El derecho a la libertad de movimiento y el muro de Berlín

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El derecho a la libertad de
movimiento y el muro de Berlín
Hace veinte años se produjo un éxodo masivo de la población
n
alemana oriental hacia Alemania Occidental, convirtiéndose
este movimiento en el comienzo de un proceso que culminó
con el derrumbe del muro de Berlín y la apertura de la frontera
entre la República Democrática Alemana (RDA) y la República
Federal de Alemania (RFA).
imagomundi
D
MARTA
T LUCÍA
QUIROGA RIVIERE
Docente e investigadora del Cipe
Facultad de Finanzas, Gobierno
y Relaciones Internacionales
Universidad Externado de Colombia
[email protected]
urante la noche del sábado 13 al domingo 14 de agosto de 1961, los soldados de la República Democrática Alemana (RDA) dividieron de manera
provisional, con alambres de púas y cierres de carreteras y calles, lo que
después se convertiría en el muro que separaría a la RDA de la RFA, «el muro
de protección antifascista» en la terminología de la nomenclatura de este país1;
tal división adquiriría en Berlín su expresión más dolorosa. Semanas antes el
jefe del partido de gobierno (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands, SED),
Walter Ulbricht, había declarado a través de los medios de comunicación que
nadie tenía la intención de erigir un muro y que los rumores sobre la posible
construcción de uno eran infundados.
Con el muro entre las dos Alemanias se consumó una división que, en
nombre de la «estabilidad y de la paz de Europa y de la lucha contra el fascismo»,
y a espaldas de la población, había comenzado con la ocupación y la división política, económica y social de Alemania entre los países aliados, y se había ahondado
posteriormente con la creación de la República Federal de Alemania en mayo
de 1949 y de la República Democrática Alemana en octubre del mismo año. En
Berlín, padres e hijos, abuelas y nietos, amigos y amigas quedarían de uno y otro
lado de la ciudad durante veintiocho años2.
A principios del histórico año de 1989, Erich Honecker, el entonces jefe
del partido y del gobierno de la RDA, pronunciaría unas palabras que pasarían a
la historia por su soberbia política: «El muro seguirá existiendo allí en cincuenta y
también en cien años, mientras no hayan desaparecido las razones que forzaron a
su construcción»3. Diez meses después el muro se derrumbaba ante sus ojos.
Éxodo y división
Algo que diferencia el proceso alemán del proceso en los demás países del este
europeo fue la huida en masa de la población alemana oriental hacia la RFA en
1989, a través de los primeros huecos que se abrieron en la Cortina de Hierro,
especialmente en Hungría y Polonia, suceso que marcaría el comienzo de la
caída del régimen del SED y que mostraba la particularidad de la República
Democrática Alemana: en ningún otro país del este existía la posibilidad de que
sus ciudadanos huyeran a un país que desde el primer momento les otorgaba
los derechos de ciudadanía4.
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En el marco de la guerra fría y de la lucha intersistémica, el éxodo de la
población del este hacia el oeste —y del oeste hacia el este5— tendría un importante significado político, ideológico y material. Entre 1949 y la construcción
del muro, en 1961, alrededor de 2,7 millones de personas abandonaron la RDA,
1.700.000 de ellas a través de Berlín Occidental y un millón a través de la frontera
interna de las Alemanias o de la frontera con otros países6.
La construcción del muro disminuyó naturalmente el número de personas que abandonaban la RDA, pero la presión para salir del país adquirió
nuevas formas: muertos en el muro, miles de encarcelados por intento de
abandono ilegal del país, cacería a los fugitivos de la república (Republikflüchtige), lo que supuso a su vez la implementación de una infraestructura
necesaria: sistemas de seguridad fronterizos, zonas prohibidas, construcción
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de un muro de más de mil kilómetros a lo largo de la frontera interna con
la RFA, provisto de minas y torres de control, cuyos guardias tenían la orden
de disparar a quien intentara acercarse. Entre 1961 y 1989 murieron por lo
menos ochenta personas en el intento de huida sólo en el muro de Berlín, 118
resultaron heridas por disparos y unas tres mil terminaron en prisión. Más de
cinco mil personas lograron huir a través del muro que dividía las Alemanias.
Poco después de construido y todavía durante algunos meses pudieron abandonar la RDA unas 25.000 personas7. En lo que respecta al derecho penal, éste
estaba relacionado directa o indirectamente con el muro.
