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UNIVERSIDAD DE FLORES – UFLO
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
CURSO DE DOCTORADO EN PSICOLOGÍA
ORIGEN Y MANTENIMIENTO DE LAS PERTUBACIONES EMOCIONALES DESDE
LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA-CONDUCTUAL - REBT
MAYEVE ROCHANE GERÔNIMO LEITE ARAÚJO
ASIGNATURA: CORRIENTES PSICOLÓGICAS ACTUALES I
DOCENTE: PROF. DR. OSCAR RICARDO ORO
BUENOS AIRES
2005
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ORIGEN Y MANTENIMIENTO DE LAS PERTUBACIONES EMOCIONALES DESDE
LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA-CONDUCTUAL - REBT
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MAYEVE ROCHANE GERÔNIMO LEITE ARAÚJO
ORIGEN Y MANTENIMIENTO DE LAS PERTUBACIONES EMOCIONALES DESDE
LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA-CONDUCTUAL - REBT
Monografía
presentada
al
Curso
de
Doctorado en Psicología de la Universidad de
Flores – UFLO, en cumplimiento a las
exigencias
de
la
asignatura
Psicológicas Actuales I.
DOCENTE: PROF. DR. OSCAR RICARDO ORO
BUENOS AIRES
2005
Corrientes
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“No hay nada bueno o
malo sino pensamientos
que lo hacen así”.
SHAKESPEARE
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SUMARIO
RESUMEN
1 INTRODUCCIÓN ...........................................................................................7
2 DESARROLLO ...............................................................................................9
3 CONSIDERACIONES FINALES..................................................................18
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...............................................................20
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RESUMEN
El objetivo primordial del presente trabajo consiste en destacar la concepción de
la Terapia Racional-Emotiva-Conductual – REBT acerca del origen y
mantenimiento de las perturbaciones emocionales en los seres humanos. Como
se podrá verificar en el desarrollo de esta monografía, hasta lograr alcanzar una
mirada más amplia e integradora acerca de dicha cuestión, ELLIS - autor de esa
escuela psicoterapéutica - tuvo que recorrer un intrigado y desafiante camino en
el área de la psicología, formulando y reformulando su visión sobre la
naturaleza humana.
PALABRAS-CLAVE: perturbación emocional, creencias irracionales, REBT.
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INTRODUCCIÓN
La Terapia Racional Emotiva Conductual – REBT es una terapia cognitivo
conductual, que fue pensada por ALBERT ELLIS en 1954, efectivamente formulada en
1955 y finalmente divulgada a la comunicad científica, en ocasión de una conferencia dada
al encuentro anual de la American Psychological Association en Chicago, en 1956. Tal
corriente teórica y práctica es el fruto de muchas inquietudes y cuestionamientos del autor
acerca de sus primeras experiencias clínicas, las cuales se centralizaban básicamente en
problemas matrimoniales, familiares y sexuales. Sin embargo, conforme descritos de
ELLIS & BERNARD (1990) el comienzo de esta terapia puede ser tratado por la vida
personal de su fundador como niño y adolescente en los años veinte y treinta cuando
empezó a enfrentarse a diversos problemas físicos y de personalidad.
En lo que concierne a la designación de esta corriente terapéutica, conviene
mencionar que, tal como ocurrió con la trayectoria de ELLIS respecto al área de la
Psicología (conforme será visto a posteriori), la consolidación de su teoría también pasó
por un proceso de maduración y cambio. Según escritos de OBST (2000) lo que hoy se
conoce como REBT originalmente fue concebida como Terapia Racional – TR, luego
reemplazada por Terapia Racional Emotiva – RET (principio de los sesenta), y, finalmente,
en el año de 1994, establecida bajo la denominación de Terapia Racional-EmotivaConductual - REBT.
A ese respecto, ELLIS & BERNARD (1990) escribieron que tal teoría fue, al
principio, denominada de Terapia Racional – RT porque su autor buscó enfatizar los
aspectos cognitivos y filosóficos, con el propósito de diferenciarla de las otras terapias de
los años cincuenta. A propósito, ELLIS (1980) afirma que su teoría no es nada estática y,
por lo tanto, sigue desarrollándose, como cualquier buena teoría debe hacer.
