Tablero de Instrumentos

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Tablero de Instrumentos
Por Alberto Quiroga V. / www.albertmingo.blogspot.com
Para que un auto camine, básicamente necesita un chasis, las llantas y motor. Todo lo demás que se le ha agregado es para hacer más cómoda y manejable la situación de andar en auto. En casos de necesidad, he visto autos moverse sin asientos, sin luces, sin tanque de gasolina (con un bote que haga esa función) o sin vidrios, cuando es necesario moverlos de un lado a otro mientras se reparan. A pesar de ser incomodo, el movimiento se puede dar, porque como mencione, muchas de las cosas que trae el vehículo no son fundamentales para que se muevan. Por otra parte, algunos de los mecanismos si bien no son indispensables para el movimiento si lo son para el control, como los frenos o la dirección, sin los cuales, el riesgo de sufrir un accidente es altísimo. Y también existen los elementos que no son absolutamente necesarios pero si muy importantes como es el caso del tablero de instrumentos. Ubicado frente al conductor, el tablero de instrumentos manda mensajes importantes para el control del vehículo y la seguridad de los pasajeros. La señal de temperatura previene un sobrecalentamiento con el respectivo daño al motor. El medidor de combustible, previene su falta y el correspondiente paro del motor. El velocímetro puede ayudar a aquellos que de repente pierden la consciencia de la velocidad y el indicador de carga nos ayuda a detectar un fallo eléctrico que también puede detenernos. Paralelo a ellos, existen otros indicadores en apariencia menos importantes que previenen daños a futuro en el motor, los frenos o el sistema anticontaminante. Otros, llamados de confort, avisan que hace falta líquido para limpiar el parabrisas, que un cinturón no está colocado o que una puerta está abierta. Cuando no funcionan algunos de los indicadores, se corre el riesgo de no tomar en cuenta un problema hasta que éste detenga al vehículo, es decir, se pierde la capacidad de prevención. Cuando falla un indicador, obliga a quien conduce a tratar de enterarse por otros medios de la medida en cuestión. Si falla el medidor de gasolina, se suele utilizar una manguera para medir el nivel o estar rellenando constantemente el tanque para evitar que se acabe el combustible. En resumen, contar con indicadores que ayuden a controlar la marcha del auto es conveniente. En la realidad para el usuario común el tablero de instrumentos no es visto como algo necesario en su totalidad. Se le da una ojeada rápida para verificar que exista gasolina y después se olvida. Es por ello que los ingenieros diseñadores han hecho esfuerzos por mandar mensajes más visibles, colocando focos que parpadean incansablemente para avisar al conductor que existe un detalle que debe ser atendido. Y es la molestia del foquito parpadeante lo que provoca que se le ponga atención. ¿Qué se necesita hacer para apagar el foco? Corregir la falla... o eliminar el foco. Cuando los autos comenzaron a traer computadoras, éstas utilizaban focos en el tablero para comunicar mensajes. Pero debido a que se desconocía el código por parte de mecánicos desactualizados, cuando un cliente les llevaba autos con focos encendidos por un problema menor, pero que requería atención, los mecánicos optaban por la fácil y cortaban la línea para apagar el foco. Como esta mala práctica se hizo muy frecuente y acababa por dañar los autos, pues no se corregian las fallas, los tableros se fueron sofisticando para impedir que se pudiera manipular la señal, a tal grado que ahora hay autos no encienden si el tablero de instrumentos no funciona en su totalidad y los focos no se apagan si no es bajo un procedimiento de reseteo. Y todo por esa mala tendencia humana a tratar de esconder los errores en lugar de corregirlos. ¿Qué pasa con el tablero de instrumentos de nuestra vida? Nosotros también tenemos un "tablero de instrumentos" que nos va indicando si vamos bien o vamos mal. Tenemos a la conciencia, que nos indica si nuestras acciones y pensamientos son buenos y correctos, tenemos a nuestra salud, que nos marca si el combustible físico y mental que recibimos es el adecuado. Nuestro estado de ánimo también es un indicador que nos marca si vamos a las revoluciones adecuadas, o estamos sobregirando el motor o lo traemos a bajo ritmo. Los comentarios de amigos sinceros, las críticas bien asimiladas y nuestros resultados, son el equivalente a "foquitos" que se encienden para avisar que el sistema funciona bien o mal. En suma, podemos utilizar estos indicadores para saber si vamos a buen ritmo o si estamos a punto de desbielar la máquina. Si bien estos "instrumentos" son buenos, corremos el riesgo de descuidar las señales y ver únicamente una o dos, como aquel que sólo se fija en el nivel de combustible. Así, se puede llegar a ponerle mucha atención exclusivamente al indicador del éxito laboral y económico y descuidar el indicador que nos dice que el aspecto espiritual o el familiar tienen un rendimiento muy bajo. También existe el riesgo de sentir tan molesto un indicador, que se piense que eliminándolo se elimina el problema, igual que como hacen los malos mecánicos cortando el cable que alimenta al foco. Y ante el problema buscar la evasión o la negación. Para poner solamente un caso, están todos aquellos que olvidaron o ignoraron las señales de alerta de su cuerpo hasta que se presentó una embolia o un infarto. El tablero personal allí está. Cada quien decide la atención que le presta. Mover un auto sin instrumentos de un taller a otro, unas cuantas cuadras, no es muy difícil. Pero hacerlo en un viaje largo sería bastante complicado. En nuestra vida, desatender esas señales por unos días puede no parecer riesgoso, hablar de toda una vida sin atenderlas representa un problema mucho mayor. 
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