Viendo tu propio reflejo en el espejo de las relaciones

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Viendo tu propio reflejo en el espejo de las relaciones
Gabriella Kortsch, Ph.D.
¿Qué Nos Dicen Nuestras Reacciones a Otros Sobre Nosotros?
Hace poco, y además en el mismo día me preguntaron dos personas conocidas lo que haría si un
cliente (los llamo clientes, no pacientes, dado que la palabra paciente lleva la connotación de
enfermedad) pasara por la puerta de mi consulta que no me gustara, o lo qué haría si un cliente me
atrajera. Mi respuesta tiene mucho que ver con lo que creo que un terapeuta ético debería de hacer,
pero, más importante aun, tiene mucho que ver con lo que todos podemos hacer y deberíamos de
hacer cuando nos confrontamos con nuestras reacciones frente a otras personas en nuestras vidas.
De hecho, se me estaba preguntando si recomendaría otro psicólogo al primer cliente (aquel, que en
teoría me caía mal), y si en el segundo caso (el cliente que en teoría me gustaba) yo optaría por
tener algún tipo de contacto social con ese cliente, o si me privaría para continuar con la relación
profesional.
Médico, ¡Conócete a ti Mismo!
La estructura subyacente a mi contestación se encuentra en el consejo socrático: médico, conócete a
ti mismo. En otras palabras, si ejerzo en mi campo de trabajo elegido como psicoterapeuta, debo de
haber empezado el proceso de conocerme y de reconocer mis propios asuntos no resueltos. En tal
caso, cuando me afronto con un cliente que hipotéticamente no me cae bien, entendería
evidentemente, que la razón que me siento mal en presencia de esa persona no tiene nada en
particular que ver con él o ella, sino conmigo
Ah.
Hmm…
¿Eso significa entonces que no le puedo echar la culpa a esa persona por como me siento?
¿Nada de Culpabilidad?
Efectivamente. Nada de culpar a los demás. Incluso si la persona es insoportable, o difícil, o
necesitada, o altiva, o autocrática, manipuladora, mentirosa o lo que sea que me molesta a mi. Lo
que me molesta a mi no es su comportamiento, sino algún asunto no resuelto en mi. Si el tema
estuviese resuelto, no me llegaría a molestar. Lo observaría, pero no me llegaría a molestar. La
emoción también puede ser una pista sobre algo que se necesita resolver en uno mismo. Eso
significa entonces que yo soy quien me tengo que mirar y observar, en vez de mirar hacia fuera y
señalar con el dedo a otros.
Joyas en Nuestras Vidas
Volvamos, entonces, al cliente hipotético que no me gusta. Tal cliente se podría convertir en una joya
en mi vida, si estoy dispuesta a seguir las directrices indicadas arriba, y si estoy dispuesta a mirar
hacia dentro, en vez de hacia fuera. Entonces tal cliente inmediatamente pone en marcha el sonido
de una campana que suena la alarma y que alza una bandera roja en mí, para hacerme consciente
del hecho de que a través de ese cliente algo aun no resuelto está subiendo a la superficie.
El ejemplo que estoy utilizando aquí es el de mi cliente y su efecto sobre mi, pero así es con cada
persona que puebla tu vida, desde la periferia hasta su centro, desde el vendedor del quiosco y el
limpiabotas, hasta tu pareja (ve también mi articulo: Marriage in the 21st Century: Could Cutting
Edge Spiritual Psychology Make it Viable Again? – aun no traducido al inglés, y Relaciones de Pareja:
Úsalas Para Crecer Hacia el Auto-Conocimiento y el Amor Verdadero), tus hijos y tus padres. Cada vez
que reaccionas dentro de ti por algo que acaba de suceder, estás recibiendo un mensaje sobre ti
enviado amablemente por tu psique, y si pones tu atención en tales mensajes, si miras para ver tu
propio reflejo en el espejo de tu relación con esa persona en concreto, aprenderás algo sobre ti, y
con el tiempo podrás solucionar esa asignatura pendiente para no tener que volver a visitar ese
lugar otra vez de tal modo que en el futuro, situaciones similares no te afectarán de ese modo
negativo, como han hecho en el pasado. (Ve también un articulo colgado en mi blog (el blog sólo se
puede leer en inglés): Choosing to Wallow in Relationship Pain y este otro articulo: ¿Por Qué Me
Trata Así Mi Pareja?).
¡Tú también debes llegar a conocerte!!
Más arriba cité a Sócrates: Médico, conócete a ti mismo. Esto yace en el núcleo, el centro del trabajo
de cualquier terapeuta, psicólogo, psiquiatra, analista o sanador. No solamente porque esa persona
se ocupa de ayudar a la gente a entenderse mejor y a ayudarse a si misma, y por ende a mejorar sus
vidas y ampliar sus parámetros de libertad interior, sino porque si esa persona que trabaja en el
campo de la terapia no empieza con la suficiente humildad de reconocer que él o ella también tiene
asuntos a resolver, va a resultar bastante inútil en la tarea de ayudar a otros a resolver sus asuntos.
No quiere decir que cada uno de los asuntos pendientes debe de haber sido resuelto antes de
empezar a recibir clientes (pacientes). Sencillamente significa que los debe de estar trabajando.
Activamente. Continuamente. Incesantemente. Incansablemente.
Lo que te atrae es muy importante…
Continuemos con la pregunta sobre el cliente mío hipotético que me haya gustado. Aquí no puede
haber duda. Un profesional ético reconocerá de inmediato algún tipo de contra-transferencia, es
decir, que el cliente/paciente ha tocado a fondo en uno de los asuntos sin resolver en uno mismo.
Una vez más, por tanto, el terapeuta debe de mirarse a si mismo. Por dentro. Y luego ser muy ético.
El mapa del tesoro
¿De qué manera nos sirve entender todo esto fuera de una consulta? ¿Cómo tiene que ver
directamente con todos nosotros? Exactamente de la misma manera. (Hay un audio clip – en inglés
– en la página de Programas de Radio en la Sección “Emotions” titulado: Obsession, Suspicion,
Jealousy, and the Need to Control). Cuando alguien te atrae, es porque esa persona lleva algo por
dentro que hace iluminar tus “botones”, que te llega de alguna manera, porque ahí hay algo que
queda por resolver dentro de ti. No hace falta que sea una cosa difícil o negativa, sencillamente es
algo que aun no se ha trabajado, y el hecho de que ahora te atrae esa persona en concreto, debe de
ser razón suficiente para que te des cuenta que más allá de la química, más allá del enamoramiento,
más allá de una posibilidad de amor, hay algo aun más importante que te puede ayudar llegar a ser
más libre desde el punto de vista psicológico y emotivo, y precisamente esa persona puede ser el
camino por el cual llegas hasta allí (ver también mi articulo Te Necesito…No Te Necesito: ¿Forma
Parte de la Relación de Pareja La Dependencia?), siempre que te des cuenta del mecanismo detrás
de lo que sucede en la superficie. Es decir, no te metas en una relación con los ojos cerrados. Mírate
bien a ti mismo. Entiende que la atracción, igual como en el ejemplo de mi cliente hipotético, es una
señal para ti, una pista, un mapa del tesoro, para que te pongas derecho y hagas caso. Tus
emociones son – al menos visto así – tu camino hacia la libertad. Hazles caso más allá de lo aparente
y obvio. Aprende a usarlas. Úsalas para crecer. Haz que crezca y se tranforme tu camino hacia la
libertad, porque ese es tu deber contigo mismo y es tu derecho.
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