1. INTRODUCCIÓN VIDA ASCENDENTE se define como movimiento eclesial de apostolado seglar de personas jubiladas y mayores. Su objetivo es llevar el mensaje evangélico a los mayores y jubilados, para que puedan poner al servicio de este mensaje el caudal de fe, experiencia y tiempo de que disponen. Uno de los fenómenos de la sociedad actual es el crecimiento del número de mayores y jubilados, debido a la disminución de la natalidad, al aumento de la esperanza de vida, y al adelanto de la edad de jubilación. Nuestra sociedad, seriamente marcada por el materialismo consumista y por la productividad económica, margina injustamente a este grupo, cada vez más numeroso, de jubilados y mayores, ignorando el enorme caudal de posibilidades humanas y espirituales que posee. VIDA ASCENDENTE quiere ser una respuesta a la llamada que Dios nos hace con este «signo de los tiempos», y pretende que las personas mayores dejen de ser miembros pasivos en la sociedad y en la Iglesia, y se conviertan en miembros ilusionados y activos de las mismas. Por otra parte, las personas mayores, testimonio valioso de fe en los hogares y fuera de ellos, y ejemplo encomiable de respeto a los derechos humanos, necesitan, para dar sentido pleno a sus vidas, seguir alimentando su fe y cuestionarse, constantemente, qué quiere Dios de ellas hoy, aquí y a su edad. VIDA ASCENDENTE intenta satisfacer esa necesidad. 2. ORÍGENES Y SÍNTESIS HISTÓRICA El movimiento nació en Francia, en 1952. En varias parroquias de los alrededores de París, comenzaron a reunirse pequeños grupos de personas mayores para orar y profundizar en las exigencias de su fe. Orientados y alentados por monseñor Courbe, obispo auxiliar de París, esta práctica fue extendiéndose en otras parroquias de Francia. Y en 1962, año de la apertura del Concilio Vaticano II, el Movimiento fue aprobado por el episcopado francés con la denominación de «Vie Montante». «Vie Montante» fue expansionándose de manera espectacular por todo el mundo, de suerte que, en 1985, tuvo lugar en Roma el I Encuentro de «Vie Montante Internationale» (fue su encuentro fundacional). A éste le seguirían el celebrado en Panamá, en 1989; el que tuvo lugar en Miami, en 1994; y el último, celebrado en Dakar (Senegal), en 1998. El movimiento, en la actualidad, está implantado en más de 50 países (en 4 continentes). Por último, en 1996, tuvo lugar la promulgación del Decreto Pontificio de reconocimiento y aprobación de los Estatutos de «Vie Montante Internationale». Juan Pablo II dijo al Presidente internacional: «Yo también soy de Vida Ascendente». Implantación en España En junio de 1979, se celebraron unas Jornadas de Espiritualidad en Villagarcía de Campos (Valladolid), organizadas por las Aulas de la 3.a Edad, y en ellas el P. Dieryck pronunció una charla informativa sobre el Movimiento «Vie Montante». Cuatro meses más tarde, varias personas, que habían asistido a estas Jornadas de Villagarcía de Campos, fueron invitadas a unas Jornadas de «Vie Montante» que se celebraron en Estrasburgo. Aquel mismo año, la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar encomendó al sacerdote don Vicente Lores la promoción del Movimiento en España. El 21 de noviembre de 1986, la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española erigió Vida Ascendente como Asociación pública de fieles, y aprobó los Estatutos del Movimiento. En las zonas de habla catalana o euskérica recibe el nombre de «Vida Creixent» y «Bizian Gora» respectivamente. El Movimiento VIDA ASCENDENTE está hoy implantado en todas las diócesis españolas, contando con alrededor de 30.000 miembros, repartidos en unos 2000 grupos por toda nuestra geografía. Como movimiento de apostolado seglar, está vinculado a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS) de la Conferencia Episcopal Española. 