"Los problemas de aprendizaje en el contexto del aprendizaje como construcción de conocimiento." (Maestría en Educación con Mención en Problemas de Aprendizaje Escuela de postgrado. Universidad Nacional "Enrique Guzmán y Valle") Jorge Capella Riera GRUPO MASSEY "Ser no es aceptar lo que se es, es crearse otro que no se es." (Chateau) Al referirnos a temas educativos pareciera que sabemos de inmediato de qué estamos hablando o qué es lo que estamos leyendo. Y esto constituye, como lo denuncia Fullat (1979), un peligroso engaño pues gran parte de los significantes del lenguaje educativo acusan polisemia, con lo cual se ignora con exactitud sobre qué trata el discurso emitido. Las fronteras semánticas entre distintos significantes del lenguaje educativo resultan de una imprecisión sorprendente. Esto me lleva a tener que organizar mi ponencia en cuatro partes: las dos primeras las dedico a clarificar los términos problemas de aprendizaje y constructivismo, en la tercera analizo los elementos básicos, y los componentes motivacionales, afectivos y relacionales que intervienen en el proceso de construcción del conocimiento así como los estilos de aprendizaje que se desarrollan y por último me ocupo de las mediaciones que facilitan la construcción del conocimiento. 1. Los problemas de y en el aprendizaje.. El ser humano es educable en virtud del principio de convergencia, que auna lo hereditario, lo ambiental y la propia evolución histórica. En efecto, como bien señala Fullat (1979), la biología humana con sus rasgos superiores, pero también con su inacabamiento, es el soporte primero del proceso educador, pero nada más. La neurofisiología del recién nacido permite la educación: o hay educación, y entonces contamos con hombre, o no hay educación, y en tal hipótesis nos quedamos sin él por muy rebosante que sea la biología. La especificidad humana no se hereda biológicamente; es preciso que cada individuo reconquiste la herencia cultural. El proceso educativo es posible únicamente desde el cuerpo; es aquí donde se traduce en bioquímica el intríngulis sociocultural. Alguien queda socializado, culturizado o educado cuando ha internalizado la complicada madeja de las instituciones sociales y de los modelos culturales vigentes en el lugar y tiempo donde ha hecho su aparición. La susodicha internalización se lleva a cabo, o se traduce, mediante mecanismos crebrales. Y obviamente, dice Smith (1971), las diversas modalidades que adopta la interacción entre la herencia y el medio dan lugar a una infinita variedad de individuos, entre los cuales existen importantes diferencias en lo que respecta al físico, las emociones, el comportamiento social y por supuestro, el aprendizaje. Queda claro, entonces, que la naturaleza específica del hombre consiste en tener que educarse; y tal educación está sometida a resistencias insalvables. Lo natural, lo biológico se circunscribe a señalarnos aquello que no puede hacerse. Lo que puede hacerse, por el contrario, es de una amplitud extraordinaria. Lo que "no puede hacerse" proviene de la dotación genética que genera desviaciones o deficiencias en alguna de las áreas funcionales referidas a la recepción, procesamiento y respuesta que se expresan en limitantes de los mecanismos de aprendizaje habituales; y es a esto a lo que comúnmente se llama problemas de arendizaje. Y lo que "puede hacerse" está también limitado por problemas que se producen en el aprendizaje, en situaciones inadecuadas o insuficientes que a veces llegan a ser altamente condicionantes. En ambos casos, en los problemas de aprendizaje y en los problemas en el aprendizaje, es indispensable tener en cuenta la repercusión de la pobreza sobre la educabilidad pues del control de esta variable depende, en gran medida, la eficacia del trabajo educativo. No es mi intención entrar al análisis de las consecuencias negativas que ciertos factores depresores, característicos de la pobreza, ejercen sobre el funcionamiento cerebral de los niños, entorpeciendo su aprendizaje, como lo he hecho anteriormente (Capella, 1993). Hay, en nuestro medio, interesantes trabajos sobre el tema que es necesario tener siempre presentes: Pollit (1974), Rodríguez Rabanal (1985), Alarcón (1986), etc. 2. El aprendizaje como construcción de conocimiento. Antes de abocarme al estudio del fundamento teórico de la concepción constructivista, quiero señalar con Coll (1995) que ésta no es, en sentido estricto, una teoría sino más bien un movimiento, una corriente o, mejor aún, un marco explicativo que partiendo de la consideración social y socializadora de la educación escolar, integra aportaciones diversas cuyo denominador común lo constituye un acuerdo en torno a los principios constructivistas. La concepción constructivista no es un libro de recetas, sino un conjunto articulado de esos principios desde donde es posible diagnosticar, establecer juicios y tomar decisiones fundamentadas sobre la enseñanza. 