PARTICIPACIÓN DE LA SEÑORA MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS EN LOS TRABAJOS ORGANIZADOS POR LAS COMISIONES UNIDAS DE JUSTICIA, EQUIDAD DE GÉNERO Y SALUD DE LA SEXAGÉSIMA LEGISLATURA DEL H. CONGRESO DEL ESTADO DE GUERRERO EL 6 DE JUNIO DE 2014, EN EL HOTEL CROWN PLAZA, DE LA CIUDAD Y PUERTO DE ACAPULCO, GUERRERO. La controversia que suscita el aborto es, sin lugar a dudas, una de las más delicadas y sensibles que puede enfrentar una sociedad democrática, en virtud de los puntos de opuestos, vista, que a veces en vigorosamente extremo defienden diversos sectores de la sociedad sobre el 1 tema, y de las convicciones religiosas, éticas y políticas que los sustentan y, sobre todo, que los radicalizan. Como todos ustedes saben, la oposición entre estos puntos de vista suele tener como trasfondo la todavía irresoluble cuestión sobre el momento a partir del cual surge la vida humana y, en consecuencia, sobre el momento a partir del cual ésta debiera ser protegida jurídicamente. Así pues, la discusión, me parece, no radica en resolver esa discrepancia porque ¿Quién puede estar en contra de proteger la vida? Nadie, como se suele decir, en su sano juicio, por decirlo de alguna manera. La vida es un proceso que no inició con la de 2 ninguno de nosotros ni va a concluir, tampoco, al concluir nuestro proceso vital. La vida es un proceso, un devenir, una constante. Por ello, me parece, no le compete a ningún tribunal constitucional, y en particular a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resolver una cuestión que, como ésta, pertenece a otros ámbitos del saber humano como las ciencias biológicas o la filosofía moral. Si bien es cierto que la protección constitucional de la vida en gestación (o vida pre-natal) es una materia relevante para la justicia constitucional y la interpretación judicial en las sociedades democráticas, los desafíos resolución jurídicos judicial de para 3 interpretación los y tribunales constitucionales tiene que ver no sólo con sus modalidades y alcances; sino también, y no menos protección importante, y garantía respecto de los de la derechos fundamentales de las mujeres, que tienen relación durante el embarazo con el producto en gestación y con la utilización de métodos anticonceptivos. Ello debido a que, la protección absoluta de la vida en gestación pudiera importantes efectos negativos tener y consecuencias restrictivas para los derechos fundamentales de las mujeres, especialmente en sus derechos a la libertad y autonomía reproductiva. Considerando que la SCJN es un tribunal garante de derechos y libertades fundamentales, especialmente de los derechos a la igualdad, 4 la salud, la vida, la libertad y la integridad personal comprendidos en la Constitución y en los tratados internacionales de derechos humanos. Sea cual sea la postura ideológica que tengamos los miembros del tribunal con respecto al momento en el que se origina la vida, el Tribunal constitucional de México ha tenido la oportunidad de pronunciarse con argumentos jurídicos suficientes a mi juicio para resolver en diferentes ocasiones y sin tener que introducirse de lleno en la discusión moral señalada. Esto es así, considero, si se tiene en cuenta que la Constitución ha de ser aplicada a personas con diversos puntos de vista morales, como decía, en ocasiones radicalmente distintos y que, por ende, la 5 interpretación de la Corte no puede verse guiada por la elección de alguno de esos puntos de vista, en detrimento de los demás. La complejidad que lleva en sí mismo el tema, se ve, entonces, aderezado por otros principios constitucionales, como los de pluralismo y laicidad. Sin estos valores, la democracia moderna no sería posible. Particularmente, la laicidad estatal, como valor de la democracia, reside en que sólo en esta forma de gobierno caben valores, ideas, creencias y convicciones de signos diversos. Pero, me he propuesto llevar este tema tan complejo, a un punto en el que ustedes, como legisladoras y legisladores, tengan la oportunidad de contar con algunos elementos, muy pocos en realidad, dada la 6 gran complejidad del tema, que ya han sido discutidos en la Corte y que pueden servirles como orientación en su labor legislativa actual. Como les decía, la Corte, esencialmente, se ha pronunciado en Acción de inconstitucionalidad respecto al tema del aborto. Los casos han sido muy complejos y variados, los temas han ido cambiando y, con ello, la manera de abordarlos. Por ello intentaré ser muy precisa en cuanto a la descripción de los asuntos, pues lo que pudiera decirse respecto de cada uno, podría dar lugar, no a una charla como esta, sino a un seminario que podría durar días enteros. El primer asunto que llegó a la Corte es la 7 Acción de Inconstitucionalidad 10/2000 Esta fue promovida por un grupo de Diputados de la Asamblea Legislativa del D.F., que plantearon la posible inconstitucionalidad de dos disposiciones legales relacionadas con la reforma penal en el Distrito Federal sobre el tema de aborto, por vulnerar el derecho a la vida. Se analizó la posible inconstitucionalidad de la fracción III del artículo 334 del Código Penal del Distrito Federal, que establece: ARTÍCULO 334.