GUIDO SAÉNZ GONZÁLEZ y otros, INTERPONEN RECURSO DE AMPARO CONTRA: INSTITUTO COSTARRICENSE DEL DEPORTE Y LA RECREACIÓN Y OTROS A FAVOR DE: GUIDO SAÉNZ GONZÁLEZ y otros. SEÑORES SALA CONSTITUCIONAL Los suscritos, GUIDO SAÉNZ GONZÁLEZ, exministro de cultura, propulsor del Parque Metropolitano La Sabana, Dr. CLAUDIO GUTIÉRREZ CARRANZA, exrector de la Universidad de Costa Rica, Licda. CECILIA VALVERDE BARRENECHEA, filóloga y exdirectora ejecutiva de la ANFE, Dr. ROYE MUÑOZ ZAMORA, médico, Lic. ALVAR ANTILLÓN SALAZAR, Ex Director de Política Exterior e integrante de la Comisión de Notables sobre el TLC, Lic. Manuel MANUEL FREER JIMÉNEZ, abogado, Exembajador ante la Oficina Europea de Naciones 2 Unidas, y Exprocurador de la República ; Lic. JUAN JOSÉ SOBRADO CHAVES, abogado, Dr. GONZÁLO FAJARDO SALAS, abogado, Lic. RONALD ODIO HERNÁNDEZ, abogado, vecinos inmediatos todos del citado Parque, salvo los interponientes Saénz, Valverde y Antillón, que lo son del centro o del Área Metropolitana, atentos manifestamos: En defensa de los derechos constitucionales a la vida, la salud y a un ambiente sano, nuestros y del resto de los vecinos, del Parque y del Área Metropolitana, interponemos el presente RECURSO DE AMPARO en contra del INSTITUTO COSTARRICENSE DEL DEPORTE Y LA RECREACIÓN [ICODER], representado para estos efectos por el Ing. Osvaldo Pandolfo Rímolo, Viceministro del Deporte y presidente del Consejo Nacional de Deportes, órgano jerarca, y por el Director Administrativo Lic. Jorge Muñoz Guillén, por las acciones que a continuación se describen. 3 Los recurridos, según es público y notorio, en deliberado desacato de los reiterados mandatos obligantes de esta Sala que se lo prohíben, atentando contra el carácter inalienable que tiene el Parque Metropolitano La Sabana, pretenden construir ahí el mega estadio prohibido que se describe en los hechos de este amparo. Tal violación es inminente, porque según es público y notorio y se ha anunciado profusamente a la prensa, la construcción de tal megaestadio , en lesión de nuestros derechos constitucionales, ya declarados por esta Sala en ocasiones similares, cho de la Constitución, invade ostensiblemente el área inalienable del Parque destinada a ser el pulmón de la ciudad y a la recreación gratuita de todos los habitantes, le cambia el objeto, el tamaño y el destino a la anterior construcción – ya demolida como parte de los preparativos – y pretende sacrificar gran parte de ese parque inalienable con un objeto mercantil, que además no se necesita, tal como lo explicaremos luego. 4 El inicio de los trabajos se anuncia para el mes de noviembre próximo, por lo que la inminencia de la lesión, y la necesidad de la suspensión inmediata de las obras, resultan patentes y obligan a una acción inmediata, tanto para evitar el daño como la burla a esta Sala, quien desde el voto 8743-97 ha sostenido : …….”debe reconocerse en La Sabana un espacio de terreno protegido y específicamente destinado a la satisfacción de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, tal y como podría decirse en términos del artículo 50 de la Constitución Política”…… “……..Así, sostener que el legislador no tiene límites en tal sentido, llevaría hasta entender que incluso podría derogar toda legislación de este tipo, lo que choca, por otra parte, con una afectación que el Estado aceptó, de buena fe, cuando el Padre Chapuí realizó la donación de esos terrenos”….. (voto 8743-97) La ley No 7361-93, en acatamiento a lo dispuesto por esta Sala promulgó legalmente sus mandatos, tal como se explicará mas adelante. No obstante los recurridos todo lo 5 irrespetan. El carácter deliberado y a sabiendas de esta violación, resulta también ostensible, porque desde el mes de noviembre del 2001 en dictamen vinculante rendido a petición del ICODER (C-151-2001), la Procuraduría General de la República les advirtió a estos señores que no se podían hacer obras de ninguna naturaleza que invadiesen el parque o que no fuesen más de simples obras de mantenimiento de las construcciones que ahí existían y que por mera tolerancia quedaron. A sabiendas de tal ilicitud, los recurridos han omitido todo estudio sobre el impacto ambiental y vial de la obras, los cuales, además de no poderse hacer a priori por recaer sobre un objeto ilícito, resulta evidente que aún eliminando hipotéticamente la prohibición, les saldrían de todas maneras completamente negativos, dado que , en cuanto a la afectación urbana, la capacidad del nuevo estadio (casi tres veces mayor que el antiguo), inundaría cuando menos como área de parqueo, casi un kilómetro cuadrado de área urbana contigua, si se tiran los carros ahí; y 6 prácticamente el resto de la Sabana como área de parqueo si se lanzan a la misma. Además, por su propia naturaleza, lo que se propone es un cambio radical de naturaleza, que va más allá de agrandar el estadio, porque incluye oficinas deportivas, locales comerciales, tiendas, salas de capacitación, lavandería, comedores, incluso zonas “VIP”. Por todo lo dicho lo propuesto cambia radicalmente el carácter a la zona de parque y a toda la zona urbana contigua, con lo cual, además de lesionar el fundamental derecho a la salud, lesionan el derecho a un ambiente sano y racional, convertiría por sus dimensiones el entorno en caótico y absurdo. Por si fuera poco, lo que pretenden hacer ahí, implica en si mismo desconocer la afectación especial del área La Sabana, y el motivo original de su donación, ligada al derecho a la salud y a la recreación gratuita de todos los 7 habitantes, tanto por su causa originaria, como porque la intangibilidad de tal parque es una consecuencia inescindible de las disposiciones de la Constitución al respecto, tal como esta Sala lo ha declarado. I. HECHOS PRIMERO: El Parque Metropolitano de La Sabana Padre Chapuí [en adelante “La Sabana”], herencia del padre Chapuí en 1783, es un demanio público destinado al uso general como parque, vinculado además, en relación de necesidad, al derecho a la salud de los habitantes, el cual se ha convertido con el tiempo en el “parque central” de la Gran área Metropolitana, y constituye hoy en día el pulmón de nuestra congestionada y casi irrespirable capital. SEGUNDO: La Sabana es hoy, por su ubicación y área disponible, como dijimos, el actual pulmón de la ciudad de San José, y lo es, no sólo porque corresponde al deseo del Padre Chapuí, su donador, quien entregó dicho terreno en 8 custodia al Estado para el disfrute gratuito de todos los habitantes, sino porque constituye un parque – bosque de recreo gratuito para todas las personas, cuya protección especial fue expresamente declarada por el legislador (Ley N° 7361 del 10 de noviembre de 1993) en acatamiento de lo dispuesto por esta Sala Constitucional. Prohibió dicha Ley, en consecuencia, cerrar nuevos espacios con mallas, cercas u otros medios, que impidan al público en general su uso y disfrute gratuito para prácticas deportivas y de recreación; y en general proscribió cercenar espacios dentro del terreno que ocupa La Sabana, con la única excepción calificada de lo existente en aquéllas áreas donde estaban la piscina María del Milagro París, los gimnasios y el Estadio Nacional, y esto solo para obras de “conservación y mejoramiento de la instalaciones existentes”, y por supuesto, sin ocupar más terreno, ni cambiar las construcciones ni el objeto como se pretende. La citada ley no fue constitutiva del carácter de La Sabana, sino declarativa de su especial naturaleza de 9 afectación en el sentido que se ha indicado, ya declaradas antes muy acertadamente por esta