FUNDAMENTACIÓN DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL SOCIOLÓGICA

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UNIDAD I: FUNDAMENTACIÓN DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL SOCIOLÓGICA
Orígenes y fundamentos de la psicología social sociológica
Como se describió en la unidad anterior, desde la corriente de la Psicología Social
Psicológica, se pretendía explicar la organización y los procesos sociales a partir
de las disposiciones de los individuos, y en general a partir de la naturaleza
humana. A continuación se presentan las características principales de la “otra”
corriente de pensamiento que considera en - líneas generales - que es la
sociedad, con lo que esto significa (cultura, historia, etc), la que juega un rol
esencial en la psicología de los individuos. Así que se tomarán varios de los
autores ya mencionados teniendo en cuenta que las dos tendencias tienen
orígenes muy cercanos.
Si se observa en la Grecia clásica, la idea de la influencia de la sociedad en el
individuo ya estaba presente desde Hipócrates (siglo IV A de C) con su “Tratado
de los aires, de las aguas y de los lugares”, pero al avanzar más en el tiempo se
identifica con más claridad en las premisas de Jean Jacques Rousseau (1712 –
1778), para quien la naturaleza no hizo al hombre como un ser a priori social. Para
él, la naturaleza se originaría por causas fortuitas y las cualidades del hombre solo
se desarrollarían si ciertas condiciones sociales se conjugaban. Es decir que es la
vida social la que forma al hombre, es en ultimas un producto social (Ej. Los
vínculos familiares permiten el surgimiento del amor, la “propiedad” ocasiona los
procesos psicosociales de competencia, de rivalidad, etc.). De allí que la sociedad
es la que desarrolla la memoria, la imaginación, la personalidad, el estatus, los
roles sociales, etc.
Así como se observaron hitos históricos para el surgimiento de la Psicología Social
Psicológica en Estados Unidos, que también tendrán su efecto en el enfoque
sociológico, tenemos varios momentos fundamentales que aceleran la llegada de
la mirada sociológica, solo que se dan en Europa y particularmente en Francia,
pero de manera recíproca también repercutirán en el enfoque psicológico. Desde
un punto de vista cronológico tenemos - en pleno período de la ilustración – el
primer evento relacionado con una gran revolución político-social: la Revolución
Francesa (entre 1789 y 1799), la cual se inicia con la toma de La Bastilla y culmina
con un sangriento ajusticiamiento (utilizando la Guillotina) del Monarca Luis XVI,
su esposa María Antonieta de Austria y su corte. Marcó el fin del absolutismo
monárquico francés y dio paso a una Asamblea Popular donde estaba
representado el ciudadano de la primera República. Luego vendría la época del
terror con Robespierre a la cabeza y posteriormente surgiría el Imperio con
Napoleón que instituiría una serie de Códigos que dan fin al feudalismo y a la
servidumbre, ordenan una Constitución, la libertad de culto, el derecho al voto, y
en últimas, le da valor a los derechos del hombre y del ciudadano.
Le sigue una revolución económica que se inicia en Inglaterra y luego continúa por
toda Europa: la Revolución Industrial (siglo XVIII hasta primera mitad del siglo XX).
En este periodo, gracias al perfeccionamiento de la máquina de vapor y las
maquinas de textiles, la actividad laboral manual paso a la producción en cadena y
en masa, con lo cual surge en forma el capitalismo y con él otra serie de protestas
y movimientos obreros que impulsarán el surgimiento de la sociología clásica y de
las ideas Marxistas.
Luego viene la llamada “Primavera de los pueblos”. Se refiere a las revoluciones
de 1848, las cuales fueron una ola de manifestaciones populares que se
expandieron rápida y brevemente por toda Europa para pedir por el fin de las
Monarquías que se había iniciado con la Revolución Francesa pero que aun
persistía en los demás países monárquicos de Europa.
