212 | Revista de Economía Política de Buenos Aires Gráfico 5. Regla 2: fan chart del superávit primario Fuente: elaboración propia Gráfico 6. Regla 3: fan chart del superávit primario Fuente: elaboración propia | 213 FANELLI En el caso de la regla (3), el contexto macroeconómico también influye sobre la volatilidad del superávit primario requerido, con un agravante: cuando la economía enfrenta shocks adversos, el superávit debe aumentar, y viceversa. Mirando los fan charts correspondientes al superávit primario (gráficos 5 y 6) puede observarse que las distribuciones bajo ambas reglas parecen espejadas; cuando en una el superávit debe aumentar, en la otra disminuye. En el caso de la regla (3) la variabilidad del superávit primario es mucho más nociva para la economía, al menos desde el punto de vista de los modelos teóricos tradicionales.17 En este sentido, un superávit de 0,88% trimestral como el calculado para Brasil es potencialmente mucho más dañino que un superávit de 1,24% bajo la regla anticíclica. Necesidades de financiamiento Tabla 8. Regla 1: distribución de la necesidad de financiamiento (déficit total) al final del ejercicio Necesidad de financiamiento (trimestral) : III trimestre de 2014 Media Desvío estándar Simetría Curtosis Percentil 10 Percentil 90 Argentina 0,09 0,89 0,49 3,83 -0,98 1,21 Brasil 0,05 0,27 0,19 3,16 -0,29 0,38 Chile 0,00 0,24 0,36 3,46 -0,29 0,30 México 0,11 0,40 1,49 6,88 -0,30 0,66 País Fuente: elaboración propia 17. Si el multiplicador es positivo, entonces aumentar el superávit cuando a la economía le va mal puede exacerbar la caída del ciclo. Esto queda fuera del modelo. Así, el modelo subestima las bondades de la regla anticíclica y las desventajas de una regla que apunte a estabilizar la deuda pública. 214 | Revista de Economía Política de Buenos Aires Tabla 9. Regla 2: distribución de la necesidad de financiamiento (déficit total) al final del ejercicio Necesidad de financiamiento (trimestral) : III trimestre de 2014 Media Desvío estándar Simetría Curtosis Percentil 10 Percentil 90 Argentina 0,16 1,53 0,31 3,06 -1,73 2,13 Brasil 0,11 0,70 0,17 2,85 -0,79 1,03 Chile 0,06 0,93 0,34 3,50 -1,06 1,23 México 0,21 0,98 1,54 6,41 -0,72 1,46 País Fuente: elaboración propia Las simulaciones muestran, finalmente, cómo las reglas (1) y (2) generan volatilidad en la necesidad de financiamiento del país. En primer lugar, observamos en las Tablas 8 y 9 la influencia de la volatilidad macroeconómica sobre la volatilidad del déficit total. Así, países muy volátiles se encuentran frecuentemente ante la necesidad de conseguir un volumen importante de financiamiento. Con acceso restringido a los mercados de capital y problemas de liquidez esto puede resultar determinante para la viabilidad de la regla. En segundo lugar, observamos que las condiciones iniciales influyen sobre las necesidades de financiamiento en el corto plazo.18 Como se observa en los fan charts de los Gráficos 7 y 8, al comienzo del período las condiciones iniciales desfavorables provocan que Argentina, Brasil y México precisen financiamiento a los efectos de financiar el mayor pago de intereses, en proporción al producto. Chile, en cambio, necesita financiamiento al inicio pero luego, durante un par de períodos, genera un superávit total, para luego estabilizarse. 18. Un supuesto implícito al mirar únicamente el déficit total es que el gobierno no tiene problemas para refinanciar la deuda existente ni para generar el superávit primario fijo, de manera que sólo debe buscar financiamiento para la variación no cubierta por el superávit primario. En el caso en el que el gobierno sí tuviera que conseguir fondos para refinanciar deuda preexistente, aumentarían aún más los problemas de liquidez asociados a las reglas (1) y (2). Ver Togo (2007) sobre políticas de manejo del financiamiento de la deuda pública. FANELLI | 215 En tercer lugar, observamos nuevamente que el contexto macroeconómico influye sobre la dispersión de las necesidades de financiamiento. Una forma de ver esto fácilmente es comparando la escala de los ejes de los fan charts en cada país (Gráficos 7 y 8). Adicionalmente vemos que, aun