Fue ciertamente basado en esto supuesto que poco a poco le fue introduciendo los
términos emotiva y conductual, ya que su orientación también enfatiza (además de lo
racional) esos otros aspectos. De acuerdo con la REBT los hombres piensan, sienten y se
comportan de manera simultanea, y, por lo tanto, enfatiza esos tres procesos paralelamente
en la comprensión y tratamiento de los fenómenos psicopatológicos. Acerca de la inclusión
y consideración de esta triade psicológica ELLIS (1990) afirma que cuando se emocionan,
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las personas también piensan y actúan. Cuando actúan, también piensan y se emocionan.
Cuando piensan, también se emocionan y actúan.
También al respecto NAVAS (S/F) comenta que la REBT, no solamente por
razones teóricas y prácticas, pero también por ser un método comprensivo de tratamiento
psicológico tiene un énfasis marcadamente cognitivo pero también enfatiza y utiliza
métodos afectivos y conductuales para promover cambios básicos de personalidad. Acerca
de ese aspecto, el propio ELLIS (1990) señala que la REBT es una teoría de personalidad y
de cambio de personalidad que admite la importancia de las emociones y de las conductas,
pero enfatiza en particular el rol de las cogniciones en los problemas humanos. Según el
autor, a pesar de enfocar las alteraciones emocionales, su teoría también es una teoría de
personalidad que muestra cómo las personas crean sus propios sentimientos normales, sean
positivos o negativos, y cómo pueden cambiarlos si realmente deciden comprometerse al
respecto.
En este ámbito de discusión, hay una multiplicidad de hechos que están ligados
directa o indirectamente, y, por consiguiente, van paulatinamente surgiendo cuando se
propone a abordar cualquier punto sobre una temática en particular. En el caso del presente
trabajo, se hace importante aclarar que las consideraciones anteriores fueron tejidas con el
propósito de contextualizar el tema, para así poder avanzar a la cuestión principal de esta
monografía, que consiste en destacar la concepción de la REBT acerca del origen y
mantenimiento de las perturbaciones emocionales. Asimismo, las líneas a continuación
retratan una tentativa de desdoblamiento de esa temática, que se iniciará con algunas
consideraciones sobre la recorrida de ELLIS dentro del área de la psicología en una
constante y reiterada procura de mejorar su comprensión acerca de los problemas
emocionales y, por ende, de la naturaleza humana.
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DESARROLLO
Como es sabido, en cuanto profesional interesado y comprometido con la salud
mental del hombre, ELLIS tuvo que recorrer un largo camino en el área de la psicología,
hacia llegar a desarrollar su propia escuela psicoterapéutica. Como un buen profesional, o
sea, un psicoterapeuta ético y consciente de que jamás podrá llevar a sus pacientes a un
lugar que él mismo nunca había conocido, se sometió a un psicoanálisis ortodoxo por un
período de tres años, cuando ambos, él y su terapeuta, consideraron el momento oportuno
para la consecución de su alta.
A propósito, su trayectoria en el área de la psicoterapia pasó por diversas etapas con
respecto a la adopción de distintos marcos teóricos y consecuentemente a la utilización de
variadas técnicas subyacentes a cada referencial en particular. Más específicamente, ELLIS
empezó su trabajo ayudando a sus pacientes a través de informaciones específicas para cada
caso propuesto. Aunque tenga logrado resultados favorables, luego percibió que su método
era poco eficaz y demasiado superficial, por lo tanto, decidió ingresarse en el estudio y
entrenamiento del método psicoanalítico, como una forma de fundamentar, profundizar y
sistematizar su trabajo como terapeuta.