En esta época (siglo XIX), también se concentra un proceso de colonialismo
salvaje por las potencias mundiales, de manera que de 1820 hasta 1880 (fechas
aproximadas) se realizan una serie de encuentros para hacer acuerdos y
solucionar crisis sucesivas por la forma de repartirse diferentes partes de África y
Guinea por las riquezas que estos continentes tenían y lo que esto significaba
para mantener los imperios. Esto generó un interés etnológico por conocer otras
culturas, dando fuerza a la antropología, y donde algunos “científicos” y
comerciantes vieron la oportunidad de hacer dinero con “circos humanos” o
“exhibiciones etnológicas” donde se mostraba a Pigmeos, Tuaregs, Malgaches,
etc, junto a otros animales, lo cual era aprovechado por los teóricos del
imperialismo y de visiones etnocentristas para justificar la posesión del territorio,
bajo la idea que “los salvajes solo respetaban la fuerza, el poder, la audacia y la
decisión”. Aquí se construyó un discurso racista apoyándose en los estudios de la
antropología bajo el enfoque del Darwinismo y positivismo social, que puede
rastrearse hasta el “racismo de Estado” en la Alemania Nazi.
Sigue otra revolución social: “La Comuna De París” (1871). Se produjo un
movimiento popular en París motivado por la penuria de la guerra que Francia
había perdido contra Prusia. El pueblo pedía para París un gobierno autónomo
elegido por ellos mismos, pero el gobierno de Versalles oprimió de manera
sangrienta este movimiento social.
Tal como lo señala Munné (1986), todos estos eventos colonialistas o
imperialistas, y revoluciones sociales, políticas y económicas originan dos
vertientes en la investigación psicosocial europea centrada en el comportamiento
colectivo: la Psicología de las Masas (Francia) y la Psicología de los Pueblos
(Alemania). De acuerdo a lo anterior, se entiende mejor porqué la Psicología
Social Sociológica tiene su fundamento en la sociología francesa. El hecho de
estar confrontados a un desarrollo histórico tan cercano a su época y tan violento,
en el cual el etnocentrismo y los grandes movimientos sociales surgían
frecuentemente, los obligaba a intentar comprender por qué el hombre o los
grupos o las masas se comportaban de manera tan violenta. Aquí se encuentra a
los sociólogos Gabriel Tarde, Gustav Le Bon y Emile Durkeim, quienes tratarán de
dar respuesta a este interrogante.
- La Psicología de las Masas y las ideas sociológicas
Gustav Le Bon, al interesarse en la crisis de las instituciones y el surgimiento de
las masas revolucionarias publica su libro “Psychologie des Foules” (1895), en el
cual se describe el fanatismo de las masas y su tendencia a comportarse de
manera irracional al sumergirse en un peligroso ideal socialista, para lo cual
recurre al concepto de “alma de la masa”, la cual abarca no solo a la multitud sino
también a las asambleas legislativas, los jurados, etc. Su visión esta sesgada por
lo patológico del movimiento en la medida que Le Bon se inspiró en los estudios
de Charcot y Pierre Janet sobre la histeria utilizando la hipnosis y encontró
acuerdos y desacuerdos con los postulados de Freud. Es decir que bajo la
influencia de la multitud, las personas son capaces de transformar cualquier idea
en actos de barbarie, que no realizarían si se encontraran solas, ya que en la
masa la persona se ve envuelta en una excitación colectiva donde pierde
temporalmente alguna de las facultades de razonamiento y llega a ser altamente
sugestionable, regresando a formas más primitivas de reacción. La influencia es
por tanto unidireccional, donde el individuo pasa a un estado de inconsciencia
colectiva y pierde su identidad por los efectos de la sugestión y el contagio
(conceptos utilizados en esa época sobre la hipnosis y las investigaciones del
bacteriólogo Louis Pasteur y Robert Koch). Su obra influyó enormemente en los
estudios de manipulación y propaganda, así como en los estudios de criminología.
