Reflexiones Espirituales. La formula mágica: Aceptación y Perdón” Todos los días de nuestra vida debemos de estar dispuestos a aceptar lo que la vida nos depara, y a tener en los labios y en el alma, el perdón para sanar, y poder tener una vida plena y de autentica felicidad. Es muy fácil pedir el perdón, pero ¡que difícil es darlo!, y no entendemos que el que acepta gana y el que perdona sana. Que sano es ver a las parejas que aceptan y perdonan a su cónyuge cuando lo despidieron de su trabajo, del cual, él era cumplidor y buen trabajador, y ella no le esta restregando en la cara noche y día que se quedo sin empleo. Que noble y que forma de manifestar su amor, cuando la esposa lo apoya, lo estimula y no le pierde la confianza, pues un hombre se siente fracasado, solo cuando su pareja considera que él ha fracasado. Dios se manifiesta en la pareja, cuando la esposa por su embarazo o por una enfermedad, su esposo la acepta así como quedo “poco atractiva” en esos meses de gestación, y fue menos bella en la cama, por esa larga enfermedad, pero él la siguió queriendo y siguió siéndole fiel. Los años y las enfermedades deben de reafirmar el amor, pues el amor en el matrimonio, debe de ser como esos vinos muy caros, el tiempo los hace madurar, y los vuelve mas sabrosos. Los esposos lo aceptaron y se perdonaron. Cuado nació ese niño, de los que nunca dejan de ser niños, y tanto el como ella, continuaron en su matrimonio sin echarse la culpa uno al otro y no se amargaron la vida. Aceptaron al retoño de su amor, que resulto ser un niño Dawn o una niña con parálisis infantil, y lo cobijaron con su amor. Pues este niño les va a dar su amor duplicado por toda su vida, porque el permanecerá al lado de ellos y nunca dejara de ser el niño de papá y mamá. Que poco fácil resulta, aceptar a la familia de nuestra pareja. Pero que increíble es cuando él perdona a su cónyuge y la acepta. Cuando su familia se mete mas de la cuenta, en los asuntos que solo a ellos les corresponde solucionar. Cuando triunfa el dialogo y persevera el respeto, en un sostenido amor, al estar en lucha que la suegrona o los cuñados no los logren dividir. El matrimonio es de casados: “casa para dos”. No deben de entrar las opiniones ni de los parientes, ni amigos y menos de los compadres. La palabra aceptación es clave, cuando en el matrimonio se comprueba que no es tan fácil eso de “plena satisfacción sexual”, y encontramos también otras alegrías. “El afrodisíaco mas cumplidor no es la pastilla azul, no es el marisco, ¡es el amor!”. Sin embargo en nuestro matrimonio, aquello de lo que no queremos hablar, es lo mas importante para hablarlo hoy, y ahora. Nuestra relación de pareja, tiene que ser sazonada con el perdón y la aceptación, porque en transcurrir de los años y vivir juntos, vemos que día a día se palpa lo diferente que es el otro, y ya nos damos cuenta que ya no es el novio o la novia....y lo aceptamos con alegría, respeto a la persona y con el perdón de Dios, para mejorar la conducta de ambos. Será nuestro matrimonio un cielo anticipado, si le agregamos todos los días ésta formula mágica: Aceptación y perdón. Aceptando para ver sus grandes cualidades, y perdonando para que se nos perdone, en volver a nacer cada día en el amor de Dios. Porque la verdadera felicidad en el matrimonio, es hacer feliz a la persona amada. Dr. Roberto Díaz y Díaz. [email protected]