TEORÍA GRAMATICAL III. IDIOMA ESPAÑOL Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil UNIDAD 6 LECTURA Nº24 SOBRE EL ESTILO DIRECTO César HERNÁNDEZ ALONSO. Gramática funcional del español “[El estilo directo] consiste en una cita literal de un enunciado ya formulado o que se formulará. Suele aparecer con gran frecuencia en función de SN2, sin ningún transpositor ni marca de unión. Tiene dependencia respecto a la oración, pero goza de autonomía funcional interna por tratarse de un enunciado completo. La extensión del estilo directo es muy diversa: puede ir desde una sola palabra a todo un discurso. La palabra regente, que suele ser un verbo, puede preceder, seguir o interpolarse al estilo directo. Lo subordinado es un conjunto del estilo directo, con valor oracional en sí mismo, y no sólo el primero de los nexus que aparece en él.” (Cap. IV. Nexus subordinados, p. 105) Ofelia KOVACCI. Estudios de Gramática Española “–Oraciones mencionadas o icónicas. Se yuxtaponen con juntura interna conservando los rasgos morfosintácticos de la oración; es decir, escapan a las reglas de la rección entre categorías verbales o pronominales a que se ajustan las demás proposiciones incluidas. Pueden conservar también todos los rasgos de la figura tonal de la correspondiente oración. De manera que es esencial para su consideración como proposiciones incluidas su funcionamiento dentro de la estructura mayor, ligadas por juntura interna. Son proposiciones sustantivas. Dijo: –Vendré mañana. 21 “Si quiero” no parece una respuesta cortés.” Nota 21: “El comúnmente llamado “estilo directo” es uno de los casos, ya que se trata de la mención y no del uso de la expresión “Vendré mañana”. […]” (Cap. II Las proposiciones en español. § 2.1. Tipos de proposiciones incluidas, § 2.1.2. Sin encabezador, p. 31) Manuel SECO. Gramática esencial del español “Un caso particular de coordinación de oraciones sin conjunción es el de la oración que se intercala dentro de otra, interrumpiéndola para aclarar o ampliar, sobre la marcha, lo que ha empezado a decirse. Esta especie de comentario al margen se enuncia con una entonación más baja que la normal; en la escritura se representa entre comas, entre rayas o entre paréntesis: Me ocurrió una cosa, NO RECUERDO DÓNDE FUE, que me hizo pasar un mal rato. Elisa y Ana eran muy guapas –POR LA CALLE TODOS SE VOLVÍAN A MIRARLAS– y aún más simpáticas. El tío Felipe (ESTE ES EL NOMBRE DEL PERSONAJE ) tiene cincuenta años.” (§ 10.3.4. Coordinación en paréntesis) “Con estas oraciones intercaladas se relaciona otro tipo de yuxtaposición, el empleado por el narrador que, al exponer en una oración las palabras textuales dichas por otro (o a veces sus pensamientos), añade una segunda oración que sirve de presentación de aquella: –Las cosas –DIJO (o PENSÓ ) J UAN– son buenas o malas según el momento en que vienen. DIJO (o PENSÓ ) J UAN: –Las cosas son buenas o malas según el momento en que vienen. –Las cosas son buenas o malas según el momento en que vienen –DIJO (o PENSÓ ) J UAN. Lo «dicho» o lo «pensado» por Juan es la oración Las cosas son buenas o malas según el momento en que vienen; pero en términos gramaticales, no sería exacto afirmar que esta oración es complemento directo de dijo o pensó, ya que es una oración perfectamente independiente, sin ninguna palabra de enlace. El verdadero complemento directo sería un imaginado pronombre «esto» que, como un dedo índice, apuntaría a las palabras dichas o pensadas por Juan.” (§ 10.3.5. Yuxtaposición «narrador-actor») Ángela DI TULLIO. Manual de gramática del español “[No] incluiremos en la clase [de las cláusulas sustantivas] el discurso directo –discurso que reproduce las palabras ajenas o propias– ya que este instaura una relación no oracional sino discursiva. Adviértase que no existen restricciones sintácticas en cuanto al tipo de unidad que pueda aparecer citada: no sólo pueden hallarse secuencias que van más allá del límite de la oración (a) sino que también pueden reproducirse secuencias agramaticales o en lengua extranjera o incluso material no lingüístico (b): (a) —Ah, sí, madame Francinet. También yo me alegro de haberla encontrado, porque estoy tan ocupada… —dijo. (b) —Shinscistoen —repuso el marciano.” (Cap. XVII. Las cláusulas sustantivas, p. 298) Salvador Gutiérrez Ordóñez: La oración y sus funciones Arco/Libros S.L. Madrid, 1997 “Una oración puede aparecer transformada en un sustantivo y, por consiguiente, desempeñar funciones nominales dentro de la secuencia: En estilo directo: la entonación y/o el orden son entonces responsables directos de la transposición. Ejs.: El molinero dijo: «Esto no es harina» (canción infantil); Dios sabe la verdad de todo — respondió Sancho (Cervantes).” (§ 4.3.1. Transposiciones simples, p. 17) Cap. 23. Comentario sintáctico 6. ESTILO DIRECTO 6.1. La lengua conoce varias posibilidades de reproducir el discurso de otro hablante. Los dos polos extremos son conocidos como estilo directo y estilo indirecto. En el estilo directo se pretende