Sala en su amplia jurisprudencia vinculante sobre La Sabana. Precisamente, dado que las autoridades encargadas de la administración del parque, que eran antes de 1993 otras, persistían en violar la jurisprudencia de esta Sala (desde 1991) sobre La Sabana, la Asamblea Legislativa para asegurar el respeto a tal jurisprudencia y garantizar la naturaleza y función del parque emitió la citada Ley (Ley de Proyección del Parque la Sabana Padre Chapuí), a propuesta de dos distinguidos abogados entonces diputados, los Licenciados Rolando Laclé Castro y Oscar Soley Soler. De modo que la conducta contra la cual se recurre es una abierta, reiterada y obstinada rebeldía contra el régimen de Derecho del país, lo que es causal de amparo por sí sola. TERCERO: La Sabana entera constituye así una zona de protección reforzada, al punto de que ni siquiera a través de una ley especial, como lo ha dicho esta Sala, podría 10 variarse la finalidad de dicho inmueble. Esto se ha hecho así con el objeto de evitar que se regresara a los tiempos en que se le fueron cercenando poco a poco espacios al parque, impidiendo así que nuevos zarpazos obviaran la protección especial que el legislador le impuso al terreno como zona de protección reforzada y pulmón de la ciudad, así como el fin que inicialmente tuvo el donador de los terrenos. CUARTO: El llano de La Sabana y sus construcciones o instalaciones de propiedad pública fueron confiadas a la administración del ICODER, que como tal simple administrador es responsable por el correcto uso que se haga del parque, así como de la preservación de la zona entera como parque – bosque para la recreación gratuita de todas las personas, reservado únicamente para esos fines. Por tanto, bajo ninguna circunstancia puede permitir dicho administrador la disminución de la zona de parque, ni siquiera para ampliar a zonas adicionales las viejas edificaciones, y menos aún para crear otras nuevas y cerrar en ellas el acceso gratuito al público, porque eso implica una 11 desafectación y reducción del parque - bosque, cuya variación ni siquiera cabría por reforma de ley especial operada al efecto. Sin embargo, dicho administrador, o sus antecesores, ha sido uno de los principales violadores de lo que debía resguardar, y esta Sala, como veremos, ha tenido que enmendarle la plana varias veces en el pasado. QUINTO: Según se ha hecho público en la prensa nacional en los últimos días, y ha sido anunciado públicamente por dichas autoridades encargadas, mediante una donación del gobierno de China de cerca de $72 millones se pretende construir un enorme estadio para cuarenta mil personas, en la punta noroeste de La Sabana, ubicado en sentido norte – sur y que abarca no solo la zona donde estaba ubicada la estructura del viejo Estadio Nacional (de 1924 y orientada este - oeste), sino también otras zonas aledañas del parque. No solo porque el nuevo estadio que se pretende construir en La Sabana tiene un área mucho mayor de construcción e influencia que el viejo estadio, con casi el triple de capacidad (unas 35.175 12 personas), sino también porque requerirá por su tamaño de nuevas calles de acceso, aceras y plazoletas. Así que, en lugar de ampliarse el espacio para el esparcimiento gratuito de las personas, de contacto con la naturaleza, árboles y senderos, se disminuye grandemente el área de parque y se dividirá La Sabana en pedazos, haciendo desaparecer la ilusión de estar en campo abierto, consumiendo así casi una tercera parte del área total que actualmente ocupa el parque de La Sabana para la construcción del nuevo estadio. Esto sin contar siquiera con una eventual zona de parqueo, porque, según se ha hecho público y notorio también, el área de estacionamiento previsto inicialmente tuvo que reducirse de 2.500 (subterráneo) a menos de 400 en la superficie, lo que implica invadir la zona inalienable al sur, lo que agrava lo irrazonable y lesivo del proyecto. SEXTO: Así las cosas, el actual “pulmón” de San José, se verá amenazado por miles de aficionados a espectáculos deportivos o de otra índole, la mayoría de ellos en automóvil, 13 quienes inevitablemente insistirán en parquear sus vehículos en los predios de La Sabana, o, todavía peor, en plena calle pública, provocando una congestión vehicular en todo el sector, que al día de hoy ya es caótica. Lo que, necesariamente será agravado por la presencia de una mole como la que pretenden construir ahí, y que, ni siquiera con las mejores intenciones, podrá manejar adecuadamente todo el flujo vehicular, sumado al adicional resultante de la autopista a Caldera, así como de la continua expansión de la zona oeste de la capital. Dado que La Sabana está en el centro de la ciudad, el acceso a ella desde todos los puntos de la misma aumentará inmensamente la congestión en las ya estrechas y congestionadas vías del centro. Este hecho motivó en su momento, hace más de quince años, que el antiguo estadio (un tercio de la capacidad del propuesto) cayera en desuso. Por eso los propios deportistas, al abandonarlo, votaron con sus pies irse de ahí, a los estadios de los clubes más confortables y en la periferia. Por lo tanto, volver a ponerlo ahí lesiona también por absurdo los intereses de los aficionados al fútbol e igualmente la política 14 del propio gobierno de descongestionar el centro, para lo cual se han emitido incluso prohibiciones de circular en días determinados. SÉTIMO: Los vecinos del Parque Metropolitano La Sabana ya vivimos en el pasado esos grotescos embotellamientos cuando los vehículos, en las circunstancias mucho menores de antes, ya inundaban todos los barrios aledaños, y nos imposibilitaban el acceso a nuestras casas a la entrada y salida de los partidos. Pero en las circunstancias actuales, el ubicar ahí un estadio con el doble o triple de capacidad, y con las vías aún más congestionadas, crearía un verdadero caos en cerca de un kilómetro cuadrado de área urbana aledaña, que es lo mínimo necesario para solo el parqueo en los días de partidos, además del caos en las vías de acceso y en todas las del centro de la capital. 15 OCTAVO: A pesar de todo lo dicho, y de la especial y reforzada afectación del terreno, se pretende ubicar ahí, contra toda norma y derecho, una estructura descomunal, y ocultando la violación, para lo cual se ha prescindido del estudio de impacto ambiental y vial y se omite considerar la masiva afluencia de público que ocasionaría. y los efectos destructores que necesariamente tendrá sobre el parque – bosque de La Sabana. NOVENO: El nuevo estadio nacional, tal como se ha dicho, sería el escenario deportivo más grande del país con una capacidad para 35.175 espectadores, un costo superior a los $70 millones y mucho más grande y diferente que el anterior ya demolido. Según la información que se conoce abarcará decenas de miles de metros cuadrados de construcción mayores al espacio ocupado por el actual. Además del recinto deportivo –que también servirá para conciertos y otros espectáculos públicos- se prevé la construcción de un albergue, de las oficinas del ICODER, de 16 un área de oficinas para las asociaciones deportivas y de un centro de capacitación. Según información aparecida en la prensa, así como en la página web del ICODER (http://www.icoder.go.cr), el estadio contaría con una villa deportiva con habitaciones para 350 personas, así como servicio de comedor, lavandería, sala para capacitaciones, tiendas y locales comerciales, incluso zonas “VIP”. Dispondrá además de dos zonas de calentamientos bajo techo para los equipos y las oficinas para 32 federaciones de diferentes