“le indicó compulsivamente a dicha Sala Accidental, que estaba
facultada para ‘dictar un nuevo fallo, apreciando los hechos y
calificándolos como corresponda’. Es más acusó a dicha Sala
Accidental de que su actuación causó grave retardo en el asunto
tramitado, razón por la cual le instó a cumplir con lo ordenado,
bajo amenaza de remitir copia de esas actuaciones a la
Inspectoría General de Tribunal a los fines consiguientes”;
1.6. Q u e , e n c o n s e c u e n c i a c o n l o q u e o r d e n ó l a S a l a d e C a s a c i ó n
Penal, la antedicha alzada dictó sentencia, el 11 de julio de 2001, el cual
resultó cabalmente ajustado a la vinculante doctrina de casación y dentro de
todos los requisitos que la Ley exige al sentenciador; que, en dicho fallo, la
Corte de Apelaciones confirmó la absolución que, por cuatro de los delitos
que le fueron imputados a su representado, había decretado la Sala 10 de
dicha
Corte,
pero,
además,
también
absolvió
a
este
último,
de
responsabilidad penal, en lo atinente a la acusación por la comisión del
delito de incumplimiento de las obligaciones del fiduciario,
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“por cuanto el tribunal, unánimemente y en forma motivada y
expresa, declaró que no había ninguna prueba en el expediente
que permitiera comprobar el cuerpo del delito y en consecuencia,
mucho menos la culpabilidad en un delito que nunca existió”;
1.7. Q u e l a C o m i s i ó n d e F u n c i o n a m i e n t o y R e e s t r u c t u r a c i ó n d e l
Sistema Judicial decidió la suspensión y, posteriormente, la arbitraria
destitución de las tres juezas titulares de la precitada Sala Accidental, con
fundamento en “el error judicial inexcusable”; que, posteriormente y de
manera sorpresiva, dicho tribunal fue eliminado;
1.8.
Que,
como
reacción
frente
a
las
decisiones
que
se
mencionaron en el aparte anterior, todos los jueces superiores penales
suscribieron un escrito de apoyo a las jurisdicentes que fueron afectadas por
las mismas, por cuanto entendían que ellas habían actuado conforme a
derecho y a los principios que caracterizan al sistema de justicia penal
venezolano;
1.9. Q u e , e l 1 8 d e j u l i o d e 2 0 0 1 , e l M i n i s t e r i o P ú b l i c o d e m a n d ó ,
ante la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, la
declaración de nulidad de la sentencia que, el 11 de julio del precitado año,
dictó la Sala Accidental Primera para el Régimen Procesal Transitorio,
conforme quedó asentado en el aparte 1.7. Para sustentar su pretensión, la
representación fiscal alegó que dicha Sala no acató la doctrina de casación,
por cuanto el pronunciamiento condenatorio, concerniente al cargo por
incumplimiento de las obligaciones del fiduciario, era cosa juzgada; ello, no
obstante que dicho pronunciamiento estaba contenido en una decisión que
había sido anulada, lo cual constituye un superlativo error lógico y jurídico;
1.10. Q u e , “ i g u a l m e n t e y e n l a c o n v i c c i ó n d e l a d e b i l i d a d d e s u s
argumentos para pedir la nulidad, el mismo fiscal del ministerio público, con
fecha 17 de septiembre de 2001, paralelamente introdujo por ante esta Sala a
la que hoy ocurrimos, un recurso de revisión extraordinario pidiendo la
nulidad de la sentencia Nº 818 de la Sala de Casación Penal, lo que, además
de contradictorio, en derecho implicaba el desistimiento de la acción de
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nulidad”;
1.11.
Que, el 10 de enero de 2002, la Sala Accidental de
Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, luego de que señaló que el
antes mencionado recurso fiscal estaba fundamentado incorrectamente, sin
motivación alguna
“y cercenando el derecho de la defensa, sentenció nulidad de
oficio, acogiendo una pretendida nulidad virtual, que no existe en
derecho y ordenó a la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas, que en la Sala que
corresponda el conocimiento del caso, se dicte un nuevo fallo,
con estricta sujeción a la doctrina señalada y contenida en la
tantas veces mencionada decisión Nº 818, de fecha 13 de junio de
2000. Esta Sala Accidental se constituyó, como quedará
demostrado en este escrito, violando el principio del juez
natural”;
1.12. Q u e e l C a p í t u l o 1 : “ L a N u l i d a d d e l o s A c t o s P r o c e s a l e s e n
el Código Orgánico Procesal Penal”, de la sentencia cuya revisión se ha
solicitado en la presente causa, parte de la convicción de que el
principio
contenido en el artículo 190 del mencionado Código está estrechamente
vinculado con el del artículo 49.1 de la Constitución, en el sentido de que
este último reconoce el derecho a solicitar del Estado el restablecimiento o
reparación de la situación viciada por error judicial, retardo u omisión
injustificada,
“lo cual significa que aquellos actos de fuerza, usurpación o
contrarios a la Ley, acarrean la nulidad del acto y la
responsabilidad individual del funcionario”;
1.13. Q u e , a s i m i s m o , u n o d e l o s f u n d a m e n t o s d e l a n u l i d a d d e l a
decisión que es objeto del actual análisis, es que el sistema acusatorio que es
característico del vigente procedimiento penal venezolano es principista, lo
cual significa que, según el cuestionado sentenciador, el Código Orgánico
Procesal Penal está inspirado en una serie de principios cuya falta de
especificidad no se puede alegar, para obviar su aplicación, aun cuando
dichos principios no estén establecidos, o lo estén de manera vaga o general;
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que, en tal sentido, el fallo de la Sala Penal sostiene que el
principio de nulidad que, expresamente, se establece en el citado Código
adjetivo,
“forma parte de las reglas mínimas que sustentan el debido
proceso, presentándose éste, en consecuencia, como una garantía
para todos los sujetos procesales y no tan sólo para el imputado;
1.14. Q u e , a p e s a r d e l o a n t e r i o r m e n t e e x p u e s t o y d e q u e l a S a l a
de Casación Penal sostuvo que nuestro sistema procesal penal sólo se refiere
a las nulidades absolutas de las decisiones judiciales, dicha sentenciadora
estimó, con base en una interpretación del artículo 190 del Código Orgánico
Procesal
Penal,
que
éste
admite
las
llamadas
“nulidades
virtuales”
o
nulidades abiertas; vale decir, aquellas causales de nulidad que no se
encuentran expresamente establecidas en la ley;
1.15. Q u e e l M a g i s t r a d o P o n e n t e d e l a d e c i s i ó n q u e e s o b j e t o d e
la actual impugnación pretendió dictar doctrina procesal, cuando impuso la
aplicación de un “sistema abierto de nulidades”, el cual no tiene existencia
legal en Venezuela; que, del texto de la doctrina invocada por el Ponente, se
infiere que la pretendida nulidad virtual es posible en casos muy específicos
y muy razonados,
“como son que el acto se ejecute ante el tribunal incompetente,
procedimiento no autorizado, partes no legitimadas, ausencia del
Ministerio Público, falta de la citación o notificación o que la
irregularidad
motivara
la
violación
de
los
principios
fundamentales del juicio, circunstancies las cuales ninguna se
presentó en el fallo anulado por el Magistrado Mayaudón, quien
sin motivación alguna y en perjuicio del reo, dictó la sentencia
cuya revisión solicitamos y sentó tan perjudicial y dudosa
jurisprudencia”;
1.16. Q u e , a p e s a r d e q u e e n e l C a p í t u l o I I : “ A d m i s i b i l i d a d d e l
recurso de nulidad”, de la decisión de la Sala Penal que se cuestiona en este
proceso, se reconoce, tácitamente, cuáles son los medios disponibles para
impugnar
aclaratoria,
las
decisiones
planteamiento
judiciales
de
(revocación,
excepciones
y
apelación,
recurso
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de
casación,
amparo
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constitucional), se sostiene que, si se plantea la nulidad del acto
viciado,
a
través
de
alguno
de
tales
recursos,
y
éste
sea
declarado
inadmisible, por inobservancia de formalidades legales,
“el Tribunal ante el cual se haya planteado la nulidad del acto
viciado, debería declarar de oficio dicha nulidad, por aplicación
del principio contenido en el artículo 190 del Código Orgánico
Procesal Penal en concordancia con el artículo 191 ejusdem,
cuando se trate de nulidades absolutas. En criterio del
sentenciador, esa nulidad de oficio debe declararse de
conformidad con el artículo 257 de la Constitución Nacional”;
1.17. Q u e , d e a c u e r d o c o n e l P o n e n t e d e l f a l l o d e c u y a s o l i c i t u d
de revisión se conoce en este proceso, las disposiciones legales que fueron
invocadas por el Ministerio Público, como fundamento de su precitado
recurso de nulidad; esto es, los artículos 507 y 511 del Código Orgánico
Procesal Penal, en concordancia con el artículo 352 del extinto Código de
Enjuiciamiento Criminal, no eran aplicables por cuanto la causa dentro de la
cual fue dictada la decisión cuya nulidad solicitó la representación fiscal, se
encontraba plenamente dentro del ámbito temporal de aplicación del Código
Orgánico Procesal Penal; que, del texto del fallo que actualmente se analiza,
se infiere, de manera clara e indudable, que el procesamiento del recurso de
nulidad que ejerció el Ministerio Público debe ser regido por la citada ley
procesal, porque era la vigente, para el momento en el cual dicho recurso fue
interpuesto; criterio este que fue ampliamente ratificado en el voto salvado
que emitió la Magistrada que disintió del referido fallo;
1.18. Q u e l a S a l a P e n a l p r e t e n d i ó s u s t e n t a r s u a n t e s e n u n c i a d a
teoría sobre nulidades, en doctrina que citó y transcribió la accionante, la
cual, sin embargo, al establecer ciertos supuestos de nulidad, como es el que
consiste en actuar en contradicción con lo que se haya decidido en una
instancia superior, no concluye que los supuestos señalados sean de nulidad
absoluta, la cual, por ende, debe ser pronunciada, aun de oficio; que el
ponente del fallo cuya revisión ha sido solicitada pretendió, de esta manera,
dictar doctrina procesal, imponer la aplicación de una sistema abierto de
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nulidades, inexistente en nuestra legislación; que el propio autor
de la doctrina que invocó el Magistrado Ponente, para apoyar su proyecto de
sentencia, opina que, en el Código Orgánico Procesal Penal, el régimen de
las nulidades aparenta configurarse como un sistema mixto, con privilegio de
las
nulidades
taxativas
y,
en
casos
muy
específicos
y
razonados,
admisibilidad de las implícitas;
1.19.
Que,
con
el
pronunciamiento
de
su
antes
comentada
decisión, la Sala de Casación Penal se apartó del criterio que, hasta
entonces, había sostenido, en el sentido de que la nulidad absoluta no debe
ser entendida sólo en beneficio del imputado, sino, también, de la víctima,
del Ministerio Público y del querellante;
1.20. Q u e , c o m o c o n c l u s i ó n , r e s p e c t o d e l o s C a p í t u l o s I y I I d e l
fallo que es objeto de la actual impugnación, se puede afirmar que, en
criterio del sentenciador, el recurso de nulidad que interpuso el Ministerio
Público, contra la anteriormente referida sentencia que, el 11 de julio de
2001, dictó la Corte de Apelaciones, no está fundado en supuesto que esté
contenido en el Código Orgánico Procesal Penal; sin embargo,
“el Magistrado Mayaudón lo admite en virtud del principio de las
nulidades previsto en el Código Orgánico Procesal Penal, del cual
–a su entender- derivan las nulidades implícitas o virtuales”;
1.21.