lograr una reproducción literal de la primitiva enunciación. Por el contrario, en el estilo indirecto lo único que importa es la verdad referencial. En el discurso directo se intenta reproducir lo que se dijo y cómo se dijo. En el estilo indirecto interesa atenerse únicamente al qué de lo comunicado: – Dijo: «No tengo hambre» – Dijo que no tenía hambre No parecen existir dudas en cuanto a la naturaleza nominal de los segmentos de estilo indirecto. La magnitud que tenía hambre contraería la función implemento o complemento directo de dijo. La conjunción /que 1/ asumiría la función transpositora que le es prototípica: nominalizaría a la frase verbal tenía hambre. El problema surge en el estilo directo. El segmento originario, además de guardar su literalidad, mantiene su valor enunciativo (aserción, interrogación, exclamación...), se halla separado del resto por pausas (o por una muralla incidental) y, por último, no registrarnos, como antes, la presencia del transpositor. Sin embargo sólo con dificultad podríamos negar que, a pesar de estos inconvenientes externos , también contraen una función respecto al verbo que los introduce (generalmente, la de implemento). Satisfacen todas las mismas pruebas formales (sustitución por átonos pronominales...) que sus correspondientes homólogas de estilo indirecto: –Dijo: «Mañana volveré» à Lo dijo à ¿Qué dijo? à Dijo eso –Dijo que mañana volvería à Lo dijo à ¿Qué dijo? à Dijo eso La posible objeción de que el segmento de estilo directo con algunos verbos como responder y suplicar no permite ser conmutado por átonos pronominales no es pertinente. Tampoco toleran dicha conmutación los correspondientes segmentos de estilo indirecto. En el resto de las pruebas también aquí el comportamiento es unitario: –Respondió: «Soy francés» à *Lo respondió à ¿Qué …? à Eso respondió –Respondió que era francés à *Lo respondió à ¿Qué …? à Eso respondió Las secuencias en estilo directo permiten la sustitución del segmento literal por los referentes asícómo-como. Este particular comportamiento deriva, no de una diferencia funcional respecto a al s construcciones homólogas de estilo indirecto. Se debe a una peculiaridad de su modo de referir. En la referencia de dicto se ha de atender, no sólo a la materialidad, a la sustancia de lo dicho, sino también a su literalidad, al modo como se ha dicho. De ahí que permitan los sustitutos típicamente modales asícómo-como. Una observación importante: dado que la naturaleza del segmento que sustituyen es nominal, en tales usos se comportan como auténticos pronombres (Gutiérrez, 1995:54-55). Mayor dificultad presenta explicar cómo todo un enunciado se incorpora sin desprenderse de ninguno de sus atributos (ni siquiera de la modalidad) al esquema de otro enunciado para contraer una función de carácter nominal. Una de las posibilidades es considerar que se produce una transposición en la que la pausa (o el inciso) ejerce una función nominalizadora. También se podría explicar este extraño comportamiento a través del enquistamiento nominalizador que sufren todos los segmentos que son asumidos de forma exacta (usos metalingüísticos, denominativos...). 6.2. En nuestro texto, el elemento transportado se incorpora como complemento directo del infinitivo decir. «Quiérote por hermosa; hasme de amar, aunque sea feo». C. Maldonado (1991:116) señalaba como una de las peculiaridades de esta construcción la posibilidad de incorporar no sólo un enunciado, sino varios: – Le dijo: «Yo no soy tu perrito faldero. No aguanto más esta situación. Ya está bien de reírse de mí. No pienso seguir así m un minuto más» En su paso al estilo indirecto, este segmento complejo adopta un transpositor que ante cada uno de los primitivos enunciados: – Le dijo que él no era su perrito faldero, que no aguantaba más aquella situación, que ya estaba bien de reírse de él y que no pensaba seguir así m un minuto más Curiosamente, enunciados que eran independientes se convierten en segmentos hermanos con una misma unidad de destino: funcionar como complementos directos del verbo del que dependen. Este manto superior y común los une en una relación de coordinación. La reproducción literal que efectúa el estilo directo impide que aparezcan los nexos coordinantes. Pero en su paso al estilo indirecto, la aparición de la conjunción «y» no sólo es conveniente, sino que en muchas ocasiones se presenta como necesaria. Es más que posible que la manifestación originaria del segmento que se transporta en nuestro texto estuviera constituida por dos enunciados autónomos separados por un punto en su manifestación escrita: – Quiérote por hermosa. Hasme de amar, aunque sea feo Sin embargo, una vez que son asumidos por el hablante como una unidad dependiente del verbo decir, adquieren una relación que los sitúa como nudos relacionales de una coordinación. De hecho, si efectuáramos un paso al estilo indirecto sería posible la aparición del nexo coordinante: – ...decir que te quiero por hermosa y que me has de amar aunque sea feo