Artículos de Mesoweb Esposas e hijas en el Altar de Dallas Simon Martin University of Pennsylvania Museum A-E G-H F I-J K-R S-D’ Figura 1. El Altar de Dallas (dibujo de Linda Schele). Las inscripciones de los monumentos mayas a menudo expresan vínculos genealógicos entre di­ versos actores de la élite, fundamentan alegatos de legitimidad y, en ocasiones, establecen relaciones con reinos extranjeros. La cantidad y variedad de tér­ minos jeroglíficos empleados para manifestar estas relaciones reflejan la rica variedad de expresiones de parentesco presentes en las lenguas mayas. Las expresiones más comunes aparecen en las manifesta­ ciones de relación paterno/materno-filial, lo que se examinó de manera sistemática por primera vez en un estudio no publicado de Linda Schele, Peter Mathews y Floyd Lounsbury (1977).1 Este influyente estudio se ha ampliado y refinado con el correr de los años, en la medida en que se han ido descubriendo datos adicionales (por ejemplo, Stuart, 1985, 1997; Hopkins, 1991). El presente estudio examina las relaciones expresadas en un solo monumento, el llamado Altar de Dallas y sugiere que en su interpretación puede Partes de este proyecto fueron planteadas por el trabajo de otros estudiosos, en especial Jones (1977: 41-42). 1 Traducción de “Wives and Daughters on the Dallas Altar,” publicado en 2008 en Mesoweb: www.mesoweb. com/articles/Martin/Wives&Daughters.pdf. Esta traducción: www.mesoweb.com/es/articulos/Martin/ Esposas-e-hijas.pdf. Esposas e hijas 2 ser de utilidad considerar un vínculo de sangre que hasta ahora había pasado inadvertido. El Altar de Dallas Un monumento tallado cuyo origen se desconoce y que actualmente se halla en el Museo de Arte de Dallas—y que probablemente sea la parte superior de un pequeño altar o un tablero de pared—muestra a dos personajes en el interior de dos tipos distintos de recinto que coronan plataformas escalonadas, cada uno de ellos rodeado de bloques de escritura jeroglífica (Berjonneau y Sonnery, 1985: 258; Mayer, 989: 18-19, lám. 104) (figura 1).2 El texto es largo, ya que consiste en un total de 105 glifos, y aunque su condición general es buena, la erosión de la superficie del monumento ha afectado algunas secciones, espe­ cialmente en aquellos puntos en los que los signos fueron incisos muy ligeramente. En 1997, tuve la suerte de poder tomar un gran número de fotografías de acercamientos de esta piedra bajo distintos ángu­ los de iluminación, registro que ha resultado esencial para llevar a cabo el presente estudio.3 A partir de estas fotografías, puede recuperarse información que antes no se conocía de las secciones erosionadas del texto, lo que arroja nueva luz sobre su significado e importancia. El contenido epigráfico del Altar de Dallas ha sido objeto de la atención de diversas publicaciones (Tate en Mayer, 1989: 18-19; Jones y Spetzler, 1992; Freidel y Guenter, 2003), cada una de las cuales ha contribuido a nuestra comprensión actual de su nar­ rativa. El monumento conmemora el Final de Período 9.15.0.0.0, en el año 731, pero incluye referencias ret­ rospectivas a acontecimientos que ocurrieron en los años 721, 679 y 520. Estos tres episodios anteriores se describen como “llegadas” de mujeres de alto rango provenientes del reino de la Serpiente, que normal­ mente se asocia con el gran centro de Calakmul. Cada una de estas mujeres llegó a un sitio llamado Sak Nikte’ o “Flor Blanca,” nombre que sabemos cor­ respondió en la antigüedad al sitio de La Corona, en Guatemala. Secuencias paralelas El orden de lectura tradicional del texto comienza con la fecha de la Serie Inicial (figura 1, columnas A-E), pasa al bloque de la izquierda (F), antes de pasar al Este monumento también se conoce con el nombre de Altar 1 del Sitio Q en la lista de monumentos de origen desconocido recopilada por Peter Mathews (1979), quien fue el primero en elucidar su cronología. Recientemente, su nom­ bre fue cambiado por Altar 5 de La Corona (David Stuart, comunicación personal 2008). 