Que, según la opinión del antes citado Magistrado, las
“nulidades virtuales” deben ser declaradas, de oficio,
“dado que se trata de violaciones constitucionales, o las
establecidas en los tratados sobre derechos humanos, sosteniendo
en consecuencia que en virtud del citado principio las reglas del
debido proceso se presentan como una garantía para todos los
sujetos procesales y no sólo limitadas al imputado”;
1.22. Q u e , c o n f o r m e a l c r i t e r i o e x p r e s a d o p o r e l s e n t e n c i a d o r , e n
el fallo que actualmente se impugna, contrariar lo decidido por una instancia
superior constituye una causal de nulidad absoluta, la cual, por tanto, debe
ser declarada, aun de oficio; que, sin embargo, ni siquiera la doctrina que se
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invocó, para sostener dicho argumento, considera que dicho
supuesto se encuentre comprendido entre los de nulidad absoluta, ya que,
cuando dicho autor se refiere a los motivos de nulidad absoluta, señala que
ésta debe admitirse sólo cuando el acto viole o menoscabe derechos o
garantías constitucionales; que la sentencia cuya revisión se ha solicitado
jamás expresó cuál fue la violación que motivó la nulidad absoluta del fallo,
“lo cual es necesario para conocer cuál es el vicio que trae como
consecuencia la nulidad ‘virtual’, y pareciera que la causa fue
que el Tribunal de Reenvío no decidió conforme a lo ordenado
por la sentencia Nº 818, pero esto es un verdadero absurdo, ya
que esta sentencia Nº 818 anuló todo el fallo dictado por la Corte
Décima de Apelaciones, y el Juzgado de Reenvío estaba obligado
a sentenciar todo el expediente de nuevo, es decir, decidir sobre
la culpabilidad o inocencia de todos los imputados, no sólo en lo
que respecta al recurrente Folco Falchi, como pretendió el
Ministerio Público y falló la Sala Accidental de Casación de
Tribunal Supremo de Justicia. Esta falta de motivación del fallo
causa
indefensión,
como
lo
ha
manifestado
esta
Sala
Constitucional en diferentes sentencias”;
1.23. Q u e , e n e l C a p í t u l o I I I : “ N u l i d a d d e o f i c i o e n i n t e r é s d e l a
Ley”, de la sentencia que actualmente se impugna, la Sala Accidental de
Casación Penal pasó a resolver, de oficio, la nulidad que había solicitado el
Ministerio Público; ello, porque, a su vez, la Sala Accidental Primera para el
Régimen
Procesal
Transitorio
del
Circuito
Judicial
Penal
del
Área
Metropolitana de Caracas no observó la doctrina vinculante de casación,
contenida en el antes referido fallo n.º 818, de 13 de junio de 2000; que,
cuando revocó decisiones firmes y no impugnadas, sobre las cuales no se
pronunció la referida sentencia n.º 818, se situó dentro del supuesto del
artículo 191 del Código Orgánico Procesal Penal,
“al inobservar las máximas establecidas en la sentencia Nº 818,
la cuales tienden a preservar las garantías fundamentales que
sustentan el debido proceso”;
1.24.
Que,
en
virtud
de
los
argumentos
que
se
acaba
de
transcribir, la Sala Accidental de Casación Penal, con fundamento en los
artículos 190 y 191 del Código Orgánico Procesal Penal, y en el artículo 257
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de la Constitución declaró, de oficio, la antecitada sentencia de
11 de julio de 2001 y ordenó a la Corte de Apelaciones que dictara un nuevo
fallo, con estricta sujeción a la doctrina contenida en la decisión de 13 de
junio de 2000, además de que transcribió, nuevamente, el contenido de la
antes referida sentencia n.º 818;
1.25. Q u e , c o m o c o n c l u s i ó n d e l a n á l i s i s d e l C a p í t u l o I I I , d e l a
sentencia que es objeto de la solicitud de revisión por la cual se sigue el
actual proceso, se puede afirmar que,
“cuando el sentenciador transcribió el texto o la doctrina
contenida en el fallo Nº 818, presumió que la Sala Accidental en
cuestión sólo debía pronunciarse sobre los particulares objeto del
pronunciamiento expreso en el fallo Nº 818, es decir, que no
obstante que dicho fallo declaró la nulidad de la sentencia de
fecha 11 de julio de 2001 por defecto de forma y en
consecuencia, ordenó dictar un nuevo fallo, la referida Sala
Accidental Primera se extralimitó al pronunciarse de nuevo sobre
todos los hechos”;
1.26. Q u e , f r e n t e a l a c o n c l u s i ó n q u e s e e x p r e s ó e n e l a n t e r i o r
aparte, debe señalarse que el recurso de casación que, por defecto de forma,
ejerció el coprocesado Folco Falchi, contra la sentencia de 25 de junio de
1999, fue declarado con lugar, por cuanto se estimó que qel fallo era
inmotivado, razón por la cual omitió el cumplimiento de los requisitos
formales que exige el artículo 365 (hoy, 364) del Código Orgánico Procesal
Penal;
que,
en
relación
con
el
citado
particular,
debe
señalarse
que
constituye jurisprudencia de la Sala de Casación Penal, que
“el efecto de la declaratoria con lugar del recurso de casación por
defecto de forma de la sentencia recurrida, produce la nulidad
total del fallo casado”;
1.27. p o r t a l r a z ó n , e l t r i b u n a l d e a l z a d a d e b í a p r o d u c i r u n n u e v o
fallo, conforme le fue ordenado en la sentencia n.º 818 y fue confirmado,
mediante Oficio n.º 2081, de 24 de octubre de 2000, remitido por la Sala de
Casación Penal, con ocasión de la consulta que, ante ésta, elevó la Sala
Accidental Primera para el Régimen Procesal Transitorio, según fue dicho ut
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supra; que dicha jurisprudencia fue acogida por el precitado
Magistrado Ponente, en un fallo que suscribió el 16 de enero de 2002, es
decir, cinco días después de que fuera publicada la sentencia que es objeto
de la presente impugnación;
1.28. Q u e , i g u a l m e n t e , e l a n t e s m e n c i o n a d o M a g i s t r a d o P o n e n t e ,
en decisión de 21 de marzo de 2001, la cual fue pronunciada dentro de la
causa n.º 00-1268, sostuvo la inadmisibilidad del recurso de casación
múltiple, por cuanto el mismo no estaba establecido en el Código Orgánico
Procesal Penal,
“por acogerse estrictamente a lo previsto en el artículo 425
ejúsdem (actualmente artículo 432) con lo cual está admitiendo la
inadmisibilidad, por parte de esa Sala, de recursos inexistentes en
el Código Orgánico Procesal Penal”;
1.29. Q u e , d e l m i s m o m o d o , e n p o n e n c i a d e 2 3 d e m a r z o d e 2 0 0 1 ,
el mismo sentenciador sostuvo que, luego de que se haya declarado con lugar
el recurso de casación de forma, no será admisible otro recurso sino el de
revisión que establece el artículo 463 (ahora, 470) del Código Orgánico
Procesal Penal;
1.30. Q u e e l M a g i s t r a d o P o n e n t e d e l a s e n t e n c i a c u y a r e v i s i ó n s e
ha solicitado en el presente proceso, siempre sostuvo la inadmisibilidad del
recurso de nulidad, tanto en sus ponencias anteriores al fallo de 10 de enero
de 2002, como en la decisión n.º 01-773, de 16 de enero de 2002; “es decir,
sólo ha aplicado su particular concepto de las ‘nulidades virtuales’ en la
sentencia cuya revisión solicitamos”;
1.31.
Que
es
más
grave
aún
el
hecho
de
que
esta
Sala
Constitucional, el 27 de marzo de 2001, conociendo como tribunal de
amparo, decretó la nulidad total de la sentencia que, el 25 de agosto de 1999,
dictó la Sala 10 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, decisión esta que, a su vez, había sido
previamente anulada por el precitado fallo 818, de la Sala de Casación Penal;
que dicho fallo de la Sala Constitucional
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“ratifica la doctrina de la Sala de Casación Penal que venimos
sosteniendo, es decir, que la declaratoria con lugar del recurso de
casación por vicios de inmotivación contenidos en la sentencia
recurrida, produce la nulidad total del fallo casado, tal y como lo
resolvió la Sala Accidental Primera para el Régimen Procesal
Transitorio de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas. Tan cierto es lo que venimos
afirmando que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia restituyó nuevamente las medidas preventivas decretadas
en primera instancia, las cuales recobraron su vigencia al
producirse la nulidad del fallo recurrido. Es decir, la nulidad de
la sentencia de fecha 25 de de agosto de 1999 dictada por la Sala
Décima, obligó a la Sala Accidental Primera a conocer en alzada
de las sentencias de primera instancia, que son las emanadas del
Juzgado Quinto Penal, Bancario y de Salvaguarda del Patrimonio
Público de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas y en consecuencia, dicha Sala Accidental Primera quedó
obligada a emitir una nueva decisión pronunciándose sobre la
totalidad de las consultas y apelaciones interpuestas contra la
sentencia de primera instancia, como efectivamente lo hizo
mediante su sentencia del 11 de julio del 2001. Por lo tanto, mal
puede el sentenciador declarar la nulidad de oficio de este nuevo
fallo (de fecha 11 de julio de 2001) por contravenir
supuestamente la doctrina sentada en la sentencia Nº 818 de la
Sala de Casación Penal, arguyendo que la Sala Accidental
Primera se extralimitó al pronunciarse sobre la totalidad de los
hechos y no únicamente sobre los particulares descritos en la
sentencia Nº 818”;
1.32. Q u e l a s e n t e n c i a q u e e s o b j e t o d e l p r e s e n t e p r o c e s o c a r e c e
de motivación, lo cual derivó en lesión del derecho a la defensa, tal como
esta Sala lo expresó en su fallo n.º 150, de 24 de marzo de 2000;
1.33. Q u e , c o m o c o n c l u s i ó n d e t o d o l o a n t e s e x p u e s t o , s e d e d u c e
que el fallo cuya revisión ha sido solicitada, se limitó a transcribir el texto
de la parte dispositiva del antes referido fallo n.º 818; que, por lo tanto, no
contiene motivación,
“porque omitió señalar efectivamente los vicios en que incurrió
el fallo de fecha 11 de julio de 2001 que supuestamente
contraviene la doctrina establecida en la sentencia Nº 818 de
fecha 13 de junio de 2000, afectándose en consecuencia el orden
público al n contener el fallo objeto de revisión la motivación
necesaria para conocer el proceso de juzgamiento, que es el que
garantiza el derecho a conocer porque (sic) la decisión se tomó
en un sentido u otro, y esto es lo que caracteriza el acto de
juzgamiento; la motivación”.
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1.34.
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Que no se puede estar en presencia de un juez natural,
cuando uno de los miembros de la Sala Accidental de Casación Penal –en
este caso, el Ponente- expresó, de manera abierta y a través de medios de
prensa, que
“los abogados de los procesados por los delitos bancarios, o
algunos bufetes trabajaban como ‘murciélagos en la oscuridad,
dictando o revocando autos de detención y manipulando a los
jueces sobre los cuales ejercían influencia... en el otro artículo
citado, es evidente que para el magistrado Mayaudón los acuerdos
reparatorios que adelantaba (sic) FOGADE y la Procuraduría
General de la República por los delitos bancarios, suponía
colocarle precio a la justicia, para evitar una condena a prisión, y
más importante, en ese artículo el magistrado Julio Elías
Mayaudón expresó abiertamente que los banqueros enjuiciados
cometieron delitos de estafa contra el Estado. Al expresare esta
opinión, el juez Julio Elías Mayaudón es un juez parcializado,
nunca estudiaría el proceso como el verdadero juez natural,
porque de antemano el procesado es culpable y ya está
sentenciado por él”.
1.35.
Que el voto del antes citado Magistrado Ponente era
decisivo, visto que la Magistrada Mármol de León había salvado el suyo, por
lo cual se requería que la ponencia fuera aprobada por los dos Magistrados
restantes, sobre quienes no debía pender ninguna causal de recusación;
1.36.
