5.1. Los ingresos familiares Los ingresos de los agricultores a tiempo parcial son mayores que antes de iniciar la doble actividad, como es natural. Si la razón fundamental para iniciarla es obtener unos ingresos más altos, es normal que la nueva situación suponga una renta más elevada, mayores ingresos que poder dedicar al consumo o ahorro familiar. La doble actividad proporciona, además, una mayor seguridad en la renta, y en algunos países en que la Seguridad Social no cubre el sector agrario, la actividad externa como asalariado proporciona importantes servicios sociales propios del moderno estado del bienestar. En conjunto, la situación económica del agricultor a tiempo parcial mejora considerablemente y así lo reconocen todos los encuestados, prácticamente sin excepción. Es importante, sin embargo, constatar que para los ATP encuestasdos, la diferencia entre los ingresos actuales y los que recibían antes de iniciar su actividad exterior no es la variable relevante para la comparación. Indican claramente que si no hubiesen iniciado la ATP «hubieran tenido que hacer otra cosa, pues en la situación que estaban no podían seguir». Es decir, que les era absolutamente imperativo aumentar sus ingresos. La ATP constituye la alternativa que ellos han considerado más adecuada, pero de no iniciarla hubieran emprendido otras vías. 311 Por eso, incluso algunos de ellos de cierta edad consideraban que hubiera sido mejor si entonces hubieran abandonado totalmente el sector, alternativa que consideran no pueden tomar ahora, y a ella refieren la comparación. Esta forma de analizar el fenómeno era muy clara en los encuestados y, en nuestra opinión, proporciona información muy interesante sobre el proceso que gobierna la decisión sobre si iniciar o no la ATP. No se trata de ATP o continuación de la situación anterior, sino la ATP como una entre varias alternativas de cambio. Esto nos indica que realmente cuando se inicia la ATP en la mayor parte de los casos son especialmente los factores de «expulsión» los que fuerzan a actuar por encima de los factores «de estímulo» que cubrirían un papel más permisivo que de potenciación de la actuación directamente. Ayuda a entender también, por qué no hay muchos agricultores a dedicación exclusiva de pequeña^ dimensión. No pueden subsistir. En este sentido, está claro que la ^TP ayuda a retener la población en la agricultura. Solamente apoyándose en los ingresos externos pueden por un lado alcanzar los niveles de consumo socialmente necesarios y, por otro, adaptar sus explotaciones a los niveles de equipamiento necesarios en la actualidad. La importancia de los ingresos externos es tal que en la mayor parte de los casos se convierten en el sustento básico de la economía familiar, como se deduce del cuadro 5.1. Con la excepción del País Valenciano, puede verse que más de la mitad de los ATP obtienen de su actividad agrícola menos de una tercera parte de sus rentas, un cuarenta por ciento de ellos, menos del 20%, y son muy pocos los que obtienen de la agricultura más del 50% de sus ingresos. Con la ATP el ingreso externo pasa a ser el verdadero sustento básico de la economía familiar, aunque puedan percibirse algunas diferencias entre regiones, lo que responde a las diferentes combinaciones entre tipos de agricultura y tipos de actividad externa. Esta relación entre la posición relativa de los ingresos en las dos actividades es de gran importancia para poder evaluar la prioridad de actividades en el agricultor. Necesariamente, 312 ^ ^^o ^ g^ M o^n o, co v, o o ^ ^o ^ l0 ^ OO ^ 00 M Ol l0 gg M IM I I I^ I^ o^ ^ I^ I^ N ^ I^ ^ O O ^ ^ tp QO ^ O l0 u'7 u'f ^ b 01 u^ ^ I tD N ^ d^ ..._ M Ol ^+ ^O ^ O 0 ^ q j U M O N d^ -. ^ O--^ c" o á oó rn ^ rn^ ó m ^. ^ n1 h O^ ^ e-c ^ ^n ° I W CO O^n M d' I N O N N l0 M N u'f GO d^ I ^ 01 ao ^. h ^ _ ^M^I^I^ ti O N N N d^ ^^O --^ O N V. M ^ ..-i ~ ^ O ^ N M 01 ^f7 N^ O Q^ Ñ^ ^ N o^ O^ O O^ ^n O N N ^ ..-i N ^ N .. i ^ ..-^ ^ N d' N ..-i N 1 O CO 00 1^ ah Ql ... l0 O d^ ^ Ñ M 00 ^^ ^ N l0 ^^ M M M N N W M N ó^ O ^n tD d^ N O^ O d^ ^ O ^ I ^ N M N ^ M ^ ^ b •^ ^ `y ^ A U ^ a ^ ^ ^ T G = ^_^ ^ ; ^ -^ ^ ^ ^ ^ ^ -^ ^ fd ^ ^ L ^ ^ ^ .^ vl ^ E..