El Ídolo de los Iconoclastas Protestantes

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El Ídolo de los Iconoclastas Protestantes
por Santiago Grasso
Los reformadores, como buenos mutantes de esta modernidad, no
solo reformaron las costumbres, las tradiciones, los signos y los cánones
bíblicos, sino que como discípulos del anticristo, cambiaron el
fundamento mismo del cristianismo: La doctrina trinitaria, para construir
el nuevo Becerro de oro.
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Luca Signorelli. Predicación del Anticristo (1499). (Detalle)
Duomo de Orvieto
Capilla de San Brizio
2
Quilmes, 24 de noviembre. -- Ha sido siempre el protestantismo un
movimiento doctrinario mutante, nacido del huevo de la sola scriptura: cuyo
padre es la rebeldía y cuya madre, quien lo incuba, es la interpretación subjetiva
del texto. Al romperse el cascarón nace este mutante: una simbiosis que
manifiesta la evolución de la idea. Es la mutación propia del darwinismo
moderno del concepto, el cual siempre flota, porque se acomoda al tiempo, a las
épocas, a los países, y a todos los imbéciles que aplauden.
“VIVE EN PERMANENTE EVOLUCIÓN”. – Hoy presentamos al
último de los mutantes, el iconoclasta a ultranza, aquel Titán que se rebela contra
la misma Trinidad. Como los modernos movimientos sociales, han elaborado su
propio manifiesto antitrinitario, paso previo para construir su nuevo Becerro de
oro, y usando el número de la Bestia, como la mujer del fresco de Signorelli, la
cual observa la marca en su brazo, han desarrollado su propio catecismo,
plagiando el formato empleado por Pío X, con 60 preguntas contra la Trinidad, y
avalando el nuevo anticristo, tal cual lo refleja el fresco de Orvieto 1.
NO PUEDEN EMPEZAR DE OTRO MODO. – Así se inicia su
catecismo, con la Pregunta 1:
«– ¿Aparece la palabra trinidad en la Biblia?
– No.»
Francamente, no cabía otro inicio. Dudaríamos de ellos si no empezaran de
esta forma. El punto básico de todo iconoclasta protestante es seguir lo que se
lee en lo que resumen por Biblia: algo escrito casi directamente por el dedo de
Dios mismo. Toda verdad está en la Biblia, nos decía un adventista (ver sus
cartas) y fuera de la Biblia, parece que ya no existen verdades. Es un modo de
limitar el conociemiento, sobretodo en una era donde predomina la enfermedad
mental que incita al pensamiento cero. Deben iniciar lo que ellos interpretan por
razonamiento, (en realidad es un sofisma), desde la base de la sola scriptura,
caso contrario se hacen sospechosos de catolicismo infiltrado.
INSTALEMOS PRIMERO LA DUDA. – Como muy bien afirman en su
punto uno, la palabra trinidad, no figura en los Sagarados Escritos. Con esto
inician la duda instalada en la modernidad por el revolucionario mental,
Descartes.
¿POR QUÉ SE CUESTIONAN LOS TÉRMINOS? – ¿Existe alguna
razón? Por supuesto que la hay, y seguramente la ignoran, pues todo iconoclasta
protestante es en el fondo un petit ignorante, dada su férrea voluntad de no
razonar fuera de la Biblia. Afirmaba Guillermo de Ockham (1280/1288-1349) en
su filosofía que los términos, son nombres de conceptos mentales, los cuales
1 Tomado de http://www.estudiosbiblicosapostolicos.es.tl/60-PREGUNTAS-.htm
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solamente existen en la mente. Con esta opinión entendemos la razón por la cual
Ockham es considerado uno de los padres del modernismo.
GUILLERMO DE OCKHAM VIVE EN ELLOS. – Apliquemos a
Ockham a estas categorías iconoclastas de la modernidad y diremos en otras
palabras, que el nombre de Trinidad, no existe en realidad, sino como un
concepto de la mente, motivo por el cual no aparece en la Biblia, único lugar
donde está la realidad.