Según LEGA (1999) trató a muchas personas utilizando el análisis ortodoxo,
inicialmente bajo la supervisión de un analista instructor y sólo posteriormente de forma
autónoma. No obstante, la práctica paulatinamente (y cada vez más intensamente) le fue
demostrando que los resultados alcanzados con sus paciente no correspondían ni a sus
propias expectativas ni a las expectativas de muchos de aquellos. Más una vez, otras
sucesivas y reiteradas reflexiones surgieron, dando paso a la adopción de un enfoque neofreudiano. La declaración que sigue revela parte de sus sucesivas inquietudes al respecto:
“Cuanto más me interrogaba, más escéptico llegué a estar sobre la eficiencia y
eficacia de la técnica analítica clásica. Poco a poco me encontré introduciéndome de forma
inadvertida en los tipos de análisis neo-freudianos, no clásicos, y por consiguiente en lo que
normalmente se denomina como psicoterapia de orientación psicoanalítica” (ELLIS, 1980,
p.15).
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Sus reiterados procesos de tanteos clínicos terminaron por aproximarlo a otras
formas de psicoterapias, y, por consiguiente, a considerar y experimentar la teoría del
aprendizaje conductista. Trasladando los principios de la teoría del aprendizaje a la clínica,
ELLIS empezó a entender que las personas, así, como los perros de PAVLOV, también
eran pasibles de condicionamiento y descondicionamientos: los miedos de los seres
humanos se originan en la infancia por las amenazas o castigos externos y podrían ser
suprimidos a través de la introspección y enfrentamiento de dichos miedos. Esa teoría tuvo
una gran influencia sobre su que hacer psicológico, conforme demuestra el párrafo
siguiente, que fue extraído de su libro “Razón y emoción en psicoterapias”:
”Mi adhesión a la teoría del aprendizaje ayudó a mis resultados terapéuticos en un
aspecto importante por lo menos. Empecé a ver que no era probable que la introspección
sola lograra que el individuo superara sus temores y hostilidades tan profundamente
arraigados. También necesitaba una amplia etapa de acción combatiendo el temor y la
hostilidad” (ELLIS, 1980, p. 17).
Por lo tanto, fue basado en la teoría del aprendizaje, más precisamente del
condicionamiento clásico de PAVLOV, que el autor empezó no solamente a enseñar a sus
pacientes el origen de sus miedos, sino también a lograr con que ellos actuasen en contra a
esos miedos, haciendo justamente aquello que tanto temían hacer. El propósito era llevarlos
a comprobar que en realidad los hechos no eran tan terribles y amenazadores como ellos
pensaban y realmente creían que fuesen. Sin embargo, como señalado por NAVAS (S/F),
no demoró mucho para que ELLIS encontrara que el uso de técnicas conductistas
únicamente en diversas ocasiones ayudaba a las personas a aliviar sus ansiedades y fobias,
pero no socavaba elegantemente sus filosofías fundamentales creadoras de fobias e
incitadoras de su ansiedad.
De esta manera, aunque tales teorías tengan influenciado sobremanera la actitud
terapéutica de ELLIS, la experiencia clínica le hizo concluir que los temores intensos y las
hostilidades humanas, por lo general, no podrían ser comprendidas y mucho menos curadas
bajo tales perspectivas. Por consiguiente, en el año de 1954, admitió la importancia y
pertinencia de redimensionar todo su conocimiento psicológico y filosófico adquirido al
largo de los años, para así poder atingir una verdadera ampliación de su comprensión sobre
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el origen y mantenimiento de las perturbaciones emocionales, y, en consecuencia, lograr
resultados terapéuticos más rápidos y efectivos.
Antes de seguir desarrollando la perspectiva de la REBT acerca del origen y
mantenimiento de las perturbaciones emocionales, se hace importante aclarar que esas
consideraciones van simultáneamente acompañadas de la visión de naturaleza humana
concebida por dicha corriente psicológica. Al respecto, ORO (1997) señala que toda
escuela psicoterapéutica lleva implícita una concepción de hombre y que es a partir de tal
concepción que se conceptualizan los fenómenos o acontecimientos que se pretenden
investigar y tratar. En efecto, según los presupuestos de la REBT, toda conducta humana,
incluyendo la perturbación emocional, es grandemente determinada por condiciones o
influencias hereditarias y ambientales.
