Protección especial en el acceso a la justicia para niñas

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Protección especial
en el acceso a la justicia
para niñas, niños y
adolescentes
en situación de violencia
sexual
Manual para operadores del
sistema
de administración de justicia
NIC
06.03.01
C397
2007
Centro Nicaragüense de Promoción de la Juventud y la Infancia
Protección especial en el acceso a la Justicia para niñas, niños y
Adolescentes en situación de violencia sexual / Centro Nicaragüense
Promoción de la Juventud y la Infancia. --Managua, NI: Centro Dos Generaciones, 2007
47p.:il
1. VIOLENCIA SEXUAL 2. PROTECCION ESPECIAL
3. ACCESO A LA JUSTICIA - NIÑAS Y NIÑOS
4. SEXUALIDAD 5. SISTEMA JUSTICIAL 6. RUTA JURIDICA
7. MANUAL 8. NICARAGUA
Esta es una publicación del Centro Nicaragüense de Promoción de la Juventud
y la Infancia Dos Generaciones, con el apoyo técnico y financiero del Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
Documento elaborado por:
Licda. Ana Clemencia Teller Barquero - Abogada Licda. Martha Verónica Rosales Rivera - Psicologa
Asesoría metodológica y revisión técnica:
Msc. Reina Isabel Velázquez
Dra. Cándida Sequeira Picado
Edición:
Lillian Levy
Cuidado de edición:
Lic. Walter Calderón Ramírez
Programa de Comunicación Social
Diseño, ilustración y diagramación:
Harlem Aguilar M.
Impresión:
MultiGrafic - Telefax: 249 4797
Primera edición
Enero del 2007
Impreso y hecho en Nicaragua
Esta publicación puede ser reproducida parcialmente siempre y cuando se envíe un ejemplar
de la publicación a nuestras oficinas.
Centro Dos Generaciones
Costado Oeste del Templo Mormón
Reparto Las Palmas, Managua
Apartado 3262 , Tel.: (505) 2664960 - 2664999
email: informació[email protected] - [email protected] - www.dosgeneraciones.org
Sumario
Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
I Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
II Marco conceptual. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9
1. Libertad, integridad y violencia sexual. . . . . . . . . . . . 9
2. Consecuencias y daños que ocasiona la violencia sexual. . . . . . .11
a) No todas las víctimas de violencia sexual reaccionan igual. . . . 11
b) La aparente ausencia de malestar psicológico. . . . . . . . . . . . .12
c) Alteraciones de la memoria. . . . . . . . . . . . . . . . . 13
d) Sexualidad y violencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
e) La ambivalencia afectiva. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15
f) La “identificación” con el abusador o explotador. . . . . . . . . . . .16
g) Por qué se niegan a buscar ayuda. . . . . . . . . . . . 17
h) Las mamás. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18
3. Los operadores del sistema judicial y el acceso a la justicia
(policías, fiscales, jueces). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19
III La ruta jurídica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
a) La Policía Nacional
• Lo que espera la víctima (y su familia) de la Policía. . . . . . . . . . 27
• Aspectos a tomar en cuenta al atender a una niña, niño o
adolescente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
• Aspectos a tomar en cuenta en lo organizativo. . . . . . . . . . . . . . 29
b) El Ministerio Público
• Lo que espera la víctima (y su familia) de o del Ministerio Público. . . . 33
• Aspectos a tomar en cuenta en la etapa de la denuncia y la
investigación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .34
• Aspectos a tomar en cuenta en la etapa de las audiencias. . . . .35
c) El Instituto de Medicina Legal (IML) y el personal forense.
(Artículos 114, 115 y 116 del CPP)
• Lo que espera la víctima (y su familia) cuando llega a valoración
forense. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .39
• Aspectos a tomar en cuenta para el personal médico forense. . 40
• Aspectos a tomar en cuenta para las psicólogas forenses. . . . . 41
d) Los Juzgados Penales
• Lo que espera la víctima (y su familia) cuando llega a los
juzgados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45
• Aspectos a tomar en cuenta al atender una niña, niño o
adolescente .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .46
IV Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
Presentación
Estimada amiga y amigo:
T
ienes en tus manos el Manual “Protección Especial en el acceso a la Justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual”
el cual queremos compartir contigo, donde encontrarás aspectos importantes
que consideramos deben ser tomados en cuenta en la actuación cotidiana
como Operador del sistema de Administración de Justicia.
El documento tiene como propósito contribuir a que las personas, particularmente las niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual, que acuden a las instituciones del Sistema de Administración de Justicia sientan que
tienen una atención con mayor calidez y calidad desde una perspectiva de
respeto a sus Derechos Humanos.
La elaboración del manual es el resultado del trabajo del equipo interdisciplinario del Programa de Prevención a la Violencia y Protección Especial a niñas,
niños y adolescentes del Centro Dos Generaciones; y el apoyo de funcionarios
del Sistema de Administración de Justicia y de los Organismos No Gubernamentales quienes lo validaron y aportaron con sus conocimientos y experiencia. Para todos ellos nuestro especial reconocimiento.
Mario Chamorro Ruíz
Director
Centro Dos Generaciones
Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
I. Introducción
E
l acceso a la justicia es un derecho humano fundamental consignado en la Constitución Política, donde se estipula que el Estado debe proteger a las personas —particularmente a las niñas, niños y adolescentes— que sienten que sus derechos están
siendo vulnerados o amenazados.
La Constitución Política, en sus artículos 27 y 71, y el Código de la Niñez y la Adolescencia, en su artículo 76(g), expresan que a los niños, niñas y adolescentes se le debe
brindar protección especial ante diversas situaciones violatorias de sus derechos, entre
las que se incluye el abuso sexual y la explotación sexual comercial.
El acceso a la justicia es un componente del debido proceso, por tanto, se debe brindar
atención a las personas, particularmente a las niñas, niños y adolescentes que acuden a
las instituciones del Sistema de Administración de Justicia. Esa atención debe darse con
calidez y calidad, lo que significa darle a su denuncia prioridad y agilidad, y desarrollar
acciones que contribuyan a mejorar la efectividad y eficiencia del servicio que se les
brinda.
El Código Procesal Penal (CPP) ha abierto una puerta para la modernización e implementación ágil del proceso. En ese código se procura tutelar los derechos y los bienes
jurídicos que han sido violentados. No obstante, a pesar de tener abierta esta puerta,
varias investigaciones realizadas por organizaciones de la sociedad civil y del Estado,
que trabajan con mujeres, niñas, niños y adolescentes en situaciones de violencia, continúan visibilizando la misma problemática, que antes de la entrada en vigencia del Código
Procesal Penal, en lo que atañe a la procuración de justicia.
En esas investigaciones se afirma que el cambio de procedimiento penal no basta para
solucionar el problema, ya que en los procedimientos continúan prevaleciendo, por parte
de los operadores del sistema, actitudes y prácticas rutinarias e individuales que propician que la niña, niño o adolescente y su familia vuelvan a vivir experiencias de impotencia, miedo, rabia, vergüenza, porque no sienten que se les brinde protección, o porque
se duda de su testimonio, o porque se les obliga a relatar, una y otra vez, el hecho lesivo.
Es decir, el sistema judicial las revictimiza.
Por ello, es imprescindible que en la atención a estas denuncias se procure que exista
celeridad, claridad y restitución de sus derechos, de modo que haya una verdadera pro “Aplicación del CPP y el derecho de acceso a la justicia”, Cenidh, 2004.
Molina, Flores Yamileth: “Las implicaciones del Código Procesal Penal ante la violencia sexual contra
mujeres, niñas, niños y adolescentes”, Centro Dos Generaciones.
“Sistema de atención y protección especial para niñas, niños y adolescentes sobrevivientes de violencia
sexual”. Dos Generaciones, Casa Alianza, Asociación La Amistad, Inprhu, Tesis, Xochiquetzal.
Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
curación de justicia. Es igualmente imprescindible que las personas que atienden situaciones de violencia sexual en la niñez, cuenten con la información y los conocimientos
pertinentes acerca de los mecanismos, las dinámicas, las causas y las consecuencias
de la violencia sexual en cualquiera de sus manifestaciones, de modo que puedan actuar
de manera justa, y no de manera sesgada por las representaciones sociales que existen
sobre las niñas, niños y adolescentes.
También es imprescindible que las personas operadoras de la administración de justicia
estudien, analicen y se apeguen al marco jurídico nacional e internacional vigente, para
que puedan responder —con enfoque de derecho y de forma responsable, oportuna,
coherente y pertinente— en defensa de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes.
En la elaboración de este manual se han tomado en consideración las recomendaciones contenidas en investigaciones realizadas por organizaciones de la sociedad civil.
El propósito es aportar elementos que propicien un cambio de actitudes y percepciones
por parte de los operadores de administración de justicia —como son la Policía, el Ministerio Público, el Instituto de Medicina Legal, jueces, secretarios y demás personal
jurídico— así como fortalecer sus destrezas y habilidades para el abordaje a niñas, niños
y adolescentes víctimas de violencia sexual, de modo que este personal pueda crear un
ambiente de seguridad, confianza, respeto, serenidad y paciencia, y dar prioridad a las
acciones y diligencias que se deben realizar a fin de que los procedimientos resulten
menos revictimizantes.
Pretendemos que este manual sea un complemento a los protocolos y manuales de
actuación vigentes en las instituciones del sistema de administración de justicia, y que
sirva para que la atención sea respetuosa de los derechos de las personas que viven
situaciones de violencia sexual, particularmente para las niñas, niños y adolescentes, y
de esta forma contribuir a hacer realidad la política de protección especial definida en el
Código de la Niñez y la Adolescencia.
Me decían que no estaban, que venga mañana. Después,
que venga tal día, o que mejor llame por teléfono. O a veces
me decían que mejor ellos me avisarían, o que me mandarían
un comunicado. Y todo esto lo hace a uno sentirse mal, uno
sufre.
Testimonio de una madre.
Citado en: “Las implicaciones del Código Procesal Penal ante la violencia sexual contra mujeres, niñas,
niños y adolescentes”. Centro Dos Generaciones.
Marco Conceptual
II. Marco conceptual
1. Libertad e integridad sexual
La libertad y la integridad sexual son derechos humanos de todas las personas. Libertad es la facultad de tomar decisiones conscientes, sin que medie opresión física ni
psicológica. Libertad sexual implica poder decidir cómo, cuándo, con quién y en qué
condiciones mantener relaciones sexuales, sin presiones, coacciones, manipulaciones
ni imposiciones, y contar con información para establecer las circunstancias en que se
llevarán a cabo esas relaciones.
Integridad sexual es disfrutar pleno reconocimiento y respeto a los propios sentimientos,
pensamientos y comportamientos sexuales. La integridad sexual es parte intrínseca de
la persona humana en su calidad de ciudadana con derechos y de persona única y diferente. Esta integridad bajo ningún pretexto puede ser vulnerada, disminuida, usada,
manipulada ni comercializada.
Violencia sexual son las acciones o actos que violentan la libertad e integridad sexual de
las personas, es una violación de los derechos humanos. La violencia entraña un abuso
de poder por parte de quien la perpetra, y se basa en una relación desigual —desigualdad que puede ser real o simbólica— en la que se procura el sometimiento físico, psicológico o económico de la víctima, sin considerar las consecuencias ni los sufrimientos
que esto pueda generarle.
La violencia sexual ocasiona graves traumas en las personas, particularmente en las
niñas, niños y adolescentes, por el sometimiento sexual a que se les obliga mediante la
fuerza física o psicológica, trastorna sus relaciones consigo misma (con su propio yo) y
con las demás personas (en su socialización). Interfiere en el aprendizaje de su sexualidad, daña su auto-imagen y su amor propio, y genera confusión emocional y un profundo
y duradero malestar psíquico.
La violencia sexual se puede visibilizar a través de dos escenarios: uno es en los sitios
que se consideran “más seguros” —como son el hogar, la familia, el vecindario, las
amistades y las personas de confianza—, y el otro es en los sitios ajenos, como es la
calle, los bares, donde el cuerpo de niñas, niños y adolescentes es convertido en objeto
de consumo, de lucro y de compra-venta.
Existen dos modalidades de violencia sexual: el abuso sexual y la explotación sexual
comercial. Ambas modalidades pueden originarse en cualquiera de los escenarios antes
mencionados.
Velázquez, Reina Isabel: “Abuso sexual y explotación sexual comercial: Dos caras de la violencia sexual
contra la niñez y la adolescencia”. 2001.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
El abuso sexual se expresa en cualquier contacto sexual, directo o indirecto, con una
niña, niño o adolescente cuya voluntad es sometida mediante el ejercicio y abuso de
poder, ya sea por condiciones generacionales, económicas, de género, entre otras, es
decir, por circunstancias en las que median diferencias de edad, de sexo, de fuerza, de
conocimiento o de autoridad entre la víctima y el agresor. El abuso de poder es el elemento que permite al abusador obligar o inducir a la víctima a complacer sus propósitos
sexuales, ya sea de manera encubierta (mediante engaños, promesas o seducción) o
abierta (mediante presión, intimidación, amenaza, chantaje, fuerza física).
La otra modalidad es la explotación sexual comercial, que es toda actividad en que
una persona o un grupo de personas utiliza el cuerpo de una niña, niño o adolescente
para sacar ventaja o provecho de carácter económico o sexual a partir de una relación
de poder.
En cualquiera de estas modalidades, las niñas, niños y adolescentes requerirán atención
especializada, integral, interdisciplinaria e intersectorial. Es decir, las víctimas necesitan
que se les garantice protección especial que “son las medidas que se aplican cuando
una niña, niño o adolescente se encuentra en situación de alto riesgo, incluido el abuso
sexual y la explotación sexual comercial e implica poner en resguardo la integridad de las
niñas, niños y adolescentes, disminuir las amenazas y vulnerabilidades y garantizar procesos de integración social haciendo cumplir sus derechos en una lógica de desarrollo” .
Esto implica brindarles protección, apoyo y orientación en los trámites de denuncia y del
procedimiento a seguir, hacerles sentir que su relato es creíble e importante, que se les
escuchará con todo respeto, y que la ley y el sistema judicial están para resguardar sus
derechos. Saber esto les permite sobrellevar los procedimientos jurídicos.
Por consiguiente, la protección especial consiste en la articulación de responsabilidades individuales e institucionales que asumimos de manera compartida, fortaleciendo
las capacidades y los recursos, tanto materiales como humanos, que cada institución
tiene asignados, sobre la base de una acción complementaria entre las acciones del
Estado y de la ciudadanía; de modo que las niñas, niños y adolescentes que viven una
situación de violencia sexual se sientan atendidos y protegidos como la ley y nuestra
responsabilidad nos exigen.
Cuando la niña o niño que ha vivido una situación de violencia sexual acude con su familia a las instancias del sistema de administración de justicia, su expectativa es que se
Amador y Sequeira, “Intervención en crisis en casos de abuso sexual contra niños, niñas y y adolescentes”.
Dos Generaciones, 1997.
“Explotación sexual de niñas, niños y adolescentes en América Latina. Reflexiones sobre la práctica”. Oficina Internacional Católica de la Infancia, 1996.
“Sistema de atención y protección especial para niñas, niños y adolescentes sobrevivientes de violencia
sexual”. Dos Generaciones, Casa Alianza, Asociación La Amistad, Inprhu, Tesis, Xochiquetzal.