INSUFICIENTE RESPUESTA DE OTROS PROTESTANTES. – A este
planteo responden alarmados los otros protestantes poniendo el grito en el cielo
y diciendo que no existe la palabra, pero sí existe el concepto; y muy tranquilos
se van a dormir la siesta, puesto que dan por sentado que con esto han corregido
el rumbo errático de sus propios hermanitos. Pero no es así. la respuesta es
insuficiente: pues si existe el concepto, no sabemos aún si existe en la realidad,
no nos ovidemos que estamos dentro del modernismo, siendo un protestante,
siempre un buen modernista. Este es un claro botón de muestra, de hacia donde
muta la supina estupidez del modernismo protestante.
¿FUE REVELADA LA TRINIDAD? – Concentrémonos ahora en el
siguiente planteo: la pregunta es si se nos ha revelado, que la Santa Trinidad,
existe.
ARGUMENTO MATEMÁTICO. – Desde el origen mismo del
cristianismo, se afirmó la doctrina trinitaria, basta leer los Símbolos de la Fe,
llamados hoy Credos. Para negarlo, los iconoclastas en cuestión, utilizan los
números, al que podemos llamar un razonamiento casi matemático. No olvide el
lector que estamos en el modernismo, ¿qué otro razonamiento pueden hacer
estos torpes? Por eso leemos en la Pregunta 5:
« – ¿Usa la Biblia la, palabra tres en referencia a Dios?
– Solo hay un versículo en la Bíblia donde se menciona el Padre,
la Palabra (en lugar de hijo) y el Espíritu Santo. Ese versículo
concluye diciendo, “Estos tres son uno”.»
Escribamos el versículo completo de acuerdo a la Reina Valera 2004:
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el
Verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.(1Juan,5,7)
Ahora bien, todo depende del valor que adquieren los números, pues
matemáticamente tres no es igual a uno. ¿De qué estamos hablando? Ellos dan
una respuesta en la Pregunta 4 donde dicen:
« – Cuando Mateo 28:19 usa los títulos Padre, Hijo y Espíritu
Santo, ¿Está queriendo decir que hay tres personas separadas y
distinctas en la Divinidad?
– No, esos títulos se refieren a tres oficios refentes de la Divinidad
en relación con la humanidad.»
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Por lo tanto, uno es Dios y tres son los oficios referentes a la divinidad.
¿Esto es así?
INTERPRETACIÓN OBJETIVA DEL TEXTO. – En primer lugar estos
mutantes están empleando un texto donde la crítica textual moderna, cree ver
una glosa o adición, de allí que la traducción literal de Jünemann, coloque el
posible texto añadido entre paréntesis:
Porque tres son los testificantes (en el cielo: el Padre, el Verbo, y
el santo Espíritu y éstos los tres uno son; y tres son los testificantes en
la tierra): el espíritu y el agua y la sangre, y estos tres para en uno
son.
Se comienza afirmando que tres dan testimonio. El tema aquí es el
testimonio, es decir tenemos tres testigos, si tradujéramos correctamente el
griego que dice: ὅτι τρεῖς εἰσιν οἱ μαρτυροῦντες. Claramente afirma que
existen tres testigos. ¿Quiénes son estos tres testigos? T ὸ πνεῦμα καὶ τὸ ὕδωρ
καὶ τὸ αἷμα, es decir, el espíritu y el agua y la sangre.
LOS TRES TESTIGOS. – Para la ley hebrea bastaba con el testimonio de
dos personas; en cambio aquí son tres los que atestiguan. Todo este párrafo habla
del testimonio y de los que dan testimonio afirmando que son tres: el espíritu, el
agua y la sangre; es decir que tenemos tres testimonios. En conclusión, si
decimos que en Dios no existen tres personas, sino tres funciones, solamente
obtendríamos un solo testimonio, contrariando la ley hebrea que exige el
testimonio de por lo menos dos personas, por lo tanto, es insuficiente la
afirmación para la ley hebrea. Más aún, si en Dios no existen personas, no existe
testimonio alguno. Pero el texto, argumento definitivo para los iconoclastas de
esta época, dice que son tres testigos, pues el término, ¡oh gran Ockham!, está en
plural, los testigos: οἱ μαρτυροῦντες.
