FARMACOVIGILANCIA Farm Hosp 1997; 21 (5): 293-295 ANEMIA HEMOLÍTICA AUTOINMUNE ASOCIADA A FLUDARABINA Calvo Villas, J. M.*, Residente IV de Hematología; Gavira Moreno, R.**, Adjunto de Farmacia; Hernández Martín, J. M., Adjunto de Hematología; Celdrán Hernández, M. A.**, Residente III de Farmacia; Queizán Hernández, J. A.*, Adjunto de Hematología; Pardal de la Mano, E.*, Residente II de Hematología *Servicio de Hematología y Hemoterapia **Servicio de Farmacia Hospitalaria Hospital General de Segovia. SEGOVIA INTRODUCCIÓN El monofosfato de fludarabina es un análogo del nucleósido de adenina que es útil en el tratamiento de diversos trastornos linfoproliferativos. Utilizada para la leucemia linfática crónica con fenotipo B (LLC-B) tratada previamente con agentes alquilantes, produce un índice de respuesta entre el 17 y el 74%, con un porcentaje de respuesta completa que oscila del 0 al 20% (1, 2). El principal efecto tóxico limitante de la dosis durante el tratamiento con fludarabina es la mielosupresión (3). Otros efectos adversos descritos son: incremento del número de infecciones (3), neurotoxicidad (4), toxicidad pulmonar (5) y reacciones metabólicas adversas (6). Presentamos un caso de LLC-B que desarrolló anemia hemolítica autoinmune (AHAI) en relación con el tratamiento de fludarabina en la fase progresiva de la enfermedad. La evolución de la AHAI fue determinante para la supervivencia del paciente. CASO CLÍNICO Varón de 63 años diagnosticado en abril de 1994 de LLC-B estadio IV de Rai, C de Binet. La población tumoral linfoide constituía el 98% de la celularidad medular, el inmunofenotipo era CD 19+, CD 5+, CD 23+ y monoclonalidad para la cadena ligera kappa. El test de antiglobulina directo (TAD) e indirecto (TAI) fue negativo. Inicialmente el paciente recibió tratamiento quimioterápico según esquema CNOP (ciclofosfamida, mito- xantrona, vincristina y prednisona) cada 21 días. Al obtenerse remisión parcial tras ocho ciclos de CNOP se mantuvo al paciente en observación y sin quimioterapia durante 14 meses. En mayo de 1996 se objetivó progresión de la enfermedad y se instauró tratamiento mensual con fludarabina (25 mg/m2 i.v. durante cinco días). En este momento la prueba de Coombs directa fue positiva y en el estudio inmunohemolítico se detectó un autoanticuerpo caliente tipo panaglutinina IgG sin participación del complemento. No se objetivaron signos clínicos ni analíticos de hemólisis. El tercer día del segundo ciclo de fludarabina el paciente acudió a consulta por síndrome anémico y febrícula. A la exploración estaba ictérico y en la analítica destacaba hemoglobina (Hb) 7,2 g/dl, reticulocitos 13,4%, bilirrubina directa 15 mg/dl, LDH 1.140 U/l, haptoglobina y hemopexina indetectables. El TAD y TAI fueron positivos para una panaglutinina tipo IgG. Con el diagnóstico de AHAI (Coombs directo positivo) se suspendió la fludarabina y se instauró tratamiento con prednisona 1,5 mg/kg diario por vía oral, y hemoterapia con concentrados de hematíes cuando la anemia era sintomática. Al no obtener respuesta tras un mes de tratamiento esteroideo se asoció ciclofosfamida (50 mg/día por vía oral). Ante la persistencia de la hemólisis y los altos requerimientos transfusionales se realizó una esplenectomía en agosto de 1996. El cuadro de hemólisis remitió después de la esplenectomía no requiriendo más transfusiones de concentrados de hematíes al mantener cifras estables de hemoglobina. El paciente falleció por tromboembolismo pulmonar masivo posquirúrgico. COMENTARIO Correspondencia: Rocío Gavira Moreno. Servicio de Farmacia. Hospital General de Segovia. Carretera de Ávila, s/n. 40002-Segovia. La LLC con fenotipo B se asocia con elevada frecuencia a trastornos autoinmunes (7). La prueba de Coombs es positiva en un 15-35% de los casos acompa- 294 Farm Hosp 1997; 21 (5) ñándose de AHAI en el 10-25% de los pacientes (7, 8). Menos frecuente es la trombocitopenia