Líneas Guía Protección Niños y Adolescentes

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PAUTAS DEL MOVIMIENTO DE LOS FOCOLARES PARA PROMOVER
EL BIENESTAR Y LA PROTECCIÓN DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
(abril de 2014)
Normas internas para la promoción del bienestar de la infancia y adolescencia
Introducción
El Movimiento de los Focolares u Obra de María es una entidad internacional de
derecho pontificio1. Se basa en una espiritualidad centrada en el Evangelio, en el amor
cristiano como estilo de vida, y orienta sus fines hacia la realización de la unidad, así
como la construcción de la fraternidad universal2.
Es una asociación religiosa y civil compuesta por personas de varias culturas, idiomas, pueblo y religiones, presentes en todo el mundo.
Con sus secciones juveniles (en particular Gen 3, Gen 4, Chicos por un Mundo Unido) y a través de diversas actividades en favor de los niños y adolescentes, promueve la
formación integral de la persona reconocida en su propia identidad única e irrepetible.
El Movimiento de los Focolares considera a cada niño/niña y adolescente en su
dignidad y según la visión evangélica, tratando de desarrollar las capacidades espirituales
y humanas, y promover los aspectos positivos de cada uno. Las actividades que involucran a niños/niñas y adolescentes se inspiran en una pedagogía de la comunión, que
pone en el centro de la relación a la presencia de Jesús (cfr. Mt 18,20).
Además, acogiendo los principios proclamados por el Derecho Internacional en
materia de protección de niños/niñas y adolescentes, hace propio el compromiso de prevenir y evitar en el desarrollo de dichas actividades cualquier tipo de abuso hacia ellos,
adoptando en primer lugar las siguientes precauciones:
a) confiar los niños/niñas y adolescentes a personas responsables de sus acciones y comportamientos, comprometidas en la vida evangélica según la espiritualidad de comunión
del Movimiento, idóneas para estar junto a ellos (como se especifica en los criterios para
promover y salvaguardar el bienestar de niños/niñas y adolescentes en la Primera Parte
del Documento).
b) ofrecer y asegurar ambientes seguros a niños/niñas y adolescentes, donde se desarrollen actividades lúdicas y formativas, apropiados para la edad, sin presiones psicológicas y
donde dignidad y desarrollo sean respetados y preservados;
c) cultivar una cultura del respeto y estima, altruismo, protección de la libertad, igualdad,
dignidad y autonomía de todos los seres humanos.
Este documento debe aplicarse también a la protección de las personas con discapacidad.
Además, debe adaptarse a la legislación, a la cultura y a la praxis de los diferentes países.
1
El Movimiento de los Focolares es reconocido en muchas naciones, a través de entes nacionales. Estas pautas servirán como orientaciones para las comunidades del Movimiento presentes en los distintos países del mundo, donde los Centros nacionales se encargarán
de adaptarlas a las respectivas realidades culturales y jurídicas. De consecuencia, la Tercera Parte de este Documento, que concierne
los procedimientos jurídicos, se aplican, por cuanto posible, a las actividades y a los miembros del Movimiento en Italia.
2
Cfr. art. 6 de los Estatutos Generales de la Obra de María.
PRIMERA PARTE
Criterios para la promoción y protección del bienestar del niño/niña y adolescente
Dado que el interés principal del Movimiento de los Focolares es la promoción y
protección del bienestar global del niño/niña y adolescente este documento establece
brevemente líneas de una praxis ya en uso, y quiere inspirar cada vez más las actividades
del Movimiento con los niños/niñas y adolescentes.
De hecho, el Movimiento de los Focolares ha elaborado en algunos países algunas
líneas directrices, conforme a las disposiciones previstas por las leyes locales y/o
propuestas por las respectivas Conferencias episcopales, que son obligatorias para los
miembros del Movimiento en esas naciones.
A los adultos que pertenecen al Movimiento, elegidos para llevar a cabo actividades con los niños/niñas y adolescentes se requiere que hayan asistido a un curso preparatorio adecuado de por lo menos seis horas3, donde se profundiza el tema de la protección
de los niños/niñas y adolescentes según las líneas dadas por las autoridades eclesiásticas,
así como desde el punto de vista jurídico, psicológico, familiar. Se requiere también que
hayan firmado una declaración en la que afirman conocer y aplicar las normas de conducta relacionadas con niños/niñas y adolescentes. También deben declarar, bajo su propia
responsabilidad, no tener condenas por delitos contra la moral pública y familiar, y las
buenas costumbres.
Quienes llevan a cabo actividades con menores de edad deben ser elegidos por
la/el delegado/a de zona4, habiendo escuchado previamente la opinión del/la responsable del focolar o de la/del encargado del territorio 5 donde reside el niño/niña o adolescente. Estas personas se ocuparán de establecer una relación e involucrar, en cuanto sea
posible, a la familia del niño/niña o adolescente.
Las actividades que se relacionan con niños/niñas y adolescentes deben estar preparadas con una antelación razonable. Deben ser dadas a conocer en los focolares y en
las comunidades del Movimiento del territorio, en la forma y con los medios posibles y
apropiados, presentando un programa tentativo con los temas a tratar, y sobre los cuales
se informa también a los padres.
Para la seguridad y la eficacia comprobada del trabajo en equipo en las actividades para niños/niñas y adolescentes, es necesaria la presencia de por lo menos dos adultos. Cuando el grupo supera el número de ocho niños/niñas o adolescentes, se aumenta
gradualmente la presencia de adultos (dependiendo de las características del grupo y de
las actividades a realizar), en la proporción, posiblemente, de un adulto por cada ocho niños/niñas o adolescentes.
Ningún adulto se puede quedar solo con los niños/niñas o adolescentes, en lo posible ni siquiera para trasportarlos en un automóvil. En la medida de lo posible también,
3
En un cuadro de formación permanente, donde sea previsto sucesivos cursos de actualización bienales. La formación
permanente está prevista también para el/la responsable del focolar y los encargados de los territorios.