MANIPULACIÓN DEL TEXTO. – En segundo lugar, siguiendo con la
sola scriptura, el texto del los iconoclastas dice: «Estos tres son uno».
Lamentable pues se basan en el posible texto añadido, ellos, que tan modernistas
son. Curiosamente no siguen leyendo lo que sigue en su amada versión de Reina
Valera:
Y tres son los que dan testimonio en la tierra; el Espíritu, el
agua, y la sangre; y estos tres concuerdan en uno. (1 Juan 5,8)
Permítame decirles, que la traduccón del final del versículo, ha perdido toda
su fuerza, pues otra cosa afirma el original griego: οἱ τρεῖς εἰς τὸ ἕν εἰσιν. Aquí
no dice que estos tres concuerdan en uno, sino algo mucho más detallado: La
traducción de Reina Valera es altamente libre, y por ende débil. No pueden dejar
de ver la preposición: εἰς, como tampoco pueden dejar de ver el artículo en caso
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acusativo singular de género neutro τὸ. Lamentable, pues se alejan del texto, al
que tan apegado viven. Así es como algunos se manejan. Si la escritura no lo
dice, bien, y si lo dice, hagamos silencio o forcemos la traducción para que no lo
diga.
EL TEXTO MUESTRA EL PROCESO TRINITARIO. – ¿Cómo
traducimos entonces εἰς τὸ ἕν εἰσιν? Los tres son en y para el uno. La
preposición muestra claramente el proceso trinitario, ese proceso que estos
iconoclastas no quieren ver. Tres testigos, que son en uno, y tres testigos que
son para el uno, o como lo tradujo la versión de Jünemann: y estos tres para en
uno son. Este es una afirmación clara y neta del proceso trinitario, el cual no
vive solo en la mente, sino en la realidad divina.
¿Y SI FUERAN TRES FUNCIONES, EN UNA MISMA PERSONA...?
¿Entonces como explicamos esto? Jesús les respondió: "Mi doctrina no es mía,
sino del que me ha enviado.(Juan 7,16) Si fuesen solamente tres funciones,
veamos lo ridículo de la situación en esta andécdota:
Un pastor protestante, tenía su iglesia a medio construir; pero sus seguidores
lo veían ir y venir con un automóvil importado de lujo. Uno de ellos le dijo
maliciosamente:
– ¿Es suyo este automóvil?
– No. Este automóvil es del pastor.
En el tema de la posesión, el pastor era coherente con su doctrina trinitaria.
EL GRAN EMBROLLO. – Ahora bien, veamos este embrollo en el que se
metieron, dice la Pregunta 9:
« – ¿Porqué dijo Jesús a Felipe. "El que me ha visto a mi, ha visto
al Padre"(Juan 14:9)?
– Porque Jesús es la expresión de la imagen de la persona de Dios.
Hebreos 1:3. En el idioma Griego, la palabra persona en este
versículo, quiere decir líteralmente "substancia."»
¿En qué quedamos? ¿Dios es una persona o es solo substancia? ¿Cristo es
una imagen o es una expresión de la imagen? ¿Qué es una expresión de la
imagen? Si es una expresión de la imagen, ¿por qué no me permiten diseñarla?
Cuando leo la versión Reina Valera, allí dice que Cristo es del Padre: el
resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia. ¿Dónde dice que
es expresión de la imagen?
SIGUEN LOS EMBROLLOS. – Todo el embrollo consiste en haber
arrojado al canasto de la basura el concepto tradicional de persona. Son
modernistas de pura cepa, no existen dudas y así lo afirman en su
cuestionamento a la Trinidad:
«Designar a Dios como una pluralidad de personas viola aun más
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el concepto bíblico de Dios. No importa lo que personas significaba
en la historia antigua de la iglesia, hoy la palabra implica
definitivamente una pluralidad de individuos, personalidades, mentes,
voluntades y cuerpos.»
Como se puede comprobar, para ellos persona y naturaleza da lo mismo.
