Porción conyugal - Actividad Cultural del Banco de la República

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PORCION
ESTUDIO
CONYUGAf.
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-La Facultad no aprueba ni desaprueba las opiniones emitidas
en las tesis; tale~ opiniones deben considerarse como propias de
sus autores.»
(Acuerdo del Consejo Directivo de la Facultad, de 14 de agosto de 1919).
Nota -- El Consejo Directivo de la Facultad suprimía
forme del Presid'~nte de tesis.
el In-
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REPUBLlCA
DE
COLOMBIA
Facultad de Derecho y Ciencias Pollticas
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RAMON
RODRIGUEZ
VALENCIA
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V.CRf.IARI():
CLEMENTE
MATIZ
FERNANDEZ
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A MIS
IDOLATRADOS
A MI QUERIDO
HERMANO
A MIS APRECIADOS
R. P. ENRIQUE
PADRF.S
nos:
GUERRERO,
S.
J.
y
GONZALO
GUERRERO
(l.
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PORCION
CONYUGAL
INTRODUCCION
Es indiscutible el derecho que tiene el cónyuge viudo a una parte en la sucesión de su consorte difunto. Si el fundamento de la herencia para los hijos es [a copropiedad familiar, unida a los deberes
que la naturaleza impone a los padres y a la presunta voluntad del
que fallece, esta misma voluntad presunta, con la estimación que se
tiene a la persona con quien se comparte la existencia, son vínculos poderosos que legitiman el derecho a una parte de los bienes
en la sucesión del cónyuge premuerto para el cónyuge supérstite.
A pesar de ser este derecho indiscutible no ha sido recol!ocido
en todo tiempo, ni las legislaciones de los pueblos cultos están de
acuerdo en el modo de distribución.
Los romanos, que no estimaron en cuánto vale la dignidad del
matrimonio, negaron al viudo y a la viuda todo derecho hereditario
en la sucesión de Sll consorte difunto.
No se reconoció sino en el tiempo de ]ustíniano un derecho hereditario a la viuda. En la novela 107 se establece que ésta tiene
derecho a una cuarta parte en la sucesi"ll1 de Sll consorte difunto.
Esto es, lo que se llamó cuarta marital.
En los códigos modernos se corri~Ó:) la injusticia de las leyes
antiguas y se asigna tanto al viudo como a la viuda lIna parte en
la sucesión del cÓnyuge difunto. Pero, sin embargo, no todos asignan este derecho en propiedad, en muchas legislaciones se encuentra que el viudo sólo tiene derecho a una parte en usufructo.
Nuestro Código Civil tomó esta institucion del Código chileno,
que con gran acierto la llama porción conyugal, para hacer comprender que a ella tienen derecho ambos cónyuges.
En el Código Civil chileno, por tanto en el nuéstro, esta institución forma un sistema completo, como al efecto lo dice el señor
Fabres:
«El legislador chileno ha regularizado esta institución, formando un sistema lógico, equitativo y completo; ha declarado inequi-
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-8vocamente la naturaleza de ella; ha determinado las persona a quienes corresponde esta asignadon forzosa; ha seña.ado con precisión
los requisitos qUI~han de concurrir para obtener\.l, e indicando de
la misma manera la distinta cuantia de los bienes del difunto que,
según los varios casos y órdenes de sucesión, se destina a su cumplimiento; ha explicad!) los diversos modos como ha de hacerse la
acumulación de certos bienes y valores para formar el acervo de que
se deduce la porción conyugal y su entero, según el orden de sucesión llamado a recoger la herencia del conyuge premuerto; y, por
ultimo, ha fijado .a responsabilidad
directa subsidiaria que, en los
varios casos, afecta al cónyuge asignatario
de dicha porción.» (1)
Para proceder con mctodo en estos ligeros apuntes dividiremos
nuestro estudio en capitulas y éstos en articulo:;, tomando como
base los articulas de nuestro Código Civil, sobre porcion conyugal.
(J I José Clemente
('abres. Obras ~omplet8S. Tomo 11.
...
_~--
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CAPITULO
I
SUMARlO
Artículo I-Que
se entiende por porción conyugal?
Artículo II-La porción conyugal
asignación alimenticia.
ARTICULO
no es, por su naturaleza,
una
I
Define la porción conyugal el artfculo 1230 del Codigo Civil,
asi: -La porción conyugal es aquella parte del patrimonio de una
persona difunta, que la ley asigna al cónyuge sobreviviente que carece de lo necesario para su cóngrua subsistencia."
Borra el legislador colombiano la injusticia de la cuarta marital
llamando a la sucesión del cónyuge difunto tanto a la viuda como
al viudo; y no la podia llamar cuarta conyugal, porque no es siempre la cuarta de los bienes la que toma el cónyuge supérstite.
No es un llamamiento general que hace la ley para todo cónyuge sino un llamamiento condicional sujeto a la escasez de bienes
del cónyuge heredero.
Está considerada
la porción conyugal, de acuerdo al artfculo
1226 como asignacion forzosa, y no podía ser de otra manera ya que
ésta es una asignación que hace la ley. Siendo asignación forl.Osa
en ningún caso podrá el testador prescindir de ella y tendrá el cónyuge la acción de reforma del testamento cuando no se le haya dejado lo que le corresponde.
Este derecho, como todo derecho hereditario, radica en la persona a la época del fallecimiento del de cujus y por eso al definirla se dice que es aquella parte del patrimonio de lIna persona difunta.
Hay una excepción establecida por el árticnlo 1231, que dice:
-Tendrá derecho a porción conyugal aun el cónyuge divorciado, a
menos que por culpa suya haya dado ocasión al divorcio.La regla general es que todo cÓnyuge tiene derecho a porción
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-
10-
conyugal, menos, de acuerdo con el articulo antes citado, el cónyuge divorciado.
Pero hay que tener en cuenta que entre nosotros el divorcio se
declara perfecto cuando hay sentencia que causa ejecutoria, no habiendo tal sentencia o no habiendo sido éste decretado por culpa
del cónyuge supén,tite, hecho que también se acreditará con la sentencia, no tendrá lu gar la excepción establecida por el artículo 1231.
Podría suscitan;e la cuestión de saber si habiendo reconciliación entre los cónyuges, tendría derecho a porción conyugal el
cónyuge supérstite aun cuando haya dado ocasión al divorcio por
su culpa.
Dos clases de reconciliación pueden presentarse: una en la que
el cónyuge agraviado perdona al culpable y se une ,:on él para continuar la vida común; en el otro caso, además de ';a reconciliacion
privada, manifiestan este hecho al juez que conociÓ de la caUia de
divorcio.
Ya que entre nosotros el divorcio no rompe el vinculo, la simple union volverá las cosas al estado anterior; pero para adquirir el
derecho a la porciÓn conyugal no será suficiente que la reconciliación se haga de ur modo privado, pues aun cuando en materia de
divorcio los espos::ls son los únicos jueces de su propia causa y es
a ellos a quienes Í)ca decidir si continúan de nuevo la vida común
de casados o si permanecen separados, sin embargo, subsistiendo la
sentencia de divorcio tendrá que cumplirse; será necesario, por tanto, para que el cónyuge adquiera el derecho a la pJrción conyugal,
que manifiesten el hecho de la reconciliacion al juez que conoció
del asunto, para suspender de este modo los efectos de la sentencia.
Segun la última parte del artículo 1230 que da la definición de
porción conyugal sostienen algunos que ésta es una asignación alimenticia; nosotros no lo creemos, como tampoco que sea una
cuestión de palabras el saber si es o no asignacion alimenticia; según la teorla que en este punto se siga habrán de resolverse las
cuestiones que se suscitan con respecto a los demás artlculos del
Código, y por tanto es ineludible entrar a resolver este punto para
que nos sirva de base en el estudio de los otros artículos.
ARTICULO
11
Decimos que la porción conyugal no es, por su naturaleza, una
asignación alimenticia, porque el legislador no la destina a proporcionarle al cónyul~e lo necesario para su cóngrua subsistencia
sino
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-11que la escasez de bienes se establece como condición para adquirirla.
La cualidad de condicional que tiene (a porción conyugal la hace variar, no atendiendo a las condiciones del cónyuge difunto o
del supérstite, sino teniendo -en cuenta las personas con quienes
concurre; y esbien sabido que una de las condiciones orgánicas en
las asignaciones alimenticias es la de que se debe tener en cuenta
los recursos del alimentante y las condiciones pecuniarias en que
se encuentra el alimentario.
