da" ("Deep Ecology")°°'. Sin embargo, la enseñanza de la organización ecologista Greenpeace es un ejemplo de la cristalización del movimiento en una organización para la acción medioambiental y al mismo tiempo de revolución cultural que considera a un modelo de desarrollo actual caracterizado por la falta de preocupación acerca de sus consecuencias sobre la vida en el planeta. Este movimiento es un ejemplo de movimiento de concienciación que dirige sus esfuerzos a presionar a gobiernos e instituciones para cambiar la legislación. Estos movimientos que comenzaron en los Estados Unidos en los años sesenta del siglo XX adquirieron su mayor expansión en los años ochenta. En los noventa temas importantes como la lucha por la paz y la protesta antinuclear han pasado a segundo plano, en parte debido al éxito de las protestas sobre todo con la paralización de la construcción de centrales nucleares y en parte debido al fin de la "guerra fría". De esta forma, siguiendo a Castells408, una variedad de temas sociales se han convertido en bandera de un movimiento cada vez más diversificado. Así, las comunidades pobres y las minorías étnicas se han movilizado contra la discriminación medioambiental; los trabajadores contra las causas nuevas y viejas de los accidentes laborales, el estrés provocado contra los ordenadores, el envenenamiento químico; las mujeres que gestionan la vida diaria de las familias, son las que sufren de forrna más directa la contaminación y el desarrollo incontrolado. Si estos movimientos sociales predominaron principalmente en el primer mundo, al mismo tiempo en el tercer mundo estaban ocurriendo cambios sociales importantes en relación al desarrollo y a la pobreza. Aunque no hay espacio para más explicaciones, resaltamos el protagonismo del ecofeminismo y sus diferentes interpretaciones, que es un movimiento de envergadura mundial que es preciso tener en cuenta^°^^. 33. La "justicia ambiental" o ecologismo de los pobres. De la distribución intergeneracional a la distribución intrageneracional de los recursos El nuevo paradigma ecológico, aparecido entre los años noventa, es el producto del pensamiento que se desarrolla a partir de las teorías del intercambio desigual en términos de flujos no solo económicos, sino también ^ Castells, M. (1998): op. ci[. p.143 y ss. ^ Castells, M. (1998) op.cit. p. 157. ^° Para una visión clara del movimiento ecofeminista y sus diversas vertientes, ver García, E. (2004): Medio ambiente y sociedad, op. cit. pp. 87-90. También el apartado que Bellver Capella V. (1997) dedica al ecofeminismo en su artículo Las Ecofilosofias, en Ballesteros J. y Pérez Adán op. cit. 195 ecológicos. Como ya veíamos en Oswaldo Sunkel, el establecimiento de estos flujos a través del comercio internacional implica que los países subdesarrollados deben constituirse en el sumidero de residuos con una mayor repercusión de los impactos medioambientales a partir de un "estilo" de desarrollo de tipo dependiente de las economías de los países desarrollados. En este contexto, este "estilo" de desarrollo socioeconómico, en el interior de los países periféricos, afecta sobre todo a los grupos marginados, como son los campesinos, los indígenas, los negros y los pobres urbanos. En este caso, no se trata de una movilización en defensa de las demás especies, bajo el principio de sus valores intrínsecos, como harían los movimientos conservacionistas, ni la lucha por el derecho de las futuras generaciones a disfrutar de ellos, sino la defensa de los segmentos sociales marginados en los que no se esgrimen argumentos estéticos, ni éticas conservacionistas, ni los utilitaristas de los ecoeficientes. Su argumento es principalmente ético: la justicia social. Esta comente se apoya en la agroecología, la etnología, la ecología política, la ecología urbana, la economía ecológica, la sociología medioambiental y el neomarxismo^. En esta tendencia se sustentan los movimientos sociales ligados a la lucha por la supervivencia, lo mismo que los movimientos ecologistas que tratan de sacar los recursos naturales de los circuitos de la economía capitalista y de la racionalidad mercantil. ("mercado justo"). De hecho, en los países periféricos, y más en concreto en América Latina, crece lo que se ha dado en llamar el "ecologismo de los pobres" frente a la pobreza y la degradación ambiental. Realmente, como afirma Bellver, el movimiento no empezó en esos países40, el término justicia ambiental se utilizo en los países avanzados para aludir al movimiento de lucha contra la localización de instalaciones contaminantes, particularmente las plantas para el tratamiento de residuos peligrosos en barrios de minorías sociales o de ciudadanos con bajos ingresos. Pero pronto el objetivo del movimiento se amplió hasta abarcar la lucha contra todas las formas de discriminación racial-ambiental ("environmental race discrimination"), entendida como la exposición desproporcionada de las minorías a los peligros ambientales en general. Si estos fenómenos sociales son típicos de las sociedades avanzadas, los movimientos reivindicativos por la reapropiación de la naturaleza tienen otras características acordes con los "estilos" de desarrollo implementados por la extensión del sistema capitalista a través del proceso de globa- ^ Tobasura Acuña, I(2004): Movimientos ambientales y política medioambiental en Colombia en los años noventa, Salamanca, Tesis Doctoral. p. 56. "o Bellver