Inaudito, puesto que Juan no es Pedro, son dos apóstoles, pero las dos poseen
una misma naturaleza humana, caso contrario no le pondríamos un nombre, o
tendríamos dos naturalezas, una que se llama Pedro y otra naturaleza distinta
que se llama Juan.
Otro embrollo se produce en igualar individuo con persona; ambas se
contraponen. El individuo hace referencia al ser en sí mismo aislado del resto; en
cambio persona señala al ser en relación con los demás. La personalidad, no es
la persona, sino la forma que dicha persona tiene y adquirió. Las mentes,
voluntades y cuerpos forman parte de la naturaleza, no de la persona. En
conclusión, para ellos, naturaleza, carácter, individuo y cuerpo es todo sinónimo
de persona.
CRISIS DE LOS CONCEPTOS. – La crisis se da en la falta de conceptos.
Una cosa es la naturaleza y otra cosa es la persona. Peor aún es no darse cuenta
que falta el concepto de hipóstasis, es decir, lo que está por debajo de todo, o sea
el último constitutivo de la unidad del ser. No pueden negar que sea un concepto
bíblico, lo hallamos en varios pasajes, por ejemplo en Hebreos 7,1. El término,
como le gustaría decir a Ockham y a todos los modernistas, implica una idea, y
ahora contrariando a Ockham, una idea que se toma de la realidad no del mundo
de las ideas. Literalmente, es lo que está debajo, es decir el basamento último
que constituye dicha realidad.
Cuando afirman todos estos embrollos, no hacen sino ponerse de parte del
ignorante. No importa lo que el ignorante piense del término, sino el entendido
del tema.
¿CÓMO SE SALE DE ESTE EMBROLLO? Solo hay una forma, y es
apelando al sentido común, al buen razonamiento, es decir, apelando a la
filosofía para que clarifique este embrollo en que se metieron estos mutantes.
Apelar a lo bíblico para contrariar el buen juicio es una gigantesca necedad.
Tampoco pueden negar que el término naturaleza no sea bíblico: lo
hallamos en 2 Pedro 1,4 cuando habla de la naturaleza divina (θείας φύσεως) y
también el de naturaleza humana que es lo que se denomina como carne. Ahora
bien, la hipóstasis, o la sub-stancia está por debajo de la naturaleza y por estar
debajo de ella, es quien la posee. La persona no es una naturaleza, sino su
poseedora; de la misma manera que el pastor del cual di el ejemplo, era una
misma hipóstasis que poseía una iglesia a medio construir y un automóvil de
lujo con el cual hacía alarde.
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¿POR QUÉ SON ICONOCLASTAS? – Muchos se preguntarán la causa
por la cual empleo el epíteto de iconoclasta al referirme a estos protestantes.
Cuando Dios crea al hombre, dice: ποιησωμεν ανθρωπον κατ εικονα ημετεραν
και καθ ομοιωσιν. Así lo traducirá la versión Reina Valera 2004: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza. (Génesis 1,26) Preciso
es decirles, que imagen, es sinónimo de icono, puesto que icono es como se dice
imagen en griego. ¿Ahora bien, en qué consiste este icono y semejanza?
Ellos responden a esta pregunta cuando afirman:
«Designar a [Dios] como una persona no le hace justicia. La palabra
persona implica la existencia de un ser humano con una personalidad
humana — un individuo con cuerpo, alma, y espíritu. De esa manera,
nosotros limitamos nuestro concepto de Dios si lo describimos como una
persona.» 2
LA PERSONA HUMANA ES EL ICONO DIVINO. – Acontece, que la
persona o hipóstasis, es justamente el icono básico en el hombre de la semejanza
divina, pues el hombre refleja las hipóstasis divinas. Destruida la persona o
hipóstasis, se destruye el icono de semejanza con Dios. En otras palabras, ellos
opinan que al decir que en Dios existen personas, se limita a Dios: por
consiguiente, neguemos que en Dios haya personas. A partir de esta negación, la
humanidad dejó de ser icono divino. ¿Por qué? Es necesario destruir este icono
divino que es la persona humana, para salvar a Dios.
