MEDICINA DE URGENCIAS PRIMER NIVEL DE ATENCION Cetoacidosis alcohólica SECCION 5.- URGENCIAS ENDOCRINOLOGICAS • ¿Qué es la cetoacidosis alcohólica? • ¿Qué efecto bioquímico tiene? • ¿Cuál es su presentación clínica? • ¿Cuál es el diagnóstico diferencial y tratamiento? 27. Cetoacidosis alcohólica Septiembre 1o, 2004. CONTENIDO 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Introducción Factores nutricionales Fisiopatología Presentación clínica Laboratorio Diagnóstico Diagnóstico diferencial Tratamiento Bibliografía 1. Introducción Alcohol.- El alcohol es una molécula de carga débil que se mueve con facilidad a través de las membranas celulares, equilibrándose con rapidez entre la sangre y los tejidos. Los efectos de la bebida dependen en parte de la cantidad de etanol consumida por unidad de peso corporal; la concentración de alcohol en la sangre se expresa en miligramos o gramos de etanol por decilitro (p. ej., 100 mg/dL o 0.1000 g/dL). En números redondos, 340 mL de cerveza, 115 mL de vino ligero y 43 mL (una copa) de un licor de 40 grados, contienen aproximadamente 10 g de etanol. 1 L de vino contiene aproximadamente 80 g de etanol. Otros ingredientes de las bebidas alcohólicas pueden contribuir a dañar al organismo cuando se consumen en exceso; entre ellos se encuentran los alcoholes de bajo peso molecular (p. ej., metano, butanol), los aldehídos, los ésteres, la histamina, los fenoles, los taninos, el hierro, el plomo y el cobalto. El etanol es un depresor del sistema nervioso central (SNC) que disminuye la actividad de las neuronas, aunque las concentraciones sanguíneas bajas provocan cierta estimulación del comportamiento. El alcohol se absorbe por la mucosa bucal y esofágica (en cantidad muy pequeñas), por el estómago y el intestino grueso (en cantidades moderadas) y por la parte proximal del intestino delgado (la mayor parte). El índice de absorción aumenta con el vaciamiento gástrico rápido, la ausencia de proteínas, grasas o carbohidratos (que interfieren con la absorción), la ausencia de otros ingredientes, la dilución de un bajo porcentaje de etanol (la absorción máxima se produce con aproximadamente un 20 % por volumen) y la carbonatación (p. ej., champaña). Entre el 2 % (con concentraciones bajas de alcohol en sangre) y el 10 % (con concentraciones altas de alcohol en sangre) del etanol se excreta directamente por los pulmones, la orina o el sudor, pero la mayor parte se metaboliza a acetaldehído en el hígado. Al menos dos vías metabólicas, cada una con diferentes concentraciones óptimas de etanol (Km), metabolizan aproximadamente una copa por hora. La primera y más importante desde el punto de vista clínico tiene lugar en el citosol celular, por medio de la alcohol deshidrogenasa (ADH) con una Km de aproximadamente 2 mmol. Esta reacción produce acetaldehído, que es destruido rápidamente por la aldehído deshidrogenasa (ALDH) en el citosol y las mitocondrias. Cada uno de estos pasos necesita dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD) como cofactor y el aumento de la relación entre el cofactor reducido (NADH) y el NAD (NADH:NAD) es el responsable de muchos de los trastornos metabólicos que aparecen después de beber. 2. Factores nutricionales.