terminología

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TERMINOLOGÍA
Manuel Sevilla Muñoz
Elena Macías Otón
Módulo I
Introducción a la Terminología
Tema 1: Terminología
1.1. Definición de Terminología
1.2. Disciplinas relacionadas con la Terminología
Tema 2: Término y palabra
Tema 3: Características de los términos
Módulo I: Introducción a la Terminología
Tema 1: Terminología
1.1. Definición de Terminología
La Terminología es la ciencia que estudia y que permite llevar a cabo la
recopilación, la descripción y la presentación de términos, que son los
elementos léxicos utilizados en ámbitos especializados del conocimiento
(disciplinas o ramas de dichas disciplinas) y creados en esos ámbitos o
modificados a partir de elementos preexistentes en otros ámbitos.
•
•
•
Recopilación de términos: elaboración de listados de términos de una
determinada disciplina siguiendo una metodología preestablecida.
Descripción de términos: definición o definiciones de cada término (punto de
vista semántico) y descripción de los elementos que componen el término y
del proceso de formación del mismo (punto de vista morfológico).
Presentación de términos: elaboración de diccionarios.
La Terminología tiene aspectos comunes con la Lexicografía, pero las
diferencias entre la naturaleza de los objetos léxicos estudiados ha dado lugar
al desarrollo de sus propias teorías sobre los elementos léxicos de una lengua
y de una metodología fundamentada en dichas teorías, todo lo cual permite
considerar a la Terminología como una ciencia separada de la Lexicografía.
“Terminología” es una palabra polisémica que hace referencia a tres aspectos
distintos relacionados con la recopilación, la descripción y la presentación de
los términos:
•
•
•
Terminología como teoría: se trata de un conjunto de premisas, argumentos
y conclusiones sobre las relaciones entre los conceptos y las palabras
utilizadas para representarlos y la naturaleza de esas palabras.
Terminología como práctica: se trata de un conjunto de prácticas y métodos,
resultados de la aplicación de los aspectos teóricos, que permiten llevar a
cabo la recopilación, descripción y presentación de los términos de acuerdo
con unas recomendaciones y técnicas normalizadas y aceptadas
internacionalmente. Se trata en definitiva, del conjunto de actividades
conducentes a la elaboración de diccionarios especializados.
Terminología como vocabulario: se trata del conjunto estructurado de todas
las voces y expresiones utilizadas en una determinada ciencia, que resulta
de la aplicación de la teoría y la práctica terminológica; se podría decir que
una terminología, con este sentido, es un diccionario especializado,
entendiendo la especialización por la adscripción a una determinada
disciplina, un ámbito especializado del conocimiento, por lo que, en este
caso, la palabra “terminología” debe ir acompañada del nombre de la
ciencia cuyos términos se han recopilado (por ejemplo, terminología
química, terminología informática, terminología lingüística, etc.).
Hay autores que distinguen entre Terminología y Terminografía (de forma
paralela a la distinción entre Lexicología y Lexicografía), siendo la
Terminografía la técnica de componer “terminologías”, con el sentido de
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Módulo I: Introducción a la Terminología
“diccionarios especializados”, que vendría a coincidir con el segundo
significado comentado arriba. Para estos autores, entonces, la palabra
Terminología abarcaría el componente teórico y el resultado de aplicar la teoría
y la práctica terminológica (el diccionario especializado).
1.2. Disciplinas relacionadas con la Terminología
La Terminología es una ciencia en sí misma, con sus propias teorías sobre el
léxico especializado de una lengua y la metodología para tratarlo; no obstante,
adopta aspectos propios de otras ciencias:
•
Filosofía y Epistemología
De estas dos ciencias toma teorías sobre la manera en que se estructura el
conocimiento, la formación de conceptos, así como su representación y el
enunciado de definiciones, entre otros aspectos. En el caso concreto de la
Epistemología, toma la manera en que se organiza el conocimiento en cada
una de las disciplinas, cuya terminología se estudia, pues existe una estrecha
relación entre la organización de los conceptos científicos y la ordenación de
los términos utilizados para representar dichos conceptos.