Adquiere la porción conyugal todo cÓnyuge no divorciado por
su culpa, con la condición de que no tenga bienes a la epoca dr la
delación de la herencia, pues puede sllceder que de otras fuentes tenga lo necesario para su cóngrua subsistencia; mas si no tiene bienes o éstos no exceden a lo que le corresponde como porción conyugal, entonces tendrá derecho a la porción íntegra o al
complemento de esta porción. Esta es la conclusión que sacamos
de lo que disponen los artículos 1234 y 1235, el primero dice: «Si
el cónyuge sobreviviente tuviere bienes, pero no de tanto valor como la porción conyugal, sólo tendra derecho al complemento, a título de porción conyugal;> y el segundo: _El cónyuge sobreviviente podrá, a su arbitrio, retener lo que posea o se le deba, renunciando la porción conyugal, o pedir la porción conyugal abandonando sus otros bienes o derechos .• -Si aceptamos que la porcion
conyugal se da al cónyuge como asignación alimenticia no tendríamos que fijamos sólo en la cantidad de bienes que éste posee
sino también en todos los medios de que dispone y que pueden
proporcionarle lo necesario para su cóngrua subsistencia.
Si la porción conyugal es una asignación alimenticia tendrramos que deducir que el cónyuge que no manifiesta su aceptación
a la epoca de la delación o muere sin saber que se le ha deferido, no ha adquirido tal derecho y no puede transmitirlo a sus
herederos. Lógicamente se deduce esto, puesto que el derecho de
alimentos es personal y a él no puede tener derecho quien no
existe. Ahora, de la porción conyugal no puede decirse lo mismo, porque el cónyuge adquiere el derecho a la porción conyugal
a la muerte del de cujus (articulo 1232), de pleno derecho y en propiedad plena (articulo 1014), por tanto, aun cuando el cónyuge
muera sin aceptarla o sin saber que se le ha deferido transmite este
derecho a sus herederos.
Los alimentos no se dan por el solo hecho de no tener bienes
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12 la persona alimenté ria, sino que los adquieren aquellas que se hallan incapacitadas para obtener lo necesario a su alimentación.
Hemos demostr.ldo que la porción conyugal no es por su naturaleza una asignación alimenticia, señalaremos ahora algunas de las
distinciones que tit~nc con éstos y que hacen ver más claramente
nuestro aserto.
l.a-Los alimentos se dan por pensiones
conyugal por una ~,ola vez.
periódicas;
la porción
2.a-Los a1imen-os se dan a los que están incapacitados para adquirir lo necesario a su subsistencia;
la porción conyugal a todo
cónyuge que no tenga bienes.
3.a-Es condiciÓn esencial en las pensiones de alimentos atender a las circunstancias
del alimentante y del alimentario; la porción conyugal se regula atendiendo Únicamente a los bienes del
cónyuge heredero ~T a la cuantía de los dejados por el difunto.
4.a-La
porción conyugal se asigna al cónyug'~ en propiedad
plena, de manera que puede trasferirse libremente por cualesquiera
de los modos establecidos
para la trasmisión de los bienes, como
también puede ren'lnciarse; los alimentos no pueden renunciarse,
venderse ni trasmitirse por causa de muerte.
5.a-Se adquien~ el derecho a la porción conyug:il al tiempo del
fallecimiento del cényuge y de pleno derecho; los alimentos están
sujetos a demanda y los determina el juez, y se adquieren desde
que se demandan.
6.a-La porción conyugal puede ser en muchos casos más cuantiosa que los alil11,~ntos congruos desde que es una parte fija del
caudal hereditario.
Podrían señalane otras diferencias entre la porción conyugal y
los alimentos, pero con las que hemos señalado se ve la diferencia
que existe entre éstos y aquélla, de donde se deduce que no es una
asignación alimenticia.
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CAPITULO
II
SUMARIO
Artículo I-Momento
en que se adquiere
Artículo II-Cuantía
de la porción conyugal.
ARTICULO
la porción conyugal.
I
Como la porción conyugal se determina por los bienes que tiene el cónyuge supérstite hay que establecer con toda precisión el
momento en que se adquiere este derecho. De esto tratan los Arts.
1232 y 1233 del Codigo Civil.
.Art. 1232-EI derecho (a la porción conyugal) se entenderá existir al tiempo del fallecimiento del otro cónyuge, y no caducará en
todo o parte por la adquisición de bienes que posteriormente hiciere el cónyuge sobreviviente .•
•Art. 1233-EI cónyuge sobreviviente
que al tiempo de fallecer
el otro cÓnyuge no tuvo derecho a porción conyugal, no lo adquirirá después por el hecho de caer en pobreza.»
El segundo articulo es complemento del primero.
Como hemos dicho que esta asignación es condicional, había
que tener una época a la cual referirse, y ésta es la muerte de uno
de los cónyuges.
si en este momento no tiene bienes el cónyuge
supérstite adquiere el derecho a porción conyugal, y si los tuvo en
esta época, aunque los pierda después, 110 lo adquiere. Además,
como es una asignación hereditaria debe deferirse en el momento
de fallecer la persona de cuya sucesión se trata.
Estos dos artículos muestran una diferencia clara de la porción
conyugal con los alimentos, pues ésta se da en propiedad absoluta y sin condición resolutoria.
ARTICULO
11
Determinada la época o momento en que se adquiere la porción
conyugal, hay que saber en qué consiste ese derecho o qué cuan-
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- 14tia de bienes corres¡:onden al cónyuge supérstite en la sucesion
del premuerto, y a esto se refiere el Art. 1236 del Codigo Civil, que
dice: «La porción coryugal
es la cuarta parte de los bienes de la
persona difunta, en todos los órdenes de sucesión, menos en el de
los descendientes
legitimos.
Habiendo tales deBcendientes el viudo o viuda será contado entre los hijos, y recibirá como porción conyugal la legítima rigurosa de un hijo.Queda determinado en este articulo el monto de la porción conyugal; si no hay descendientes legitimas, es la cuarta parte de los
bienes; habiendo tale~, descendientes, es la legítima rigurosa de uno
de ellos.
Parece que por la claridad de las reglas que sienta este artículo no presentadan
ninguna dificultad; sin embargo, se han originado varias. Para proceder con método, contemplaremos por separado las dos reglas que fija el articulo.
Regla l.a-La por:ión conyugal es la cuarta parte de los bienes
de la persona difunta: en todos los órdenes de sucesión, menos en
el de los descendientes legítimos.
No habiendo descendencia
legitima del cónyuge premuerto el
supérstite tiene derecho a una cuarta parte de los bienes de aquél.
Esta es regla general y el articulo no tiene otra excepción que la
concurrencia de desc¡~ndientes legitimos, por tanto, sea la sucesibn
testada o intestada, concurra con ascendientes legitimas, con padres o hijos naturale¡;, siempre tendrá derecho a la cuarta parte.
En la sucesión testamentaria tiene derecho a la acción de reforma
del testamento cuando se le deja menos de la cuarta parte de
los bienes, y en la sucesión intestada tiene también derecho a reclamar esta parte, los términos del articulo son generales, «en todos
los órdenes de suces·ón.Las dificultades
,e presentan cuando se trata de determinar la
manera de fijar el acervo o masa de bienes de donde debe tomarse
la cuarta que corresponde
al conyuge. Puede formularse la cuestión así: ¿Para computar la porción conyugal se hacen al acervo líquido las acumulacic¡nes de que trata el Art. 1243 del Código Civil,
o éstas no aprovechón a dicha porción?
Para resolver la e uestión propuesta trascribiremos
los artículos
pertinentes, que nos servirán para esclarecer el punto:
«Art. 1242-La mitad de los bienes, previas las deducciones
y
agregaciones indicadas en el Art. 1016, Y las que en seguida se exEste libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
15
presan, se dividirá por cabezas o estirpes entre los respectivos legitimarios, segÚn las reglas de la sucesión intestada; lo que cupiete
a cada uno en esa división será su legitima r¡gorosa .•
No habiendo descendientes
legítimos con derecho de suceder,
la mitad restante es la porción de bienes de que el difunto ha podido disponer a su arbitrio.
Habiendo tales descendientes, la masa de bienes, previas las referidas deducciones y agregaciones,
se dividirá en cuatro partes:
dos de ellas, o sea la mitad del acervo, para las legítimas rigorosas;
otra cuarta, para las mejoras con que el difunto haya querido favorecer a uno o más de sus descendientes legítimos, sean o no legitimarios; y otra cuarta de que ha podido disponer a su arbitrio.
Art. 1243-Para
computar tas cuartas de que habla el artEculo
precedente, se acumularán imaginariamente al acervo líquido todas
las donacíones revocables e irrevocables, hechas en razón de legítimas o de mejoras, segÚn el valor que hayan tenido las cosas donadas al tiempo de la entrega, y las deducciones que, según el Art.
1234, se hagan a la porción conyugal.
Las cuartas antedichas
se refieren a este acervo imaginario.
Art. 1016-En toda sucesión por causa de muerte, para llevar a
efecto las disposiciones
del difunto o de la ley, se deducirán del
acervo o masa de bienes que el difunto ha dejado, inclusos los créditos hereditarios:
5.o-La
porción conyugal a que hubiere lugar, en todos los órdenes de sucesión, menos en el de los descendientes legitimos. El
resto es el acervo líquido de que dispone el testador o la ley .