- Un gramo de etanol tiene aproximadamente 29.7 kJ (7.1 kcal) y una copa contiene entre 293.0 y 418.6 kJ (70 a 100 kcal) de etanol y otros carbohidratos. Por ello, el consumo de 8 a 10 copas puede aportar más de 4 186 kJ (1000 kcal diarias que, sin embargo, carecen de elementos nutritivos como minerales, proteínas o vitaminas). Cualquier vitamina absorbida por el intestino delgado mediante transporte activo o almacenada en el hígado, puede ser deficitaria en los alcohólicos. Entre ellas cabe citar el folato (folacina o ácido fólico), la piridoxina (B6), la tiamina (B1), el ácido nicotínico o niacina (B3) y la vitamina A. El déficit de tiamina causa los síndromes de Wernicke y Korsakoff. Una dosis abundante de etanol en una persona sana y en ayunas puede producir hipoglucemia transitoria entre 6 y 36 horas después, secundaria a las acciones agudas del etanol sobre la gluconeogénesis. Esta alteración se exacerba con las dietas deficientes y las enfermedades del hígado y del páncreas. Como resultado, puede haber una intolerancia importante a la glucosa que se mantiene hasta que el alcohólico se mantiene sin beber durante 2 a 4 semanas. La cetoacidosis alcohólica, que probablemente refleja una disminución en la oxidación de los ácidos grasos, junto con una dieta deficiente o 2 vómitos repetidos, en la que los pacientes presentan elevación de los cuerpos cetónicos en el suero, junto con un ligero aumento de la glucemia, pero con un gran hiato aniónico, un incremento leve o moderado de lactato sérico y una proporción beta-hidroxibutirato:lactato que varía de 2:1 a 9:1 (normal 1:1). 3. Fisiopatología Se han postulado varios mecanismos, una de ellas refiere que la cetosis resulta del aumento de la movilización de ácidos grasos libres del tejido adiposo, junto con un incremento simultáneo de la capacidad del hígado para convertir estos sustratos en acetoacetato y hidroxibutirato beta. Durante el metabolismo del alcohol en el hígado, la tasa de reducción del nucleótido adenínico de nicotinamida (nicotinamide adenine dinucleotide, NAD) sobrepasa la tasa de oxidación mitocondrial de NADH, lo que disminuye el NAD disponible. Este estado persiste por varios días a pesar de que se suspenda el consumo de alcohol. Un paso dependiente de NAD en la oxidación de ácidos grasos en las mitocondrias del hepatocito es desplazado a favor de la formación de cuerpos cetónicos. Durante la cetoacidosis alcohólica, los valores de insulina son bajos, mientras que los de cortisol, hormona del crecimiento, glucagon, y adrenalina están incrementados, tal vez a consecuencia de la hipoglucemia inducida por el alcohol. Este medio hormonal promueve la lipólisis, lo que incrementa los valores de ácidos grasos libres disponibles para conversión a cetonas. Otros mecanismos que contribuyen a la cetosis son la conversión de acetato (producto de degradación del alcohol) en cetonas, cambios estructurales de la mitocondria inducidos por el alcohol y que incrementan la tasa de cetosis y la depleción de fósforo mitocondrial, que inhibe la utilización de NADH e incrementa la formación de cuerpos cetónicos. Por último, el vómito y la inanición, aunados a desnutrición crónica, contribuyen también a la cetoacidosis. 4. Presentación clínica El antecedente habitual es el consumo intenso de alcohol o una parranda alcohólica, con escasa o nula ingestión de alimentos por varios días. El consumo de alimentos y alcohol suele interrumpirse a causa de náusea, vómito prolongado y dolor abdominal, que suceden de 24 a 72 horas antes del cuadro. Es durante este periodo cuando se manifiesta la cetoacidosis. A la valoración clínica el paciente se observa agudamente enfermo, con deshidratación, taquipnea, taquicardia y dolor abdominal difuso. La mayor parte de los enfermos están alertas, aunque pueden estar un poco desorientados y en ocasiones incluso llegan al coma. No existen datos físicos específicos. Puede haber signos de deshidratación, como hipotensión, cambios ortostáticos de la presión arterial, taquicardia y disminución del gasto urinario. La temperatura varía desde hipotermia hasta elevación leve. Es frecuente el dolor abdominal por causas inespecíficas o por gastritis, pancreatitis o hepatitis. A veces hay septicemia, meningitis, pielonefritis o neumonía, y puede desarrollarse delirium tremens. 