de tipo inmune (9) y en raras ocasiones la LLC se asocia a una aplasia pura de la serie roja (10). La aparición de fenómenos autoinmunes como la AHAI no es un factor de riesgo «per se» en la LLC, siendo el pronóstico de estos pacientes similar al de los que presentan anemia de otro origen (11). La etiopatogenia de la AHAI en la LLC-B permanece oscura aunque se apuntan varias posibilidades: una inmunodisregulación celular, reacciones de hipersensibilidad tipo II relacionadas con la quimioterapia administrada o una producción de autoanticuerpos por los linfocitos tumorales (12). El tratamiento con agentes alquilantes ha sido asociado al desencadenamiento en ocasiones de una hemólisis autoinmune clínicamente evidente (13). La AHAI asociada a fludarabina ha sido descrita recientemente por diferentes autores en casos aislados (14-16) o en pequeñas series (17, 18). Los autores observaron que la incidencia y gravedad eran mayores en enfermedad progresiva, en estadios avanzados o en aquellos que habían recibido tratamientos previos (14). La aparición de la AHAI pudo ser debida a un efecto directo del fármaco o ser el resultado de una disrregulación inmune producida en pacientes con LLC-B, que son más propensos a presentar fenómenos autoinmunes (17). Los casos publicados de AHAI durante el tratamiento con fludarabina son similares al aquí referido apareciendo la hemólisis en pacientes con respuesta al fármaco y en los que no existía hemólisis previa al tratamiento (17, 18). Es por ello razonable atribuir a la fludarabina la posibilidad de ser el desencadenante de la aparición de la hemólisis autoinmune. En nuestro caso el mecanismo de toxicidad directa no parecía muy probable debido a que el paciente estaba respondiendo al tratamiento (el número de leucocitos y la linfocitosis había remitido), ni tampoco la teoría de los autoanticuerpos ya que no se evidenció una proteína monoclonal en la inmunoelectroforesis sérica, y sí un anticuerpo policlonal (13). Sin embargo, no podemos descartar que los efectos inmunosupresores de la fludarabina pudieran ser el desencadenante de una hemólisis clínicamente evidente, hecho que ha sido observado en el tratamiento con agentes alquilantes (19). El tratamiento de la AHAI asociada a fludarabina es la retirada del fármaco y la corticoterapia a dosis elevadas (prednisona 1-2 mg/kg/día). Si no hay respuesta al tratamiento con esteroides pueden utilizarse fármacos inmunosupresores, no obstante esta terapia tiene el inconveniente de ser mielosupresora. En pacientes con AHAI refractaria puede ser de utilidad la esplenectomía que debe valorarse cuidadosamente debido al elevado riesgo quirúrgico (20). La anemia hemolítica en nuestro pacientes no respondió al tratamiento con esteroides ni a la ciclofosfamida por lo que fue esplenectomizado. El paciente falleció por un tromboembolismo quirúrgico secundario a la cirugía. La reintroducción de la fludarabina tras un primer episodio de AHAI puede provocar la reaparición del cuadro hemolítico, a veces con consecuencias fatales, por lo que debe valorarse el riesgo de hemólisis incontrolable o infección (1,17). El tratamiento alternativo con pentostatina debería evitarse o administrarse con gran precaución en pacientes con AHAI asociada a fludarabina ya que ha sido observada una recurrencia de la hemólisis (21). La cladribina ha sido eficaz en la AHAI que surge en la evolución de una LLC (22). La imputabilidad de la fludarabina a la anemia hemolítica autoinmune se analizó a través del algoritmo de Naranjo, obteniéndose una relación de causalidad de probable. En conclusión, el tratamiento con fludarabina en este paciente pudo ser el causante de la AHAI o al menos incrementar el riesgo de desarrollarla. El mecanismo de la reacción no ha sido del todo dilucidado, probablemente debido al pequeño número de reacciones comunicadas (1). La esplenectomía podría ser una buena opción terapéutica en los pacientes refractarios a esteroides y/o fármacos inmunosupresores, sin embargo, su alta morbimortalidad obliga a una cuidadosa valoración individual en cada caso. BIBLIOGRAFÍA 1. Kolesar JM, Morris AK, Khun JG. Purine nucleoside analogues: fludarabine, pentostatine and cladribine. Part 1: Fludarabine. J Oncol Pharm Practice 1996;2: 160-81. 