Acontecimientos de la Primera Guerra Mundial

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Primera Guerra Mundial
1.Introducción
Entre 1914 y 1918 tuvo lugar un conflicto bélico que más tarde sería denominado como Primera Guerra
Mundial. Este conflicto militar comenzó como un enfrentamiento entre el Imperio Austro−Húngaro y Serbia,
pero como consecuencia de las múltiples alianzas establecidas en Europa durante en período denominado
como Paz armada, pasó a ser un enfrentamiento armado a escala europea con las sucesivas declaraciones de
guerra por parte de los países pertenecientes a los diferentes bandos (Imperios centrales y aliados o entente).
Más tarde con la incorporación de países no Europeos al conflicto, este llegaría a convertirse en lo que se
denominó Gran Guerra, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Muchos fueron los factores que desencadenaron esta guerra, que se debió básicamente a las rivalidades
económicas y militares de las diferentes potencias, el proceso de militarización llevado a cabo por estas, las
continuas crisis que cada vez resultaban más difíciles de solucionar sin un gran enfrentamiento y el
nacionalismo de la época que hizo crecer las rivalidades. Pero el desencadenante directo fue el asesinato del
heredero al trono del imperio Astro−húngaro y su esposa, en el que estaba implicada una organización
terrorista serbia.
La Primera Guerra Mundial duró cuatro años, tres meses y catorce días. La guerra representó un coste de
186.000 millones de dólares para los países beligerantes. Las bajas en los combates fueron enormes, al igual
que el número de civiles muertos.
La Primero Guerra Mundial, el enfrentamiento más sangriento que había visto la humanidad hasta entonces,
finalizaba con el tratado de Versalles.
2. Antecedentes que propiciaron la guerra
2.1 Las rivalidades entre las potencias y los conflictos de fondo
Entre Francia y Alemania había una clara enemistad, como consecuencia de la guerra franco−prusiana de
1870, en la que Alemania gana los territorios de Alsacia y Lorena, a partir de entonces en Francia surge un
fuerte deseo por recuperar dichos territorios. Los alemanes por su lado tratan de borrar la cultura francesa en
Alsacia y Lorena y de mantener a Francia aislada del resto de las grandes naciones.
El desarrollo industrial y la competencia neocolonialista generaron tensiones y rivalidades en un mundo en la
que ya no quedaba nada por repartir a nivel de mercados y colonias. Esto causó que el enfrentamiento entre
las potencias industriales europeas se agravará.
En Europa, Gran Bretaña había perdido importancia como potencia, en cambio, Francia había mejorado su
situación , al igual que Alemania, que se había convertido en la primera potencia industrial del continente, este
país contaba con abundante materia prima en la cuenca del Ruhr, Alsacia y Lorena y había desarrollado una
gran industria siderúrgica, química, mecánica y eléctrica. Esto despertó un gran temor en los ingleses que
comenzaron a ver en Alemania a su gran enemigo comercial.
Por otro lado estaban los intereses enfrentados entre Rusia y el imperio Astro−Húngaro en la zona de los
Balcanes.
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A su vez, el imperialismo provocó que los roces entre las potencias se salieran del marco europeo y tuvieran
lugar prácticamente en cualquier parte del mundo.
Pero sin duda una de las causas más importantes de esta guerra fue el nacionalismo de la época. Este causó
que la idea de que las poblaciones con un mismo origen étnico, lengua e historia común tuvieran derecho a
formar estados independientes se expandiera por multitud de lugares. Los territorios que aspiraban a
constituirse en estado se basan en el derecho de la autodeterminación, que fue totalmente ignorado por las
fuerzas políticas. Esto provocó las revoluciones y los fuertes movimientos nacionalistas del siglo XIX, a
través de los cuales se consiguieron las unificaciones de Alemania e Italia y la independencia de Bélgica, pese
a estos triunfos, muchos conflictos nacionalistas seguían sin resolverse, lo que provocó tensiones en las
regiones implicadas y entre diversas naciones europeas.
2.2 La formación de bloques enfrentados
En los años previos al conflicto se había configurado dos grandes alianzas (la Triple Entente y la Triple
Alianza) que van a ser el centro de las enfrentamientos de esta Primera Guerra Mundial.