La REBT sostiene que los seres humanos nacen con un potencial para el pensar y
comportarse irracionalmente. Todos tienen gran disposiciones para la auto-preservación,
felicidad, pensar y verbalizar, amar, compartir y relacionarse con los demás, para crecer y
auto-realizarse. Por otro lado, se hallan propensos a la auto-destrucción, el evitar pensar, a
las demoras defensivas, la repetición indefinida de errores, la superstición, la intolerancia,
el perfeccionismo, la auto-acusación y la evitación de la actualización y el desarrollo de
potenciales. Tienen la tendencia a persistir con viejos y disfuncionales patrones de conducta
y para descubrir una variedad de formas para envolverse en comportamientos y
pensamientos de autosabotaje.
Dicho en otras palabras, el hombre es un animal biológico con fuertes tendencias
instintivas a comportarse de determinadas maneras y, por lo tanto, una vez condicionado a
pensar o sentir de un cierto modo, tiende a continuar conduciéndose así, aunque pudiese
darse cuenta del autoderrotismo de su conducta (COREY, 1983). Obviamente, eso no
quiere decir que él está predestinado o condenado a comportarse neuróticamente pero que
fácilmente o naturalmente lo hace en muchas formas y en numerosas ocasiones y que tiene
gran dificultad en prevenir a sí mismo de conducirse de dicha manera.
Como ya debe haber quedado claro en la introducción del presente trabajo, esta
escuela sostiene que la teoría del aprendizaje también ocupa un lugar de destaque en el
proceso de construcción y desarrollo de la personalidad humana. Así, las personas se
condicionan a aprender sus conductas positivas y negativas, funcionales y disfuncionales,
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desde los primeros momentos de sus vidas a medida que se relacionan con sus padres u
otros miembros de la comunidad social. El ambiente y los estímulos externos reales (y
también los imaginados o definidos como reales), agradables o desagradables, influyen
significativamente el mundo particular de cada persona.
No obstante la REBT reconozca la existencia de un cierto determinismo biológico y
condicionamiento sociocultural en la conducta humana, acrecienta que el hombre es el
único ser que posee, de forma desarrollada, el lenguaje y la facilidad de producir símbolos
que acompañan al lenguaje. Según ELLIS (1980) ese atributo lo diferencia de otros seres
animados, tornándolo capaz de comunicarse con otros de forma mucho más compleja y
heterogénea. A propósito, este se constituye en el momento oportuno de nombrar a
CASIRRER (1874-1945), quien definió el hombre como un animal simbólico,
expandiendo, así, la concepción de animal racional, que hasta el momento prevalecía.
CASSIRER (1965) sostiene y defiende que el hombre posee, entre el sistema
receptor y el efector, lo que se puede denominar de Sistema Simbólico. Por poseer tal
calidad – dijo el autor -, vive en una realidad de mayor magnitud y en una nueva dimensión
del Cosmos. O sea, no está reducido a un universo físico, ya que participa de un Universo
Simbólico, que a la vez es constituido por el lenguaje, el mito, el arte y la religión. Estas
últimas son, pues, formas de organizaciones sociales que el hombre ha encontrado para
organizar sus pensamientos, sentimientos y conductas.
Según ELLIS (1980) el hombre posee procesos complejos o secundarios de
señalización que facilitan su relación y comunicación con el mundo. No obstante, cuando
aparecen los procesos complejos o secundarios de autoseñalización del hombre también
aparecen la autoconciencia o capacidad de pensar acerca del propio pensamiento. Por lo
tanto, llegó a la conclusión de que los seres humanos son animales que no solamente tienen
el poder de hablar a sí mismos, sino también de se evaluar a sí mismos; y estableció esta
propiedad como peculiar a la existencia humana.
En consecuencia de lo anterior, estableció que la conducta neurótica, en gran
medida, refleje un autoadoctrinamiento interno o autosugestión del individuo, repartida una
y otra vez, hasta llegar a ser parte integrante de la filosofía de vida que tiene en ese
momento (y que continuamente reitera). Pero esta autosugestionabilidad anormal es
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subyacente a un condicionamiento exterior, o adoctrinamiento en los primer años de la
vida.