4
Por ‘zona’ se entiende la realidad de la Obra de María o Movimiento de los Focolares presente en un determinado territorio (cfr. art. 115 de los Estatutos generales)
5
Por territorio, en este Documento, se entiende el ámbito de la zona o parte de la misma en la que pueden estar pre sentes focolares o personas encargadas por estos.
se debe pedir a los padres que aseguren el transporte de sus hijos; y en caso de imposibi lidad se les debe pedir una autorización especial, aunque sea informal.
Los diálogos con niños/niñas o adolescentes deben ser llevados a cabo en espacios abiertos y accesibles.
Para el descanso nocturno es preferible utilizar ambientes grandes. En todos los
casos los adultos deben dormir en espacios diferentes al de los niños/niñas y adolescentes, aun si se encuentra garantizada una supervisión adecuada.
Los niños/niñas y adolescentes deben utilizar los baños y las duchas solos. Podrán
ser acompañados solamente en situaciones de emergencia o necesidad particular del
niño/niña o adolescente.
En el caso de que el niño/niña o adolescente no sea autosuficiente, se evaluará
con la familia una eventual ayuda necesaria.
Los padres deberán dejar una autorización anual por escrito permitiendo a los hijos la participación en las actividades preparadas para ellos 6. Si lo desean, pueden requerir más información acerca de los programas, y estar presentes con la debida discreción
en el desarrollo de esas actividades.
Si el asistente/animador7 percibe que el niño/niña o adolescente, al margen del
ámbito del Movimiento, está corriendo cualquier tipo de riesgo o peligro, o tiene fundadas razones para creer que haya un abuso sexual del mismo, está obligado a advertir a los
padres, con autorización del/la responsable del focolar, y previo a escuchar la opinión del
encargado/a zonal o territorial para la protección de niños y adolescentes.
Donde haya fundadas razones para creer que el abuso es cometido dentro de la
familia, con la autorización del/la responsable de focolar, previo a escuchar la opinión del
encargado/a zonal o territorial para la protección de niños y adolescentes, y consultado
un abogado, se debe denunciar el hecho a las autoridades competentes8.
Se debe prestar atención a la veracidad del relato de los hechos, evitando proceder con información sin fundamento y, por ende, difamatoria. De ninguna manera se
debe dañar la reputación de otras personas, resguardando lo más posible la confidencialidad.
Con respecto al comportamiento a seguir en el caso de los abusos cometidos por
miembros del Movimiento de los Focolares y/o en el curso de actividades realizadas dentro del Movimiento, se remite a la Segunda y Tercera parte del documento.
6
En caso de publicaciones de imágenes y experiencias de niños/niñas y adolescentes, los padres deberán redactar un
permiso expreso.
7
Los asistentes/animadores son adultos de la Obra de María, adecuados y formados y conocidos por el/la delegado/a
de la Obra en zona o por el/la responsable del focolar o territorio. Son elegidos con prudencia y en conformidad con las
leyes del lugar sobre la protección de la infancia (cfr. entre otros art. 50 del reglamento Gen4).
8
El encargado zonal o territorial para la Protección de los niños/niñas y adolescentes tendrá que tener en cuenta para
la protección de los niños/niñas y adolescentes la normativa de cada país.
Contenido de las actividades llevadas a cabo con niños/niñas y adolescentes.
En el caso en el cual - de acuerdo con los padres - se quiera profundizar en temas
de formación sexual y moral con pre adolescentes o adolescentes, se aconseja la participación de al menos dos adultos preparados para hablar sobre esos temas, y con competencia según la moral de la Iglesia católica.
Si en el curso de las actividades los asistentes/animadores notan comportamientos vergonzosos o violentos por parte de un niño/niña o adolescente, deben notificar inmediatamente a el/la responsable de focolar (o quien está encargado en el territorio), y
hablar de ello con sus padres.
No se admiten actitudes de contacto físico prolongado, castigo físico, presiones
psicológicas. Tampoco se permiten juegos de cualquier tipo de lucha, amontonamiento o
cualquier actividad que implique un contacto físico con las partes íntimas del cuerpo.
Las expresiones afectivas de saludo, acogida, felicitaciones, consuelo, etc., deben
ser consideradas según las distintas concepciones culturales.
Comisión Central para la Promoción del Bien-estar y la Tutela de menores (CO.BE.TU.) y Órgano de Vigilancia.
Para lograr el compromiso asumido por el Movimiento de los Focolares para promover el bien-estar y la protección de los niños/niñas y adolescentes, los delegados centrales, en nombre de la Presidente, constituirán una Comisión Central para promover el
bien-estar y la protección de niños/niñas y adolescentes (CO.BE.TU.), del que formarán
parte los responsables centrales para el aspecto "Vida física y naturaleza" y personas idóneas, con probada experiencia y prudencia 9, que en plena cooperación y estrecha colaboración con los responsables y los sectores que se dedican a la formación de los menores, pondrán en acción oportunas iniciativas encaminadas a la formación de las personas
que son miembros de la Obra, especialmente aquellos que llevan a cabo actividades con
menores.
La CO.BE.TU. además tendrá la tarea de ayudar a los encargados zonales o de territorio para la protección de los menores en el desempeño de las tareas asignadas en
casos de presunto abuso de menores.
Los mismos delegados centrales formarán un Órgano de vigilancia, formado por
tres personas, al menos una de ellas externa al Movimiento, con la tarea de verificar al
menos anualmente las actividades y el trabajo de la CO.BE.TU.
Los miembros de la CO.BE.TU. y el Órgano de Vigilancia tendrán un mandato de
tres años renovable por no más de 3 veces.
9
Se requiere una formación en el campo moral, médico, psicológico, pedagógico, jurídico.
Encargados zonales o de territorio para la protección de menores
Para el logro de los propósitos indicados en la introducción de este documento,
los delegados de la Obra en la zona y los responsables de las ciudadelas 10 darán la tarea a
dos personas, un hombre y una mujer, a elegirse entre los focolarinos y las focolarinas,
preferiblemente casados o entre otros miembros de la Obra, personas idóneas y de probada experiencia y prudencia, que llevarán a cabo su mandato en completa libertad y autonomía, en cooperación y estrecha colaboración con sus responsables y la CO.BE.TU.