3. DEFINICIÓN Hemos señalado al comienzo que VIDA ASCENDENTE es un movimiento eclesial de apostolado seglar de personas jubiladas y mayores. Comentamos brevemente la definición. - Es un movimiento. No se trata de algo estático y rígido, sino de algo dinámico y flexible. Porque es movimiento, permanece continuamente atento a la realidad cambiante del ambiente que ha de cristianizar; por esta razón, debe fomentar el crecimiento espiritual y la formación integral de sus miembros. A diferencia de una asociación, no tiene obras ni actividades propias. La acción corresponde libremente a sus miembros, quienes, asumiendo su responsabilidad y encarnados en su ambiente, deben ser hoy luz, sal y levadura de vida cristiana. - Eclesial. Es un movimiento eclesial, es decir, en el que sus miembros son conscientes de su pertenencia a la Iglesia y de que han recibido de Cristo la misión de ser evangelizadores; misión que deben llevar a cabo corresponsablemente con los sacerdotes, en auténtica comunión, cada cual según la función que le es propia. Juan Pablo II (Roma, 1982), en una alocución a miembros de VIDA ASCENDENTE, les dijo: «Sois un auténtico movimiento de Iglesia, un movimiento de laicos que trabajan en colaboración con sacerdotes y religiosas, en comunión fiel con el Papa y los obispos». Por ser eclesial, VIDA ASCENDENTE es de implantación diocesana. El lugar propio del desarrollo del movimiento es la diócesis. Por ello, deberá estar siempre dispuesto a colaborar en los proyectos, campañas y planes pastorales diocesanos de cada Iglesia local, así como a participar en las actividades parroquiales. - De apostolado seglar. Es un movimiento de apostolado seglar, es decir, de vida cristiana y evangelización. Sus miembros son seglares, hombres y mujeres, llamados a la cristianización de las personas, el ambiente y las estructuras sociales. Sin embargo, éstos deben trabajar en estrecha colaboración y comunión con los consiliarios. La «Guía del Animador» de VIE MONTANTE francesa lo expresa así: «Laicos y sacerdotes solos no podemos nada. Laicos y sacerdotes juntos, lo podemos todo. Juntos somos el Pueblo de Dios al servicio del mundo». - De jubilados y mayores. VIDA ASCENDENTE quiere ser un medio para que estos colectivos descubran los nuevos espacios y modos de acción evangelizadora en la sociedad y en la Iglesia, de los que nos habla Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica «Christifideles laici» (1988), cuyas palabras citaremos más adelante. El Movimiento es especialmente idóneo para esa franja de edad (de 60 años en adelante ) en que las personas se jubilan, sus hijos se casan o emancipan, y quedan solas, con la sensación de «nido vacío», ante un estilo de vida muy diferente al que llevaron hasta entonces. En esta nueva situación deben seguir creciendo en la fe y aportando, desde ella, toda su riqueza espiritual y humana en favor de la Iglesia y de la sociedad. 4. TRES PILARES BÁSICOS VIDA ASCENDENTE descansa sobre tres pilares funda-mentales: Espiritualidad, Apostolado y Amistad. * Espiritualidad. Los miembros de VIDA ASCENDENTE se reúnen en pequeños grupos donde comparten la fe, la oración y la unión con Cristo, conscientes de que «sin Él, nada podemos hacer». Se trata de una espiritualidad propia de seglares inmersos en el mundo y no ajenos a él. * Apostolado. En estas reuniones, y como exigencia del Evangelio de Jesús, están disponibles comprometiendo sus fuerzas y experiencia al servicio de la Iglesia y de la sociedad. * Amistad. Consecuencia lógica del trato continuo y sincero, y de la comunicación de vivencias e inquietudes, brota naturalmente la amistad fraterna que proclama Jesucristo el Jueves Santo, el afecto mutuo y la alegría de sentirse acompañados y queridos. Estos pilares se corresponden con los tres momentos de nuestra fe en la Buena Noticia: aceptarla (espiritualidad), compartirla (amistad) y propagarla (apostolado). Los tres pilares poseen idéntica importancia, consistencia y dignidad, debiendo ser cultivados armónicamente y al unísono. Y los tres tienen carácter sobrenatural, porque no pueden ser vividos plenamente sin la ayuda del Espíritu Santo.