En Francia también se encuentra a Emile Durkeim, quien esta en una república en
plena revolución industrial, que ha pasado por varios movimientos sociales,
guerras con sus vecinos y con luchas internas que dejan a los obreros en una
posición de constante desacuerdo. Su reto es colaborar con un nuevo orden
francés que le diera la seguridad del antiguo imperio, pero bajo unas nuevas
bases. Se cuestiona sobre ¿cómo recrear los lazos sociales tradicionales si en el
nuevo sistema de producción industrial estos se han roto por la diferencia de
clases? Aquí publica su libro “La división del trabajo social” (1893) donde explica la
dinámica de las relaciones sociales en la sociedad de ese momento mediante el
concepto de Solidaridad Mecánica y Solidaridad Orgánica. La primera se refiere a
una solidaridad por semejanzas en la cual los individuos se asocian entre sí de
manera natural y con un bajo nivel de conflicto. En la segunda, se observa que los
individuos son diferentes entre sí, y corresponde al caso de la sociedad
industrializada, donde la agrupación de los individuos origina una serie de
conflictos que son controlados por una autoridad exterior llamada la “conciencia
colectiva”.
En 1897 Durkeim publica su libro sobre “El Suicidio”, en el cual considera que la
felicidad de un individuo solo es posible si este no exige más de lo que le puede
ser acordado, para lo cual se requiere de un poder moral externo respetado por el
individuo que fije este límite, a lo cual el designa a “la Sociedad” en su conjunto.
Lo interesante es observar la manera en que Durkeim explica un acto individual
desde la sociología: si se estudia un caso de suicidio, no hay duda que es la
mirada psicológica la que prevalece, pero al tratarse de un gran número de
suicidios en un momento y lugar determinados se convierte en un hecho social, lo
cual ya hace parte del campo sociológico. En este estudio Durkeim aplica el
método experimental positivista en la medida que consideraba que un sociólogo
debe buscar la objetividad distanciándose de la realidad que estudia, y la causa de
un hecho social debe buscarse entre los hechos sociales que lo precedieron y en
la conciencia colectiva de la sociedad, y nunca en los estados de conciencia
individuales, ya que el grupo piensa, siente y obra en forma distinta a como lo
harían sus miembros si se encontraran aislados. De esta manera Durkeim resalta
la prioridad de lo social sobre lo individual, siendo la sociedad la que determina
para bien o para mal el comportamiento de la persona. Su obra influyó en los
postulados de Serge Moscovici.
Otro de los precursores de la Psicología Social Sociológica: Gabriel Tarde, el cual
publicó en 1890 “Las Leyes de la Imitación” y en 1895 “La lógica social”, los cuales
iban a ser publicados juntos bajo el titulo “Psicología social y lógica social”, con lo
cual hubiese sido el primer libro de esta disciplina (Ibáñez, 1990, citado por
Garrido, Álvaro, 2007). Tarde no compartía el concepto de Conciencia Colectiva
de Durkeim, ni tampoco la mirada biologicísta de otros colegas como Herbert
Spencer, ya que consideraba que los efectos de la sociedad sobre el
comportamiento individual no son el producto de procesos psicológicos
independientes fuera del individuo, sino que son el resultado de las reacciones
recíprocas entre las conciencias que se producían por medio de la imitación.
Consideraba – contrario a Durkeim - que la sociología debía estar fundamentada
en la psicología, ya que la realidad social era el producto de estados psicológicos
que se dan por la asociación entre los individuos. Es decir, que solo existía un
nivel de realidad, y era el de los individuos asociados y sus efectos sobre la
conciencia, tal como lo menciona Garrido y Álvaro (2007). De allí que el
comportamiento social es un producto de la influencia recíproca entre la
conciencia individual que surgía en el contexto de interacciones espontáneas. Las
ideas de Tarde se reflejarán en el libro de Ross y posteriormente en la Escuela de
Chicago.
