82 J. MADRID MORENO. (6) el caso de presentarse en los cultivos meses seguidos. La presencia del bacilo flúorescens, ¿iquefaciens y putidus, violaceus, pyocyaneus, aúreus, urce, prodigiosus, termo, proteus, Zopfii y bacterias pútridas, tienen la misma significación y abundan con frecuencia en el Lozoya en todas las épocas del año. Tampoco es raro hallar aquellas especies que, como el bacilo mycoides, radicicola, cladotrix, provienen de la superficie de la tierra y se hallan en las primeras capas. La presencia en las placas de cultivo de mucedineas es signo de que las aguas han permanecido estancadas algún tiempo, cosa que á veces suelen presentar las del Lozoya. Se ve, por lo expuesto, que si nos hemos de guiar por resultados cuya significación está admitida y sancionada por los laboratorios bacteriológicos y los estudios practicados sobre este particular, las aguas del canal de Lozoya no reúnen las condiciones exigidas por la higiene para considerarlas exentas de peligro para la salud pública mientras no se adopte algún procedimiento que las corrija y depure. Desgraciadamente no existe ni siquiera remota esperanza de que se realicen tales mejoras en provecho de la salud pública de nuestra capital. A pesar del buen concepto que entre el público gozan las aguas de los antiguos viajes, tampoco podemos calificarlas de excelentes desde elpunto de vista bacteriológico, pues ya, más adelante, indicaremos la calidad de sus bacterias. La conducción de aquellas aguas por el interior de la tierra al abrigo del aire y de los trastornos atmosféricos son factores que contribuyen á que el número de bacterias no presente esas oscilaciones tan grandes que ofrecen las del Lozoya. Esto hace también que aquéllas sean más frescas en verano, más soportables por su temperatura en el invierno, y no estén sujetas á turbias, llegando siempre cristalinas y limpias á las fuentes vecinales. Su peligro estriba en la situación de las cañerías y en su relación con aguas fecales de absorbederos y alcantarillas. Las bacterias que en estas aguas he encontrado son las mismas que en el Lozoya, con cortas diferencias, necesitándose como en aquéllas ejecutar continuas comprobaciones para formar concepto de su bondad. De mis observaciones resulta que las que proceden de los viajes Alto y Bajo Abroñigal, que por su caudal son las más importantes, están