VOTO PARTICULAR CONTRADICCIÓN DE TESIS 163/2012 VOTO

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VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL MINISTRO JOSÉ RAMÓN
COSSÍO DÍAZ EN LA CONTRADICCION DE TESIS 163/2012
1. En la sesión de 28 de noviembre de 2012, la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de cuatro votos,
resolvió la contradicción de tesis suscitada entre la sustentada por el
Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito de
rubro “OFENDIDO, NO ES VIOLATORIO DE LA GARANTIA DE
IGUALDAD QUE EN EL JUICIO DE AMPARO SE APLIQUE EL
PRINCIPIO DE ESTRICTO DERECHO”, y la sustentada por el Noveno
Tribunal Colegiado en Materia Penal del mismo circuito, de rubro
“SUPLENCIA DE LA QUEJA EN LOS CONCEPTOS DE VIOLACION
O AGRAVIOS DE LA VICTIMA U OFENDIDO EN EL JUICIO DE
AMPARO EN MATERIA PENAL. OPERA CONFORME AL CONTROL
DE CONVENCIONALIDAD (INAPLICABILIDAD DEL ARTÍCULO 76
BIS, FRACCIÓN II DE LA LEY DE AMPARO Y DE LA TESIS 2ª
CXXXVII/2002 Y 1ª/J. 26/2003)”.
2. El tema sobre el que versó la presente contradicción consistió en
determinar si, conforme a lo establecido por la Constitución, se debe
suplir la queja deficiente en favor de la víctima u ofendido por el delito.
Razones de la mayoría.
3. La mayoría, concluyó que debía prevalecer el criterio establecido en la
tesis de rubro “SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN
MATERIA PENAL. OPERA EN FAVOR DE LA VÍCTIMA U OFENDIDO
POR EL DELITO, CONFORME AL MARCO CONSTITUCIONAL
SOBRE
DERECHOS
HUMANOS
QUE
ARTÍCULOS 20 APARTADO B Y 1º DE
RESGUARDAN
LOS
LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL, NO OBSTANTE QUE EL ARTÍCULO 76 BIS, FRACCIÓN
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II, DE LA LEY DE AMPARO, LA PREVEA SÓLO EN BENEFICIO DEL
REO.”, conforme a las consideraciones siguientes:
4. El razonamiento parte de un estudio de la evolución jurisprudencial del
concepto de ofendido desde la 5ª época. En primer lugar, se hace
referencia a la reforma del año 2001 al artículo 20 constitucional, en la
que se agregó el apartado B, dedicado a las prerrogativas que tiene la
víctima u ofendido del delito; en segundo lugar, la conceptualización
que hace la Suprema Corte de la causa de pedir durante la Novena
Época, que flexibiliza la técnica respecto de la cual el quejoso estaba
obligado a combatir los actos de autoridad con puntual escrutinio
(principio de estricto derecho), esto con el fin de hacer del Amparo un
medio de defensa incluyente y menos formalista que garantizase el
mayor y mejor ejercicio pleno de los derechos fundamentales.
5. Nos recuerdan que hasta la Novena Época prevalecía el criterio en el
cual se había restringido la posibilidad de suplir la queja deficiente a
los ofendidos o las víctimas compareciendo al juicio de cualquier
forma, pero que a partir de la reforma al artículo 1º constitucional en el
año 2011, y el cambio a la Décima Época, opera un nuevo esquema
constitucional en el cual los criterios emitidos deben basarse en una
interpretación que otorgue la protección más amplia a los justiciables,
es decir, en el principio pro personae.
6. Establecen entonces que: i) en la actualidad hay una equiparación,
con rango constitucional, de los derechos del acusado y los de la
víctima u ofendido –artículo 20, apartados A y B–; ii) que se debe
considerar
el criterio de la causa de pedir; y iii) que
se debe
considerar el segundo párrafo del artículo 1º que exige que las normas
relativas a Derechos Humanos se interpreten bajo el principio pro
personae.
7. Finalmente, consideraron que el Derecho Internacional abona a su
razonamiento. Establecen que conforme al artículo 25 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, los Estados deberán
establecer en sus sistemas jurídicos recursos sencillos, efectivos y
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rápidos para amparar a las personas en contra de actos que vulneren
sus derechos fundamentales. Ello enmarcado en la obligación que
tienen todas las autoridades en el ámbito de sus competencias de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos.
8. Por otro lado, señalan el carácter orientador (por no ser vinculante) de
las Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en
Condición de Vulnerabilidad, como un parámetro para garantizar un
efectivo derecho de las víctimas de acceso a la justicia. De acuerdo
con estas reglas se consideran en condición de vulnerabilidad aquellas
personas que por
diversas circunstancias, encuentran especiales
dificultades para ejercitar con plenitud sus derechos ante el sistema de
justicia y define como condición de vulnerabilidad cuando “la víctima
del delito tenga una relevante limitación para evitar o mitigar los daños
y perjuicios de la infracción penal o de su contacto con el sistema de
justicia, o para afrontar los riesgos de sufrir una nueva victimización.”
9. Por último, en el ámbito internacional se cita la resolución de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Rosendo Cantú, del
cual subrayan: “la Corte destaca que la participación de la víctima en
procesos penales no está limitada a la mera reparación del daño sino,
preponderantemente, a hacer efectivos sus derechos a conocer la
verdad y la justicia ante autoridades competentes.” y que “La Corte
también ha señalado que del artículo 8 de la Convención se
desprende que las víctimas de violaciones de derechos humanos, o
sus familiares, deben contar con amplias posibilidades de ser oídos y
actuar
en
los
respectivos
procesos,
tanto
en
procura
del
esclarecimiento de los hechos y del castigo de los responsables, como
en busca de una debida reparación”.
