1.- ARTÍCULO DEL MES: LA VISIÓN BAJO EL AGUA T odos nuestros sentidos se ven afectados en cierta manera cuando nos encontramos bajo el agua y, sin duda, la vista es uno de los que más podemos notar. Nuestra capacidad de ver o la forma en la que lo hacemos se modifica cuando estamos en una inmersión: nos convertimos en hipermétropes con 42 dioptrías... y eso es algo que debemos tener muy en cuenta, ya que la percepción visual resulta fundamental para el control de la situación. A continuación hablaremos más a fondo sobre la visión bajo el agua. CÓMO FUNCIONA EL OJO HUMANO Lo primero que debemos saber sobre el ojo humano es que actúa de la misma manera en que lo hace una cámara de fotos: las imágenes se proyectan de manera invertida en la superficie sensible de la retina, utilizando como sistema de enfoque la propia variación muscular de la fuerza de refracción por la lente contenida tras la córnea del cristalino. Todo este mecanismo está preparado para la visión normal, a través del aire, pero ¿qué sucede cuando estamos en un medio que no nos es natural, como el agua? Bajo el agua el líquido provoca que el ojo pierda su poder refractivo y nos convertimos en hipermétropes con 42 dioptrías, es decir, nuestro ojo focaliza la imagen en un punto virtual detrás de la retina, lo que provoca una visión totalmente borrosa. La hipermetropía es un defecto bastante habitual que se corrige a través del uso de lentes correctoras, pero debajo del agua será necesario aislar el ojo del contacto directo con la misma, para lo cual es preciso disponer de una cámara de aire, que hará los efectos de una lente. El buceador pasa de tener una visión “fotópica” a otra “escotópica”. De ahí la importancia de disponer de unas buenas gafas, que deberán tener un cristal totalmente plano, para evitar cualquier tipo de deformación de la imagen. LA VISIÓN DEBAJO DEL AGUA La disminución de la agudeza visual se suma a la alteración de los colores y a otros cambios que percibiremos como la modificación del tamaño de los objetos que puede resultar ciertamente desconcertante para quien no esté acostumbrado. Por una parte las cosas se ven más grandes de lo que realmente son y muchos buceadores tienen problemas para coordinar correctamente la mano y el ojo. Si nos encontramos que el agua está turbia, la distancia percibida hasta los objetos es mayor, hasta tal punto que podemos perder la capacidad de ver en relieve: los elementos que se encuentran a nuestro alrededor de ven peor o incluso en ocasiones, desaparecen. Por todo lo que acabamos de señalar, el uso de unas buenas gafas o máscara submarina resulta imprescindible en cualquier inmersión, pero también debemos ser conscientes de que con ellas nuestro campo de visión queda muy reducido, sobre todo en los laterales. Esto influye, sin duda, en nuestra capacidad de percepción y por tanto de reacción; tratar de que el resto de los sentidos esté al 100% resulta, por tanto, imprescindible. Para cualquier buceador resulta importante controlar los cambios cromáticos bajo el agua, éste campo ha sido largamente analizado con el fin de conseguir la mejor señalización submarina. Deberá tener en cuenta lo siguiente: – Sin luz artificial: los colores fluorescentes son, sin duda, los más aconsejables. Destacando: – Amarillo y el verde, para las grandes distancias (sobre todo si el agua es clara). – Naranja: para distancias cortas. – Con iluminación artificial: nos decantaremos por colores como el amarillo, naranja o blanco. Debemos tener en cuenta el efecto que produce la luz artificial sobre un objeto que se encuentre sumergido. – En la superficie: una combinación de amarillo y negro resultará lo más efectivo para cualquier tipo de señalización. FENÓMENOS VISUALES Bajo el agua los diferentes efectos visuales se perciben de distinta manera, aprenda a reconocerlos: - REFRACCIÓN: Nuestro diccionario describe el término Refractar de la siguiente forma: Hacer que cambie de dirección un rayo de luz u otra radiación electromagnética al pasar oblicuamente de un medio a otro de diferente velocidad de propagación. Durante la inmersión, podemos hablar de que se produce una doble refracción: en la superficie y en la fase que existe entre el agua que rodea al buzo y su máscara, en la que hay un mínimo volumen de aire. Por este efecto, la imagen de cualquier objeto puede aparecer agrandada (aproximadamente un 33% más grande), pero también nos parecerá que se encuentra a unas ¾ partes de la distancia a la que realmente está. Debido a la refracción, podemos pensar que los objetos que se encuentran próximos a nosotros están más cerca de lo que realmente se encuentran, lo que sin duda afecta a nuestra coordinación. Sin embargo, a distancias mayores el efecto puede invertirse, haciéndonos pensar que los objetos se encuentran a mucha mayor distancia de la real. - DIFRACCIÓN: esto es, "la desviación del rayo luminoso al rozar el borde de un cuerpo opaco". Este fenómeno sucede