Premiamos a dos destacados académicos, que desde sus

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“Premiamos a dos destacados
académicos, que desde sus
disciplinas están llevando
adelante fielmente la misión
de la Universidad”
Estimadas y estimados:
El tránsito para llegar a una universidad pública compleja y
completa pasa por el reconocimiento a los que hacen posible el
cumplimento de su misión. En esta oportunidad, a los que por
su esfuerzo y conformación de equipos están contribuyendo a la
creación de conocimiento y a la formación de estudiantes. En
efecto, este es la séptima versión de los reconocimientos en
investigación que entrega la universidad, esta vez en
investigación aplicada y tecnologías.
La construcción de universidad se basa en el concepto primario
de transmisión del conocimiento, de aquel conocimiento
universal que el ser humano ha ido atesorando desde el inicio
de la humanidad.
Las universidades se crearon para eso, en el Medio-Oriente
antiguo y en el renacimiento de Boloña. Para formar a los
estudiantes que acudían a las aulas, el maestro debía
autoformarse, recibir o recabar de otros más avezados el
conocimiento acumulado, desde Aristóteles, Tolomeo o Giordano
Bruno.
Con la invención del método científico, y la observación y
experimentación como su base de sustentación, la ciencia
comienza a ocupar un lugar en la búsqueda del conocimiento y
se separa del mito y las creencias. Los maestros así saben si
sus hipótesis pueden ser comprobadas…o no, transformándolas,
por esa vía, en nuevo conocimiento validado que puede ser
transmitido o enseñado. El circuito, independiente del área
del conocimiento, ciencias sociales, exactas o naturales, se
repite incasablemente: observación- hipótesis-experimentaciónvalidación-transmisión…y nuevas hipótesis.
En
la
universidad
contemporánea,
los
maestros
son
los
académicos que forman y enseñan; descubren, reflexionan,
estudian y demuestran, adecuándose a los tiempos y a las
demandas del entorno. Aparece luego un nuevo desafío, la
aplicación de las ciencias, la tecnología, la transferencia
hacia el medio, hacia quien pueda aprovechar ese conocimiento
con un sentido de utilidad, sean empresas, sociedad civil o
sector público. La tercera misión de la universidad. Y ahora,
la innovación de base científica.
La universidad del Bío-Bío se inscribe en esta lógica, la de
universidad pública formadora, generadora y transmisora de
conocimiento con fuerte vinculación con su entorno, con roles
establecidos para sus académicos, funcionarios y estudiantes.
El maestro, el estudiante y el fundamental apoyo de su equipo.
Una universidad inclusiva, tolerante, de deberes y derechos,
de libertad de cátedra y jerarquizada es imprescindible para
la libertad del conocimiento.
En tiempos de cambio, de reformas, de cuestionamiento a la
educación pública, la esencia de la universidad no puede ser
cuestionada. La investigación se basa en la libertad académica
y de pensamiento, en el respeto de las ideas y de los espacios
donde ejercerlos. En democracia, no resulta creíble usar
cualquier medio para obtener un fin, por muy loable que este
sea.
Esta tarde, siento que recuperamos una vez más el sentido del
maestro. Premiamos a dos destacados académicos, que desde sus
disciplinas están llevando adelante fielmente la misión de la
universidad: formación, investigación y vinculación. Los
doctores Ariel Bobadilla y Cristian Durán.
Podemos sentirnos orgullosos. La esencia de la universidad
está presente aquí.
Muchas gracias,
Dr. Mario Ramos Maldonado, Director General de Investigación,
Desarrollo e innovación de la Universidad del Bío-Bío
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