Que
la
parcialidad
del
antes
mencionado
Magistrado
Ponente fue tan evidente que se vio precisado a a crear una nueva teoría de
las nulidades no contenidas en el Código Orgánico Procesal Penal, según la
cual las “nulidades virtuales” deben ser conocidas, de oficio, por el juez, aun
cuando, con ello, se atente contra el reo, nunca en su beneficio; que, al
apartarse el señalado Ponente, del principio de la taxatividad, acogió una
teoría basada en una amplia discrecionalidad, lo cual le ofreció un indebido
margen de acción para anular la sentencia que absolvió al actual accionante,
conforme a sus prejuiciadas opiniones;
1.37. Q u e e s , m á s b i e n , e l f a l l o c u y a r e v i s i ó n s e s o l i c i t a e n e s t e
proceso el que está viciado de nulidad absoluta,
“pues fue dictado en contravención a las garantías consagradas en
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, las
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leyes procesales y los tratados internacionales suscritos por
Venezuela, que consagran el sagrado principio de ser juzgado por
un un juez imparcial”.
1.38. Q u e e s t á a m p l i a m e n t e p r o b a d o q u e e l p r e d i c h o M a g i s t r a d o
Ponente abusó de la discrecionalidad que, si de ser procedente, le otorgaría
la aplicación de la teoría de las “nulidades virtuales”,
“para calificar indebida e inmotivadamente a la sentencia emitida
por la Sala Accidental Primera de Reenvío para el Régimen
Procesal Transitorio de la Corte de Apelaciones el 11 de julio de
2001, como una infracción de garantías constitucionales o de la
normativa internacional de derechos humanos, cuando por el
contrario dicho fallo se apegó diáfanamente tanto a las formas
consagradas en la ley, a la jurisprudencia dominante en las
últimas décadas, como a las directrices emanadas de los fallos del
Tribunal Supremo de Justicia, de la Sala de Casación Penal el 13
de junio de 2000 y de la Sala Constitucional el 27 de marzo de
2001”.
Denunció:
2.1. La violación del derecho fundamental al juez natural, en los
términos bajo los cuales dicho derecho quedó precisado por esta Sala, a
través de los fallos que pronunció, el 23 de marzo de 2000 (caso Atilio
Agelvis Alarcón), y el 07 de junio de 2000 (caso CORPOTURISMO). Fundó
la presente denuncia en la circunstancia de que el Magistrado Ponente de la
sentencia cuya revisión es el objeto de este proceso, fue recusado por el
actual accionante, por causa de parcialidad manifiesta, ya que este último
fue acusado, a través de la prensa, por dicho Magistrado, de haber contratado
los servicios profesionales de un profesional del Derecho, con el objeto de
que desarrollara una campaña contra el Código Orgánico Procesal Penal;
asimismo, manifestó el referido Ponente manifestó, públicamente, que los
procesados –el actual accionante, incluido- eran culpables de estafa contra el
patrimonio público. Alegó el demandante que la predicha recusación no fue
tramitada, por cuanto fue presentada el 20 de diciembre de 2001, pero la
ponencia ya había sido aprobada dos días antes, con el voto salvado de la
Magistrada Blanca Rosa Mármol de León; asimismo, recordó que, en el fallo
que se dictó en el caso Agelvis Alarcón,
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“se dejó muy en claro que a pesar de que se haya recusado al
funcionario y la misma no se haya declarado con lugar, tal
negativa no significa que la parte fue juzgada por una juez
imparcial, si los motivos de parcialidad existieron, y como
consecuencia de ello, la parte así lesionada careció de juez
natural”.
A los efectos de sustentar la expresada denuncia, el demandante
consignó el acta de inspección judicial realizada en los archivos del diario
“El Nacional”;
1.2.
Violación al principio de la legalidad, establecido en el
artículo 49.6 de la Constitución, principio este que, para el caso específico
de los medios disponibles par la impugnación de las decisiones judiciales, se
encuentra expresado en el artículo 432 del Código Orgánico Procesal Penal.
En el señalado sentido, alegó que el fallo que es objeto de la presente
impugnación, cuando admitió las llamadas “nulidades virtuales o implícitas”,
violó el principio de la legalidad, porque declaró con lugar un recurso que
no está previsto en la ley, como medio para atacar el antes mencionado fallo
de reenvío; que, sin embargo,
“Debe acotarse que la admisión de este tipo de causales no
previstas en la ley, debe hacerse con carácter restrictivo, toda
vez que constituyen una excepción al principio de la legalidad o
especificidad y, por tanto, sólo deben admitirse cuando el vicio
atente contra derechos constitucionales”.
2.3. Violación del de la Constitución, en derecho fundamental al
debido proceso, establecido en el artículo 49concordancia con los artículos
26 y 257 eiusdem. A tal respecto, alegó la parte accionante que, en la
sentencia que ahora se impugna, el Ponente consideró que
“el principio de la nulidad –el cual a su entender está
expresamente establecido en el artículo 190 del Código Orgánico
Procesal Penal- forma parte de las reglas mínimas que sustentan
el debido proceso, el cual constituye una garantía para todos los
sujetos procesales y no solamente para el imputado”.
Asimismo,
señaló
la
parte
actora,
de
las
disposiciones
que
recientemente fueron enunciadas, se deriva que, para acceder a los órganos
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cumplirse
de
la
las
formalidades
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administración
de
legales;
justicia,
deben,
concretamente,
necesariamente,
aquéllas
que
están
referidas a la regulación de los lapsos para acudir a dichos entes, así como a
la
forma
o
el
contenido
de
las
solicitudes
que
sean
sometidas
al
conocimientos de los mismos; que, en este sentido, los medios disponibles
para la impugnación de las decisiones judiciales –y las condiciones de
tiempo y de forma, para el ejercicio de los mismos- están expresamente
señalados en los artículos 432 y 435 del Código Orgánico Procesal Penal,
normas estas que no deben ser entendidas como formalismos no esenciales,
sino que, por el contrario, el incumplimiento de los mismos tiene como
efecto, la inadmisibilidad de los medios o recursos par impugnar la decisión
judicial, tal como fue expresado por la Magistrada Mármol de León, en su
supradicho voto salvado. Por consecuencia,
“en el fallo a revisar por esta Sala el sentenciador incurrió en
violación al debido proceso y consecuencialmente, en violación
al principio de acceso a la justicia, toda vez que declara con
lugar un recurso no previsto en la ley y, además, tal declaratoria
la hace de oficio considerando que el fallo recurrido (de fecha 11
de julio de 2001) estaba viciado –en opinión del sentenciador- de
nulidad absoluta, cuando lo cierto es que debía declarar
inadmisible el recurso interpuesto por el Ministerio Público. El
haberle atribuido la cualidad de causal de nulidad absoluta al
hecho de que la sentencia recurrida supuestamente incumplió lo
ordenado en el fallo Nº 818 de fecha 13 de junio de 2000,
constituye igualmente una violación tanto del principio de
legalidad como del debido proceso, y del acceso a la justicia y,
además, con ello está procediendo en contravención a lo
dispuesto por la Sala Constitucional, quien en fecha 27 de marzo
de 2001, y bajo Ponencia del Magistrado Pedro Rondón Haaz,
declaró la nulidad de la totalidad del fallo de fecha 25 de agosto
de 1999”.
2.4. Violación del principio de la retroactividad de la ley penal
más favorable al reo, que se reconoce en el artículo 24 de la Constitución y
el cual constituye una excepción al principio de la irretroactividad de la ley,
por cuanto sólo deben admitirse las nulidades implícitas o causales de
nulidad absoluta no previstas en la ley, cuando dichas causales favorezcan al
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reo, o se interponga un recurso no autorizado en la ley, pero sea
acogido por el juez, para beneficio del procesado, mas nunca en su perjuicio.
Al respecto, alegó el demandante que el fallo de la Sala de Casación Penal,
de 10 de enero de 2002, declaró, de oficio, la nulidad de la antes mencionada
sentencia de 11 de julio de 2001, en beneficio de personas distintas al reo o
imputado, “en interés de la ley”, según los términos de dicho sentenciador de
casación, siendo que la mencionada Sala
“revisa todas sus decisiones para verificar que no se han
vulnerado derechos del imputado, o si hubo vicios que hicieran
procedente la nulidad de oficio o en provecho del reo”.
1.5.
Violación
del
derecho
a
la
igualdad
de
las
partes,
reconocido en los términos del artículo 21 de la Constitución; ello, por
cuanto, en el fallo que actualmente se impugna, el sentenciador otorgó al
Ministerio Público un privilegio que no le corresponde, al admitir un recurso
inexistente en el Código Orgánico Procesal Penal, el cual consiste en la
oportunidad del sometimiento de los imputados a un nuevo enjuiciamiento
penal, luego de quedaran absueltos, al final de un proceso que se prolongó
por varios años; en términos de la parte accionante,
“este privilegio a que nos referimos, somete a mi representado al
grave riesgo de una nueva e impune violación de su garantía
constitucional de tener un juicio imparcial, transparente y
objetivo. La ventaja establecida a favor del Ministerio Público,
sumada al grave precedente creado por la Comisión de
Funcionamiento y Reestructuración del Sistema Judicial con
ocasión de la destitución de las Magistradas integrantes de la hoy
suprimida Sala Accidental Primera, por la emisión del fallo del
11 de julio de 2001, constituyen una explícita amenaza para los
jueces a quienes corresponda conocer esta causa. Para ellos,
decidir acorde con lo que arrojen las actas procesales, representa
la certeza de correr la injusta suerte de las citadas Magistradas
de la Sala Primera de Apelaciones”.
La parte actora expresó su pretensión, en los siguientes términos:
“En nombre de mi representado, Gustavo Adolfo Gómez López, y
por todas las razones expuestas que evidencian que la sentencia
cuya revisión se solicita ha violado, en forma explícita y
evidente, sus derechos y garantías establecidas en la Constitución
Nacional y en el Código Orgánico Procesal Penal, solicito que
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esta Sala admita el presente recurso de revisión y lo declare con
lugar, en virtud, repetimos, de la necesidad de restablecer los
derechos constitucionales transgredidos a mi poderdante, ya que
se la he violado el derecho a la legalidad y el debido proceso, el
principio de la retroactividad de la ley penal cuando lo beneficie
y el derecho al juez natural e imparcial, más aún cuando la acción
penal está prescrita. Lo narrado en este escrito encuadra en lo
establecido en los numerales 3 y 4 de la sentencia de
Corpoturismo (6 de febrero de 2001, expediente N 00-1529), al
violarse interpretaciones de los artículos de la Constitución
Nacional referidos al derecho a la defensa, igualdad de las partes
ante la ley, el derecho a ser juzgado por el juez natural (juez
imparcial) hechas por esta Sala Constitucional en diferentes
sentencias, y a su vez, la transparencia de la justicia se vio
empañada, ya que no es concebible dejar sin efecto un fallo,
cuando contra él no existe recurso previsto en la ley y además no
se expresa el fundamento jurídico y fáctico para tal declaratoria
(inmotivación), sino que se crea una nueva teoría que nunca es en
beneficio del reo sino en su total perjuicio”.
II
DE LOS TERCEROS INTERVINIENTES
1. El 19 de noviembre del corriente año, las abogadas Esther
Bigott
de
Loaiza
y
Carmen
Isabel
Vargas
Pérez,
inscritas
en
el
INPREABOGADO, bajo los números 18.410 y 27.414, respectivamente,
actuando como representantes judiciales del ciudadano FOLCO MARÍA
FALCHI TIBERI, quien se encuentra sometido al mismo proceso penal que se
le sigue al demandante, presentaron escrito, mediante el cual se incorporaron
a su representado, como tercero interviniente, a la presente causa.