• Art. I257-La acumulación de lo que se ha dado irrevocablemente en razón de legítimas o mejoras para el cómputo, prevenido
en el Art. 1242 y siguientes no aprovecha a los acreedores hereditarios ni a los asignatarios que lo sean a otro tltulo que el de legItima o mejora.Nosotros creemos que no aprovechan
agregaciones
del Art. 1243, tratándose
que no haya descendientes legitimas.
a la porción conyugal las
del orden de sucesión en
El Art. 1243 que ordena hacer las acumulaciones para computar
las cuartas, aprovecha sólo a los legitimatarios y tanto este artlculo
como el 1242 se han dictado únicamente para que la porción que
les corresponde
a los legitimarios no sea mermada, pero como la
porción coyugal, apesar de ser una asi~nación forzosa, no se da en
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- 16calidad de legitima, no hay razón de que las agregaciones aprovechen a ésta.
En el Art. 1242 se dice que se harán las deducciones del Art. 1016
para la división de los bienes entre los legitimaríos, y como una de
las deducciones que deben hacerse, según este articulo, es la porción conyugal tendremos que concluir lógicamente, que quedando
deducida de los bienes, no pueden aprovecharle las agregaciones
que se hagan después.
En el Art. 1257 se establece de una manera clara y terminante
lo que dejamos expuesto; pues, si las agregaciones prevenidas en
el Art. 1242 y siguientes no aprovechan sino a los asignatarios que
lo sean a titulo de le!:itimarios, como la porcion conYJgal no se da
en calidad de legítima, ya que el Art. 1240 que señala taxativamente a los que son legitimarios no la comprendió, tenemos, muy a
nuestro pesar, que concluir que al cónyuge no le aprovechan las
agregaciones de que hemos hablado.
La porción conyul~al se toma del acervo illquido, ,:omprendiendo por tal aquel al que no se le hall hecho deducciones ni agregaciones.
Podemos dividir los acervos que señala el Código en tres clases:
I.a El acervo i1lquido de que habla el primer inciso del Art. 1016
que comprende todos los bienes del difunto a los cuales no se les
ha hecho agregaciones ni deducciones.
2.a El acervo 1fquido, que comprende el total de bienes hechas
las deducciones que prescribe el Art. 1016.
3.a El acervo imaginario, que comprende la masa de bienes hechas las deducciones del Atr. 1016 y las agregacione~, de los Arts.
1243 y siguientes.
La porcion conyugal se toma del primer acervo, es decir de
aquel al que no se le han hecho agregaciones ni deducciones.
El señor Fabres di::e que la porción conyugal se computa siempre según el valor del acervo imaginario. «No podemos admitir, continúa, que quede en manos del cónyuge el disminuir a Sil arbitrio la
cuantía de la porción eonyugal y aún reducirla a cero, como vendrla
a suceder si se donasl~ en nuda propiedad todos sus b :enes a un legitimario reservándos ~ solo el usufructo.Es cierto lo que apunta el señor Fabres de que puede reducirse
a cero la porción conyugal haciendo donaciones a los legitimarios,
pero por aplicar una -egla de justicia no se pueden contrariar los
artlculos que hemos transcrito, y no podemos, por tanta admitir que
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-
17-
la porción conyugal se tome del acervo imaginario sino del acervo
ilíquido.
En el caso en que el cónyuge concurra con descendientes legítimos tenemos forzosamente que admitir que la porción conyugal se
toma del acervo imaginario, ya que llevando el cónyuge la legItima rigorosa de un hijo y computándose ésta por el acervo imaginario, la porción conyugal tiene que tomarse de este acervo.
Por lo que dejamos expuesto podemos sacar la siguiente conclusión:
La porción conyugal se saca del acervo iIlquido cuando el cónyuge concurre con legitimarios que no sean descendientes legítimos; cuando concurre con éstos se toma del acervo imaginario.
Regla 2.a-Habiendo descendientes legltimos la porción conyugal será la legítima rigorosa de un hijo.
Debemos ver ante todo qué se entiende por legitima rigorosa.
El Código distingue dos clases de legitimas: la rigorosa y la efectiva; el Art. 1239 define lo que se entiende por legitima en general,
as}: cLegitima es aquella cuota de los bienes de un difunto que la
ley asigna a ciertas personas llamados legitimarios.» Lo que se entiende por legitima rigorosa lo establece el Art. 1242, que dice: .La
mitad de los bienes, previas las deducciones y agregaciones indicadas en el Art. 1016, y las que en seguida se expresan, se dividirá
por cabezas o estirp~s entre los respectivos legitimarios, según las
reglas de la sucesión intestada; lo que cupiere a cada uno en esa división será su legitima rigorosa. El Art. 1249 establece lo que se
entiende por legitima efectiva que comprende la legítima rigorosa
aumentada con la parte que el testador ha podido disponer a titulo
de mejoras, o con absoluta libertad, y no ha dispuesto, y si lo ha
hecho ha quedado sin efecto la disposición.
Sabiendo ya qué se entiende por legrtima, podemos entrar a resolver la cuestión que algunos proponen, de que el cónyuge no debe concurrir con los hijos legrtimos a tomar su parte de la mitad
legitimaria; apoyan su tesis, los que esto sostienen en el Art. 1250,
fundándose en que la legrtima rigorosa no es susceptible de condición, plazo, modo o gravamen alguno, y haciendo concurrir al cónyuge con los hijos se impondría un gravamen a las legitimas rigorosas.
Las palabras: «será contado entre los hijos», son tan claras que
con la sola lectura de éllas se ve lo infundado del argumento anterior. Pues, si el cónyuge es contado en el número de éstos entrará
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- 18con ellos a tomar su parte de la mitad legitimaria,
no seria contado entre los hijos y quedarla excluldo
gitimaria, pero no p,x esto podría decirse que el
todo derecho sino que su parte se tomará de la otra
ver si se puede, de acuerdo con la ley, aplicar esta
de lo contrario
de la mitad lecónyuge pierde
mitad. Vamos a
t,wr[a.
Si en vez de tomar la porción del cónyuge de la mitad legitimaria, como lo manda el Art. 1236, se la tomase de la otra mitad, se
menoscaban la cuarta de mejoras o la de libre dispo!;ición. Si pasa
lo primero, es decir !¡i tomáramos la porción conyugal de la cuarta
de mejoras encontramos la disposición terminante del Art. 1253 que
prohibe gravar esta cuarta en favor de una persona qle no sea descendiente legítimo, y caeríamos en el mismo error que tratabamos
de evitar. Si tomamos la porción conyugal de la cuarta de libre disposición vamos cont'a la no menos terminante disposición del Art.
1242 inciso 3.° que dice que esta cuarta es de libre o arbitraria disposición, y asl, por evitar contrariar un artículo, de "cuerdo con la
tesis que combatimos caemos en una contradiccibn no menos grave.
Sacando la porción conyugal de la cuarta de libre disposición
de la cuarta de mejoras, podríamos hacer ilusorio el derecho que
tiene el testador par.l disponer a su arbitrio de la cuarta de libre
disposición, o en favor de sus descendientes legítimos de la cuarta
de mejoras, porque pueden darse casos en que la porción conyugal
sea tan cuantiosa como la cuarta de libre disposición, o como las
dos cuartas, la de libre disposiciÓn y la de mejoras. Vamos a ver
esto con un ejemplo:
O
Si suponemos que hay un solo hijo y un caudal hereditario de
ocho mil pesos, tocan a este cuatro mil pesos, mitad del acervo !{quido. La porción conyugal como es igual a la legItima rigorosa será de cuatro mil pesos, absorbiendo por tanto la I~uarta de mejoras y la de libre disposición.
En el mismo caso hay sblo dos hijos, corresonde
a cada uno
dos pesos mitad de cuatro mil, que es a su vez mitad :lel acervo lfquido ocho mil; en este caso, la porción conyugales de dos mil pesos
según la opinión que combatimos, y absorberla toda la cuarta de
libre disposición.
Para apoyo de la 'esis que sostenemos, de que la porción conyugal se toma de la cuarta legitimaria, está la clara y terminante
disposición del Art. 1248, que dice: -Si un legitimario no lleva el
todo o parte de su lel~ítima, por incapacidad, indignidad o desheredación, o porque la ha repudiado, y no tiene descendencia con
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-
19--
derecho de representarle, dicho todo o parte se agregara a la mitad
legitimaria, y contribuirá a formar las legltimas rigorosas deJos
otros, y la porción conyugal, en el caso del Art. 1236, inciso 2.0"
Si el cónyuge no concurre con los hijos y toma su parte de la
mitad legitimaria, ¿cómo daríamos aplicación a este articulo? Si la
porción conyugal se sacara de la otra mitad de la herencia serfa
imposible que ella participase de la porción legitimaria que falta, y
como esa parte contribuye a formar las legitimas rigorosas de los
otros y la porción conyugal, es claro que ésta se toma de la mitad
legitimaria.