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Libertad de movimiento y la caída del muro
Abandonar el país se convirtió así en factor estratégico político en la RDA, sobre
todo desde la construcción del muro, que adquirió un doble carácter: por un lado,
actuaba como un medio de resistencia pasiva de la población alemana oriental a
través de la cual mostraba su inconformidad con el sistema, y por otro, era a su
vez utilizado por la nomenclatura como una válvula de escape para controlar la
situación política interna, ya fuera por medio del asilo obligado para personalidades
incómodas y de la oposición —el caso más simbólico es el del cantautor Wolf Biermann8—, o bien mediante permisos para visitar, a quienes los tuvieran, a familiares
en Occidente, intentando así aplacar los ánimos y el descontento ante la crisis9.
Por todo ello, el derecho democrático a la libertad de movimiento tuvo
desde el principio un contenido político explosivo. A comienzos de 1989, una
parte de la población de la RDA llegó a la conclusión de que había que irse a
cualquier precio, pues a pesar de los renovadores vientos provenientes del este
nada cambiaba en su país.
La huida en masa de la población alemana oriental, que empezó en
la primavera de 1989, se convirtió en un movimiento de protesta pública: la
población le daba la espalda al régimen y mostraba la actualidad del derecho
democrático a la libertad de movimiento.
Este éxodo masivo fue el detonante de un movimiento que culminó con
la caída del muro. Cuando en la noche del 9 de noviembre de 1989 el SED, presionado por la situación política, anunció inesperadamente a través de su representante de prensa que a partir de ese momento se abría la frontera, la población, sin
esperar un solo instante, se lanzó a los diferentes puntos de paso a lo largo de la
división interna entre las Alemanias. La Bornholmer Strasse, un cruce al norte de
Berlín, pasaría a la historia por ser el lugar donde los inseguros soldados, presionados por la población oriental, abrieron las compuertas y dieron vía libre hacia
Berlín Occidental10. A partir de ese momento cayó el muro y la cuestión nacional
y la unidad alemana se pusieron de facto a la orden del día.
Notas
1 En el libro oficial, El pequeño diccionario político. Berlín Oriental 1988 (Kleines Politisches Wörterbuch - OstBerlin 1988), de la República Democrática Alemana, se lee: «Los seguros dispositivos fronterizos en Berlín
Occidental existentes desde el 13.8.1961. De acuerdo con los países socialistas aliados del Pacto de Varsovia
y de manera sorpresiva para el imperialismo de la RFA, sus centrales de espionaje y la Otan, las fuerzas
armadas de la RDA asumieron la seguridad militar de la frontera estatal con Berlín Occidental». Citado por
Christina Bollin, Handbuch zur deutschen Einheit, Chronik der Mauer, http://www.chronik-der-mauer.de/
index.php/de/Start/Detail/id/612206/page/2, página consultada el 1° de julio de 2009.
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2. Un pequeño símbolo de la tragedia que esto significó es el nombre del edificio que, aún hoy, queda junto a
la estación Friedrichstrasse, en su momento el paso principal entre Berlín Oriental y Occidental; la población
lo llamó el «Palacio de las lágrimas» por ser el lugar donde los habitantes de Berlín Oriental despedían a sus
amigos, parientes y familiares que lograban visitarlos.
3. «Die Mauer wird in 50 und auch in 100 Jahren noch bestehen bleiben, wenn die dazu vorhandenen Gründe noch
nicht beseitigt sind». Erich Honecker, en un congreso por los quinientos años del cumpleaños de Thomas Müntzer
en Berlín, el 19 de enero de 1989. Neues Deutschland del 20 de enero de 1989 (trad. de la autora).
4. La RFA nunca renunció formalmente a la reunificación del territorio alemán, como lo prueba el hecho de
haber convertido a la pequeña ciudad de Bonn en capital transitoria de la RFA en la perspectiva de una
futura reunificación para que no se pudiese poner en duda a Berlín como capital, o denominar a la RDA la
Zona Oriental de Ocupación Soviética y darle un reconocimiento como RDA tardío y sólo parcial; considerar
ciudadanos alemanes a los habitantes de la RDA fue también parte de esta política.
