Seseña: Primera acción de los carros T

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Acción de Seseña: Primera operación de los
carros “T-26” durante la guerra civil
(Según el Diario de Operaciones del Regimiento de Caballería nº 1,
custodiado tras la guerra por el Regimiento Numancia)
El 12 de agosto de 1936, el Segundo Grupo de Escuadrones del
Regimiento Numancia1 partió desde Vitoria en dirección a Ávila, con la finalidad
de unirse a otras unidades para constituir el Regimiento de Caballería nº 1. Al
mando del Comandante D. Jesús Velasco Santías2, el Grupo estaba
compuesto por los Escuadrones 3º y 4º y la 2ª Sección de Ametralladoras. Al
inicio de la guerra, participó en una gran cantidad de acciones de
reconocimiento y seguridad, así como ocupando puntos de interés en las
provincias de Ávila, Toledo y Madrid.
El 30 de agosto de 1936, el Grupo partió hacia Hoyocasero, situado al
noreste del Puerto del Pico, considerado crucial para enlazar las zonas norte y
sur del Ejército Nacional. Tras diversas acciones de fuego y movimiento
realizadas los días 1 y 2 de septiembre en las proximidades del puerto con la
finalidad de mejorar posiciones, volvió a Hoyocasero, a excepción de la sección
de ametralladoras que, junto a otra unidad similar de Villarrobledo, quedó
desplegada en la zona. El ataque definitivo comenzó a las 4 de la madrugada
del día 5 de septiembre, después de una durísima marcha de seis horas por un
terreno abrupto y sin luces, con el cuarto escuadrón asaltando las posiciones a
pie por el flanco derecho, y el tercero y la sección de ametralladoras por el
izquierdo. Conquistado y consolidado el objetivo, el Grupo fue relevado esa
misma tarde por las Milicias Nacionales. Según consta en el diario de
operaciones, durante esta acción se distinguió el Teniente Moreno Mendoza,
que mandaba la sección de vanguardia del 4º escuadrón y “mantuvo el enlace
con el mando mediante señales con una linterna”, así como el Capitán Médico
1
Ante la falta de caballos, el resto de unidades del Numancia permanecieron en Vitoria empleándose a lo
largo de toda la guerra como unidades de infantería,
2
Finalizó la guerra como jefe del Regimiento de Caballería nº1, con el empleo de Teniente Coronel,
habiendo conseguido dos medallas militares individuales a lo largo de la contienda.
“que curó a los oficiales y tropa heridos en la misma línea de fuego, pues por
ser de noche no se pudo poner el Puesto de Socorro en otro lugar”. Durante la
marcha de vuelta a Hoyocasero, cuando estaba el ganado abrevando, la
unidad sufrió un violento ataque de la Aviación Republicana que le ocasionó
algunas bajas de personal y ganado.
El 13 de octubre el Grupo se trasladó a Toledo para reforzar su defensa,
integrándose el día 17 en la columna del Coronel Monasterio, que recibió la
orden de avanzar hacia Madrid. Después de realizar diferentes acciones con
éxito (Magán, Castillo de Villafranca, Villalonga, Azaña, Lominchar, Recas,
Borox,..) se acantonó en Esquivias el 25. Cuatro días más tarde vivió el que ha
pasado a la historia por ser el primer enfrentamiento de carros de la guerra,
producido durante la gran ofensiva que el Ejército Republicano lanzó contra el
flanco este de las tropas Nacionales, con finalidad de frenar su avance y
alcanzar la carretera Madrid-Toledo en Illescas. Efectivamente, algo más tarde
de las seis y media de la mañana, una compañía de 15 vehículos soviéticos
del tipo T-26, al mando del Comandante Greisser (Paul Arman en España), que
el día anterior había llegado a Ocaña procedente de Archena, donde se había
establecido la Base de las Fuerzas Blindadas Republicanas, partió desde la
cuesta de la Reina en dirección a Seseña, localidad que alcanzó poco después.