Si no se tomara la porcion conyugal de la mitad legitimaria, la
porción que acrece a dicha mitad cuando falta un legitimario irla en
perjuicio de los herederos legitimarios en vez de favorecerlos, porque aumentando la legítima rigorosa aumenta tambien la parte que
corresponde al cónyuge y contribuiría asl a perjudicar la cuarta de
mejoras. Por ejemplo: hay dos hijos, uno de los cuales no concurre por ser indigno y no tiene descendencia legrtima con derecho de
representación, toca al legitimario que hereda dos mil pesos mitad
de cuatro mil que es a su vez mitad de ocho mil el acervo partible;
los dos mil pesos que corresponden
al legitimario indigno acrecen
al legitimario que tiene derecho de heredar y forman un todo de
cuatro mil pesos que constituyen la legitima r¡gorosa, por tanto, la
porción conyugal la formarán los cuatro mil pesos restantes. En
este caso, la porción del indigno no contribuyó a formar la porción
conyugal, sino que aumentando la legítima rigorosa gravó, en perjuicio dellegitimario,
la cuarta de mejoras y la de libre disposición.
Tratando, la tesis que combatimos, de defender la porción que
corresponde a los hijos, va en perjuicio de ellos. Pongamos
otro
ejemplo: se trata de la sucesión del cónyuge en concurrencia
con
tres hijos legítimos, uno de ellos indigno. Como la porción de éste
se agrega para computar las legítimas rigorosas, suponiendo que
el caudal hereditario sea de doce mil pesos, la mitad legitimaria
será de seis mil, a cada hijo le corresponden dos mil pesos, agregándose la porción del indigno a los otros, le corresponderá a
cada hijo mil pesos más, por tanto, el cónyuge debe llevar tres mil
pesos, que es, según esta hipotesis, la legítima rigorosa. Si consideramos el mismo caso y contamos al cónyuge como hijo, la parte
de este en la mitad legitimaría será de dos mil pesos, ya que se dividirán los seis mil pesos entre los dos hijos hábiles y el cónyuge.
Queda demostrado, con este ejemplo, que tomando como porción
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20-
conyugal una parte igual a la de un hijo y saliendo ésta no de la
mitad legitimaria sine, de la otra mitad, en vez de defender el patrimonio de los descendientes legltimos se le perjudica.
Otro sistema se ha ideado para fijar la cuantla de la porción
conyugal, cuando el eónyuge concurre con descendientes
leglti'mas, consiste en dar al cónyuge sobreviviente la mitad de la cuantla de 10 que percibe un hijo en la sucesión del cónyuge difunto.
Este sistema, tamhién como el anterior, no tiene ningún fundamento legal, y va abiertamente contra el inciso 2.° del Art. 1236.
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CAPITULO
III
SUMARIO
Artículo I-El cónyuge tiene derecho al complemento
a titulo
de porción conyugal, cuando tiene bienes, pero de un valor inferior a 10 que le correspondería
como porción conyugal, si no los
tuviese.
Articulo U-El cónyuge puede abandonar
reclamar la porción conyugal Integra.
Artículo I1I-¿Puede
de lo que le corresponde
disposición
o parte de
para computar la porción
sus bienes propios y
el cónyuge dejar a su consorte, además
como porcion conyugal, la cuarta de libre
ésta, sin que estos bienes se colacionen
conyugal?
ARTICULO
I
Hemos examinado primero cuál es la cuantía de la porción conyugal apartándonos del orden en que están los artlculos de nuestro Código, porque creemos que primero se debe saber en qué
consiste la porción conyugal y después el modo como se integra.
Al examinar el Art. 1230 vimos que la porción conyugal es una
asignación condicional sujeta a la carencia de bienes del cónyuge
supérstite, por tanto, los bienes del cónyuge son un elemento del
cual no podemos prescindir para la computación
de la porción
conyugal, y entonces debemos examinar qué regla ha dictado el
legislador para la imputación de estos bienes, a esto se refier el
Art. 1234.
Art. 1234-Si el cónyuge sobreviviente tuviere bienes, pero no de
tanto valor como la porción conyugal, sólo tendrá derecho al complemento, a tltulo de porcion conyugal.
Se imputará por tanto a la porción conyugal todo 10 que el cónyuge sobreviviente tuviere derecho a percibir a cualquier otro título en la sucesión del difunto, inclusa su mitad de gananciales, sí
no la renunciare.
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---22El Art. 1234 nos dice la manera de imputación de los bienes
del cónyuge supérstite, o sea cómo debe integrarse la porción conyugal.
Este articulo viene en apoyo de la tesis que sostuvimos al estudiar el A rt. 1nO, de que la porción conyugal no es una asignación alimenticia, pues sólo se tiene en cuenta (o~ bienes o derechos
que tenga el cóayuge para imputárselos a la porción conyugal, sin
fijarse si por otros medios puede el cónyuge ganarse lo necesario
para Sil subsistencia.
El inciso prinero sienta como norma que el conyuge que tiene
bienes de un valnr menor, a lo que le correspondería como porción
conyugal si no los tuviese, solo tiene derecho al complemento a
este título. Es ne,~esario fijar con precisión el momento en que fallece el testador, que es, como vimos antes, cuando se defiere la
herencia, para ver si en ese momento tuvo o no bienes al cónyuge
~upérstite; si al fóllecimiento del testador tuvo bienes, se le imputarán a la porción conyugal, y no llevará sino la diferencia que
hay entre los bienes y derechos que posee y lo que le hubiera corespondido al no tenerlos; por tanto, lleva porcion conyugal íntegra el cónyuge qU(' no tiene bienes, parcial el que los tiene, y en es·
te caso se llama complemento.
En su segundo inciso, el Art. 1234 especifica I·)s bienes cuyo
valor se imputa a la porción conyugal, es decir, de:ermina qué clase de bienes deben tenerse en cuenta, para que, averiguada la cuantia de la porción conyugal, sirvan para integrarl,,_ Dice el inciso
que se imputará todo lo que tenga derecho a percbir el cónyuge
-a cu alquier otro tltulo» en la sucesión del difunto, dando a comprender que se c:>mputarán todos los bienes y derechos que el
cónyuge tenga como dueño antes de la muerte del de cujus, y no
como creen algunm;, que estas palabras significan que el cónyuge
no puede exigir ningún derecho en la sucesion del difunto a otro
titulo que el de porción conyugal. Hacemos desde ahora esta aclaración a fin de que r:os sirva de base para la resolución de la cuestión que planteamos en el articulo 11I de este Capítulo.
La última parte del inciso .inclusa su mitad de gananciales, si
no la renunciare,» completa la explicación que señalamos anteriormente; el legislador tuvo en cuenta que como el derecho a gananciales lo adquiere el ,:ónyuge a la disolución de la sociedad conyugal y esta se verifica en el momento de la muerte, si no la comprendla expresamente ésta no se hubiera tenidoen cuenta para la imputación de los bienes del conyuge a la porción conyugal.
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23-
Hay dos sistemas para hacer la imputación de los bienes del
cónyuge supérstite a la porción conyugal: unos sostienen que los
bienes del cónyuge se acumulan al acervo imaginario y sirven para fijar la cuantía de la porción conyugal, en todos los órdenes de
sucesión; otros, por el contrario, sostienen que estos bienes no se
acumulan al acervo imaginario y no aumentan la cuantía de la porción conyugal, sino que debe verse únicamente lo que le correspondería como porción conyugal de no tener estos bienes y entregarle la diferencia como complemento. Un ejemplo aclarará el punto:
Supongamos una sucesión por valor de siete mil pesos, en la
cual no hay descendencia legitima. El cónyuge sobreviviente tiene
mil pesos en bienes propios. En este caso, de acuerdo con el primer
sistema, los mil pesos que tiene el cónyuge se suman con los bienes
dejados por el difunto y luégo se saca la porción conyugal, es decir, que al cónyuge le corresponderán dos mil pesos, cuarta parte de
ocho mil que es el acervo formado por los siete mil dejados por el
difunto y los mí! que tiene el cónyuge en bienes propios. De acuerdo con el segundo sistema, se tomará la cuarta de siete mil pesos,
que es lo que le correspondería si no tuviera bienes, y con estos
'$ 1.750, que son la cuarta de 1> 7.000, se ve la diferencia que hay
con las bienes del cónyuge, y como en el caso propuesto son mil,
la diferencia es de S 750, que son los que integran el complemento
que debe dársele al cónyuge como porción conyugal, es decir que
llevará con sus bienes propios la suma de '$ 1.750.