Ídem
Marco Conceptual
sancione penalmente al agresor, pero además, que los procesos sean expeditos y que la
atención esté exenta de mitos y prejuicios que pudieran empañar el abordaje. Asimismo,
es necesario tomar en cuenta la individualidad de las personas, la condición generacional de las víctimas y las limitaciones económicas y de información que pudieran tener.
La perspectiva para el abordaje de cualquier situación de violencia sexual es la defensa
de los derechos humanos. Esto implica defender los derechos de las niñas, niños o adolescentes, actuar de manera respetuosa, ágil y oportuna y cumplir cabalmente nuestros
principios éticos y procesales.
2. Consecuencias y daños que ocasiona la violencia sexual
El abuso sexual y la explotación sexual comercial tienen graves consecuencias en la
vida de niñas, niños y adolescentes. En ellas y ellos se pueden percibir indicios o manifestaciones muy evidentes a nivel físico, emocional o conductual; otros signos son
menos perceptibles, pero no por eso menos graves.
Las y los funcionarios del sistema de administración de justicia tienen el deber de conocer la información que les permita entender las consecuencias y daños que ocasiona
la violencia sexual, para formarse criterios debidamente documentados acerca de la
manera de abordar tales situaciones, durante los diferentes momentos del proceso en
que se establece contacto con la víctima y con su familia. El peritaje de una especialista
(psicóloga o psiquiatra) es de gran ayuda para entender el particular estado emocional
de cada niña o niño, y la correlación de los signos y síntomas que presenta, con la situación de violencia sexual de que fue víctima.
a) No todas las víctimas de violencia
sexual reaccionan igual
Las personas, particularmente las niñas,
niños y adolescentes, reaccionan de diferentes maneras ante un hecho de abuso o
explotación sexual, ya sea por su edad, por
la valoración que tengan de sí mismas, por
su capacidad para expresar lo que sienten
y piensan, así como por la existencia o carencia de apoyo por parte de la familia y de
la comunidad.
Un factor que puede incidir en la reacción de
la niña, niño o adolescente es la circunstancia misma en que ocurrió el abuso: si hubo
o no hubo agresión física, si el agresor utili-
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
zó mecanismos manipulatorios, si es una persona de la familia o alguien de confianza, si
el hecho ocurrió en la calle o en la casa, por ejemplo. A veces puede ocurrir que la niña,
niño o adolescente no logra reconocer la situación como un abuso, sobre todo cuando
la persona agresora es de la familia, o si recurrió a mensajes equívocos para perpetrar
el abuso, por ejemplo: “Esto es sólo un juego, te va a gustar”. “Yo te quiero mucho”. “Yo
te protejo”.
b) La aparente ausencia de malestar psicológico
La aparente ausencia de malestar psicológico (cuando vemos que la niña, niño o adolescente no parece estar triste, no llora, no muestra ansiedad) no significa que no sufrió
daño. Este tipo de reacciones de aparente serenidad son un mecanismo que la mente
emplea para sobrevivir al trauma, al miedo y a la indefensión producida por el abuso. Son
una estrategia para enfrentar el día a día, para no desfallecer cuando ya sus intentos por
poner límites fueron inútiles, cuando de nada le vale decir “ya no quiero”, “esto no me
gusta”, “déjame en paz”.
Esas reacciones tienen también una base fisiológica. Cuando las personas enfrentamos
sucesos que representan una amenaza para nuestras vidas, nuestro organismo se vale
de un mecanismo de protección que consiste en producir sus propios anestésicos. En el
caso de una niña, niño o adolescente que ha vivido abuso sexual o explotación sexual
comercial, un mecanismo para enfrentar el horror de lo vivido consiste en poner una
barrera a sus emociones y sentimientos. Vemos entonces que la niña, niño o adolescente dice “no puedo llorar”, “no siento alegría, pero tampoco tristeza”, “a veces me da
lo mismo”.
Marco Conceptual
Debemos reconocer la individualidad de las personas y las diferencias de temperamento. No todas las personas expresamos nuestros sentimientos de la misma
manera. Por eso ocurre que algunas niñas y niños muestran reacciones que nos
pueden parecer contradictorias o ilógicas, como por ejemplo, enojo, aparente calma, distraimiento, indiferencia, angustia, silencio, o risa.
Hay que tener paciencia y dedicar el tiempo que sea necesario para que la persona pueda tranquilizarse y brindar su relato.
c) Alteraciones de la memoria
Debemos saber que las personas que han vivido violencia sexual pueden sufrir alteraciones de la memoria. Así por ejemplo, tal vez no logren recordar cuándo fue la primera
vez que el abusador entró de noche a su cuarto, o cuántas veces ocurrió el abuso,
o las frases que le decía. El mero recuerdo genera angustia, palpitaciones, opresión
en el pecho, pánico, como si estuviera ocurriendo
de nuevo. Entonces su mecanismo para sobrevivir
es olvidar, sepultar esos recuerdos. Esta reacción
ni siquiera es consciente; se produce por una reducción de una sustancia química que nos permite
almacenar los recuerdos. Así es como la mente se
defiende de lo que le resulta insoportable.
En ocasiones el olvido o la falta de precisión en el
relato pueden llegar a parecer incoherencia, o causar inquietud en los propios operadores de justicia,
porque éstos están apremiados por la necesidad de
disponer de todos los elementos que puedan demostrar la existencia del delito.
Algunas niñas, niños y adolescentes pueden tener dificultad para ubicarse en el tiempo
y en el espacio, de modo que no logran hacer un relato cronológicamente exacto de los
hechos.
Se debe tener paciencia con los niños y niñas al momento de la declaración.
Hay que hilvanar poco a poco los detalles para la investigación y todos los elementos necesarios para llevar adelante la acusación.
Se debe consultar con la psicóloga forense para tener mejores criterios y entender
los comportamientos causados por el abuso.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
d) Sexualidad y violencia
Son incontables las consecuencias de la violencia en la sexualidad de las víctimas, en
especial si son niñas, niños o adolescentes. Por ejemplo, se distorsiona la percepción
del propio yo, la idea que tiene de sí misma. Las personas que han sufrido violencia se
sienten sucias y avergonzadas. Se aíslan porque pierden la capacidad de confiar en
las personas, o al contrario, a veces les basta un solo encuentro para que consideren a
cualquiera como su gran amigo.
En las niñas y adolescentes en situación de explotación sexual comercial es mayor la
vergüenza asociada al abuso, porque la sociedad las censura. De ellas se dice que
“están ahí porque quieren”, pero en realidad la gente no tiene ni la menor idea de su
sufrimiento interior, de la falta de calor familiar, de los sentimientos de minusvalía que
padecen cuando se dan cuenta de que están siendo utilizadas como meros objetos,
expuestas a que su cuerpo sea invadido continuamente por personas extrañas que se
aprovechan de sus carencias materiales y afectivas.
Quienes han sufrido delitos sexuales suelen establecer relaciones distorsionadas con las
demás personas, pues tienen dificultades para expresar afecto, para entablar intimidad
emocional, para reconocer quién es confiable y quién no lo es. Por eso muchas adolescentes desconfían de las personas que las atienden en las instituciones, pues creen que
toda la gente les va a causar daño. Se sienten avasalladas por el desaliento y la impotencia, y eso incluye la desesperanza ante la procuración de justicia. En consecuencia,
cualquier dificultad en la ruta judicial va a reforzar esos sentimientos, y la persona estará
desmotivada para continuar el proceso.