A propósito, el término neurosis, definida como “pensamientos y comportamientos
irracionales”, apunta a un temor condicionado a estímulos desagradables imaginados o
definidos como reales. Dicho de otro modo, la neurosis son temores definidos, ansiedades
originadas por señales externos y luego seguidas por autoseñalizaciones del sujeto hombre,
que acomete a todos los seres humanos en mayor o menor grado, y, por lo tanto, es
considerada un estado natural de la especie.
La REBT sostiene que las neurosis humanas son en ciertos aspectos
cualitativamente distinta de las neurosis animales a la vez que el hombre frecuentemente
llega a tener miedo de procesos puramente verbales o de otro tipo de señalización. En otras
palabras, afirma que las perturbaciones del hombre pueden darse en consecuencia de
variados factores: el castigo físico y las palabras y gestos de los demás que signifiquen que
le puede sobrevenir un castigo; el tener en cuenta los gestos y las palabras negativas de los
demás, aunque no vayan acompañados de ningún castigo físico directo; el tener en cuenta
sus propias palabras y gestos negativos sobre las posibles palabras y gestos negativos de los
demás (o de algunos dioses hipotéticos). Tales concepciones indudablemente acaban por
remitir a otros conceptos importantes en este ámbito de discusión, que son los conceptos de
libertad y de responsabilidad. Es decir, a pesar de toda la influencia de los
condicionamientos primitivos, el hombre es un ser que dispone de variados recursos para
lograr usar sus potenciales y cambiar su propio destino y por consiguiente el destino de la
sociedad en que esta inserto. Asimismo, el sistema de creencia que posee es lo que, en
definitiva, norteará y definirá su modo de vida. Por lo tanto, la propia persona es, al menos
en gran parte, la responsable por la creación y manutención de sus perturbaciones
psicológicas.
A este respecto, COREY (1983) señala que la REBT ve al hombre como único y
como teniendo el poder de comprender limitaciones, de mudar puntos de vista y valores
básicos - introjectados acríticamente, por él, cuando era apenas un niño - y de contestar
tendencias autoderrotistas. Las personas poseen la capacidad de confrontar sus sistemas de
valores y readoctrinarse a sí mismas con creencias, ideas y valores diferentes. Como
resultado de eso, irán comportarse de modo bastante distinto de aquel según lo cual se
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conducían en el pasado. Consecuentemente, por poder pensar y trabajar hasta que se tornen
realmente distintas, las personas no son víctimas pasivas de condicionamientos pasados.
La REBT asume que todos los humanos son humanos; que al presente todos ellos
parece que viven y mueren, y que es lo mejor que asuman que esta es su vida, que hagan lo
mejor de ésta mientras dure, y que no cuenten con ninguna clase de inmortalidad física.
Por otro lado, también asume que las personas mayormente crean su propio mundo y le dan
significado a sus vidas, que ellos harán mejor en definir su propia libertad, cultivar la
individualidad y el interés social, vivir en diálogo con los demás, aceptar su experiencia
como altamente importante, estar por completo presente en lo inmediato del momento, y
aprender a aceptar límites en la vida y su final fallecimiento (NAVARA, S/F).
Como se puede percibir, la REBT resalta factores como la libertad, elección y
responsabilidad en los asuntos humanos, aunque también asuma que las personas tienen
fuertes tendencias instintivas a comportarse de determinados modos, que algunas de sus
conductas están determinadas parcialmente por aspectos biológicos y sociales.
Como es sabido, para comprender las reacciones emocionales o la perturbación
emocional, ELLIS construyó una teoría representada, de manera resumida, por la siglas
ABC. Según este modelo, la A representa la situación activante (externa o interna); la B
representa el sistema de creencias general y específico de cada persona; y la C representa
las consecuencias que ocurren en ocasión de A. Sobre este aspecto es importante señalar
que la REBT sostiene que entre A y C siempre se encuentra B; de esta manera, queda claro
que A puede contribuir pero no determinar la ocurrencia de C.