deportes. Además de futbol, la estructura será sede de competencias de atletismo, tenis de mesa, esgrima, rugby y ajedrez. En síntesis, se trata de un área de construcción que supera por mucho al área ocupada por el anterior estadio, además de que estará ocupada no sólo por recintos deportivos, sino también por todo tipo de locales comerciales y de las distintas agrupaciones y federaciones deportivas. Por esto mismo, colocar el nuevo Estadio Nacional en La Sabana implica la violación flagrante de su status 17 constitucional y legal, y la consiguiente desnaturalización del espacio, y la creación de graves carencias, problemas y daños que serían enormes e irremediables para el parque – bosque de La Sabana, para los pobladores y vecinos, y para el ambiente en general, dadas las dimensiones del terreno y el enorme tamaño de la construcción que definitivamente alterará la agradable escala existente y cambiará el entorno de La Sabana para siempre. DÉCIMO: Por las solas proyecciones que han aparecido en la Prensa Nacional y en la página web del ICODER (http://www.icoder.go.cr), a simple vista se aprecia el hecho de que el nuevo estadio ocupará una zona mucho más extensa que la del viejo estadio ( y prueba de ello es la tala de cerca de 300 árboles ubicados en el sector noroeste de La Sabana, donde antes estaba la zona verde, para despejar terreno para el nuevo estadio), pues no solo el cambio de orientación norte – sur de las instalaciones consume una gran zona adicional, sino también porque el mega estadio requerirá por su tamaño de nuevas calles de acceso, 18 parqueos, aceras y plazoletas, que también cercenan el espacio del parque – bosque; y para comprobar esto basta superponer las imágenes del antiguo estadio con las proyecciones aparecidas en la prensa y por todos conocidas: 19 Evidencia también que salta a la vista es la simple comparación del área ocupada por lo que se propone con el área total de La Sabana luego de restarle a la original el 20% que le quitó la autopista a Escazú que cercenó su costado sur, lo cual asciende aproximadamente a 58 hectáreas. De esa elemental comparación salta a la vista que el área ocupada por el nuevo estadio es mucho mayor que la que se ha indicado y que coloca al parque en papel de satélite y 20 tributario del Estadio y sus necesidades de parqueo y servicios. O sea, que el asunto es tan grave que para dichos efectos desaparece el parque como tal. El aumento del congestionamiento vial, la basura, el ruido y la inseguridad, molestias todas que se suman a la ampliación del espacio ocupado por el antiguo recinto se extenderán por toda La Sabana, y no sólo destruirán el concepto de parque – bosque, sino que afectarán negativamente todo el entorno urbano de la zona. Asimismo, constituiría un evidente absurdo y una pérdida de dinero porque, dado que además de ser inviable para los deportistas por las razones de acceso ya indicados, se hace en un terreno inalienable y vinculado a un fin concreto que esta Sala ya ha declarado en forma reiterada, por lo que tendría necesariamente que derribarse después lo construido. DÉCIMO PRIMERO: Los planos del nuevo estadio ya están listos, y se ha anunciado por la prensa la llegada de alrededor de 800 operarios chinos que ingresarán al país en 21 los próximos días (Ver sección de Ovación del Período Al Dia del pasado 21 de diciembre p. 22 que se aporta y La Nación del 6 de agosto pasado, entre otros), para iniciar la construcción del nuevo coliseo en noviembre próximo y que se espera finalizar a más tardar en el primer trimestre del año 2010, por lo cual, la urgencia de resolver este tema a la mayor brevedad es extrema. DÉCIMO SEGUNDO: Y es que no estamos en contra de un nuevo estadio. Todo lo contrario, que lo construyan ¡pero no ahí! Para eso el Estado cuenta con muchas otras propiedades con mejores condiciones para construir en forma apropiada lo que pretenden, entre ellos amplios terrenos de reserva urbana del INVU en los Hatillos (parte de la antigua “Verbena”) y la Uruca, por lo que fácilmente es posible conseguir otro sitio mejor para el nuevo Estadio Nacional a corto plazo. Lo que va en contra del interés público, la lógica y la razón, es aferrarse a la idea de construir ese megaestadio en el centro de la ciudad y en un terreno inalienable, y consagrado por ley y constitución, 22 además, a ser el pulmón de la ciudad y al gratuito esparcimiento de todos los habitantes. DÉCIMO TERCERO: Los propios intereses de los aficionados y deportistas son afectados por este proyecto, porque antes (cuando había mucho menos congestión vehicular que ahora) ellos mismos se fueron del lugar, y manifestaron abiertamente que no querían el estadio en La Sabana, por lo que el recinto quedó en desuso evidente por cerca de 15 años, debido precisamente a todos los problemas que la ubicación del estadio representa. Además, es el propio interés público el que se vería perjudicado porque, aunado a todo lo dicho, al violentar el proyecto una zona inalienable, tendría el estadio luego que ser necesariamente derribado, si no se suspende ahora, o sea, sería que, de todas las formas imaginables sería la más absurda de derrochar el dinero que el gobierno de China nos está entregando. El acto lesionante y sin sentido contra el cual se recurre, y que es necesario suspender a la mayor brevedad para 23 impedirlo, no sólo dilapida estérilmente más de la mitad de la donación China en eso, sino que priva al Estado de atender con esos fondos obras prioritarias y urgentes que el país necesita, y para las cuales está destinada la donación de China de $130 millones, tal como consta claramente en el acuerdo entre ambos gobiernos que se hizo público recientemente a raíz de un amparo acogido por esta Sala. II. SUSPENSIÓN INMEDIATA DE LAS OBRAS En la integridad del Parque está involucrado el derecho constitucional de los habitantes a la salud y al ambiente, y por lo tanto intentar lesionarlo es incurrir en causal de amparo. Así resulta de lo que dice la citada Ley, la Sala Constitucional en varias sentencias, y en especial las números 3967-2001 y 8743-97, en que ésta declaró en forma terminante que pretensiones como las recurridas violentan los derechos constitucionales y se deben parar. Finalmente, y para colmo, ya la Procuraduría General de la República en dictamen vinculante del año 2001, le recordó al ICODER 24 (Instituto del Deporte) todo lo anterior, por lo que es evidente que los recurridos proceden deliberadamente a violar la autoridad de esta Sala y del Derecho de la Constitución. En materia de salud y medio ambiente, no cabe permitir afectaciones, sobre todo como éstas que serían absurdas, enormes e irremediables, y con un alto costo para el país, porque, al final tendrán que derribar lo hecho, perdiendo la inversión de la manera más absurda posible. Y no es, como dijimos, que estemos en contra de la construcción de un nuevo Estadio Nacional, lo que ahí es tan absurdo, anacrónico y fuera de lugar, como si al gobierno se le ocurriera volver a instalar el aeropuerto en La Sabana . A lo que se unen todos los demás evidentes sin sentidos que se describen en la relación de hechos. Por esta razón, no se puede permitir la iniciación de las obras de construcción, porque generarían tan evidentes y grandes perjuicios para los derechos constitucionales de los 25 promovientes y el resto de los habitantes del Area Metropolitana, al igual que para el orden público y el país en general. El ICODER está obligado por ley el parque a preservar el parque y a respetar y hacer respetar su condición parque – bosque inalienable de todos los