Queda con el ejemplo propuesto claramente demostrada la diferencia que tienen los dos sistemas. Ahora vamos a examinar cuál
de los dos está arreglado a la ley.
Nosotros creemos que los bienes que tiene el cónyuge supérstite siempre se acumulan al acervo de bienes dejados por el difunto, pero no siempre contribuyen a aumentar la porción conyugal, y
sólo (a aumentan cuando el cónyuge concurre con descendientes legltimos.
Al hablar de la formación de los acervos y determinar de cuál
de estos se toma la porción conyugal, dijimos que ésta era una
deduccion de la masa de bienes o sea del acervo illquido, cuando
no hay descendientes legitimas, siendo una deducción del acervo He quido, lógicamente concluiremos que los bienes del cónyuge
supérstite no contribuyen a aumentar su porción conyugal, ya que
el acervo ilIquido es aquel que no ha sufrido agregaciones ni deducciones. Tratándose de formar (a porción conyugal cuando el
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- 24cónyuge concurre ::on descendientes legltimos, los bienes que éste
posee sirven para. aumentar dicha porción, pues, estos bienes se
agregan a la mitad legitimaria (Art. 1248), y como la porción conyugal es, en este caso, la legftima r¡gorosa de un hijo, los bienes
que posee el cónyuge sirven para aumentar su porción conyugal.
Para comprobar nuestro aserto tenemos los Arts. 1243 y 1248
del Código Civil, transcritos en otra parte de este estudio y por eso
no lo hacemos ahora; si bien en los artlculos citados se nota una
aparente contradice ión, pues el uno manda agregar las deducciones
que se hagana la porción conyugal de acuerdo al Art. 1234 al acervo imaginario, y ,~lotro a la mitad legitimaria, de cualquiera
manera que se haga esta acumulación se obtendrá d resultado que
dejamos apuntado.
De los dos arUc:.11 os citados anteriormente sacam os las dos conclusiones que propusimos: que los bienes del cónyuge se acumulan, y que sólo sirv,~n para aumentar la porción ce'nyugal cuando
concurre con descendientes legltimos.
Parécenos asf re5uelta la cuestión de la acumulación de los bienes del cónyuge supérstite, sin tomar ninguno de los dos sistemas
extremos propuesto:; para la resolución de este punto.
No será por demás hacer notar que elArt. 1234 que venimos estudiando, deja sin aplicación el Arlo1230cuando los bienes del cónyuge heredero le producen lo necesario para vivir, pero que sean
inferiores a lo que k corresponde como porción conyugal; esto nos
demuestra también <;ue la porción conyugal no es una asignación
alimenticia.
ARTICULO
11
El Art. 1235 con[ere al cónyuge una facultad alternativa: puede
abandonar sus biene:; propios y pedir la porción conyugal íntegra
o retenerJos y pedir el complemento como porción conyugal.
Art. 1235-El cónyuge sobreviviente podrá, a su arbitrio, retener lo que posea o Sl~ le deba, renunciando la porción conyugal, o
pedir la porción conyugal abandonando sus otros bienes y derechos.
Explica este artfculo lo que sostuvimos al comentar el Art. 1234,
pues permite al cónyuge sobreviviente renunciar lo que posea o se
le deba y pedir la porción conyugal íntegra. Si el cónyuge renuncia a sus bienes y dt~rechos en la sucesión, el valor de los unos y
de los otros se acumularán al acervo hereditario, en la forma que
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- 25vimos en el Art. 1234, y entrarán a formar la porción conyugal de
acuerdo a lo que alU dijimos.
Al estudiar el Art. 1234 sentamos como regla general que siempre que el cónyuge pida su derecho a la porción conyugal, sus
bienes se acumulan al acervo hereditario o a la mitad legitimaría,
según el caso. Esta proposición queda demostrada con lo que dispone el Art. 1235; pero esta acumulación no se verifica sino en
valores, y no puede significar una confusión de bienes; de lo contrario se harfa nugatorio el Art. 1234, según el cual, cuando los
bienes del cónyuge no sean de tanto valor como la porción conyugal, éste sólo tiene derecho al complemento de ella. Deducimos
de aqui que cuando el cónyuge reclama su porción conyugal, reteniendo sus bienes, estos siempre se acumulan al acervo hereditario,
para el cómputo de las legftimas, etc., y para fijar la cuantía de la
porción conyugal, en el caso que concurra con descendientes legítimos; mas como esta acumulación se verifica imaginariamente, al
entregar al cónyuge su porcion conyugal, llevará sus bienes propios y el complemento. O de otro modo: la porción conyugal se satisface con los bienes del cónyuge y con los que sean necesarios
para complementaria, los que se tomarán del acervo de bienes dejados por el difunto o de la mitad legitimaria, según el caso.
Si el cónyuge abandona sus bienes y no los retiene entrarán entonces real y materialmente a la masa de bienes dejados por el testador, y no sólo imaginariamente; es decir, se acumularán a los bienes del testador como bienes propios de éste.
La facultad que otorga el Art. 1235 al cónyuge sobreviviente,
tiende a favorecer a éste, pues si la tasación que se haga de sus
bienes le parece excesiva, puede abandonar éstos y pedir su porción conyugal integra
ARTICULO
111
Para resolver la cuestión propuesta en el Art. 3.ll de este capítulo, debemos tener en cuenta los articulas 1234, 1235 Y 1237 del
Códif.{oCivil, pero como los dos primeros están incorporados en
otra parte de este estudio, transcribiremos solamente el último.
«Art. 1237-Si el conyuge sobreviviente hubiere de percibir
en la sucesion del difunto, a título de donación, herencia o legado
más de lo que le corresponde a titulo de porción conyugal, el sobrante se imputará a la parte de los bienes de que el difunto pudo
disponer a su arbitrio.»
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- 26Si examinamo;; aisladamente esta disposición no encontramos
dificultad ninguna, porque expresamente dispone que si el conyuge tiene derecho por donación, herencia o legado a una suma mayor que la que le corresponde como porción conY!lgal se imputará
cuando sobrepasa lo que por este derecho le corresponde, a la cuarta de libre disposición; pero examinando este artkulo en relación
con el 1234 surge:a cuestión propuesta. En efecto, el Art. 1234
dispone que se impute a la porción conyugal todo lo que tiene derecho -a cualquier titulo», y el 1237 que el exceso que sobre de lo
que por esta porcVm pueda tocarle, debe imputar~e a la parte de
bienes de que el difunto pudo disponer a su arbitrio. ¿Cómo armonizar estas disposiciones?
Antes de entrar a resolver esta cuestión vamos a transcribir
las razones que da el señor Fabres para sostener que el cónyuge
no puede llevar má:; de la porción conyugal.
-La idea fundamental en que apoyamos nuestré'. opinión y que
es la base de toda nuestra argumentación, se puede resumir en dos
proposiciones muy sencillas: )3. El cónyuge sobreviviente no tiene derecho a porcón conyugal cuando tiene bienes propios de
igualo mayor valor a lo que le correspondería como porción conyugal. Esta proposición es de una verdad inconcusa que está consignada en una ley expresa, directa y categórica (Arts. 1176 y
t 177 del Código Civil chileno, equivalentes a los Arts. 1234 y
1235 de nuestro Código Civil). 2.a Los derechos de cualquiera clase que el cónyuge sobreviviente tiene en la sucesiÓn del difunto,
son iguales o de la misma condición que sus otros bienes propios,
para el efecto de de1:erminar si tiene o no derecho a porción conyugal. En consecuencia, es exactamente lo mismo, para el dicho
efecto, que el cónyuge tenga veinte mil pesos heredados de sus padres, o adquiridos d,~ cualquiera otra manera, o que tenga derecho
a igual suma en la sucesión del difunto a título universal o singular: a cualquier otro título 10 dice el inciso 2.° del Art. 1176 (inciso
2.° del articulo 1234 de nuestro Código Civil).
-Si estas dos proposiciones son ciertas, la consecuencia rigurosamente lógica es, que el CÓnyuge difunto no ha podido dejar en
su testamento al sobreviviente, la parte de libre disposición.> Y en
un párrafo anterior dice: «Si la porción conyugal es por su naturaleza alimenticia, otoqrar este derecho al cónyuge que tiene bienes o
derecho de igualo mayor valor que 10 que le correspondería por
porción conyugal es destruír la base del sistema, lo que es inadmi-
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-
27-
sible en buena lógica. Uosé Clemente Fabres.
mo 11,página 169).
Obras completas. To-
Nos merece mucho crédito la autoridad del señor Fabres, pero
sin pretender en manera alguna 'rebatir victoriosamenre la doctrina que sostiene tan renombrado jurisconsulto, vamos a exponer las
razones que nos inclinan a creer lo contrario de lo que él sostiene.
