Creatinfosfoquinasa y su aplicación clínica

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Creatinfosfoquinasa y su aplicación clínica
Guillermo E. D'Ottavio; Roberto Parodi; Joaquín E. Montero; Natalia Egri; Damián Carlson; Alcides Greca
1º Cátedra de Clínica Médica y Terapéutica, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Rosario
Servicio de Clínica Médica. Hospital Provincial del Centenario
Rosario, Argentina
[email protected]
Resumen
La creatinfosfoquinasa es una enzima que se encuentra
en concentraciones elevadas en el tejido muscular tanto
esquelético como cardíaco y en menor concentración
en otros tejidos. Se puede dividir en tres isoenzimas:
MM, MB, y BB, y se la emplea tanto en el diagnóstico de
infarto agudo de miocardio cuanto a modo de medida
confiable de enfermedades inflamatorias musculares.
Varias condiciones fisiológicas pueden aumentar la
creatinfosfoquinasa sérica, de igual modo que
determinadas patologías sistémicas. En primer lugar,
corresponde considerar si este hallazgo de laboratorio
se halla acompañado de síntomas como las mialgias,
que nos orienten hacia una patología en particular. En
segundo término, cabe descartar drogas que puedan
estar modificando los niveles séricos de creatinfosfoquinasa. En pacientes asintomáticos con
creatinfosfoquinasa elevada sin causa aparente resulta
prudente controles periódicos que permitan descartar
otras patologías. La asociación de miopatía con el uso
de estatinas requiere vigilancia para no suspender
inadecuadamente una droga con múltiples beneficios.
La medición de la creatinfosfoquinasa es una
determinación de laboratorio inespecífica pero
sumamente útil para el diagnóstico y el seguimiento de
miopatías. El problema surge con pacientes
asintomáticos o mínimamente sintomáticos en quienes
la creatinfosfoquinasa adquiere valor para determinar
las conductas a seguir en el intento por arribar al
diagnóstico.
Abstract
Creatinphosphokinase is an enzyme located at high
concentration in skeletal and cardiac muscle tissue and
at lower concentration in other sites. Three isoenzymes
are recognized: MM, MB and BB; the
creatinphosphokinase is used for the myocardial
infarction diagnosis as well as for inflamatory muscle
diseases. Several physiological conditions and systemic
diseases may increase serum concentration. At first, the
clinician should consider if myalgia is present as a
marker of muscle involvement. Besides, drugs can
modify enzymatic serum levels. In asymptomatic
patients with high creatinphosphokinase of unknown
origin close follow up is recommended. The association
of myopathy with statins requires clinical control so as
not to withdraw a very beneficial medication.
Creatinphosphokinase measurement is not specific but
it is still very useful for the diagnosis and follow up of
muscle diseases.
Key Words: Creatinphosphokinase, myalgia, statins
Palabras clave: creatinfosfoquinasa, mialgias,
estatinas.
Introducción
La creatinfosfoquinasa (CPK) es una enzima
citoplasmática que cataliza la transferencia de un
fosfato de alta energía desde el fosfato de creatina,
principal depósito de almacenamiento energético en el
músculo en reposo, a la adenosina difosfato. De tal
manera, produce trifosfato de adenosina para su
empleo por los miocitos.
Si bien se halla en altas concentraciones en el tejido
muscular esquelético y cardíaco, se la encuentra
igualmente, aunque en menores concentraciones, en el
cerebro y otros órganos.
Se puede dividir en tres isoenzimas: MM, MB, y BB. El
músculo esquelético contiene principalmente MM
(95%), el músculo cardíaco MM (80%) y MB (20%) y el
cerebro, el sistema gastrointestinal y el aparato
genitourinario contienen mayoritariamente BB.
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CPK-MM es la isoenzima que constituye casi todas las
enzimas circulantes en personas sanas.
La CPK se utiliza en el diagnóstico de infarto agudo de
miocardio y como medida confiable de enfermedades
esqueléticas e inflamatorias del músculo. Los niveles de
CPK también pueden ayudar al reconocimiento de
distrofia muscular incluso antes de que aparezcan
síntomas clínicos.
Varias condiciones fisiológicas van acompañadas de
cambios en la concentración sérica de CPK. Los niveles
también varían entre individuos normales y tal variación
persiste luego de la corrección con la masa muscular y
talla. La razón de estas diferencias sistemáticas es
desconocida aunque probablemente corresponda a
factores genéticos. Los afroamericanos presentan
niveles más altos de CPK. Los valores de referencia en
hombres son hasta 174 U/L y en mujeres hasta 140 U/L
(1)
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Elevaciones transitorias de los niveles de CPK resultan
comunes luego de injurias musculares reversibles como
traumas (inclusive inyecciones intramusculares),
realización de ejercicios vigorosos (después de ellos el
valor puede persistir elevado hasta 7 días) o aun en
calambres musculares.
altamente específicos (81% y 93% respectivamente)
para miopatías (4). La eritrosedimentación, aunque
menos sensible que la CPK para el diagnóstico de
miopatías, es útil para evaluar causas de mialgias que
no cursan con elevación de CPK como la polimialgia
reumática.