costarricenses. Este cometido legal obligante lo traiciona el propio ICODER al promover la destrucción y violación de este parque, por lo que su falta no solo es deliberada, tal como se explica, sino también configura una falta grave a sus obligaciones con consecuencias en todas las ramas del Derecho que las tipifican y sancionan su incumplimiento. Aunque el proyecto sea ilícito y arbitrarias las conductas de los recurridos, si no se produce una orden urgente de suspensión de esta Sala, la ejecutividad de esa conducta administrativa no enervada por la suspensión de sus efectos, se ejecutará y se consumará así la lesión que 26 se quiere evitar, aunque después el amparo se declarase con lugar. Aparte de que las violaciones son directas a derechos constitucionales, por la flagrancia, evidencia y gravedad de la conducta arbitraria recurrida, de modo que en cualquier caso procede la suspensión, la situación en todo caso se daría aquí a la inversa: el daño se produce si no se suspenden los efectos; y, suspendidos, para el remoto caso de que no se acogiere el amparo, los terrenos no sufrirían desmedro ninguno, por lo que la no suspensión en cualquier caso produciría daños irreparables, y la suspensión ninguno, y además evita éstos. Además, como dijimos, el Estado cuenta con muchas otras propiedades con mejores condiciones para construir el recinto que pretenden, entre ellos amplios terrenos de reserva urbana del INVU en los Hatillos (parte de la antigua “Verbena”) y la Uruca, por lo que fácilmente es posible 27 conseguir otro sitio mejor para el nuevo Estadio Nacional a corto plazo. La decisión entonces es obvia: en aras del interés público – en todas sus facetas - , y dada la inminencia del inicio de las obras de construcción, es necesario suspender las obras inmediatamente y preservar La Sabana. III. LEGITIMACIÓN La Constitución Política en sus artículos 11 – legalidad de la función administrativa -, 21, 50 y sus principios derivados -derecho a la salud, a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado- y 89 -deber del Estado de protección de las bellezas naturales- , así como los principios constitucionales de razonabilidad y racionalidad, cuya preservación es esencial para todos los ciudadanos, y en particular para los vecinos de La Sabana, han sido conculcados con las actuaciones que nos ocupan, por lo tanto la legitimación es evidente y no necesita mayor prueba. 28 IV. FUNDAMENTO JURÍDICO El Derecho de la Constitución se ha violado con la omisión apuntada, en particular los derechos que consagran los artículos 11, 21, 50, 89, así como a los principios de razonabilidad - racionalidad - buena fe de la conducta pública y de protección del orden público sanitario y ambiental, inmersos en el Derecho de la Constitución. Esta Sala ya ha declarado en repetidas ocasiones (entre otros véase los votos 1802-91, 5568-95, 8743-97, 6035-98, 3967-2001, 11068-2001) la intangibilidad del área de La Sabana, destinada por ley y constitución, y por la voluntad de su donador, a ser el pulmón del Área Metropolitana y a la recreación gratuita de todos los habitantes. Finalidad prioritaria y de afectación prevalente, que, ni siquiera por ley especial emitida al efecto podría ser desvirtuada o cercenada del área del parque, tal y como ya lo dijo esta Sala. 29 Sin embargo, las autoridades recurridas pretenden arbitrariamente cercenar ambas finalidades en un área muy importante del parque (casi una tercera parte), que supera por mucho la ocupada por la vieja estructura del estadio nacional (1924), para dar paso a una mole colosal, que en constituye sí misma un espacio cerrado y de cobro, no compatible per se con la recreación y libre disfrute gratuito de todas las personas, que ha sido siempre la afectación del área de La Sabana, desde su donación por el Presbítero Chapuí. Como hemos dicho, la Sala Constitucional ha producido abundante jurisprudencia en relación con el Parque Metropolitano de La Sabana y al respecto de éste ha declarado con suma certeza su carácter de innegable bien demanial afectado a un fin particular, especial y prevalente, que, bajo ninguna excusa, podría ser desvirtuado. Esta Sala ha declarado que “El Parque Metropolitano la Sabana y todos los inmuebles que en él se 30 encuentran, son de dominio público por cuanto dicho parque es un bien demanial, sea propiedad del Estado y parte de su Hacienda Pública. Dichos bienes, por su naturaleza, fines y destino, pertenecen a toda la colectividad, motivo por el cual son irrenunciables, intransferibles, y se encuentran fuera del comercio de los hombres, …De ahí que los contratos, autorizaciones o concesiones que se den sobre bienes demaniales o públicos se tiene por concedida en precario, sea de forma temporal y no definitiva.” (SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Res: 2001-11068 de las doce horas con siete minutos del veintiséis de octubre del dos mil uno). Su afectación especial y prevalente es de parque – bosque para la recreación gratuita de todas las personas, y así lo ha reconocido la Sala Constitucional (S.C.V. 874397), desde que el Presbítero Manuel Antonio Chapuí mediante testamento lo lega a los pobres (C-036-1999). 31 Los terrenos del “Llano de La Sabana”, mas que donados, fueron confiados al Estado por su propietario original, para ser destinados al uso común y gratuito de todos los habitantes, por eso resulta absolutamente ilógico, absurdo y arbitrario, por incompatible con su naturaleza, ampliar el área que ocupaba el antiguo estadio en La Sabana, como se hace en las obras que se plantea construir ahí en los próximos días, en forma desmedida por sus colosales dimensiones, para constituir en La Sabana un nuevo espacio cerrado y de cobro al público, donde se prohíba la entrada a quien no pague para poder ingresar, e incluso con zonas destinadas exclusivamente para “very important people” [VIP]. Con ocasión de la jurisprudencia constitucional emitida por esta Sala (S.C.V. N°1802-91), donde este tribunal se refirió ampliamente a la especial naturaleza y afectación del parque de La Sabana, y expresó su preocupación por evitar que la disminución constante del área de parque pudiera llegar a desvirtuar su naturaleza, los diputados Rolando Laclé Castro y Oscar Soley Soler, promovieron en la 32 Asamblea Legislativa una ley que viniera a reforzar la vocación especial de protección del área. Dicha ley es la denominada “Ley de Protección del Parque La Sabana Padre Chapui” (Ley 7361 del 10 de noviembre de 1993, publicada en La Gaceta N° 226 del 25/11/1993) y cuyo texto literalmente dice: “Ley de Protección del Parque La Sabana Padre Chapui ARTICULO 1.Prohíbese realizar construcciones en el Parque La Sabana Padre Chapuí, entendido éste como la propiedad descrita en el párrafo primero del artículo 5 de la Ley No. 3656 del 6 de enero de 1966. También se prohíbe cerrar espacios en el referido Parque, con mallas, cercas u otros medios, que impidan al público en general el uso de la propiedad, para prácticas deportivas y de recreación; excepto las áreas en las que actualmente se ubican la piscina María del Milagro París, los gimnasios y el Estadio Nacional. Como excepción, además se permitirá realizar obras de conservación y mejoramiento en las instalaciones existentes, para atención y 33 facilidad del público, así como la construcción de canchas y de otras instalaciones deportivas, siempre y cuando sean al aire libre y no se encuentren aisladas por vallas, cercas u obras parecidas. Ficha del artículo ARTICULO publicación.” 2.