1.1.Alegaron:
1.1.1 Que el artículo 370.3º del Código de Procedimiento Civil
faculta al tercero que tenga un interés jurídico actual en sostener las razones
de alguna de las partes a inervenir en un proceso; que, con tal fundamento,
su predicho representado se constituye en tercero adherente coadyuvante, por
cuanto se encuentra sometido al beneficio de sometimiento a juicio, el cual
fue decretado por el extinto Juzgado Quinto de Primera Instancia en lo Penal
Bancario;
1.1.2 Que, ante la Sala Accidental Segunda Reenvío, cursa,
actualmente, el juicio principal que se le sigue al ciudadano Folco María
Falchi Tiberi, a quien el Ministerio Público acusó por la comisión de los
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delitos de aprovechamiento fraudulento de fondos públicos en
grado de continuidad, apropiación indebida calificada, actos violatorios de
las obligaciones del fiduciario, suscripción, elaboración y publicación de
balances y estados financieros falsos y agavillamiento; que, en primera
instancia, su representado fue absuelto de los cargos fiscales y condenado,
por la comisión del delito de encubrimiento, a cumplir la pena de dos años
de
prisión;
que,
contra
la
expresada
sentencia
de
primera
instancia
interpusieron recurso de apelación, el cual fue declarado sin lugar, por la
Sala 10 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, la cual decretó la misma pena de dos años de
prisión, pero cambió la calificación jurídica inicialmente aplicada a los
hechos imputados, por la de actos violatorios de las obligaciones del
fiduciario, en grado de participación de cómplice necesario; que, contra este
fallo de alzada, ejercieron recurso de casación, el cual fue declarado con
lugar, razón por la cual el respectivo expediente fue remitido a la Sala
Accidental
Primera
de
Reenvío,
la
cual
dictó
sentencia
plenamente
absolutoria, por cuanto resultó probado que su representado no formaba parte
de la Junta Directiva, ni del Comité de Crédito, ni de la alta gerencia del
Banco Latino; asimismo, por no haberse probado que dicho encausado tuviera
relación alguna con las empresas que obtuvieron préstamos a través de la
mesa de dinero del Latino Caracas, y sólo se demostró que ejercía el cargo
de Coordinador de Filiales Internacionales;
1.1.3 Que, contra la antes referida sentencia de reenvío, el
Ministerio Público ejerció recurso de nulidad, conforme a las normas del
régimen de transición que regula el Código Orgánico Procesal Penal, a partir
de cuya vigencia quedó derogado el recurso de nulidad que, contra las
sentencias de reenvío, regían los artículos 352 y 353 del Código de
Enjuiciamiento
Criminal;
que,
respecto,
de
dicho
recurso,
la
Sala
de
Casación Penal determinó que estaba incorrectamente fundamentado, mas, de
oficio, anuló el predicho fallo de reenvío, con lo cual violó normas
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constitucionales reconocidas internacionalmente, como las de la
cosa juzgada, el juez natural, el principio de legalidad, irretroactividad de la
ley penal, igualdad de las partes, debido proceso;
1.1.4 Que, en dicha sentencia, se decretó, con perjuicio para su
representado, una nulidad que no existía para el momento en el cual comenzó
la investigación del conocido caso del Banco Latino; que aplicaron la ley
vigente,
“aun cuando lejos de favorecerlo lo perjudicaba, violando con
ello el debido proceso y la certeza jurídica de la cosa juzgada,
por cuanto contra la sentencia dictada por la Sala Accidental
Primera no existía recurso alguno por haberlo establecido así el
legislador y por haber la Sala de Casación Penal entrado a
conocer el fondo de un recurso que ella misma admite no estaba
fundamentado, otorgando a favor del Ministerio Público, una
institución que esta Sala, ha admitido, ha sido creada para
proteger las garantías constitucionales del imputado. Sentencia
de fecha 27-03-01, con ponencia del Dr. Jesús E. Cabrera”.
1.1.5 Que, por último, era necesario traer a colación la sentencia
que, el 15 de octubre de 2002, con ponencia del Magistrado Pedro Rondón
Haaz, se declaró con lugar –parcialmente y por las razones que aparecen
registradas en el fallo que las exponentes agregaron, parcialmente a su
escrito- la solicitud de revisión de la sentencia que dictó la Sala Penal, el 10
de agosto de 2001 y se decretó la nulidad del dispositivo del fallo y, por
consiguiente, declaró firme y con autoridad de cosa juzgada, la sentencia por
la cual la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas desestimó el recurso de apelación que, dentro de
ese proceso penal, ejerció el Ministerio Público;
1.1.6 Que, de la parte del fallo que fue reproducida, según se
refirió en anterior aparte, se evidencia claramente que, en el presente caso,
se encuentran actualizados los mismos supuestos que fueron descritos en
dicha sentencia, por cuanto, como antes fue dicho, la Sala de Casación Penal
anuló, de oficio, la sentencia que dictó la Sala Accidental Primera de
Reenvío, no sin que, previamente, hubiera afirmado que el recurso de
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casación que interpuso el Ministerio Público era infundado, con
lo cual violó
“las interpretaciones que hasta la fecha había venido manteniendo
al declarar inadmsibles innumerables recursos intentados contra
sentencias dictadas por las Salas Especiales de Reenvío, bajo el
fundamento que dicho recurso había sido suprimido por el
legislador en el Código Orgánico Procesal Penal y que el régimen
de transición nada establecía al respecto, violando el debido
proceso, la irretroactividad de la ley, el juez natural, igualdad de
las partes, legalidad y la cosa juzgada...”.
1.2 Bajo el título: “De la grotesca y grosera violación de los
derechos y principios constitucionales que hacen posible la revisión de la
sentencia impugnada”, denunciaron:
“La violación del debido proceso, legalidad, igualdad de las
partes, cosa juzgada, juez natural e irretroactividad de la ley” y,
para efectos de sustentar esta denuncia dieron por reproducidos,
en su precitado escrito, los alegatos que fueron expresados por la
formalizante del presente recurso de revisión”.
1.3 Las exponentes expresaron su petitorio, en los términos
siguientes:
“En fuerza de las precedentes consideraciones es que acudimos
ante su competente autoridad en la oportunidad de constituirnos
como en efecto lo hacemos, en terceros adherentes coadyuvantes
en la presente causa, contentiva del recurso extraordinario de
revisión intentado contra la sentencia dictada por la Sala de
Casación Penal de este máximo Tribunal en fecha 10-01-02, en la
cual se anuló de oficio la sentencia dictada por la Sala Accidental
Primera de Reenvío en lo Penal, que absolvió a nuestro defendido
Folco María Falchi Tiberi de los cargos fiscales que le fueran
formulados por la comisión de los delitos de aprovechamiento
fraudulento de fondos públicos en grado de continuidad,
apropiación indebida calificada, actos violatorios de las
obligaciones del fiduciario, suscripción.elaboración y publicación
de balances y estados financieros falsos y agavillamiento y
solicitamos se nos tenga como tales en la presente causa en
representación de nuestro defendido el ciudadano Folco María
Falchi Tiberi...”.
2. El 25 de noviembre del año en curso, el abogado Agustín
Andrade Cordero, inscrito en el INPREABOGADO, bajo el n.º 536, actuando
como representante del ciudadano Pedro Miguel Gilly Calzadilla, presentó,
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ante
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esta
Sala,
escrito
mediante
el
cual
él
y
su
predicho
representado se constituyeron como terceros adherentes interesados en las
resultas de la presente causa, para efectos de lo cual,
2.1 Alegó:
2.1.1 Que, de acuerdo con lo que dispone el artículo 370.3º del
Código de Procedimiento Civil, aplicable al presente caso, de conformidad
con lo que se establece en el artículo 371 del Orgánico Procesal Penal, se
constituyeron
en
terceros
adherentes
coadyuvantes,
por
cuanto
su
representado, Pedro Miguel Gilly Calzadilla fue absuelto de todos los cargos
que le atribuyó el Ministerio Público, según decisiones del Juzgado Quinto
de Primera Instancia en lo Penal Bancario y de la Sala Primera de Reenvío;
2.1.2 Que, actualmente, la Sala de Reenvío conoce de la causa
penal que se le sigue a su representado, por razón de los cargos fiscales que
fueron referidos en el anterior aparte y respecto de los cuales, como ya se
dijo, resultó absuelto, en primera y segunda instancias;
2.1.3 Que el Ministerio Público ejerció recurso de nulidad contra
la predicha decisión de la Sala Accidental de Reenvío, con base en las
disposiciones del régimen de transición, establecidas en el Código Orgánico
Procesal Penal, el cual derogó el recurso de nulidad contra las sentencias de
reenvío, regulado por los artículos 352 y 353 del Código de Enjuiciamiento
Criminal;
2.1.4 Que la Sala de Casación Penal apreció que el recurso fiscal
de nulidad estaba incorrectamente fundado, razón por la cual anuló, de
oficio, la citada decisión de la Sala Primera Accidental de Reenvío, con lo
cual violó disposiciones constitucionales, reconocidas expresamente, como
las relativas a la cosa juzgada, al juez natural, al principio de legalidad, a la
irretroactividad de la ley penal, a la igualdad de las partes y al debido
proceso;
2.1.5 Que, como consecuencia de lo antes narrado, en el caso
procesal de su representado, se decidió un recurso de nulidad que no tiene
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existencia legal, pues ya el legislador lo había derogado, a través
del
Código
Orgánico
Procesal
Penal;
que,
en
consecuencia,
en
la
investigación del caso del Banco Latino, la referida Sala (sic) aplicó la ley
vigente (sic), con lo cual lo perjudicó, en lugar de favorecerlo, por cuanto le
aplicó, desfavorablemente, la retroactividad adjetiva (sic), lo cual está
prohibido por la Constitución y el Código Orgánico Procesal Penal; que, con
ello, violó el debido proceso y la certeza jurídica que se garantiza, conforme
a doctrina de esta Sala, mediante la cosa juzgada, por cuanto contra la
mencionada sentencia de la Sala Accidental de Reenvío no existía recurso
alguno, y porque la Sala de Casación Penal decidió sobre el fondo de un
recurso cuya falta de fundamentación fue declarada por ella misma, con lo
cual concedió, a favor del Ministerio Público, una institución (sic) que esta
Sala ha admitido, reiteradamente, que ha sido creada para proteger las
garantías constitucionales del imputado. Para sustentar este último alegato,
el exponente invocó la sentencia de 23 de julio de 2001, cuyo Ponente fue el
Magistrado Jesús Eduardo Cabrera);
2.1.6 Que, según fallo de esta Sala, de 15 de octubre de 2001
(Ponente: Magistrado Pedro Rondón Haaz), mediante el cual se declaró
parcialmente con lugar, la solicitud de revisión de la sentencia, de 10 de
agosto de 2001, dictada por la Sala de Casación Penal, así como la nulidad
del dispositivo de dicho fallo y, por tanto, la firmeza y autoridad de cosa
juzgada, de la decisión que dictó la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, por el cual declaró sin
lugar la recurso fiscal de apelación, se demuestra plena e indubitablemente,
que esa misma situación está planteada en el presente caso;
2.1.7 Que
“la Sala de Casación Penal de este Tribunal Supremo de Justicia,
anuló de oficio la sentencia dictada por la Sala Accidental
Primera de Reenvío, afirmando en dicho fallo que el recurso
interpuesto por el Ministerio Público era infundado..., violando,
en consecuencia, las interpretaciones que hasta ese momento
venía sosteniendo al declarar ‘inadmisibles recursos intentados
precedentemente en contra de sentencias dictadas por las Salas
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especiales de Reenvío con fundamento en que el recurso de
nulidad había sido suprimido por el legislador en el Código
Orgánico Procesal Penal y que el régimen de transición nada
establecía al respecto;
2.2. Con base en los anteriores alegatos, denunció la violación de
los siguientes derechos o garantías fundamentales:
2.2.1 Al debido proceso, reconocido en los artículos 49, de la
Constitución, y 1, 7 y 12, del Código Orgánico Procesal Penal;
2.2.2 Irretroactividad de la ley, establecido en los artículos 24,
de la Constitución, 8º, del Pacto de San José de Costa Rica, y 9º, del Código
de Procedimiento Civil, aplicable por remisión del artículo 371 del Código
Orgánico Procesal Penal;
2.2.3
Al
juez
natural,
contenido
en
el
artículo
49.4
de
la
Constitución;
2.2.4 A la Legalidad, establecido en el artículo 49.6 de la
Constitución, y
2.2.5 Cosa juzgada, reconocido en los términos de los artículos
49.7, de la Constitución, y 21, del Código Orgánico Procesal Penal.