Los encargados zonales podrán ser ayudados por otras personas expertas, incluso
externas a la Obra, y tendrán, además, la tarea - en caso de abusos sexuales a niños/niñas y adolescentes señalados en el ámbito territorial de la zona - de poner en marcha
una colaboración eficaz con los órganos y estructuras locales competentes del lugar destinados a la investigación de los hechos y la protección de los menores víctimas de abusos sexuales.
10
Por ciudadelas se entienden “Bocetos de ciudades modernas (…) donde los miembros de las varias vocaciones de la
Obra viven en forma estable” (art. 44 de los Estatutos Generales). Por la peculiaridad de las ciudadelas respecto a las
zonas se podrá proceder con una normativa especial que regule sus actividades específicas.
SEGUNDA PARTE
Aspectos de la legislación canónica
Esta segunda parte se desarrolla en dos partes. En la primera se tratará la legislación canónica identificando el concepto de abuso sexual de niños/niñas o adolescentes,
el tema del delito en sí mismo, los autores y los procedimientos establecidos 11.
En la segunda parte para cada persona perteneciente a la Obra de María se indicarán los
diferentes procedimientos a tener en cuenta considerando la situación jurídico-canónica
de los distintos miembros de la Obra.
Para el Código de Derecho Canónico de 1983
Abuso sexual de niños/niñas o adolescentes

¿Qué se entiende por abuso sexual de niños/niñas y adolescentes? Son actos externos que van en contra del sexto mandamiento, es decir, comportamientos sexuales
que involucran al menos dos personas, de las cuales una es niño/niña o adolescente. Se
trata de delitos y actos inmorales e ilícitos 12. Los comportamientos relacionados con el
abuso sexual pueden entrar en varias categorías: desde el exhibicionismo a la pornografía, desde la inducción del niño/niña o adolescente a la prostitución, al "turismo sexual",
y expresarse en diferentes formas de intimidad física. No es necesario un contacto físico
con la víctima para cometer abuso sexual, como en el caso de una conversación de carácter sexual por parte de un adulto que molesta a un niño/niña o adolescente, violando los
límites impuestos por el respeto13.
11
A todas las Conferencias Episcopales del mundo la Santa Sede ha pedido que preparen "Directrices" para tratar los
casos de abuso sexual de menores por parte de miembros del clero, de manera adecuada a las concretas situaciones en
las diferentes regiones del mundo. La Obra de María con este documento entiende ofrecer a sus miembros informacio nes, orientaciones y procedimientos para seguir cuando se conoce probables casos de abusos sexuales de niños/niñas y
adolescentes cometidos por sus miembros o en relación a niños/niñas y adolescentes que frecuentan el Movimiento.
12
Algunas Conferencias Episcopales han elegido afrontar el problema desde una perspectiva amplia, es decir, la del
abuso sexual en general. La definición más amplia es la de Bélgica, que se remite al código penal del Estado, y compren de «todas las formas de comportamiento verbal, no verbal o corporal de naturaleza sexual, que el culpable sabe o debería saber, que ofenden la dignidad humana». Otra normativa toma en consideración la relación pastoral. Las normas
de Suiza, afirman: «Cuando un agente pastoral comete abusos sexuales con personas que le piden consejo, o que tienen necesidad de ellos o dependen de ellos, se trata entonces de imposición o abuso sexual». La de Nueva Zelandia en tiende el abuso sexual solamente cuando es cometido por un clérigo dentro de una relación pastoral: comprendería
«toda forma de ataque, molestia sexual, u otra conducta de naturaleza sexual que es incoherente con los votos públicos
hechos por el sacerdote o religioso, o con la integridad de la relación entre el sacerdote o religioso y la persona en la
cura pastoral…». La norma de las Filipinas afirman que el desarrollo equivocado de la relación pastoral puede comprender actos físicos, puede comportar solo actos de comunicación verbal, o bien hacer regalos inapropiados, mostrar ma terial pornográfico, introducir conversaciones de tipo sexual, comentarios sugestivos, contar historias de abusos, experiencias, hacer propuestas sexuales.
13
La actividad sexual con niños pre púberes (generalmente de 13 años o más pequeños) se llama «pedofilia». Cuando
un adulto se siente atraído sexualmente hacia adolescentes en su fase de pubertad y siempre menor de edad, se habla
de «efebofilia». Esta terminología no es usada en los documentos legislativos de la Iglesia. Cualquier acto de pedofilia o
de efebofilia, constituye un abuso sexual de niños/niñas y adolescentes. Desde el punto de vista de la psicopatología y
de la sexología clínica, el abuso sexual de niños/niñas y adolescentes, independientemente del modo con el cual se manifiesta, se configura – en el adulto que lo ha cometido - como una grave distorsión en las dinámicas de personalidad,
con influencia en los niveles de motivación de las relaciones interpersonales. El análisis de las causas de la perversidad
 Quién es niño/niña o adolescente. Debe ser considerado niño/niña o adolescente
quien no ha cumplido la edad de 18 años14.
 Quién podría ser el autor del abuso. a) Clérigos. Por clérigo se entiende quien ha
recibido el Orden Sagrado, es decir, el diácono, el sacerdote y el Obispo (Can. 207 §
1, can. 1008 y can 1009 § 1). b) Religiosos. Por religiosos se entiende un miembro
«de un instituto religioso o de una sociedad de vida apostólica reconocida por la
Iglesia católica», que en esas instituciones «han pronunciado sus votos públicos y
viven en comunidades (distintas) como hermanos y hermanas». c) Fieles laicos. Esta
categoría incluye a aquellos que no están dentro de las dos anteriores: animadores
con responsabilidad pastoral, laicos asistentes y colaboradores.