^ ^w'^^áE-' ¢¢ ^ 313 si se produce la incompatibilidad entre ellas, será la agricultura la que resultará abandonada. Esto a pesar de que consultados los ATP sobre sus preferencias, el 50% manifestaban que si pudieran querrían ser sólo agricultores, frente al 16% que preferían únicamente la actividad exterior y el 30% que preferían continuar en la situación de doble actividad. En nuestro trabajo no hemos encontrado un solo ATP que indicara que en caso de conflicto abandonaría la actividad exterior. Necesariamente, se ven obligados a optar por ésta ante la menor importancia de los ingresos que obtienen de la agricultura. No debería considerarse, sin embargo, que estos ingresos tienen un carácter marginal. Son importantes para el ATP. No debe olvidarse que en la mayoría de las situaciones las actividades externas que ejercen los ATP son también actividades de baja cualificación y remuneración, que justamente permiten la reproducción de la fuerza del trabajo. Merced a los ingresos agrarios, los ATP pueden disfrutar de un nivel de vida un poco más elevado que el de los obreros industriales de su categoría y, al mismo tiempo, mejorar su patrimonio mediante el mantenimiento y desarrollo de la explotación agraria. En general, puede decirse que la ATP les permite aproximarse a los niveles de vida de los agricultores familiares con explotaciones mayores y de ingresos más elevados. Generalmente, no al ^anzan el nivel económico de éstos, pero la regularidad y seguridad de los ingresos externos, además de su nivel, les aproxima a aquéllos en su situación de conjunto. Por esto sería erróneo estimar que los ingresos provenientes de la agricultura son fácilmente ignorados. Después de todo, a ningún nivel de renta, pero sobre todo a bajos niveles de ingresos, un veinte o un treinta por ciento de éstos suelen ser despreciados. A estqs ingresos monetarios hay que añadir otros dos aspectos que aumentan la importancia de la agricultura en el nivel de vida del ATP. Por un lado, está el elemento vivienda. Las viviendas rurales, como es bien sabido, suelen ser espaciosas y situadas en lugares agradables. Cuando éstas son acon314 dicionadas con equipamiento moderno, constituyen hogares familiares extremadamente confortables. La transformación entre la vieja vivienda y la nueva puede lograrse con cantidades importantes, pero mucho menos elevadas que la compra de una nueva vivienda en la ciudad. Por lo que el ATP disfruta normalmente de viviendas más espaciosas y confortables que los trabajadores no agrarios de niveles similares. El segundo elemento se refiere al autoconsumo. Aunque en la actualidad la importancia de este respecto a la producción agraria es mínima e ignorable, en la totalidad de las explotaciones existe el huerto familiar, de dimensión muy reducida, pero que permite el suministro de muchos de los productos alimenticios de base para la dieta familiar. A esto hay que añadir algunos pollos y conejos que también existen en todas las explotaciones. Además de la disminución en el gasto familiar que esto implica, cada día más las familias de los agricultores valoran la calidad de estos productos que intentan sea la máxima (1). En un intento por evaluar la importancia que los ingresos de los demás miembros de la familia podían tener en la economía familiar, además de los de los cónyuges, quisimos obtener información sobre ello. Recuérdese que para muchos autores la ATP supone la consideración de la totalidad de la economía familiar como una unidad. Nosotros hemos explicado en el capítulo 2 por qué no lo consideramos así, pero quisimos indagar en la importancia de este tema. A tal efecto inquirimos sobre la importancia porcentual de los ingresos familiares que no fuesen debidos a los cónyuges de la pareja principal. Las respuestas obtenidas son muy fragmentarias y no permiten su utilización. No obstante, podemos señalar que indicaban que los ingresos no aportados por los cónyuges eran mínimos, excepto en el caso de Asturias/Cantabria, donde se considera(1) E ^ muy frecuente ya el caso de agricultores que no abonan ni tratan los productos para el consumo familiar con la misma intensidad ni los mismos tratamientos químicos que los de su producción para el mercado, con objeto de obtener alimentos más sanos. 