Asimismo, puede aumentar en varias condiciones
sistémicas, incluidas infecciones virales, enfermedades
del tejido conectivo, alteraciones hidroelectrolíticas y
trastornos tiroideos. También en enfermedad celíaca,
condición frecuentemente subdiagnosticada (2).
La aldolasa, presente en el músculo esquelético, hígado
y eritrocitos, no se considera una buena prueba para la
detección de miopatía ya que esta enzima no es
fácilmente liberada en lesiones musculares y, a
menudo, se halla técnicamente comprometida por
hemólisis de la muestra sérica. Sin embargo,
aproximadamente el 10% de las miopatías inflamatorias
activas pueden tener elevación de aldolasa con CPK
normal (3).
El aumento de la CPK en plasma es inespecífico y
podemos verlo en múltiples patologías (Tabla Nº 1). Su
elevación puede conducir a un diagnóstico incierto
cuando se acompaña de una manifestación levemente
sintomática o asintomática.
Si las pruebas de screening séricas resultan anormales
corresponde continuar la investigación con
electromiografía (EMG) y eventualmente con biopsia
muscular (sensibilidad para diagnóstico de miopatía:
81%).
Lo primero a tener en cuenta es si este hallazgo de
laboratorio se acompaña de síntomas que nos orienten
a una patología en particular y, en segundo lugar,
descartar aquellas drogas que puedan estar elevando
sus niveles séricos. En pacientes asintomáticos, con
CPK alta sin causa aparente, resulta prudente realizar
un seguimiento capaz de descartar otras patologías (3).
Otro estudio a considerar es la determinación de
tirotrofina (TSH) sérica dada la frecuente asociación con
hipotiroidismo.
CPK y mialgias
Los dolores musculares son comunes en los individuos
normales. Dado que algunos casos de mialgia se
asocian a miopatías específicas son necesarios datos
de laboratorio que ayuden a seleccionar quienes
requerirán más estudios. Las pruebas de screening de
miopatías incluyen CPK y velocidad de eritrosedimentación (VES), que han demostrado ser
CPK y empleo de fármacos
Variados fármacos pueden elevar el valor sérico de
CPK. Un estudio demostró que de 171 casos, las drogas
más frecuentemente involucradas fueron: estatinas
(46.4%), fibratos (14.3%), antirretrovirales (14.3%),
antagonistas del receptor de angiotensina (10.5%),
inmunosupresores (7.1%) e hidroxicloroquina (7.1%)
(5).
Tabla 1: Causas de aumento de CPK
Infarto de miocardio
Miocarditis
Pericarditis
Enf. cerebrovascular aguda
Esclerosis lateral amiotrófica
Convulsiones
Shock hipovolémico
Postquirúrgico
Biopsia muscular
Hipertermia maligna
Delirium tremens
Psicosis aguda
Electrocusión
Electromiografia
Cardioversión eléctrica
Síndrome de Reyé
Últimas semanas de embarazo
Posparto
Hipotiroidismo
Neoplasias gastrointestinales
Neoplasias genitourinarias
Miopatías congénitas
Distrofia muscular
Miositis por cuerpos de inclusión
Síndrome de aplastamiento
Rabdomiólisis
Politraumatismo
Miositis infecciosa
Shock tóxico
Sepsis
Intoxicación con Monóxido de carbono
Cocaína
Alcoholismo crónico
Hipotermia
Fiebre con escalofríos
Ejercicio vigoroso
Inyecciones IM
Dermatomiositis/Polimiositis
Enfermedad celíaca
Embolia pulmonar
Neumonía
Crisis asmática
Hipokalemia
Hipofosfatemia
Insuficiencia renal crónica
Vasculitis
Sarcoidosis
Síndrome eosinofílico
Medicamentos
Tirotoxicosis
Parálisis periódica familiar
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Otras medicaciones capaces de aumentar los niveles
de CPK son: clozapina, isotretinoína, colchicina,
penicilamina, fenitoína y beta bloqueantes
(particularmente los que presentan actividad
simpaticomimética intrínseca). En estos casos, la
manifestación es clínicamente variable y puede oscilar
desde formas asintomáticas hasta sintomáticas
(mialgias leves y aún rabdomiólisis). La rabdomiólisis es
un síndrome caracterizado por mialgias y debilidad
generalizada, asociado a una elevación aguda de CPK
10 veces por sobre su valor normal y usualmente
acompañado de mioglobinuria e insuficiencia renal
aguda.
La determinación de CPK en pacientes asintomáticos
no está indicado, más allá de que un valor basal puede
ser útil en caso de un posterior compromiso muscular.