- No se aplicará sanción: III.- Cuando a juicio de dos médicos especialistas exista razón suficiente para 8 diagnosticar que el producto presenta alteraciones genéticas o congénitas que puedan dar como resultado daños físicos o mentales, al límite que puedan poner en riesgo la sobrevivencia del mismo, siempre que se tenga el consentimiento de la mujer embarazada. Así como la posible inconstitucionalidad del artículo 131 bis del Código de Procedimientos Penales del Distrito Federal, que establece: ARTÍCULO 131 Bis.- El Ministerio Público autorizará en un término de veinticuatro horas, la interrupción del embarazo de acuerdo con lo previsto en el 9 artículo 334, fracción I del Código Penal cuando concurran los siguientes requisitos: I.- Que exista denuncia por el delito de violación o inseminación artificial no consentida; II.- Que la víctima declare la existencia del embarazo; III.- Que se compruebe la existencia del embarazo en cualquier institución del sistema público o privado de salud; IV.- Que existan elementos que permitan al Ministerio Público suponer que el embarazo es producto de la violación; y V.- Que exista solicitud de la mujer embarazada. 10 Las instituciones de salud pública del Distrito Federal deberán, a petición de la interesada, practicar el examen que compruebe la existencia del embarazo, así como su interrupción [...]. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en aquella ocasión, señaló: • Que para determinar la invalidez de las disposiciones legales que se pretendían analizar, era necesario determinar si existe un derecho a la vida garantizado en la Constitución. De esta manera, se dijo, la vida humana y el producto de la concepción sí se encuentran protegidos constitucionalmente, derivado tanto de los preceptos constitucionales 1°, 14 y 123, como de los tratados internacionales suscritos por México y 11 las leyes federales y locales. Ello en virtud de que, la vida, expresamente considerada como derecho, así como sus limitaciones, manera no se directa encontraban regulados por de la Constitución Federal. También dijo en aquella ocasión la Corte: • Que tomando en cuenta lo anterior, el artículo 334 fracción III del Código Penal del Distrito Federal no transgredía la Constitución, ya que no legitimaba que se pudiera privar de la vida al producto de la concepción; sino que, únicamente, que si se producía la muerte de este por malformaciones genéticas que hicieran inviable su vida, no se aplicaría sanción a los intervinientes en el aborto. 12 • En relación con el artículo 131 bis del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, al no conseguirse el voto de al menos ocho ministros en el sentido del proyecto (6 ministros votaron a favor), que pretendía la inconstitucionalidad e invalidez de este precepto, se declaró la insubsistencia de la acción sin el respaldo de la tesis jurídica. En aquél entonces, tuve la oportunidad, de señalar, durante las intervenciones en el debate, que: En relación con la fracción III del artículo 334 del Código Penal del Distrito Federal, que esta disposición establece que, cuando se compruebe que el producto de la concepción tiene malformaciones genéticas 13 que comprueben que, por las mismas, es posible su deceso, se puede permitir el aborto a la mujer, sin ser sancionada esta conducta. Pues ello únicamente establece una eximente de responsabilidad, para que, en el caso de que la mujer se adecue en el tipo penal (aborto), deje de aplicarse la sanción penal. Por otro lado, respecto al artículo 131 bis del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, respecto al cual formulé voto particular, consideré pertinente aclarar que este supuesto regula la facultad del Ministerio Público para autorizar la interrupción del embarazo, motivo de una violación y el procedimiento a seguir para ello. 14 Respecto a este punto señalé, que dicha disposición no atiende a lo establecido en el artículo 21 de la Carta Fundamental, ya que la misma únicamente le otorga a este órgano una facultad persecutoria e investigadora, pero al establecer su anuencia para la práctica del aborto, dicha facultad excede de sus competencias constitucionalmente establecidas. Lo anterior, me parece, invade la competencia del Poder Judicial, al derivar el aborto de conductas tipificadas que deben ser esclarecidas por la autoridad judicial, como