Parte el señor Fabres del supuesto de que la porción conyugal
es una asignación alimenticia, doctrina que también sostiene al estudiar el Art. 1173 del Código chileno; vimos al examinar el Art.
1230 que la porción conyugal no es una asignación alimenticia y
nos refererimos a todo lo que allí expusimos; pero para mayor
claridad pondremos uno de los argumentos principales que demuestra que la porción conyugal no es una asignación alimenticia.
La porción conyugal no se determina por la circunstancia de tener o no tener el cónyuge sobreviviente bienes suficientes para su
eóngrua sustentación, es la carencia de bienes la que da el derecho
a porción conyugal, pero por el hecho de no tener los equivalentes
a los que la ley le asigna como tal porción; pues este derecho no
se pierde porque los bienes del cónyuge sean cuantiosos y le produzcan lo necesario para su subsistencia, tendrá derecho al complemento auncuando asl lo fuere, si estos bienes no alcanzan a la
legitima rigorosa de un hijo en concurrencia con descendientes legítimos, o una porción equivalente a la cuarta parte de los bienes
del difunto en los otros órdenes de sucesión.
Establecido que la porción conyugal no es una asignación alimenticia, queda sin fundamento uno de los razonamientos del señor Fabres, pasemos a examinar los dos argumentos en que funda
toda su tesis.
Laprimera proposición es de una verdad ¡nconcusa, como lo dice el señor Fabres, si el cónyuge tiene bienes de un valor igualo
mayor a lo que le corresponderla como porción conyugal, no tiene
derecho a ésta. Está fundada en el Art. 1176 del Código Civil chileno igual en todas sus partes al 1234 de nuestro Código; pero por
que no tenga derecho a pedir porcian conyugal, no se deduce que
no tenga capacidad para adquirir lo que el cónyuge testador le
asigne, como tampoco, a que por esto se haya limitado el derecho
que tiene todo testador de disponer libremente de una cuarta parte
de sus bienes.
La segunda proposición es un sofisma, no son los bienes o derechos de cualquier clase que el cónyuge sobreviviente puede re-
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- 28clamar en la sucesión del difunto los que se imputan para la formación de la porción conyugal, son los bienes o derechos que tenga con anterioridad al momento de la delación de dicha porción, y
no podia ser de otra manera porque estos son los únicos bienes y
derechos que el cónyuge puede exigir a cualquier titulo al fallecimiento de su cOlsorte, por tanto, no se puede imputar a la porción
conyugal los bitnes que le sean deferidos conjuntamente con ésta.
Viene en apoyo de lo que sostenemos la últi.ma parte del Art.
1234 «inclusa su mitad de gananciales, si no la renunciare»; como el derecho ~.gananciales lo adquiere el cónyuge al disolverse
la sociedad con} ugal era forzoso que lo determinara expresamente
el legislador, porque comprendió que no quedaban incluidos en el
mencionado articulo los bienes y derechos que adquiere en el momento de la deladon de la porción conyugal, de lo contrario no se
explicaria una reJetición.
A la frase «a cualquier otro titulo», que emp ea el articulo, se
le ha dado un alcance que en realidad no lo tiene, se ha querido
hacer comprende," que significa todo lo que el có,lyuge tiene derecho a percibir en la sucesión del difunto a título universal o singular, O también que esta frase significa, a cualquier otro título que no
sea el de porción conyugal. Ambos significados desvirtúan el tenor
literal del articulo.
La frase -a cu,lIquier otro título., especifica o determina la clase de bienes y derechos que deben imputarse para la formación de
la porción conyu.~al, siendo éstos los que el cónyuge tenia corno
dueño con anterioridad a la delación de la herenda, quedan comprendidos todos los bienes y derechos que el cónyuge tenga derecho a percibir a cualquier título con anterioridad a la delación de la
porción conyugal.
La porcion conyugal es una asignación que debe deferirse y las
asignaciones se defieren en el momento de fallecer la persona de
cuya sucesión se trata, y con anterioridad a este ffi-:>mentoes cuando se toman en cuenta los bienes que tiene el cónyuge heredero, y
como en este mismo momento se le defiere la parte que como heredero o legatario deba percibir de la herencia adem;ís de la porción
conyugal, no hay razón para que esos bienes sean considerados
para imputar/os co 1 los otros que posee el cónyuge y determinar
asi la porción conyugal.
Ahora, ¿por qUl~ esa frase no significa, a cualquier otro titulo
que el de heredero? El cónyuge es heredero, en la mayor parte de
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29 las veces, cuando exige lo que le corresponde como porción conyugal, por tanto, sería más lógico dllflc esta significación que la de
a cualquier otro título que el de porción conyugal.
La porción conyugal es una asignación forzosa que se suple
aún contra las disposiciones expresas del testador, si éste es obligado a dejar al cónyuge sobreviviente dicha porción, y si puede a
su arbitrio disponer de una cuarta parte de sus bienes, en ningún
caso se deduce que por lo dispuesto
en el Art.l234 el testador
quede privado de disponer arbitrariamente
de esa cuarta, o que
contrariando su voluntad haya de imputarse de lo que él dispone
libremente a la porción conyugal.
Si el cónyuge exigiera con el tltulo de porción conyugal más
de lo que le corresponde por esta asignación, no tendrfa ningún
fundamento para hacerla, pero esto no lo incapacita para recibir lo
que el testador pudo disponer libremente y su porción conyugal.
Distingue el Art. 1237 el titulo de porción conyugal de lo que
perciba por donación, legado y herencia, con esta distinción que
hace el legislador capacitó al cónyuge para llevar su porción conyugal y lo que el testador le asigne de la cuarta de libre disposición.
Por las palabras
·el sobrante se imputará a la parte de bienes
de que el cónyuge pudo disponer a su arbitrio», que emplea el articulo 1237, se ve claramente que el cónyuge puede llevar más de
lo que le corresponde
como porción conyugal, de lo contrario se
haría nugatorio lo allf dispuesto.
La porción conyugal no es creación del testador y, por tanto, si
asigna algo al cónyuge supérstite esta asignación se lIenerá con lo
que el cónyuge pudo disponer libremente, y auncuando él no lo
dijera expresamente,
las palabras citadas en el párrafo anterior,
del Art. 1237, tienen ese alcance.
La Corte en sentencia de 3 de septiembre de 1895 resolvió lo siguiente: «Aunque haya descendientes
legítimos, si el cónyuge supérstite es instituido heredero, tiene derecho no sólo a porción
conyugal, sino a mayor cuota en la herencia, y en este caso el sobrante de la porción conyugal se imputará, de acuerdo con el Art.
1237 del Código Civil a la cuarta de libre disposición.
(l). Lo que
está de acuerdo con lo que hemos sostenido.
\ I ) Jurisprudencia
de In Corte. pago 718.
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CAPITULO IV
SUMARIO
Arti culo l-Responsabilidad
pago de las deudas hereditarias.
de la porción
conyugal
para
el
Articulo II-Responsabilidad
para el pago de deudas hereditarias cuando la porcion conyugal es Integra, en cualquiera de los
ordenes de sucesión que no sea de descendientes legítimos.
Artículo lIl-Responsabilidad
de la porción conyugal
en el orden de sucesión de descendientes legitimas.
Integra,
Articulo IV-Responsabilidad
de la porción conyugal complemento o complementaria, en el orden de sucesion de descendientes
legítimos y en el que no los haya.
ARTICULO
I
Hemos examinado en qué consiste lo que se llama porción conyugal, de qué parte de bienes se toma, en qué momento se adquiere, cuál es su cuantía y qué bienes la intengran, debemos tratar por
ultimo, qué responsabilidad
tiene para el pago de las deudas hereditarias.
Para precisar la responsabilidad
que en el pago de deudas hereditarias corresponde al cónyuge que toma de la sucesión del difunto la parte que le corresponde como porción conyugal, debemos
examinar lo que dispone el Art. 1238, que dice:
cArt. 1238-EI cónyuge, a quien por cuenta de su porción conyugal haya cabido a titulo universal alguna parte en la sucesión del
difunto, será responsable
a prorrata de esta parte, como los herederos en sus respectivas cuotas.
-Si se imputare a dicha porcion la mitad de gananciales, subsistirá en ésta la responsabilidad
especial que le es propia, segun lo
prevenid) en el título de la sociedad conyugal.
-En lo demás qur el viudo o viuda perciba, a tftulo de porción
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- 32conyugal,
sólo tendrá la responsabilidad
subsidiaria
de los legata-
rios.Este articulo se refiere a la responsabilidad
del cónyuge, según
sea heredero o legatario, para el pago de las deudas hereditarias,
pero debemos examinar en qué casos el cónyuge es heredero y, por
tanto, tiene la responsabilidad
de tal, y en qué casos tiene la responsabilidad de legatario.