2.3
El
exponente
manifestó
su
pretensión,
en
los
términos
siguientes:
“Con fundamento en la motivación precedente, acudimos ante este
órgano
judicial,
máxima
autoridad
jurisdiccional,
para
constituirme en terceros adherentes coadyuvantes en el presente
juicio, contentivo del recurso extraordinario de revisión,
intentado en contra de la sentencia dictada por la Sala de
Casación Penal de esta más alta instancia el 10 de enero del año
2002, mediante la cual se anuló de oficio la sentencia que en la
fecha inmediatamente antes citada pronunciara la Sala Accidental
Primera en lo Penal, y que absolvió a nuestro defendido, el
General (r) Pedro Gilly Calzadilla de todos y cada uno de los
cargos que le fueron formulados por la representación del
Ministerio Público, por la presunta comisión de los delitos de
aprovechamiento fraudulento públicos y distracción de fondos
públicos (artículo 71, ordinal 2º de la Ley Orgánica de
Salvaguarda el Patrimonio Público); actos violatorios de las
obligaciones del fiduciario (artículo 31 de la Ley de
Fideicomisos); elaboración de, autorización, certificación,
presentación, publicación de balances financieros falsos (artículo
202 de la Ley General de Bancos y Otras Instituciones
Financieras); agavillamiento (artículo 287 del Código Penal), y
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estafa agravada continuada (artículo 464 del Código Penal en
concordancia con el artículo 99 ejusdem). Asimismo, se me tenga
como parte, en el presente juicio, en representación de mi
defendido Pedro Miguel Gilly Calzadilla”.
III
DE LA COMPETENCIA DE LA SALA
Por cuanto, con fundamento en las disposiciones del artículo
336.10 de la Constitución de la República, esta Sala resulta competente para
la revisión de las sentencias definitivamente firmes de amparo constitucional
y de control de la constitucionalidad de leyes o normas jurídicas que dictan
los Tribunales de la República, en los términos que establece la ley orgánica
respectiva;
Por cuanto esta Sala, en fallo de 6 de febrero de 2001 (caso
CORPOTURISMO/OLIMPIA TOURS AND TRAVEL, C.A.), decidió que es
constitucionalmente competente para la revisión, de manera extraordinaria,
excepcional,
restringida
y
discrecional,
de
actos
jurisdiccionales
definitivamente firmes, en los siguientes términos:
“1.
Las
sentencias
definitivamente
firmes
de
amparo
constitucional de cualquier carácter, dictadas por las demás Salas
del Tribunal Supremo de Justicia y por cualquier juzgado o
tribunal del país;
“2. Las sentencias definitivamente firmes de control expreso de
constitucionalidad de leyes o normas jurídicas por los tribunales
de la República o las demás Salas del Tribunal Supremo de
Justicia;
“3. Las sentencias definitivamente firmes que hayan sido dictadas
por las demás Salas de este Tribunal o por los demás tribunales o
juzgados del país apartándose u obviando expresa o tácitamente
alguna interpretación de la Constitución contenida en alguna
sentencia dictada por esta Sala con anterioridad al fallo
impugnado, realizando un errado control de constitucionalidad al
aplicar indebidamente la norma constitucional;
“4. Las sentencias definitivamente firmes que hayan sido dictadas
por las demás Salas de este Tribunal o por los demás tribunales o
juzgados del país que de manera evidente hayan incurrido, según
el criterio de esta Sala, en un error grotesco en cuanto a la
interpretación de la Constitución o que simplemente hayan
obviado
por
completo
la
interpretación
de
la
norma
constitucional. En estos casos hay también un errado control
constitucional”.
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Por último, por cuanto en el presente caso, y con base en la
doctrina que estableció esta Sala, ha sido solicitada la revisión del precitado
fallo definitivamente firme que dictó la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia, esta Sala se declara competente para el conocimiento de
la solicitud en referencia. Así se decide.
IV
DE LA SENTENCIA OBJETO DEL RECURSO
1.La parte dispositiva del fallo cuya revisión ha sido solicitada
en la presente causa, se expresó en los siguientes términos:
1.1 “Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de
Justicia, en Sala de Casación Penal, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara con
lugar el recurso interpuesto por la defensa de Folco María Falchi,
anula el fallo impugnado y ordena la remisión del expediente al
Presidente del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, de acuerdo a lo establecido en el Parágrafo Único del
artículo 4 de la Resolución Nº 284, de 4 de abril del año 2000,
dictada por la Comisión de Funcionamiento y Reestructuración
del Sistema Judicial, para que éste lo remita, previa distribución,
a una de las Sala Accidentales de Reenvío para el Régimen
Procesal Transitorio, de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas. Asimismo deberá la Sala de la Corte
de Apelaciones que ha de conocer, pronunciarse sobre las
solicitudes y pedimentos o cualquier otra incidencia que haya
sido planteada a este Tribunal Supremo por las partes”
1.2 “Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de
Justicia en la Sala de Casación Penal, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley ANULA la
decisión dictada por la Sala Accidental Primera para el Régimen
Procesal Transitorio de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas de fecha 11 de
julio del 2001,y se ordena a la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal que en la Sala correspondiente dicte un nuevo fallo
con estricta sujeción a la doctrina aquí establecida, todo de
conformidad a lo establecido en los artículos 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y del
artículo 13 del Código Orgánico Procesal Penal en concordancia
con los artículos 190 y 191 eiusdem”.
2 En el criterio del sentenciador:
2.1 El Código Orgánico Procesal Penal contempla, en el Capítulo
II del Título VI (del Libro Primero. Observación de la Sala), referido a los
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actos
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procesales
y
las
nulidades,
“un
capítulo
referido
exclusivamente al instituto procesal de las nulidades”, cuyo artículo 190
contiene un principio que rige todas las etapas del proceso e, incluso,
posteriormente
a
la
sentencia
definitivamente
firme
y
el
cual
está
estrechamente vinculado con la disposición que contiene el artículo 49.8 de
la Constitución, lo cual significa que
“aquellos actos de fuerza, usurpación, así como los ejercidos en
franca contrariedad a la ley, acarrean ineficacia, nulidad de lo
actuado y responsabilidad individual del funcionario”;
2.2 Que el sistema acusatorio que contiene el Código Orgánico
Procesal Penal es de corte principista y no reglamentario, por lo cual
“jamás podría concluirse que algunos de los principios que
constituyen reglas del debido proceso dejen de aplicarse por
carecer de procedimiento expreso que los conduzca al
conocimiento del tribunal”;
2.3 Que este principio de nulidad, expresamente establecido en el
Código Orgánico Procesal Penal, forma parte de las reglas mínimas que
sustentan el debido proceso, el cual se concibe, en un régimen democrático,
como un conjunto de reglas
para la adopción de procedimientos y toma de
decisiones, tendentes a asegurar la igualdad entre las partes y la más amplia
participación
posible
de
los
interesados
en
la
solución
del
conflicto
respectivo;
2.4 Que el ius puniendi marcha correlativamente con el deber de
regular su proceder dirigido a obtener la verdad y a declarar la respectiva
consecuencia;
2.5 Que el proceso se presenta como una garantía para todos los
sujetos procesales y no tan sólo para el imputado;
2.6 Que nuestro sistema no acoge la distinción entre nulidades
absolutas y relativas, sino entre nulidades no convalidables (absolutas) y
nulidades saneables;
2.7 Que nuestro sistema procesal acoge, en materia de nulidades
absolutas, la doctrina de Leone, para quien dichas nulidades pueden ser
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invocadas
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en
cualquier
momento
y
están
sujetas
a
tres
condiciones: A) Deducibilidad; B)Insaneabilidad; C) declarabilidad, por
iniciativa del juez o de las partes;
2.8 Que si bien el Código Orgánico Procesal Penal se refiere a las
nulidades absolutas, adhiere, sin embargo, a las nulidades implícitas, cuya
idea se adapata a los lineamientos actuales, pues, “difícilmente se podrían
acoplar todos los casos como tantas transgresiones sean imaginables”;
2.9 Que lo que establece nuestro sistema procesal es que cuando
se trate de nulidades absolutas, érstas se hacen valer ex officio y de pleno
derecho; mientras que en los otros tipos de nulidades se rquieren la instancia
de parte y son normalmente saneables;
2.10 Que el artículo 190 del Código Orgánico Procesal Penal
establece el sistema de nulidades de manera abierta, sólo atendiendo a la
infracción
de
garantías
constitucionales
y
aquellas
que
se
encuentren
planteadas en los convenios internacionales sobre derechos humanos, “en
cuyo caso se procederá a la nulidad de los actos procesales, con lo cual se
está consagrando un sistema de nulidades implícitas o virtuales”;
2.11 Que la mayoría doctrinaria se pronuncia porque no se
establezca, de manera exhaustiva y expresa cada causa de nulidad de los
actos procesales, “ya que lo se busca es que el acto pueda ser salvado para
darle paso a una sanatoria distinta a la invalidez;
2.12 Que, como se ha señalado, basta la anunciabilidad de la
violación del principio para que, sistemáticamente,
“se aplique el procedimiento que ha de servir para subsanar el
vicio, decretando la nulidad del acto procesal infringido por
violación del principio anunciado. En el caso concreto de las
nulidades, cuando éstas son de los tipos denominadas absolutas,
han de llevarse a la instancia superior quien decretará la nulidad
mediante cualquiera de los trámites procesales de impugnación
que establece la ley”;
2.13Que, en nuestro sistema procesal penal, cualquier acto nulo
puede llegar al conocimiento del juez, a través de los recursos que establece
la ley y, además, mediante las aclaratorias, excepciones y el amparo
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constitucional, pero que, si fuera el caso de que si, planteada la
nulidad,
a
través
de
alguno
de
dichos
medios,
se
declarara
su
inadmisibilidad, por infracción de las formas legales, el tribunal deberá
decretar dicha nulidad, por aplicación de lo dispuesto en los artículos 190 y
191 del Código Orgánico Procesal Penal;
2.14Que
la
Sala
de
Casación
Penal
ha
venido
decretando,
reiteradamente, nulidades de oficio, con fundamento en el artículo 257 de la
Constitución; que “en otras decisiones también complementan el argumento
para la nulidad de oficio en la disposición del artículo 13 del Código
Orgánico Procesal Penal;
2.15 Que ha sido criterio reiterado de la Sala de Casación Penal
la aplicación de la nulidad de oficio, en beneficio del imputado o en interés
de la ley, según sea el supuesto de violación al debido proceso del cual se
trate;
2.16 Que, en sentencia de 10 de agosto de 2001, la Sala de
Casación Penal declaró inadmisible el recurso de casación, por cuanto el
mismo es inadmisible contra los autos de sobreseimiento dictados por los
tribunales a quo; que, sin embargo, la Sala anuló, de oficio –y con base en
los artículos 257, de la Constitución, y 13 del Código Orgánico Procesal
Penal-, la decisión que fue impugnada por el recurso de casación que fue
declarado inadmisible;
2.17 Que la situación planteada en la presente causa no difiere,
en cuanto a los supuestos planteados, de la decisión que fue referida en al
anterior aparte;
2.18 Que, en el caso, de autos, es evidente que el Fiscal del
Ministerio Público hizo conocer a la Sala de Casación Penal, el vicio que
afectaba a la referida sentencia de reenvío, cumplió con el principio
contenido en el artículo 190 del Código Orgánico Procesal Penal;
2.19Que si bien es cierto que el recurrente fundamentó el recurso
de casación, en los artículos 507 (actualmente,522) y 511 (ahora, reformado,
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526) del Código Orgánico Procesal Penal, en concordancia con el
352 del Código de Enjuiciamiento Criminal, por el cual se regulaba el
recurso de nulidad contra las sentencias de reenvío, dicha fundamentación no
es la correcta para impugnar la sentencia y procurar su nulidad, porque la
referida norma del Código derogado era inaplicable, no porque la motivación
de la nuliad hubiera sido eliminada en la nueva ley procesal, sino en virtud
de que la causa en cuestión se había insertado en el nuevo sistema procesal,
por lo cual la misma debía ser sustanciada conforme a las normas del Código
Orgánico Procesal Penal;
2.20 Que, no obstante lo anteriormente afirmado, ya se ha
señalado que el Código Orgánico Procesal Penal trata, de manera abierta, el
tema de las nulidades y contempla no solamente la nulidad relativa a
aquellas hipótesis expresamente señaladas en la ley, sino también, a aquellos
casos en los cuales la irregularidad que motive la violación de los principios
fundamentales del juicio, entre otras hipótesis, no estén especificadas en la
ley procesal,
“Tal como es el caso de las motivaciones señaladas por la
acertada doctrina, cuando en la clasificación que hace de los
motivos, para anular el acto o los actos, contempla el caso de que
se actúe contrariando lo decidido por la instancia superior,
concretamente la conocida inobservancia de la doctrina
vinculante de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia al momento de remitir su decisión para que se dicte
nueva sentencia ateniéndose a lo decidido por ella”.