10.
En este sentido, determinan que la reforma al artículo 20 de la
Constitución constituye la pauta, luego robustecida con la reforma al
artículo 1º, y en lo dispuesto por los tratados internacionales suscritos
por México, en una especie de “inercia que no es posible frenar”, y que
de ello se debe seguir como paso necesario, el permitir la suplencia de
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la queja deficiente a la parte afectada por el delito, siendo que las
bases para ello ya se encuentran en el orden jurídico.
11.
De lo anterior la mayoría estimó que lo dispuesto por el artículo
76 Bis, fracción II de la Ley de Amparo que establece expresamente la
posibilidad de suplir la queja deficiente sólo para la parte reo en el
proceso penal, ha perdido asidero constitucional y, por ello, consideran
que dicha institución debe hacerse extensiva a la víctima u ofendido
por el delito.
Razones del Disenso:
12.
Respetuosamente disiento de lo resuelto por mis compañeros
Ministros en esta Primera Sala por las siguientes razones.
13.
La suplencia de la queja deficiente, en una demanda de amparo,
es una figura que busca que el órgano de control subsane las
omisiones o imperfecciones únicamente en los conceptos de violación
o agravios, por no estar estos debidamente desenvueltos o incluso por
faltar total o parcialmente. Con ello, de acuerdo con el artículo 107,
fracción segunda de la Constitución, así como en el artículo 76 Bis de
la ley de amparo, y en particular en materia penal, en la fracción II de
dicho artículo1, el juzgador de amparo tiene la potestad de
perfeccionar, aclarar o completar los conceptos de violación del
quejoso.
14.
La suplencia de la queja es una institución que desbalancea el
equilibrio procesal de las partes frente al juzgador, por una deferencia
hecha por el legislador en favor de la parte a la que se suple. Se trata
de casos específicos en que este estimó necesario dar una protección
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Ley de amparo vigente antes de la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación de 2 de
abril de 2013.
Artículo 76 BIS. Las autoridades que conozcan del juicio de amparo deberán suplir la deficiencia de
los conceptos de violación de la demanda, así como la de los agravios formulados en los recursos
que esta Ley establece, conforme a lo siguiente:
(…)
II. En materia penal, la suplencia operará aun ante la ausencia de conceptos de violación o de
agravios del reo;
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especial por las condiciones específicas de vulnerabilidad en que se
encuentra la clase de sujetos a los que se otorga. Así, determinó que
opera en materia Agraria, en materia Laboral para el trabajador,
tratándose de menores de edad y, en materia penal, en favor del reo
incluso ante la ausencia de conceptos de violación.
15.
Si bien, dicha figura genera un desbalance procesal en cuanto
exige que el juzgador subsane los argumentos de una parte, ello no
implica romper con el principio de imparcialidad.
16.
Ahora bien, recordemos que tratándose del juicio de amparo,
una de las partes es una autoridad, mientras que la otra es la persona
que estima violados sus derechos por aquella, sin embargo también
puede haber otros interesados en el juicio, como es el caso de las
víctimas u ofendidos en materia penal.
Considero que ampliar la
institución de la suplencia de la queja deficiente a estos, como lo hace
la mayoría en esta Primera Sala en el presente caso, resulta muy
delicado. Ello porque se genera una fuerza desproporcionada en la
parte acusadora, puesto que el Ministerio Público, en tanto ente que
persigue los delitos con la fuerza del Estado, se encuentra ya en una
posición ventajosa frente a un particular. Dicha posición se
exacerbaría al otorgar a la víctima u ofendido (quien actúa en el juicio
en el mismo sentido que aquél), la suplencia de la queja quitándole
objetividad al juez, conformando con ello una maquinaria Estatal
altamente peligrosa en contra la persona sujeta a proceso penal.
17.
Por otra parte, independientemente de que sea deseable o no
dicha posibilidad, considero que sólo puede implementarse mediante
un acto legislativo, y no mediante una interpretación por esta Primera
Sala. La posibilidad de cambiar la configuración de las partes en el
proceso, no corresponde a la Suprema Corte, sino al legislador.
18.
Considero que el razonamiento de la Primera Sala en el sentido
de otorgar la suplencia de la queja a la víctima u ofendido del delito
con base en la evolución de los derechos de la víctima, culminando
con la reforma constitucional que estableció el principio pro presonae,
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para interpretar en ese sentido, es erróneo. Esto porque no es posible
introducir, con base en dicho principio interpretativo maximizador de
derechos, una figura procesal que si bien pudiera ampliar el derecho
de las víctimas u ofendidos, también genera una afectación al derecho
del procesado, por ponérsele en una situación de mayor vulnerabilidad
al desbalancear el proceso. Introducir una figura que genera tal
posibilidad al otorgarle más fuerza a la parte acusadora, cambiando la
configuración del proceso, en mi opinión y como he repetido, sólo
compete al legislador.
19.
Por lo anterior, no considero que la Primera Sala tenga la
facultad para instaurar, vía interpretativa, la suplencia de la queja en
favor de las víctimas.
Ministro José Ramón Cossío Díaz
Lic. Heriberto Pérez Reyes
Secretario de Acuerdos de la Primera Sala
RMMG/MVR/SBS
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