UN ANÁLISIS REFLEXIVO SOBRE MEDICIÓN CONTABLE Liliana Fernández Lorenzo y Alejandro Barbei (Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de La Plata) 1. INTRODUCCIÓN Si se considera a la Contabilidad, como disciplina social de base científica, su objetivo es producir conocimiento metódico, sistemático, verificable, esencialmente cuantificado sobre una parte de la realidad considerada, tal como se plantea en N. Geba y L. Fernández Lorenzo (2002). Autores de la talla de R. Mattessich (1964-2002) y de C. García Casella (2000), coincidiendo con este objetivo de “producir conocimiento esencialmente cuantificado”, incluyen en sus definiciones de contabilidad las tareas de “descripción cuantitativa” de ingresos o agregados de riqueza, o de la existencia y circulación de objetos, hechos y personas diversas de cada ente u organismo social, respectivamente (p. 19). Se coincide con García Casella, C. y Rodríguez de Ramírez, M. (2001) , al considerar el ‘Problema de la medición’ como uno de los más relevantes dentro de la disciplina contable. Ellos plantean una hipótesis central referida al mismo: “La Contabilidad se ocupa de la medición en sentido amplio, tanto cuantitativo como cualitativo y para así poder ofrecer informes que contemplen las preferencias de los participantes de la actividad contable”. En consecuencia se destaca que el proceso de descripción cualitativo y cuantitativo, es una etapa muy importante del proceso contable, que tiene consecuencias sociales relevantes y que a su vez, suele ser influida por el contexto espacio temporal donde se desarrolla. Considerando que la valoración es un caso especial de medición y que ésta ha sido utilizada por la disciplina contable desde sus orígenes para representar la realidad económico financiera, debemos recordar los comentarios que al respecto realiza W. Chua (1986 p. 617): “Los números contables son representaciones inadecuadas de cosas y hechos experimentados por los seres humanos. A causa de esto, los actores buscarán trascender la formalidad de los números y manipular su significado simbólico para adecuarlos a sus intenciones particulares (Boland y Onda, 1983; Cooper, Hayes y Wolf, 1981)” (García Casella y Rodríguez de Ramírez, 2001) Paralelamente, al haberse ampliado el objeto de estudio de la disciplina, hacia una realidad socio ambiental amplia (L. Fernández Lorenzo, 2006, p.5), surgen nuevas ramas o especialidades contables y por ende, los problemas de medición se diversifican. Es por todo ello que se considera de vital importancia el estudio de esta temática con un enfoque científico, complementado por los aportes de otras disciplinas sociales. 2. ASPECTOS RELEVANTES A CONSIDERAR A los fines de abordar la temática de medición contable, resulta necesario analizar determinados aspectos que se consideran relevantes. Algunos de ellos fueron analizados en anteriores investigaciones (Fernández Lorenzo y Barbei, 2004; Barbei y Fernández Lorenzo, 2004; A. Barbei, 2005 y Fernández Lorenzo y Barbei, 2006). A continuación se los trata de interrelacionar y complementar con otras propuestas. 2.1 Concepto de medición Partiendo del significado que comúnmente se le asigna, la medición es la acción y efecto de medir, siendo definida esta última actividad como “la determinación de la cantidad de una magnitud por comparación con otra que se toma como unidad” (Enciclopedia Larousse, 1971). Pero como se ubica a la disciplina contable en el ámbito de las ciencias sociales, resulta interesante recurrir al concepto que de la misma plantea S. Stevens al aplicarlo a la psicología. “Medir es asignar numerales a los objetos o acontecimientos de acuerdo con ciertas reglas” (Wainerman el al., 1976, p. 17). Este autor resalta la utilidad de las matemáticas, sin dejar de reconocer que son un invento humano y la importancia de comprender de qué modo ellas sirven de modelo para representar operaciones empíricas. De la citada definición, se identifican como elementos integrantes de toda medición: el sistema matemático, los objetos o fenómenos a medir y las reglas que relacionan a ambos. J. Mosterín (2000, p. 45) distingue entre metrización y medición: “Metrizar un ámbito cualitativo consiste en representarlo numéricamente…” o se introducir un concepto métrico, también llamado concepto cuantitativo, magnitud o unidad de medida, que no tiene correspondencia en el lenguaje ordinario. Estos conceptos métricos son una creación de los lenguajes científicos. A través de los mismos es posible asignar un número, vector, etc. a objetos o sucesos, es decir que es posible medir. 