 Tres perfiles dependiendo de los sujetos: 1° es delito (uno de los delitos más graves, reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe), si es cometido por clé rigos15, sean diocesanos o miembros de Institutos de vida consagrada o de Sociedad
de vida apostólica16; 2° es causa de despido del Instituto, si es cometido por personas consagradas que no son clérigos (hermanos miembros de Institutos religiosos,
de Institutos seculares y de Sociedades de vida apostólica); 3° es un pecado contra
el sexto mandamiento del Decálogo, si es cometido por los fieles laicos.
 Prescripción. El delito prescribe canónicamente dentro de veinte años 17 desde la
fecha en que el niño/niña o adolescente ha cumplido 18 años de edad, sin perjuicio
de la posibilidad de derogación incluso más allá de este período.
 Las sanciones. Las penas para el delito consiste en el castigo gradual con privación de bienes, hasta el despido del Instituto de vida consagrada o de la Sociedad
de vida apostólica y la reducción del clérigo al estado laical.
Con respecto a los Procedimientos Penales, se aplica la normativa penal canónica.
es bastante compleja.
14
En 1994 la Santa Sede elevó de 16 a 18 años la edad para definir el delito de abuso sexual de un niño/niña o adoles cente. Cf. JUAN PABLO II, Litterae apostolicae motu proprio Sacramentorum sanctitatis tutela, 30/4/2001, AAS 93 (2001)
737-739, art. 4.
15
El can. 1395, § 2 del CIC dispone: «El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del
Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencia o amenazas, o públicamente o con un niño/niña y adolescente que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del
estado clerical cuando el caso lo requiera».
16
Son equiparados los miembros de las nuevas formas de vida consagrada en base al can. 605 del CIC.
17
Para la normativa civil el término de prescripción varía según la legislación. Por ejemplo, para la normativa italiana el
término es de diez años.
8
Para la Obra de María
La Obra de María reconoce el deber moral que concierne a todos de señalar a
quien compete, el conocimiento o la sospecha de casos de abuso sexual de niños/niñas
o adolescentes.
En el cumplimiento del deber hay que tener presente como primera preocupación el bien del niño/niña o adolescente. Cualquier acción que no esté orientada a la investigación y a establecer la verdad se considera injusta. La intención de proteger de la
obligación de dar cuenta de su conducta, a quien fuera sospechoso o acusado de abuso
sexual, es errada.
Hasta la verificación definitiva de responsabilidades los acusados serán considerados inocentes.
Praxis interna en las secciones y en las ramas de la Obra de María
Los procedimientos establecidos en la Obra de María, cuando se conoce un posible hecho de abuso sexual de niños/niñas o adolescentes por parte de sus miembros,
son necesariamente diferentes dada la variedad y la internacionalidad de las personas
que la componen (cf. art. 129-140 de los Estatutos Generales), así como las consiguientes condiciones legales derivadas de la legislación canónica, de los Estatutos generales y
de Reglamentos. De hecho, en las secciones y en las ramas que componen la Obra, algunos miembros han recibido el orden sagrado y un “estatuto jurídico del clérigo”, otros
profesan votos y tienen un “estatuto jurídico de religiosos”, otros tienen un “estatuto jurídico de laicos” con votos o promesas o compromisos espirituales18.
Los miembros de la Obra de María ordenados sacerdotes pueden pertenecer a la
sección de los focolarinos, a la rama de los presbíteros y de los diáconos permanentes
diocesanos focolarinos, a la rama de los sacerdotes, de los diáconos permanentes diocesanos voluntarios, a la rama de los gens y a la rama de los religiosos.
Para los clérigos de la sección de los focolarinos
Para la normativa penal canónica, el abuso sexual de niños/niñas o adolescentes
cometido por un clérigo se considera un delito. Ante la noticia del delito acaecido, el Copresidente de la Obra de María 19 comunicará al obispo de la diócesis donde el focolarino
sacerdote está incardinado. El mismo obispo hará una investigación previa. El obispo
tendrá que informar a la Congregación para la Doctrina de la Fe las conclusiones de la investigación, si ésta ha confirmado la existencia de elementos serios contra el focolarino
18
En esos casos la Obra de María adoptará acciones internas oportunas y adecuadas considerando su persona y su es tado (ver procedimientos a seguir).
19
En los Estatutos generales están disciplinadas las funciones propias del Copresidente, entre estas ocuparse y garantizar que la vida interna sea conforme a la moral y a la disciplina de la Iglesia y la responsabilidad en relación a los sacerdotes miembros de la sección de los focolarinos en orden al ejercicio de su ministerio (art. 93 b) y c, y en el Regla mento de la sección de los focolarinos (art. 95) está establecido que el Copresidente presente, al Obispo de la diócesis
donde será incardinado, el focolarino para la ordenación.
9
sacerdote investigado. El tribunal competente para conocer la causa de primera instancia será indicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Si la sentencia no es apelada, se torna exigible. La sentencia de segunda instancia está reservada al Tribunal Supremo de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Si un focolarino sacerdote es denunciado por abuso sexual de niños/niñas o adolescentes, conforme a las leyes vigentes en el país donde se encuentra, el directo res ponsable del focolarino sacerdote, a la espera de las investigaciones por parte de las autoridades civiles, debe quitarlo de cualquier cargo que esté en contacto con niños/niñas
o adolescentes, directamente o indirectamente, y darle un cargo diferente que no implique riesgos. Podrá suspenderlo del apostolado, y lo alentará a aceptar una evaluación
psicológica o médico-legal. Las medidas de alejamiento se asumirán, sobre todo, si él
niega su responsabilidad a pesar de la evidencia de los hechos o cuando, reconociendo
que haya abusado sexualmente de un niño/niña o adolescente, no aceptara la ayuda
ofrecida o cuando existiera la posibilidad, aunque remota, de repetición.
En casos comprobados de pedofilia se evitará que el focolarino sacerdote trabaje
o tenga contacto directo con niños/niñas o adolescentes, y no será confirmada una
eventual elección a cargos de responsabilidad. Luego del resultado del proceso canónico
judicial o extrajudicial20, el responsable de la sección con su consejo, decidirá qué medidas definitivas tomar en relación al focolarino y lo comunicará al Copresidente. Para la
dimisión del focolarino se observarán las disposiciones del Reglamento de la sección de
los focolarinos. La medida no podrá ser ejecutada sin el consentimiento de la Presidente
de la Obra (art. 84 y 93 del Reglamento de la sección de los focolarinos).