- Rige a partir de su Es decir, por legislación de protección especial, la única área exceptuada que se puede cerrar al público es la que comprende la piscina María del Milagro Paría, el Gimnasio Nacional y la que comprendía el antiguo Estadio Nacional, pero no más de esa extensión porque, lo demás requeriría al efecto una desafectación especial de la zona en desmedro de la salud pública y el medio ambiente. Como ha dicho esta Sala: “En esencia, esta ley pretende conservar el “status quo” del parque, pero a la vez lo refuerza, porque prohíbe cerrar espacios con mallas, cercas u otros medios, que impidan al público en general el uso de la propiedad, así como realizar construcciones de cualquier tipo y cuando se refiere a nuevas instalaciones 34 deportivas, insiste en que deben ser al aire libre y no estar aisladas de ninguna forma. Solamente se dejan a salvo las actuales construcciones y su conservación.” (Sala Constitucional voto 5568-95 de las nueve horas tres minutos del día trece de octubre de mil novecientos noventa y cinco).Sin embargo, como hemos dicho repetidamente, el proyecto del nuevo estadio nacional implica un aumento desmedido de la cabida de la zona ocupada por el estadio y sus instalaciones, y un cambio de objeto y destino, a la zona del parque. Es innegable, y salta a la vista que el cambio del estadio y sus nuevas dimensiones implican invadir la zona inalienable del parque, y termina por colocar a La Sabana en el papel de simple satélite y tributario del Estadio y sus necesidades de parqueo y servicios; pero también una disminución radical del ambiente urbano que lo rodea y la destrucción de la concepción de la zona de parque – bosque, que antes estaba protegida, lo que es inconstitucional por ser 35 evidentemente contrario a lo dispuesto en el artículos 11, 21, 50 y 89 de la Constitución Política y a los principios de razonabilidad y racionalidad de la conducta pública, por el caos que ocasionaría en toda la zona de influencia. Ya esta Sala ha abordado el tema de las áreas protegidas y su posible desafectación indicando que “una vez declarada una determinada área como zona protectora por un acto del Estado, no puede éste, simplemente, desafectarlo en todo o en parte, para proteger otros intereses -públicos o privadosen menoscabo del disfrute de un ambiente sano, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 50 constitucional.” (S.C.V. 07294-98) Por tanto, la reducción del área protegida de La Sabana, y la desafectación que se haría de estos terrenos, no sería, bajo ningún supuesto constitucionalmente admisible. El artículo 29 párrafo segundo de la Ley de la Jurisdicción Constitucional autoriza interponer el recurso de amparo en contra de las conductas de los servidores y 36 órganos públicos que haya violado, viole o amenace violar cualquiera de los derechos fundamentales. A la luz de esa norma resulta evidente la necesidad del presente amparo, dada la arbitrariedad de lo recurrido y la inminencia del inicio de la construcción en noviembre próximo, porque, a pesar de haberse declarado repetidamente por esta Sala la naturaleza especial que tiene La Sabana y de encontrarse vigente su Ley de Protección, las autoridades se han negado obstinadamente en la práctica a respetar el parque y desobedecen a la autoridad de esta Sala, ignorando sus pronunciamientos como si no existieran, y violentando con ello además - por acción y omisión - la preservación del orden público sanitario y ambiental, cuya preservación es un derecho elemental de todos los ciudadanos. En particular de los vecinos de La Sabana, que inevitablemente se verán afectados por la construcción del estadio ahí. Se violentan de forma grosera el principio de legalidad que las obliga protegerlo y que a sabiendas desconocen, junto con el principio de interdicción de 37 arbitrariedad tantas veces señalado por esta Sala (Cfr. S.C.V. 2004-14421), porque saben que la ley les impide hacer allí el estadio y, no obstante, prosiguen con las obras. Por tanto, la instalación del coliseo que se pretende hacer en La Sabana con capacidad para más de 35.000 espectadores, sin parqueo, y sin considerar siquiera el impacto ambiental y vial que la masiva afluencia al Estadio significaría para las instalaciones en general del parque, así como para toda el área metropolitana, constituye una amenaza cierta, directa e inminente a los derechos constitucionales de los amparados y de todas las personas que tienen derecho a disfrutar de la totalidad del ambiente de La Sabana, lo cual es amparable directamente en esta sede constitucional, según lo ha aceptado antes expresamente la Sala. Menester es recordar aquí lo que, con gran claridad, y con ocasión del proyecto de ley que quería desafectar una pequeña zona del parque (mucho menor a la que pretenden cercenarle ahora para construir el nuevo estadio) para 38 destinarla entonces al Museo de Arte Costarricense, la Sala decidió sobre el uso y aprovechamiento del Parque Metropolitano de La Sabana: "II. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA LEY DE PROTECCION DEL PARQUE LA SABANA PADRE CHAPUI (N°7361 del 10/11/93). Ciertamente, esta Ley se emitió con criterio estrictamente proteccionista de lo que se ha llegado a denominar 'Parque La Sabana Padre Chapuí', pudiendo notarse un dimensionamiento mayor en ese sentido, ya que en la antecedente Ley Orgánica de la Dirección General de Educación Física y Deportes, bajo otra denominación, la citada área había quedado afectada 'al servicio directo o indirecto de la educación físicodeportiva del país' (Ley N°3656, del 6 de enero de 1966, artículo 5° párrafo primero). Adicionalmente, hay que precisar que allí se indicaba que 'su destino no podrá ser variado sino en virtud de una ley' y de tal manera quedaba justificado un único artículo en la Ley N°7361, que dispone: 'Prohíbese realizar construcciones en el Parque La Sabana Padre Chapuí, entendido éste como la propiedad descrita en el párrafo primero 39 del artículo 5 de la Ley N° 3656 del 6 de enero de 1966.' Se nota allí, pues, que se rigidizó la utilización de toda el área de La Sabana. Resulta muy significativo que ese mismo artículo 1°, en párrafo seguido, se ocupe de establecer como excepción, a modo de una interpretación auténtica incorporada en el propio texto legal, 'la construcción de canchas y de otras instalaciones deportivas, siempre y cuando sean al aire libre y no se encuentren aisladas por vallas, cercas u obras parecidas'. Esto es lo que permite identificar una progresión en el pensamiento del legislador, que poco a poco estimó que resultaba necesario otorgar la protección de la ley al parque, evitando así que se regresara a los tiempos en que se le fueron cercenando espacios, evitando a partir de aquí que, con el paso del tiempo, a través de pequeños zarpazos, se llegara a inutilizar el fin que inicialmente tuvo el donador de estos terrenos. III. SOBRE UNA DESAFECTACION IMPLICITA A TRAVES DE LA AUTORIZACION POR UNA UNICA VEZ CONTENIDA EN EL PROYECTO DE LEY. Si recapitulamos lo que se lleva dicho, podremos observar que mientras la Ley N°3656/66 exigía que el destino del Llano de La Sabana 40 solamente pudiera modificarse a través de otra ley, la N° 7361/93 prohibió realizar todo tipo de construcción, excepto instalaciones deportivas al aire libre, siempre que no quedaran aisladas por vallas, cercas u obras parecidas. A esto se refería el considerando anterior, estimándolo como una rigidización de los fines a que quedaba destinada el área en cuestión, que en adelante quedaban identificados como los que tenían que ver con 'prácticas deportivas y de recreación' en sentido estricto, lo cual, si