- La Psicología de los Pueblos y el dilema de la unidad de la ciencia
La Psicología de los Pueblos surge en Alemania como consecuencia de la actitud
defensiva que adoptaron las disciplinas humanísticas por el avance de las
Ciencias Naturales. La etnología al no pode dar una explicación satisfactoria de
las diferencias culturales que se observaban en los nuevos espacios colonizados
por los europeos, se apoyó en la psicología, surgiendo una etnopsicología o
psicología de los pueblos la cual estudiaba sus productos culturales tales como los
mitos, costumbres, lenguaje, derecho, religión, arte, organización social, etc. como
si se tratara de individuos. Para darle coherencia u organización se apelaba al
concepto de “espíritu o mente del pueblo”. Este concepto se desarrolló luego en
Alemania en la década de los 30’s donde se transformó para sustentar la
Psicología de las Razas impulsado por la ideología Nazi (Munné, 1986).
La actitud defensiva se fundamentaba, por un lado, en la necesidad de tener un
objeto de estudio diferente al de las Ciencias Naturales. En Alemania Wilhelm
Dilthey (1831 – 1911), en reacción al positivismo lógico de A. Compte, defendía la
idea de la especificidad de las Ciencias Sociales y quería construir un método
propio y no uno tomado del positivismo asociado a las Ciencias Naturales, por lo
cual rechazaba la unidad metodológica de las ciencias. El objetivo de las Ciencias
Sociales no era el de explicar sino el de comprender al hombre en su interacción
con la sociedad. Esto implicaba participar en la vida y cultura de los actores, el
tener la capacidad de colocarse en su lugar para comprender cómo y porqué ellos
han actuado de una manera determinada, lo cual se realizaba con una
metodología cualitativa. Por esto Dilthey fue un partidario de la Psicología
comprensiva, considerando que la experiencia debía ser tomada como un todo,
anticipándose a los postulados de la Gestalt. Frente a la psicología explicativa
propuso una psicología descriptiva y analítica basada en la hermenéutica como
única forma de comprender la experiencia interna como la realidad social e
histórica. Sin embargo, durante un tiempo el método experimental es el que logra
imponerse, pero alrededor de los años 60’s – y aun desde los años 30’s - un
número cada vez más importante de investigadores van a cuestionarlo, por
considerarlo insuficiente para explicar la realidad humana y social compleja y en
constante cambio. Empiezan a tomar fuerza los fundamentos fenomenológicos, el
interaccionismo simbólico y la dialéctica para definir procedimientos que tomen en
cuenta la complejidad de las situaciones, sus contradicciones, la dinámica de los
procesos y los puntos de vista de los actores, lo cual se verá más adelante.
Por otro lado, las disciplinas amenazadas ampliaron su campo de estudio, tal
como la Filología, que incluyó el análisis de las relaciones entre el lenguaje y la
cultura (Garrido, Álvaro, 2007). Aquí aparecen los postulados de Friederich
Herbart (1776 – 1841), filósofo, psicólogo y pedagogo alemán que ocupó la
cátedra de Kant en Konigsberg luego de su muerte. Herbart fue uno de los
precursores de la Psicología de los Pueblos por su concepción de la personalidad
individual como un producto cultural, de manera que el hombre no es nada sin la
sociedad y si estuviera aislado carecería de humanidad.
Herbart rechazó el concepto de “alma del pueblo”, considerando que el único
hecho real era el individuo y toda conclusión sobre el espíritu colectivo tenía que
haber surgido del estudio del alma individual. Consideraba que un estudio
completo de la personalidad debía tener en cuenta una comparación de la vida
mental de los miembros de diferentes culturas. En la aparición de la Psicología de
los Pueblos también es fundamental el papel de Wilhelm von Humboldt (1767 –
1835), quien en calidad de representante de la nueva filología alemana publicó un
artículo sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia
sobre el desarrollo espiritual de la humanidad (1836), donde el estudio del
lenguaje como un producto cultural ocupaba un lugar cada vez más importante, ya
que se hacían evidentes los efectos del lenguaje y de la cultura en el pensamiento.
Justamente fueron sus discípulos Lazarus (1824 – 1903) y Steinthal (1823 – 1899)
quienes fundaron la Psicología de los Pueblos como disciplina diferente de la
filología y de la psicología individual.