Para los clérigos de la rama de los sacerdotes y de los diáconos permanentes
diocesanos focolarinos
Ante el conocimiento de que un presbítero o un diácono permanente diocesano
focolarino ha abusado de un niño/niña o adolescente, el delegado de la Obra en la
zona21, informará al Obispo de la diócesis donde está incardinado el sacerdote o el diácono para el procedimiento previsto por la ley para los clérigos. Después del resultado del
proceso canónico judicial o extrajudicial, el Centro de la rama podrá hacer uso de la facultad de despido, una vez observadas las disposiciones del Reglamento de los presbíteros y de los diáconos permanentes diocesanos focolarinos (art. 28 y s.).
Para los clérigos de la rama de los presbíteros y de los diáconos permanentes
diocesanos voluntarios
Si se llega a tomar conocimiento que un presbítero o un diácono permanente
diocesano voluntario ha abusado de un niño/niña o adolescente, el delegado de la Obra
en la zona informará al obispo de la diócesis donde está incardinado el presbítero o el
diácono para iniciar el procedimiento previsto por la ley para los clérigos. Luego del re20
21
La Congregación para la Doctrina de la Fe puede decidir que se proceda por vía administrativa.
Para los clérigos y los religiosos pertenecientes a las diferentes ramas dejados al completo servicio de la Obra actua rá el Copresidente.
10
sultado del proceso canónico judicial o extrajudicial, el Centro zonal de la rama podrá
hacer uso de la facultad de despido, una vez cumplimentadas las disposiciones del Reglamento de los presbíteros y de los diáconos permanentes diocesanos voluntarios (art.
29).
Para los clérigos de la rama de los religiosos22
Si se llega tomar conocimiento que un religioso sacerdote ha abusado de un
niño/niña o adolescente, el delegado de la Obra en zona informará al Moderador supremo del Instituto de vida consagrada o de la sociedad de vida apostólica, al que pertenece el religioso, para la aplicación de la ley procesal penal prevista para los miembros de
Institutos de vida consagrada o Sociedad de vida apostólica. En caso que el religioso
haya sido requerido por la Obra de María para operar en ella a nivel central, será el Copresidente de la Obra de María quien advertirá al Moderador Supremo del Instituto de
vida consagrada o de la Sociedad de vida apostólica a la cual pertenece el religioso, para
iniciar el procedimiento previsto por la ley para los miembros clérigos de los Institutos
de vida consagrada o Sociedad de vida apostólica23.
Después del resultado del proceso judicial o extrajudicial, la Obra de María actuará según lo resuelto por los superiores del religioso en cuestión y por el eventual despido
del Instituto de vida consagrada de derecho pontificio clerical o de la Sociedad de vida
apostólica, que también tendrán efecto con respecto al eventual despido de la rama.
Para los religiosos no clérigos de la rama de los religiosos y para las consagradas
de la rama de las consagradas.
Para los miembros de un Instituto de vida consagrada o de una Sociedad de vida
apostólica, con votos perpetuos, el delito de abuso sexual de un niño/niña o adolescente
se inscribe en una de las hipótesis de violación de la ley penal canónica 24 para lo cual
está prevista la obligación de iniciar el procedimiento de despido 25.
Si se llega tomar conocimiento que un religioso o una consagrada ha abusado de
un niños/niñas y adolescentes, el delegado/a de la Obra en zona comunicará al Moderador supremo del Instituto de vida consagrada o de la Sociedad de vida apostólica, al que
pertenece el/la religioso/sa para la aplicación del procedimiento penal previsto por la ley
22
Con el término religioso se refiere a miembros de Institutos de vida consagrada, de Sociedades de vida apostólica y
de las nuevas formas de vida consagrada (cf. can. 605 del CIC).
23
Según norma del art. 10 del Reglamento de la rama de los religiosos está previsto (ver la nota relativa) que sea el Copresidente a hacer la investigación del religioso al IVC o a la SVA a la que pertenece para sostener la rama a nivel cen tral, por tanto el mismo Copresidente tendrá que referir al IVC o a la SVA en el caso haya noticia de delitos de abuso
sexual de niños/niñas y adolescentes.
24
Can. 1395, §2 del CIC que remite al can. 695, §1.
25
El hecho que el religioso involucrado no sea también clérigo permite al Superior mayor no tener que notificar el pre sunto delito a la Congregación para la Doctrina de la Fe pero no lo exime del deber de iniciar la investigación previa a
fin de reunir los elementos útiles para formular un juicio al respecto. También en estas circunstancias el Superior mayor, al evaluar las pruebas y emitido el juicio, tiene la facultad de no proceder a la petición de despido cuando retenga
que el imputado pueda ser corregido de otro modo, y la restauración de la justicia y la reparación del escándalo sean
igualmente tuteladas. Debido a lo delicado de la materia, es aconsejable que el Superior mayor use esas facultades, de
no proceder, en vía excepcional.
11
para los miembros de Institutos de vida consagrada o Sociedad de vida apostólica. En el
caso que el religioso/sa consagrada haya sido requerido para operar en la Obra a nivel
central, la Presidente de la Obra de María, si tiene que ver con una consagrada, y el Copresidente si tiene que ver con un religioso 26, comunicarán al Supremo Moderador del
Instituto de vida consagrada o de la Sociedad de vida apostólica, a la que pertenece el
religioso/sa consagrada, a los efectos del procedimiento penal previsto por la ley para los
miembros de Institutos de vida consagrada o Sociedad de vida apostólica.
Después del resultado del proceso judicial o extrajudicial, la Obra de María actuará según lo resuelto por los superiores del religioso en cuestión, y en relación con el
eventual despido del Instituto de vida consagrada o de la Sociedad de vida apostólica,
que también tendrán efecto con respecto al eventual despido de la rama.