LA ORDEN DE LOS ICONOLASTAS ULTRAMONTANOS. – Por
consiguiente, estos protestantes son, iconoclastas a ultranza, pues entre Dios y el
hombre no existe semejanza ni icono cuando afirman que en Dios no existen tres
personas, las cuales forman una unidad indisoluble de una misma esencia. Estos
son iconoclastas, contra todo concepto bíblico. Por ello decimos que estamos de
acuerdo con ellos cuando afirman:
«En breve, la terminología extrabíblica es peligrosa si conduce a
formas de pensar extrabíblicas y eventualmente a doctrinas
extrabíblicas.»
Por ello cuando ellos dicen «... hoy la palabra [persona] implica
definitivamente una pluralidad de individuos, personalidades, mentes,
voluntades y cuerpos,» emplean un concepto extrabíblico, y lo hacen porque el
problema es que la forma de pensar protestante, no es bíblica, sino modernista; y
el modernismo es extrabíblico y lleva a negar terminologías bíblicas, como es el
de icono y el de hipóstasis; y llega a entorpecer los conceptos, de allí que los
protestantes que han redactado esta crítica impía a la Trinidad son iconoclastas
del muy Benemérito Orden de los Ultramontanos.
2 – La trinidad solo un concepto errado de Dios.
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SIGUEN LAS CONTRADICCIONES. – Alguien me dirá:
– ¿Cómo afirma que son iconoclastas si ellos en la Pregunta 9 admiten que
Jesús, es la expresión de la imagen de la persona de Dios?
Para calmar los ánimos y no afirmar sus propias contradicciones, aclaran en
la Pregunta 9, que la palabra persona significa substancia. ¡Oh poderoso Okham!
¡Qué escuela genial tienes entre tus alumnos! Nuevamente vamos a los nombres
o a los términos, poco importan los conceptos y nada interesan las realidades.
Sucede, que mal han entendido el versículo. Aclaremos usando el texto griego:
Ellos comienzan afirmando que Jesucristo, «es la expresión de la imagen de la
persona de Dios». ¿Dice esto el texto original? Yo leo otra cosa: ὃς ὢν
ἀπαύγασμα τῆς δόξης καὶ χαρακτὴρ τῆς ὑποστάσεως αὐτοῦ.3
CRISTO ES EL “CARÁCTER” DEL PADRE. – Como se puede ver el
texto afirma que Cristo es el “carácter” (χαρακτὴρ) del Padre. No estamos
hablando del icono, sino de huella o de lo que está sellado. Al Padre nadie lo ve,
está oculto en la tiniebla divina, es la matriz del sello a quien nadie ve, el Hijo es
el sello estampado, o la huella que deja el Padre: es lo que significa el término
carácter. ¿Pero huella o sello de qué? De su hipóstasis (ὑποστάσεως).
Hipóstasis es la palabra que se empleaba para designar la persona en griego, los
iconoclastas afirman que no significa persona sino substancia.
SUB-STANCIA EN LATÍN, HIPÓSTASIS EN GRIEGO. – Veamos los
que sucede: Hipóstasis significa aquello que está debajo de todo. Substancia,
viene del latín sub-stare, es decir lo que está debajo de todo. ¿Por qué persona
pasó a decirse en griego hipóstasis? Porque la persona es lo que está debajo de
todo el ser personal. Como vemos, al afirmar que hipóstasis es la sub-stancia,
afirman directamente que es la persona. ¡Gracias iconoclastas!
¿ASÍ QUE NOSOTROS DECIMOS QUE JESÚS TUVO DOS
PADRES? – Afirman en la Pregunta 46:
« – Si Dios y el Espíritu Santo son dos personas separadas, ¿cuál
de los dos fue el padre de Cristo?