la violación y la inseminación artificial no consentida. Por último, señalé entonces y lo sostengo ahora, que la decisión necesitaba abrir los 15 caminos del diálogo sobre un tema que resulta eminentemente de política legislativa. Permítanme aquí abrir un pequeño paréntesis, respecto a un tema que no se discutió en aquél entonces con suficiencia, pero que creo que puede introducirse en los debates actuales: el papel del poder legislativo en la definición de las penas, sus límites y alcances. Cito, como introducción, a Luigi Ferrajoli, un clásico ya en estos temas: “El problema de la justificación de la pena, es decir, del poder de una comunidad política de ejercitar una violencia programada sobre uno de sus miembros, es quizá el problema más clásico de la filosofía del derecho. ¿En qué se basa este poder, 16 llamado a veces “pretensión punitiva” o “derecho a castigar”?. “¿Existen y, si las hay, cuáles son las razones que hacen justo, o justificado, o aceptable moral y/o políticamente que a la violencia ilegal representada por el delito se añada esa segunda violencia legal puesta en práctica con la pena? ¿Y cómo se justifica el ejercicio de una violencia organizada, que ve alinearse a una multitud de sujetos contra una única persona?” Fin de la cita. Si y por qué castigar, me parece, es una de las decisiones más trascendentales que le han sido conferidas a quienes pueden, ya sea en la predeterminación o en la aplicación, establecer qué conductas serán 17 sancionadas por el derecho penal. Pero más aún, el quantum de la sanción, también en etapa de predeterminación o aplicación, es un tema de capital importancia que está en sede legislativa con una libertad de configuración muy importante. La Corte ha establecido que el análisis de la proporcionalidad de una disposición normativa que contiene una pena, puede manifestarse, al menos, en dos vertientes: La primera de ellas es la proporcionalidad de la pena conforme al artículo 22 estricta). Aquí, precisamente, constitucional lo la que se adecuación (concepción analiza es, entre la gravedad de la pena y la gravedad del delito (el quantum de la pena). 18 La segunda es la proporcionalidad de la medida punitiva en general (test de proporcionalidad). Aquí lo que hay que analizar es si la medida punitiva encuentra justificación constitucional, es decir, si la medida está en ley, es idónea, necesaria y proporcional en atención a los principios que se encuentran en juego. En estos casos, lo que cabe ponderar es, por un lado, el bien jurídico tutelado por la norma penal (vida, integridad, patrimonio, etc.), y por otro, el resto de bienes que se afectan a partir de una sanción privativa de libertad (inclusive tomando en cuenta el principio de reinserción social y el efecto estigmatizador de la prisión). Lo que se debe verificar, en todo caso, es que el legislador haya observado el principio de necesidad en 19 materia penal, considerando el derecho punitivo como “ultima ratio”. En este sentido, las decisiones políticocriminales adoptadas por el legislador, son de capital importancia para verificar, primero, si se debe imponer sanción a una conducta y, segundo, si la sanción en sí misma, es proporcionada. Es decir, examinar si una determinada norma penal es una medida idónea y necesaria para garantizar o alcanzar los fines propuestos por la propia norma penal (entre otros, los de prevención general y especial). Por ello, si bien el legislador está legitimado a usar el derecho penal como herramienta para tutelar diversos bienes jurídicos, dicha considerablemente facultad, discrecional, 20 aunque no debe llegar al extremo de ser arbitraria. Sus límites se precisamente encuentran en los diversos previstos principios constitucionales que rigen el derecho penal, entre los cuales se encuentra el principio de proporcionalidad de las penas en atención al bien jurídico tutelado. En este punto, habría que tomar en cuenta además que nuestro sistema jurídico reconoce el principio de reinserción social en el artículo 18 constitucional. Esta última circunstancia, desde mi perspectiva, nos impone tomar en cuenta el fin de la prisión, de modo tal, que la sanción, ya sea por su duración o por su forma no se vuelva un obstáculo para lograr los fines inherentes a la reinserción social. 