Para los focolarinos y las focolarinas
Para los focolarinos y las focolarinas que viven en comunidad con votos y para los
focolarinos y focolarinas casados con promesas, el/la delegado local adoptará inmediatamente las medidas preventivas más adecuadas, conforme a las leyes vigentes en el país
donde ocurrió el hecho. Después de la conclusión de la investigación preliminar realizada por la justicia ordinaria, se iniciará una investigación interna que puede llevar, en analogía a las disposiciones de la ley canónica para los religiosos no clérigos, al procedimiento para el despido27.
Si un focolarino/a con votos o promesas fuera denunciado por abuso sexual de
un niño/niña o adolescente, según las leyes vigentes en el país donde se encuentra, el/la
delegado/a de la Obra en zona, o su delegado, en espera del resultado de las investigaciones de las autoridades civiles, le asignará al focolarino/a una tarea que no esté en
contacto con niños/niñas y adolescentes, ni directa o indirectamente, y sin realizar actividades que puedan implicar riesgos. Si hay una denuncia de abuso sexual el/la
delegado/a de la Obra en zona, después de escuchar la opinión del/de la responsable
central de la sección pedirá al/la focolarino/a que acepte una ayuda necesaria, para apoyarlo y para evitar dañar a otros niños/niñas y adolescentes, alentará a la/el focolarino/a
aceptar también una evaluación psicológica o médico-legal.
Si se llega tomar conocimiento de un presunto abuso sexual de un niño/niña o
adolescente por parte de un focolarino o una focolarina, y los padres del niño/niña o
adolescente o quien ejerza la potestad se oponen a la denuncia del hecho a las autoridades civiles o solicitan por escrito no informar a las autoridades civiles a cargo, dando garantía seria de un apoyo psicológico adecuado al niño/niña o adolescente, la Obra, de to26
En vía interpretativa se puede ver en quien hace la petición del religioso o de la consagrada en el IVC o SVA quien
debe referir al IVC o a la SVA (art. 10 del Reglamento de la rama de los religiosos y art. 10 del Reglamento de la rama
de las consagradas).
27
Para los candidatos admitidos a dos años de prueba en focolar la noticia o la denuncia de abuso a niños/niñas o ado lescentes interrumpe el itinerario para la admisión a la Sección de los focolarinos/as, el candidato será suspendido de
cualquier cargo relacionado con contactos directos o indirectos con niños/niñas y adolescentes. La probada responsa bilidad de abusos sexuales a niños/niñas y adolescentes es condición para la no admisión a la Sección de los focolari nos/as.
12
das maneras, iniciará una investigación interna para proceder eventualmente al despido
del focolarino o de la focolarina. También en este caso el/la delegado/a de la Obra en
zona, o quien por él/ella, procederá como se indicara en el párrafo anterior.
Después de la conclusión de la investigaciones preliminares realizadas por la justicia ordinaria, frente a la responsabilidad de un focolarino o una focolarina con votos o
promesas establecida por abuso sexual de un niño/niña o adolescente, se iniciará el procedimiento para el eventual despido de la sección (arts. 84 y 93 del Reglamento de la
sección de las focolarinas y del Reglamento de la sección de los Focolarinos), una vez
realizado un discernimiento cuidadoso sobre casos individuales, con deliberación colegiada del Centro de la sección. El/la responsable central de la sección con su Consejo,
una vez evaluadas las pruebas y emitido la sentencia, tiene la facultad de no proceder
con el despido si considera que el focolarino/a puede ser corregido/a de otra manera y
la reintegración de la justicia y la reparación del escándalo sean igualmente protegidos.
Sin embargo, dada la delicadeza del asunto, se aconseja usar esta facultad con carácter
excepcional.
En el curso de las investigaciones, a el/la focolarino/a, puesto/a al corriente de
los motivos que inducen al despido, le debe ser posible exponer todo lo que considere
en su defensa al/la responsable central de la sección y a su consejo.
La medida de despido no puede ser ejecutada sin el consenso de la Presidente de
la Obra y el/la responsable central de la sección debe asegurarse de que, en todos los casos, las decisiones se toman sobre la base de una evaluación cuidadosa de cada situación, dentro de lo posible aclarada a través de un diálogo abierto y fraterno.
Para las “voluntarias y los voluntarios de Dios”
Si un voluntario/a es denunciado por abuso sexual de un niño/niña o adolescente
en conformidad con las leyes vigentes en el país donde se encuentra, el Centro de la
rama en la zona, a la espera de los resultados de las investigaciones por parte de las autoridades del Estado, confiará al voluntario/a una tarea que no tenga contacto con niños/niñas y adolescentes ni directa o indirectamente. Si hay una denuncia de abuso grave, el/la voluntario/a será suspendido/a preventivamente de cualquier cargo, y de actividades que puedan constituir un riesgo.
Frente a una comprobada responsabilidad de abuso sexual de un niño/niña o
adolescente, el Centro de la rama en zona, con voto colegial y con el consentimiento del
delegado de la Obra en la zona, puede despedir el/la voluntario/a de la rama, al que en
cualquier caso no se dará tareas en contacto directo con niños/niñas y adolescentes. La
decisión se comunicará al Centro Internacional de la rama. La medida de despido debe
ser adoptada en virtud de la norma del art. 65 y del art. 66 del Reglamento de los voluntarios y del Reglamento de las voluntarias.
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Para la rama de los/de las gen 2, de los gens y para los/las jóvenes del sector juvenil de la rama de los religiosos/de las consagradas
Si un/una gen2, un gens y un/una joven del sector juvenil de la rama de los religiosos/de las consagrada es denunciado por abuso de niño/niña o adolescente, conforme a las leyes vigentes en el país donde se encuentra, será suspendido de cualquier cargo y de actividades que puedan constituir un riesgo para los niños/niñas y adolescentes.
La responsabilidad comprobada de abuso sexual de niño/niña o adolescente es
condición de incompatibilidad con los requisitos para pertenecer a la rama de los/las gen
2, de los gens y al sector juvenil de la rama de los religiosos/ de las consagradas, pues
por su naturaleza están al servicio de las nuevas generaciones de la Obra de María, en
particular de los niños/niñas y adolescentes.