– Mateo 1:20 dice que el Espíritu Santo fue el padre de Cristo... »
De más está decir que Mateo 1,20 no afirma que el Espíritu Santo fue el
padre de Jesucristo, pero quien responderá este sofisma, es el mismo San
Agustín (354/430), cuando analiza este pasaje. (No les pregunten, quien fue San
Agustín, pues para ellos la historia se inicia con Lutero.) San Agustín en su
Enchiridion dirá:
«¿Y por eso hemos de decir que el Espíritu Santo es padre del
hombre Cristo, de manera que Dios Padre haya engendrado al Verbo y
el Espíritu Santo al hombre? Este es un absurdo que ningún oído
3 El cual es el resplandor de la gloria y el “carácter” de su hipóstasis.
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cristiano podría tolerar. ¿Cómo entonces decimos de Cristo "nacido
del Espíritu Santo", si el Espíritu Santo no lo ha engendrado? ¿Es
acaso porque le ha creado? En cuanto hombre, ha sido hecho, pues el
apóstol dice: "Hecho del linaje de David según la carne" (Rom 1:3).
Pero no porque Dios hizo este mundo puede decirse que el mundo es
hijo de Dios, ni nacido de Dios, sino hecho, creado, fabricado.
Entonces, si confesamos que ha nacido del Espíritu Santo y de la
Virgen María, ¿cómo no es Hijo del Espíritu Santo y sí de la Virgen
María? Porque nadie puede conceder que todo lo que nace de otra
cosa deba llamarse hijo de ésta. Prescindiendo de que de diversa
manera nace del hombre su hijo, que el cabello, el piojo o la lombriz
-ninguno de los cuales puede llamarse hijo -, los hombres que nacen
del agua y del espíritu nadie los llamará con propiedad hijos del agua,
sino de Dios Padre y de la Iglesia Madre. Así, pues, nació del Espíritu
Santo y es Hijo de Dios Padre, pero no del Espíritu Santo.» 4
FRENÉTICA CONSTRUCCIÓIN DEL ÍDOLO. – Ahora bien, destruido
el icono divino de la persona, ¿cómo se construye el ídolo? Aquí ponen en juego
todo el arte y el malabarismo mental ockhaniano. A este desliz de la razón, lo
cubren con la frenética actividad por la construcción del bdelygma (βδέλυγμα) o
la abominación.
Es indudable que hacen coincidir el término persona, con la naturaleza
humana, y no permiten que sea atribuido a la naturaleza divina. A Dios no le
atribuyen el término de persona, porque se limita y destruye su naturaleza
divina, a pesar, que una cosa es la persona y otra la naturaleza; pero sí se le
aplica el término de persona a Jesús. ¿Qué ha pasado aquí? ¡Lástima, no lo
explayan! Dios al hacerse persona, ¿acaba de destruir su propia naturaleza
divina?, pues para ellos persona y naturaleza son los mismo. ¿O acaso Dios
mutó en persona? Y si mutó en persona, significa que anterior a Jesucristo la
divinidad no poeseía persona alguna. ¿Entonces quien habló por los profetas?
¿Quién estaba en la zarza ardiente explicándole a Moisés su naturaleza divina y
diciendo: Yo soy el que soy? (Ex.3,14) Puesto que Yo, es un pronombre personal
de primera persona singular. Entonces Dios mentía, pues si Dios no era persona,
no podía decir Yo soy.
LA ABOMINACIÓN (βδέλυγμα) DIVINA. – Este monigote quedaría
construido del siguiente modo: Dios es unicista y solitario, pues no existen
personas en él; como unicista sin ser persona es triplefacético, porque se hace
llamar padre, otras veces hijo y en ocasiones espíritu. Es un ser que se engendra
a sí mismo y en sí mismo; en un mismo proceso es padre e hijo de sí mismo. Es
4 – San Agustín, Enchiridion, 38.
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Yo padre y también Yo hijo, y como si esto fuera poco, Yo procedente de su
mismo Yo que es padre e hijo siempre de su mismo Yo; cumple tanto la función
de padre como de hijo. Esto es lo que afirman en la pregunta 52:
« – ¿Alguna vez dijo Jesús que El y el Padre eran uno solo?
– Sí. Juan 10:30.»