Podemos sentar la siguiente regla que nos sugiere el Art. 1238:
el cónyuge supérEtite cuando toma la porción conyugal es, en la
mayor parte de las veces, asignatario a titulo universal o de cuota,
pero por una excej)cion no tiene, en todos los caEOS, la responsabilidad directa del heredero sino la subsidiaria del legatario.
Para conocer las diversas situaciones de la p,)rción conyugal
para el pago de la:; deudas hereditarias, seguiremos el plan de estudios que adopta el señor Fabres al comentar, en su libro .Obras
Completas,» el Art. 1180 del Código Civil chileno equivalente al
1238 del nuéstro; sin perjuicio que examinemos la cuestión propuesta de puntos de vista opuestos a los deducidos por él, aUllcuando en ningún caso pretendemos refutar las doctrinas enseñadas por este notable jurisconsulto que nos merece todo respeto, sino
exponer las razones que tenemos para creer lo contrario de algunas
de las cuestiones sostenidas por él en el libro que nos sirve de gula.
Haremos las sif~uientes distinciones que examinaremos por separado: porción conyugal íntegra en todos los ordenes de suseción,
en que no haya de:;cendientes legítimos; porción c,)nyugal Integra
en los ordenes de Eucesión, en que haya descendientes legltimos; y,
porción conyugal complemento o complementaria E~ntodos los ordenes de sucesión que no haya descendientes legítimos y en la que
los haya.
ARTICULO
11
Primera hipótes:s.-Porción
conyugal Integra, en cualquiera de
los órdenes de sucesión que no sea de descendientes legítimos.
Al estudiar el Art. 1236 vimos que cuando el cónyuge concurre
con herederos que no sean descendientes legltimos le corresponde
como porción conyugal la cuarta parte de todos los bienes del cónyuge premuerto. En este caso, tomándose la porción conyugal del
total o masa de bienes, viene a ser una deducción (Art. 1016, inciso
5.0), y a pesar de ser una signación de cuota, cuando reclama su
porción íntegra, no carga con la responsabilidad
del heredero, esto
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- 33es, la responsabilidad
directa que a éstos corresponde de acuerdo
con los Arts. 1155 y 1411 del Código Civil, sino con la responsabilidad subsidiaria que corresponde
a los legatarios de acuerdo con
los Arts. 1162 y 1419. Viene a ser una excepción a los Arts. 1008 y
1155 del Código Civil, en el primero de estos articulas se define lo
que se entiende por titulo universal, comprendiendo por tal cuando
se sucede al difunto en todos sus bienes, o en una cuota de ellos,
como la mitad etc., y en el segundo, se dice que los asignatarios
a título universal con cualesquiera palabras que se los llame, son
herederos; cuando el cónyuge entra con herederos que no son descendientes legitimas toma una asígnación de cuota, que es la cuarta parte de los bienes, y no tiene el caracter de heredero, por ser
una deducción de lamasa de bienes, y por esto decimos que es una
excepción a los articulas mencionados.
De acuerdo con el Art. 1016 la porción del cónyuge cuando se
trata de un orden de sucesión en que no haya descendientes legítimos, es una deducción de la masa de bienes; si la porción conyugal
se toma de esa masa de bienes, y el resto, hechas las deducciones
que prescribe el mismo artlculo, es el acervo Ilquido de que dispone el testador o la ley, es lógico concluir, que únicamente serán herederos los llamados a repartirse este acervo, y que la porción conyugal no responderá a los deudores hereditarios sino subsidiariamente.
Vamos a verlo con un ejemplo:
Un testador deja padre legítimo a quien asigna la mitad legitimaria, y de la mitad de libre disposición, asigna una cuarta a Pedro y otra a Juan; deja cónyuge que no tiene bienes y a quien corresponde porción conyugal Integra. El caudal hereditario hechas
las deducciones del Art. 1016, menos la porción conyugal, asciende a $ 80.000, como la porción conyugal se deduce de esta parte
de bienes, y siendo la cuarta de ellos, será de $ 20.000; queda el
acervo liquido de $ 60.000, que es de lo que ha podido disponer el
testador. Al padre le corresponden $ 30.000, que es la mitad legitimaría; a Pedro y a Juan les corresponde a cada uno '$ 15.000, es
decir, cada uno llevará la cuarta parte de la herencia, o sea llevan
los dos la mitad de la herencia que es de lo que puede disponer el
testador cuando no hay descendientes legítimos.
Hecha la partición y adjudicada a cada heredero su parte se
presenta una deuda por valor de $ 8.000, como las deudas hereditarias se dividen entre los herederos a prorrata de sus cuotas, no
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-34siendo obligado cada heredero a más (Art. 14J 1), al padre le corresponderá pal~ar "4.000 Y los $ 4.000 restantes entre Pedro y
Juan tocándole a cada uno $ 2.000, Y por tanto, al cónyuge no le
corresponde pagar nada.
Hemos contemplado el caso de que se presente una deuda después de hecha la particion, y no podrla ser de otra manera, porque
las deudas de que se tiene conocimiento antes de la partición se
sacan de la masa de bienes antes de tomarse la porción conyugal
(Art. 1016), y pc,r tanto, deduciéndose éstas de la masa de bienes
contribuye al pago de las deudas.
Queda, con el ejemplo, demostrado que el cónyuge cuando
concurre con herederos que no sean descendientes legitimas no tiene la responsabilidad directa que corresponde al heredero, a pesar
de ser asignación de cuota; pero como la ley no reconoce sino dos
clases de responsé,bilidad para el pago de las deudas hereditarias,
la directa que cor,-esponde al heredero y la subsidiaria que es la
del legatario, está fuera de duda, que no correspordiéndole la primera tiene que ser la segunda. La responsabilidad de los legatarios
es en subsidio de la que tienen los acreedores contra los herederos,
dice el Art. 1419, y esta mis lila responsabilidad e:; la que corresponde al cónyuge en el caso que contemplamos.
Teniendo el cónyuge la responsabilidad subsidiaria de los legatarios se aplicarán a ésta todas las reglas dadas para aquéllos,
por tanto, cuando al abrirse la sucesión hubiere lo bastante para
cubrir las deudas, (~lcónyuge no tendrá ninguna rl~sponsabílidad
(Art. 1419). Ademas, no la tendrá tampoco, cuando el heredero no
haya recibido los bienes hereditarios con beneficio de inventario,
porque, en este cas,), el heredero es responsable con sus bienes
propios, a menos que este sea insolvente, pues entonces si podría
ser perseguido el cÓ;1yuge para el pago de las deudas, pero únicamente por el déficit.
Se podría argUir que no contribuyendo el cónyuge al pago de
las deudas, \leva en realidad una porción que no le corresponde;
siendo ésta la cuarta parte de los bienes y no habiéndose computado las deudas, los bienes del difunto estaban aumentados con
una porción inexistente a la que no tiene derecho el cónyuge, porque si estas deudas hablan sido conocidas antes de la formación
de la porción conyugal, se las habría tenido en cuenta para reducirlas de la masa de bienes y no hubieran aprovechado a la porción conyugal.
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-35Hemos sostenido que el cónyuge no tiene sino la responsabilidad subsidiaria del legatario, el argumento /lO prueba que sea distinta esta responsabilidad; que en justicia deba contribuir el cónyuge al pago de estas deudas, es lógico, pero mientras ejerciten la
acción los acreedores no podrán ir contra el cónyuge sino subsidiariamente.
Se podría decir, también, que el heredero que paga las deudas
tiene acción contra el cónyuge para hacer efectiva la responsabilidad subsidiaria de éste. A esto podemos contestar que esta responsabilidad es en beneficio exclusivo de los acreedores; ademas
la responsabilidad subsidiaria termina con el pago que haga el directamente obligado.
Al heredero le queda el recurso de entablar la acción rescisoria,
ya que es una causal de nulidad relativa el error, y las particiones
se anulan o se resciden de la misma manera que los contratos (Art.
]405). Por tanto, el cónyuge de una manera indirecta contribuirá al
pago de las deudas, pero la responsabilidad directa corresponde a
los herederos.
ARTICULO
I1
Segunda hipótesis--Porción
conyugal Integra, en el orden de
sucesión de descendientes legítimos.
Si el cónyuge sobreviviente no tiene bienes la porción conyugal es una parte igual a la legítima rigorosa de un hijo, en concurrencia con descendientes legltimos, que se toma del acervo imaginario, no como deduccion, como se saca cuando no hay descendientes legítimos, sino que el cónyuge entra con los hereJeros y
con el titulo de tAl, su llamamiento es a titulo universal y lleva su
parte del acervo que dispone la ley o el testador. En este caso, sigue la regla general de responder en el pago de las deudas hereditarias directamente de acuerdo con el llamamiento que se le hace
que es, a titulo universal, es decir, como heredero.