Para miembros pertenecientes a los movimientos de amplio alcance que componen la Obra de María, y para adherentes y simpatizantes
La comprobada responsabilidad de abuso sexual de niños/niñas o adolescentes
por parte de personas pertenecientes a la Obra de María de otros movimientos, así
como de adherentes y simpatizantes, es una condición que no permite que la persona
asuma tareas en la Obra de María de ningún tipo que le permita estar en contacto con
niños/niñas y adolescentes.
Garantías
Sobre todo cuando las conductas en cuestión por las que se hace una acusación
no sean notorias, se debe adoptar una precaución apropiada para evitar que las medidas adoptadas pongan en peligro la buena fama de inculpado/a. En particular tampoco
será necesario hacer público los motivos de las medidas adoptadas, salvo que existan
razones válidas.
Los resultados de la investigación interna, que se llevará a cabo posiblemente
dentro de 90 días, se enviarán a la Comisión Central Permanente para la protección de
los niños/niñas y adolescentes, y a los responsables centrales de la persona bajo investigación, a fin de que adopte las medidas de su competencia.
Las copias de todos los documentos producidos y utilizados en casos de despido
se deben conservar en un archivo confidencial.
Los responsables de las secciones y de las ramas deberán, durante el procedimiento de despido, asegurar al indagado el ejercicio del derecho de defensa.
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TERCERA PARTE
A elaborar según la legislación de cada país. Se presenta a modo de ejemplo el procedimiento a seguir en Italia
Procedimientos que se deben seguir en Italia en caso de presuntos abusos de menores
Informes de conductas ilícitas y praxis a seguir
Aunque la legislación italiana no obliga a denunciar, los miembros del Movimiento de los Focolares están obligados a señalar a el/la responsable del focolar (dependien do de que el presunto autor del abuso sea una persona de sexo masculino o femenino)
donde se está llevando a cabo o se ha llevado a cabo un evento, eventuales abusos sexuales contra menores por parte de personas pertenecientes al Movimiento, encargados de los mismos, u otros sujetos, con ocasión de actividades organizadas por el Movimiento o relacionadas con este.
Asimismo deben acompañar ante el/la responsable arriba indicado, a aquella
persona que ha efectuado la denuncia - tanto si se refiere a hechos recientes o del pasado - para cumplimentar los sucesivos procedimientos.
El/la responsable, una vez recibida la denuncia tiene el deber de:
- escuchar atentamente a quien efectúa la señalización, y dejar que la persona
narre lo que sabe;
- explicar la praxis siguiente y asegurarse, si es posible, del consentimiento de la
persona;
- explicar que, aunque no existe obligación jurídica de denuncia, el Movimiento
de los Focolares, en caso de una confirmación de cuanto ha sido señalado, efectuadas
las verificaciones oportunas, procederá a notificar a las autoridades competentes;
- elaborar un informe por escrito con precisión sobre lo que la persona ha narrado, con su nombre, dirección y número de teléfono y entregarlo a el/la delegado/a, al
encargado o a la encargada zonal para la protección de menores, según sea una persona
de sexo masculino o femenino el presunto autor del abuso. Si el presunto autor del abuso es una/un responsable de focolar, debe ser informado directamente el/la delegado/a
de zona. Si en cambio la persona tiene un cargo en el Centro Internacional de la Obra de
María28 o si se tratara del/de la delegado/a de zona, deberá ser informada directamente
la CO.BE.TU. que nombrará a su propio encargado para los sucesivas acciones;
- no expresar una opinión personal sobre la persona involucrada en la denuncia;
- informar inmediatamente a sus padres, a menos que estos sean los indicados
como presuntos responsables, o que ello pueda causar un nuevo riesgo para el menor;
28
Por Centro Internacional de la Obra de María se entiende la Presidente, el Copresidente, junto a los consejeros y a
las consejeras generales; mientras que para los que trabajan en las diferentes oficinas o desenvuelven actividades liga das al Centro, deberán ser informados los delegados centrales.
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- garantizar, en la medida de lo posible, que el menor reciba todos los cuidados
necesarios.
Cualquiera que reciba una declaración espontánea de un menor 29, víctima de
abuso sexual por parte de miembros del Movimiento de los Focolares encargados de su
cuidado o por otros sujetos, con ocasión de actividades organizadas por el Movimiento,
está obligado a:
- escuchar atentamente al menor, sin hacerle preguntas específicas, dejar que el
mismo cuente lo que ha vivido, sin ejercer ningún tipo de presión.
- estar lo más sereno posible, actuar con naturalidad, y recordar que el menor ha
decidido contar el abuso recibido solamente por la confianza depositada en el adulto.
- poner por escrito, con la mayor precisión posible, todos los datos – nombre, dirección, número de teléfono - y una narración de lo que ha dicho el menor, manteniendo las palabras que pronunció.
- informar inmediatamente al el/la responsable del focolar y acompañar al menor a donde estén sus padres (de acuerdo con el menor si ya es un adolescente) para in formarles de lo que dijo exactamente, a menos que el abuso haya sido cometido por un
padre o tutor, o que ello pueda causar un nuevo riesgo para él.
- garantizar, en la medida de lo posible, que el menor reciba urgentemente todos
los cuidados necesarios.
- explicar - según el caso - a ambos padres o a los tutores el procedimiento de
denuncia de abuso a las autoridades civiles.
También en este caso el/la responsable del focolar debe informar al el/la responsable de zona y al encargado o encargada para la protección de menores (según sea una
persona de sexo masculino o femenino el presunto autor del abuso) de lo sucedido y
presentar un informe, cuidadosamente elaborado, de lo que el menor ha dicho, complementándolo con las opiniones expresadas por los padres o tutores del menor.
Si el presunto autor de abuso desenvuelve su cargo en el Centro internacional de
la Obra de María o bien sea el/la delegado/a de zona, tendrá que ser directamente informada la CO.BE.TU. que nombrará un propio encargado para los sucesivos procedimientos.