3 Mi agradecimiento a Carol Robbins del Museo de Arte de Dallas, quien amablemente dio su permiso para llevar a cabo la fotografía, así como a Dorie Reents-Budet, por su colaboración al tomar las imágenes. 2 a b c Figura 2. Señoras del reino de la Serpiente, enumeradas como “primera,” “segunda” y “tercera.” (a) Altar de Dallas (I4-J4) (dibujo de Kim Leaman); (b) Altar de Dallas (Q2-R1) (dibujo de Kim Leaman); (c) Altar de Dallas (Y1-X2) (dibujo de Simon Martin). bloque central (G-H) y luego a otros bloques a la dere­ cha y abajo. Joanne Baron (comunicación personal 2008) ha propuesto una alternativa que considera que la columna F es un texto secundario independiente; conforme a esta alternativa, de la Columna E se debe pasar directamente a la Columna G. Esta idea resulta atractiva por varias razones. De hecho, si adoptamos este orden de lectura, gran parte de la inscripción consiste en tres secuencias paralelas que presentan diferencias y datos adicionales menores (tabla 1, apéndices A-C). Su orden no es cronológico, sino que comienza con el episodio más reciente (en 9.14.9.9.14, en el año 721 d. C.), pasa al más temprano (en 9.4.5.6.16, en el año 520) y luego se adelanta hasta un evento ocurido entre estas dos fechas (en 9.12.6.16.17, en el año 679). Habré de referirme a ellas por su orden en el monu­ mento como, “primera,” “segunda” y “tercera,” re­ spectivamente. La estructura invariable de cada una de ellas es: (1) verbo; (2) Mujer A; (3) topónimo; (4) relación; (5) Hombre A; (6) relación; (7) Hombre B; (8) relación; (9) Mujer B. Estas designaciones numéricas habrán de usarse en el presente estudio con el fin de poder dar seguimiento a los diversos componentes en las tres secuencias. (1) En todos los casos, la raíz verbal es hul, “llegar (aquí)” (Kaufman and Norman, 1984: 120; MacLeod, 1990: 339-341). El primer ejemplo está muy dañado, (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) a Esposas e hijas (1) b c Tabla 1. Estructuras paralelas en el texto del Altar de Dallas: (a) la llegada registrada en 9.14.9.9.14, año 721 (D5-H7) (dibujo de Simon Martin); (b) la llegada registrada en 9.4.5.6.16, año 520 (J2b-M1) (dibujo de Kim Leaman); (c) la llegada registrada en 9.12.6.16.17, año 679 (Q1-T2) (dibujo de Kim Leaman y Simon Martin). (a): (1) *hu-*li (2) IX TI’-ka-KAN-AJAW IX-ka-KAN-AJAW (3) TAHN-na *CH’EEN-na SAK-NIK-TE’ (4) ya-AT-na (5) ya-*AJAW-TE’-K’INICH SAK-WAY-si (6) ? (7) TI’-[?]K’AWIIL? (8) ya-AL-la (9) IX-x-x (b): (1) hu-li-ya (2) IX-x-x NAAH-EK’ U-NAAH-TAL-la IX-ka-KAN-AJAW (3) SAK-NIK-TE’ (4) ya-AT-na (5) ? (6) ? (7) K’AB?[TUUN]-ni-*HIX K’UH-ka-KAN-AJAW (8) ya-AL (9) IX x-x-x 3 (c): (1) HUL-li-ya (2) IX-x-x U-2-*TZ’AK-bu-li IX-KAN-AJAW (3) SAK-NIK-TE’ (4) ya-AT-na (5) K’INICH-?-yo?-OOK (6) ? (7) yu[*ku]-no-ma-*CH’EEN (8) ya-AL (9) IX x-x-BAHLAM? Esposas e hijas 4 a b Figura 3. Un señor de La Corona, del período Clásico temprano: (a) Altar de Dallas (J5) (fotografía de Simon Martin); (b) Estela 1 de La Corona (pD7b) (dibujo a tinta de Kim Leaman, conforme a un esbozo de David Stuart). pero puede reconstruirse por contexto (Freidel y Guenter, 2003, con factores adicionales descritos a continuación). (2) Le sigue el nombre de una mujer, la Mujer A. La primera de ellas es llamada ix ti’ kanal ajaw, apelativo que resulta difícil de traducir con elegancia, pero cuyo significado literal es “Señora Boca (?), Señora de la Serpiente.” Lleva la forma femenina del glifo emblema de la Serpiente (de fácil confusión con su nombre), aunque en una posterior aparición en este texto ostenta el elevado título kaloomte’ “Señora ‘Emperatriz’” (C’1b-B’2). La segunda mujer en el or­ den y la más temprana de las tres es llamada ix ? naah ek’, “Señora ? Primera/Gran Estrella.” Siguiendo una forma señalada por primera vez por Stanley Guenter, se le identifica como unaahtal ix kanal ajaw, “Primera Señora de(l) [Reino] de la Serpiente” (Freidel y Guenter, 2003). De hecho, las otras dos mujeres se asocian con declaraciones de origen similares, si bien cambian a expresiones diferentes: cha utz’akbuil “se­ gunda en la cuenta” (en