La canción de Isaías

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La canción de Isaías
Preludio a Belén –Mensaje de Navidad –Parte 1
Isaías 9:6
Introducción
Yo estoy agradecido por el coro y la orquesta de nuestra iglesia y las maravillosas piezas
musicales que ejecutan. Hace unos trece años atrás, cuando nuestra iglesia recién
comenzaba y nos reuníamos en el edificio de una escuela, no teníamos ni coro ni
orquesta. Por lo general me tocaba dirigir el tiempo de alabanza y recuerdo haberlo hecho
para Navidad. Cantábamos varios himnos y luego poníamos un cassette con “Noche de
Paz”. Esa era nuestra música especial de Navidad.
Personalmente pienso que la navidad no es lo mismo sin música. Sea una orquesta
profesional, un grupo de jóvenes cantando villancicos o una simple grabación, la música
que celebra la encarnación de Cristo es algo excepcional, sin comparación.
Cuando uno estudia los relatos Bíblicos del nacimiento de Cristo, se da cuenta que la
música jugo un rol primordial en el evangelio. En el evangelio de Lucas solamente, hay
por lo menos cuatro himnos de alabanza relacionados con el nacimiento de Cristo.
Vemos canciones antes de su nacimiento, durante y después.
Es lo mismo en la actualidad, sin importar en que país usted viva. Adonde este el
evangelio de Dios viniendo a esta tierra, la música va a estar siempre cerca. La música es
la respuesta natural, predecible, a las noticias de la redención.
Si usted regresa en el tiempo, a la época cuando Moisés y el pueblo de Israel cruzo el mar
Rojo en seco, encontrara una respuesta musical. Cuando los Israelitas llegaron sanos y
salvos a la otra orilla y las aguas arrasaron al ejército del Faraón, se escucho una melodía
de redención. Ellos hicieron una pausa y entonaron un himno a Dios que quedo registrado
en Éxodo capitulo 15. Fíjese lo que dice la letra de esta canción, en los versículos 1 y2,
“Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar
al caballo y al jinete. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este
es mi Dios, y lo alabaré;…”
Años más tarde, el rey David compuso un himnario que aun tenemos en la actualidad,
llamado el libro de los Salmos. El escribió lo siguiente en el capitulo 40, versículo 3,
“Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.”
En el Nuevo testamento, en la carta del apóstol Pablo a los Efesios, Pablo manda a la
congregación, en el capitulo 5, versículo 19, a:
“[hablar] entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y
alabando al Señor en vuestros corazones;”
Hasta los ángeles han sido creados con la habilidad de cantar. En el libro de Job, capitulo
38, versículo 7, descubrimos lo siguiente:
“…Cuando alababan todas las estrellas del alba…”
Las estrellas aquí son una referencia a los ángeles. Ellos cantaban juntos en adoración a
su creador –el Dios del universo.
En la noche del nacimiento de Cristo, los ángeles formaron un coro masivo y cantaron el
primer anuncio a un grupo de pastores. Lucas 2, versículo 13 nos dice:
“Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que
alababan a Dios…”
El cielo estaba lleno de seres angelicales que comenzaron a alabar a Dios. El verbo para
“alababan a Dios” es una extraña palabra griega que viene del verbo “aineo”. Se trata de
la palabra Hebrea traducida en el Antiguo Testamento como “Hallel”.
Hallel era una palabra empleada para referirse a una alabanza a Dios en forma de canto.
Cuando el verbo era seguido por estrofas poéticas, indicaba que se estaba componiendo
un himno.
Los ángeles cantaron, según dice el versículo 14 de Lucas 2,
“…Gloria a Dios en las alturas…”
El tiempo de este verbo indica que los ángeles cantaron esto una y otra vez. Como el
Aleluya de Handel, ellos cantaron triunfalmente y con vehemencia. Lo único que los
pastores podían hacer era quedarse allí boquiabiertos escuchando semejante maravilla. La
tierra tembló con este coro de alabanza.
La música y el nacimiento de Cristo son dos cosas inseparables. Sin embargo, los
cánticos no comenzaron después del nacimiento del bebé. Los ángeles no fueron los
primeros en comenzar a cantar. Antes que José y Maria llegaran a Belén, hubo un
preludio musical.
La canción de Isaías
Uno de los primeros himnos compuestos por el corazón del hombre, el cual quizás haya
sido uno de los primeros poemas, y que se ha entonado por generaciones, fue una canción
compuesta unos 600 años antes del nacimiento de Cristo. Uno puede ver la letra en Isaías
capitulo 9, versículo 6. Allí leemos:
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de
Paz.”