se sigue con el análisis también implica un gran cambio respecto de la legislación anterior, que declaraba a La Sabana, destinada al servicio 'directo o indirecto' de la educación físico deportiva. En la práctica, y no solamente por virtud de las Leyes aquí citadas, debe reconocerse en La Sabana un espacio de terreno protegido y específicamente destinado a la satisfacción de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, tal y como podría decirse en términos del artículo 50 de la Constitución Política. Precisamente por ello, estima la Sala que la mención contenida en el Proyecto ahora analizado, en el sentido de que se trata de una excepción a la norma general, y que es 'por una sola vez', no permite salvarlo de la inconstitucionalidad, porque el uso para la práctica del deporte y la recreación del parque, se 41 conforma con lo preceptuado por el artículo 50 constitucional, mientras que el derecho que ahora se desea potenciar, es decir, el arte o la cultura en general, que también está dentro de los fines del Estado, ciertamente puede y debe ser satisfecho sin mengua de los fines que desde el inicio tiene garantizado el deporte en La Sabana, aun cuando, como se dijo, en el pasado hubiera más de una claudicación en ese sentido. La Sala no encuentra razonable la desafectación que implícitamente se da del Parque, aun con el esfuerzo que el propio proyecto establece de una área de construcción limitada, ya que a través del prurito de una única vez, se podría continuar con el acecho a ese entorno protegido, cuyo uso público exclusivo para el deporte y la recreación se dijo resultaba legítimo, sino también por la importantísima función que cumple La Sabana en las condiciones cada día más complejas del desarrollo urbano. A la par de otras vicisitudes del pasado, este proyecto es un paso más en la tendencia histórica de darle otros fines al área de comentario, con transgresión del derecho a un ambiente sano. El argumento de que se trata de una excepción, entonces, en nada obstaría para que cada cierto tiempo se acuda con idénticas o parecidas razones con el propósito de establecer una nueva excepción, operándose una nueva transgresión, y porque a través de ese argumento de 'por una única vez' se podría hasta dejar sin efecto el fin 42 específico que tenía el Parque, aún antes de que una Ley viniera a establecer que tal era su destino. Así, sostener que el legislador no tiene límites en tal sentido, llevaría hasta entender que incluso podría derogar toda legislación de este tipo, lo que choca, por otra parte, con una afectación que el Estado aceptó, de buena fe, cuando el Padre Chapuí realizó la donación de esos terrenos. IV. CONSIDERACIONES FINALES. Por último, habría que señalar que el Estado tiene otros medios, perfectamente legítimos, para otorgar al arte y a la cultura, espacios apropiados para su plena vigencia y desarrollo, pues no se trata de impedir el acceso de la población a este tipo de derecho. El progreso de la cultura en los terrenos de comentario, se daría prácticamente a costa del derecho al ambiente y a una utilización legítima o conforme. De tal manera, que la única vía razonable resulta el mantener el statu quo, como lo sostienen los consultantes. No resulta ocioso indicar que la Ley N°7361 vino prácticamente a congelar el tipo de instalaciones deportivas que podrían levantarse en el Parque La Sabana y debemos recordar que esta ley se dictó precisamente a propósito de la ampliación de La Avenida de Las Américas, una obra a la que nadie le negaría carácter de interés público, pero que como citan los consultantes chocaba y choca aún con el espíritu y destino original del 43 terreno. De tal manera, la experiencia de cualquiera de nosotros permite indicar que el aprovechamiento masivo del área protegida, a través del deporte, la educación física, la recreación, la contemplación, o el mero disfrute de lo natural y escénico, o de las ventajas que para la oxigenación urbana tiene, provocaría una lesión mayor que la ventaja que pretende lograrse con la ampliación del área del Museo de Arte Costarricense, con el agravante ya indicado, de que nadie puede garantizar que en el corto o mediano plazo no se vuelva a presentar 'por otra única vez', la necesidad de dotar al Museo de mayor área para prestar su importante servicio. Así, las responsabilidades del Estado con el Museo de Arte Costarricense, o el arte en general, deben cumplirse, pero no a costa de limitar irrazonablemente la calidad de vida que se obtiene a través del uso de las diferentes áreas del Parque La Sabana. Si existe necesidad de dotar a aquél de un espacio apropiado, deberá encontrarse en otro sitio y mediante la utilización de otros recursos, no a través de lo que el Proyecto bajo análisis propone." (Sala Constitucional, sentencia Nº 8743-97 de las 18:51 hrs del 23 de diciembre de 1997). Por este motivo, sistemáticamente la Sala ha impedido, incluso a instituciones públicas, instalarse en La Sabana, 44 porque esto desvirtúa el espíritu y destino original del terreno, que es la recreación gratuita de todas las personas. Y por este motivo también las autoridades han evitado todo estudio de impacto ambiental o vial, porque saben que serán negativos. El Estado cuenta con muchas otras propiedades con mejores condiciones para construir el recinto que pretenden, entre ellos amplios terrenos de reserva urbana del INVU en los Hatillos (parte de la antigua “Verbena”) y la Uruca, por lo que fácilmente es posible conseguir otro sitio mejor para el nuevo Estadio Nacional a corto plazo, de manera que si existe necesidad de dotar al país con un nuevo estadio y dota a éste de un espacio apropiado, deberá encontrarse en otro sitio y no en La Sabana. Sin embargo, ¿qué sucede si publícale administrador del parque se niega a ejecutar la función de protección a la que está llamada? Esta Sala ha determinado que en tales casos se configura por acción y omisión una violación a derechos constitucionales básicos que es recurrible mediante 45 amparo constitucional. En el voto 6035-98 desalojó de ahí al MOPT que había instalado su departamento de Revisión “…dedicar parte de La Sabana al Técnica, pues funcionamiento de una dependencia como lo es el Departamento de Revisión Técnica de Vehículos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, efectivamente contraviene los antedichos fines y propósitos, constitucionalmente garantizados...”; pero ahora no sólo será una sino una multitud de dependencias públicas, tiendas y locales comerciales, incluso zonas “VIP”, todo tipo de locales y distintas agrupaciones tendrán su sede ahí, alterando para siempre el entorno del parque. La Sala también protegió La Sabana en el Recurso de Amparo planteado frente al ICODER y resuelto mediante sentencia N°2001-3967 de las dieciséis horas veintinueve minutos del quince de mayo del dos mil uno, donde consideró que “La Sabana es un bien demanial que está por ley- al servicio de objetivos muy específicos como la 46 recreación, el disfrute de los paisajes escénicos y la conservación del ambiente en beneficio de todos.” Y que“…la Dirección recurrida y en general el Estado debe respetar y velar por el acatamiento de esa normativa, pues no debe obviarse que hoy más que antes el acelerado desarrollo urbano ha generado la necesidad de que se creen y protejan amplias zonas verdes que sirvan no solo como "pulmones de las ciudades" y con ello se proteja el medio ambiente, sino que además sirvan para el esparcimiento y la práctica de los deportes por parte de niños y adultos, quienes usualmente en unión familiar disfrutan