la posición Q2) y ux utz’akbuil “tercera en la cuenta” (en la posición Y1) (ésta última fuera de la estructura paralela, como habremos de ver más adelante) (figura 2a-c). El nombre de la tercera mujer mencionada está demasiado borrado como para poder leerlo. (3) Acto seguido, se nos dice a qué lugar llegaron. En el primer caso, se define como tahn ch’een sak nikte’ “(en el) medio (del) asentamiento(?) (de) Sak Nikte’.” En el segundo y el tercer ejemplos, la fórmula locativa inicial tahn ch’een se omite, aunque en ambas está implícita. El compuesto Sak Nikte’ aparece en monumentos de La Corona y fue David Stuart (co­ municación personal 1997) quien lo identificó como topónimo de ese sitio. (4) Después sigue la relación yatan—forma poseída de atan, “esposa.” Fue Floyd Lounsbury (1984: 178-179) quien leyó este compuesto por prim­ era vez, toda vez que Heinrich Berlin hubo recono­ cido su función general (1968: 15). Ocasionalmente, se le encuentra escrito ya-ta-na en los códices del período Postclásico, pero en la época Clásica siempre se escribe ya-AT-na, empleando el signo de bandas cruzadas que también se usa para escribir los meses Sip (CHAK-AT) y Wo (IK’-AT), así como en la forma de escribir el nombre divino Yopat (YOP-a-AT-ta) en el Templo 11 de Copán. (5) Necesariamente, lo que sigue son los nom­ bres de los esposos de estas señoras, en la forma de Hombre A. El primero de ellos, Yajaw Te’ K’inich, lleva el título Sak Wayis que se asocia estrechamente con La Corona y con otros centros de la esfera política del reino de la Serpiente. Pasando a la tercera secuen­ cia, podemos identificar al Hombre 3 (Ringle, 1985: 152-153) o K’inich Yook (Freidel y Guenter, 2003)— conocido gobernante de La Corona. En una posición equivalente en la segunda secuencia, se halla la cabeza de algún tipo de criatura con otro jeroglífico en su boca (figura 3a). Hasta ahora, a este glifo se le ha considerado como parte de una cadena nominal más larga, que va desde la posición J5-L1 ((5) a (7) en la tabla 1b). No obstante, la estructura paralela im­ plica que se trata de un nombre por derecho propio y representa a otro señor de La Corona. Hay evidencia de que esto es así dada la aparición de un nombre en extremo similar en la Estela 1 de La Corona, en donde identifica a un personaje que lleva a cabo un rito en el Final de Medio Período 9.5.10.0.0, en el año 544 (figura 3b). En ese caso, es posible reconocerlo como un ave, quizás un buitre, con el signo de “hombre” en la boca (sin duda una alusión al tipo más lúgubre posible de carroña). La cabeza que aparece en el Altar de Dallas parece tener elementos adicionales, lo que sugiere que está combinada con otra bestia para for­ mar un nominal de dos partes.4 (6) Tras los nombres de estos personajes locales, hallamos un glifo muy raro, que muestra una cabeza humana rodeada por dibujos ondulantes, que en algo recuerdan a renacuajos nadando. A la fecha, este el­ emento se ha reconocido tan sólo en la posición K1a, pero un examen cuidadoso de las fotografías revela formas equivalentes en las posiciones 5 y T1a (figura El ojo semicerrado y la vírgula en la boca que se apre­ cian en el Altar de Dallas son características del signo AHK, “tortuga” y éste bien pudiera ser el segundo signo. El ejemplo de la estela podría fundirse de la misma forma o representar la primera parte de una forma separada de escritura (en el dibujo de campo que hizo David Stuart, el siguiente glifo falta). En cualquier caso, es muy probable que ambos textos aludan a la misma persona. 4 a b c Figura 4. El Signo Misterioso: (a) Altar de Dallas (G5) (dibujo de Simon Martin); (b) Altar de Dallas (K1a) (dibujo de Kim Leaman); (c) Altar de Dallas (T1a) (dibujo de Simon Martin). Esposas e hijas 5 A B C D 1 2 3 Figura 5. Nacimiento de Janaab: (A1) “Glifo X”; (B1) “Glifo A9”; (A2) 4-MUWAAN; (B2) SIH-ya-ja; (A3) ja-*na-bi; (B3) U-MAM; (C1) *yu[*ku]-no-ma-*CH’EEN; (D1) ya-*AL; (C2) K’UH-?[K’IN]-la-IXIK; (D2) IX-KAN-AJAW; (C3) U-YAX-CHIT-MIJIIN?-li; (D3) K’INICH-?-yo?