21 Pero cierro este paréntesis, porque puede tornarse muy largo. La segunda ocasión en que el Pleno de la Suprema Corte conoció del tema del aborto fue en la ACCION DE INCONSTITUCIONALIDAD 146/2007 y su acumulada 147/2007 Esta fue promovida por el Procurador General de la República y el Presidente de la Comisión Nacional Humanos en de contra los de las Derechos reformas promovidas a los artículos 144, 145, 146 y 147 del Código Penal para el Distrito Federal, así como la adición de los artículos 16 Bis 6, tercer párrafo, y 16 Bis 8, último 22 párrafo, de la Ley de Salud para el Distrito Federal, argumentando el “Derecho a la vida desde la concepción”. Artículo 16 Bis 6. Las instituciones públicas de salud del gobierno del Distrito Federal atenderán las solicitudes de interrupción del embarazo a las mujeres solicitantes aún c cuando cuenten con algún otro servicio de salud público o privado. Artículo 16 Bis 8. La atención de la salud sexual y reproductiva tiene carácter prioritario. Los servicios que se presten en la materia constituyen un medio para el ejercicio del derecho de toda persona a decidir de manera libre, responsable e informada 23 sobre el número y esparcimiento de los hijos. El gobierno promoverá y aplicará permanentemente y de manera intensiva, políticas integrales, tendientes a la educación y capacitación sobre la salud sexual, los derechos reproductivos, así como la maternidad responsables. Sus y la paternidad servicios de planificación familiar y anticoncepción tienen como propósito principal reducir el índice de abortos, a través de la prevención de embarazos no planeados y no deseados, disminuir el riesgo reproductivo, evitar la propagación de las enfermedades de transmisión sexual y coadyuvar al pleno ejercicio de los derechos reproductivos de las personas 24 con una visión de género, de respeto a la diversidad sexual y de conformidad a las características diversos particulares grupos de los poblacionales, especialmente para las niñas y niños, adolescentes y jóvenes. El gobierno del Distrito Federal otorgará servicios de consejería médica y social en materia de la atención a la salud sexual y reproductiva, funcionando de manera permanente con servicios gratuitos que ofrecerán la información, difusión y orientación en la materia, así como el suministro de todos aquellos métodos anticonceptivos cuya eficacia y seguridad estén científicamente. acreditadas Asimismo, proporcionarán a la mujer que solicite la 25 interrupción de su embarazo la información a que se refiere el último párrafo del artículo 148 del Código Penal para el Distrito Federal. Los servicios de consejería también ofrecerán apoyo médico a la mujer que decida practicarse la interrupción del embarazo después del procedimiento de aborto, particularmente en materia de planificación familiar y anticoncepción. Fue promovida por el Procurador General de la República y el Presidente de la Comisión Nacional Humanos en de contra los de las Derechos reformas promovidas a los artículos 144, 145, 146 y 147 del Código Penal para el Distrito Federal, así como la adición de los artículos 16 Bis 6, tercer párrafo, y 16 Bis 8, último 26 párrafo, de la Ley de Salud para el Distrito Federal, argumentando el “Derecho a la vida desde la concepción”. La mayoría de los ministros del Pleno de la Suprema reconocer la Corte votaron en favor de constitucionalidad de la reforma. Se consideró que la penalización del aborto en las primeras doce semanas de embarazo, es una opción constitucional de las legislaturas estatales; es decir, se dejó en manos de las legislaturas la decisión sobre la penalización o no del aborto. Sin embargo, debido a que las razones que esgrimieron fueron de diversa índole y no hubo plena coincidencia entre los ministros de la mayoría, el engrose resultó muy polémico y se emitieron numerosos votos particulares. 27 En aquélla ocasión también disentí en el voto de esta resolución sobre el tratamiento del derecho a la vida, y establecí que debemos partir de su reconocimiento, de tal manera que consideremos que como todo derecho fundamental, no se considera absoluto. Así, el análisis de este derecho debe realizarse a partir de los límites de los derechos fundamentales y la regulación de sus posibles conflictos por parte del legislador. En el caso concreto, se abren a debate dos temas. Por un lado, la medida que no criminaliza el embarazo, siempre que concurran las condiciones ya conocidas. Y, por el otro, la medida que penaliza, bajo cualesquiera circunstancias 28 dicha interrupción, entendiendo que el embarazo comienza con la fecundación de un óvulo. Sobre el primer punto, considero que resulta una medida idónea, que busca garantizar que la mujer, bajo condiciones adecuadas interrumpa su embarazo. Sobre el segundo punto, sostengo que no garantiza una medida idónea. Al respecto, considero que la penalización de esta conducta, no garantiza el derecho a la vida del embrión, debido a que aunque esté prohibida, la mujer la realizará, poniendo en riesgo su vida, ante condiciones clandestinas e insalubres. A pesar de lo anterior, si se considera que la medida penal es una medida idónea, debemos cuestionar si dicha medida resulta necesaria, tomando en cuenta 29 que no podemos afectar de manera excesiva