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Enero 2016
Alerta Informativa
La posibilidad de
reclamar los intereses de
demora “renunciados” en
los planes de pago a
proveedores
Estado de la cuestión
Sabiniano Medrano
Socio de Derecho Público EY
Joaquín Martín
Asociado Senior de Derecho Público EY
Natalia Valle
Asociada Senior de Derecho Público EY
Introducción
Los proveedores de las Administraciones Públicas que se adhirieron al
mecanismo extraordinario de financiación para el pago a los proveedores
tuvieron que asumir que su opción suponía que mediante el cobro del principal
se extinguiría su derecho a los intereses, costas judiciales y demás gastos
accesorios.
La adhesión del proveedor tenía teóricamente carácter voluntario si bien, en la
práctica, constituía la única manera de conseguir el pago del principal sin
aumentar el ya exorbitante retraso.
Ahora bien: ¿es posible todavía conseguir los intereses moratorios asociados a
las facturas cobradas mediante aquel mecanismo?
La cuestión no es ni clara ni pacífica. En esta nota resumimos el estado en que
se encuentra el asunto.
I. Los planes de pago a proveedores en
cifras
De acuerdo con las distintas fases del mecanismo
extraordinario de financiación de pago a proveedores, se
abonó un total de 41.800 millones de euros de principales
pendientes de pago, de los cuales 30.200 millones de
euros cubrieron la deuda de las Comunidades autónomas y
11.600 millones de euros se destinaron al pago de la
deuda proveniente de las Entidades Locales.
Ello da una idea de la elevada cifra en concepto de
intereses de demora que las Administraciones Públicas
morosas se han ahorrado por virtud de la aplicación del
mecanismo: se estima en torno a los 4.000 millones de
euros.
II. “Renuncia” a los intereses de demora
Los distintos instrumentos normativos que regularon las
tres fases del plan de pago a proveedores dieron un
carácter voluntario a la adhesión al mecanismo. Ahora
bien, en la práctica, este sistema constituyó la única
alternativa de asegurar el pago del principal en un tiempo
razonable.
Aparejada a dicha adhesión voluntaria, la norma
conllevaba la extinción de la deuda contraída por el
principal, los intereses, costas judiciales y cualesquiera
otros gastos accesorios”.
De esta forma, el pago de los principales en las
operaciones comerciales entre contratistas y las Entidades
públicas obligaba al proveedor a escoger entre cobrar sus
facturas morosas, dando por extinguidos los derechos
accesorios de la obligación principal (destacadamente, los
intereses moratorios acumulados durante meses y años), o
no cobrar ni lo uno ni lo otro sino mediante un largo
proceso judicial cuyo plazo de ejecución sería, sin duda,
mucho mayor.
III. Compatibilidad de la exigencia de
renuncia a los intereses con la
normativa
El derecho del acreedor a cobrar intereses de demora y
costes de cobro en operaciones comerciales entre
empresas y entidades del Sector público lo establece la
legislación española por exigencia de la Directiva Europea
de lucha contra la morosidad, cuyo artículo 4 establece
que los Estados miembros se asegurarán de que, en las
operaciones comerciales en las que el deudor sea un poder
público, el acreedor tenga derecho a intereses legales de
demora. De hecho, la Directiva de morosidad exige que los
Estados legislen en el sentido de declarar que una cláusula
contractual o una práctica es manifiestamente abusiva, y
consecuentemente nula, cuando excluya el interés de
demora o la compensación de los gastos de cobro.
La Ley 3/2004, de 29 de diciembre, por la que se
establecen medidas de lucha contra la morosidad en las
operaciones comerciales, en su redacción dada por la Ley
7/2014, de conformidad con la Directiva establece que “en
todo caso, son nulas las cláusulas pactadas entre las partes
o las prácticas que resulten contrarias a los requisitos para
exigir los intereses de demora del artículo 6, o aquellas que
excluyan el cobro de dicho interés de demora o el de la
indemnización por costes de cobro prevista en el artículo
8”.
En consecuencia, no parece compatible con la normativa
europea y española que el Estado establezca un
mecanismo que condicione el pago de obligaciones en
situación de mora a la extinción de los intereses de demora
puesto que, como consecuencia de la aplicación de dicho
mecanismo, aun siendo voluntaria su adhesión, las
Entidades públicas deudoras evaden su obligación legal de
pagar intereses como consecuencia de su morosidad.
IV. Posibilidades de reclamar los
intereses
En la hipótesis de que este elemento del mecanismo de
financiación para el pago a proveedores no es conforme
con la Ley ni con la Directiva de Morosidad, los
proveedores o acreedores pueden plantearse reclamar los
intereses de demora que en su día se extinguieron.
Esta reclamación no está exenta de dificultades y, sobre
todo, sujeta a la incertidumbre sobre la suerte que haya de
seguir en los Tribunales.
Ahora bien, ya existen antecedentes en los que distintos
Tribunales han reconocido el derecho de los proveedores a
percibir los intereses de demora devengados por facturas
abonadas a través del Plan de Proveedores. La sentencia
del Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 6 de
Valencia, de fecha 24 de noviembre de 2014, condenó a la
Administración a pagar a seis titulares de farmacias de la
Comunidad Valenciana los intereses de demora
“renunciados” como consecuencia de la adhesión al Plan
de Pago a Proveedores. No nos consta que esta sentencia
sea firme.
En un supuesto prácticamente idéntico, el Juzgado de lo
Contencioso-administrativo número 1 de Valencia, en
Sentencia de 17 de febrero de 2015 se pronunció a favor
de la supremacía de la Directiva 2011/7/UE sobre el
derecho nacional y por tanto declaró ineficaz la renuncia a
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los intereses, sin entrar a analizar si estamos ante un
supuesto de aplicación directa o no, declarando además, la
posibilidad de reclamar intereses sobre los intereses
líquidos con arreglo al Código Civil.