-OOK. Tablero de procedencia desconocida (Bloque V de la Escalonata Jeroglífica 3 de La Corona). Fotografía de Justin Kerr (K9126). 4a-c). La comprensión que hasta ahora se tenía de los glifos en las posiciones J5-L1 señalados anteri­ ormente postulaba que este signo era otro nombre o bien otro título. Sin embargo, el contexto más amplio que brindan estos nuevos ejemplos nos da razón para creer que representa una relación de tipo familiar. Para demostrar esto, necesitamos ver más adelante y ocuparnos de las siguientes tres posiciones en nuestra estructura paralela. (7) lo ocupa el Hombre B, que en todos los casos es el nombre de un rey de la Serpiente. El primero de ellos lleva una forma conflada o abreviada del nombre “Rollo-Cabeza Dios K” que también se halla presente en Dos Pilas y en El Perú—que apa­ rentemente sirve como apelativo alternativo para el gobernante del siglo octavo Yuknoom Took’ K’awiil.5 El segundo es llamado Tuun K’ab Hix o K’altuun Hix, gobernante de la Serpiente al que también se menciona en Yaxchilán y en Naranjo en el mismo contexto temporal del siglo sexto (Martin y Grube, 2000: 108).6 El tercero puede reconocerse como el longevo monarca del siglo séptimo Yuknoom Ch’een II. (8) está completamente tomado por la palabra yal, forma poseída de al, “hijo” (Stuart, 1985: 7-8, 1997: 2-3; Bricker, 1986: 68). Este término puede aparecer escrito silábicamente ya-la, pero generalmente lleva una raíz logográfica en la combinación ya-AL, que algunas veces se complementa así: ya-AL-la. En las inscripciones, se utiliza de manera exclusiva para vincular a hijos con sus madres y es seguido, en la posición (9), como sería de esperarse, por un nombre de mujer, en la forma de Mujer B. Dado que el glifo misterioso en la posición (6) divide el nombre de un señor de La Corona del de un gobernante de la Serpiente, no puede tratarse de un 5 Usando el nombre de Yuknoom “Cabeza” que aparece en Calakmul, este rey es mencionado en al menos otros dos fragmentos de textos de La Corona, asociado con un glifo emblema completo del Reino de la Serpiente. Es de difícil explicación el uso del nombre contemporáneo “Rollo-cabeza Dios K,” aunque bien pudiera haberse empleado en ciertos textos fuera de Calakmul para distinguirlo de antecesores con nombres similares (si bien no es posible excluir con ab­ soluta certeza la posibilidad de que se trate, en efecto, de un personaje diferente). Esta misma forma aparece en la vasija denominada K1457 (Robicsek y Hales, 1981: 100), como parte de la frase nominal que designa a un personaje de la realeza, probablemente Yuknom Ch’een II. 6 En una actualización reciente, me ciño a la lectura que hace David Stuart del nombre del Gobernante 4 de Copán, personaje con exactamente el mismo nombre que K’altuun Hix (Stuart, 2004: 231; Martin and Grube, 2008: 104). Sin embargo, este asunto no puede considerarse completamente resuelto. Esposas e hijas Figura 6. Glifo semejante al signo misterioso, en un fragmento del Tablero 7 de Piedras Negras (dibujo a tinta de Simon Martin, conforme a un esbozo de David Stuart). componente nominal, sino que de alguna forma debe introducir el nombre que sigue. Este tipo de términos de vinculación, se trate de sustantivos poseídos o de verbos secundarios, generalmente comienzan con un pronombre. El único candidato a este papel en este contexto sería la cabeza central, que es congruente con una versión de la vocal u (ver Stuart, 1990: fig. 1i). Por desgracia, ninguno de los ejemplos de que disponemos está suficientemente bien conservado como para poder ver el “papel a través del lóbulo de la oreja” que constituye el elemento diagnóstico de este signo (aunque alcanzan a apreciarse restos muy erosionados del mismo en algunas de las fotografías del glifo K1a). Es concebible que el perfil irregular del glifo misterioso haga especialmente atractiva la idea de un infijo central para el pronombre, pero en ausencia de un ejemplo claro, su identificación debe permanecer en el terreno de las conjeturas. Aún en ausencia de un pronombre activo, ¿podemos estar seguros de