A su vez, a pesar de que la mayoría de las medicaciones
hipolipemiantes se asocian con enfermedades
musculares, las estatinas son las más vinculadas con
miopatías (6). La estatinas, inhibidoras de la
hidroximetilglutaril coenzima A (HMG CoA) reductasa,
constituyen la droga de primera elección para la
reducción del colesterol LDL; empero, el temor a efectos
adversos, incluido la miopatía por hipolipemiantes, ha
llevado a monitoreos amplios en pacientes asintomáticos o a la suspensión inadecuada de una
medicación necesaria. El uso exclusivo de estos
fármacos hipolipemiantes raramente producen daño
muscular: mialgias (2 al 22 %), miositis (0,5%) y
rabdomiólisis (menos del 0.1%). (7) Los síntomas
musculares habitualmente comienzan luego de
semanas o meses de iniciado el tratamiento. Dos tercios
de los afectados presentan síntomas dentro de los
primeros 6 meses. Las mialgias pueden cursar con o sin
elevación de CPK. Asimismo, elevaciones asintomáticas de CPK asociadas al uso de estatinas,
generalmente menores a 10 veces del valor normal son
detectadas incidentalmente (8). El mecanismo de injuria
no está del todo aclarado si bien una hipótesis postula
que las estatinas inestabilizarían las membranas de los
miocitos por reducción de su colesterol (9). Se
recomienda empezar el uso de estatinas a bajas dosis
indicando la menor de ellas que logre controlar los
valores de colesterol, especialmente si aquéllas se
combinan con el uso de medicamentos capaces de
afectar el metabolismo hepático (ciclosporina, azoles,
macrólidos, antihistamínicos, verapamil, diltiazem,
amiodarona, fibratos, inhibidores de proteasa,
fluoxetina, warfarina, digoxina). En particular, se ha
relacionado la producción de miopatía con el empleo
conjunto de simvastatina o lovastatina con gemfibrozil o
ciclosporina. Además, procede señalar la necesidad de
su administración cautelosa en grupos de alto riesgo
como ancianos y pacientes con insuficiencia renal,
enfermedades hepáticas, alcoholismo e hipotiroidismo.
El riesgo de miopatía parece ser menor con pravastatina
(menos del 0,1%) posiblemente por su hidrofilia y menor
penetración muscular. Además, en vista de su
metabolismo por una vía diferente a la citocromo P450
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es recomendada para la utilización con otros fármacos
que interfieren con el metabolismo de las estatinas (10).
La asociación con fibratos para formas mixtas de
dislipidemia obliga a un estricto control de interacciones
siendo aconsejable utilizar fluvastatina o pravastatina,
ya que ambas transitan otras vías metabólicas. Se
recomienda reemplazar el gemfibrozil por fenofibrato o
bezafibrato por hallarse éstos menos asociados con
trastornos musculares. A su vez se puede atenuar la
posibilidad de interacciones metabólicas administrando
las estatinas por la noche y los fibratos por la mañana
(11). Durante el uso de estatinas, la determinación de
CPK debe realizarse en caso de mialgias y considerar
su interrupción o disminución de dosis si éstas
progresan o los niveles de CPK superan 10 veces el
valor normal (12). La mejoría al discontinuar el
tratamiento se aprecia en unos días o semanas aunque
en ocasiones el plazo puede ser más prolongado. Una
comunicación indica que la CPK retornó a valores
normales luego de 12 días pero la debilidad persistió en
promedio por dos o tres meses (13). De persistir la
sintomatología más allá de dos meses de suspendida la
droga, resulta pertinente valorar otras causas.
CPK y su aumento en cuadros asintomáticos
Elevaciones moderadas de CPK se encuentran
frecuentemente en estudios de rutina o en la evaluación
de cardiopatía isquémica.
Se recomienda en pacientes asintomáticos con CPK
elevada, luego de excluir desordenes cardíacos y
familiares, tener en cuenta edad, sexo, raza; determinar
práctica reciente de deportes o ejercicios extremos,
traumas o convulsiones, fiebre con escalofríos,
inyecciones intramusculares repetidas, disfunciones
tiroideas, enfermedad celíaca, patologías del tejido
conectivo, neoplasias, miositis viral y uso de fármacos.
Si descartadas estas causas, los niveles de CPK
persisten altos, se continúa con la realización de una
electromiografía (EMG). De ser ésta normal y de no
presentar el paciente síntomas significativos se lo
controla en el tiempo; en cambio, de resultar anormal la
EMG, debe procederse a efectuar una biopsia muscular
(2) Raramente una elevación asintomática de la CPK
puede estar señalando la fase temprana de una distrofia
muscular.
Conclusiones
La medición de la CPK es una determinación de
laboratorio inespecífica aunque sumamente útil para el
diagnóstico y seguimiento de miopatías. El problema
surge con pacientes asintomáticos o mínimamente
sintomáticos en quienes la CPK cobra más valor para
determinar las conductas a seguir para arribar al
diagnóstico.
La asociación de miopatía con el uso de estatinas, tan
ampliamente utilizadas, requiere control para no
suspender inadecuadamente una droga con múltiples
beneficios.
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