Dicha relación puede ser brevemente ejemplificada a través de la siguiente
situación: cuando una persona que ya cumplió su función paterna de educar a sus hijos se
depara con la tarea de criar a un nieto (A) y piensa que esto es terrible, porque debe y
necesita hacer lo mejor para educarlo conforme los padrones ideales de conductas (B),
probablemente se sentirá ansiosa y estresada en el punto C. Por lo tanto, no es la A que
determina la C, porque si fuera así, todas las personas que crían a sus nietos reaccionarían
de manera negativa y por ende desarrollaría algún tipo de trastorno. Sin embargo, es sabido
que, para algunas personas, desarrollar la tarea de padres sustitutos representa, entre otras
cosas, la oportunidad de dar un nuevo sentido y significado a su vida; lo que culmina con
sentimientos como entusiasmo, placer y felicidad. Por lo tanto, es basado en ese modelo
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que la REBT presupone que los seres humanos son, en gran medida, los responsables por la
creación de sus propias reacciones y perturbaciones emocionales.
Según relatos de ELLIS & BERNERD (1990) la base de dicho modelo está
apoyada, especialmente, en el pensamiento del filósofo estoico Epicteto que dice: “La gente
está perturbada no por las cosas, sino por la visión que tiene de las mismas”. Así, lo que se
denomina de reacciones emocionales no son causadas por el ambiente o por los estímulos
diversos que constituyen el ambiente directamente. Sino más bien son originadas por
reacciones orgánicas altamente individualizadas en la forma de evaluaciones,
interpretaciones, filosofías, y consecuentemente, todos tienen un gran potencial de poder
controlar la forma en que se siente y se comporta.
Las evaluaciones son denominadas de creencias y se dividen en racionales y
irracionales. Las creencias racionales proceden de sistemas de valores básicos y
preferencias y conducen a conductas de auto-ayuda. En cambio, las creencias irracionales
proceden de la intensificación de deseos y preferencias racionales, convirtiéndolas en
demandas o exigencias absolutistas, y conducen a conductas auto-destructivas (y
destructivas de la sociedad).
Las perturbaciones emocionales casi invariablemente incluyen un fuerte elemento
de pensamiento absolutista o de deberización. Según CAMERINI (2000) todas las
demandas absolutistas enunciadas por la REBT pueden agruparse en tres clases: a)
Demandas sobre uno mismo (“yo debo y necesito...”); b) Demandas sobre los demás (“él o
tú debes...”); c) Demandas sobre el mundo (“el mundo o la vida debe...”).
Además de los mencionados tipos de demandas, la REBT destaca 11 ideas
irracionales que están omnipresentes en la civilización occidental y que causan las neurosis
generalizadas:
- La idea de que es una necesidad extrema para el ser humano adulto el ser amado y
aprobado por prácticamente cada persona significativa de su comunidad;
- La idea de que para considerarse a uno mismo valioso se debe ser muy
competente, suficiente y capaz de lograr cualquier cosa en todos los aspectos posibles;
- La idea de que cierta clase de gente es vil, malvada e infame y que deben ser
seriamente culpabilizados o castigados por su maldad;
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- La idea de que es tremendo y catastrófico el hecho de que las cosas no vayan por
el camino que a uno le gustaría que fuesen;
- La idea de que la desgracia humana se origina por causas externas y que la gente
tiene poca capacidad, o ninguna, de controlar sus penas y perturbaciones;
- La idea de que si algo es o puede ser peligroso o terrible se deberá sentir
terriblemente inquieto por ello, deberá pensar constantemente en la posibilidad de que esto
ocurra;
- La idea de que es más fácil evitar que afrontar ciertas responsabilidades y
dificultades en la vida;
- La idea de que se debe depender de los demás y que se necesita a alguien más
fuerte en quien confiar;
- La idea de que la historia pasada de uno es un determinante decisivo de la
conducta actual, y que algo que ocurrió alguna vez y le conmocionó debe seguir,
afectándolo indefinidamente;
- La idea de que uno deberá sentirse muy preocupado por los problemas y las
perturbaciones de los demás;
- La idea de que invariablemente existe una solución precisa, correcta y perfecta
para los problemas humanos y que si esta solución perfecta no se encuentra sobreviene la
catástrofe.