que se trata de un vínculo de tipo familiar y no de otro tipo de relación o incluso de una forma gramatical diferente, como un verbo o un participio? La evidencia principal en contra de es­ tas alternativas es la congruencia de la estructura de nueve partes que continúa, como ya lo hemos visto, en (8), con la expresión yal, “hijo de (madre).” Si (6) fuera un verbo que introduce una cláusula comple­ mentaria, entonces el rey de la Serpiente que aparece en la posición (7) sería su sujeto y, por lo tanto, hijo de la mujer que se nombra en la posición (9). Una declaración aislada de esta forma de descendencia por el lado materno ciertamente sería muy extraña en este contexto.7 Un vínculo que no fuera de paren­ tesco (por ejemplo, una relación jerárquica) reviste en esencia la misma dificultad, pues esto también rompería la sintaxis de una cadena de relaciones familiares, identificando una vez más al gobernante de la Serpiente como hijo de la Mujer B. Recapitulando hasta este punto, la estructura 6 de nueve partes del Altar de Dallas es congruente con una cadena de relación en la cual cada término de vinculación alude a la mujer que llega y que se nombra en la posición (2). La función de (6) parece ser muy similar a la de (4) yatan, “la esposa de” o a la de (8) yal, “hijo de (madre)” en el sentido de que establece la identidad del sujeto aludiendo a sus parentescos adoptados y reales. Entonces, ¿qué tipo de vínculo especifica (6)? Gracias a un texto de La Corona de reciente hallazgo, tenemos un hecho clave sobre la esposa de K’inich Yook y su relación con el rey de la Serpiente, Yuknoom Ch’een. Este tablero describe el nacimiento de un personaje llamado Janaab y nos dice no sólo que se trataba del hijo de una mujer de ascendencia real proveniente del reino de la Serpiente y de K’inich Yook, sino también que era nieto de Yuknoom Ch’een (figura 5).8 Dado que ya sabemos que el padre de K’inich Yook era un gober­ nante local (Ringle, 1985: 152), podemos estar seguros de que su esposa era hija de Yuknoom Ch’een. ¿Es, entonces, (6) otro término para decir “hijo de” o, de manera más específica, “hija de”? El signo misterioso y el signo T831 La extrema rareza del signo misterioso limita la búsqueda de comparaciones significativas. El ejemplo más próximo aparece en una sección del Tablero 7 de Piedras Negras (figura 6). El sujeto de este monumento, que está muy dañado, es la señora 7 Esto no quiere decir que los gobernantes no puedan, ocasionalmente, identificarse con sus credenciales del lado materno—lo que ocurre con mayor frecuencia cuando la legitimidad del lado paterno parece estar ausente. Lo raro en este caso consiste en que esta declaración estuviera agregada a una cláusula secundaria. 8 Ver www.mayavase.com/corona/La_Corona.html. a d b c e f Figura 7. Jeroglífico T831: (a) Estela E de Quiriguá (D20) (dibujo de Mathew Looper); (b) K555 (dibujo de Simon Martin); (c) vasija de procedencia desconocida (dibujo de Erik Boot); (d) Tablero de la Cruz de Palenque (E4) (dibujo de Merle Greene Robertson); (e) Respaldo de espejo de Topoxté (Ñ) (dibujo de Stefanie Teufel); (f) K5855 (dibujo de Marc Zender). Esposas e hijas 7 U V W X Y 1 2 Figura 8. Agregados a la tercera secuencia en el Altar de Dallas (U2-Y2) (dibujo de Simon Martin). de linaje real de Hix Witz “Colina de los Felinos” y su texto probablemente tiene que ver con las circunstancias que rodearon su matrimonio con un miembro de la dinastía de Piedras Negras. Conforme al reensamblaje que Stephen Houston ha llevado a cabo, este fragmento va después de la fecha de Serie Inicial y sigue inmediatamente después de un hueco en el que sería de esperar hallar el verbo inicial.9 En esta posición, el glifo parece ser un nombre personal, especialmente por el hecho de que le sigue el título real ix hix witz ajaw.10 Es cierto que, periódicamente, los escribas decidían omitir el nombre del sujeto del que se ocupaban, aludiendo al mismo como hijo de algún otro personaje, pero esto resultaría improbable en este caso. La apariencia foliada de los