de ellos, motivo por el cual deben tener particular tutela del Estado costarricense, en tanto contribuyen al cumplimiento de sus fines y a la tutela de los derechos fundamentales de la población en general.” Impidiéndole ahí al ICODER cerrar nuevos espacios de cobro en La Sabana. Por tanto, a la luz de la jurisprudencia constitucional, ni siquiera por la mejora de instalaciones previas cabe extender la zona ocupada por las instalaciones que por mera tolerancia 47 existían ahí, porque eso implica DISMINUIR LA ZONA DE PARQUE Y SATISFACCIÓN PROTECCIÓN DE UN DESTINADO AMBIENTE A SANO LA Y ECOLÓGICAMENTE EQUILIBRADO, PARA CERRAR EL LIBRE TRÁNSITO DE PERSONAS, QUIENES SOLO PODRÍAN HACER USO DEL ESPACIO PREVIO PAGO, y eso desvirtúa totalmente la afectación del bien y el deseo de su donador, que es precisamente la recreación gratuita de TODAS las personas y la protección ambiental. Con esto también, como apuntaba Don Rodolfo Piza Escalante, se violenta el elemental principio de buena fe que esta Sala ha declarado que rige las relaciones entre la administración y los administrados (Cfr. voto 6072-93 de las nueve horas treinta y nueve minutos del diecinueve de noviembre de mil novecientos noventa y tres y sentencias números 640-93 de las 16:42 hrs. del 8 de febrero de 1993 y 2866-93 de las 10:48 hrs., del 18 de junio de 1993); porque se cercena del parque una zona confiada por su donador al Estado, violando arbitrariamente su destino y la voluntad del donador. Para comprobar esto basta preguntarse que 48 pensaría el padre Chapuí si le dijeran que en el “Llano de La Sabana” hay zonas “VIP”. Con su excepcional lucidez, la nota del magistrado Rodolfo Piza Escalante - al citado voto 8743-97- , nos termina de aclarar el panorama de este caso, explicitado en todo caso en el voto: “He concurrido en el voto de la Sala en cuanto considero que, efectivamente, la excepción que en el proyecto de ley se intenta para autorizar la ampliación del edificio ahora destinado al Museo de Arte Costarricense cercena, aunque sea en un área modesta, el espacio del Parque de La Sabana que es ya uno de los poquísimos pulmones que le quedan a la ciudad de San José, así como de los poquísimos lugares de recreación y deporte al alcance de todas las personas. Pero quiero agregar algunas observaciones de carácter general que me parecen involucradas en este asunto y que quizás podrán contribuir a que se tenga mejor conciencia sobre un problema de la mayor importancia en el Estado Democrático de Derecho, como es el de la subordinación de los actos y normas especiales incluso respecto de normas de igual rango que definen regímenes de carácter general. 49 En efecto, uno de los principios de hermeneutica que ya han comenzado a superarse en el Derecho Público contemporáneo, es, precisamente, el de que "la ley especial deroga la general" ("lex specialis derogat generalis") con sus corolarios de que "la ley posterior general no deroga las anteriores especiales" ("lex posterior generalis non derogat priori speciali") y de que, en consecuencia, entre normas de igual rango prevalece la más concreta o especial, sea anterior, sea posterior. Por el contrario, hoy, con la consagración constitucional de otros principios como los de la buena fe y de no derogación singular de reglamentos o normas generales, se reconoce universalmente que también el Parlamento esta atado por sus propias normas anteriores que establecen regímenes de carácter general, de las cuales no puede separarse en caso concretos o normas especiales cuando estas alteran o violentan gravemente el dicho régimen general. En este sentido, las normas generales que cita la sentencia le fijaron claramente al Parque de La Sabana un destino de dominio público y de uso común para el deporte y la recreación, incluso prohibiendo expresamente construcciones o espacios cerrados vedados al acceso al público gratuitamente y sin límites para fines de recreación o de deporte, que, además, coinciden con la necesidad, cada vez mayor, de promover y proteger un ambiente sano y 50 equilibrado; de manera que, en este primer sentido, yo añado a las razones de mis compañeros de Tribunal, las de las necesaria subordinación de la Asamblea Legislativa a los propios regímenes generales por ella establecidas... sin que esto implique, por supuesto, que yo le niegue la potestad de reformar esos regímenes generales, sino sólo de apartarse de ellos sin reformarlos en sí mismos. Por otra parte, también debo agregar otra consideración que la sentencia solamente menciona de soslayo: la buena fe y el respeto debido a la disponibilidad que tiene, en general, el propietario sobre sus bienes de dominio privado, no permite reconocerle al Estado un poder que no se reconocería al donatario particular, de alterar arbitrariamente la voluntad de su donante: la verdad es que el "Llano de La Sabana" fue, más que donado, confiado al Estado por su propietario original, el Presbítero Antonio Chapuí Torres, para ser destinado al uso común de los habitantes de San José. Ciertamente, hay que reconocer al donatario Estado o particular, por igual-, una cierta discrecionalidad en el cumplimiento de la voluntad del donante, discrecionalidad en la medida en que resulte claramente irrazonable o contrario a los propósitos del donador apegarse al destino textual que éste le diera en otro tiempo y circunstancias; 51 en este sentido, no se puede pretender que el Estado, como donatario del Llano de La Sabana, tenía que mantenerlo, a finales del siglo XX con el destino literal que le dio el padre Chapuí doscientos años antes, de servir para que los habitantes pobres de San José pastaran sus ganados gratuitamente en él; pero creo que, evidentemente, la voluntad del donador, después de haber sido violada por muchos años, ha comenzado a respetarse al destinar la propiedad a un parque para la recreación gratuita de todas las personas, lo cual implica, prácticamente de los pobres que tánto preocupaban al Sacerdote benefactor; pero seguirle cercenando ese destino, como se ha venido haciendo mediante leyes y actos de excepción, cada vez "por una sola vez y sin que sirve de precedente", como se hizo cuando se estableció allí el viejo Aeropuerto Internacional, o cuando se autorizó el establecimiento del Liceo Dobles Segreda, o aun cuando se construyeron el Estadio y Gimnasio Nacionales como espacios cerrados y de cobro; o cuando al Ministerio de Obras Públicas se le ocurrió arrancarle un pedazo para ampliar las vías, que de otro modo debían haberlo sido mediante expropiación de propiedades aledañas. En resumen, la tesis de que el Estado sí pueda hacer lo que no podría un donatario particular, alterando la voluntad del donador, además de 52 estatista y, por ende, autocrática -por no decir despótica-, amén de antidemocrática debería conducir a que se aconseje a los particulares, como les aconsejo yo, que nunca cometan la torpeza de donar sus propiedades al Estado, aunque sea con el más puro de los propósitos de bien común, porque algún día, incluso con la bendición de muchos, el Estado los va a defraudar haciendo lo que le venga en gana al gobernante o al legislador de turno. R. E. Piza E.” (NOTA DEL MAGISTRADO PIZA ESCALANTE, QUE INTEGRA EL VOTO 8743-97 DE LAS 18:51 HRS. DEL 23 DE DICIEMBRE DE 1997). Por tanto, a la luz del régimen particular de afectación de la zona del Parque Metropolitano de La Sabana, la ampliación del área del Estadio Nacional como espacio cerrado y de cobro, y la consiguiente disminución de la zona de protección y disfrute público, no es compatible con la recreación gratuita de todas las