En efecto, el Art. 1238 dice: -El cónyuge a quien por cuenta de
su porción conyugal haya cabido a título universal alguna parte en
la sucesión del difunto, será responsable a prorrata de esta parte
con los herederos en sus respectiva,> cuotas.» El cónyuge que percibe como porción conyugal la legítima r¡gorosa de un hijo y que
la lleva íntegra, ha recibido este llamamiento a titulo universal y por
cuenta de dicha porcion, por tanto tiene todos los caracteres de heredero y debe cumplirse la regla del Art. ] 238, es decir que para
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-36el pago de deudas hereditarias le corresponde la acción directa del
heredero.
Valgamonos de un ejemplo:
Se trata de un orden de sucesión en que hay dos descendientes
legítimos, a qUÍ\~nesel testador instituye herederos en la mitad legitimaria. Deja eóyuge a quien, por no tener bienes, le corresponde
porcion conyug¡lI fntegra. Asigna la cuarta de mejoras a uno de
sus nietos, y la cuarta de libre disposicion a Pedro. El caudal hereditario hechas las deducciones que prescribe el Art. 1016 menos la
porción conyugal que se toma del acervo imaginario cuando concurre con desce ldientes legftimos, asciende a la suma $ 60.000. A
este caudal herditario se le han hecho las agree'aciones que prescriben los Arts. 1243 y 1248, quedando asf constituIdo el acervo
imaginario. La mitad legitimaria es, bajo ese supuesto, de $ 30.000,
en esta parte ent~an los dos hijos y el cónyuge, correspondiéndoles a cada uno $ 10.000. El nieto lleva $ 15.000, la cuarta de mejoras, y la cuarta de libre disposición, que la forman los otros $ 15.000,
Pedro.
Tenemos aqu:' cinco herederos, uno, el có""u{Je, de la sexta
parte; dos, los hijos legltimos, cada uno de una ~;exta parte; y dos
de la cuarta de mejoras y de la de libre disposición, respectivamente. Como las deudas hereditarias se dividen entre los herederos, a prorrata de sus cuotas, de conformidad con el Arl. 1411; si
en el caso propw~sto se presentara un acreedo,' hereditario por
" 12.000,tendrá derecho a cobrar $ 3.000 al nieto, 1> 3.000 a Pedro
heredero extraño, $ 2.000 a cada uno de los hijos, y quedarlan, por
tanto, sin cubrir $ 2.000, que son los que le corresponden al conyuge, pues, los herederos no son obligados a pagar más de lo que
les corresponde a prorrata de sus cuotas (Art. 1411), por lo que fOrzosamente tenemos que concluir que el cónyuge está obligado a
pagar los '$ 2.000 restantes, que es la sexta parte de la deuda; si no
fuera as!, el acreedor hereditario no tendrfa en quién hacer efectivo
su derecho en esa parte de la deuda, pues, la obligación del heredero termina cuando paga lo que le corresponde a prorrata de su
cuota, y asIlo dicl: el Art. 1411, que además agrega: ·As[ el heredero del tercio no es obligado a pagar sino el tercio de las deudas
hereditarias> .
El Sr. Fabres (pina lo contrario y dice que el cÓnyuge responde subsidiariament(~, como en el caso de que no hay descendientes
legitimos. Nosotros no lo creemos por las razones apuntadas. Para
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-37-apoyo de su tesis cita el Art. 988 del Código Civil chileno equivalente al Art. 86, Ley 153 de 1867, que dice: «Los hijos legrtimos
excluyen a todos los otros herederos, sin perjuicio de la porción
conyugal, que corresponde al marido o mujer sobreviviente». Continúa el Sr. Fabres: «Esta ley niega al cónyuge el carácter de heredero como asignatario de la porción conyu~al, porque dice que no
concurre con los hijos legítimos en calidad de heredero, sino asignatario de la porción conyugal, la que, por lo tanto, no debe reputarse herencia» (1).
No se desprende la exclusión de carácter de heredero al conyuge del tenor literal del articulo citado. Por la primera parte del
artículo quedan por fuera todos los herederos y, por tanto, había
que comprender al cónyuge, que quería el legislador que concurriera con los hijos legltimos, con un llamamiento que lo determinase, y este llamamiento no es como asignatario, sino como heredero de una porción igual a la que corresponde a un hijo, que en
vez de llamarse legitima rigorosa, se llama porción conyugal.
Podemos citar en nuestro apoyo el inciso 2.° del Art. 1236,
que dice: «Habiendo tales descendientes (los legítimos), el viudo
o viuda será contado entre los hijos, y recibirá como porción conyugalla legitima rigorosa de un hijo». No pueden ser más claras
las palabras, «será contado» que emplea el articulo, lo que demuestra que el cónyuge es llamado como heredero.
Si al cónyuge fuera de lo que le corresponde como porción
conyugal se le hace una asignación a titulo singular, en esta parte
no tendrá otra responsabilidad que la de los legatarios; tendrá, por
tanto, la responsabilidad directa de los herederos en la parte que le
corresponde como porción conyugal, y la subsidiaria de los legatarios en lo que le corresponde como asignatario a titulo singular.
Al estudiar el Art. 1230 hemos sostenido que la porción conyugal no es una asignación alimenticia, no siendo en el caso que
contemplamos una deduccion de la masa de bienes, debemos concluir, que la porción conyugal cuando hay descendientes legítimos
es una parte allcuota de los bienes hereditarios, y, que como tal,
confiere al cónyuge la calidad de heredero con las obligaciones y
derechos que le son anexos.
(1) Fabre•• Obras complet ••.•.Tomo 11.P6Qinll 242.
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-- 38-ARTICULO
IV
Tercera hipótesis-Porción
conyugal complemento o complementaria en el orden de sucesión de descendientes legitimos y en
el que no los h2ya.
El cónyuge recibe complemento
cuando tiene bienes pero
éstos no son de tanto valor como la porción conyugal. El complemento no es otra cosa que la diferencia que hay entre los bienes
del cónyuge y lo que le corresponde como porción conyugal, si no
tuviera estos bitnes.
Creemos qtle en el caso que recibe el cónyuge por cuenta de
su porción conyugal complemento, concurra con descendientes
legltimos o nó, sólo tiene la responsabilidad
de legatario, porque en
el Art. 1238 se d ice claramente, que en lo demás que el viudo o viuda perciba a titulo de porción conyugal, sólo t,~ndrá la responsabilidad subsidiaria
de legatarios. Por eso, en tCldo aquello que reclame el cÓnyu~~e sin la calidad de heredero, por cuenta de su porción conyugal, 110 le corresponde
responsabilidad
directa, y como
en el caso de recibir complemento
no es éste parte allcuota de la
herencia, es lógico que, en este caso, no tiene otra responsabilidad
que la de legatario.
Para concluir haremos notar, que cuando las legitimas han sido
mermadas, como puede suceder en el caso en que concurra el cónyuge con legitimarios
que no sean descendientes legítimos por el
pago de deuda:; hecho por los legitimarías, no corresponde
a dichos herederos acción directa alguna para hacerse reembolsar del
canyuge,
sino la accian rescisoria de la particicion, porque el
daño de las leg:timas proviene de error en la putición.
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Revisada.
Puede
imprimirse.
El Presidente
de Tesis,
MIGUEL
ASADIA
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MENDEZ
BIBLlOGRAFIA
José Clemente Fabres Fernando Vélez -
Obras Completas.
Derecho Civil Colombiano.
Robustiano Vera - Comentarios al Código Civil de Chile.
Laurent -
Príncipes du Droit Civil.
Manreesa y Navarro -
Comentarios al Código Civil Espoffol.
Garavito - jurisprudencia de la Corte.
--~
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INDICE
INTRODUCCION
CAPITULO
I - ¿Qué se entiende por porción conyugal La porcion conyugal no es, por su naturaleza,
una asignacion alimenticia.
CAPITUDO 11 - - Momento en que se adquiere
conyugal-Cuantía de la porción conyugal.
la porción
CAPITULO 111 -- El cónyuge tiene derecho al complemento
a título de porción conyugal cuando tiene bienes, pero de un valor inferior a lo que le correspondería
como porción conyugal si
no los tuviese - El cónyuge puede abandonar sus bienes propios
y reclamar la porción conyugal integra¿Puede el cónyuge dejar a su consorte, además de lo que le corresponde
como porción
conyugal, la cuarta de libre disposicion o parte de ésta, sin que estos bienes se colacionen para computar la porción conyugal?
CAPITULO IV- - Responsabilidad
de la porcion conyugal
para el pago de las deudas hereditarias - Responsabilidad
para
el pago de deudas hereditarias cuando la porción conyugal es integra, en cualquiera de las ordenes de sucesion que no sea de descendientes legitimos - Responsabilidad
de la porción conyugal
integra en el orden de sucesion de descendientes legitimos - Responsabilidad de la porción conyugal, complemento o complementaria, en el orden de sucesión de descendientes
legitimos y en el
que no los haya.
BIBLlOGRAFIA.
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