motivos que rodean al glifo en Tablero 7—que inicialmente parecería dis­ tanciar este ejemplo de los del Altar de Dallas—se refleja en el rango estilístico de su análogo más próximo en el catálogo de glifos de Thompson: el signo T831 (1962: 389). La reducida muestra del signo presente en el catálogo (a la cual es posible agregar unos ejemplos más actualmente) muestra versiones tanto foliadas como con formas que hacen pensar en renacuajos, aunque esta vez en torno a un signo T188 que, en otros contextos, es el silabograma le (figura 7a-d). Éste último podría ser un complemento foné­ tico infijo, pero parecería más probable que sea parte de un solo signo compuesto.11 En cualquier caso, no nos queda sino preguntarnos si nuestro signo miste­ rioso no es más que una versión del signo T831 con un pronombre infijo o superpuesto en el centro. El papel que cumple el signo T831 no se entiende del todo, pero a menudo aparece en una fórmula en la que lleva un número y sirve para introducir el nombre de una deidad (a la Deidad Ave Principal, al Dios del Maíz o al Dios Jaguar del Inframundo) (ver Boot, 2004: 5-6). Así pues, por ejemplo, hallamos 3-ya-T831 en el Tablero de la Cruz de Palenque (figura 7d), seguido de IXI’M—que podría leerse “Tres son los ? del Dios del Maíz.” Resulta interesante constatar que esta expresión aparece directamente después del nombre del Progenitor de la Tríada—la deidad que encabeza el panteón de Palenque—en un pasaje que tiene que ver con el nacimiento de su hijo, GI. Dado que en Palenque se menciona en repetidas ocasiones a este Progenitor de la Tríada como progenitor de tres dioses y que su secuencia nominal incluye el nombre del Dios del Maíz (Stuart, 2005: 182), es posible que esta frase sea una alusión a su progenie divina (Marc Zender, comunicación personal 2008). Esta lectura interpreta al signo ya como pronom­ bre posesivo en la forma de y-a, que difiere del pos­ esivo u—con base en un signo u infijo—que hemos reconstruido para el signo misterioso en el Altar de Dallas. Bien: (a) el signo T831 no es la verdadera base del signo misterioso (teniendo el primero un valor diferente que comienza con la vocal ‘a’); (b) la fórmula relativa a deidades que utiliza el signo T831 incluye el prefijo de agencia aj—lo que requiere ya si es que ha de adoptar la forma poseída (fenómeno que vemos en formas como ya-BAAK-ki, ya(j) baak “el cautivocaptor/tomador de”); o (c) ya no es un pronombre en este caso, sino un complemento fonético de T831 9 Nótese que hay fuertes objeciones a que el signo en cuestión en este caso hubiera cumplido una función verbal, aún en el supuesto de que la posición faltante hubiera sido un demostrativo, ya que los verbos secundarios del tipo apropiado para la posición (6) del Altar de Dallas rara vez o nunca asumen una colocación primaria. 10 Hay otro candidato en una sección dañada del Tablero 15 de Piedras Negras, dentro del nombre de una madre que sigue a la expresión yal “hijo de (madre)” (Stephen Houston, comunicación personal 2008; ver Houston et al., 2000: fig. 5 [A13]). Varios “renacuajos” rodean un centro que no está claro, unidos a una cabeza que se parece más a la del Dios del Maíz IXI’M que a la expresión femenina de agencia IX. Resulta difícil qué está ocurriendo en este caso, pero podría­ mos estar en presencia de una versión separada del mismo nombre que aparece en el Tablero 7 (este tipo de nombre habrá de discutirse un poco más adelante). 