2.21Que el Ministerio Público ha debido interponer el recurso de
nulidad, con acatamiento del criterio anteriormente expuesto y según los
principios que recoge el Código Orgánico Procesal Penal; no, fundamentado
en la citada disposición derogada;
2.22 Que, como consecuencia de lo antecedentemente expuesto,
“No es que ahora con el nuevo sistema, no exista el recurso de
nulidad contra las decisiones tomadas por las Cortes de
Apelaciones, como se ha interpretado en otras ocasiones por esta
misma Sala, jurisprudencia que ha servido de argumentación a los
defensores que actúan en la presente causa; sino que la nulidad
bajo este régimen abierto que contempla el Código Orgánico
Procesal Penal puede ser planteada a instancia de partes o
aplicadas de oficio en cualquier etapa o grado del proceso por
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quien conozca de la causa, y así lo ha sostenido esta Sala de
casación penal en los casos citados en que se ha anulado la
decisión objeto de un recurso de casación declarado inadmisible”;
2.23 Que, tampoco,
es rechazable la nulidad que demandó el
Ministerio Público, bajo el criterio de que dicha nulidad deberá entenderse,
siempre, en beneficio del imputado, como lo había venido sosteniendo la
Sala de Casación Penal, sino que, como lo ha señalado el Magistrado
Alejandro Angulo Fontiveros, en varios votos salvados, tal nulidad deberá
entenderse, también, en beneficio de la víctima, del representante del
Ministerio Público y del querellante; criterio este que calza con el antes
enunciado concepto de debido proceso;
2.24 Que la Sala de Casación Penal entró en conocimiento, de
oficio, del vicio de nulidad absoluta que afecta a la antes referida sentencia
que dictó, el 11 de junio de 2002, la Sala Accidental Primera para el
Régimen Procesal Transitorio de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en ejecución del predicho
fallo n.º 818, de la Casación penal, de 13 de junio de 2000;
2.25 Que, conforme a lo que se expresó en el anterior aparte, la
Sala Accidental Primera para el Régimen Procesal Transitorio de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas
inobservó la doctrina vinculante que la Sala de Casación Penal estableció en
su sentencia n.º 818, de 13 de junio de 2000, con motivo del recurso de
casación que interpuso el ciudadano Folco Falchi Tiberi, en el caso del
Banco Latino S. A. C. A., proceso este donde se produjo la decisión que es
objeto de la actual pretensión de revisión; que la Sala Accidental de la Corte
de Apelaciones, cuando se pronunció, decidió, incluso la revocación de
decisiones definitivamente firmes y no impugnadas, sobre las cuales la Sala
Penal no se había pronunciado en su referida sentencia, razón por la cual le
decisión de la referida alzada se encuentra subsumida en el supuesto que
señala el artículo 191 del Código Orgánico Procesal Penal, por cuanto
inobservó “las máximas establecidas en la doctrina contentiva del fallo y
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tendentes a preservar las garantías fundamentales que sustentan el
debido proceso”;
2.26 Que,
“Constatado en consecuencia por esta Sala el vicio de nulidad
absoluta del cual adolece el fallo de la Sala Accidental Primera para el
Régimen Transitorio de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas de fecha 11 de julio del 2001 de
conformidad con el principio establecido en el artículo 190 del Código
Orgánico Procesal Penal en concordancia con el artículo 191 eiusdem y en
virtud de lo dispuesto en el artículo 257 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela esta Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo
de Justicia declara la nulidad de la decisión anteriormente citada. Y en
consecuencia se ordena a la Sala de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas al cual corresponde el
conocimiento del caso que dicte un nuevo fallo con estricta sujeción a la
doctrina aquí señalada y contentiva en la decisión de esta misma Sala de
fecha 13 de junio de fecha 13 de junio del 2000...”.
3.
Respecto
de
la
decisión
que
es
objeto
de
la
presente
impugnación, salvó su voto la Magistrada Blanca Rosa Mármol de León, con
base en las siguientes razones:
3.1 Que dicha decisión, de declarar de oficio la nulidad de la
sentencia que dictó, el 11 de junio de 2001, la Sala Accidental Primera de la
Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, contradice jurisprudencia reiterada de la Sala de Casación Penal;
3.2 Que fue contra la antedicha decisión que el Ministerio
Público ejerció recurso de nulidad, conforme a lo dispuesto en el artículo
511 del Código Orgánico Procesal Penal, en concordancia con el 352 del
derogado Código de Enjuiciamiento Criminal;
3.3 Que pruebas de la afirmación que contiene el anterior aparte,
son los múltiples escritos de contestación al predicho recurso, presentados
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por los defensores privados, mediante los cuales solicitaron, de
manera reiterativa, que aquél fuera declarado inadmisible, pretensión esta
que fundamentaron en jurisprudencia pacífica de la Sala Penal, la cual se
sustenta en los siguientes puntos:
3.4 El derecho a recurrir, como manifestación de la tutela judicial
efectiva; pero que, no obstante lo anterior,
“la tutela judicial efectiva, lejos de consistir en el derecho de
acceder a los Tribunales en el tiempo, forma y modo que se le
antoje al ciudadano, y al margen de las pretensiones legales, se
trata muy por el contrario, de un derecho de configuración legal;
de allí que deban observarse los requisitos establecidos en la ley
para su acceso, sin que estos requisitos puedan ser tildados de
formalidades no esenciales”;
3.5 La impugnabilidad objetiva y las formalidades no esenciales,
en el sentido de que el derecho a la tutela judicial efectiva, reconocido en el
artículo 26 de la Constitución, garantiza la libertad de acceso de todos los
ciudadanos a los tribunales de justicia, de conformidad con la ley y a través
de las vías procesales que ésta establece; que la ley establece, al respecto,
algunos formalismos, por los cuales se determina que ciertas consecuencias
no se tendrán por producidas, si hay inobservancia de los requisitos de
admisibilidad
o
procedibilidad;
ello,
en
beneficio
de
la
certeza
y
la
seguridad jurídicas; que, no obstante, tal inobservancia de dichas exigencias
formales, las cuales, por lo general, son ordenadoras del proceso, sólo debe
tener, como efecto, la inadmisibilidad del recurso
“y debe interpretarse en el sentido más favorable para su
efectividad, tratando de que éstas no se conviertan en un
obstáculo insalvable que no permita la continuación del proceso,
sin embargo deben ser perfectamente observadas por el recurrente
para que sea admisible el recurso. Lo antes dicho se encuentra
recogido en el artículo 257 de la Constitución de la República...”;
3.6 Que, no obstante lo anteriormente afirmado, el cumplimiento
de las exigencias formales tiene, en el caso del recurso de casación, máxima
importancia,
“porque el formalismo es imprescindible y está relacionado
íntimamente con su contenido, dado su ámbito especial y su
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carácter extraordinario, lo que hace necesaria cierta precisión
procesal en la interposición del recurso, cuya omisión no pudiera
ser suplida por esta Sala; aunque en algunos casos resulte
incomprensible que el exceso de formalismo genere la inadmisión
del recurso”;
3.7 Que si se trata de meras irregularidades instrumentales de
contenido menor, de actos imperfectos que no afectan lo esencial del
recurso, los mismos podrían ser eventualmente subsanados por la Sala,
siempre que no se verifique una causal de desestimación, tal como la
extemporaneidad del recurso, falta de cualidad para ejercer el recurso,
incumplimiento de los requisitos esenciales que enumera el artículo 462 del
Código Orgánico Procesal Penal, la inexistencia del recurso propuesto;
“recordemos que no existe lesión del derecho a la tutela judicial
efectiva cuando la situación alegada es debida a la pasividad,
desinterés, negligencia, error técnico o impericia de las partes o
de los profesionales que las representan o defienden”.
3.8 Que el derecho a recurrir, como integrante del derecho a la
tutela judicial efectiva, se satisface, sea con un pronunciamiento del tribunal
sobre el fondo, sea con una resolución razonada de inadmisibilidad; sin
embargo, ninguna de estas opciones se puede verificar en el presente caso,
por cuanto fue interpuesto un recurso de nulidad, el cual, si bien es cierto
que se encontraba contenido en el derogado Código de Enjuiciamiento
Criminal, no lo es menos, y así ha sido ratificado, reiteradamente, por la
jurisprudencia de la Sala de Casación Penal, que el Código Orgánico
Procesal Penal, ni antes ni después de sus reformas, lo admiten para casos
como el que, actualmente, se analiza,
“En cuyo caso resulta imposible su resolución, ya que, sin
preceptos legales que lo regulen no hay interposición factible del
recurso y sin recurso no hay pronunciamiento posible ni siquiera
sobre los requisitos de admisibilidad”;
3.9 Que se debe recordar que el artículo 352 del Código de
Enjuiciamiento
Criminal,
además
de
establecer
el
recurso
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de
nulidad,
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describió el procedimiento para la interposición del mismo. El
proceso
penal
vigente
en
Venezuela,
en
cambio,
no
contiene
ninguna
previsión sobre dicho recurso; por tal razón es inadmisible cualquier escrito
de fundamentación que pretenda su resolución, conclusión esta que se
encuentra fundada en el artículo 432 del Código Orgánico Procesal Penal;
3.10 Que, en el presente caso, no es admisible el recurso de
nulidad fundado en el artículo 511 (ahora, 526) del Código Orgánico
Procesal
Penal,
en
concordancia
con
el
352
del
extinto
Código
de
Enjuiciamiento Criminal, tal como lo planteó el Fiscal recurrente, ya que el
régimen de transición que era aplicable a este proceso era el que describía el
antiguo artículo 510 de la ley adjetiva penal vigente, pues, para la entrada en
vigencia de esta última, de esta causa se encontraba conociendo la Sala de
Casación Penal;
“Al respecto, ha sostenido esta Sala en jurisprudencia reiterada y
unívoca que el artículo 526 del Código Orgánico Procesal Penal
se refiere al régimen procesal transitorio aplicable a las causas
pendientes de decisión por ante los tribunales de reenvío, los
cuales, una vez decididas, en caso de anunciarse contra ellas
recurso de nulidad, se aplicará lo dispuesto en el artículo 352 del
derogado Código de Enjuiciamiento Criminal. Sin embargo es
importante resaltar que dicha disposición era aplicable dentro del
régimen procesal transitorio aplicable a las causas pendientes en
el nuevo proceso penal, por lo que, casado un fallo por este
tribunal, después del 1° de julio de 1999, como en el caso de
autos, y remitido el expediente a la Corte de Apelaciones de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, a los
fines de que dicte nueva sentencia con prescindencia de los
vicios que dieron lugar a su nulidad, se debe aplicar el nuevo
régimen procesal dispuesto en el Código Orgánico Procesal Penal
como tal, en lugar del régimen transitorio o el derogado”;
3.11 Que, por tanto, lo ajustado a Derecho, en el presente caso,
era la declaración de improcedencia del recurso de nulidad en cuestión.