2.2 Proceso de Medición Para poder asignar un número a un atributo de un objeto o acontecimiento, es necesario hacerlo según ciertas reglas, tal como lo plantea S. Stevens. Esto “origina diferentes tipos de escalas y diferentes tipos de medición” (Wainerman et al. 1976, p.17). Siguiendo al mismo autor, “las escalas son posibles en primer lugar, porque existe un isomorfismo entre las propiedades de la serie numeral y las operaciones empíricas que podemos realizar con aspectos de los objetos. Este isomorfismo, desde luego, es solo parcial.”. El mismo “… justifica el uso del sistema formal como un modelo que represente aspectos del mundo empírico”. Entre las escalas, F. Carillo Gamboa (1983) y el autor antes citado, coinciden en mencionar la nominal, la ordinal, la intervalar o de intervalo y la proporcional o de razón. En este orden de ideas, R. Mattessich (1964-2002) sostiene “… que la medición más básica es la clasificación, que constituye un proceso discriminatorio fundamental por el cual varias categorías pueden se identificadas y distinguidas a través de numerales” (escala ordinal). Como el aspecto clasificatorio ha prevalecido en la disciplina contable, comenta que la contabilidad es señera en “medición” de hechos sociales. La escala ordinal crea un orden de precedencia o jerarquía de clases. En contabilidad, estas dos escalas se aplican en la confección de un plan de cuentas. La tercera impone la regularidad de los intervalos de clase y puede ser aplicada en el costeo standard y la cuarta requiere de un punto cero que no sea elegido arbitrariamente sino que se halla dado más allá de las meras convenciones (R. Mattessich lo ejemplifica con un activo totalmente amortizado) (pp. 57-58). Cañibano Calvo (1979) incorpora una quinta escala al sostener que “…el método contable maneja una escala múltiple o multidimensional, ya que los datos sometidos al mismo son medidos de acuerdo con varias escalas cada una de las cuales expresa sus resultados en una distinta dimensión.” (p. 70) Al tratar este tema, R. Mattessich (1964-2002), hace referencia a una escala que surge de la combinación de varias dimensiones, pero que la distingue de las denominadas escalas múltiples, que se utilizan frecuentemente en la práctica concreta, por ejemplo la combinación de tres mediciones de distancia produce una nueva medición: el volumen, que se determina a través de la misma escala de proporciones. En contabilidad, una transacción contable es un caso de medición múltiple pero realizada a través de escalas diferentes. Así “… puede considerarse que la `base´ de la transacción está dada por dos dimensiones que miden objetos a través de la misma escala nominal (plan de cuentas). La palabra `hecho´ implica una dimensión temporal que no debe descuidarse…. Puesto que estamos, sin embargo, tratando con magnitudes de `propiedades´ (valores), debemos añadir otra escala (esta vez una escala de proporciones) sobre la cual podamos medir estas magnitudes” (Mattessich, R., 1964-2002 p. 73). La posibilidad de hacer determinadas operaciones matemáticas con los números asignados o de realizar manipulaciones estadísticas con los datos, difiere según el tipo de escala que se utilice. Por ello, debe resaltarse la necesidad de estudiar y explicitar las reglas bajo las cuales se asignan números a objetos o sucesos contables, a fin de saber de qué tipo de medidas se ofrecen y qué operaciones es factible realizar con ellas. Cuando Stevens hace referencia a la naturaleza y utilización del lenguaje (matemático u otro) distingue tres campos importantes: “1) La sintáctica, que es el estudio de la relación entre signos. 2) La semántica, que es el estudio de la relación entre signos y objetos. 