•
Psicología
En relación con los procesos mentales de cada individuo, la Terminología toma
de esta ciencia teorías relacionadas con la percepción, la comprensión, la
comunicación, etc.
•
Lingüística
De esta ciencia, adopta teorías sobre el léxico y la manera en que se estructura
y se forma.
•
Lexicografía
De esta ciencia toma las teorías y metodologías para la ordenación y
descripción de las unidades léxicas para su presentación en diccionarios.
Sager (1993 22-24) reproduce la definición que la Asociación Internacional de
Terminología hace de esta ciencia en 1982 como afirmación de las relaciones
entre la Terminología y las materias comentadas anteriormente:
La terminología está relacionada con el estudio y uso de los sistemas de símbolos y
signos lingüísticos utilizados para la comunicación humana en áreas especializadas del
conocimiento y otras actividades. En primer lugar, es una disciplina lingüística,
interpretando la lingüística en el más amplio sentido, que hace especial hincapié en la
semántica (sistema de significados y conceptos) y en la pragmática. Es
interdisciplinaria en el sentido de que también toma conceptos y métodos de la
semiótica, la epistemología, la clasificación, etc. Está íntimamente ligada a aquellos
campos temáticos cuyo léxico describe y para los que sirve de ayuda en cuanto a la
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Módulo I: Introducción a la Terminología
ordenación y la utilización de las designaciones. Aunque en el pasado a la terminología
se la ha relacionado sobre todo con los aspectos léxicos de los lenguajes
especializados, su alcance se extiende a la sintaxis y la fonología. Respecto a su
aplicación, la terminología está relacionada con la lexicografía y utiliza las técnicas de
la ciencia de la información y la informática.
Los diccionarios especializados y los bancos terminológicos son los resultados
visibles de la Terminología y permiten que esta ciencia sea conocida desde los
más diversos ámbitos. Para la elaboración de dichos diccionarios y bancos, en
la actualidad, la Informática es una tecnología fundamental sobre la que se
apoya la Terminología. Los organismos de normalización también tienen gran
influencia en las metodologías aplicadas para esta labor de recopilación y
presentación de terminologías.
Bibliografía
CABRÉ, M.T. (1993): La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones,
Barcelona, Ed. Antártida.
GUTIÉRREZ RODILLA, B.M. (1998): La ciencia empieza en la palabra,
Capellades, Ediciones Península, S.A.
SAGER, J.C. (1993): Curso práctico sobre el procesamiento de la terminología,
Humanes, Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
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Módulo I: Introducción a la Terminología
Tema 2: término y palabra
En Terminología el “término” o la “unidad terminológica” es la unidad de
significado constituida por una palabra (término simple) o por varias palabras
(término complejo) y que designa un concepto de forma unívoca en un campo
temático particular (definición de la Oficina de la Lengua Francesa de Quebec).
Como podemos apreciar, el término es una “palabra especializada” en cuanto a
su significado y el ámbito de uso y se considera como tal desde el momento en
el que se encuentra en un “contexto” determinado en el que asume esa función
de “término”.
Los términos pueden ser unidades léxicas más o menos complejas, formadas
siguiendo distintos procesos, por ejemplo:
•
•
•
•
•
Ampliación del significado a partir de palabras del lenguaje general (por
ejemplo, una “horquilla” en terminología marítima es una “pieza en forma de
V sobre la que se apoya el remo en determinadas embarcaciones”).
Formación de un sintagma que actúa con un sentido único y especializado
(sensor de imagen).
Expresiones simbólicas, como los símbolos de elementos químicos (Na) o
las fórmulas químicas y matemáticas (H2SO4).
Siglas (PVC) y acrónimos (Frente Polisario, de Frente Popular de Liberación
de Saguía el Hamra y Río de Oro).
Nombres de cargos, organismos o entidades administrativas (Organización
de las Naciones Unidas, Presidente del Tribunal Supremo).
El límite entre palabra y término está en si se utiliza o no en un ámbito
especializado del conocimiento con un sentido especializado; por ello, para
reconocer un término hace falta tener cierto nivel de conocimientos
especializados (solo sabremos que “horquilla” es un término si conocemos la
terminología marítima). Las características de un texto en cuanto a su función
comunicativa, temática y grado de especialización, también facilita reconocer la
presencia de términos.