En ambas situaciones, ya que el encargado/a zonal o central para la protección
de menores tiene la tarea de coordinar el caso, cualquier solicitud o información sobre
la situación en cuestión, recibida de cualquier persona, debe ser inmediatamente enviada al encargado/a. Cualquier tipo información debe ser tratada en forma confidencial.
29
La hipótesis que sea el menor víctima del abuso quien lo refiera es rara. En cambio, es más común que se llegue a
comprobar el abuso a través del malestar y los comportamientos del menor, que son consecuencia del abuso. Pero si
sucediera que el menor, por la especial confidencia con el adulto, refiere algo, se prevé una actitud delicada por parte
de quien recibe la confidencia, que por una parte se debe limitar a recoger la narración espontánea del menor, y por
otra debe evitar entrometerse con preguntas inoportunas que puedan incidir negativamente sobre una situación fuertemente comprometida. Por ello quien recibe la confidencia del menor no puede invitarlo a que cuente todo al res ponsable del lugar, como en la hipótesis precedente.
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Actuaciones preliminares y procedimientos para la comunicación a la Autoridad competente
Apenas recibida la información de un presunto abuso o su sospecha, el encargado o la encargada, deberá:
- garantizar, en la medida de lo posible, que el menor reciba urgentemente todos
los cuidados necesarios;
- avisar de inmediato a la CO.BE.TU. para la protección de menores, y al Centro
de la rama de la Obra a la que pertenece la persona acusada de haber cometido el abu so;
- en caso que la persona acusada sea un sacerdote diocesano será el delegado de
la Obra zona quien avisará al Obispo en cuya diócesis está incardinado; si es un religioso/a, será siempre el/la delegado/a de la Obra en la zona quien avisará al Instituto de
pertenencia, como se indica en el capítulo anterior.
Todos los sujetos arriba indicados, están obligados a mantener la más absoluta
confidencialidad sobre lo que les ha comunicado el/la encargado/a zonal, comprometiéndose a no divulgar la noticia hasta que no se aclare lo sucedido.
Simultáneamente a las comunicaciones arriba señaladas, el/la encargado/a debe
escuchar con absoluta urgencia a la persona que refirió la situación, además de reiterar
las consecuencias que tal situación provocaría si se llegara a confirmar. Se debe evitar
falsa información o difamaciones; para ello el encargado/a se ocupará de proteger la privacidad de todos los involucrados.
Si la persona que efectuó la denuncia se retracta espontáneamente, proporcionando razones creíbles de que habría realizado una acusación indebida, el encargado
pedirá el consentimiento de la CO.BE.TU. de no seguir adelante con el procedimiento establecido.
En este caso, el/la encargado/a, una vez adquirido el consenso arriba indicado,
no proseguirá con el procedimiento y conservará en el archivo reservado en el Centro
Zona la documentación idónea para permitirle acreditar, si resulta necesario, el trabajo
realizado y las razones de la decisión.
Si, en cambio, no se hubiera podido excluir la verosimilitud de la noticia del delito y la persona que denunció la situación desea confirmar su voluntad de proseguir, se
procederá a la verificación de los hechos señalados.
A menos que haya graves razones en sentido contrario, el acusado debe ser informado de las acusaciones, y se le dará la oportunidad de responder a las mismas.
Al concluir estos trámites el encargado/a debe:
- redactar un informe claro sobre todo lo que ha sido sometido a su atención,
destacando todo elemento útil (nombres de eventuales testigos u otro) para la verificación de los hechos señalados.
- enviar, con absoluta urgencia, previo consentimiento de la CO.BE.TU., el informe a los Servicios Sociales del Municipio del lugar donde se habría producido el abuso,
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o del lugar de residencia del menor si es diferente del primero, así como al Tribunal de
Menores del lugar de residencia del menor.
- iniciar y continuar una estrecha colaboración con las instituciones, estructuras y
órganos competentes arriba mencionados, teniendo cuidado de ponerse de acuerdo de
antemano con ellos sobre cada iniciativa, con el fin de proteger al menor abusado.
En caso de investigaciones y procedimientos penales por parte de la autoridad
italiana
En conformidad con el actual código de procedimiento penal (c.p.p.), el procedimiento inicia con el reenvío a juicio del interesado, después de la investigación (cf. art.
405 c.p.p.).
Durante la investigación hay que tener la máxima prudencia y evaluar con las autoridades investigadoras la oportunidad de cualquier acción.
Continuando las investigaciones, los responsables del Movimiento de los Focolares evitarán iniciar una formal investigación interna (a menos que las circunstancias concretas no lo retengan indispensable), incluso para evitar posibles cruces y superposiciones. Esto vale, con mayor razón si, gracias a la actitud de colaboración del sospechoso,
son reducidas al mínimo las posibilidades de una repetición de eventuales abusos (suponiendo que los hubo) y es tutelada lo más posible la imagen de la Obra María. La actitud
de colaboración comprende también la disponibilidad para dejar, al menos temporalmente, el cargo que tuviera asignado, y evitar participar en manifestaciones públicas y
congresos promovidos en el ámbito del Movimiento de los Focolares.
Si las investigaciones de la autoridad italiana se concluyen con un reenvío a juicio, se iniciará la investigación interna, a partir de los elementos conocidos. La investigación deberá ser discreta y cuidadosa para no poner en peligro sobre todo el derecho de
defensa del acusado.
Además, se tendrá sumo cuidado de no obstaculizar o superponerse, de ninguna
manera, a la autoridad judicial.
Habrá que ser cautelosos con las declaraciones públicas, y es conveniente el
nombramiento de un portavoz del Movimiento de los Focolares, si fuera necesario.
Cuando sea necesario, se ayudará al acusado a encontrar un abogado de confianza, sin que esto indique que el Movimiento de los Focolares asuma responsabilidades, que siguen siendo personales, incluso si es necesario ayudarlo en caso de condena.
Con respecto a su participación en la Obra de María, se seguirá la normativa canónica, como se explica en la segunda parte del documento.
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