Bajo la inspiración del Espíritu Santo, Isaías compuso un verso en este himno para
describir quien era el Redentor que vendría.
Siete expresiones del Redentor
Isaías escoge siete expresiones distintas para describir al redentor. Veamos de qué se
trata.
Nacerá un niño
1. La primera expresión es “un niño nos es nacido.”
Esta es una referencia a la humanidad de Jesucristo. Jesús era cien por ciento hombre, y
cien por ciento Dios. Completamente humano y completamente divino.
Hijo nos es dado
2. La segunda expresión “hijo nos es dado” habla de su existencia antes de nacer.
Esta es una referencia a la deidad de Jesucristo. Jesús era completamente humano, y a la
vez, completamente divino.
Isaías lo llama, en este versículo “hijo”. El Mesías era en realidad, tres tipos de hijo. El es
llamado:
• Hijo de Maria, lo cual describe su relación con la raza humana;
• Hijo del Hombre, que describe Su rol como el redentor de la humanidad;
• Hijo de Dios, lo cual describe Su realeza como la segunda persona de la trinidad.
El era el:
• Hijo de Maria, que implica su fusión con la humanidad;
• El Hijo del Hombre; lo cual implica su misión entre la humanidad;
• El Hijo de Dios, que es su denominación dentro de la trinidad.
Isaías canta diciendo:
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro…”
En instantes voy a hablar en cuanto a la próxima frase, pero por ahora, vayamos al
nombre: ¿Cuál es el nombre del niño redentor?
Su nombre será llamado Admirable
3. La próxima expresión nos da Su nombre, “…y se llamará su nombre
Admirable…”
Esta palabra “admirable” no es un adjetivo, sino un sustantivo. No describe al próximo
sustantivo, “consejero”, sino que es uno de los nombres del Mesías, y es por eso que lo
encontramos en Mayúsculas.
A propósito, este no es el primer nombre, si bien parecería ser así. Un ángel de Dios se le
apareció a Manoa, en el capitulo 13 del libro de Jueces y anuncio que Manoa y su esposa
tendrían un hijo, al cual ellos llamaron Sansón. Manoa le pregunto al Ángel de Jehová
cual era su nombre. El ángel de Jehová, en realidad era lo que se llama una ‘cristofania’
es decir una aparición de Cristo antes de su encarnación. El ángel le respondió al padre
de Sansón diciendo lo siguiente, en Jueces 13:18,
“…¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?”
Esa es otra manera de decir “incomprensible o imposible de describir adecuadamente”. El
nombre de Cristo es simplemente maravilloso. Admirable.
He visto a varias parejas que han acudido a mi despacho mientras planeaban su
casamiento. Mas de una joven me ha dicho, cuando le pregunte por su futuro marido, que
el es “maravilloso; no se que decir de el.”
Yo pienso para mi mismo, “Espera un par de meses”, bueno, en algunos casos, un par de
días. No tengo dudas que el será, en ocasiones, maravilloso. A veces.
EL otro día le dije a mi esposa “Feliz aniversario, mi amor.” Nosotros nos casamos en
Julio, y como era diciembre, ella no estaba segura de lo que le quise decir. Yo le dije:
“Fue el 7 de diciembre de 1977 el día en que salimos por primera vez. Así que ¡feliz
aniversario!
Ella sonrió y me miro de una manera que yo supe que había hecho algo maravilloso…!y
era hora!
¿Noto usted que Isaías no nos dice lo que Jesús va a hacer, si bien el haría cosas
maravillosas? No, Isaías solo nos dice quien es Jesús.
El Cristo es, consistente, inmutable, imposible de describir, admirable. Y cuanto mas uno
lo conoce, más admirable y maravilloso se torna.
Su nombre será llamado Consejero
4. Isaías continua componiendo su preludio a Belén con otra descripción del
Redentor que vendría, y dice,
“…y se llamará su nombre…Consejero…”
La gente en la actualidad esta desesperada por recibir un buen consejo. Van a todos lados
a buscar consejo, excepto a Cristo. Van a cualquier otro lugar a pedir consejo, mas allá de
que El nunca ha dado malos consejos; mas allá de que el nunca se equivoca.
El es el consejero infalible. El nunca tuvo que ir y decirle a alguien: “Lo siento, la verdad
que le di el consejo equivocado. No conocía la otra cara de la moneda…tendría que
haberlo pensado un poco mas antes de darle un consejo así.”
No, este Consejero jamás tiene que decir eso. De hecho:
• siempre que habla, dice la verdad;
• siempre que da consejo, es perspicaz;
• siempre que revela algo, discierne;
• siempre que guía, es perfecto.