Para lograr una delimitación entre término y palabra, es importante conocer las
características de los términos en el lenguaje de especialidad. Según Gutiérrez
Rodilla (1998: 88-94) las características de los términos son la precisión, la
neutralidad emocional y la estabilidad en el tiempo. Por lo que, si tomamos
como ejemplo “aplasia”, comprobamos que es un término médico que designa
“una carencia total o parcial de un órgano”; es monosémico porque solo posee
un significado tanto en el Diccionario de la Lengua Española como en los
diccionarios médicos especializados, lo que implica precisión; es neutro
emocionalmente, carece de toda connotación emocional; y, por último, es
estable en el tiempo, lo cual se puede comprobar a través de la gran variedad
de documentos científicos en los que se utiliza con el mismo significado.
Existen diferencias en el empleo que se hace de los términos en función de los
niveles del discurso. La densidad terminológica, es decir, la cantidad de
términos que aparecen en un texto, estará condicionada por el tipo de discurso:
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Módulo I: Introducción a la Terminología
•
•
•
Discurso especializado: dirigido a especialistas (existen distintos grados de
especialización).
Discurso didáctico: destinado a la formación.
Discurso divulgativo: enfocado hacia el público general.
El número de términos utilizados va a ser muy diferente entre estos tres tipos
de discurso. Los niveles de competencia en cuanto a la temática tratada en las
producciones lingüísticas se reflejarán en el mayor o menor uso de
terminologías específicas (Condamines, 1993). De este modo, la comunicación
especializada requiere que la terminología se adapte a cada género discursivo,
el cual viene determinado por la cantidad de información compartida entre
emisor y receptor y la finalidad del texto (Marinkovich, 2006).
La densidad terminológica y el grado de especialización de los términos de un
texto dependerán, a fin de cuentas, de la formación de los destinatarios del
texto y de la finalidad de ese texto. No encontraremos el mismo número de
términos ni el mismo grado de especialización en el contenido del Título I del
Libro II del Código Penal español (Del homicidio y sus formas) y en una noticia
de un periódico en la que se relata un homicidio.
Bibliografía
CONDAMINES, A. (1993). “Un exemple d’utilisation de connaissances de
sémantique lexicale”, Cahiers de Lexicologie, 1, 25-65.
GUTIÉRREZ RODILLA, B.M. (1998): La ciencia empieza en la palabra,
Capellades, Ediciones Península, S.A.
MARINKOVICH, J. (2008): “Palabra y término: ¿Diferenciación o
complementación? Discurso de incorporación a la Academia Chilena de la
Lengua, como Miembro Correspondiente por Valparaíso, 20 de octubre,
2006”, Revista Signos, 41(67), p.119-126.
TUTORIAL PAVEL DE TERMINOLOGÍA, Oficina de Traducciones del Gobierno
de Canadá, 2008.
http://termiumplus.gc.ca/didacticiel_tutorial/espanol/lecon1/page1_2_4_s.htm
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Módulo I: Introducción a la Terminología
Tema 3: Características de los términos
La realidad que nos rodea está formada por multitud de objetos que
observamos o simplemente vemos. La mente humana es capaz de percibir
esos objetos y de formar una imagen conceptual que permite recrear el objeto
aunque no esté en nuestro campo sensorial. En la comunicación humana, se
hace necesario representar ese objeto-concepto mediante una representación
material y materializable por los medios que el hombre tiene a su alcance. En el
lenguaje verbal, esa representación es la palabra, ya sea oral o escrita, y el
término si se trata de una comunicación especializada.
De esta manera, el término, igual que cualquier otra palabra, es un signo con
una triple dimensión:
•
•
•
Lingüística: el significante (el aspecto formal del término).
Cognitiva: el significado del concepto representado por el término.
Ontológica: el referente, el objeto de la realidad que se desea nombrar.
Estas tres dimensiones proporcionan tres aspectos de los términos:
• Dimensión lingüística – aspecto simbólico: Hace referencia al término
entendido como un signo que representa un objeto, un referente.