2.1. Origen y naturaleza del constructivismo. Los hallazgos de la investigación cognitiva durante las décadas de los setenta y los ochenta relacionados con los procesos metacognoscitivos y de autorregulación así como la elaboración de modelos mentales durante el aprendizaje, condujeron a una reconceptualización del proceso como uno de construcción de conocimientos. Ahora, como dice Aguilar (1992), el constructivismo ha pasado de ser un campo aislado de conocimientos a un campo interdisciplinario que se nutre y desarrolla con las aportaciones de la psicología cognitiva, la psicología educativa y la ciencia cognitiva. Las características que ostenta el constructivismo lo hacen especialmente importante en los procesos de aprendizajes de las personas que presentan problemas pues, como apunta Coll (1995), la educación promueve el desarrollo del ser humano en la medida en que promueve su actividad mental constructiva, responsable de que se haga una persona única, irrepetible, en el contexto de un grupo social determinado. La concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza parte del hecho de que la escuela hace accesible a sus alumnos, sea cual fuere su situación inicial, los aspectos de la cultura que son fundamentales para su desarrollo personal, y no sólo en el ámbito cognitivo; la educación es motor par el desarrollo globalmente entendido, lo que supone incluir también las capacidades de equilibrio personal, de inserción social, de relación interpersonal y motrices. Parte también de un consenso ya bastante asentado en relación al carácter activo del aprendizaje, lo que lleva a aceptar que éste es fruto de una construcción personal, pero en la que no interviene sólo el sujeto que aprende; los "otros" significativos, los agentes culturales, son piezas imprescindibles para esa construcción personal, para ese desarrollo al que hemos aludido. Como bien señala Domínguez (1997), uno de los principios más importantes del constructivismo es la mediación. La construcción de conocimientos, sobre todo en el caso de sistemas de educación formal, se realiza de manera colectiva aprovechando la estimulación entre pares, posibilitando la multiplicación de puntos de vista y de soluciones en la resolución de problemas. Todo ello con el fin de flexibilizar el pensamiento, la descentración progresiva del mismo, el ejercicio de la metacognición, el acceso a la zona de desarrollo próximo, la contextualización de los aprendizajes. Sin embargo, un primer contacto con el aprendiz puede ser efímero y por ello resultan importantes los espacios que permitan un análisis metacognitivo compartido que otorga mayor profundidad a lo aprendido. 2.2. El aprendizaje significativo. Como puntualiza Coll (1995), cuando se da este proceso de construcción, decimos que estamos aprendiendo significativamente, construyendo un significado propio y personal para un objeto de conocimiento que obviamnte existe. Por lo tanto no es un proceso que conduzca a la acumulación de nuevos conocimientos, sino a la integración, modificación, establecimiento de relaciones y coordinación entre esquemas de conocimiento que ya poseíamos, dotados de una cierta estructura y organización que varía, en nudos y en relaciones, a cada aprendizaje que realizamos. Para Ausubel (1978), lo fundamental del aprendizaje significativo como proceso consiste en que los pensamientos, expresados simbólicamente de modo arbitrario y objetivo, se unen con los conocimientos ya existentes en el sujeto. Ese proceso, pues, es un proceso activo y personal. + Activo, porque depende de la asimilación deliberada de la tarea de aprendizaje por parte del alumno. + Personal, porque la significación de toda la tarea de aprendizaje depende de los recursos cognitivos que utilice cada alumno. Todo nuevo material o información deben ser susceptibles de dar lugar a la construcción de significados. Esta significatividad potencial del material, afirma Coll (1990), depende de la significatividad lógica, es decir que el contenido o material posea una estructura interna, organizada, de tal forma que sus partes fundamentales tengan un significado en sí y se relacionen entre sí de modo no arbitrario. Esta potencial significatividad lógica no sólo depende de la estructura interna del contenido, sino también de la manera como éste sea presentado al alumno. 