los derechos. Además, debe recordarse que la medida penal resulta la última ratio, que pudiera llegar a ser restrictivo de la libertad de la mujer. Pero esa fue y es sólo mi opinión. La tercera vez que la Corte abordó el tema es quizá la más ilustrativa de lo que un Congreso puede hacer en la materia. Fue en la Acción de inconstitucionalidad 11/2009 La presente acción fue presentada por el Procurador de los Derechos Humanos y Protección Ciudadana del Estado de Baja California, con la finalidad de solicitar el 30 artículo 7 primer párrafo de la Constitución de Baja California, que establece, reformado por decreto 175 del veintiséis de diciembre de dos mil ocho. La porción normativa impugnada establece: “El Estado de Baja California acata plenamente y asegura a todos sus habitantes las garantías individuales y sociales consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como los demás derechos que otorga esta Constitución; de igual manera esta norma fundamental tutela el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento en que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para 31 todos los efectos correspondientes, hasta legales su muerte natural o no inducida”. El proyecto del Ministro Franco analizó el concepto de persona y/o individuo dentro del ámbito constitucional. Al respecto, de una interpretación de la Carta Fundamental no se puede concluir que el producto de la concepción o fecundación, independientemente de la etapa gestacional en que se encuentre, se deba considerar como persona jurídica o individuo, para efectos de ser constitucionales sujeto de o tener de jurídica. 32 los derechos capacidad En suma, el ámbito personal de validez de las normas constitucionales se refiere a los nacidos, y no puede entenderse referido a la vida prenatal. Ahora bien, si ni la propia Constitución Federal ni los instrumentos internacionales pertinentes contemplan como “individuo” al producto en gestación, tampoco lo puede hacer la Constitución estatal. De acuerdo con lo anterior, el federalismo debe ser congruente con el principio de supremacía constitucional y en tal virtud los ordenamientos constitucionales de las entidades federativas están subordinados a la Constitución Política de 33 los Estados Unidos Mexicanos que establece y contiene las reglas del Pacto Federal. Por todo lo anteriormente señalado, la porción normativa del artículo 7° de la Constitución de Baja California impugnada es inconstitucional y debe invalidarse, pues viola el principio de supremacía contenido en los artículos 40, 41, párrafo primero, y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al calificar como persona humana en sentido normativo al producto de la concepción en etapa prenatal, en detrimento de los derechos de las personas nacidas. Ahora bien, una interpretación sistemática y, por ende, articulada del 34 principio constitucional de dignidad y de los derechos reproductivos y sexuales, del derecho a la salud reproductiva y sexual, así como del derecho a la vida privada, en su vertiente de protección y garantía de las decisiones ejercicio que de las mujeres tales tomen, derechos, en permite establecer que éstos protegen o tutelan su derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de sus hijos; la libertad para decidir procrear o no hacerlo, no sólo antes del embarazo, sino también, en ciertos casos o supuestos y bajo ciertas condiciones, durante el embarazo, para continuar con el mismo o interrumpirlo; y tomar esas decisiones en un entorno libre de coerción, 35 discriminación y violencia, que preserve la dignidad de las mujeres. Sin embargo, la impugnada significa restricción indebida norma o a general entraña la una libertad reproductiva de las mujeres, puesto que establece una protección absoluta o incondicionada a la vida prenatal. Así, las normas impugnadas atentan contra la dignidad de las mujeres, ya que las reducen a un instrumento reproductivo, lo que sirve a un estereotipo negativo de género. 36 En atención a lo expuesto a lo largo de esta resolución, procede declarar la invalidez del artículo 7° de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California en la porción normativa que establece: “al sustentar que desde el momento en que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural o no inducida. ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 62/2009 Fue promovida por los diputados integrantes de la Quincuagésima novena legislatura del Congreso del Estado de San Luís Potosí, relativa a la invalidez del artículo 16 de la Constitución Política del 37 Estado Libre y Soberano de San Luis Potosí, reformada mediante decreto 833, que se publicó en el Periódico Oficial de esa entidad federativa el 3 de septiembre de dos mil nueve, argumentando impugnada que generaba la reforma diversas consecuencias, como identificar a la vida como fundamento de todos los derechos que corresponden a las personas físicas, la ampliación de la protección de la vida para incluir todo momento del proceso de gestación a partir de la concepción, lo que constituía una regresión de los derechos fundamentales de las mujeres. En el proyecto presentado a consideración del Pleno, se proponía la inconstitucionalidad de las porciones normativas que dicen: “como fundamento de 38 todos los derechos de los seres humanos”; y: “desde el momento de su inicio en la concepción”. El artículo combatido, se decía, viola el principio de igualdad establecido en el artículo 1° constitucional, de acuerdo con el cual se debe tratar de manera igual a los iguales y desigual a los desiguales, pues pretende equiparar a desiguales. La porción normativa combatida, se proponía, a pesar de que pretende proteger la vida prenatal, es inconstitucional, pues vulnera la dignidad de las mujeres y sus derechos fundamentales, en particular la libertad reproductiva; es violatoria de la dignidad y de los derechos fundamentales de las mujeres. 39 También señalaba la propuesta del Sr. Ministro Franco González Salas que la norma combatida establece que la vida humana es “fundamento de todos los derechos de los seres humanos”, lo cual es inadmisible, porque no se puede dar preeminencia a derecho alguno –ni siquiera al derecho a la vida– sobre los demás derechos constitucionales. Y que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o los tratados internacionales, sólo los reconoce como bienes jurídicamente protegidos. Concluía esa propuesta que no se puede considerar que el producto fecundación, de la concepción independientemente de o la etapa gestacional en la que se encuentre, sea una persona jurídica o individuo, para 40 efectos de ser constitucionales sujeto de o tener de los derechos capacidad jurídica. Pues, si ni la propia Constitución Federal ni los instrumentos internacionales pertinentes contemplan como “individuo” al producto en gestación, tampoco lo puede hacer la Constitución estatal, porque se conferirían derechos a un grupo de “sujetos” no reconocidos por la Norma Suprema, lo cual suponía, en opinión del ministro ponente, una contravención a ésta, en atención al principio de supremacía de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de acuerdo con el cual ésta es la ley suprema de la Unión, y prevalece sobre las constituciones federativas, que de deben disposiciones de aquélla. 41 las entidades apegarse a las Dicha propuesta no alcanzó la mayoría constitucionalmente requerida para la declaratoria de inconstitucionalidad por lo que el proyecto finalmente fue desestimado. En aquella ocasión, para hacer congruente mi voto con los que durante estos años he venido sosteniendo, consideré que el primer párrafo del artículo 16 de la Constitución del Estado de San Luis Potosí, así como el segundo párrafo, eran contrarios a los artículos 1º, 40, 41, 116, 124, 133, y en materia de seguridad jurídica los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, por atentar en contra derechos humanos, propia Constitución, internacionales del sistema reconocidos suscritos los por por la tratados el Estado Mexicano y la supremacía constitucional. 42 de Y señalé que la norma padecía de dos vicios de inconstitucionalidad adicionales, a saber: La jerarquización de los derechos fundamentales a nivel estatal, y la exclusión de la posibilidad de matizar un derecho fundamental en la normatividad secundaria; y por último, que vulneraba el principio de libre configuración de la legislación penal. En aquella oportunidad, sostuve que los términos en los que se protegió la vida desde el momento de la concepción conllevaba un efecto inhibitorio sobre los derechos reproductivos de la mujer. En consecuencia, en la medida en que el establecimiento de una protección a un derecho fundamental (protección de la vida) se entienda en términos absolutos por el órgano reformador de la constitución estatal, implica una 43 violación o aniquilación de otro derecho fundamental (derecho reproductivo de la mujer) al tener como consecuencia un efecto claramente inhibitorio en el ejercicio del derecho por el miedo a la sanción que pueda derivarse del mismo (una sanción penal en materia de aborto o en algunos casos incluso, reclasificando la conducta como homicidio calificado en razón del parentesco). Debido acciones a y la a desestimación que, con las de las reservas expresadas en esas sesiones, compartí el proyecto presentado al pleno, no formulé un voto particular. Pero pienso que la opinión, que a continuación quisiera expresarles, puede resultarles de interés para el debate que ahora enfrentan en su función. 