3) La pragmática, que es estudio de la relación entre signos y usuarios de signos” ((Wainerman et al. 1976, p.19). Como toda medición debe brindar una adecuada representación del atributo medido de un objeto o transacción por medio de numerales, estos campos cobran relevancia en la disciplina contable. De ellos dependen la correspondencia entre las representaciones y los objetos representados, y entre las primeras y los usuarios de las mismas. En el proceso de medición es necesario seleccionar el objeto o suceso a medir y el o los atributos que mejor los representen. La selección de estos últimos se encuentra estrechamente relacionado con los objetivos perseguidos con la medición; tales como poner de manifiesto la situación financiera de un ente a fin de captar fondos o de decidir una inversión que contribuya al desarrollo sustentable, etc. Puede suponerse que éstos condicionan la selección de variables relevantes que caracterizan el fenómeno a medir, los instrumentos elegidos y por ende los resultados del proceso. “Aquí se hace presente una cuestión central que es la subjetividad en las mediciones contables debido a las distintas elecciones sobre los elementos antes reseñados. En esta línea, García Casella y Rodríguez de Ramírez (2001) analizan lo planteado por Chambers en 1969, quien sostiene que las mediciones sólo son aproximaciones, dependiendo su exactitud de la variabilidad del objeto, del contexto, de los instrumentos y del observador (en este caso el profesional contable). A través de las mismas el individuo realiza una operación de abstracción ya que se determinan dimensiones o variables de relevancia y de acuerdo a las mismas se desarrolla el proceso de medición” (Fernández Lorenzo y Barbei, 2006). De lo antes dicho debe resaltarse la importancia de poner de manifiesto los objetivos perseguidos en un determinado proceso de medición. 2.3 Confiabilidad y Validez de las Mediciones Una vez diseñada y aplicada una escala, tal como lo señala C. Wainerman (1976, pp. 10-11), obtenemos números que representan un atributo de los objetos o fenómenos medidos. Pero “…dichos puntajes están determinados por –y por lo tanto reflejan- no solo la(s) variables(s) que se pretende medir sino también una variedad de otros factores…que dependen de los sujetos, del instrumento y de su aplicación”. Estos factores tienen efecto sobre dos aspectos esenciales de una buena medición: su confiabilidad y su validez. La citada autora establece que “un procedimiento de medición es confiable en la medida en que aplicaciones independientes del mismo produzcan resultados consistentes, y es válido en la medida en que los puntajes que origine reflejen ‘verdaderas’ diferencias entre los individuos o grupos a lo largo de la variable (o variables) medida(s), antes que diferencias debidas a otras variables posibles” (resaltado nuestro). La primera está estrechamente vinculada con el instrumento utilizado en la medición. R. Thorndike analiza este tema en profundidad y ofrece procedimientos para estimar la confiabilidad de un instrumento (Wainerman et al. 1976, pp. 75-154). Al respecto, R. Mattessich (1964-2002) sostiene que: “… debemos admitir que no sólo es muy bajo el grado de exactitud de muchas mediciones contables, sino que frecuentemente los contadores actúan en un vacío de confiabilidad que no proporciona ningún tipo de medición del error implicado en las mismas…” (p. 12). Una medición brinda mayor información si se conoce su grado de exactitud. “La exactitud o la medida de error constituye, para muchos estudiosos, una parte fundamental de toda medición.” (p.79). Por todo lo antes dicho, se sugiere se estudien los modos de garantizar la confiabilidad y validez de las mediciones contables. Paralelamente se destaca la necesidad de explicitar en qué grado es confiable y válida una magnitud contable determinada, a fin de incrementar la utilidad de la misma. 