Ante una denuncia de delito sexual, debemos:
 dar prioridad a su denuncia (no hacerle esperar mucho tiempo en los pasillos,
no postergar la cita),
 brindar privacidad, (procurar que no haya otras personas en el local, que la
puerta esté cerrada, que no haya interrupciones),
 inspirar confianza (escuchar atentamente a la persona, hacerle las preguntas
necesarias sin censurarla, y no hacer gestos ni ademanes que demuestren desaprobación de lo que esta narrando),
 brindar protección (no permitir que el presunto agresor esté cerca de ella, o
solicitar medidas de restricción para el agresor),
 mostrar una actitud respetuosa, sensible y comprensiva.
Recuerde que la niña, niño o adolescente le está confiando algo muy íntimo, y que
siente constante miedo al agresor, por tanto, de la actitud de usted dependerá en
gran medida que lleve adelante el proceso de la denuncia.
Marco Conceptual
e) Ambivalencia afectiva
La violencia sexual distorsiona la manera en que las personas se perciben a sí mismas.
Distorsiona también sus relaciones y su manera de comunicarse con los demás. En
consecuencia, la forma en que perciben la violencia que han vivido también está alterada. Muchas veces sus sentimientos son confusos y contradictorios. A esto se le llama
ambivalencia afectiva: sus sentimientos fluctúan entre el amor y el odio. Por un lado,
recuerdan que la persona que las abusa o las explota sexualmente les dice que les tiene
cariño, les canta canciones, les compra lo que necesitan, las defiende cuando alguien
más intenta agredirlas físicamente. Por otro lado, odian a esa persona cuando se dan
cuenta de que las ha traicionado en ese amor y ha violentado sus derechos como ser
humano, y cuando se percatan de que eso es un abuso.
En ocasiones se culpabilizan a sí mismas de la situación violatoria, porque
no logran dimensionar
su desigualdad de poder
con respecto a la persona agresora, ni tienen
conciencia de la posición
de desventaja en que se
encuentran con respecto
al abusador —por razones de edad, y en el caso
de las niñas y las adolescentes, por su condición
de género— a causa de
la cosificación que se
ha hecho del cuerpo femenino como objeto de
placer. A ello se suma la
condición de pobreza en
que viven muchas de las
niñas y niños que han
sido sexualmente violentados.
Es así que la violencia
sexual tiene su raíz en
el abuso de poder, a través de la dominación que
los hombres ejercen por
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
causa de las condiciones desfavorables en que se encuentran las niñas, niños y mujeres. A ello se debe que un abusador o explotador sexual no necesariamente requiere
de la fuerza física para cometer el acto de violencia, pues le basta su sola condición de
hombre adulto para tener dominio sobre el cuerpo y sobre la voluntad de sus víctimas,
para exigirles o inducirles a complacer sus deseos o sus mandatos.
Así pues, una niña o una adolescente carente de afecto y con muchas privaciones económicas y de otra índole, que necesita protección y seguridad, que no conoce sus derechos, que carece de información sobre su sexualidad, que tiene de sí misma una imagen
negativa y que ha asumido el mandato de sumisión que el sistema patriarcal impone
a las mujeres, se encuentra en una situación altamente vulnerable con respecto a la
persona agresora. Por eso es que ante el agresor siente que se anulan sus deseos, su
voluntad, su dignidad, su palabra, y se convierte en objeto de chantaje y manipulación.
f) La “identificación” con el abusador o explotador
Por todo lo anterior, muchas veces sucede que las niñas, niños o adolescentes pueden
llegar a sentir una “identificación” con el abusador o explotador. Esto ocurre, por ejemplo,
cuando el abusador manipula sus sentimientos diciéndole “esto que hago es porque te
quiero”, “soy la única persona que te entiende”. La confusión de sentimientos que sufre
la niña, niño o adolescente conduce a su sometimiento, pues reduce su capacidad para
reaccionar contra el abuso.
La manipulación de sentimientos que el abusador hace con la víctima no debe ser motivo
de sorpresa para el operador de justicia. Antes bien, debe escuchar el relato de la niña,
niño o adolescente sin juzgarla, sin poner en duda su testimonio, sin culpabilizarla con
comentarios o preguntas inadecuadas como podrían ser por ejemplo:
 ¿Por qué no gritaste?
 ¿Le diste motivo para que te siguiera?
 ¿Qué andabas haciendo en la calle a esa hora?
Evite emitir censura sobre los sentimientos y las intenciones que manifiesta ante usted,
o sobre su reacción ante el hecho delictivo. Procure no hacer comentarios o preguntas
como estas:





“No entiendo por qué lo querés, si te hizo un daño”.
“Cualquiera en tu lugar hubiera hablado antes”.
“¿Estás segura de que quieren poner la denuncia?”
“¿Por qué no lo denunciase antes?”
“¿Vos lo provocaste?”
Marco Conceptual
Para que el proceso penal se realice como es debido, es necesario brindar las condiciones necesarias:







privacidad,
agilidad en los trámites,
obtención oportuna de pruebas,
gratuidad,
respeto a su testimonio,
evitar reprogramaciones de sesiones y audiencias,
dar información oportuna sobre los procedimientos y sobre los lugares a los que
puede acudir después de la denuncia.
Esto ayudará a que la persona sienta el amparo de la ley.
Por eso es muy importante que la principal aliada (la madre) esté informada de
lo que implica el proceso y el procedimiento. Debemos brindarle información
clara, veraz y precisa, y explicarle la importancia de su colaboración. El acceso a la
justicia no consiste solamente en lograr la sanción penal del agresor, sino en que el
proceso sea ágil, expedito, con calor humano y desde un marco de respeto a sus
derechos. Eso forma parte del amparo de la ley.
g) ¿Por qué se niegan a buscar ayuda?
Cuando una persona ha vivido violencia sexual —y más aún si es una niña, niño o
adolescente— ve disminuida su capacidad para reaccionar, para evitar situaciones de
riesgo, ya sea éste físico, psicológico, sexual o de cualquier otra índole. Esa experiencia
traumática ha aniquilado sus propios poderes y distorsionado sus reacciones, por tanto,
la impotencia y el desvalimiento se adueñan de su ser.
En las situaciones de explotación sexual comercial no podemos esperar de ellas algo
que no han aprendido, como es el cuido de sí mismas, o la presencia de ánimo para no
exponerse a situaciones de peligro.
Muchas veces esperamos, erróneamente, que las niñas y adolescentes que han vivido
este tipo de violencia sepan protegerse a sí mismas, y olvidamos que si se rehúsan ante
el agresor, o si se atreven a buscar ayuda, podrían quedarse sin comer ese día, o tendrían que dormir a la intemperie, o podrían quedar excluidas de su familia, —aunque en
esa misma familia existan personas que les estén haciendo daño. También esperamos
que de un día para otro se den cuenta de que estaban siendo abusadas, y olvidamos
17
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
que durante años han recibido información distorsionada y que han sido sometidas a un
condicionamiento negativo. Esperamos que las adolescentes dejen de consumir tóxicos, y olvidamos que ese fue su mecanismo para escapar del miedo y el asco que les
causaba el abuso. Esperamos que las adolescentes establezcan relaciones de respeto,
que sepan poner límites, y olvidamos que desde niñas su sexualidad fue ultrajada, y por
eso mismo no saben distinguir la diferencia entre cariño y abuso. Esperamos que las
adolescentes busquen ayuda, y olvidamos que abrigan sentimientos ambivalentes hacia
la persona que las abusa o las explota, y que una denuncia contra el agresor les causa
más angustia y más culpa.
La presencia de comportamientos contradictorios en la niña o adolescente no disminuye la responsabilidad del explotador. Lo que se está juzgando no es el comportamiento de la niña, niño o adolescente, sino los actos del presunto agresor.
h) Las mamás
A lo largo de la historia la violencia sexual se ha considerado un problema de orden
privado. Cuando los perpetradores son parte de la familia —sobre todo cuando se trata
del padre, el padrastro, el abuelo o un hermano de la niña— toda la dinámica familiar
se altera. En tales situaciones la denuncia no suele ser inmediata, y muchas veces los
operadores de justicia tienden a culpabilizar de esta situación a las madres.