• Dimensión cognitiva – aspecto conceptual: en relación con el concepto por
el cual la mente humana retiene un referente.
• Dimensión ontológica – aspecto referencial: el referente en sí que se desea
nombrar y comprender.
Dimensiones de un término
cognitiva
lingüística
ontológica
concepto
término
referente
conceptual
simbólico
referencial
Aspectos de un término
A estas tres dimensiones cabe añadir una cuarta, implícita en el comienzo de
este apartado, la dimensión comunicativa (asociada a un aspecto discursivo),
según la cual los términos se insertan en el discurso con el objeto de formar
parte del mensaje producido en un acto comunicativo. Desde este punto de
vista comunicativo, el emisor del mensaje, el autor del texto, utiliza cada
término con un único significado, ya sea el propio del término, el que elige entre
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Módulo I: Introducción a la Terminología
los distintos conceptos y referentes representados por un único término
polisémico o un significado alterado, modificado o adulterado que el autor
asigna a un término de forma accidental (por desconocimiento, quizá) o
consciente (en un uso particular del lenguaje y la terminología con fines
concretos).
El equilibrio en las relaciones entre las distintas dimensiones y aspectos,
determina las características de cada término, pero no todos los términos
comparten el mismo nivel relacional, por lo que las propiedades asignadas a
los términos en su conjunto son más una tendencia, un deseo de sus
productores y usuarios que una realidad. Estas propiedades son, según
Gutiérrez Rodilla (1998: 88-94), precisión, neutralidad emocional y estabilidad.
Precisión
Que un término sea preciso implica que la dimensión comunicativa es
inalterable, es decir, que su significado no depende del contexto, del discurso
en el que se inserta, ni del productor ni del emisor del mensaje ni de ningún
otro factor del acto comunicativo, lo que sí ocurre en la comunicación estándar.
Para que los términos sean realmente precisos, deben cumplir tres
condiciones, según Gutiérrez Rodilla:
•
•
•
Que su significado esté delimitado de antemano.
Que tal significado sea monosémico y no cuente con sinónimos.
Que la relación que se establezca entre los términos dentro del sistema sea
la misma que se establezca entre los conceptos.
Como podemos observar, estas tres condiciones hacen referencia a la
inalterabilidad de la dimensión cognitiva. Esa dimensión sí puede alterarse en
otros ámbitos de la comunicación por motivos emocionales, quizá para suavizar
el contenido o la intencionalidad de un mensaje, pero en un texto
especializado, la imprecisión terminológica se asocia, por parte de los
especialistas, a la imprecisión conceptual.
Veamos a continuación cada una de estas condiciones.
•
Que su significado esté delimitado de antemano.
Para delimitar el significado de un término, se debe enunciar una definición que
relacione el término con el concepto y permita compararlo con otros términos
ya existentes y definidos con el objeto de establecer diferencias.
En el registro estándar las palabras también cuentan con sus definiciones, pero
el significado de las palabras se puede alterar en una comunicación normal
para introducir la emotividad, expresividad, creatividad de los interlocutores.
Esto no debería ocurrir con los términos empleados en una comunicación
especializada, pues la finalidad principal de esa comunicación es, en general la
transmisión de una información objetiva que no debe verse alterada por
emotividad, expresividad ni creatividad alguna. Decimos en general porque hay
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Módulo I: Introducción a la Terminología
casos de comunicación especializada en los que sí aparecen otros fines,
además de la transmisión de información, como puede ser el caso de los
anuncios publicitarios en medios especializados (por ejemplo, el anuncio de
una máquina que aparece en una revista de un sector productivo concreto
dirigida a especialistas; la finalidad del anuncio es convencer al receptor del
mensaje de las bondades de la máquina para comprarla).
•
Que tal significado sea monosémico y no cuente con sinónimos.
La monosemia implica que un término tiene un solo significado, que representa
a un solo concepto; si a la monosemia de un término le sumamos la falta de
sinónimos, tenemos una relación de univocidad entre concepto y término, que
conduce a la precisión. Esta univocidad es más propia de los términos en una
comunicación especializada que del registro estándar, en el que abundan las
polisemias y las sinonimias.