Nuevamente, chocamos con los valores de los números, 2 no es igual a 1:
¿Qué valor tiene el 2 y qué valor tiene el 1? Dos son las personas y uno es la
naturaleza. Porque dos personas no son igual a una persona. Y dos naturalezas,
no es igual a una naturaleza.
EL MOSNTRUO SE DISFRAZA DE PERSONA. – Ahora bien, este
monstruo que es padre e hijo de un solo y mismo ser, también es una
autoprocesión de su propio ser que es espíritu, todo al unísono; luego en la
historia se busca una mujer cualquiera para que lo recubra de carne y lo haga
persona. Es lo que le faltaba al monstruo: parecerse a un hombre para ocultar su
monstruosidad, y lo hace de la misma manera que mi mano se reviste de un
guante.
EL GUANTE MÁGICO. – El guante es la persona, pero mi mano no lo es,
caso contrario destruiría mi mano haciéndola de cuero o tela, pues persona y
naturaleza para ellos es lo mismo. Pero si persona no es naturaleza, entonces mi
guante es mágico, pues siendo persona pasa a tener mi mano. Significa que
ahora en Dios tenemos dos naturalezas, una divina y otra humana que es la
carne, pero ¿quién tiene dichas naturalezas? Dios no las tiene, porque en Dios no
existen personas o hipóstasis. Entonces, la persona humana, como un Titán,
logra reunir la naturaleza divina y la naturalelza humana. He aquí construido el
ídolo: una persona humana, que se fagocitó la naturaleza divina. Ya no es el
Hijo que asumió la naturaleza humana, sino la persona humana de Jesús que
asumió toda la divinidad. Así es como lo afirman en la Pregunta 18:
«– ¿Está Jesús en la Deidad? o ¿la Deidad está en Jesús?
– Colosenses 2:9 dice que la Deidad está en Jesús.»
Lógicamente, toda la diferencia radica, en saber si la hipóstasis de
Jesucristo, es humana o divina; para ellos es humana, porque es persona, ergo,
este monigote de Orvieto se fagocitó toda la divinidad.
ÍDOLO CON PIES DE BARRO. – Es fácil construir el ídolo, lo difícil es
mantenerlo en pie, pues ya lo afirmaba la visión de Daniel: sus pies se mezclan
en arcilla; creo que ya mostramos todo el barro que lo enloda. Su falta de razón
es la arcilla cocida sobre la cual se apoya, un mínimo de razonamiento lo abate.
PREDICACIÓN DE LOS TÍTERES. – Es el títere que vemos en el fresco
de Luca Signorelli, ese Anticristo, que se parece a Cristo, pero que no lo es,
cuyos brazos no son suyos, sino que pertenecen a Satanás que está detrás de él, y
es al único que escucha. A sus pies, se arroja el diezmo para la construcción de
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este Becerro. Con las sesenta preguntas marcan la mente de sus seguidores,
como lo vemos en la mujer, a la izquierda del fresco.
Y AHORA DIALOGUEN, NEOMODERNISTAS DIALOGUEN...– Pero
este cuadro no estaría completo, si no aludiéramos a los neomodernistas
dialoguistas, que corriendo salen al rescate de la convivencia en el diálogo
doctrinario: y así se congratulan con el bdelygma. ¿Por qué? ¡Ustedes y ellos
son tan parecidos! Modernistas ellos, neomodernistas ustedes; rebeldes ellos,
rebeldes ustedes; comulgan con la mano ellos, comulgan con las manos ustedes;
antitradicionalistas ellos, antitradicionalistas ustedes; mutantes ellos, dogmáticos
en desarrollo perpetuo ustedes; ministros ellos, con ministerios ustedes; biblistas
ellos, doctores biblistas ustedes; ataque a la Virgen María ellos, silencio cerrado
de ustedes. ¿No sé si se reconocen en la parte superior derecha del fresco? Frente
al ídolo, ¿cómo van a faltar ustedes?
He aquí en que para todo iconoclasta: destruir el icono divino para construir
el ídolo y la abominación divina; luego como Aarón en el desierto, gritan por las
plazas:
– ¡Este es tu dios, Israel!
© Solo con autorización del autor.
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