Castella, V. (1997): op. cit. p. 264 y Castells, M. (1998): op. cit. 143 y ss. 196 lización y la progresiva degradación de las condiciones de existencia de comunidades sociales de los países subdesarrollados, incluso en comunidades que hasta este momento parecía que se encontraban a salvo de la depredación del sistema capitalista internacional. Afirma Leff que en estos países la degradación del ambiente genera un circulo perverso de pobreza que a su vez acentúa el deterioro ecológico; por ello la conservación y el uso sustentable de los recursos implica una gestión participativa en su manejo productivo°". EI principio de la equidad es indisociable de los objetivos del desarrollo sostenible; más que un compromiso con las generaciones futuras se plantea la cuestión "intrageneracional", es decir, el acceso de los grupos sociales actuales a los recursos ambientales del planeta. La reapropiación social de la naturaleza va más allá del abordaje de la equidad como distribución ecológica, es decir, como una repartición más justa de los costos de degradación y contaminación ambiental, una mejor evaluación del conjunto de recursos dentro de los ámbitos nacionales y una mejor distribución del ingreso. Leff a través del análisis de los conflictos ambientales provocados por las formas de explotación y uso de la naturaleza en América Latina, cuestiona la posibilidad de afianzar la justicia social en ciertos derechos de propiedad sobre los recursos por el desequilibrio de poder existente entre los grupos sociales en torno a la apropiación de la naturaleza. Autonomía, autogestión, democracia ambiental, se están convirtiendo materializaciones que hasta finales de los años noventa parecían impensables. El proceso de reapropiación de la naturaleza, como plantea Leff, parte del principio de "equidad en la diversidad" y ello implica la autodeterminación en las necesidades, la autogestión del potencial ecológico de cada región en "estilos" alternativos de desarrollo y autonomía cultural de cada comunidad. Estos procesos son los que definen las condiciones de producción y las formas de vida de los diversos grupos de población en relación con el manejo sustentable de su ambiente. Así la reapropiación de la naturaleza trae de nuevo al escenario social la cuestión de lucha de clases; la lucha de clases, en este caso, no versaría sobre la apropiación de las fuerzas productivas articuladas al sistema industrial, en el más puro sentido marxista clásico, sino en la apropiación de los modos y condiciones naturales de producción. Siguiendo a Leffa'Z, frente a la fórmula para °" Leff, E. (1996): Sobre la reapropiación sócial de la naturaleza, en López Ramírez y P. F. Hemández (1996): Sociedad y medioambiente. Contribuciones a la sociología ambiental en América Latina, Asociación Latinoamericana de Sociología. Benemerita Universidad Autónoma de Puebla, pp. 17-18. °'Z Leff, E. (1996): op. cit. p.19. 197 la definición de clase en torno o en relación con el control de las fuerzas productivas y los medios de producción, visión unidimensional de las fuerzas naturales desencadenadas y limitadas por la tecnología, el ambientalismo plantea la apropiación de la naturaleza dentro de un nuevo concepto de producción, fundado en los potenciales ecológicos, tecnológicos y culturales, que orienta alternativas de uso de los recursos. 3.4. La vertiente crítica de la agroecología y la justicia social Superpuesto al movimiento de la justicia ambiental existe una base científica articulada a las aportaciones del pensamiento agroecológico, lo que en términos de Hecht"' se denomina al "redescubrimiento de la agroecología", es decir, como la agroecología ha logrado emerger nuevamente a partir de la crisis ecológica en sus manifestaciones técnicas, económicas, sociales y culturales. La agroecología comenzó a usarse en los años 70, pero, como afirma Hecht, la ciencia y la practica de la agroecología son tan antiguos como los orígenes de la agricultura. Tres procesos históricos han contribuido a oscurecer y restar importancia al conocimiento agronómico que fue desarrollado por los grupos étnicos locales y sociedades no occidentales: destrucción de los medios de codificación, regulación y transmisión de las practicas agrícolas, la dramática transformación de muchas comunidades indígenas no occidentales y los sistemas de producción en que se basaban como resultado de un colapso demográfico, y el surgimiento de la ciencia positiva. Siguiendo a González de Molina"' y Hecht"5, comenzó a usarse el término agroecología a partir del interés por el conocimiento de los fenómenos ecológicos en la relación con las malezas y plagas y las plantas cultivadas; se ha ido ampliando progresivamente incorporando ideas de un enfoque de la agricultura más ligado al medioambiente más sostenible socialmente, centrándose no sólo en relación con la producción, sino también en la sostenibilidad ecológica del sistema de producción. 41 Hecht, Susana B. (1996): Evolución y pensamiento agroecológico, en Desarrollo Rural Humano y Agroecológico - Modulo I: Historia, Fundamentos y Situación Actual, Chile, CET-CLADES. p. 49 y ss. "° González de Molina, M. (1997): Agroecología: bases teóricas para una historia agraria altemativa, en Desarrollo Rural Humano y Agroecológico -Modulo 1- Agroecología: Historia, fundamentos y situación actual, Chile, CET-CLADES. p. 100.También Hecht, S. B. (1996): op. cit. p. 52 y ss. °'s Hecht, S. B. (1997): op .cit .pp.52 y ss. 198