44 Chilling effect. (reloaded) Ahora, me he enterado, una de las objeciones que se han realizado a las opiniones efecto expresadas disuasorio entonces de sobre una el norma, principalmente las que formulé respecto de la Constitución de Baja California, es que el efecto inhibitorio no era directo; sino que en realidad dependería establecieran o de cómo cuestionaran las se leyes secundarias que tipifiquen las conductas que, en ejercicio de los derechos reproductivos de una mujer, pudieran llegar a interrumpir la vida del producto de la concepción. En este sentido, se ha dicho que debiera llevarse a cabo un análisis ponderado cuando llegaran las impugnaciones de las 45 normas secundarias, considerando que la Constitución estatal no tenía ese efecto violatorio de los derechos reproductivos de la mujer de manera inmediata. No obstante lo anterior, considero que estas objeciones no forzosamente tienen validez absoluta, puesto que, en realidad, cuando se califica la constitucionalidad de una norma por el efecto inhibitorio que puede tener en un derecho ante fundamental, todo la debe sensibilidad considerarse del derecho afectado para determinar la intensidad del escrutinio que debe aplicarse por este efecto disuasivo o inhibitorio del derecho. Así pues, es posible que en ciertos casos de alta sensibilidad de un derecho fundamental, incluso un efecto inhibitorio indirecto pudiese llegar a vulnerar derechos 46 humanos tutelados en el orden constitucional. En este sentido, en función del tipo de derecho y la naturaleza de la afectación que se produciría, es posible, desde mi perspectiva, que no pueda esperarse a la posible aplicación de una norma, sea ésta por actos legislativos subsecuentes o por actos de las autoridades aplicando la normatividad primigenia, o ambos, sino que el tribunal constitucional debe analizar la norma de manera aislada, objetiva y abstracta para determinar si es susceptible o no de vulnerar derechos humanos o fundamentales de las personas. Esta situación se estima compatible con los principios del artículo 1° constitucional que obliga no solamente a una proactividad de todas las autoridades para proteger 47 contra violaciones de derechos humanos, buscando siempre la interpretación más favorable o que garantice de manera más efectiva la protección más amplia a los derechos humanos Constitución y establecidos en los en la tratados internacionales; sino también un análisis progresivo e interdependiente de los derechos humanos de tal suerte que se evite el establecimiento términos de absolutos un que derecho pueda en hacer nugatorio el ejercicio de otros establecidos constitucional y convencionalmente. Partiendo de lo anterior, me parece posible que en los casos en que se detecte que una norma aparentemente neutra en su contenido, así sea reafirmando un derecho 48 humano, tenga por objeto el menoscabar otro derecho humano, la Suprema Corte de Justicia de la Nación puede declarar la invalidez de dicha norma a efecto de que no se afecte el sistema interdependiente de derechos humanos establecido en el orden constitucional, así como la progresividad de los mismos si esta aparente expansión implica por otro lado la restricción de otro derecho. Esto se justifica principalmente en los casos, como ya se dijo, de derechos altamente sensibles a un efecto inhibitorio. Ejemplos de esta clase hay muchos. Imaginemos por un momento una norma que impone una restricción de contenido a la libertad de expresión con su consecuente sanción que provocaría que las personas, 49 lejos de arriesgarse a un acto de aplicación de la norma deciden callarse; de igual manera, imaginemos una medida consistente en un toque de queda en el que por miedo a ser detenidas las personas deciden autocensurar su derecho a la libre circulación o, finalmente, como en el caso que he venido refiriendo, el que una mujer no pueda ejercer libremente sus derechos reproductivos por el miedo a ser sancionada con pena privativa de libertad, teniendo que llevar a término un embarazo no deseado que consumaría de manera irreparable a poder decidir sobre el ejercicio de sus derechos. Al respecto, debemos decir que, en razón de la naturaleza del derecho, es posible que una norma pueda afectar de manera más 50 inmediata y directa un derecho que otro y en esos casos, el tribunal constitucional debe ejercer un escrutinio de mayor intensidad para analizar si una norma aparentemente neutra en realidad está constituyéndose en un mecanismo indirecto para limitar el ejercicio de algún derecho tutelado en nuestro orden jurídico. En estos casos, la Suprema Corte, me parece, debe ver con gran sospecha categorías o el establecimiento normas absolutas de que, aparentando neutralidad, pueden afectar derechos altamente sensibles a un efecto inhibitorio en su