Debemos tomar en cuenta que:
 Desde la niñez las mujeres son educadas para el sometimiento.
 Las madres han recibido el mandato de reproducir, en la mente de sus hijas e
hijos, la cultura imperante —que es de índole autoritaria.
 Las mujeres suelen carecer de recursos y de información para protegerse ellas
mismas de la violencia cotidiana.
 A las madres se les atribuye la responsabilidad de velar por la “unidad familiar”,
lo que implica “aguantarse” la violencia intrafamiliar.
No obstante, la mayoría de las denuncias de violencia sexual son interpuestas por las
madres. Durante la consulta psicológica relatan lo difícil que ha sido para ellas —y para
su hija o hijo— decidirse a hacer la denuncia, por muchas razones:
 por no saber cómo hacerla,
 por temor a la reacción del agresor,
Marco Conceptual





porque están acostumbradas a soportar violencia,
porque desconocen las leyes e instancias que les protegen,
por evitarse la “vergüenza” de relatar los hechos,
porque desconocen los procedimientos jurídicos,
y muchas veces también porque no confían en el sistema judicial.
Además, una vez iniciado el proceso y los trámites de rigor, sus temores y ansiedades
aumentan, por la incertidumbre que entraña el procedimiento.
En los interrogatorios, cada vez que tenía que visitar esos lugares, siempre me tenían que estar preguntando cómo habían sucedido las cosas, las fechas, las horas. Me hacían
sentir mal, pero sin embargo, siempre manejé todas mis informaciones a como eran. Me sentía bien tensionada y a la vez
con miedo, porque decía yo: “A la vez no voy a lograr hacer
nada, y ¿voy a meterme a esto? ¿Y si no se logra hacer nada
y me llego a encontrar con el señor que cometió los delitos, o
se llegue a topar con mi hija, o me vaya a seguir o a querer
hacer algo?” Yo siempre caminaba con un miedo...
Madre de una adolescente
3. Los operadores del sistema judicial y el acceso a la justicia (policías, fiscales,
jueces)
La responsabilidad social de los operadores del sistema de justicia consiste en que el
acceso a la justicia para las víctimas de violencia sexual sea una realidad cotidiana y
apegada al enfoque de los derechos humanos, en el que se visualiza a las niñas, niños
y adolescentes como sujetos de derechos.
Nuestra manera de percibir y de interpretar las situaciones de violencia sexual es resultado de nuestra socialización, es decir, de las normas y costumbres que hemos aprendido
en la vida cotidiana, tanto en la familia como en el sistema educativo y en nuestra vida
social y profesional.
Estos conceptos y preconceptos (prejuicios) se activan cuando nos encontramos en el
campo laboral, y se combinan con nuestra subjetividad masculina o femenina, sentimientos maternales y paternales y también con nuestras emociones más profundas. Todo eso
se conjuga para que reaccionemos de un cierto modo ante un hecho de violencia sexual.
La sexualidad, en cualquiera de sus formas, es siempre un tema tabú. Cuando la sexualidad es violenta, se vuelve mucho más desconcertante y angustiosa.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
Las mujeres y los hombres que trabajan en el sistema judicial no están ajenos a sentir
esa perturbación y ese desconcierto. En consecuencia, sus reacciones estarán mediatizadas por:
 sus propias nociones sobre la violencia,
 los valores sexistas que hayan incorporado a su imaginario,
 los estereotipos de género,
 los mitos que hayan asumido como verdades,
 sus propios recuerdos íntimos.
Estos son algunos ejemplos de reacciones estereotipadas, de prejuicios sexistas y
de mitos que se asumen como verdades:
“La madre es la responsable, porque no cuida bien a sus hijas”
“Los hombres no pueden controlar sus deseos sexuales”
“Las mujeres provocan a los hombres con su forma de vestirse”
“Si anda de noche en la calle, es que anda buscando hombre”
Además, todas las personas tenemos nuestras historias personales. Un funcionario no
está exento de haber sufrido castigos, humillaciones, descalificaciones, rechazos. E incluso puede haber sido víctima de violencia sexual. Por eso, al momento de atender una
denuncia de este tipo, pueden activarse muchos recuerdos, emociones muy profundas,
sentimientos de rabia, pánico, deseos de venganza, a tal punto de llegar a involucrarse
emocionalmente. O al contrario: por su propia historia personal, el funcionario puede
incluso mostrarse insensible, o bien pone distancia porque ese es su mecanismo para
no hacer contacto con su propio dolor. O se muestra indiferente porque los casos de
violencia son tan cotidianos que se llegan a ver como “naturales”.
Ante todo recordemos que somos personas, y que como seres humanos también
nosotros podemos —o alguien de nuestra familia— ser víctimas de violencia sexual.
Pero además de seres humanos somos figuras de autoridad, representamos la justicia, la ley, y en consecuencia, la víctima —sobre todo si es niña, niño o adolescente— tiene muchas expectativas acerca de nuestra actuación. Espera de nosotros
el amparo de la ley. Debemos, pues, reflexionar sobre nuestras concepciones y
prácticas al momento de atender una denuncia.
Revisemos cuáles de esas prácticas pueden hacer que la niña, niño o adolescente o
su familia se sientan todavía peor, es decir, revictimizadas. Sepamos reconocer el sufrimiento en los ojos de la persona que estamos atendiendo. Y hagamos nuestro mejor
esfuerzo para que la justicia sea una realidad en la vida de esas personas.
Pero esto no significa que vamos a echarnos sobre la espalda los problemas de las
personas que atendemos. A este respecto, los operadores de justicia, hombres o mujeres, también deben identificar mecanismos de autocuido, para que el abordaje de estas
Marco Conceptual
situaciones no se convierta en una pesada carga emocional que termine perturbando su
desempeño profesional.
¡Recuerde!
 Hay que informarse y actualizarse acerca de la violencia sexual, sus manifestaciones y secuelas, puesto que las víctimas esperan de usted una orientación
para su atención emocional y su acompañamiento jurídico. Informarse significa
buscar conocimientos que permitan entender el comportamiento de las personas
que han sufrido delitos sexuales.
Difícilmente una niña, niño o adolescente va a someterse a una situación tan compleja
—como es la denuncia de un delito de violencia sexual— sin que el delito haya ocurrido
realmente. El mero hecho de acudir a denunciar ya le provoca temor y vergüenza.
Cuando el delito de violencia sexual contra una niña, niño o adolescente ha sido cometido por una persona de mayor edad, cualquiera que haya sido la situación en que ocurrió,
el único responsable es el adulto.
 El trabajo de usted no es atender casos, sino personas que están viviendo violencia sexual.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
III. La ruta jurídica
En el Código Procesal Penal (CPP) están establecidos los procedimientos jurídicos que
se deben emplear en cualquier tipo de delito o falta. Tales procedimientos se fundamentan también en marcos jurídicos como son el Código Penal y sus reformas, las leyes
orgánicas de cada institución que forma parte del sistema judicial.
Los procedimientos para brindar atención a las niñas, niños y adolescentes se complementan con otros instrumentos —como son los convenios y los tratados internacionales
que la Asamblea Nacional ha ratificado— y los protocolos de atención.
La ruta jurídica
23
POLICIA
NACIONAL
Policía Nacional
En los artículos 222 y 223, el CPP estipula que la denuncia se podrá interponer verbalmente o por escrito, ante el Ministerio Público o ante la Policía Nacional.
a) La Policía Nacional
(artículos 112, 113 y 230 del CPP)
La Policía está obligada a actuar en el marco de la ley en todas las denuncias, y deberá
proceder a investigar cualquier hecho que pudiera constituir delito o falta, según el CPP.
