Hoy marca el comienzo de una celebración anual para nuestra

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1 Hoy marca el comienzo de una celebración anual para nuestra parroquia que culminará con la celebración de ciento setenta y cinco años de presencia católica en el condado de Bartolomé. En 1841, cuando la iglesia fue construida, la selección del nombre de la parroquia parecía ser bastante obvia. Por una coincidencia feliz, el nombre del condado era el nombre de uno de los doce apóstoles. Y ya que consideramos 175 (ciento setenta y cinco) años de historia, a los que vamos llegando, también tenemos que considerar los próximos 175 (ciento setenta y cinco) años, y hacia dónde vamos. Tenemos que reconocer que nuestro camino de fe no es diferente a la jornada que esta parroquia ha hecho. Probablemente ha tenido sus altibajos. Días de profunda convicción, y días de desesperación. Ha habido, días en que probablemente el futuro parece tan brillante, y días que parecieran estar cargados de oscuridad. Y en ese sentido no estamos a diferencia de San Bartolomé nuestro Patrón. Lo que sabemos de San Bartolomé el hombre es algo limitada. En el evangelio de hoy, él es llamado Nathaniel, pero puedes estar tranquilo, que Nathaniel y Bartolomé son la mima persona. Sabemos que como uno de los doce, él habría estado al tanto de todo tipo de momentos ministeriales en la vida de Cristo. Sabemos que esa noche huyo en el jardín de Getsemaní. Sabemos que cuando se le dijo primero acerca de Jesús, se mostró escéptico. ¿Puede haber algo bueno de Nazaret? 2 Probablemente en ese momento no se dio cuenta, pero esta afirmación es bastante profunda. La idea de Dios que siendo encontrada en los lugares menos sospechosos es bastante intrigante. ¿Cuántos habrían sospechado que el Creador del cosmos se encontraba en un establo acostado en un pesebre rodeado de su propia creación? ¿Cuántos habría sospechado que el Señor de los señores, no iba a vivir su vida en la riqueza y la prosperidad, sino en la miseria y la pobreza? ¿Cuántos habrían sospechado que el rey de reyes no iba a ser encontrado sentado en un trono de oro y plata rodeado de amor y seguidores devotos, pero sería encontrado colgando de una cruz de madera rodeado de gente que lo odiaban? ¿Cuánta gente habría sospechado que a través de este hombre que el negador se convertiría en la roca? Que el escéptico se iba a convertir en el santo. ¿Cuánta gente habría sospechado que a través de este hombre los mansos y los sumisos, los pobres y los humildes, los perseguidos y los olvidados, fueron los que estuvieron en última instancia bendita ¿Quién lo hubiera sospechado? ¿Pudo salir algo bueno de Nazaret? Aparentemente sí. Pero esa no es la única lección que podemos tomar de Bartolomé. Felipe le dice, ven y ve. 3 Y establece en él una de las grandes lecciones de Bartolomé. Él fue. Él tomo medidas. Oyó hablar de Cristo y luego se fue. Él hizo algo al respecto. Incluso en medio de la duda y el escepticismo, él tuvo que saber. Así que se fue. Se convirtió en un apóstol. Él evangelizó al mundo. Él dio su vida por el Evangelio. Se convirtió en un santo. Por qué nosotros no podemos? Por ciento setenta y cuatro años, Dios ha bendecido el trabajo de la gente de San Bartolomé. Él ha encontrado que es digna. Vamos a implorarle que el trabajo que hacemos lo encuentre digno de su Bendición. Oremos para que nos bendiga a lo largo de este año.Esperemos que los ciento setenta y cinco años sea sólo el principio de muchas más bendiciones por venir. 
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