3. EL PROCESO DE MEDICIÓN EN EL UNIVERSO DEL DISCURSO CONTABLE Si bien no existe amplio consenso en cuanto a los elementos que conforman el discurso contable, debe de reconocerse, coincidiendo con Wirth M. (2001, p. 21), que el campo de acción de la contabilidad cada día es más vasto dada la gran cantidad de variables – económicas, ecológicas, sociales- que se miden y se informan, tanto a nivel micro como macroeconómico. Así entonces, conforman el dominio o universo del discurso contable todos aquellos elementos de la realidad socio ambiental que son objeto de estudio de la disciplina contable en cumplimiento de sus objetivos y que están incluidos en su marco teórico conceptual. Con respecto a este último, debe recordarse que el marco teórico de la disciplina condiciona el tipo de realidad que se quiere captar, su percepción y representación. Dada la amplitud y relevancia del proceso de medición en contabilidad y la necesidad de que se lo fundamente adecuadamente, en un trabajo anterior (Fernández Lorenzo y Barbei, 2004) se plantea como deseable la elaboración de un modelo de medición contable básico, basados en una Teoría General de la Medición (actualmente ajena a la Contabilidad), del que puedan desprenderse submodelos para las distintas ramas o especialidades, para distintos fines o propósitos, etc. Por lo antes planteado, se considera como deseable desarrollar un modelo básico de medición sea lo suficientemente amplio para considerar las cuestiones antes planteadas, que se integre el marco teórico conceptual de la disciplina y que sirva de base para la elaboración de submodelos de aplicación en las diferentes especialidades contables a fin de cumplir con los fines pragmáticos de la contabilidad. 4. REFLEXIÓN FINAL Si se considera, a la Contabilidad, como disciplina social de base científica cuyo objetivo es producir conocimiento metódico, sistemático, verificable y esencialmente cuantificado sobre una parte de la realidad socio ambiental considerada, el proceso de descripción cualitativo y cuantitativo, es una etapa muy importante del proceso contable que debiera abordarse con un enfoque científico. Para S. Stevens “Medir es asignar numerales a los objetos o acontecimientos de acuerdo con ciertas reglas” (Wainerman el al., 1976, p. 17). En este proceso intervienen una serie de elementos entre los que se puede mencionar a los siguientes: - los objetos o fenómenos a medir y sus atributos o variables relevantes el sistema numeral o matemático a emplear las reglas o escalas que relacionan los elementos anteriores unidades de medida empleadas los fines perseguidos y los instrumentos de medición empleados. Como es posible que distintos individuos consideren como relevantes diferentes atributos de los objetos o fenómenos a medir, empleen diferentes unidades de medida y reglas o escalas sin entrar a considerar las debilidades o fortalezas de las mismas, persigan distintos fines y utilicen distintos instrumentos para concretar una medición, se destaca como necesario: Explicitar las reglas bajo las cuales se asignan números a objetos o sucesos contables, a fin de saber qué tipo de medidas se ofrecen y qué operaciones es factible realizar con ellas. Poner de manifiesto los objetivos perseguidos en un determinado proceso de medición. Estudiar los modos de garantizar la confiabilidad y validez de las mediciones contables para poder explicitar el grado de confiabilidad y validez una magnitud contable determinada, a fin de incrementar la utilidad de la misma. Diseñar un modelo básico de medición contable lo suficientemente amplio para considerar las cuestiones relevantes del proceso e integrarlo al marco teórico conceptual de la disciplina. Utilizar el modelo básico de medición como base para la elaboración de submodelos de aplicación en las diferentes especialidades contables, a fin de cumplir con los fines pragmáticos de la contabilidad. Si bien las cuestiones planteadas se presentan como un gran desafío, se consideran como pasos esenciales para poder integrar el conocimiento contable en una estructura orgánica abarcativa de las distintas especialidades. 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Barbei, A. A. (2005): Los Conceptos Científicos y la Realidad Percibida: el Caso de la Medición Contable. En Universidad Nacional de Misiones, Facultad de Ciencias Económicas, 11mo. Encuentro Nacional de Investigadores Universitarios del Área Contable. Editado en C.D. Barbei, A. y Fernández Lorenzo, L. 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Acerca de la ubicación de la Contabilidad en el campo del conocimiento. La Ley, Buenos Aires, Argentina.