Es posible que un término sea monosémico en el ámbito de una ciencia
determinada, pero que también tenga otros significados en otras ciencias y en
el registro estándar. Si el término es monosémico y carece de sinónimos en un
campo determinado, se considera que hay una relación de univocidad en ese
campo.
•
Que la relación que se establezca entre los términos dentro del sistema sea
la misma que se establezca entre los conceptos.
Los términos representan unos conceptos que están relacionados entre sí,
dentro del ámbito de una ciencia, en función de las características propias de
esos conceptos (sin son teoremas matemáticos, sin son tipos de leyes, si son
partes del cuerpo humano, etc.). Cada ciencia establece una ordenación de los
conceptos que estudia, de modo que se generan relaciones jerárquicas o de
cualquier otro tipo entre ellos; los términos, que son imágenes de esos
conceptos, también guardan entre sí las mismas relaciones y, en consecuencia
encontramos hiperónimos, hipónimos, cohipónimos.
En la lengua común no encontramos esas relaciones lógicas entre palabras.
Por ejemplo en el registro estándar se distingue entre ternero/a, vaca, toro y
buey, que para un zoólogo no son sino ejemplares de una misma especie
animal, Bos bovis, sin importar el género o la edad.
Neutralidad emocional
El uso de los términos debe estar libre de componentes afectivos, personales o
subjetivos que sí se observa en el registro estándar. Esos componentes
afectan al contenido conceptual de la información que se transmite, lo que
altera el mensaje y entorpece la comunicación; sólo si emisor y receptor fueran
conocedores de los componentes emocionales utilizados, la comunicación se
establecería correctamente. En los ámbitos especializados, la contaminación
emocional del discurso es rechazada tajantemente.
La neutralidad emocional de las terminologías se difumina en la medida en que
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Módulo I: Introducción a la Terminología
las ciencias sobrepasan el ámbito especializado y algunos términos comienzan
a usarse en el lenguaje común. Así, “parásito”, término de la Biología utilizado
para nombrar un animal o vegetal que vive a costa de otro, alimentándose de
él, tiene en el registro estándar el sentido de una persona que vive a costa de
los demás desde un punto de vista socio-económico. Del mismo modo, en
Psicología, “histérico” es la persona que sufre de “histeria”, una enfermedad
nerviosa, mientras que en la lengua común se llega a utilizar como insulto.
Estabilidad
La estabilidad hace referencia a la validez de un término (con su concepto y
referente) a lo largo del tiempo. Esta pretendida estabilidad no siempre se
consigue, pues, a medida que se investiga y avanza el conocimiento, se
modifican los conceptos y, en consecuencia, el significado de los términos e,
incluso, su desaparición.
Puede ocurrir que, con el tiempo, dos grupos de investigación acuñen dos
terminologías diferentes, ya sean de nueva formación o modificando una
preexistente; la utilización de una u otra terminología, implica la adhesión a una
de las corrientes investigadoras, lo que afecta a la neutralidad de los términos.
Gutiérrez Rodilla aporta el siguiente ejemplo al respecto:
Sirva como ejemplo la oposición que existió entre los términos calórico/calor. Este
problema desencadenó ríos de tinta en el paso del siglo XVIII al XIX. El uso de calórico
(teoría sustancial) corresponde a una opción: los fenómenos térmicos son la
manifestación de una sustancia, de un fluido. Por ejemplo, luz calórica que, con
anterioridad se había denominado calor latente o materia del calor. La vuelta a la
utilización del término calor corresponde al abandono de la tesis sustancialista debida,
sobre todo, a la obra de los ingenieros J. Fourier, Théorie analytique de la chaleur
(1822), E. Clapeyron, Mémoire sur la puissance motrice de la chaleur (1834). La
elección de una palabra no es, pues, neutra.
Bibliografía
CABRÉ, M.T. (1993): La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones,
Barcelona, Ed. Antártida.
GUTIÉRREZ RODILLA, B.M. (1998): La ciencia empieza en la palabra,
Capellades, Ediciones Península, S.A.
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