11 Conclusión alcanzada también por Erik Book (2004: 6). La figura 7b resulta interesante, pues incluye un motivo vegetal en su lado izquierdo, que normalmente se ve sólo cuando el signo T188 aparece en contextos iconográficos como la trompa estilizada (o algo parecido) del lirio acuático. Esto encaja con la idea de que el motivo T831 es, en esencia, de naturalez acuosa (Marc Zender, comunicación personal 2008). Esposas e hijas 8 (en cuyo caso, u- resultaría ser el pronombre posesivo apropiado). Christian Prager (en Boot, 2004: 6) ha postulado un valor de YATIK para el signo T831. Habiendo hallado un ejemplo que lleva un comple­ mento fonético ki infijo en la forma 5-ya-T831[ki] (figura 7e), Prager sugiere que el compuesto que aparece en una vasija de origen desconocido de estilo códice y que se lee 5-ya-ti-ki podría ser la escritura silábica completa del compuesto (figura 7f). Yatik no aparece en ninguno de los vocabularios existentes de lenguas mayas, pero es probable que se trate de una forma compleja que comienza con un pronombre y-. El vínculo con el signo T831 sería más fuerte si estuviera seguido del nombre reconocible de alguna deidad, pero este no es el caso desafortunadamente. En realidad, esta exploración de las variantes del signo T831 no ha servido para arrojar grandes luces sobre su significado, aunque tampoco ha dado como resultado un desafío serio al papel que especulativa­ mente se propone pudo haber tenido el signo miste­ rioso en el Altar de Dallas. La solución más probable sigue siendo que el glifo en la posición (6) funcione como término literal o de facto que denote “(ella es) la hija de (padre)” (conclusión a la cual también ha lle­ gado David Stuart, comunicación personal 2008). A la fecha, los reyes de la Serpiente que se mencionan en esta piedra se han interpretado ya sea como maridos de las mujeres que llegan (en el caso de los episodios uno y dos) o como los superiores jerárquicos de un marido de La Corona (en el caso del tercer episodio). La nueva interpretación, que postula una serie de padres, aportaría una gran congruencia al texto, in­ tegraría de manera viable los datos complementarios que se tienen (como los provenientes del tablero de La Corona) y haría más comprensible su propósito retórico. esta narrativa. Suponemos que el personaje llamado Janaab es el mismo que se menciona en el nuevo tablero (relación que, en gran medida, ha sido propuesta por Joel Skidmore, comunicación personal 2008). Dado que era hijo de la Mujer A del tercer pasaje y que la piedra fue tallada una generación después de su llegada, el glifo en la posicón U2 podría extender aún más la serie de términos de vinculación, agregando “madre de” o algo similar. Resulta tentador considerar el glifo en la posición V1b como el nombre de Yajawte’ K’inich, gobernante contemporáneo de La Corona, unido a un nombre de infancia de Janaab. Si bien los detalles que se conservan del glifo en la posición V1b no son plenamente congruentes con esta interpretación, bien podría haber alguna variante en la forma de escritura que lo hiciera posible. El papel que juega la mujer nombrada en la posición V2 sigue sin estar claro. La sección que sigue comienza en la posición W2, con un grupo de glifos que ya no pueden leerse. Podemos estar seguros, no obstante, que marcan un cambio hacia delante en la línea temporal, además de volver a mencionar la llegada que tuvo lugar en 9.14.9.9.14, en el año 721. El día correspondiente a esta fecha de Cuenta Larga es 8 Ix y aparece en la posición A’1b (no se ilustra), vinculado mediante un Número de Distancia con el Final de Período 9.15.0.0.0. Aunque apenas puede leerse en la actu­ alidad, en la posición X1 aparece el nombre de ix ti’ kanal. Su identidad está confirmada por el par glífico que se ubica en las posiciones Y1-X2, que la describe como sigue: ux utz’akbuil ix kanal ajaw, la “Tercera Señora de[l] [Reino] de la Serpiente.” La aparición del topónimo Sak Nikte’ en la posición Y2a enfatiza adicionalmente que el tema del que se habla es su llegada a La Corona. Más allá de la estructura paralela Conclusiones Deben hacerse algunos comentarios en relación con una secuencia de glifos que siguen a la estructura de nueve partes en el caso de la tercera y última secuen­ cia y que van de la posición U2 hasta la Y2a (figura 8, apéndice D). En la posición U2 vemos un compuesto que se ha conservado parcialmente y que introduce a un nuevo protagonista, el Hombre C, mencionado en las posiciones V1 a W1a. Es muy poco lo que puede decirse de este término de vinculación. Su prefijo re­ cuerda a la variante de cabeza de ya, pero es probable que se trate de