CLULAS GERMINALES

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CÉLULAS GERMINALES
Y FECUNDACIÓN
El sexo no es imprescindible para la reproducción. Los
organismos.unicelulares
pueden
reproducirse
mediante
una
simple.división.mitótica y la mayoría de las plantas se propagan vegetativamente
formando agregados pluricelulares que posteriormente se separan.de la planta
madre. De manera semejante, en el reino animal, un.sólo individuo pluricelular de
Hydra puede producir descendientes por gemación (Fig. 20-1). Las anémonas y
los gusanos marinos sedividen en dos mitades, cada..una de las cuales regenera
la otramitad que falta. Asimismo, existen especies de lagartos,constituidas
exclusivamente por hembras, que se reproducen sin apareamiento.
Esta reproducción asexual, que es sencilla y directa,
da lugar a una. descendencia que es genéticamente idéntica.
al organismo.. progenitor. En cambio, la reproducción.sexual
implica la mezcla de los genomas procedentes de
dos.individuos distintos produciendo descendientes que se
diferencian genéticamente entre sí y también de sus padres.
Parece que la reproducción sexual presenta grandes ventajas,
ya que ha sido adoptada por la gran mayoría de plantas y animales. Incluso muchos procariotas y otros organismos que
normalmente se reproducen asexualmente, de vez en cuando
adoptan la reproducción sexual dando lugar así a
descendencia con nuevas combinaciones de genes. En este
capítulo se describe la maquinaria celular de la reproducción
sexual, pero antes consideraremos por qué existe y qué
beneficios aporta.
Figura 20-1 Fotografía de una Hydra en a que se están formando dos nuevos organismos por
gemación (flechas). Los descendientes, genéticamente idénticos al individuo progenitor, se separarán de él y
vivirán independientemente. (Por cortesía de Amata Hornbruch.)
LAS VENTAJAS DEL SEXO
El ciclo de la reproducción sexual supone una alternancia de generaciones
de células haploides, cada una de las cuales contiene una dotación sencilla de
cromosomas, con generaciones de células diploides con doble dotación
cromosómica (Fig. 20-2). Cuando dos células haploides se fusionan formando una
célula diploide, sus genomas se mezclan. Posteriormente, cuando un
descendiente de estas células diploides se divide mediante el proceso de la
meiosis, se generan nuevas células haploides. Durante la meiosis, los
cromosomas de la dotación diploide intercambian DNA mediante recombinación
genética, antes de separarse para formar una nueva dotación haploide. Puesto
que cada dotación cromosómica contiene genes procedentes de una célula
mezclados con los genes de otra célula, ambas de la generación haploide anterior,
cada una de las nuevas generaciones haploides recibirá una dotación genética
distinta. Así, a través de ciclos de haploidía, fusión celular, diploidía y meiosis,
desaparecen antiguas combinaciones de genes y se forman otras nuevas.
Figura 20-2 El ciclo de la reproducción sexual.
Comprende una alternancia de generaciones de células
haploides y diploides.
En los animales pluricelulares, la fase
diploide es larga y compleja mientras que
la haploide es corta y sencilla
Las células proliferan mediante
divisiones mitóticas. En la mayoría de los
organismos, la proliferación tiene lugar en la
fase diploide. Algunos organismos primitivos,
como las levaduras de fisión, son
excepcionales en el sentido de que son las
células haploides las que proliferan por
mitosis mientras que las células diploides,
una vez formadas, entran directamente en
meiosis. En las plantas se da una situación
menos extrema, debido a que se producen
divisiones mitóticas tanto en la fase haploide
como en la diploide. Sin embargo en la
mayor parte de las plantas primitivas, la fase
haploide es muy breve y sencilla, mientras
que la fase diploide ocupa un período largo
del desarrollo y de la proliferación. En la
mayoría de los animales pluricelulares, prácticamente todo su ciclo vital transcurre
en el estado diploide: las células haploides tienen una existencia corta, no se
dividen y están completamente especializadas para realizar la fusión sexual (Fig.
20-3).
Las células haploides especializadas en la fusión sexual son los gametos.