cuando en México los efectos no son tan fuertes, una distribución no-normal de los shocks a los términos del intercambio puede complicar la efectiva puesta en práctica de las reglas (1) y (2). Asimismo, vemos que los componentes anticíclicos de la regla (2) exacerban estos problemas. Gráfico 7. Regla 1: fan chart de las necesidades de financiamiento Fuente: elaboración propia 216 | Revista de Economía Política de Buenos Aires Gráfico 8. Regla 2: fan chart de las necesidades de financiamiento Fuente: elaboración propia V. Conclusiones El escenario mundial luego de la crisis internacional de 2008 volvió a colocar el debate sobre el rol de la política fiscal en el centro del escenario: en una situación de crisis, con niveles de deuda sobre el producto que trepan rápidamente, mientras que el producto se contrae, ¿debe un gobierno aplicar una política tendiente a estabilizar la deuda pública, o debe expandir el gasto público (o reducir impuestos) a los efectos de amortiguar el ciclo económico? Si bien esta pregunta ha ganado protagonismo internacional en la actualidad, lo cierto es que en América Latina ha estado presente desde la crisis de la deuda de los ochenta y los países de la región han estado realizando desde entonces ingentes esfuerzos por mejorar las finanzas, incluyendo la implementación de leyes de responsabilidad y reglas fiscales. Este trabajo ha tratado de realizar un aporte en relación con esta pregunta tomando en cuenta la literatu- FANELLI | 217 ra sobre el tema y realizando ejercicios de simulación que comprenden cuatro países importantes de la región. En lo que hace a la literatura, nuestro análisis indica que una debilidad es la inclinación a abordar las cuestiones de manera separada. Mientras algunos autores recomiendan reglas que propician un comportamiento anticíclico, otros abogan por reglas que aseguren la sustentabilidad de la deuda pública. Ambas políticas implican funciones de reacción fiscal razonables cuando se las toma de manera aislada. Sin embargo, como hemos tratado de poner de manifiesto a través de una serie de ejercicios de simulación, consideradas simultáneamente esas funciones de reacción pueden generar recomendaciones contradictorias: por ejemplo, el superávit primario no puede subir y bajar al mismo tiempo frente a un empeoramiento de la situación económica. La conclusión que se sigue es que es necesario adoptar una visión de conjunto que reproduzca los dilemas que enfrenta el hacedor de política económica. Nuestras simulaciones para América Latina indican que la disyuntiva planteada entre los objetivos de sustentabilidad de la deuda pública y la amortiguación del ciclo económico se presenta en los países con distinto grado de fuerza. Esto es así, en particular, porque en las simulaciones la distribución de la deuda pública hereda su variabilidad de los parámetros idiosincrásicos de cada economía. En países con volatilidad reducida, una regla de superávit anticíclico genera una variabilidad mucho menor de las necesidades de financiamiento, lo cual otorga a los países cintura para realizar política anticíclica. No obstante, como vimos, en una economía volátil implementar una regla de este tipo genera grandes fluctuaciones de las necesidades de financiamiento. El problema se agrava cuando se considera que esas economías son, al mismo tiempo, las que están sujetas a mayores restricciones de liquidez y las más vulnerables a shocks de sudden-stop en los movimientos de capital. Una conclusión especialmente relevante de nuestro trabajo es que, en el caso de América Latina, es clave tomar en cuenta la relación entre reglas fiscales y volatilidad macroeconómica. En particular, uno de los 218 | Revista de Economía Política de Buenos Aires elementos de mayor importancia es estudiar la distribución de los shocks que afectan a los países. Es recurrente en la literatura la aseveración de que los términos del intercambio juegan un rol central en el plano fiscal en América Latina. Esto es tan cierto como la necesidad de comprender lo mejor posible la forma en que los shocks de términos del intercambio impactan sobre el equilibrio fiscal y los canales a través de