V
MOTIVACIÓN PARA LA DECISIÓN
1. En la presente causa, el recurrente ha solicitado, conforme a lo
que dispone el artículo 336.10 de la Constitución, la revisión del fallo que
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pronunció, el 10 de enero de 2002, la Sala de Casación Penal de
este Máximo Tribunal, por el cual fue declarado inadmisible el recurso de
nulidad que, el 18 de julio de 2001, intentó el Ministerio Público, contra la
sentencia que, el 11 de julio del antes citado año, dictó la Sala Accidental
Primera para el Régimen Procesal Transitorio de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, mediante la cual
absolvió de los cargos que, por los delitos de aprovechamiento fraudulento o
distracción de fondos públicos (artículo 71.2° de la Ley Orgánica de
Salvaguarda del Patrimonio Público), actos violatorios de las obligaciones
del
fiduciario
(artículo
31
de
la
Ley
de
Fideicomiso),
elaboración,
suscripción, autorización, certificación, presentación o publicación y estados
financieros falsos (artículo 202 de la Ley General de Bancos y Otras
Instituciones Financieras), agavillamiento (artículo 287 del Código Penal),
estafa en grado de continuidad (artículos 464 y 99 del Código Penal),
aprovechamiento de cosas provenientes de delito (artículo 472 del Código
Penal) imputó, en sus respectivos casos, la representación fiscal a las
personas que, en dicha decisión, se mencionan, incluidos el representado por
la
recurrente
y
los
de
quienes
consignaron
escritos
como
terceros
legítimamente interesados en el presente proceso. Asimismo, dicho órgano
jurisdiccional decretó un sobreseimiento, respecto de la imputación que, por
el delito de porte ilícito de armas de fuego, imputó el Ministerio Público al
representado de la recurrente, y declaró sin lugar la demanda civil y las
excepciones que fueron opuestas, en relación con el imputado delito de
aprovechamiento fraudulento de fondos públicos. Ahora bien, en la presente
decisión
han
quedado
reproducidos
los
supuestos
de
sentencias
definitivamente firmes que, con arreglo a lo que establece dicho dispositivo
constitucional, pueden ser sometidas -de manera extraordinaria, excepcional,
restringida y discrecional- a revisión por esta Sala, de acuerdo con una
uniforme jurisprudencia constitucional y mediante un uso prudente de la
antedicha potestad, en cuanto a los pronunciamientos sobre admisión y
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procedencia
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de
las
solicitudes
de
revisión
de
sentencias
definitivamente firmes y, por ende, pasadas con autoridad de cosa juzgada.
En el caso bajo análisis, el alegato crucial de los recurrentes es
el hecho de que la Sala de Casación Penal, luego de que declaró inadmisible
el recurso de nulidad que se refirió en el párrafo anterior, con lo cual la
decisión
que
se
impugnó
adquirió
carácter
de
definitivamente
firme,
procedió, en segundo término, a la anulación o casación de oficio de dicha
decisión, con base en lo que disponen los artículos 257 de la Constitución y
13, 190 y 191 del Código Orgánico Procesal Penal, con lo cual se violó el
principio de la cosa juzgada. En relación con el predicho alegato, la Sala
hace las siguientes consideraciones:
1. Atinente a la declaratoria de inadmisibilidad del recurso de
casación:
1.1 En su referida decisión de 10 de enero del presente año, la
Sala de Casación Penal declaró, implícitamente, inadmisible el recurso de
nulidad que intentó el Ministerio Público, contra la sentencia absolutoria
que, dentro del presente proceso, dictó, el 11 de julio de 2001, el predicho
tribunal de reenvío de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas; ello, por cuanto, en criterio de dicha
Sala, el precitado recurrente fundamentó, incorrectamente, su pretensión, en
las disposiciones de los artículos 507 y 511 del Código Orgánico Procesal
(vigente para esa oportunidad), en concordancia con el 352 del derogado
Código de Enjuiciamiento Criminal, las cuales no eran aplicables en la
presente causa, por cuanto la misma ya se encontraba plenamente insertada
en el nuevo sistema procesal, razón por la cual era contrario a Derecho
fundamentar el recurso en cuestión en la referida norma del Código de
Enjuiciamiento Criminal.
1.2 Como consecuencia del antecedente análisis, no se observan,
en el dispositivo en comentario, vicios que lo hagan subsumible en alguno de
los supuestos de procedencia de la revisión, enumerados ut supra, razón por
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la que se concluye que dicho dispositivo escapa de la potestad
revisora que fue asignada constitucionalmente a esta Sala. Así se declara;
1.3 La referida inadmisibilidad del recurso de casación, que
decretó la Sala de Casación Penal, produjo, como principal e inmediato
efecto procesal, la confirmación de la decisión que, mediante el mismo, fue
impugnada por el Ministerio Público y la cual, como consecuencia, adquirió
la cualidad de sentencia definitivamente firme. Con tal declaratoria, la Sala
de Casación Penal agotó su competencia dentro del predicho proceso penal y,
adicionalmente, creó derechos subjetivos a favor de la parte actora en la
presente causa, los cuales, salvo impugnación mediante el ejercicio de los
recursos procesales o que se trate de alguno de los supuestos de nulidades
que serán analizados más adelante, no son revocables, pues ello resultaría
contrario a la prohibición legal de la reformatio in peius, según lo que
dispone el artículo 434 (hoy, 442) del Código Orgánico Procesal Penal, en
concordancia con el 433 (441, en el Código vigente) eiusdem. Así se declara.
1.4 Ahora bien, no obstante lo que ha quedado asentado en el
aparte inmediatamente anterior, se observa que en el fallo que, en la presente
causa ha sido sometido a revisión, en sede constitucional, la Sala de
Casación Penal, con base en las razones que antes han quedado reseñadas,
anuló, de oficio, la precitada decisión de la Corte de Apelaciones y ordenó la
reposición de la causa al estado de que se dicte un nuevo fallo, con estricta
sujeción a la doctrina quedó expresada en la impugnada sentencia. Ahora
bien, para la decisión, en relación con el presente punto, la Sala hace las
siguientes consideraciones previas:
1.5 Como lo dejó claramente expresado esta Sala, en fallo
anterior (sentencia de 15 de agosto de 2002, caso directiva del Consejo
Nacional Electoral), dentro del sistema procesal penal vigente en Venezuela,
por
su
naturaleza
acusatoria,
no
se
encuentra
preceptuada,
sino
excepcionalmente, la nulidad de oficio, pues, conforme se establece en el
precitado artículo 433 (hoy, 441) del Código Orgánico Procesal Penal, al
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tribunal que resuelva el recurso se le atribuirá el conocimiento
del proceso, exclusivamente, en cuanto a los puntos de la decisión que
hubieren sido impugnados. Esta es una disposición que obliga a todas las
instancias jurisdiccionales que conozcan de los recursos descritos en el
Libro Cuarto del Código, incluso el extraordinario de casación, por cuanto la
misma está contenida dentro de las disposiciones generales aplicables a
dichos recursos;
1.6 Excepcionalmente, los supuestos de nulidad de oficio están
preestablecidos en el Código Orgánico Procesal Penal, cuyas normas, en esta
materia, son, obviamente, de interpretación restrictiva:
1.6.1 Cuando se trate de alguno de los vicios de nulidad absoluta
descritos, de manera taxativa, en el artículo 208 (ahora, modificado, 191) del
Código Orgánico Procesal Penal;
1.6.2 Cuando se trate de un vicio de inconstitucionalidad que
obligue al juez a hacer valer la preeminencia de la Constitución, a activar el
control difuso que dispuso el artículo 19 del Código Orgánico Procesal
Penal, disposición esta que desarrolla el principio fundamental que contiene
el artículo 7, en concordancia con el 334, de la Constitución;
1.6.3 Cuando la nulidad comporte una modificación o revocación
de la decisión, a favor del imputado o acusado, según lo establece el segundo
párrafo del artículo 434 (ahora, 442) del Código Orgánico Procesal Penal.
1.7 En el presente caso, se observa que la nulidad que declaró la
Sala de Casación Penal no encuadra en ninguno de los supuestos que acaban
de ser descritos, ni dicha Sala declaró fundamentarse en los mismos, para la
toma de la decisión en comentario. La Sala observa que, en la sentencia que
es objeto del actual análisis, no se menciona cuál o derecho o garantía
constitucional
se
pretendió
tutelar,
mediante
la
nulidad
que
declaró
oficiosamente, salvo una muy vaga e imprecisa referencia al debido proceso;
vaguedad e imprecisión que, respecto de este derecho se torna aún mayor,
visto que el mismo se encuentra definido a través de los diversos supuestos
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que describe el artículo 49 de la Constitución, de manera que
resulta imposible determinar a cuál de las especificidades del debido proceso
podría referirse esta tutela oficiosa; en otros términos, no es posible
identificar el derecho constitucional que podría haber querido salvaguardar.
Se requiere, entonces, para que sea válida
la pretendida tutela del derecho
fundamental, claridad y precisión y precisión en la identificación del
derecho o garantía constitucional infringidos, pues, de lo contrario, tal tutela
resulta inmotivada y, por tanto, nula. Así se declara. No respondiendo, por
otra parte, dicha nulidad a una solicitud de parte, tal pronunciamiento
comporta un vicio de ultrapetita, por cuanto la misma no responde a ninguno
de los pedimentos que contiene el recurso que incoó el Ministerio Público e
infringió, en consecuencia, el entonces vigente artículo 431 del Código
Orgánico Procesal Penal. Pero, por otra parte, no estaba tampoco legalmente
autorizada la referida Sala para la declaración oficiosa de la nulidad en
cuestión, pues se aprecia que el supuesto que sirvió de fundamento de la
misma no se encuentra entre los que, de manera restrictiva, dispuso el
legislador, como ha quedado previamente anotado.
1.8 La Sala ratifica el carácter taxativo de la enumeración de las
nulidades absolutas, que son las únicas declarables de oficio, y el carácter
restrictivo de la interpretación de las normas que la regulan. El sistema de
nulidades, por razones de estricta justicia y de seguridad jurídica, no es
abierto o “virtual”, como lo pretendió la sentencia que ahora se revisa, si
bien resulta abierta el listado de los derechos o garantías constitucionales y
legales cuya violación es susceptible de nulidad de oficio, de acuerdo con
expresa disposición de Ley, por cuanto éstos, como lo reconoce el artículo
22 de la Constitución, no están totalmente enunciados en el texto de la
misma y corresponderá, entonces, al intérprete determinar si el derecho que
resulta lesionado corresponde a aquéllos que, por inherentes a la persona
humana,
deben
ser
considerados
con
rango
constitucional
y,
por
consiguiente, tutelables, mediante la nulidad de oficio, de acuerdo con lo
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que establece el artículo 191 del Código Orgánico Procesal Penal
1.9 Como consecuencia de la antedicha declaratoria de nulidad, la
Sala de Casación Penal, a pesar de que agotó su competencia, luego de que
hubo
declarado
inadmisible
el
recurso
de
casación
que
formalizó
la
representación fiscal, ordenó la reposición del proceso penal contra los
recurrentes de autos, a la etapa de que sea dictado un nuevo fallo por la
Corte de Apelacioens, siendo que ya existe, en favor de dichos recurrentes,
una decisión de fondo definitivamente firme –y por ende, con autoridad de
cosa juzgada- de sobreseimiento, la cual impide una nueva persecución penal
que esté fundada en los mismos hechos, según se ha señalado expresamente
en la decisión que es objeto de la presente revisión. En tales circunstancias,
se aprecia que, en caso de la realización, de nuevo, del acto procesal que
ordenó la Sala de Casación Penal, nos encontraríamos en franca infracción
del principio non bis in idem, que acogió el artículo 49.7 de la Constitución
y desarrollo el artículo 20 de la predicha ley adjetiva. Así se declara.