Mucho más reciente es la Sentencia nº 171/2015, de 19
de noviembre de 2015, dictada por el Juzgado de Primera
Instancia nº 21 de Sevilla, que condena a la Agencia de
Medio Ambiente y Agua de la Junta de Andalucía al pago a
una empresa constructora de los intereses de demora
derivados de facturas cobradas mediante el mecanismo de
pago a proveedores instaurado con el Real Decreto-Ley
4/2012.
Aunque son significativas y alentadoras de intentar la
reclamación, estos precedentes no constituyen un cuerpo
de jurisprudencia suficientemente sólido.
Sin embargo, mayor interés tiene, por su potencial
trascendencia general y por su rigor, el planteamiento por
el Juzgado Contencioso-Administrativo nº 6 de Murcia de
una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea, publicada en el Diario Oficial de la Unión
Europea el 16 de febrero de 2015, en los términos
siguientes:
►
►
►
¿Debe interpretarse el art. 7.2 de la Directiva en el
sentido de que un Estado miembro no puede
condicionar el cobro de la deuda por principal a la
renuncia de los intereses de demora?
¿Debe interpretarse el art. 7.3 de la Directiva en el
sentido de que un Estado miembro no puede
condicionar el cobro de la deuda por principal a la
renuncia de los costes de cobro?
En caso afirmativo de las dos preguntas, ¿puede el
deudor, cuando éste es un poder adjudicador invocar
la autonomía de la voluntad de las partes para eludir
su obligación de pago de intereses de demora y costes
de cobro?
de los instrumentos normativos (aunque no todos)
reguladores del mecanismo; la voluntariedad de la
adhesión (que conduce a hablar de “renuncia” a los
intereses moratorios, aunque no consideramos que hubiera
una verdadera renuncia); la posibilidad de que el derecho,
de existir, haya prescrito, al menos en parte; las
dificultades para sostener el efecto directo de las
Directivas y el discernimiento de la versión de éstas
aplicable al caso.
Pensamos que la resolución de la cuestión prejudicial será
determinante para formar un criterio definitivo. De hecho,
muchos acreedores se mantienen actualmente en la duda y
a la expectativa de acontecimientos.
V. ¿Hasta cuándo sería posible reclamar
los intereses de demora?
Un proveedor de la Administración que se adhirió al plan de
pago a proveedores para cobrar sus facturas y que está
pensando en reclamar los intereses de demora
“renunciados”, puede estar esperando a que se pronuncie
el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en la cuestión
prejudicial planteada o a que se asiente un criterio
jurisprudencial (por ejemplo, cuando los asuntos judiciales
que se encuentran en apelación sean resueltos).
Sin embargo, no se ha de olvidar que la posibilidad de
ejercitar el derecho a cobrar tiene una importante
limitación: la prescripción extintiva. El derecho a exigir el
pago de las obligaciones de las Administraciones Públicas
es de cuatro años.
El plazo de prescripción puede verse interrumpido, entre
otros supuestos, por el reconocimiento de la deuda por
parte del deudor.
Existen diversas interpretaciones judiciales y doctrinales
sobre el cómputo de estos cuatro años en el caso de
intereses de demora.
Obviamente pasará tiempo hasta que el Tribunal de
Justicia de la Unión Europea se pronuncie sobre estas
cuestiones pues no se ha declarado su tramitación
acelerada ni de urgencia. Actualmente, la cuestión
prejudicial se encuentra pendiente de la emisión del
informe del Abogado General cuyo contenido será, sin
duda, de gran interés y que esperamos sea conocido ya en
cualquier momento, en todo caso dentro de los primeros
meses del año 2016.
Una interpretación razonable es la consistente en que,
dado que el plan de pago a proveedores en su primera fase
fue satisfecho a mediados del año 2012, el pago supuso un
reconocimiento de la deuda. Por tanto, el derecho al cobro
de los intereses asociados a las facturas satisfechas en la
primera fase y derivadas de contratos celebrados con
Administraciones Públicas estaría cercano a prescribir.
Para las facturas pagadas en esa primera fase, ésta sería la
interpretación más favorable.
La situación actual es de duda e incertidumbre: hay
razones poderosas para sostener el derecho sobre los
repetidos intereses de demora, pero también se aprecian
obstáculos jurídicos. Entre éstos, el rango legal de alguno
Por tanto, el proveedor que ha contratado con una
Administración Pública debe elegir en los próximos meses,
ya no muchos, entre dos posibilidades: interrumpir la
prescripción mediante la reclamación en vía administrativa,
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o dejar que se extinga definitivamente su derecho al cobro
de aquellos intereses moratorios.
Asesoramiento en el caso concreto
Las consideraciones de los apartados anteriores de esta
nota tienen carácter general y no pueden ser entendidas
como un asesoramiento jurídico. Éste solo puede ser
prestado previo conocimiento y estudio de las
circunstancias de cada caso concreto.
En EY Abogados disponemos de un equipo con una dilatada
experiencia en este tipo de conflictos con las entidades
públicas contratantes. Estamos siguiendo este asunto con
mucha atención y estamos a disposición de las empresas
interesadas para compartir impresiones, considerar su
caso y ofrecerles nuestra colaboración profesional.
Puede consultar las últimas alertas fiscales y legales en nuestro
Centro de Estudios EY
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interés. Con ello, desempeñamos un papel esencial en
la creación de un mundo laboral mejor para nuestros
empleados, nuestros clientes y la sociedad.
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podría referirse a una o varias de las empresas de
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carácter resumido y solo debe utilizarse a modo
orientativo. En ningún caso sustituye a un análisis en
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cualquier asunto específico, se debe contactar con el
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