los que afectan a diferentes reglas de política fiscal. Como observamos en la distribución de la deuda pública de México, las características del proceso estocástico que guía los términos del intercambio le imprime su marca a la evolución de, entre otras cosas, las necesidades de financiamiento. En suma, creemos haber aportado evidencia sobre la importancia de la interacción entre las reglas fiscales y la volatilidad así como sobre los dilemas asociados a ello en el plano de las decisiones de política. Creemos también que esta evidencia resalta la necesidad de estudiar el tema, aun cuando probablemente no sea razonable esperar obtener respuestas unívocas para los problemas. En este sentido, no hay que olvidar el rol central de factores que no se han considerado en este estudio: si bien es cierto que la condición de acceso a los mercados de capital internacional del país y su credibilidad en términos de solvencia determinan la capacidad para realizar política anticíclica, también lo es que las condiciones sociales y políticas en general determinarán los riesgos derivados de la volatilidad del superávit primario que genera una regla que vincula a este último con la evolución de la deuda pública. FANELLI | 219 Referencias Aguiar, M. y Gopinath, G. (2004), “Emerging Market Business Cycles: The Cycle is the Trend”, Working Papers, Federal Reserve Bank of Boston, No. 04-4. Barnhill, T. y Kopits, G. 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VAR para Argentina g(t) r(t) g(t-1) 1,277*** 0,036 (0,142) (0,096) g(t-2) -0,456*** -0,251** (0,160) (0,108) r(t-1) 0,143 0.569*** (0,198) (0,133) r(t-2) -0,061 -0,101 (0,174) (0,117) ti(t) 0,146 -0,235*** (0,110) (0,074) crisis(t) -2,21725* 1,256 (1,187) (0,799) constante 0,051 5,120*** (1,492) 1,004 Errores estándar entre paréntesis. *significativo al 10%, ** significativo al 5%, *significativo al 1% Tabla A.2. VAR para Brasil g(t) r(t) g(t-1) 0,567*** -0,177 (0,125) (0,147) r(t-1) -0,012 0,803*** (0,062) (0,073) ti(t) 0,049** -0,027 (0,022) (0,025) constante 1,075 2,251** (0,758) (0,887) Errores estándar entre paréntesis. *significativo al 10%, ** significativo al 5%, *significativo al 1% 222 | Revista de Economía Política de Buenos Aires Tabla A.3. VAR para Chile g(t) r(t) g(t-1) 0,769*** 0,029 (0,091) (0,045) r(t-1) -0,081 0,885*** (0,142) (0,067) ti(t) 0,054*** -0,027*** (0,018) (0,009) constante 0,794 0,500 (0,811) (0,396) Errores estándar entre paréntesis. *significativo al 10%, ** significativo al 5%, *significativo al 1% Tabla A.4. VAR para México g(t) r(t) g(t-1) 0,731*** 0,055 (0,072) (0,041) r(t-1) 0,127* 0,898*** (0,073) (0,042) ti(t) 0,194*** -0,117*** (0,037) (0,021) constante -0,230 0,450 (0,485) (0,280) Errores estándar entre paréntesis. *significativo al 10%, ** significativo al 5%, *significativo al 1% | 223 FANELLI ANEXO II. Estimación de los términos del intercambio Las series de términos del intercambio fueron obtenidas de: INDEC para Argentina; Banco Central de México para México y del Banco Central de Chile para Chile. Para Brasil, se estimaron dividiendo el índice de precios de las exportaciones sobre el índice de precios de las importaciones que provee la base de datos “international financial statistics” del FMI. En primer lugar, se testeó la hipótesis de raíz unitaria para la serie histórica en logaritmos, utilizando el test de Dickey-Fuller modificado por Elliott, Rothenberg y Stock (1996), que tiene más potencia que el test original. La diferencia con el test de Dickey Fuller tradicional aumentado es que, antes de efectuar el test, las series se transforman mediante una regresión de mínimos cuadrados generalizados. Luego, se realiza la siguiente regresión: ∆ log(ti ) t = + k log(ti ) t −1 + ∑ i .