Tobillera estabilizadora con cierre de cordonera

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Farmacia práctica
FICHAS DE ORTOPEDIA
Tobillera estabilizadora con cierre
de cordonera
Los esguinces de tobillo se pueden producir durante las actividades de la vida diaria y, sobre
todo, durante la práctica deportiva. Su tratamiento se complementa muchas veces con el
uso de tobilleras que estabilizan y controlan los movimientos de la articulación del tobillo.
Uno de estos dispositivos ortésicos es la llamada tobillera antiesguinces, que incorpora un
cierre de cordonera (fig. 1). En esta ficha describiremos las características y la adaptación de
esta tobillera para que cumpla correctamente su función.
l esguince de tobillo (fig. 2) es una lesión que causa
la alteración en la estructura de los ligamentos del
tobillo, generalmente de la parte lateral del mismo, como consecuencia de una sobrecarga en la zona articular
que hace tensar en exceso esos ligamentos, desgarrándolos o distendiéndolos más de lo normal.
E
Clasificación de los esguinces
de tobillo
Los esguinces se clasifican en varios tipos, en función
del daño en los ligamentos, que produce una dismi-
nución funcional más o menos acusada de la articulación del tobillo:
• Esguinces de primer grado (fig. 3). Se producen
como consecuencia de la distensión de los ligamentos que unen los huesos del tobillo. La hinchazón
es mínima y no hay laxitud articular asociada. El
tiempo de recuperación es corto y el paciente
puede comenzar la actividad deportiva en dos o tres
semanas.
• Esguinces de segundo grado (fig. 4). Los ligamentos experimentan un desgarro o ruptura parcial,
con hinchazón inmediata y sensación dolorosa al
tacto. Puedem estar afectadas estructuras anexas
Esguince
de tobillo
Fig. 1. Tobillera estabilizadora
con cordonera.
Hinchazón, inflamación
y hematoma del tobillo
Daño a los
ligamentos
del tobillo
Fig. 2. Ligamentos externos y esguince de la articulación del tobillo.
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Fig. 3. Esguince de tobillo de grado I.
Fig. 4. Esguince de tobillo de grado II.
como la cápsula articular, lo que da lugar a la producción de edema en la zona. Suele ser necesario
un período de reposo de 3 a 6 semanas antes de
volver a la actividad normal.
• Esguinces de tercer grado (fig. 5). Son los más
graves. Consisten en la rotura completa de uno o
más ligamentos, pero no suele ser necesario recurrir a la cirugía para repararlos. El dolor es muy
intenso y existe una gran laxitud articular. Los
ligamentos tardan ocho semanas o más en cicatrizar.
Cuando se produce un esguince grave, es conveniente, tanto en el tratamiento como en la prevención de las recidivas, la colocación de ortesis de tobillo durante un tiempo prudencial. Una de estas ortesis es la tobillera estabilizadora con cierre de
cordonera.
Tratamiento y rehabilitación
El tratamiento clásico consiste en el reposo de la articulación del tobillo, la aplicación de hielo, la compresión con un vendaje funcional y la elevación del pie.
El objetivo principal es evitar la aparición de un edema tras la lesión. Para ello es muy importante aplicar
hielo en los primeros días, al mismo tiempo que se
coloca un vendaje compresivo que ayude a reducir el
edema. Si hay dolor en la deambulación, se tiene que
evitar apoyar el pie utilizando unos bastones ingleses.
En ocasiones, dependiendo del grado de afectación, es necesario colocar un yeso para prevenir daños
mayores y acelerar la cicatrización de los ligamentos
afectados. El médico suele prescribir un programa de
rehabilitación que disminuya la inflamación y fortalezca la musculatura del tobillo para conseguir una recuperación rápida de la actividad normal. Los movimientos de flexión y extensión y los ejercicios que
consisten en trazar círculos con el pie (hacia fuera y
hacia dentro), pueden ayudar a reducir la inflamación
y previenen la rigidez.
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Descripción y composición
de la tobillera
Se trata de un semibotín fabricado con material plástico (bresta, eskai) en su cara externa. El interior está
forrado con dos capas de satén de algodón. La ortesis
incorpora dos varillas espirales de distinta longitud
(140 x 6 mm y 160 x 6 mm) en la zona lateral y medial, colocadas de forma asimétrica para que no toquen los maleolos.
El semibotín se cierra con una cordonera que ajusta sobre una lengüeta en el empeine. La ortesis incorpora una cinta pronadora fabricada con material rígido que se ajusta con facilidad gracias a una baga niquelada de 50 mm.
Indicaciones
La tobillera estabilizadora es una ortesis funcional que
se utiliza cuando se pretende lograr una estabilización
eficaz de la articulación del tobillo. Por tanto, está indicada en los casos siguientes:
• Esguinces graves y de repetición.
• Como prevención en la práctica deportiva.
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Fig. 6. Movimiento de
flexoextensión permitido.
Fig. 8. Detalle de la adaptación
de la cincha pronadora.
Fig. 5. Esguince de tobillo de grado III.
Fig. 7. Colocación y adaptación de la tobillera estabilizadora con cordonera.
• Procesos postraumáticos de la articulación del tobillo.
• Inestabilidades e inflamación de la articulación del
tobillo.
Mecanismo de acción
El diseño de esta tobillera permite llevar a cabo la flexoextensión de la articulación de tobillo (fig. 6), pero
limita los movimientos medio-laterales, de modo que
se consigue una buena estabilización de esta articulación (en pronación), evitando los movimientos perjudiciales: supinación o inversión. Además, esta tobillera
recuerda las acciones que realiza un buen vendaje funcional, con la gran ventaja de ser una ortesis prefabricada lo que facila su colocación por parte del paciente.
Adaptación y colocación
• La tobillera, que enfunda el pie (fig. 7) y el tobillo, se
puede regular en su adaptación con una cordonera.
• En el antepié y en el tendón de Aquiles incorpora
una banda elástica.
• Para calzarla, el pie debe estar en posición neutra
(90º).
• La cordonera se ajusta firmemente de distal a proximal para evitar presiones a nivel de la garganta del
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tobillo que causarían edema distal. Para verificar
que está colocada correctamente es necesario hacer
una flexoextensión y comprobar que no existen
molestias o sobrepresiones.
• Para adaptar la cinta pronadora, el pie se sitúa en
talo-valgo (fig. 8): flexión dorsal más eversión. Se
coloca sin forzar la cinta, partiendo hacia el tendón
de Aquiles y rodeando la garganta del pie para fijar
en el pasador (borde externo del pie). ■
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