¡Acuda a El!
Jesucristo, el Consejero, jamás tuvo que rectificar sus palabras o modificar sus consejos;
El nunca cambio, ajusto o altero su guía.
¡Acuda a El!
William Jennings escribió, hace unos doscientos años atrás,
¿Podremos hacer alguna otra cosa que no sea caer a Sus pies y clamar: “En la
inmensidad de tu sabiduría bien has sido llamado Consejero”?
Una cosa que todos tenemos en común es que necesitamos buenos consejo. Intentamos
acudir a personas buscando consejo y por lo general, vamos a personas que no tengan el
mismo problema, ¿no es así?
Imagínese si yo llevo mi auto al mecánico y le digo: “Mire, escucho un ruido molesto, no
hablo del escape que hace tres meses esta roto y decidí ignorarlo, sino de un ruido
distinto. Escuche.”
Encendemos el auto, levantamos el capot, y al acercar nuestras cabezas al motor, el
mecánico dice, “yo también lo escucho.”
Yo exclamo: ¡Bien!
Es difícil lograr que el auto produzca la falla frente al mecánico, es siempre así. Pero
bueno, el lo escucha y yo exclamo ¡Bien!
Sin embargo, que pasaría si el dijera: “Mire Steven, mi auto hace ese mismo ruido. Venga
y escuche.”
EL enciende luego su auto, levanta el capot y, efectivamente, su auto hace el mismo
ruido. Luego el dice: “La verdad que no se que será. ¿Usted tiene alguna idea?
“No se cual es el problema. Yo soy el que vino aquí buscando una solución a mi
problema. ¡Arréglelo!
¿Usted piensa que yo voy a dejar mi auto en el taller de ese mecánico? ¡Jamás! Si el no
puede solucionar el problema en su propio auto, seguramente no lo podrá solucionar en el
mío.
Imagínese si usted acude a un consejero cristiano por una dificultad en su matrimonio y,
antes de empezar la sesión, el le dice: “Escuche, antes de hablar de sus problemas
matrimoniales, déjeme decirle que yo tengo un problema con mi esposa y necesito su
consejo al respecto. Permítame contarle.”
¿Usted estaría interesado en ir a ver un consejero que tiene el mismo problema que usted
y no sabe como solucionarlo?
Jesucristo es el único consejero al cual usted pueda acudir que jamás necesitara de su
consejo. ¡No es algo maravilloso!
Pablo escribió lo siguiente en Romanos capitulo 11, versículo 34,
“Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?”
Jesús es:
• Infinitamente sabio, así que El sabe ya todos los detalles;
• Omnipresente, de manera que conoce todas las circunstancias y condiciones;
• Omnisciente, de manera que sabe cual es su necesidad, su corazón, sus deseos, su
pecado, su dificultad y su contribución al problema –y todo lo demás en la
situación en la que se encuentra;
• Omnipotente, de manera que El no solo le da un consejo perfecto, sino que le da
el poder para poder obedecer su consejo. El consejo humano no puede dar poder
para obedecer. El consejo divino si puede ayudarle a aplicar el remedio.
Su nombre será llamado Dios fuerte
5. La próxima expresión que Isaías agrega a esta canción es: “…y se llamara su
nombre…Dios fuerte…”
Amigos, esta es la declaración mas clara y poderosa de la deidad de Cristo en toda la
Biblia.
“El Gibbor”, la palabra Hebrea para “Dios fuerte”, era un nombre tradicional de Dios.
Moisés lo uso en Deuteronomio 10:17; Jeremías lo uso en el capitulo 32, versículo 18;
Nehemías lo uso en Nehemías 9:32 y David se refirió a Dios con ese nombre en el Salmo
24:8 –El Gibbor, Dios fuerte.
No obstante los teólogos liberales y los que niegan a Cristo lo traducen como: El héroe
fuerte.” Esto lo que hace es diluir la declaración de deidad, expresando así que ese
nombre se le puede dar a cualquiera que tenga estatura de héroe.
Entonces, vayamos al próximo capitulo, capitulo 10 de la profecía de Isaías y leamos
como la misma palabra hebrea es utilizada para el Dios de Israel. Fíjese lo que dicen los
versículos 20 y 21 de Isaías 10,
“Acontecerá en aquel tiempo, que los que hayan quedado de Israel y los que hayan
quedado de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió, sino que se
apoyarán con verdad en Jehová, el Santo de Israel. El remanente volverá, el remanente
de Jacob volverá al Dios fuerte.”
