MarÃ−a Carlota y Millaqueo El libro consta de tres relatos propios de la historia chilena, y los sucesos transcurridos entre españoles y mapuches, en ValparaÃ−so y sus alrededores; el primero MarÃ−a Carlota y Millaqueo, cuenta de la llegada de un español, don Francisco Cangas de Onis, un navegante aventurero que habÃ−a llegado a las costas del pacÃ−fico, quien al ver lo hermoso del paisaje se enamora del lugar, por lo que decide quedarse junto a su familia (esposa e hija); fue asÃ− como la pequeña MarÃ−a Carlota conoce a otros niños indÃ−genas compartiendo con ellos sus juegos, su idioma y costumbres uno de estos niños era Millaqueo. Los cuales con el paso del tiempo crecieron y se enamoraron lo que a sus padres no les agrado ya que desde antes tenÃ−an a MarÃ−a Carlota comprometida en matrimonio con un capitán español. Llegado el momento de la celebración del casamiento en la iglesia, unos indÃ−genas junto a Millaqueo secuestraron a MarÃ−a Carlota y nunca más volvieron a saber algo de ella. Años más tarde encuentran entre los indÃ−genas rasgos españoles. El segundo Baltasara, la niña duende del callejón de las hormigas: nos relata de la llegada de tÃ−a Violeta que viene a buscar a su sobrino Rodolfo para llevarlo a pasar las vacaciones a San Felipe, llegando al lugar pasan una serie de situaciones que por de pronto no tienen explicación alguna para Rodolfo y que poco a poco van tomando sentido cuando se entera del gran secreto que encierra el lugar, la aparición de una pequeña niña llamada Baltasara y sus cintas rojas y de quien tenga una de éstas se sentirá protegido y feliz. El tercer relato trata de Aillavilu, el niño halado de Rinconada de Silva; donde Gabriel y su padre viajan para restaurar el órgano de la iglesia del pueblo, fue en eso, cuando se encuentran en medio de una gran tormenta la cual hizo caer un viejo pino que tenÃ−a muchos años, en el que Peter Horn, un forastero se ofrece a tallar en el un crucifijo, pues tubo un sueño donde un ser con alas le dijo que debÃ−a cumplir una misión en ese lugar, fue asÃ− como subiendo hasta el monte empieza su trabajo, para lo cual el padre Victoriano dispone a su ahijado Osvaldo para llevar la comida de todos los dÃ−as a Peter, el que al regresar siempre solÃ−a contar una misma historia acerca de una aparición del espÃ−ritu de un niño halado Aillavilu el que podÃ−an ver si miraban el horizonte la figura de un águila con las alas extendidas, que acompañaba al forastero y al que lo veÃ−a hacÃ−a sentir tranquilo y feliz. Un dÃ−a Osvaldo empieza a enfermar por lo que Gabriel toma su lugar, al poco tiempo empieza a creer también en aquel espÃ−ritu que sólo algunos pueden ver, a terminar de ser tallado el crucifijo, y su padre de restaurar el órgano vuelven juntos a su hogar donde una tarde Gabriel siento un ruido en el torreón, donde al ver la figura del aquel águila recuerda las palabras de Osvaldo que le decÃ−an muy pronto sabrás de mi y donde quiera que este, voy a estar bien. 1