personas y el régimen de protección reforzado de La Sabana, ya que, es evidente que no todos podrán ingresar, sino solamente quienes puedan 53 pagar el precio de las entradas y que el área del Estadio se extenderá mucho más de lo que anteriormente ocupaba, dejando sin sentido a La Sabana, y convirtiéndola mas bien en tributaria del Estadio. Mucho menos cabe construir semejante cosa ahí sin estudio de impacto ambiental o vial ninguno, porque esto, en sí mismo, es la más gruesa de las arbitrariedades y violaciones al parque – bosque de La Sabana y al ambiente urbano de la zona en general. Por tanto, se desvirtúa el régimen de afectación legal que ni siquiera mediante ley especial podría ser evadido, mucho menos por acto de la administración. En efecto, la construcción del nuevo Estadio Nacional en La Sabana, es INCONSTITUCIONAL e ILEGAL por oponerse a la afectación especial de la zona en que se piensa ubicar el Estadio. Pero además la violación se consuma y se agrava por la irrazonabilidad e irracionalidad suprema que es ubicar el estadio ahí porque, como dijimos, provocará en el centro de la ciudad congestionamientos viales monumentales y un 54 aumento de la basura, el ruido y la inseguridad, molestias todas que se suman a la ampliación del espacio ocupado por el antiguo recinto se extenderán por toda La Sabana, y no sólo destruirán el concepto de parque – bosque, sino que afectarán negativamente todo el entorno urbano de la zona. Asimismo, constituiría un evidente absurdo y una pérdida de dinero porque, dado que además de ser inviable para los deportistas por las razones de acceso ya indicados, se hace en un terreno inalienable y vinculado a un fin concreto que esta Sala ya ha declarado en forma reiterada, por lo que tendría necesariamente que derribarse después lo construido. Esta arbitrariedad es muy grave y constituye un caso clásico de amparo, por lo que se solicita la pronta intervención que sólo esta Sala puede cumplir, para así impedir que se consumen los efectos de la conducta amparada. 55 Además de lo anterior, que por sí solo justifica la evidente procedencia de este amparo, la Sala ha indicado como un principio inmerso en el Derecho de la Constitución que consagra derechos fundamentales para los ciudadanos y obligaciones para el Estado el que la Administración debe ajustar su actividad al principio general de razonabilidad y racionalidad de las normas y actos públicos (Cfr. los votos de la Sala Constitucional 1739-92, 3834-92, 3929-95, 3933-98 08858-98 y 5236-99 entre otros). Pues inmerso en el Derecho de la Constitución se encuentra lo que en la tradición se conoce como “debido proceso sustantivo” o sustancial –substantive due process of law-, que en realidad equivaldría sencillamente al principio de razonabilidad de las leyes, normas o actos públicos como requisito de su propia validez constitucional. Según el desarrollo que de este principio ha realizado la Sala Constitucional, dicha razonabilidad debe ser técnica, que es, en resumen, la proporcionalidad entre medios y fines; 56 razonabilidad jurídica, o la adecuación a la Constitución (formal y material y sus principios y valores supremos como son los de orden, paz, seguridad, salud, justicia, libertad, etc., como patrones de razonabilidad) en general, y muy en especial, a los derechos y libertades reconocidos o supuestos por ella; y finalmente, razonabilidad de los efectos sobre los derechos personales. Como ha dicho la Sala “[e]sa razonabilidad jurídica aparece cuando se bastantea el presupuesto fáctico de la norma con las consecuencias, prestaciones, deberes o facultades que ésta impone a sus destinatarios” (Sala Constitucional de la Corte Suprema de justicia, Sentencia Nº 3929-95 de las 15:24 horas del 18 de julio de 1995). Ubicar ahí el estadio, evidentemente iría en contra del principio de razonabilidad y su subprincipio de necesidad que obliga a elegir de entre varias interpretaciones aquélla que “afecte lo menos posible la esfera jurídica de la persona” (Cfr. Sala Constitucional votos 3933-98 y 523699). 57 Ninguna razonabilidad hay en la ubicación del proyecto en La Sabana, por el contrario, lo absurdo es aferrarse a la idea de construir tan descomunal coliseo en el centro de la ciudad y en un terreno inalienable, y consagrado por ley y constitución a un fin particular y muy determinado, de ser el pulmón de la ciudad y un espacio de gratuito esparcimiento de todos los habitantes. Como dijimos, solo falta que propongan volver a poner el aeropuerto ahí. En efecto, tanto por la violación a los derechos fundamentales de los recurrentes, como por el atentado que significa lo recurrido para el interés público en general, solicitamos que se declare CON LUGAR el presente recurso de amparo con las consecuencias de ley. D) PRUEBA 1. Publicaciones de la prensa donde consta el inminente inicio de las obras que se recurren. 58 2. Manifiesto de vecinos de La Sabana en apoyo de este amparo. 3. Reconocimiento judicial de esta Sala en el lugar de los hechos. E) PETITORIA Con base en lo dicho, solicito a esta Sala: 1) Que se le dé traslado del presente amparo al ICODER en la persona del Ing. Osvaldo Pandolfo Rímolo, Viceministro del Deporte y presidente del Consejo Nacional de Deportes, órgano superior, y del Director Administrativo ejecutor Lic. Jorge Muñoz Guillén, y se les prevenga expresamente que están en la obligación de contestar uno por uno los hechos del presente amparo, y que cualquier evasión se tendrá como contestación afirmativa. 2) Que como medida cautelar inmediata se suspenda de inmediato el inicio de las obras de construcción del 59 nuevo estadio nacional en La Sabana hasta tanto no se resuelva el presente recurso de amparo 3) Que una vez comprobados los hechos que sirven de base a este recurso se declare CON LUGAR el amparo interpuesto, y en consecuencia se prohiba realizar lo que se pretende. 4) Que por consiguiente se declare la violación de nuestros derechos constitucionales indicados supra. 5) Que con fundamento en lo dispuesto por el artículo 49, párrafo tercero de la Ley de la Jurisdicción Constitucional se ordene al recurrido respetar el área inalienable del parque de La Sabana, destinada por ley y constitución a servir de pulmón de la ciudad y al libre uso y disfrute de todos los habitantes. 6) Que por su evidente consciencia de la ilegalidad e ilicitud, ya que desde el año 2001 la PGR se los advirtió en dictamen vinculante, se condene en costas, daños y perjuicios, al ICODER y a los funcionarios recurridos solidariamente. 60 F) NOTIFICACIONES Señalamos como lugar para NOTIFICACIONES el Fax #2290-7452 o bien #2290-7313, dirigidos al interponiente y autenticante Lic. Juan José Sobrado Chaves, en el bufete LLMR&T. LAS DE LOS RECURRIDOS: En sus oficinas, ubicadas en el Gimnasio Nacional, dentro del Parque Metropolitano La Sabana, teléfonos 2284-8712, 22339318 y 2223-8507 (telefax). San José, 30 de setiembre del 2008. ___________________________________ GUIDO SAÉNZ GONZÁLEZ Cédula: ___________________________________ Dr. CLAUDIO GUTIÉRREZ CARRANZA Cédula: 61 ___________________________________ Licda. CECILIA VALVERDE BARRENECHEA Cédula: ___________________________________ Dr. ROYÉ MUÑOZ ZAMORA Cédula: ___________________________________ Lic. ALVAR ANTILLÓN SALAZAR Cédula: ___________________________________ Cédula Lic. Manuel Freer Jiménez ___________________________________ Dr. GONZALO FAJARDO SALAS Cédula: 62 ___________________________________ Cédula: Lic. RONALD ODIO HERNÁNDEZ __________________________________ Lic. JUAN JOSÉ SOBRADO CHAVES Por sí y autenticando