Esta nueva disciplina tenía dos áreas: Una se ocupaba del estudio del lenguaje,
las costumbres y los mitos como producto del contexto cultural e histórico. La otra
se centraba en la elaboración de una psicología diferencial de los distintos
pueblos, razas y naciones (Garrido, Álvaro, 2007). Sin embargo su trabajo fue
absorbido por la corriente etnológica, y continuo como una mirada descriptiva del
folklore de cada nación. Posteriormente W. Wundt se interesará en la Psicología
de los Pueblos y se realizan una serie de publicaciones (10 volúmenes) que
reflejarán su transformación y terminará dándole un lugar propio al lado de la
psicología experimental en 1893.
- El cambio de siglo y las ideas de Marx y Weber en la Psicología
Con el cambio de siglo se da propiamente el surgimiento de la Psicología Social
cuando en 1908 se publican los dos libros sobre la Psicología Social, uno de los
cuales presenta la tendencia marcada por las ideas de Tarde, y cuyo autor es
Edward Alsworth Ross. En Norteamerica, también se tiene en esta época un
representante de la Psicología Social Sociológica: Charles Cooley. El cual
considera que el individuo y la sociedad no pueden disociarse, y las actitudes y
hábitos surgen en la interacción familiar de la primera infancia (grupo primario), e
influyen en las ideas y valores de la vida adulta. Esta influencia luego se mantiene
en los grupos secundarios (vida profesional) y llegaría a pesar mucho en la
formación del yo.
Poco tiempo después de estas publicaciones surge la Primera Guerra Mundial
(1914 – 1918), motivada en parte por los conflictos entre el imperio Austrohungaro y Serbia, en el cual se fueron incluyendo los países europeos y Estados
Unidos con casi la mitad de los países del mundo, originado - en parte - por las
disputas que quedaron por la repartición de África. Como se sabe cada una de las
guerras tiene su impacto en el desarrollo de la Psicología, y esta guerra será
relevante por diferentes aspectos entre los cuales está el surgimiento de las ideas
socialistas. Casi al final de la Primera Guerra se da la Revolución Rusa (1917), en
la cual los bolcheviques se rebelan contra el Zar Nicolas II de Rusia por la
situación de penuria, hambruna y su comportamiento despótico, momento en que
las ideas de Vladimir Illich Ulianov (Lenin) (1870 – 1924), León Trotsky (1879 –
1940) y Karl Heinrich Marx (1818 – 1883) llegan con gran impacto a la población.
Con respecto a Marx se observa que recibió una gran influencia de Hegel (1771 –
1831) y Feuerbach (1804 – 1872). Del primero, Marx conserva su dialéctica para
construir su Materialismo Dialectico, en el cual los procesos mentales dependerán
exclusivamente del mundo material, en el cual la conciencia es un producto de la
praxis social. En este proceso es de gran importancia el lenguaje, el cual es un
producto social y se adquiere solo por la condición de ser miembro de una
sociedad. Las ideas de Marx comentadas por Giddens (1977, citado por Garrido y
Álvaro, 2007, pág. 45) permiten apreciar su clara posición materialista: Para Marx
las ideas son producto del cerebro – a través de los sentidos - en relación con un
mundo material cognoscible. Estas ideas no son inmanentes y no están en la
mente humana de manera indefinida. La conciencia humana está condicionada
por un intercambio dialectico de acción y reacción entre el sujeto y el objeto. El
hombre modela activamente el mundo en el que vive, al mismo tiempo que este
mundo le da forma a él, e incluso nuestra percepción del mundo está condicionada
por la sociedad. Se observa que su obra va más allá de la economía política para
influir en todos los campos de la sociedad.
Por otro lado, se encuentran los postulados del alemán Maximilian Carl Weber
(1864 – 1920), quien se lo considera como uno de los fundadores de la sociología.