5. Aunque reducida, hubo también una migración de Occidente hacia Oriente hasta antes de la construcción
del muro en 1961. Desde comienzos de los años cincuenta hasta finales de los sesenta migraron alrededor
de unas 600.000 personas hacia la RDA, dos terceras partes de las cuales eran antiguos residentes de la
zona oriental antes de la división de Alemania y una tercera parte personas de la zona occidental que
decidieron residir en Alemania Oriental (Andrea Schmelz, West-Ost-Migranten im geteilten Deutschland
der fünfziger und sechziger Jahre, p. 88, en J. Motte, J. /R. Ohliger, ./ A. Von Osban, (hrsg), 50 Jahre Bundesrepublik, 50 Jahre Einwanderung. Campus Verlag, Frankfurt am Main, 1999).
6. Los datos son de http://www.berlinermaueronline.de/geschichte/fluchtzahlen.htm, consultada en junio de
2009, cuya fuente es el libro El muro y su caída (1996), de la Oficina de Prensa e Información de Berlín
(Presse und Informationsam des Landes Berlin).
7. Los datos son de las páginas de la publicación El muro y su caída (1994), del Servicio de Prensa e Información de Berlín, p. 20, en http://www.berlinermaueronline.de/geschichte/fluchtzahlen.htm, consultada en
junio de 2009. Las estadísticas de la fiscalía de Berlín hablan de 110 personas que murieron en la frontera
interior de Berlín; a ello se deben añadir 44 posibles víctimas. La Casa Museo Checkpoint Charlie dio los
siguientes datos en la conferencia de prensa del 13. 08. 2004: muertos en la frontera en Berlín antes de
construido el muro: 37; después de construido: 190; muertos en la frontera interna antes del muro: 247;
después de construido: 237; muertos en el mar Báltico antes del muro: 17; después de construído: 164; soldados que murieron intentando huir antes de construido el muro: 18; después del muro: 19. El número de
muertos cambia de acuerdo con los criterios usados para la cuantificación y el momento de la investigación
(ver Hertle y Sälter, Die Todesopfer an Mauer und Grenze. Probleme einer Bilanz der DDR-Grenzregimes.
Deutschland Archiv 39, Heft 4, 2006, pp. 667-676 ).
8. El caso del cantautor Wolf Biermann, de la RDA, fue símbolo de la división de Alemania y de la lucha por
los derechos de libertad de opinión y movimiento en ambas alemanias. Biermann, socialista convencido
y crítico de la RDA, llevaba doce años con la prohibición de cantar o presentarse en público cuando el
sindicato metalúrgico de Alemania Occidental lo invitó en 1976 en nombre de la «libertad de opinión y
movimiento». La amplia movilización social que se produjo alrededor de la democracia y derechos políticos
finalmente logró que se le diera una visa a Biermann. Pocas horas antes de que empezara su presentación,
la burocracia de la RDA dio a conocer la expatriación del cantautor, algo que a su vez provocó una gran
movilización por los derechos democráticos en las dos Alemanias. Biermann vivió en Hamburgo hasta la
caída del muro, en 1989.
9. No sin antes asegurarse en lo posible de que los ciudadanos regresarían: dejaban viajar a los ancianos
pero no a los jóvenes, al padre pero no a la esposa, a uno de los hijos pero no a los padres. El régimen se
encargó de crear todo un sistema para escarmentar a los que quisieran dejar el país legal o ilegalmente y de
chantajear, a través del castigo a familiares, a todo aquel que siquiera lo intentara. La película alemana La
vida de los otros o el libro de de Katrin Askan, Aus dem Schneider, dan testimonio de los métodos utilizados
por el régimen de la RDA.
10. Estos momentos dramáticos se pueden ver en YouTube:
http://www.youtube.com/watch?v=1_eCVhCGYwE
http://www.youtube.com/watch?v=HEbsCYLx2TI&annotation_id=annotation_842903&feature=iv
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Bibliografía
Bollin, Christina, Handbuch zur deutschen Einheit, Chronik der Mauer, http://www.chronik-der-mauer.
de/index.php/de/Start/Detail/id/612206/page/2, página consultada el 1º de julio de 2009.
cultura y sociedad
Schmelz, Andrea, «West-Ost-Migranten im geteilten Deutschland der fünfziger und sechziger Jahre»,
en J. Motte, R. Ohliger y A. Von Osban, (eds.). 1999: 50 Jahre Bundesrepublik, 50 Jahre Einwanderung,
Campus Verlag, Frankfurt am Main, 1999.
contrasena
Hertle, Hans-Herman & Sälter, Gerhard, Die Todesopfer an Mauer und Grenze. Probleme einer Bilanz
der DDR-Grenzregimes. Deutschland Archiv 39, Heft 4, 2006, pp. 667-676.
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