Tras el desconcierto inicial provocado tanto por la niebla como por el hecho de
que las tropas nacionales creyeron que era una unidad italiana de refuerzo
(pensemos que era la primera vez que veían los T-26), los carros entraron en el
pueblo disparando sus cañones y ametralladoras contra todos los objetivos que
encontraron a su paso3 hasta que llegaron a la plaza del pueblo donde un
vehículo fue detenido con explosivos y, posteriormente, incendiado con un
cántaro lleno de gasolina y una piedra con trapos ardiendo. Fue el primero de
la larga serie de carros soviéticos que pasaron a engrosar las fuerzas
nacionales a lo largo de la guerra.
Tras sortear los obstáculos que ellos mismos habían provocado con sus
disparos, los 14 T-26 restantes salieron de Seseña en dirección a Esquivias,
3
En total, sufrieron daños de diversa consideración 16 vehículos ligeros, 10 camiones, 8 carros de mulas
y 2 piezas de artillería.
donde llegaron hacia las once de la mañana. En ese momento se produjo el
enfrentamiento con los carros italianos de la conocida Compañía Navalcarnero,
con el saldo de dos CV L-3/33/35 destruidos, uno de ellos lanzallamas, así
como un T-26 que recibió tres impactos de cañón de 75 mm. Ante la fuerte
oposición encontrada y el aislamiento de la unidad que se había separado de la
Infantería, el Comandante Greisser decidió retirarse hacia Borox para dirigirse
finalmente a Seseña. Aunque intentó bordear el pueblo, la artillería nacional se
lo impidió, viéndose obligado a cruzarlo de nuevo. En esta ocasión, fue
destruido un carro y dañados otros dos, que fueron remolcados hasta la cuesta
de la Reina. En resumen, la acción se saldó con la pérdida de 3 T-26
republicanos y 2 CV L-3/33/35 nacionales.
Aunque esta acción no tuvo una gran importancia estratégica, pues sólo
retrasó un par de días el avance hacia Madrid, sirvió para que los dos bandos
contendientes
sacaran
interesantes
conclusiones.
Así,
los
nacionales
comprobaron que sus carros armados solamente de ametralladoras no tenían
nada que hacer frente a los modelos soviéticos dotados de cañones de 45 mm,
viéndose la necesidad de capturar el mayor número posible para integrarlos en
sus filas, al tiempo que se hicieron algunos intentos por potenciar los Panzer I y
CV L-3/33/35. Además, para luchar contra ellos, el método que demostró
mayor eficacia fue la utilización de los que, más tarde, serían conocidos como
cócteles Molotov.
Por
parte
republicana
también
se
sacaron
algunas
conclusiones
interesantes como que los carros siempre deben actuar apoyados por
Infantería y, a ser posible, artillería y aviación, evitando los núcleos de
población donde tienen muy poca capacidad de maniobra. En consecuencia,
excepto raras ocasiones, a partir de ese momento, distribuyeron los carros
entre las unidades de infantería, lo que no permitió utilizar plenamente su
capacidad ofensiva.
ÍNDICE FOTOGRÁFICO
Foto 1.- Sin lugar a dudas, el “T-26B” fue el carro más importante de la guerra.
Foto 2.- “T-26B” cruzando el puente de Pindoque.
Foto 3.- Tanqueta Fiat o Carro Veloce “L-3/35”. El modelo “L-3/33” estaba
construido con planchas soldadas en lugar de remachadas.
Foto 4.- “L-3/35” utilizado en los años 50.
Foto 5.- Hasta la llegada de los carros de ayuda americana, los “T-26” rusos
constituyeron la columna vertebral de las fuerzas acorazadas españolas.
Foto 6.- Uno de los poquísimos “Panzer IA” existentes en todo el mundo.
Foto 7.- “Panzer IB”. España es el único país que cuenta con ejemplares de
“Panzer IA” y “IB”.
Foto 8.- Según nuestras noticias, este ejemplar es el único CV “L-3/35” que se
ha conservado.
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