Valor y representación: la regulación de los bienes

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Escuela Libre de Derecho
From the SelectedWorks of Fernando Villaseñor Rodríguez
Spring April 6, 2010
Valor y representación: la regulación de los bienes
virtuales
Fernando Villaseñor Rodríguez, Escuela Libre de Derecho
Available at: http://works.bepress.com/fernando_villasenor_rodriguez/14/
Valor y representación: la regulación de bienes virtuales
Dentro de las cosas que me maravillaron en esta semana de descanso esta el descubrimiento de
los llamados “bienes virtuales” y su incipiente regulación por países industrializados. ¿Qué son
éstos bienes? Se trata ni más ni menos que de representaciones abstractas que existen, al menos
en el contexto que descubrí, para dar una ventaja comparativa o un simple gusto al “usuario”1 en
una comunidad, juego o servicio electrónico.
Para entender más claramente el concepto es necesario usar un ejemplo. En el famoso juego de
computadora, World of Warcraft (WoW), existe la opción de jugar en línea con usuarios de
diferentes partes del mundo, pudiendo competir o colaborar para la exploración de un mundo
creado tanto por los programadores como por los jugadores. Lo interesante es que a pesar de que
el propio objeto del juego es conseguir distintas armas, tesoros y herramientas venciendo a
enemigos, hace un par de años se ha generalizado la adquisición con dinero real de estos objetos
virtuales. Aún más sorprendente, existe un servicio que prestan personas de todo el mundo (en la
práctica me he percatado principalmente de coreanos y chinos), quienes juegan para obtener
estos objetos a cambio de una cantidad real de dinero transferida a su cuenta bancaria.
La primera pregunta que me vino a la mente como videojugador veterano fue: ¿cuál es el sentido
de pagarle a otros para jugar un juego que yo compré; no es ese el fin de comprar un videojuego?
Pero más aún: ¿qué puede hacer tan atractivo un bien virtual como para gastar dinero real en
conseguirlo? En términos económicos ¿Cuál es el valor o utilidad de un bien virtual?
Aún más extraño, pero a la vez predecible, es el hecho de que estos bienes están comenzando a
regularse jurídicamente. China, Corea del Sur y Japón son los pioneros en este tipo de regulaciones
y es que ¿Qué pasa cuando alguien se roba una armadura o una joya virtual que se cotiza en
cientos o hasta miles de dólares? ¿Qué hay del pacto comisorio tácito cuando un coreano lleva 30
horas de juego para conseguir un tesoro y su contraparte se niega a entregar la contraprestación
convenida?
Si bien esto parece un montón de cursilerías de niños mimados, el concepto clave aquí es el de
representación. Desde Roma pero más claramente en el Siglo XI con el desarrollo del derecho
mercantil comenzaba también a desarrollarse la letra de cambio y el papel moneda. Ninguno de
éstos tenía un valor intrínseco sino que representaba un bien o una obligación, a diferencia de las
primeras monedas que se acuñaban en oro, plata o bronce con un valor en sus propios materiales.
En este mismo sentido, el año pasado y este mismo seguimos sufriendo la resaca de la crisis
financiera norteamericana, misma que se originó sobre la especulación de una representación de
la representación de un bien: los bonos sobre las hipotecas de inmuebles. El daño fue real, el
desempleo, la quiebra del sector automotriz y el cierre inesperado de miles de empresas no se
1
Ver columna anterior.
limitó a los EEUU sino que afectó al mundo entero ¿Cómo es que un bien representado pudo
dejara a la gente de carne y hueso en tal situación?
Así, los “bienes virtuales” y el derecho que debe regularlos no son tan inocuos como podríamos
esperar, ni tampoco se trata de conceptos tan nuevos como pudiéramos creer. Desde que el
hombre pudo separar el valor real de los bienes y atribuirle uno según contextos cambiantes, los
bienes virtuales cobraron existencia. El ser humano no solamente aprecia la inmediatez de lo real,
sino que tiene la capacidad de cifrar con símbolos y signos la representación esa realidad. Empero
también corre el riesgo de confundir realidad con representación.
Frente a este peligro, el derecho en este siglo deberá de ser a la vez comprensivo y contundente,
regulando cuanto sea razonable en un contexto esencialmente cambiante y que puede rebasarlo
en todo momento. El día de hoy la compraventa de bienes virtuales, tan sólo en EEUU, supera los
3 billones de dólares y hace apenas unos días se compró por e-Bay un personaje de WoW en 9 mil
dólares (para desgracia del comprador su cuenta fue cancelada y es poco probable que reciba un
reembolso). Ante estos números el derecho deberá cumplir con sus dos principales funciones:
regular la realidad (o en este caso su representación), y encausarla a un bien general mayor.
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