A propósito, es la, ya referida, facilidad del hombre con el lenguaje y la
consiguiente posibilidad de hablarse y evaluarse a sí mismo que termina haciéndolo definir
sus deseos psicológicos como necesidades absolutas. Sobre ese punto, ELLIS (1980)
preconiza que la gente tiene la tendencia a olvidar que sus necesidades reales, o las
necesidades de la supervivencia humana, son, invariablemente, de naturaleza física o
sensorial (por ejemplo,
necesidades de alimento suficiente, líquido, cobijo, salud y
ausencia de dolor físico) y, en consecuencia, a traducir sus deseos psicológicos (por
ejemplo, deseos de amor, aceptación, éxito y tiempo libre) en necesidades definibles.
Cuando definen sus deseos como necesidades o aceptan las definiciones falsas de sus
padres o de otro, su habilidad para hablarse a sí mismo le permite continuar comportándose
de manera irracional.
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ELLIS & BERNARD (1990) definen los sentimientos como emociones
convenientes e inconvenientes, positivas y negativas. Así, preconiza que las emociones
convenientes negativas (dolor, pesar, incomodidad, frustración y displacer) ocurren cuando
las preferencias y deseos de las personas se bloquean y se frustran, y esto las ayudan a
minimizar o eliminar dichos bloqueos y frustraciones. Por otro lado, dice que las emociones
convenientes positivas (amor, felicidad, placer y curiosidad) tienden a incrementar sin
limitaciones las satisfacciones y longevidad humanas.
En cuanto a las emociones inconvenientes, preconizan que aquellas nombradas de
negativas (sentimientos de depresión, ansiedad, desesperación, insuficiencia, inutilidad,
etc.) tienden a hacer a las circunstancias y a las frustraciones molestas peores, más que
ayuda a vencerlas. En cambio, dice que las emociones inconvenientes positivas
(grandilocuencia, hostilidad, paranoia, etc), tienden a hacer que la gente se sienta bien (y
frecuentemente superiores a los demás), pero sólo temporalmente. A ese último respecto,
explica que en algún momento tales emociones terminan conduciendo a la gente a
resultados desafortunados y a mayores frustraciones (riñas, homicidios, guerras,
encarcelamientos, etc).
En ese proceso de relación, se hace importante aclarar que la REBT concibe a los
tres componentes de su teoría – Situación Activante (A); Sistemas de Creencias (B);
Consecuencias (C) - como interdependientes, puesto que todos ellos influencian y son
influenciados de manera recíproca. Eso es importante porque implica decir las relaciones
no son excluyentes, lineales ni unidireccionales, y, por lo tanto, hay diversas maneras de
cambiar la filosofía demandante del individuo. Al respecto, ELLIS & BERNARD (1990)
esclarecen que la REBT ve a las creencias irracionales, los sentimientos inconvenientes y
las conductas contraproducentes como interactivas y transaccionales. Por lo tanto, de
acuerdo con esa perspectiva, los pensamientos, sentimientos y conductas humanas no son
vistos como “puros” o monolíticos, sino como confusamente mezclados casi siempre unos
con otros; y esto puede ser particularmente cierto en el pensamiento, emoción y conducta
perturbada.
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CONSIDERACIONES FINALES
A la vista de todo el desenlace que nortea y caracteriza la historia de ELLIS como
profesional interesado en la salud mental, es posible constatar un profundo interés y
dedicación en su intento de mejor comprender y tratar a los problemas humanos. Como ya
mencionado en el cuerpo de este trabajo, su sensibilidad, compromiso y competencia
profesional terminaron por llevarlo a ampliar su visión de naturaleza humana, pasando a
concebir al hombre como un ser que no es enteramente un animal biológicamente
determinado, dirigidos pelos instintos y por el medio en que está inserto.