2. Keating MJ, Kantarjian H, Talpaz M, Redman J, Koller C, Barlogie B, et al. Fludarabine: a new agent with major activity against chronic lymphocytic leukemia. Blood 1989;74:19-25. 3. Cheson BD. Infectious and immunosupresive complications of purine analogs therapy. J Clin Oncol 1995:13:2431-48. 4. Kane GC, McMichael AJ, Patrick H, Erslev RA. Case report: pulmonary toxicity and acute respiratory failure associated with fludarabine monophosphate. Resp Med 1992;86:261-3. 5. Merkel DE, Griffin NL, Kagan-Hallet K, Von Hoff DD. Brief reports: Central nervous system toxicity with fludarabine. Cancer Treat Rep 1989;70:1449-50. 6. Frame JN, Dahut WL, Crowley S. Fludarabine and acute tumor lysis in chronic lymphocytic leukemia. New Engl J Med 1992;327:1396-7. 7. Foon KA, Rai KR, Gale RP. Chronic lymphocytic leukemia: new insights into biology and therapy. Ann Intern Med 1990;113:595-9. 8. O’Brien S, Giglio A, Keating M. Advances in the biology and treatment of B-cell chronic lymphocytic leukemia. Blood 1995;85:307-18. 9. Ebbe S, Wittels B, Dameshek W. Autoimmune thrombocytopenic purpura («ITP type») with chronic lymphocytic leukemia. Blood 1962;19:23-7. 10. Dighiero G, Travade P, Chevret S, Fenaux P, Chastang C, Binnet JL (and the French Cooperative Group on CLL). B-cell chronic lymphocytic leukemia: present status and future directions Blood 1991: 78:1901-14. 11. De Rossi G, Granati L, Girelli G, Gandolfo G, Arista MC, Martelli L, et al. Incidence and prognostic significance of autoantibodies against erithrocytes and platelets in chronic lymphocytic leukemia. Nouv Rev Fr Hematol 1988:30:403-6. Farm Hosp 1997; 21 (5) 12. Thompson-Moya L, Martin T, Heuf HG, Neubauer A, Herrmann R. Case report: Allergic reaction with inmune hemolytic anemia resulting from clorambucil. Am J Hematol 1989;32:230. 13. Sthoeger ZM, Sthoeger D, Shtalrid MM. Mechanisms of autoinmune hemolytic anemia in chronic lymphocytic leukemia. Am J Hematol 1993;43:259-64. 14. Bastion Y, Coiffier B, Dumontet C, Espinouse D, Bryon PA. Severe autoinmune hemolytic anemia in two patients treated with fludarabine for chronic lymphocytic leukemia. Ann Oncol 1992;3:171-2. 15. Tosti S, Caruso R, D’Adamo F, Picardi A, Ali-Ege M, Girelli G, et al. Severe autoimmune hemolytic anemia in a patient with chronic lymphocytic leukemia responsive to fludarabine-based treatment. Ann Hematol 1992;65;238-9. 16. López L, Villar V, Pascual T. Fludarabina y anemia hemolítica fatal. Sangre 1995;40:335-9. 17. Byrd JC, Weiss RB, Keeder SL, Diehl LF. Fludarabine therapy for lymphoid malignancies is associated with hemolytic anemia (Abstract). Proceedings of ASCO 1994;13:991A. 295 18. Di Raimondo F, Giustolisi R, Cacciola E, O’Brien S, Kantarjian H, Robertson LB, et al. Autoinmune hemolytic anemia in chronic lymphocytic leukemia patients treated with fludarabine. Leuk Lymph 1993; 11:63-8. 19. Lewis FB, Schwartz RS, Damasheck W. X-radiation and alkylating agents as possible «trigger» mechanism in the autoimmune complications of malignant lymphoproliferative diseases. Clin Exper Inmunol 1966;1:3. 20. Rozman C, Montserrat E. Chronic lymphocytic leukemia: when and how to treat. Blut 1990;59:467-74. 21. Byrd JC, Hertler AA, Weiss RB, Freiman J, Kweder SL, Diehl LF. Fatal recurrence of autoinmune hemolytic anemia following pentostatin therapy in a patient with a history of fludarabine-associated hemolytic anemia. Ann Oncol 1995;6:300-1. 22. Piro LD, Carrera CJ, Beutler E, Carson DA. Chlorodeoxyadenosine: an effective agent for the treatment of chronic lymphocytic leukemia. Blood 1988;72: 1069-73.