3. El proceso de construcción de conocimientos: elementos básicos, componentes motivacionales, afectivos y relacionales y estilos de aprendizaje En el proceso de construcción de conocimiento, especialmente en el caso de personas que presentan limitaciones en su capacidad de enfrentar aprendizajes, hay que tener muy en cuenta los elementos básicos, los componentes motivacionales, afectivos y relacionales y estilos de aprendizaje tanto para las lógicas adecuaciones como para evitar que se generen problemas durante el proceso o como consecuencia del mismo. * Miras (1995) señala tres elementos básicos que determinan lo que se denomina el estado inicial de los alumnos, a modo de radiografía, en el momento de comenzar un proceso cualquiera de aprendizaje. + Disposición o actitud que presentan los alumnos para llevar a cabo el aprendizaje que se les plantea. Esta disposición o enfoque con el que abordan la situación de aprendizaje de nuevos contenidos no es algo inexplicable o impredictible, sino que surge como resultado de la confluencia de numerosos factores de índole personal e interpersonal. + Capacidades, instrumentos, habilidades y estrategias generales que los alumnos han ido adquiriendo en distintos contextos a lo largo de su desarrollo y, de manera especial, en el de la escuela. + Conocimientos que ya poseen respecto al contenido concreto que se proponen aprender, conocimientos previos que abarcan tanto conocimientos e informaciones sobre el propio contenido como conocimientos que, de manera directa o indirecta, se relacionan o pueden relacionarse con él. * Solé (1995), por su parte, alude a los componentes motivacionales, afectivos y relacionales de la aportación del alumno al acto de aprender. Para que una tarea de aprendizaje o de cualquier tipo, tenga sentido para nosotros, es necesario que se den algunas condiciones. + Es imprescindible saber qué es lo que se trata de hacer, a qué responden, cuál es la finalidad que se persigue con ello, con qué otras cosas pueden relacionarse, en qué proyecto general puede ser ubicado. + Para atribuir el sentido necesario que nos permitirá implicarnos de verdad en una tarea, hace falta que la veamos atractiva, que nos interese, que podamos percibir que cubre una necesidad; esa necesidad puede funcionar entonces como motor de la acción. El interés no viene dado, no está ahí siempre; hay que crearlo, y una vez que se suscitó, cuidarlo para que no decaiga. Su mejor alimento es, no hay que olvidarlo, la experiencia de que se aprende y de que se puede aprender. + La percepción de que se puede aprender actúa como un requisito imprescindible para atribuir sentido a una tarea de aprendizaje. Esta, como ya se ha señalado debe consistir en un reto es decir en algo que no ha sido ya adquirido por el alumno y que se encuentra dentro de sus posibilidades, aunque le exiga cierto esfuerzo. Lo realmente imprescindible en el caso de alumnos con problemas es que quien debe aprender entienda que con su aportación y esfuerzo, y con la ayuda necesaria, va a poder superar el reto que se le plantea. Por lo tanto, el sentido que podemos atribuir al aprendizaje es requisito indispensable para la atribución de significados que caracterizan al aprendizaje significativo. Es lo que nos mueve a aprender, y es también lo que aportamos a una situación que nos va a implicar activamente. * Schmeck (1984), seguidor de Entwistle, considera tres dimensiones de estilos de aprendizaje: profundo, elaborativo y superficial. + El procesamiento profundo implica dedicar más atención al significado y clasificación de una idea sugerida por un símbolo que al símbolo mismo. + El proceso elaborativo se relaciona con la manera de procesar una información, de tal forma que se la enriquezca, se la haga más concreta y personalmente relevante. + El procesamiento superficial no es un estilo independiente sino simplemente el extremo inferior en el contínuo del procesamiento profundo. En este extremo inferior se procesan los símbolos usados en la comunicación, a medida que aumenta la profundidad crece el número de asociaciones conceptuales, dando al material cada vez mayor significación. 