Este niño que va a nacer; este Hijo que caminara por la tierra, es el Dios fuerte, ¡el Dios
Todopoderoso!
El es:
• No solo un maestro lleno de gracia, sino el Dios Todopoderoso;
• No solo un hombre bueno; sino el Dios todopoderoso;
• No solo es un buen ejemplo, ¡sino que también es el Dios Todopoderoso!
Su nombre será Padre eterno
6. Isaías luego agrega otro nombre descriptivo a la lista de Admirable, Consejero, y
Dios fuerte. La próxima expresión de Su nombre es: “…y se llamará su
nombre…Padre eterno…”
La palabra “Padre” en este versículo, se usa en referencia, no a su posición en la trinidad,
sino a su autoridad. Literalmente, El es el Padre de la eternidad. Es mas, este término
hasta se podría traducir como “El que origino la eternidad.”
Esta frase aparece también en Juan capitulo 8, versículo 44, cuando Jesús le dice a su
audiencia que Satanás es el “Padre de mentira”. El quiso decir que Satanás es el
mentiroso original. Satanás es el padre, el creador, el que origino y dispensa las mentiras.
Jesús luego continúa diciendo:
“…Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso…” [Porque es su
idioma nativo].
En otras palabras, mentir no solo es el dominio natural de Satanás, sino que es su
especialidad.
El domino de Jesucristo es la eternidad; su especialidad es la vida eterna. Isaías estaba
diciendo que el Mesías seria el creador y dispensador de la vida eterna al decir “Y se
llamara su nombre Padre eterno.”
Su nombre será Príncipe de Paz
7. Finalmente, el es el Príncipe de paz: ““…y se llamará su nombre…Príncipe de
paz…”
Tenga en mente que este nombre en particular, es profético, incluso en la actualidad. El
nacimiento de Cristo no trajo paz al planeta tierra. Desde su nacimiento hasta hoy, la
tierra ha estado llena de guerras y conflictos.
Este nombre se refiere al tiempo en el que Cristo establecerá el trono de David y reinara
el mundo en su segunda venida. Ese reino durará mil años, según Apocalipsis 20, y
desembocara en unos cielos nuevos y una tierra nueva adonde Cristo reinara por siempre.
Como:
• El hijo de Maria, y descendiente de David, Cristo reinara sobre Israel;
• Como el Hijo del Hombre, Cristo reinara sobre toda la tierra;
• Como el Hijo de Dios, Cristo reinara eternamente sobre el cielo y el universo
entero.
El es el príncipe…y su reinado eterno será de perfecta paz.
Una acción para el Redentor
Ahora, Isaías ha cantado una canción acerca del Mesías. El incluyo siete cosas que El es.
Pero también incluyo algo que El hará.
Regrese al versículo 6 de Isaías 9. Allí leemos, en la primera parte del versículo:
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro;…”
Uno no puede comprender esta frase a menos que regrese en el tiempo a la época de
Cristo y vea como eran las ceremonias de casamiento.
Después de un año entero que el hombre pasaba preparando un lugar para vivir con su
futura esposa, se comenzaba con una procesión. EL viaje comenzaba en la casa del padre
del marido, adonde tradicionalmente, se agregaba una habitación para que los recién
casados vivieran.
Todos los vecinos del novio se hacían presentes en la procesión. Se cantaba y se reía. Los
parientes se hacían presentes también, por más que tuvieran que viajar mucho, y con gozo
y cánticos, colmaban las estrechas calles.
La procesión llegaba a la casa de la novia, y esta salía, vestida como una reina, con los
mejores vestidos que tenia. Luego ambos, la novia y el novio, partían de regreso hacia la
casa del padre.
En algún punto del viaje, ella se quitaría el velo de su rostro y lo pondría en el hombro de
el. La multitud comenzaría a clamar, incluyendo palabras acerca de la sumisión de la
mujer al marido. Literalmente, la vida de ella ahora reposaba en la fuerza de sus hombros.
De la misma manera, con este Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno y Príncipe
de Paz, nosotros, la novia, le entregamos el velo de nuestros corazones y de nuestras
vidas. Nosotros al hacerlo estamos diciendo: “Señor, el gobierno y la autoridad de
nuestras vidas descansa ahora en la fuerza de Tus hombros omnipotentes. Ponemos el
velo de nuestros sueños, deseos y voluntad en tus hombros.
AL hacerlo, descubrimos algo de la profundidad de la canción de Isaías; algo de la
riqueza de la letra. Nos damos cuenta que nos hemos entregado al que es, realmente,
• Admirable
• Consejero
• Dios fuerte
• Padre eterno
• Príncipe de Paz
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