Su postura anti-positivista, idealista y hermenéutica marcó sus escritos, los cuales
abordaron la sociología de la religión, la economía y el gobernó. El objetivo de la
sociología para Webwe es la acción social, y en especial, la acción referida a
otros, es decir, la interacción social mediante un acto de carácter reflexivo y
significativo, totalmente opuesto a la reacción mecánica E-R. Esta posición lo
ubica en la microsociología, pero sus investigaciones demuestran otra cosa, lo
cual ha dado lugar a diferentes interpretaciones de su obra, y lo ubican también en
el análisis de las grandes estructuras sociales (Ritzer, 1996, Garrido y Álvaro,
2007). Sobre su metodología se puede decir que Weber no compartió las ideas de
Dilthey sobre el carácter comprensivo de las ciencias del hombre, sino que se
acerca más a la postura de Rickert para quien la distinción entre las ciencias
naturales y las sociales no viene dada por la naturaleza del objeto sino por la
finalidad con la que este objeto es investigado y porla metodología utilizada para la
elaboración de los conceptos. No se alejaba de Dilthey pero consideraba que la
comprensión y la explicación no eran incompatibles.
- La Escuela de Chicago
Con la escuela de Chicago es interesante observar cómo pasa el desarrollo de la
Psicología Social Sociológica de Europa hacia Estados Unidos. Por un lado está
Charles Ellwood (1873 – 1946), luego Emory F. Bogardus (1882 – 1973) y Luther
L. Bernard (1881 – 1951), todos sociólogos, junto a otros que se presentarán más
adelante. Ellwood parte de los individuos y de las relaciones entre estos para
explicar las instituciones sociales, pero reconoce que estas poseen una realidad
externa a los individuos sin cuya influencia es imposible entender los contenidos
de la mente social. Es decir que el estudio de las relaciones entre los individuos
tiene que llevarse a cabo definiéndolas como una interacción mental, lo cual le
llevaría a considerar la psicología social como un área de la sociología. En sí es la
imposibilidad de entender la sociedad sin referirnos a la conciencia y la
imposibilidad de referirnos a la mente individual sin tener en cuenta su origen
social.
Luego se observan otras publicaciones como la de Bogardus, para quien la
psicología social no era la mera aplicación de los principios de la psicología
individual al estudio del comportamiento colectivo, sino que tenía sus propios
principios y conceptos. Luego están los postulados de Bernard, quien profundiza
en el estudio del concepto de hábito como herramienta de análisis de la conducta
social. Para él, los hábitos no tienen su origen en los instintos, sino que es el
medio el que domina el contenido, la dirección y funcionamiento de la formación
de los hábitos. En general para todos ellos, la psicología social era una disciplina
de la sociología, pero veían a la sociología como una ciencia sintética, en la que
debía tener cabida la biología y la psicología, lo cual era más cercano a la posición
de Tarde y mucho más lejana de la de Durkeim.
En la Escuela de Chicago también es necesario mencionar a William I. Thomas,
quien subrayó la necesidad que la sociología se orientará a la investigación
empírica. Thomas publicó con Znaniecki en 1920 una investigación en cinco
volúmenes sobre la inmigración de polacos en Europa y Norte América, la cual fue
de gran relevancia al demostrar un pluralismo metodológico por la cantidad de
fuentes utilizadas y resaltaron por primera vez el carácter empírico del concepto
de actitud, lo cual sería un punto central en el desarrollo posterior de la psicología
social. Su investigación se organiza alrededor de dos conceptos: los valores
sociales y las actitudes, siendo su tesis central la siguiente: La interdependencia
entre la organización social, la cultura y los individuos hace inevitable tener en
cuenta tanto los determinantes objetivos como subjetivos de la vida social. Es
decir que para el estudio de un proceso social se deben tener en cuenta tanto toda
cosa natural que tiene un significado para la acción, lo que la convierte en un valor
social, como su contraparte individual, es decir las actitudes. Su enfoque es
precursor de diferentes enfoques construccionistas, tales como el Berger y
Luckman (1967), ya que para estos la realidad es una construcción simbólica de
procesos dinámicos de objetivación y subjetivación. Sin embargo, la posterior
psicologización del concepto de actitud y el incremento del experimentalismo
impidieron que se le diera un mayor alcance a su postura, pero actualmente ha
permitido abrir un espacio nuevo de críticas al concepto tradicional de actitud por
Serge Moscovici.
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