1.10. Además del efecto que acaba de explicarse, el dispositivo
bajo análisis ordenó una reposición que, por ser ilegal y sujeta, por tanto, a
una eventual declaratoria de nulidad, conformó una reposición inútil y, si se
efectuara, sometería al proceso penal en cuestión a una dilación indebida,
con
grave
e
injustificado
daño
para
los
procesados
y
un
claro
desconocimiento de la garantía fundamental del debido proceso, en los
términos de los artículos 26 y 257 de la Constitución; este último, por cierto,
señalado como uno de los soportes normativos del fallo bajo análisis.
1.11. La censura que se expresó en el fallo de casación antes
mencionado indicó supuestos defectos o vicios en el referido fallo de
reenvío, sobre los cuales sólo era legalmente admisible pronunciarse cuando
los mismos hubieran sido expresamente impugnados por el recurrente, según
se ha afirmado previamente. En estas circunstancias, se debe concluir que la
máxima instancia penal del país obvió, igualmente, su deber constitucional
de garantizar la efectiva vigencia del derecho fundamental al debido proceso
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y,
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consiguientemente,
del
de
la
tutela
judicial
efectiva,
desarrollados, respectivamente, en los artículos 49 y 26 de la Constitución.
Por otra parte, con su preseñalada extralimitación, la Sala de Casación Penal
actuó fuera del marco de su competencia y, en consecuencia, se apartó de la
condición de juez natural; así, obvió la garantía fundamental que contiene el
artículo 49.4 de la Constitución. Así se declara.
1.12 Esta Sala, en definitiva, concluye que en el fallo que dictó
la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal, el 10 de enero de 2002,
pertinente al recurso de nulidad que ejerció el Ministerio Público, contra la
sentencia que, el 11 de julio de 2001, pronunció la Sala Accidental Primera
de Reenvío para el Régimen Procesal Transitorio de Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, dentro de la
referida
causa
penal
contra
los
solicitantes
de
autos,
fue
obviada
la
interpretación de las disposiciones que contienen los artículos 26, 49 y 257
de la Constitución, lo cual conduce a la estimación de que el fallo en
cuestión se encuentra incluido en el cuarto supuesto de los que, según ha
establecido esta Sala (ver ut supra), son pasibles de ser impugnados por vía
de la solicitud extraordinaria de revisión. Así se declara.
1.13 Con base en las consideraciones que anteceden, se concluye
que es procedente la demandada nulidad del precitado fallo de la Sala de
Casación Penal. Así se declara, en cumplimiento del imperativo de garantizar
el imperio de la Constitución de la República, que impone esta Sala
Constitucional el artículo 335 de la misma.
VI
DECISIÓN
Por las razones expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley declara CON LUGAR la solicitud de revisión de la
sentencia que dictó la Sala de Casación Penal del mismo Máximo Tribunal, el
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10 de enero de 2002, dentro del proceso penal que, por la
comisión de los delitos aprovechamiento fraudulento o distracción de fondos
públicos, actos violatorios de las obligaciones del fiduciario, elaboración,
suscripción,
autorización,
certificación,
presentación
o
publicación
de
balances y estados financieros falsos, agavillamiento, estafa en grado de
continuidad, aprovechamiento de cosas provenientes de delito y porte ilícito
de arma de fuego, se sigue, entre otros, contra el preidentificado ciudadano
GUSTAVO ADOLFO GÓMEZ, en el proceso penal que se ha mencionado
anteriormente. En consecuencia, declara la NULIDAD de dicho fallo. Por
tanto, declara firme y con autoridad de cosa juzgada la referida sentencia
absolutoria que pronunció, el 11 de julio de 2001, la Sala Accidental Primera
de Reenvío para el Régimen Procesal Transitorio de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.
Publíquese y regístrese. Remítase copia certificada de la presente
decisión a la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia.
Archívese el expediente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 12 días
del mes de diciembre de dos mil dos. Años 192º de la Independencia y 143º
de la Federación.
El Presidente,
IVÁN RINCÓN URDANETA
El Vicepresidente,
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JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO
JOSE MANUEL DELGADO OCANDO
Magistrado
ANTONIO JOSÉ GARCÍA GARCÍA
Magistrado
PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ
Magistrado-Ponente
El Secretario Interino,
TITO DE LA HOZ
PRRH.sn.fs.
Exp. 02-0468
El Magistrado Iván Rincón Urdaneta, salva su voto por disentir
del
criterio
sostenido
por
la
mayoría
sentenciadora,
al
declarar CON LUGAR la revisión solicitada por el ciudadano
Gustavo Adolfo Gómez López de la sentencia dictada por la
Sala de Casación Penal de este máximo Tribunal el 10 de enero
de 2002.
Dicha
decisión
interpuesto
por
declaró
el
inadmisible
Ministerio
el
Público
recurso
contra
de
la
casación
sentencia
dictada por la Sala Accidental Primera para el Régimen Penal
Transitorio
de
Corte
de
Apelaciones
del
Circuito
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Judicial
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Penal del Area Metropolitana de Caracas el 11 de julio de
2001.
Estimó la mayoría sentenciadora, entre otros argumentos, que
el pronunciamiento emitido por la Sala de Casación Penal de
este Tribunal Supremo de Justicia no encuadra en ninguno de
los
supuestos
contenidos
en
el
artículo
191
del
Código
Orgánico Procesal Penal.
Para la mayoría sentenciadora, los supuestos de nulidad de
oficio
previstos
en
el
artículo
208
-hoy
191-
del
Código
Orgánico Procesal Penal son de interpretación restrictiva, por
lo
cual
declaró
la
decisión
in
commento,
que
la
Sala
de
Casación Penal obvió la interpretación de las disposiciones
contenidas
en
los
artículos
26,
49
y
257
del
Texto
Constitucional.
Ahora bien, estima quien disiente, que si bien el artículo 433 hoy 441- del Código Orgánico Procesal Penal le atribuye al
tribunal que resuelva el recurso el conocimiento del proceso,
“exclusivamente, en cuanto a los puntos de la decisión que
han sido impugnados”, ello no puede ser óbice para ignorar o
tolerar la inobservancia o violaciones de derechos o garantías
constitucionales.
En efecto, si bien las leyes procesales son las que desarrollan
el contenido de los derechos fundamentales del justiciable,
éstas
no
pueden
constitucionales
soslayar
que
los
en
modo
contienen,
alguno,
pues
a
los
la
preceptos
luz
de
las
disposiciones contenidas en la Constitución de la República
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Bolivariana de Venezuela -artículos 26 y 257- se instituye el
proceso como el instrumento fundamental para la realización
de la justicia. De allí, que el único medio constitucionalmente
legítimo para la satisfacción del derecho fundamental relativo
a la tutela judicial efectiva es el debido proceso.
Al respecto, quien suscribe estima, que la norma contenida en
el
artículo
191
del
Código
Orgánico
Procesal
Penal,
al
referirse a la “inobservancia o violación de derechos y garantías
fundamentales”, no puede en modo alguno ser interpretada en
forma restrictiva, como afirma la mayoría sentenciadora, pues
ello implicaría el desconocimiento de la preeminencia de los
derechos constitucionales y una ilegítima limitación en su
desarrollo.
De
tal
modo,
que
una
interpretación
restrictiva
iría
en
detrimento de una tutela judicial efectiva, habida cuenta que
los
preceptos
simples
y
garantías
enunciados
de
fundamentales
carácter
pasarían
dogmático,
pues
a
el
ser
Texto
Constitucional propugna el valor normativo supremo de sus
preceptos y la realización de la justicia a través del proceso.
Por
lo
anterior,
no
comparte
quien
disiente
el
criterio
sostenido por la mayoría sentenciadora, relativo a que la Sala
de Casación Penal de este Tribunal Supremo de Justicia no
estaba
legalmente
autorizada
para
declarar
de
oficio
la
nulidad decretada, conforme a lo previsto en el artículo 441
del
Código
Orgánico
disposición
limita
Procesal
el
Penal,
ya
que
conocimiento
si
del
bien
dicha
recurso
“exclusivamente, en cuanto a los puntos de la decisión que
hubieren
sido
impugnados”,
ello
excluye
la
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posibilidad
de
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observar la vulneración de algún derecho fundamental.
Por
tanto,
la
referida
Sala
de
Casación
Penal
sí
estaba
plenamente autorizada para, no obstante la inadmisibilidad
del recurso interpuesto, declarar la nulidad cuestionada por el
solicitante de la presente revisión, pues conforme al artículo
191
del
oficio
Código
Orgánico
procede
inobservancia
cuando
o
Procesal
se
está
violación
de
Penal,
en
dicha
nulidad
presencia
derechos
y
de
de
una
garantías
constitucionales, lo cual en concordancia con los artículos 26
y
257
de
la
Constitución
de
la
República
Bolivariana
de
Venezuela, resulta obligatorio para el juzgador (en este caso
Sala de Casación Penal) en su función jurisdiccional, velar por
el cumplimiento de los preceptos fundamentales en resguardo
del supremo valor constitucional, los cuales, por ser materia
de orden público, son de ineludible cumplimiento.
Queda así expuesto el criterio de quien disiente respecto a lo
expresado por la mayoría en el presente fallo. Fecha ut supra.
El Presidente - Disidente
Iván Rincón Urdaneta
El Vicepresidente,
Jesús Eduardo Cabrera Romero
Antonio García García
Magistrado
José Manuel Delgado Ocando
Magistrado
Pedro Rondón Haaz
Magistrado
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El Secretario,
Tito Rubén De La Oz
Exp. No. 02-0468
IRU.
Quien suscribe, JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO, emite su voto
concurrente en razón de los siguientes fundamentos:
En criterio de quien suscribe, la Sala Penal así declare inadmisible un
recurso, sí puede declarar nulidades de oficio, como una forma de tuición
constitucional si ese fuere el caso, y tal criterio lo sostuvo quien suscribe, con
motivo del voto salvado al fallo de 15-10-02 (caso Eduardo Semtei Alvarado), de
esta Sala. En consecuencia, quien suscribe sostiene el mismo criterio con relación
a las posibilidades de la sala de casación penal en el sentido expuesto.
Pero en el caso de autos, considera el concurrente, que la Sala Penal,
pudiendo decretar nulidades de oficio, sin embargo se extralimitó al decretar la
nulidad con base en una supuesta violación del debido proceso, sin señalar en
cuál de los supuestos del artículo 49 constitucional había incurrido el fallo
impugnado; y sin que pueda precisarse en qué consistió la infracción que ameritó
se declarara la nulidad de oficio.
De allí, por esta causa, quien suscribe considera que el presente fallo,
necesariamente tenía que declarar con lugar el recurso de revisión, al existir una
extralimitación de la Sala Penal, a su vez violatoria de derechos fundamentales,
como se explican en la sentencia, y por tanto hace suyo esos razonamientos para
fundar la revisión ordenada.
Queda así expuesto el criterio del concurrente
Caracas, en la fecha ut- supra.
El Presidente de la Sala,
IVÁN RINCÓN URDANETA
El Vicepresidente-Concurrente,
ROMERO
JESÚS
EDUARDO
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CABRERA
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Los Magistrados,
JOSÉ MANUEL DELGADO OCANDO
Antonio José García García
PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ
El encargado de la Secretaría,
TITO DE LA HOZ
Exp. Nº: 02-0468
J.E.C.R./
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