una fe más allá del resentimiento - Consejería Bíblica

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"UNA FE MÁS ALLÁ DEL RESENTIMIENTO"
Fragmentos católicos en clave gay. James Alison. Ed. Herder (315 pág).
Ya es de todos sabido que el relativismo y la falsa tolerancia están
consiguiendo hacer aceptables e incluso legales conductas y comportamientos
que antes estaban totalmente rechazados. Cómo no, hay que agradecerle
mucho a la psicología.
Hace no muchos años la homosexualidad se consideraba como una conducta
anormal, pero ahora decir esto es intolerante y por ello ha pasado a ser algo
natural e incluso recomendable. No parece muy científico ¿Verdad? En el
DSM-IV (manual de diagnóstico de trastornos mentales) podemos encontrar la
descripción de trastornos sexuales como el Frotteurismo, la Pedofilia o el
Sadismo Sexual, y la pregunta es ¿seguirán siendo trastornos de aquí a unos
años? ¿seguirán el mismo proceso de aceptación que la homosexualidad?
La cuestión es que la Homosexualidad apareció en el primer DSM ("Manual
Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales"), para desaparecer en el
DSM-II. La presión de los colectivos gay-lesbian fue tal que consiguieron que
los "científicos" de la APA-Asociación Americana de Psiquiatría votara a mano
alzada que la Homosexualidad ya no era un trastorno psiquiátrico. La
Homosexualidad dejó de ser trastorno, y se reclasificó como problema de
orientación sexual. O sea, que ahora se consideraba trastorno sólo si la
persona se sentía incomoda con ello (porque quería dejar de ser homosexual,
no sabía si debía serlo, etc).
El DSM-II entonces se excusa de haber usado la etiqueta "Homosexualidad"
en la edición anterior, y aclara que la nueva etiqueta "Trastorno de Orientación
Sexual" es radicalmente diferente. Dice textualmente el DSM-II:
"Esta categoría diagnóstica se distingue de la homosexualidad, la cual en
sí misma no constituye un desorden psiquiátrico. La homosexualidad per
se es una forma de conducta sexual, y junto a otras formas de conducta
sexual que en sí no son desórdenes psiquiátricos, no está listada en esta
nomenclatura".
(la cita para todo esto es Revista Newsweek, 21 de Mayo 1973, p.84.)
Lo malo de todo esto es que la Homsexualidad deja de verse como
"aberración" al dejar de estar emparentada con otras parafilias (frotteurismo,
fetichismo, pedofilia, etc).
Lo bueno es que así y todo el mismo DSM-II no habla de genética ni biología
precondicionante, sino literalmente de "una forma de conducta sexual". El
homosexual no nace homosexual, se cría, aprende y escoge practicar la
homosexualidad, por tanto la misma "ciencia" reconoce que no hay
enfermedad ni condición congénita alguna, sino CONDUCTA, o sea, PECADO.
Debemos partir de esta realidad social para entender que nos empiecen a caer
en las manos libros como éste. Aunque este libro es del campo católico no por
ello nos deja de indignar, pues bien sabemos que pronto se levantarán en el
campo evangélico español voces para exigir derechos inexistentes. La
arrogancia del ser humano le lleva incluso a negar la evidencia bíblica por tal
de no tener un conflicto interno entre su fe y su comportamiento. Pero aquellos
que deseemos preservar la verdad bíblica para la siguiente generación
deberemos contender ardientemente contra estos enemigos de la Cruz de
Cristo.
El presente libro presenta la fe católica a partir de una perspectiva gay. El
escritor tiene la osadía de escribir a partir de un "nosotros". Su lugar de partida
es, en teoría, imposible: el de un teólogo abiertamente gay, muy enamorado de
la fe católica, y que busca dejar atrás el resentimiento producido por la
supuesta violencia contra la gente gay, dando a entender que el cristianismo
histórico debe pedir perdón a los sodomitas.
En el prólogo James Alison revela su objetivo al decir:
"¿Qué es lo que espero que obtengas de estas páginas? Espero que tu fe sea
menos vulnerable al escándalo, que puedas relajarte con más facilidad al
descubrirte amado, que vayas enterándote del verdadero terremoto de
misericordia que supuso que Dios se encarnara y viviera entre nosotros. Quizá,
en estos tiempos, sean precisamente los gays y las lesbianas los más aptos
para avivar las implicaciones de esta misericordia"
Dando por sentado que el escritor desconoce la evidencia bíblica del juicio
contra Sodoma y Gomorra (Génesis 19), y que no es posible que pueda saber
los que es la misericordia de Dios y hablar con tal arrogancia e ignorancia,
pasaremos a otro aspecto.
En el Capítulo diez y último de su libro "Nicodemo y los jóvenes de la plaza"
encontramos declaraciones que nos ayudan a entender su postura favorable a
la homosexualidad. Desde una perspectiva relativista propia de la Nueva Era
(ying-yang), él presenta a Jesús como el equilibrio perfecto entre los "justos" y
los "pecadores", negando que ambos sean malos en sí mismos si son capacen
de equilibrarse:
"Del mismo modo que no hay nada intrísecamente desordenado en los deseos
de los "pecadores", tampoco hay nada intrísecamente desordenado en los
deseos de los "justos". Jesús no fue ni un pecador ni un fariseo, sino un
modelo a imitar, un modelo de deseo humano saludable que puede
arrancarnos de los sistemas de "maldad" y "bondad", y llevarnos al Reino de
Dios".
Cristo no vino para equilibrar la supuesta maldad con la supuesta bondad,
resultando así algo ni blanco ni negro, sino gris. Cristo vino para afirmar lo que
desde siempre ya había hablado Dios por los profetas y abrir una puerta al
Reino por medio del arrepentimiento y la fe. La evidencia bíblica deja claro que
los homosexuales no pueden entrar en el Reino de los Cielos sino no es por
medio de un sincero arrepentimiento y fe en Cristo (1 Co 6:9-11; 1 Tim 1:10;
Ro 1:26-27).
Este libro es un insulto a la buena teología y una ofensa a Dios. Las
interpretaciones sin sentido que se hacen de textos de la Palabra, sacándoles
de su contexto, es una clara manipulación para hacer apología del pecado de
la homosexualidad y para excusar la problemática que hay dentro de la Iglesia
Católica en referencia a la sexualidad de sus ministros y representantes. Por lo
tanto, no recomiendo su lectura la cual considero dañina para los verdaderos
hijos de Dios y alerto a las iglesias evangélicas de los movimientos pro-gayslésbicos que puedan originarse en nuestro campo.
Samuel Barceló,
Licenciado en Psicología y estudiante de Teología en el CEEB
Terrassa, Barcelona (España)
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