bajo el agua debido a que los fotones (componentes elementales energéticos de los rayos de luz) chocan contra partículas en suspensión en el agua, siendo desviados y reflactados de su trayectoria original. El efecto que se produce es de una reducción del contraste entre el objeto y su fondo, lo que produce que en ocasiones determinados objetos de pequeño tamaño no resulten visibles al ojo humano debajo del agua cuando se encuentran a una corta distancia. Este fenómeno será más acentuado cuanto más lejos se encuentre el objeto. - ATENUACIÓN: la falta de luz, sumada al efecto de difracción, reducen en gran medida la cantidad de luz disponible en el agua, tanto que la visión diurna será como mucho de 3 a 4 m. en las mejores condiciones de claridad de las aguas, mientras que si éstas están turbias, esta distancia caerá a menos de un metro. En tierra, nuestros ojos son capaces de adaptarse a los diferentes niveles de luz durante una puesta de sol; pero en el agua y tras una rápida inmersión en la que se pasa de un ambiente iluminado po r el sol a un mundo submarino oscuro, el buceador podrá quedarse por un breve periodo de tiempo prácticamente ciego, necesitando un largo periodo (que podrá durar unos 30 minutos) para adaptarse. Sin duda la forma más fácil de adaptarse a la oscuridad es permanecer en ella durante media hora antes de la inmersión, de manera que el cambio no resulte tan brusco para nuestros ojos. - ABSORCIÓN: la luz es absorbida tras su paso por el agua y la mayor parte se pierde durante este proceso, al ir aumentando la profundidad. Esto se suma a la presencia de determinadas partículas disueltas en el agua (plancton, plantas, materia animal), que tienen capacidades de absorción específicas. Todo esto provoca el cambio de apariencia de los colores en inmersión: por ejemplo, el rojo podrá parecernos negro. EL COLOR Sin lugar a dudas una de las cosas que más sorprende al buceador que realiza por primera vez una inmersión es la gran cantidad de colores que puede encontrar en las profundidades. ¿Cuál es la razón por la que los habitantes del fondo marino elijen esos colores tan llamativos si la columna de agua impide el paso de la luz y, en consecuencia, la posibilidad de “lucirse”? No cabe duda de que existen razones para ello. Hasta cierto punto, el color se emplea como un auténtico lenguaje entre los habitantes del fondo del mar. Así, algunos organismos “tóxicos” advierten de ello al resto por medio del uso de tonalidades ciertamente particulares e intensas que son fácil y claramente interpretadas. De hecho esto es tan comúnmente admitido bajo el mar, que algunas especies adoptan esta modalidad de colores sólo para dar miedo o simplemente tratar de eludir los peligros que les acechan. Es una forma algo especial de decir: “no me comas, soy venenoso”... y sin duda funciona. Pero el contar con una bella coloración es también la forma que muchos tienen para “buscar pareja”. De ahí que muchas especies (principalmente lábridos y gobios) presenten colores mucho más intensos durante la primavera, cuando se acerca su ciclo reproductivo. Desde un punto de vista “orgánico” el color de los peces se debe, como en las personas, a la pigmentación que cada uno posee, pero también a sus tejidos, fluidos del cuerpo, epidermis, dermis, nervios, etc. No existe una razón única y contundente para explicar la librea de una especie, sino que ésta vendrá influenciada por diferentes factores, entre los que cabe destacar: – Razones ambientales: en la Naturaleza en general y en el fondo del mar en particular existe una estrecha relación entre color y entorno. Normalmente los animales buscan vestirse del color que mejor les haga pasar desarpercibidos. Así, los peces que habitan en la parte más superficial del agua, suelen tener colores muy claros, casi transparentes, lo que sin duda se ha desarrollado con un claro motivo: intentar pasar desapercibido ante los posibles depredadores. Sin embargo en los fondos y en los animales que habitan las cuevas y zonas sombrías, es normal que se dén colores mucho más estridentes. Algo muy normal es que los peces adopten tonalidades oscuras en el dorso y claras en el vientre: de esta forma podrán pasar desapercibidos para los animales que están más abajo y su dorso oscuro no destacará del resto del fondo, para quienes miren desde arriba. – Razones de supervivencia: relacionado con el punto anterior, los animales del mar desarrollan su coloración para intentar pasar desarpercibidos ante sus predadores. Por esta razón algunos peces han conseguido desasrrollar un sistema muy sofisticado según el cual son capaces de modificar su color en función del lugar en el que se encuentren, confundiéndose así con el medio (un ejemplo claro y directo son los lenguados, capaces de cambiar su color rápidamente en función del fondo sobre el que se encuentren). – Alimentación: ni que decir tiene que la dieta del pez influye de forma directa en su color.