Esto se debe hacer con prontitud, sin retrasos y ágilmente.
En los delitos de violencia sexual, además de la investigación, es primordial brindar
seguridad, resguardo y una atención especializada a la niña, niño, adolescente y a
su familia. Esto implica:
 evitar el contacto de la niña, niño o adolescente con el agresor;
 solicitar al Ministerio Público que el juez ordene la aplicación de alguna medida
de restricción al agresor;
 remitir de inmediato la orden al Instituto de Medicina Legal o a un centro alternativo para que se le brinde a la niña, niño o adolescente atención psicológica y se
le practique la valoración médico-legal;
 ser facilitador para que el derecho de acceder a la justicia sea expedito y ágil;
 garantizar el respeto a sus derechos humanos, en particular el derecho a su integridad física y emocional.
También es muy importante, desde la lógica de la protección especial, que a la niña, niño
o adolescente y a su familia se les mantenga informadas sobre la ruta jurídica a seguir.
Esto implica decirles con exactitud el nombre y dirección del lugar donde se deben presentar para la realización de los exámenes, y también cuál es la instancia que formulará
la acusación.
Es igualmente importante llevar un registro desagregado por sexo y edad de la ocurrencia del delito, e identificar las opciones más pertinentes para cada situación.
Lo que espera la niña, niño o adolescente (y su familia) de la Policía:




Que se le atienda con prontitud y respeto.
Que se le escuche y se le crea lo que está relatando.
Contar su testimonio a una sola persona, preferiblemente de su mismo sexo.
Que el lugar de la entrevista sea privado, es decir, que en el local no haya personas ajenas al caso, y que la puerta esté cerrada.
Medida de defensa: según propuesta del “Sistema de atención y protección especial para niñas, niños y
adolescentes sobrevivientes de violencia sexual”. Dos Generaciones, Casa Alianza, Asociación La Amistad,
Inprhu, Tesis, Xochiquetzal.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
Aspectos a tomar en cuenta...
Al atender a la niña, niño o adolescente (y a su familia):
 Creer y respetar el testimonio de la niña, niño o adolescente y de la madre. Esto
implica que el testimonio se debe transcribir con las palabras textuales que empleó la persona que sufrió la situación de violencia.
 Abstenerse de cuestionar o de poner en duda la veracidad del testimonio. Evite
hacer comentarios o preguntas como éstas: ¿Por qué andabas vestida así? ¿Y tu
mamá te da permiso? ¿Y si nada te hizo y vas a meter en un lío al pobre hombre?
Tal vez estabas soñando que te abusó. ¿Segura que fue tu papá, o fue tu novio?
Estas expresiones, dichas por usted, agudizan la crisis emocional que está sufriendo la persona y su familia.
 Explicar a la madre o acompañante en qué consistirá el proceso judicial y la
ruta que se va a seguir. Use palabras sencillas y claras, evite la terminología jurídica. Anóteles
en un papel las
direcciones de
las instancias
adonde
tendrán que dirigirse y el nombre
del funcionario
o funcionaria a
los que podrán
acudir.
 Explicar a la
madre que debe
hacer con prontitud los trámites que a ella le
corresponden
(visita al Instituto de Medicina Legal, por
ejemplo) y tener lista la documentación que debe mostrar o entregar (acta de nacimiento, por ejemplo) y
que esto ayudará a agilizar el proceso, especialmente en lo que concierne a la
orden de captura del agresor, en que a ella le compete actuar.
Policía Nacional
En lo organizativo:
 Definir con antelación quién o quiénes son las personas responsables de atender
estas situaciones en la institución. Cerciorarse de que esas personas estén bien
informadas acerca de la dinámica de ocurrencia de la violencia sexual, el impacto en la vida de las niñas y las implicaciones jurídicas que hay en este tipo de
delitos. Es importante que la institución tenga asignadas personas debidamente
capacitadas para atender las denuncias de delitos sexuales, en especial cuando
las víctimas son niñas, niños o adolescentes.
 Asignar locales que permitan la privacidad requerida para atender y recibir la
denuncia, de modo que no le cause a la niña, niño o adolescente incomodidad,
vergüenza o miedo.
 Registrar en el expediente los hechos y acciones de investigación realizadas. Un
registro concreto, completo y explícito permite tener los elementos que necesita
el Ministerio Público para la acusación.
 Recuerde que la orden de captura contra el agresor —o la convalidación de la
misma— debe hacerse efectiva a la mayor brevedad y con las formalidades que
la ley exige.
 Realizar las remisiones correspondientes al Instituto de Medicina Legal o a los
centros alternativos autorizados y competentes para llevar a cabo la valoración y
la atención física y psicológica. Explicarles en qué consiste el trámite y los exámenes que hará el forense. Hágales saber que esos exámenes pueden causarle
incomodidad, pero que son necesarios, y que la niña o niño no estará a solas,
sino en compañía de su madre u otra persona de su confianza; dígale también
que el médico sabrá comprender su estado de ánimo.
Recuerde:
 La adecuada tipificación de los delitos sexuales marca la pauta para priorizar el
proceso de investigación.
 La información debidamente recopilada y ordenada es la base para que el Ministerio Público lleve a cabo la acción penal.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
MINISTERIO
PUBLICO
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Ministerio Público
b) El Ministerio Público (Artículos 89, 90, 248 al 252 del CPP)
La legislación procesal establece que el Ministerio Público es la instancia que debe
ejercer la acción penal en los casos de violencia sexual y cuando la víctima es una
persona menor de dieciocho años, por ser este un delito de acción pública.
El Ministerio Público tiene entre sus funciones y competencias la de representar en el
proceso penal a la niña, niño o adolescente víctima de violencia sexual. Es decir, le compete llevar a cabo la acusación, por tanto, sus responsabilidades incluyen:
 La aplicación efectiva de medidas de defensa (estudiar el expediente, documentar acerca de la situación penal y sus consecuencias para explicar el daño provocado, preparar y argumentar la acusación, con todos los elementos necesarios);
 Solicitar medidas cautelares para la debida y real protección a las víctimas y
testigos;
 Procurar la sanción penal del agresor (preparar con antelación la estrategia a
seguir para el juicio oral y público);
 Instruir acciones de seguimiento para resguardar la integridad física y psicológica
de la niña, niño o adolescente;
 Aplicar las leyes correspondientes, en apego a la legalidad y el respeto a los derechos humanos de las personas;
 Llevar un registro desagregado por sexo y edad de la ocurrencia del delito;
 Identificar las opciones más pertinentes para cada situación.
Otro importante aspecto normativo, desde la lógica de la protección especial, es que se
debe mantener informada a la niña o niño y a su familia sobre el desarrollo del proceso
(en qué etapa del proceso judicial está, qué documentación o datos debe aportar para el
juicio oral, adónde acudir para que reciba atención psicológica, a qué instancia recurrir
en caso de hostigamiento por parte del agresor).
¿Qué espera la niña, niño o adolescente (y su familia) del Fiscal (Ministerio Público)?
 Atención respetuosa, sin juzgar, ágil y priorizada.
 Explicación clara, precisa, específica y oportuna sobre el proceso que se llevará
a cabo tras su denuncia.
 Una representación en el proceso penal que haga sentir a la niña, niño o adolescente el amparo de la ley.
 Que Usted lleve preparadas las preguntas para los testigos y peritos, así como
para la argumentación en el debate final.
 Que sea usted capaz de defenderla en caso de que los procedimientos o la actuación de la defensa sean indebidos.
Artículo 51 del CPP y artículos 2 y 10 de la Ley Orgánica del Ministerio Público (346).
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
Aspectos a tomar en cuenta...