315 ban importantes las pensiones de jubilación de los padres ancianos. En el resto de las regiones -siempre teniendo en cuenta la irregularidad de la información obtenida- una gran mayoría de familias señalaban que eran prácticamente ignorables los ingresos del resto de la familia. En la organización económica familiar los ATP tienden a no distinguir entre las dos fuentes de ingresos. Los ingresos familiares de los cónyuges se unen y se va disponiendo de ellos a medida que surgen las necesidades. En algunos casos, se nos ha manifestado que la familia trata de cubrir sus.gastos nor= males con los ingresos externos -especialmente en el caso de asalariados- y dedicar al ahorro los ingresos provenientes de la agricultura. En otras ocasiones se nos ha dicho que lo que se obtiene de la agricultura se reinvierte en la propia explotación agrícola, pero, en conjunto, no ha sido posible establecer líneas de actuación generalizables. Lo que sí han aumentado considerablemente a causa de la ATP. Señalaban que antes de la ATP no ahorraban nada, y que después de ésta «van juntando alguna cosa». Los ATP tienen, por tanto, cierta capacidad de acumulación. Es imposible evaluar su volumen, pero se percibe claramente al observar los gastos que han sido realizados en los últimos años. Cuestionados acerca del destino de sus ahorros, la información obtenida la presentamos en el cuadro 5.2. Los porcentajes se refieren al número de explotaciones en cada Región que han dedicado sus ahorros a los epígrafes que encabezan las columnas. Estos porcentajes indican claramente la distribución por los agricultores, del excedente de que disponen. Destaca la compra de bienes de consumo duraderos que han tenido lugar en todas las explotaciones. La compra de automóviles, la mejora de la vivienda y la compra de maquinaria siguen en orden de importancia. Sus volúmenes indican que en la mayoría de explotaciones se ha dedicado una parte del ahorro familiar a estos aspectos. De menor importancia ha sido la construcción y mejora de edificios e instalaciones que no alcanza a la mitad de las explotaciones, y todavía menor, la 316 y 0 M M 1^ N l0 C1 M M O ^^ Ql 01 ^ M lf7 I CO N N N ^ t0 ^--^ O it'f d^ O O O M ^ ^ M-^ 00 O1 O O^ N d` N N d` N N .? '^ p ^ O c0 O O O O O O O N CO CO [^ .^. O M O 00 d^ ^ O^ O^ t^ N l0 O^ 1^ ^ ti ^ .o ' ^ ^^ d^ t^ O O O^n ^--^ ^ O ^ ^ tD ^ d" ^ N Ñ^ d" W ti ,tl ti ^ ^ U ^ M M n O O O O O O N N l0 O l0 O n O M ^ 00 n O 01 N^ M l^ ^ ^ ^ tl ^ O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O q a ^ '^ a ^ ooooo^nmo_-• 01 t^ u^ tD M N^ O n ^D CO ^ ^ Q1 [^ t0 O^ ^ ^ ^ :o d ^ .á 4^ ^ ^a ^• ^. -° ^ ^ ^ ^ ^ ^v ^ ^^ ^^ `^ Q ^ ^z ^ ^ ^ ? ^ á ^ _° ^ ^ f^ .^C ^O ^ Vi y ^ aL,_y .° w ¢¢c3w^^a.E-^ 317 compra de tierra. A estos aspectos hay que añadir otros dos que aunque no computados aquí por su naturaleza, son, sin embargo, importantes en conexión con la disposición de los fondos familiares: por un lado, hay que señalar que prácticamente todos los agricultores tienen cartillas de ahorro en los establecimientos de crédito, y, por la otra, hay que considerar que la integración de procesos de producción de técnicas más complejas, con la utilización de inputs comerciales, ha supuesto un importante aumento de las necesidades de capital circulante que, en muchas ocasiones, ha podido cubrirse gracias al aumento de ingresos que supone la doble actividad. Nótese la importancia que en estos aspectos tiene el gasto realizado en adecuar las condiciones de vida a los standards más modernos. Los durables, el automóvil y la vivienda soñ los elementos principales que han absorbido el ahorro de los agricultores. Como ya anticipábamos en párrafos anteriores, estos elementos han permitido la adecuación de las viviendas de los agricultores a los niveles de los hogares urbanos, y la adopción de formas de vida -automóvil, electrodomésticos, televisores- mucho más próximas a las de éstos que en épocas anteriores. 5.2. Standard de vivienda y servicios domésticos Como acabamos de ver, éstos han sido dos de los epígrafes para la disposición de los ahorros familiares durante los últimos años. Las familias de los agricultores españoles, y no solamente los ATP, han realizado un gran esfuerzo durante este período para adecuar los niveles de su vivienda y servicios anejos a la misma con los de los sectores urbanos que también durante la misma época han experimentado una importante transformación. En el cuadro 5.3 indicamos el porcentaje ATP que viven en viviendas nuevas o renovadas y los que siguen viviendo en viejas, lo que nos dará otro índice sobre la importancia que este elemento ha tenido durante el último período: 318