5. Laboratorio Los valores de alcohol suelen ser bajos o indetectables, ya que su ingestión disminuye o se interrumpe durante el periodo de anorexia y vómito. Esencial para el diagnóstico de cetoacidosis alcohólica es una brecha aniónica amplia, a causa de los valores altos de cetonas en suero. La mayoría de los enfermos tiene un pH en sangre que es expresión de la acidosis metabólica subyacente, aunque muchos presentan valores de pH normales o están alcalémicos. 5.1. Equilibrio acidobásico.- Fulop y Hoberman compararon los datos de laboratorio característicos de pacientes con cetoacidosis diabética, con los datos de enfermos con cetoacidosis alcohólica (cuadro No. 1). Los pacientes alcohólicos fueron propensos a tener un pH sanguíneo más alto, menores valores de potasio y cloro en suero, así como un valor más alto de HCO3 plasmático que los diabéticos. Esta diferencia se atribuye al vómito recurrente y grave experimentado por los pacientes alcohólicos. El vómito causa depleción de cloruro y alcalosis metabólica. Además puede haber alcalosis respiratoria secundaria a fiebre, septicemia o supresión del alcohol, lo que incrementa aún más el pH sanguíneo. Cuadro No. 1 Datos de laboratorio, cetoacidosis diabética y alcohólica Variable PH sanguíneo Na en suero K en suero Cl en suero HCO3 Brecha aniónica Lactato en plasma Hidroxibutirato beta Diabética 7.17 133.0 4.9 97.3 6.7 28.9 2.1 10.8 Alcohólica 7.35 135.2 4.1 90.9 16.5 27.8 3.9 9.3 5.2. Cetonas.- La brecha aniónica en grupos de pacientes es muy semejante y se debe principalmente a los valores altos de hidroxibutirato beta y, en menor grado, a la acumulación de ácido láctico. Las principales cetonas son acetoacetato y hidroxibutirato beta. Estas cetonas son intermediarias en la oxidación de ácidos grasos. Por lo general se producen en cantidades iguales, y normalmente no son detectables en suero. El acetoacetato y el hidroxibutirato beta son un elemento par de oxidorreducción (redox) y son interconvertidos por una reacción de oxidorreducción con NAD y NADH como cofactores. En la cetoacidosis alcohólica, tal vez por la falta de NAD, se acumula hidroxibutirato beta en valores varias veces más altos que los de acetoacetato. La acetona es una cetona neutra volátil, formada a partir de acetoacetato por descarboxilación espontánea irreversible. Su presencia es expresión del grado y duración de la elevación del acetoacetato, y es indicativa de acidosis grave persistente. 5.3. Glucosa.- El valor de la glucemia en la cetoacidosis alcohólica varía desde hipoglucemia hasta elevación leve. En la mayor parte de las series es normal o está ligeramente aumentada. La glucosuria suele ser leve o estar ausente. La patogenia de la hipoglucemia inducida por el alcohol incluye inanición aguda, depleción de los depósitos de glucógeno hepático por desnutrición crónica, e inhibición de la gluconeogénesis, dada la alteración de la razón NAD:NADH, inducida por el alcohol. 6. Diagnóstico El diagnóstico de cetoacidosis alcohólica se establece fácilmente en los pacientes con antecedente de ingestión de alcohol, disminución del aporte de alimentos, vómitos y dolo9r abdominal, así como datos de laboratorio de acidosis metabólica con un valor de glucosa bajo o un poco alto. Los criterios de Soffer y Hamburger para definir la cetoacidosis alcohólica comprenden un valor de glucosa en suero menor de 300 mg/100 ml, el antecedente reciente de ingestión de alcohol, con una declinación relativa o absoluta en el consumo de etanol 24 a 72 horas antes de la hospitalización, el antecedente de vómito y acidosis metabólica para la cual se han excluido otras causas. 