En la etapa de la denuncia y la investigación:
 Es posible que el Ministerio Público sea la segunda instancia del sistema judicial a
la que acude la niña, niño o adolescente y su familia, por tanto, el o la fiscal, como
responsable del proceso de investigación, debe coordinar y articular —con auxilio
judicial— el levantamiento de la información.
 Se deben agotar todos los medios de investigación para esclarecer los hechos,
y procurar alternativas efectivas para la captura y detención del agresor y para el
cumplimiento de la acción penal.
 Se deben asignar personas debidamente capacitadas para atender este tipo de
denuncias.
 Antes de la entrevista con la persona que estamos atendiendo, se deben revisar
cuidadosamente los detalles de la denuncia que se encuentran en el expediente, y
completar el expediente con los hechos y acciones que hagan falta. Esto nos evita
hacer interrogatorios repetitivos y someter a la niña, niño o adolescente a una situación emocional estresante.
 Evite cuestionamientos o juzgamientos a priori acerca de la veracidad del relato de
la niña, niño o adolescente, (porque “no tienen los detalles” que usted cree necesarios); poner en duda su relato lesiona el estado emocional de la persona, y muchas
veces trae como consecuencia el abandono de la causa, porque provoca miedo
e inseguridad. Por eso es importante que, Usted fiscal, conozca la
problemática de la violencia sexual
para entender la situación en concreto que está atendiendo.
 Procure tipificar adecuadamente el
delito cometido, pues de eso dependerá el debido juzgamiento del
agresor.
 Verifique si se hizo la remisión correspondiente al Instituto de Medicina Legal o a los centros alternativos autorizados y competentes
para efectuar la valoración física
y psicológica. Si no se ha hecho,
proceda a su envío. Explíquele a
la madre o acompañante cuál es el
trámite correspondiente, y pídale
que lo mantengan a usted al tanto
de los resultados.
Ministerio Público
 Explicar con sencillez, a la madre o acompañante de la víctima, las etapas del proceso penal (investigación, acusación, audiencias, juicio oral y público), la duración
en tiempo, las acciones e implicaciones que se derivan del caso, así como las coordinaciones que se mantendrán durante el proceso.
 Hágales saber que existen diversos fiscales que estarán a cargo del juicio, y explíqueles cuál es el trabajo de ellos en cada una de las etapas.
 Hágales saber que no necesitan un abogado privado, que usted será su representante legal, y que usted necesita contar con su disponibilidad para ciertas gestiones
que amerita el curso del proceso.
Para esto es importante:
 Anotarles las fechas y los documentos que necesitarán para la acusación.
 Anotarles dónde pueden localizar a las personas del Ministerio Publico que conocerán de su juicio (nombres, direcciones de las oficinas, etc.).
En las audiencias:
 Al remitir los expedientes a las diferentes audiencias, cerciórese de que contengan
la respectiva valoración o las debidas recomendaciones. Esto evita retrasos y acciones repetidas. Sirve además para que la fiscal se informe previamente sobre la
denuncia, y en consecuencia, ayuda a que la niña, niño o adolescente confíe más
en la fiscal que va a representarla en cada etapa.
 Con la debida antelación se debe diseñar una estrategia de defensa que contemple
los derechos de la niña, niño o adolescente que se está atendiendo. Para esto es
indispensable informarse bien acerca de las circunstancias específicas de la denuncia. Esto implica hacer una lectura previa y minuciosa del expediente, y preparar
las preguntas para los interrogatorios. De este modo se evita la revictimización de
la niña, niño o adolescente.
 Informarse debidamente proporciona mayores elementos para el desarrollo del juicio —como por ejemplo, para la integración del jurado, o para poder recusarlo sin
causa10 haciendo preguntas como, por ejemplo: “¿Quién de ustedes, por su religión, está impedido de condenar al acusado?”. O bien en los debates finales, donde
puede extenderse sobre las consecuencias que ocasiona el delito y demostrar su
alegato sobre la base de las pruebas aportadas en la audiencia.
 Cerciorarse de antemano de que se hayan efectuado las citaciones y demás trámites para la comparecencia en las audiencias. Recuerde usted que las reprogramaciones o suspensiones de las audiencias generan en la niña, niño o adolescente
inseguridad y angustia, y que podrían motivar que se abandone la causa.
 Brindarle a la niña, niño o adolescente las condiciones físicas y de seguridad adecuadas y pertinentes para su comparecencia en las audiencias. Por ejemplo, garantizarle que no asistirán personas ajenas al juicio, ni medios de comunicación, y que
10 Art. 296 del CPP.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
el agresor no podrá acercársele. Asegurarle también que usted la defenderá ante
las posibles agresiones del abogado defensor.
 Recuerde que la privacidad, la confianza y la seguridad física y emocional son cruciales y fortalecen el testimonio de la niña, niño o adolescente, por lo que debemos
evitar expresiones que dejen traslucir las dificultades o angustias personales que
podamos tener ante el juicio oral y público.
 Busque siempre alternativas y agote todos los medios a su alcance para el esclarecimiento y sanción del delito denunciado.
Recuerde que en el proceso penal
Usted representa la restitución de los derechos de la niña,
niño o adolescente
Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
INSTITUTO
DE MEDICINA
LEGAL
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Instituto de Medicina Legal
c) El Instituto de Medicina Legal (IML) y el personal forense.
(Artículos 114, 115 y 116 del CPP)
El Instituto de Medicina Legal cumple
una función auxiliar en el sistema de
justicia penal. Tiene entre sus responsabilidades la realización, evaluación
y diagnóstico de análisis médicos, tanatológicos, clínicos y de laboratorio,
que puedan contribuir al esclarecimiento de un delito.
En el proceso penal de los delitos
sexuales, el dictamen médico-legal y
la valoración psicológica son cruciales —aunque no son los únicos— para demostrar la
comisión del delito. El dictamen aporta información necesaria y reveladora para formular
la acusación y para demostrar, ante el jurado o el juez técnico, la culpabilidad del agresor
y los daños ocasionados a la niña, niño o adolescente.
Recuerde que usted es la persona que contribuirá, con su pericia, a que se esclarezcan
los hechos y se haga una adecuada tipificación del delito imputado. Esto servirá para que
la niña, niño o adolescente y su familia tengan una efectiva procuración de justicia.
El examen físico-genital y la valoración psicológica permiten identificar signos de violencia, lesiones corporales o evidencias de penetración, para determinar si hubo violación,
para detectar presencia de espermatozoides, para diagnosticar embarazo o enfermedades de transmisión sexual y para valorar la magnitud de los daños psicológicos que
ocasiona este tipo de delitos.
¿Qué espera la niña, niño o adolescente (y su familia) cuando llega a la valoración
médica forense o psicológica?
 Que se le dé explicación clara, precisa y concreta sobre el procedimiento a seguir
(cómo se realiza el examen físico, la entrevista para valoración psicológica y los
otros exámenes de laboratorio) y cuál es su importancia para el proceso judicial.
 Que se le atienda con prontitud, porque la espera prolongada causa ansiedad,
desconfianza e incertidumbre.
 Que el personal que la atienda sepa respetar y tener paciencia ante sus temores,
su vergüenza y su inseguridad.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
Aspectos a tomar en cuenta...
Para el personal forense:
 Es indispensable que el personal forense tenga al menos nociones teóricas sobre
derechos humanos, leyes, enfoque de género, violencia intrafamiliar y violencia
sexual, para entender la dinámica de este tipo de delito y así evitar emitir juicios
o manifestar actitudes que puedan ser revictimizantes.
 Debido al conflicto emocional que presenta la niña, niño o adolescente, debe
usted crear un ambiente de confianza y respeto. Debe, asimismo, darle una explicación concisa y clara de la exploración que tendrá que hacerle, y pedirle que
si siente alguna molestia, recelo o incomodidad se lo haga saber.