∆ log(ti ) t −i + ∈t i =1 donde yt es el valor en logaritmos de los términos del intercambio en el período t, k es el máximo número de rezagos utilizados y εt es un proceso de ruido blanco. Para que el test sea válido es necesario que los errores no presenten autocorrelación serial. El máximo número de rezagos para los cuales se efectúa el test sigue el criterio de Schwert. Para saber qué modelo es el más adecuado miramos el criterio de Schwarz (SIC). El test aporta evidencia favorable a la hipótesis de raíz unitaria con deslizamiento. Por este motivo, hemos decidido hacer estacionaria la serie tomando la primera diferencia. A los efectos de evitar efectos estacionales, tomamos la variación interanual. Nuestro objetivo es llegar a un proceso para los errores que sea ruido blanco a los efectos de poder simular luego una trayectoria para los términos del intercambio. Por ello, regresamos a la tasa de variación interanual de los términos del intercambio sobre sus rezagos, aplicando la metodología de Box-Jenkins para elegir el mejor modelo. El procedimiento sugiere que el mejor modelo para Argentina y Brasil es un AR(1) mientras que para Chile y 224 | Revista de Economía Política de Buenos Aires México es un AR(2). Realizamos un test de ruido blanco de Bartlett sobre los residuos, verificando que caen dentro de las bandas de confianza al 95%, con lo cual no podemos rechazar la hipótesis nula de ruido blanco. A continuación, se evaluó cómo se distribuyen los residuos. Primero se hizo un test de normalidad de Shapiro-Wilk. No se pudo rechazar la hipótesis nula de que los residuos se distribuyen normalmente para Argentina, Brasil y Chile. En contraste, sí se rechazó para México. Por este motivo, utilizamos un método no paramétrico para estimar una función de distribución de probabilidad empírica. Usando una función Kernel de Epanechnikov estimamos una función de densidad de probabilidad que se ajusta a la muestra. Desde ya, hacerlo con pocas observaciones tiene sus riesgos, pero el objetivo del trabajo es ver cómo se traduciría una distribución de este tipo sobre la trayectoria de la deuda pública. ANEXO III. Simulaciones De la estimación del modelo VAR se obtiene una matriz de varianzas y covarianzas de los errores de la forma reducida. Para poder simular trayectorias de las variables dependientes del VAR, necesitamos llevarlo a su forma estructural. Una forma de hacer esto es a través de la descomposición de Cholesky, la cual ordena las variables (una precede a la otra). El ordenamiento elegido es que la tasa de interés real es afectada contemporáneamente por el producto pero no al revés. Con esta restricción de identificación, podemos recuperar la secuencia de innovaciones ε1t y ε2t. La relación entre los errores de la forma reducida y estos errores independientes entre sí viene dada por la matriz de Cholesky, que resulta de la estimación del VAR (en realidad, cuando añadimos el ordenamiento de variables, se transforma en lo que la literatura denomina VAR estructural): εt = B‒1 et. Donde et es el error de la forma reducida y εt el error de la forma estructural. De la misma manera que obtenemos las innovaciones “puras” a partir de los errores de la forma reducida, podemos obtener errores de la forma reducida si simulamos extracciones de shocks de las innovaciones puras. Esto es exactamente lo que hacemos ya FANELLI | 225 que la matriz de Cholesky es no singular y, por ende, se puede invertir. Generamos números aleatorios con distribución normal y la varianza que corresponde a las innovaciones puras. Luego, transformamos estos errores en los errores de la forma reducida. Nótese que, en realidad, hacemos el ordenamiento de variables para poder generar la estructura de errores correlacionados entre sí de una determinada manera. En otras palabras, si hubiéramos establecido otro ordenamiento, habría cambiado la matriz de Cholesky, pero no habría cambiado el resultado ya que habríamos llegado exactamente a errores con la misma matriz de varianzas y covarianzas. El ordenamiento importa cuando se trata de obtener funciones de impulso-respuesta: Bεt = et. Por otro lado, para simular los términos del intercambio, generamos números aleatorios con distribución normal con media y varianza muestrales para Argentina, Brasil y Chile, y con la distribución estimada por Kernel para México. Luego, calculamos la tasa de variación de los términos del intercambio según el proceso que corresponda (AR(1) ó AR(2)) y lo incorporamos al VAR para poder finalmente simular trayectorias de la tasa de interés real y la tasa de crecimiento.