7. Diagnóstico diferencial La entidad con que la cetoacidosis alcohólica se confunde más a menudo es la cetoacidosis diabética. El grado de cetoacidosis es igual en ambos trastornos. Es importante efectuar la distinción adecuada, ya que el tratamiento de cada entidad es diferente. En la cetoacidosis diabética hay hiperglucemia y glucosuria. El valor de glucosa en suero en la cetoacidosis alcohólica varía desde hipoglucemia hasta elevación leve, mientras que la glucosuria suele ser leve o estar ausente. Este diagnóstico diferencial debe efectuarse en el servicio de urgencias. 8 Tratamiento El tratamiento de la cetoacidosis alcohólica es sencillo y eficaz, y consiste en la administración intravenosa de glucosa y solución salina. Los pacientes a quienes se administra sólo solución salina mejoran, aunque no tan rápidamente como los que también reciben glucosa. Antes de esta última se debe administrar tiamina por vía intravenosa, 50 a 100 mg, para no provocar enfermedad de Wernicke. La reversión de la cetoacidosis suele darse en 12 a 18 horas. El restablecimiento del volumen intravascular se logra mejor por medio de venoclisis alternadas de solución de glucosa que contienen solución salina normal o seminormal. La venoclisis de glucosa estimula la liberación de insulina, y ésta inhibe la lipólisis y suprime la producción de cetoácidos. La glucosa puede inhibir la producción adicional de éstos, por un incremento de la oxidación de NADH acumulada, a través de la captación 3 de fósforo por las mitocondrias hepáticas inducida por glucosa. Suele no requerirse bicarbonato de sodio. Conforme los valores de cetoácidos bajan, los de bicarbonato en plasma se elevan y el pH regresa a lo normal. Puede estar indicada una pequeña cantidad de bicarbonato cuando el pH es menor de 7.1 o cuando el paciente muestra deterioro clínico, según se manifiesta por un pulso rápido y débil, hipotensión o incapacidad a causa de la debilidad para compensar por medio de hiperventilación. Con la recuperación y la reversión de la acidosis, el hidroxibutirato beta se convierte en acetoacetato. La mejoría clínica del paciente y el aumento de los valores de pH en sangre son indicadores más confiables de la recuperación. Las tasas de supervivencia de enfermos con cetoacidosis alcohólica son buenas. El fallecimiento suele deberse a otras complicaciones del alcoholismo crónico. Es indispensable una búsqueda completa y el tratamiento de trastornos alcohólicos concomitantes. Después de borracheras ulteriores son frecuentes los episodios recurrentes de cetoacidosis alcohólica. 9. Bibliografía 1. Schuckit MA. Alcohol y alcoholismo. En: Harrison. Principios de Medicina Interna. Vol. II. 14ª edición. Ed. McGraw-Hill Interamericana. 2000. México. 2. Ragland G. Cetoacidosis alcohólica. En: Tintinalli JE, Krome RL, Ruiz E. Medicina de Urgencias. 4ª edición, 1998. Interamericana McGraw-Hill. México. 3. 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Beta-hydroxybutyric acido-an indicator for an alcoholic ketoacidosis as cause of death in deceased alcohol abusers. J Forensic Sci,2000;45(3):624-32. 4 DIRECTORIO Dr. Enrique Gómez Bravo Topete Secretario de Salud y Director General del ISEM M. en C.B. Alberto Ernesto Hardy Pérez Coordinador de Salud Dr. Luis Esteban Hoyo García de Alva Director de Servicios de Salud MASS Olga Magdalena Flores Bringas Jefe de Unidad de Enseñanza, Investigación y Calidad MASS Agustín Benjamín Canseco Rojano Jefe del Departamento de Información en Salud MSP Jorge Sánchez Zárate Centro Estatal de Información en Salud (recopilación, revisión, diseño y elaboración) Para mayor información: Centro Estatal de Información en Salud Independencia Ote. 903, Planta Baja. Col. Reforma Toluca, México. Tels: 01 (722) 2 15 52 44 y 2 14 86 80 Tel Directo: 01 (722) 2 13 53 55 e-mail: [email protected]