 Dele tiempo para entender y aceptar el procedimiento.
 Desde el principio entable un contacto cordial y acogedor con la niña, niño o adolescente. Debe usted saludarle, mirarle a los ojos, llamarle por su nombre, iniciar
una breve conversación para romper el hielo y ganar su confianza, sin abordar
de entrada el tema del abuso.
Para el personal médico forense:
 Lo mejor es que la persona que realice el examen sea del mismo sexo que la
víctima. Recuerde que por lo general quienes sufren violencia sexual son niñas o
muchachas, y en la mayoría de los casos los agresores son hombres.
 Explíquele, con palabras sencillas, en qué consistirá la exploración física, cómo
se hará la revisión general, el procedimiento que seguirá en las diferentes áreas
(para-genital, genital y extra-genital). Si dispone usted de láminas puede valerse
de ellas.
Instituto de Medicina Legal
 Explíquele la importancia de hacer la exploración lo más pronto posible, antes de
que desaparezcan las señales. Procure que entienda que esto puede resultarle
difícil, pero que es indispensable para el proceso penal. Si fuera necesario —por
el estado de crisis en que suele estar la niña, niño o adolescente— reprograme
la exploración, tomando en consideración los tiempos jurídicos.
 Hágale saber que durante la exploración no estará a solas con usted, sino en
compañía de su mamá o su acompañante, además de una enfermera.
 Luego de explicarle lo anterior, pregúntele si está en disposición de que se le
haga la exploración. Respete su respuesta y valide sus sentimientos al respecto.
Puede decirle, por ejemplo: “Entiendo perfectamente que para vos esto es muy
difícil”. “Es natural que sientas miedo; vamos a hacer unos ejercicios de respiración para que te tranquilices”.
 El diagnóstico debe ser integral. Debe incluir los resultados en el ámbito físicogenital, así como recomendaciones para la atención posterior al examen forense
y para el tratamiento de los traumas y secuelas.
 En las comparencias de los juicios orales, el dictamen que usted emita debe ser
concreto, preciso y en términos sencillos que resulten comprensibles para los
miembros del jurado. Al mismo tiempo, debe usted basarse en criterios científicos. Por ejemplo, muchas personas no entienden lo que significa “vieja data”, es
preferible que diga “de hace tiempo”, o alguna expresión semejante.
 Evite los términos de orden moral. Al decir que la niña o adolescente es “virgen”
se está empleando un término que no es científico, sino moral, e implica censura.
Eso podría minimizar ante el jurado el daño causado por el delito; en cambio,
puede usted decir que “la paciente presenta hematomas o desgarros en el área
genital”.
Para las psicólogas forenses:
 En la entrevista para la valoración psicológica, hay que atender aspectos y detalles que posiblemente ninguno de los funcionarios ha abordado, como son los
sentimientos y las emociones. Por eso es crucial que usted establezca un ambiente de confianza, privacidad y respeto.
 Cuide que su actitud corporal, su expresión facial y sus palabras sean cordiales
y adecuadas para la edad de la niña, niño o adolescente, de modo que pueda
tranquilizarse y confiar en usted.
 Demuestre su paciencia y comprensión. Respete sus silencios y sus titubeos,
valide su llanto, permítale que se explique por sí misma. Procure no presionarla.
 Recuerde que tal vez este sea el primer contacto de la niña con una psicóloga.
Procure prepararla para enfrentar el proceso que debe seguir, y para su encuentro con la psicóloga adonde la vaya a remitir. Explíquele también por qué usted
no la va a seguir atendiendo.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
 El diagnóstico deber ser integral, es decir, debe contener los resultados de la
valoración psicológica y recomendaciones para el tratamiento de los traumas y
secuelas.
 En las comparecencias de los juicios orales, procure que su dictamen sea concreto, preciso y en términos sencillos y comprensibles para los miembros del
jurado. Debe quedar claro y evidente cuál fue el daño causado por el agresor.
Tenga usted presente que:
● La actuación de usted es determinante, pues en las situaciones de violencia
sexual rara vez hay testigos.
●
Está usted atendiendo a personas en alto grado de estrés. Procure que su
manera de proceder no haga que revivan la violencia que sufrieron.
Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
JUZGADOS
PENALES
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Juzgados Penales
d) Los juzgados penales
Recuerde que, por lo general, la niña, niño o adolescente llega a los juzgados únicamente en la etapa del juicio oral y público, y es entonces cuando tienen su primer contacto
con los funcionarios del juzgado.
El o la juez y los funcionarios judiciales tienen la facultad y el compromiso de velar
por que la niña, niño o adolescente tenga verdadero acceso al sistema penal de justicia,
sin que se le revictimice y teniendo garantizado el respeto a sus derechos humanos,
conforme a lo estipulado en la Constitución y en el Código de la Niñez y la Adolescencia.
Así pues, la principal función de un juez es actuar como árbitro de esas garantías constitucionales, y por tanto, debe responder a las mismas.
Asimismo, es importante, desde la lógica de la Protección Especial, mantener informada
a la niña o niño y a su familia sobre el desenvolvimiento del proceso.
¿Qué espera la niña, niño o adolescente (y su familia) cuando llega a los juzgados?
 Que los jueces sean los garantes de que el proceso sea ágil, respetuoso y apegado a los derechos humanos.
 Que los procedimientos sean los más apropiados, de modo que no tengan que
revivir la agresión.
 Que se le proteja debidamente y se le evite cualquier contacto con el agresor.
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Protección especial en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual
Aspectos a tomar en cuenta...
 Recuerde que cuando llega al juzgado, la niña, niño o adolescente ya ha pasado
por la Policía, por el Instituto de Medicina Legal, por el Ministerio Público, por la
psicóloga. En cada uno de esos sitios ha brindado su testimonio, y es como si
cada vez tuviera que revivir todo el episodio. Procure, pues, no hacerla esperar,
no hacerla llegar una y otra vez a todas las reprogramaciones de las audiencias.
 Es indispensable que la niña, niño o adolescente no tenga contacto con el agresor, ni con personas que le causen temor o vergüenza.
 Es probable que en su declaración le vengan a la memoria otros detalles del
suceso, que inicialmente no estaban en el nivel consciente. Por eso debe permitírsele que acuda en compañía de la persona que haya estado con ella en el
proceso de recuperación. Y usted como juez debe tomar en cuenta los nuevos
detalles, que pueden contribuir al esclarecimiento del delito.
 Es importante estar muy alerta durante los interrogatorios que hagan la Defensa
y el Ministerio Público, y objetar toda pregunta que sea inapropiada, irrespetuosa,
incoherente, bochornosa o que desestabilice a la niña, niño o adolescente.
 No permita usted que se cuestione o se juzgue a priori la veracidad del relato de
las víctimas. Recuerde que esto es facultad del jurado o del juez técnico, una vez
evacuadas las pruebas.
 A la familia y al jurado, debe usted explicarles, con un lenguaje sencillo en qué
consiste el juicio oral y público.
“Hubo momentos en los que yo decía “Esto nunca se acaba;
ya deseara que se terminara; ya no quisiera seguir en esta situación”. Siempre estaba pendiente de que la gente me iba a
señalar, o que iba a señalar a mi hija, o que iba a ser un grave
error. Yo quería estar enterrada, no saber de nada...”
Testimonio de una madre
“Ese día fue para mí algo muy horrible. No me sentía bien, y
hubo momentos en que caí en crisis de llanto, porque tenerlo
ahí, no me pasaba. Mis deseos eran agarrarlo y..., no toleraba estarlo viendo ahí...”
Testimonio de una madre
Bibliografía
V. BIBLIOGRAFIA
Constitución Política de Nicaragua.
Código Procesal Penal de Nicaragua, Ley 406. Asamblea Nacional de la República de
Nicaragua.
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