Son de dos tipos: uno grande e inmóvil (oocito u óvulo); el otro pequeño y móvil
(espermatozoide) (Fig. 20-4). Durante la fase diploide que sigue a la fusión de los
gametos, las células proliferan y se diferencian formando un organismo pluricelular
complejo. En la mayoría de animales se establece una clara distinción entre las
células de la línea germinal, de la que derivará la siguiente generación de
gametos, y las células somáticas, que forman el resto del organismo y mueren
sin dejar descendencia. En cierto sentido, las células somáticas sólo existen para
ayudar a las células de la línea germinal (las células germinales) a sobrevivir y
propagarse.
La reproducción sexual proporciona una ventaja competitiva a los
organismos que se encuentran en un ambiente que cambia de forma
imprevisible
La maquinaria de la reproducción sexual es complicada y los recursos que
se le dedican son importantes (Fig. 20-5). ¿Por qué se desarrolló y qué beneficios
aporta? Mediante la recombinación genética, los individuos sexuados engendran
una descendencia imprevisiblemente desigual, cuyos genotipos tienen,
aleatoriamente, tantas probabilidades de representar un cambio para mejorar
como para empeorar. Por lo tanto, ¿por qué deberían los individuos sexuados
tener una ventaja competitiva frente a los individuos que se reproducen de forma
correcta por un proceso asexual? Este problema continúa dejando perplejos a los
genetistas, pero la conclusión general parece ser que la redistribución de los
genes que se da en la reproducción sexual ayuda a las especies a sobrevivir en
un ambiente que experimenta alteraciones imprevisibles. Si un progenitor produce
muchos descendientes con una gran variedad de combinaciones genéticas,
existen más probabilidades de que como mínimo uno de sus descendientes tenga
el conjunto de características necesarias para sobrevivir.
Figura 20-3 Células haploides y diploides en el ciclo vital de los eucariotas superiores y de algunos eucariotas
inferiores. Las células haploides se representan en rojo y las diploides en azul. Normalmente, las células de los organismos
eucariotas superiores proliferan durante la fase diploide, formando un organismo pluricelular; sólo son haploides los
gametos, que se fusionan en la fecundación dando lugar a un zigoto diploide, a partir del cual se desarrolla un nuevo
individuo. En cambio, en algunos organismos eucariotas inferiores, las que proliferan son las células haploides de forma que
la única célula diploide es el zigoto, que subsiste transitoriamente después de la fecundación.
La reproducción sexual también permite la eliminación de muchas
mutaciones perjudiciales que se acumulan al azar, mientras propicia que las
mutaciones ventajosas aparecidas de forma aislada se combinen en un solo
individuo. Cualesquiera que sean las ventajas del sexo, es sorprendente que
prácticamente todos los organismos complejos actuales hayan evolucionado tras
generaciones de reproducción sexual y no de reproducción asexual. Los
organismos asexuados, aunque muy abundantes, han permanecido sencillos y
primitivos.
Figura 20-4 Micrografía electrónica de barrido de un oocito de almeja con numerosos espermatozoides
adheridos a su superficie. A pesar de que al oocito se han adherido muchos espermatozoides, solamente uno
lo fecundará, como veremos más adelante. (Por cortesía de David Epel.)
Vamos a examinar ahora con detalle los mecanismos del sexo, comenzando con
el proceso de la meiosis, en la que los cromosomas se segregan en nuevos
conjuntos y las células diploides de la línea germinal se dividen dando lugar a los
gametos haploides. Centraremos entonces nuestro estudio en los mamíferos.
Consideramos las células diploides de la línea germinal que dan lugar a los
gametos y cómo se determina el sexo en un mamífero. Finalmente, abordamos los
gametos en sí mismos, así como el proceso de la fecundación, en el que los dos
gametos se fusionan formando un zigoto, a partir del cual se formará un nuevo
organismo diploide.
Figura 20-5 Un pavo real desplegando su vistosa
cola. Este exuberante plumaje tiene como única
finalidad atraer a las hembras para la reproducción
sexual. (© Cyril Laubscher.)
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