UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA FACULTAD DE PSICOLOGÍA INSTRUMENTOS DE EXPLORACIÓN PSICOLÓGICA II “CONCEPTO DE ANGUSTIA” Lic. María Laura MUSA Lic. María Marta GUERRA I. El uso coloquial del término angustia nos remite al estado afectivo de aflicción, congoja, que surge ante una sensación de amenaza indeterminada; generalmente acompañada de signos neurovegetativos característicos (sudoración, taquicardia, palpitaciones). El apelar a la etimología de la palabra, nos lleva a conocer su significación más pura. Hunde sus raíces en el latín, griego y las lenguas germánicas. Angustia: Angs (latín): angosto 1 Aporía (griego): a (privación) y poría (abertura) Ademonía (griego): saciedad, lleno, aquello que obtura y tapona. La angustia es un fenómeno propio del sujeto normal, inherente a su existencia en el mundo. Produce un efecto desagradable, desequilibrante, en el psiquismo frente al cual, el Yo, responde a fin de reestablecer el estado previo a su advenimiento. Entonces, frente a qué surge la angustia? ¿Cuál es su objeto? Lo tiene? Freud, diferencia a la angustia de dos conceptos de manera clara: éstos son el miedo y el susto. Para el primero existe una causa objetiva, un elemento u objeto externo que lo provoca. A diferencia del segundo que surge como producto de la irrupción de peligro frente al cual el Yo no se halla preparado. La angustia consistiría en una reacción inespecífica global. 1 Otto Rank asimila el nacimiento a la primera noción o registro de la angustia por el paso por el estrecho canal de parto. La angustia se vincula así con fantasías de quedar atrapado. 1 En 1895 (“Obsesiones y Fobias”2)Freud comienza la conceptualización de su primera teoría de la angustia, donde explica su mecanismo de producción en el estancamiento de la libido. Una teoría en términos económicos que entiende que éste quantum energético inmovilizado, es transformado y liberado en forma de angustia. Dicho estancamiento podría responder a dos causas: 1. Falta o inadecuación de la satisfacción sexual (Neurosis de angustia) 2. Por defensa psíquica (Psiconeurosis de defensa) Primera teoría de la angustia: la angustia es producida por efecto de la represión Más tarde, en “Inhibición, Síntoma y Angustia” (1926)3, propone una segunda teorización, donde la angustia se convierte en una señal de alarma para el Yo. Le advierte de un peligro externo realista (amenaza de castración) al modo de una señal anticipatoria inconsciente que remite a la reacción angustiosa propia de una situación traumática primitiva. Segunda teoría de la angustia: la angustia es causa de la represión “Aparece la angustia como causa de la represión, es decir, es la angustia la que pone en marcha los mecanismos psíquicos destinados a que el sujeto escotomice y des-conozca aquellos deseos interdictos que suscitarían un peligro al que intenta conjurar mágicamente al impedir su acceso a la conciencia.”4 Es necesario, en este punto, especificar que sucede con la angustia en el caso de la fobia. En ésta la angustia libre se fija a un objeto (por desplazamiento) se neutraliza la angustia en su reacción inespecífica dándole un nombre y acotando el temor a un objeto particular del cual se puede huir y/o evitar. Precisamente, a ello se refiere Freud cuando dice que la angustia no tiene objeto. En la fobia, el enlazarla a un objeto exterior, es una manera de neutralizarla. Freud, S. “Obsesiones y Fobias” Obras Completas. T.1. Biblioteca Nueva. Freud, S. “Inhibición, Síntoma y Angustia” Obras Completas. T.III. Biblioteca Nueva. 4 Abadi, M. “Notas acerca de la angustia y su conceptualización en un seminario”ED. Tekné. Pág. 6. 2 3 2 “Es decir, afecto que recrea en el interior, en un plano inconsciente y de manera mínima la situación afectiva, frente a sucesos que por distintos motivos, adquieren un significado peligroso, con lo que pone en marcha mecanismos defensivos que tienden a regular el conflicto, antes de que se vuelva inmanejable.”5 II. Como ya puede advertirse desde las definiciones anteriores, la cuestión de la angustia recorre todos los interrogantes relacionados con la función de la defensa y el porqué del síntoma. Y por ende, debemos remitirnos al complejo de castración. Transitar por la cuestión de la castración implica investigar los movimientos, las operaciones por las cuales alguien puede constituirse como sujeto. “En el momento del nacimiento el niño ingresa a un espacio no accesible directamente por el sentido común, aunque sí desde la preocupación maternal primaria. Espacio que es también el espacio de los otros, el lugar en el que intervienen los sonidos, las miradas, el tacto que cualifican a los procesos pura y abstractamente cuantitativos del placer y displacer de las puestas en tensión del funcionamiento del organismo.”6 Mediante esta cita, comenzamos a vislumbrar la necesaria presencia de Otro que realice esta función de brindar significación a lo que en el bebé sólo aparece como tensión. Siguiendo a Winnicott, diremos entonces que se produce una adaptación activa a las necesidades del niño, lo cual supone la capacidad de sostén por parte de ese Otro (generalmente encarnado por la madre). Se constituye de esta manera lo que desde algunos autores se denominan, simbiosis inicial. Es de esta manera que se otorga ser al sujeto: se es mientras que hay alguien que desea que se sea. Es decir, el niño debe poder ser ubicado en el lugar del objeto del deseo del Otro. En este momento (narcisismo primario) pueden diferenciarse tres tiempos que se desarrollan desde la indiferenciación (célula narcisista), a un progresivo reconocimiento en el cual el niño se ve como otro. El tercer tiempo coincidiría con lo que Spitz conceptualizó como angustia del octavo mes, reacción que informa sobre la formación de la categoría de 5 6 Paz, R. “Sicopatología” Ed. Nueva Visión. Pág. 154 Rodulfo, R y M. “Clínica Psicoanalítica de niños y adolescentes”.Paidós. Pág. 16 3 lo extraño, esto es, hay noticia de lo diferente. Se quiebra así la premisa anterior, (célula narcisista) se hace evidente que no todo es madre, prefigurándose así los indicios del corte. “Así como el narcisismo viene a resolver la cuestión del ser, el Edipo viene a dar respuesta al ser, en tanto que ser sexuado y a la ulterior de tener un sexo. [...] Mientras que el niño pequeño debe inscribir en el primer tránsito, que la madre no es él : a través de las vicisitudes del Edipo se verá conducido a la aceptación interdictoria de su madre no es de él. En razón de e ello diremos que para que el Edipo cumpla su función en el desarrollo subjetivo, deberá producirse cierto pasaje del ser al tener. [...] Es en este pasaje del ser al tener donde debemos situar la castración simbólica.”7 El logro de una identidad sexual se vincula entonces con la renuncia a ser el que colme el deseo del Otro. A partir de aquí podremos comenzar a situar la cuestión de la angustia: en la castración, lo que está en juego es la posibilidad de darse objetos por fuera de la madre. Y aquí es ineludible ocuparse de la angustia porque no hay corte sin angustia, y toda angustia es de corte, de castración. “A pesar de cierta oscilación en los textos, Freud nos indicó la necesidad de concebir el origen de la angustia en nudo de relaciones que definen el complejo de castración [...] Surge entonces una paradoja en el corazón mismo de la angustia, y ésta se revela constituida por un doble temor: por un lado, el temor al gesto castratorio del padre, y por otro, y simultáneamente, temor a no poder alejarse de la madre, de no poder ser abandonado por ella.”8 Esta situación paradojal e irreductible, en torno a la castración, da cuenta del carácter fundamental y estructural de la angustia, y de lo que su manifestación evidencia: la prohibición perpetúa el deseo y la angustia aparece remitiéndonos continuamente al corte, es por ello que decimos que toda angustia es angustia de castración. “La angustia aparece cuando la falta viene a faltar.” Ahora bien, cuál es la articulación de la angustia en el funcionamiento psíquico? Rafael Paz en su “Psicopatología”9 nos ofrece una esquematización donde podemos 7 Rodulfo, R y M. Op. cit. Pág. 45 Masotta, O. “Ensayos Lacanianos”ED. Anagrama. Pág. 170. 9 Paz, R. Op cit. Pág. 152 8 4 observar una “versión enriquecida”del esquema clásico de las series complmentarias que el autor rescata como proceso patológico. Situación actual Desencadenantes Sucesos vividos (Fijaciones) Regresión Reactivaciones pulsionales Significación Idiosincrásica Fantasía Disposición Exitosa Situación Peligrosa Angustia Retorno de lo reprimido Reestructuración defensiva Fracasada Defensas Síntomas Defensas secundarias Contra los síntomas Avancemos en la lectura de lo que está indicando este esquema. Los síntomas son “productos transaccionales”, esto es, aparecen evidenciando tanto la satisfacción pulsional, como la acción de la represión y las operaciones defensivas. El síntoma es una satisfacción sustitutiva del deseo. Ahora bien, por qué la pulsión que busca su satisfacción plena desencadena la emergencia de angustia y, a su vez, esta opera como señal para las operaciones defensivas? Ello ocurre porque hay un hecho objetivo, exterior (amenaza de castración) que significa a la posibilidad de realización del deseo. La angustia emerge como señal de alarma permitiéndole al Yo que instrumente la defensa. Ello Yo Super Yo Incremento pulsional Mundo exterior Amor al objeto conlleva amenaza de castración Angustia Señal REPRESIÓN Que recae sobre la pulsión 5 BIBLIOGRAFÍA: Abadi, M. “ Notas acerca de la angustia y su conceptualización en un seminario” Ed. Tekné. Freud, S. “Leciones Introductorias”en Obras Completas. Tomo II. Biblioteca Nueva. Freud, S. “Inhibición, Síntoma y angustia” en Obras Completas Tomo III. Biblioteca Nueva. Freud, S. “Obsesiones y Fobias”en Obras Completas. Tomo I. Biblioteca Nueva. Laplanche y Pontalis “Diccionario de Psicoanálisis” Ed. Labor Paz, R. “Psicopatología. Sus fundamentos dinámicos”Nueva Visión. 1999. Masotta, O. “Ensayos Lacanianos” Ed. Anagrama. 1998 Masotta, O. “Lecciones de introducción al psicoanálisis”. ED. Gedisa. 1996 Rodulfo, R y M. “Clínica psicoanalítica de niños y adolscentes”.Ed. Paidós. 6
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