ejercicio. A mayor abundamiento, habría que decir pues que en función de la posibilidad razonable de que una norma, por el miedo a la sanción que pueda 51 derivar de su aplicación directa o indirecta, esté en posibilidad de provocar que una persona decida no ejercer su derecho fundamental o humano, los órganos de control de constitucionalidad y convencionalidad deben analizar esta norma con gran cautela y sospecha sobre su constitucionalidad, puesto que el efecto inhibitorio apuntado puede traer por consecuencia una consumación irreparable de una violación a un derecho humano tutelado por nuestro orden constitucional. circunstancias, potencialidad violaciones valorando de de obligaciones la jurisdiccionales la obligan a esas urgencia consumación derechos derivadas constitucional En humanos, del artículo y de las 1° a los órganos tutelar los derechos 52 humanos no solamente en acciones en las que exista una aplicación de la norma; sino también, considero, en aquellos casos en que analizada la norma de manera objetiva se pueda desprender una posibilidad razonable de violación de derechos humanos a terceros. En estos casos, la autoridad no necesita de un acto legislativo posterior, o de un acto de aplicación para que por el miedo a la sanción estatal se genere de manera casi ineludible automática y del natural derecho una por restricción parte del particular, quien, permítanme ponerlo en estos términos, lejos de preferir el martirio se verá ante una situación comprensible y razonable de preferir, 53 aún contra su voluntad, no ejercer sus derechos constitucionalmente tutelados. Una situación así no es compatible de ninguna manera con el orden constitucional, que presupone el ejercicio libre de los derechos consagrados en la Constitución y en los tratados internacionales, sin ningún tipo de coerción o amenaza. Así pues, el efecto inhibitorio apuntado constituye una carga injustificada e indebida al ejercicio de los derechos humanos o fundamentales. Dicho lo anterior, si un tribunal detecta por ejemplo que una norma es susceptible de manera razonable que producir el efecto inhibitorio o disuasivo del ejercicio de un derecho de alta sensibilidad a este tipo de situaciones, como ya se ha señalado, debe actuar invalidando la 54 norma sujeta a análisis de regularidad constitucional en aras de tutelar un derecho que de otra manera difícilmente será motivo (i) de análisis constitucional en la medida en que las personas decidan auto restringirse en el ejercicio de sus derechos o (ii) de una tutela judicial efectiva en la medida en que para la defensa del derecho humano se esté imponiendo la carga al particular de tener que sufrir en su esfera jurídica la substanciación de un procedimiento que, principalmente en los casos de sanciones penales, puede contraer implicaciones adicionales en la libertad personal de la persona así como en el ejercicio de otros derechos constitucionalmente protegidos. Una interpretación distinta a lo anterior, está lejos de la aplicación e interpretación 55 más favorable de la persona y no debe considerarse compatible con un sistema eficaz de garantías de los derechos humanos para su adecuado respeto, protección y garantía, tal como lo manda el artículo 1° constitucional. Con base en lo antes precisado, en el caso concreto, en tratándose de la Constitución de Baja California, y según se desprende de las discusiones en el Congreso del Estado para aprobar esta norma aparentemente neutra, se buscó reforzar la legislación penal vigente en materia de aborto con un soporte constitucional a nivel local, de manera que quedase aún más claro que con la protección de la vida desde el momento de la concepción, lejos de ponderar los derechos de la madre con los del 56 concebido no nacido, se está cerrando la puerta al ejercicio de los derechos reproductivos de la mujer con la firme amenaza del ejercicio del derecho punitivo del Estado con base en la legislación penal en vigor, la que cobra fuerza y renovado vigor con una norma constitucional estatal que impide una interpretación conforme que respete los derechos reproductivos de la mujer. Asimismo, en tratándose de la Constitución de San Luis Potosí, este efecto inhibitorio queda aún más claro desde el momento en que la norma constitucional local está estableciendo el contexto de la protección al derecho a la vida desde el momento de la concepción al limitar los derechos solamente reproductivos los casos 57 de la mujer establecidos a como eximentes de responsabilidad penal para el delito de aborto. Pero me parece que debo concluir agradeciendo, y mucho, al Congreso del Estado de Guerrero, por la oportunidad invaluable de expresar estas opiniones en uno de estos casos que la doctrina ha calificado como “casos trágicos”. Muchas gracias. 58