4. Las mediaciones. Para Onrubia (1995), la consideración de la enseñanza como ayuda al proceso de aprendizaje tiene, por encima de cualquier otra, una consecuencia fundamental que resulta clave para poder profundizar en su caracterización. Y según Coll (1990 y 1991), la condición básica para que la ayuda educativa sea eficaz y pueda realmente actuar como tal es la de que esa ayuda se ajuste a la situación y las características que en cada momento presente la actividad mental constructiva del alumno. Para tal fin, la ayuda debe conjugar dos grandes características: * Debe tener en cuenta los esquemas de conocimiento de los alumnos en relación al contenido de aprendizaje de que se trate, y tomar como punto de partida los significados y los sentidos de los que, en relación a ese contenido, dispongan los alumnos. * Debe provocar desafíos y retos que hagan cuestionar esos significados y sentidos y fuercen su modificación por parte del alumno y asegurar que esa modificación se produce en la dirección deseada, es decir que acerca la comprensión y la actuación del alumno a las intenciones educativas. (Onrubia, 1995) Estas características de la enseñanza como ayuda ajustada, se encuentran recogidas y reflejadas en la manera de entender la enseñanza asociada a la noción de ZDP. De acuerdo a la investigaciones de (Vygotski, 1979) existe una área potencial en el crecimiento intelectual del sujeto que sólo puede ser apropiadamente desarrollada por intermedio de pares más capaces o por los adultos: Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), es decir la distancia entre el nivel real del desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz. Newman, Griffin y Cole (1991) definen la ZDP como el espacio en que gracias a la interacción y la ayuda de otros, una persona puede trabajar y resolver un problema o realizar una tarea de una manera y con un nivel que no sería capaz de tener individualmente. Por lo tanto, como apunta Onrubia (1995), la ZDP es el lugar donde gracias a los soportes y la ayuda de otros puede desencadenarse el proceso de construcción, modificación, enriquecimiento y diversificación de los esquemas de conocimiento que define el aprendizaje escolar. 4.1. La mediación del profesor. En la escuela los alumnos aprenden y se desarrollan en la medida en que pueden construir significados adecuados en torno a los contenidos que configuran el curriculum escolar. En esta construcción el profesor actúa de guía y de mediador entre el niño y la cultura, y de esa mediación -que adopta formas muy diversas, como lo exigue la diversidad de circunstancias y de alumnos ante los que se encuentra-, depende en gran parte el aprendizaje que se realiza. La interacción profesor-alumno es en las situaciones de aula, la fuente básica de creación de ZDP y asistencia en ellas, por la propia naturaleza de la educación escolar como práctica diseñada intencionalmente con el objetivo de que alguien (el alumno) aprenda determinados saberes (los contenidos escolares) gracias a la ayuda sistemática y planificada que le ofrece alguien más competente en esos saberes (el profesor). Vygotski criticó severamente las posturas que se limitan simplemente a determinar los niveles específicos de desarrollo, sin plantearse la posibilidad de que aquello que logran hacer los niños con la ayuda de otras personas más capaces, pudiera ser más indicativo y revelador de su nivel intelectual que aquello que pueden hacer por sí solos. "La única buena enseñanza", decía, "es la que se adelanta al desarrollo". Señala enfáticamente que casi todo el aprendizaje humano se gesta con la mediación de otras personas más versadas, situación que se torna más evidente y sencial en el ámbito escolar, en la interacción entre alumno y maestro. 4.2. La mediación de los pares. Como he dicho antes, la cultura confiere significado a la actividad humana. Este depende no únicamente de la existencia de signos y símbolos y sus referentes, sino de la existencia de alguien capaz de interpretarlos. El alumno necesita del concurso de otros que le ayuden en el proceso de representación o atribución de significados (Mauri, 1995). La intervención de los que están culturalmente más preparados permite al alumnado construir las representaciones fundamentales de la cultura a un nivel de significado tal que le hace capaz de vivir en sociedad. En efecto, la interacción cooperativa entre alumnos puede resultar, bajo ciertas condiciones, base adecuada para la creación de ZDP y origen de ayudas que puedan hacer progresar en el aprendizaje a los participantes a través de esas ZDP. Como ha demostrado Domínguez (1997), el constructivismo facilita: * Convertir la clase tradicional en una clase moderna, lo que supone convertir una clase pasiva en una clase activa. Desde el punto de vista del proceso de enseñanza-aprendizaje significa, transformar el quehacer docente en una clase centrada en la enseñanza a una clase enfocada en el interaprendizaje. * Del mismo modo que sea una clase que considere los componentes socio afectivos que participan en un aprendizaje más completo y las variables contextuales donde se desarrolla el hecho del aprender profundo de manera comunitaria. Cantuta.doc jcr/26-02-98 Word5 Referencias bibliográficas. AGUILAR, J. 1992 Algunas contribuciones de la teoría cognitiva a la educación. 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