otra cosa: quizás otra forma de u. La raíz parece estar compuesta por las sílabas ka y cha. El nombre del Hombre C es JANAAB-x-x-K’INICH? y su epíteto es SAK-WAY-si, lo que establece que se trata de otro señor de La Corona. El término que aparece en la posición W1b es otro término de vincu­ lación, que actualmente está muy erosionado (recu­ erda ligeramente al verbo ILA-ji, ilaaj/ilaji, “es visto”). En la posición V2 tenemos el nombre de otra mujer, la Mujer C, que no había aparecido anteriormente en Esta reconsideración del Altar de Dallas aporta nuevos datos sobre una inscripción fascinante y, de muchas formas, única. Principalmente, se ocupa de establecer que los tres sujetos femeninos importantes que aparecen en la misma fueron esposas de señores de La Corona e hijas de reyes de la Serpiente. Esto aclara el propósito narrativo del monumento como registro de vínculos matrimoniales exógamos entre un reino dominante y uno subordinado en el curso de dos siglos. En congruencia con lo que se sabía anteri­ ormente, este monumento subraya la importancia que la dinastía de la Serpiente otorgaba a La Corona que, en todos sus demás aspectos, era un sitio modesto. En el curso de este proceso, ha sido posible identificar el nombre de un gobernante de La Corona del período Clásico temprano. Dado que la esposa de este personaje es identificada como la “Primera” Señora de la Serpiente, es posible interpretar que las relaciones maritales comenzaron con su llegada en el año 520, quizás con el fin de solidificar una influencia Esposas e hijas recientemente ganada por el reino de la Serpiente en la región. Es esta la evidencia más temprana con que contamos de la acción política de los reyes de la Serpiente en el Petén central, dándose mucho antes de que Tuun K’ab Hix/K’altuun Hix pusiera en el trono al rey de Naranjo en el año 546. Podríamos preguntarnos si este matrimonio representa una pequeña parte de un cambio estratégico de mayor amplitud que habría de dar como resultado que el Reino de la Serpiente se erigiera como la potencia más grande del siglo sexto. Agradecimientos Deseo expresar mi agradecimiento a Kim Leaman, quien realizó varias de las ilustraciones; también a mis colegas Stephen Houston, David Stuart y Marc Zender, por sus útiles comentarios, y a Joanne Baron, cuyo trabajo semestral sobre La Corona y Calakmul reavivó mi interés en este monumento. Un agradecimiento especial a Joel Skidmore, por sus sabios consejos y su perseverancia como editor. Apéndice A: Primera secuencia (D5) *hu-*li-IX; (E5) TI’-ka-KAN-AJAW; (G1-H1) IXka-KAN-AJAW; (G2) TAHN-na; (H2) *CH’EEN-na; (G3) SAK-NIK-TE’; (H3) ya-AT-na; (G4) ya-*AJAWTE’-K’INICH; (H4) SAK-WAY-si; (G5) ?; (H5) TI’-[?] K’AWIIL?; (G6) ya-AL-la; (H6) IX; (G7) x; (H7) x *huli ix ti’ kanal ajaw ix kanal ajaw tahn ch’een sak nikte’ yatan yajawte’ k’inich sak wayis ?? ti’ k’awiil yal ix ? ? Apéndice B: Segunda secuencia (J2b) hu-li-ya; (I3) IX-x-x; (J3) NAAH-EK’; (I4) UNAAH-TAL-la; (J4) IX-ka-KAN-AJAW; (I5) SAKNIK-TE’ ya-AT-na; (J5) ?; (K1) ? K’AB?[TUUN]-ni*HIX; (L1) K’UH-ka-KAN-AJAW; (M1) ya-AL IX x-x-x huliiy ix ? naah ek’ unaahtal ix kanal ajaw sak nikte’ yatan ? ? …hix k’uhul kanal ajaw yal ix bakab Apéndice C: Tercera secuencia (Q1) HUL-li-ya; (P2) IX-x-x; (Q2) U-2-*TZ’AK-bu-li; (R1) IX-KAN-AJAW; (R2) SAK-NIK-TE’; (S1) yaAT-na K’INICH-?-yo?-OOK; (T1) ? yu[*ku]-no-ma*CH’EEN; (U1) ya-AL-IX; (T2) x-x-BAHLAM? huliiy ix…cha utz’akbuil ix kanal ajaw sak nikte’ yatan k’inich… …yuknoom ch’een yal ix… Apéndice D: Agregados a la tercera secuencia (U2) x-ka?-cha?-x; (V1) JANAAB-x-x-K’INICH?; (W1) SAK-WAY-si x-x; (V2) IX-x-x-xa; (W2) x-x-x-x; (X1) IX-TI’-*ka-*KAN-*AJAW; (Y1) U-3-*TZ’AK*bu-*li; (X2) IX-*ka-*KAN-*AJAW; (Y2) SAK-NIK*TE’ 9 …janaab ? ? k’inich sak wayis… ix ti’ kanal ajaw ux utz’akbuil ix kanal ajaw sak nikte’ Bibliografía Berjonneau, Gérald, and Jean-Louis Sonnery 1985 Rediscovered Masterpieces of Mesoamerica. Edi­ tions Arts, Boulogne. Berlin, Heinrich 1968 Estudios epigráficos II. 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