De acuerdo con esta corriente teórica y práctica, la perturbación emocional procede
de la tendencia innata para pensar disparadamente y también de la exacerbación de esta
tendencia por un aprendizaje social y cultural. El ambiente de una persona, sobretodo el
ambiente parental de su niñez, puede reafirmar pero no criar sus tendencias al pensamiento
irracional y a reacciones emocionales inadecuadas. A través de los padres y de la cultura
uno puede normalmente aprender cuáles supersticiones, tabús, y prejuicios sostener; pero
ellos no originan sus supersticiones básicas, su ritualismo y su intolerancia y fanatismo.
Aunque admita que la biología y el ambiente con sus estímulos diversos
(especialmente los adoctrinamientos verbales) tengan gran influencia en el proceso de
creación
de
las
perturbaciones
emocionales,
resalta
la importancia
de los
autoadoctrinamientos verbales en la manutención de las mismas. Así, a pesar de aceptar,
en principio, que las perturbaciones de las personas son frutos de un adoctrinamiento
trasmitido por sus padres y otros agentes socializantes, les da responsabilidad a las propias
personas por readoctrinarse y condicionarse mucho más ellas mismas con sus mensajes
irracionales.
Sumariamente, la REBT preconiza que el hombre se caracteriza fundamentalmente
por: a) no estar limitado a sus sensaciones concretas, placenteras o nocivas sobre estímulos
externos (los procesos simbólico, también ruegan un importante papel); b) tener la
capacidad de definir los estímulos externo como buenos o malos (y por lo tanto de hacer
sus propias conclusiones); c) tener la capacidad de ser recompensado o castigado por su
propio pensamiento, mismo cuando este está en gran parte separado de los esfuerzos o
castigo del exterior.
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Finalmente, cabe acordar que la REBT consiste en un enfoque comprensivo de la
perturbación emocional y cambio de personalidad, puesto que asume una interdependencia
e influencia mutua entre el sistema de creencias, las emociones y las conductas humanas.
Sus intervenciones son, preponderantemente, basadas en los métodos activos-directivos,
con énfasis en la terapia cognitiva-persuasiva, porque concibe a los seres humanos como
los únicos animales singularmente cognoscitivos dotados de capacidad de pensar sobre sí
mismo, sobre el ambiente externo y particularmente acerca de sus pensamientos, logrando,
así, una percepción de sus propios procesos mentales. Sin embargo, también hace uso de
procedimientos emotivos y conductuales. O sea, utiliza cualquier medio desde que se
respecten los límites éticos para lograr cambios de actitudes y de conductas, y, por
consiguiente, asume la importancia de la flexibilidad del terapeuta en lo que se refiere al
uso de las tácticas al trabajar con sus pacientes.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CAMERINI, O. El Psicodrama Cognitivo Conductual. Buenos Aires: CATREC,
2000.
CASSIRER, E. Antropología Filosófica: Introducción a una Filosofía de la
Cultura. México: Colección Popular, 1965.
COREY, G. Técnicas de Aconselhamento e Psicoterapia. Rio de Janeiro:
Campus, 1983.
ELLIS, A. Razón y Emoción en Psicoterapia. Bilbao: Desclée de Brower, 1980.
ELLIS, A. La Terapia Racional-Emotiva y la Terapia Cognitivo-Conductual:
Similitudes y Diferencias. In: ELLIS, A. (org.). Manual de Terapia Racional
Emotiva. v. 2. Bilbao: Desclée de Brower, 1990. p. 19-46
ELLIS, A. & BERNARD, M. ¿Qué es la Terapia Racional Emotiva? In: ELLIS, A.
(org.). Manual de Terapia Racional Emotiva. v. 2. Bilbao: Desclée de Brower,
1990. p. 47-61
LEGA, L. A Terapia Racional Emotiva: Uma Conversa com Albert Ellis. In:
CABALLO, V. (org.). Manual de Técnicas de Terapia e Modificação do
Comportamento. 1999. p. 425- 440
NAVAS, J. Procesos e Innovaciones de la Terapia-Racional-Emotiva. (S/E):
México. (S/F).
ORO, O. Persona y Personalidad: Distintos Enfoques a partir de una Visión de
Conjunto. Buenos Aires: Fundación Argentina de Logoterapia “Viktor Frankl”,
1997.
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