Bismarck había construido una compleja red de tratados internacionales cuyo elemento clave era la Triple
Alianza (1882) que ligaba a Alemania con Austria−Hungría e Italia. El principal objetivo del canciller alemán
era el mantenimiento de un status quo que él consideraba beneficioso para Alemania. El delicado edificio
diplomático construido por Bismarck se vino abajo con la nueva política impulsada por Guillermo II. Esta
nueva actitud de Alemania, ambiciosa y agresiva, desencadenó un proceso de competencia y desconfianza del
que nacieron dos bloques de potencias.
El primer resultado de la política del nuevo Káiser fue lo que más temió Bismarck, el fin del aislamiento de
Francia. En 1893, se firmó la Alianza franco−rusa, acuerdo que suponía un compromiso de ayuda militar en
caso de guerra contra Alemania.
En 1905, ante la sorpresa mundial, Rusia es derrotada en la guerra que le enfrentó contra Japón. Este fracaso
hizo que Rusia abandonara sus ambiciones en el Extremo Oriente y centrase su atención en los Balcanes, lo
que llevó inevitablemente al choque con Austria−Hungría. Empujadas por la creciente agresividad y ambición
colonial de Alemania, Francia y Gran Bretaña pusieron fin a sus diferencias coloniales y firmaron la Entente
Cordiale en 1904.
Por último, animadas por Francia y tras resolver sus problemas en Asia Central (Persia, Afganistán), en 1907
se firmó el Acuerdo anglo−ruso. Se ponían así las bases de la denominada Triple Entente entre Francia, Gran
Bretaña y Rusia.
2.3 La paz armada
Al encontrarse Europa dividida en dos sistemas de alianzas hostiles, cualquier alteración de la situación
política o militar en Europa, África o en cualquier otro lugar provocaría un incidente internacional. Lo que
provocó un ambiente de inseguridad en Europa, por lo que las potencias comenzaron a armarse y a realizar
construcciones navales a gran escala.
En Europa se sabía que en cualquier momento podía estallar la guerra. Dentro de este ambiente hostil se
produjeron varios conflictos desde 1905 hasta 1914 que estuvieron a punto de desencadenar una guerra
general en Europa.
2.3.1 Primera crisis marroquí (1905−1906).
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Esta se produjo en Marruecos, donde Alemania combatió en 1905 y 1906 para apoyar al país en su lucha por
la independencia y para evitar el dominio del área por Francia y España. Francia amenazó a Alemania con
declararle la guerra, pero el incidente se solucionó finalmente en una conferencia internacional celebrada en
Algeciras (España) en 1906.
2.3.2 La anexión austriaca de Bosnia−Herzegovina (1908).
Los Balcanes fueron el escenario de un nuevo enfrentamiento en 1908, motivado por la anexión de
Bosnia−Herzegovina por parte de Austria−Hungría con la intención de debilitar a Serbia.
2.3.3 El incidente de Agadir en Marruecos (1911)
En 1911 estalló una nueva crisis en Marruecos entre Francia y Alemania, causada por el envío de un buque
cañonero alemán a Agadir, que se resolvió mediante un acuerdo por el que Francia cedía a Alemania amplios
territorios en el Camerún, a cambio del reconocimiento alemán al protectorado francés sobre la mayor parte
de Marruecos.
2.3.4 Las guerras balcánicas
Entre 1912−1913 se desarrollaron dos guerras en los estados balcánicos, la primera contra Turquía y la
segunda interna (Serbia, Grecia y Montenegro contra Bulgaria), ambas concluyeron con el Tratado de
Bucarest (1913).
Las consecuencias de estas guerras balcánicas, que cambiaron de forma drástica la situación en la zona,
fueron:
• La reducción de Turquía en los Balcanes a la región de Estambul
• La consolidación de Serbia como principal estado de la región, lo desencadenó que:
♦ Austria−Hungría, se alarmara por el fortalecimiento serbio, con lo que llego a la conclusión
de que solo una guerra preventiva impediría que Serbia encabezara un levantamiento general
de los eslavos en el Imperio de los Habsburgo.
♦ Por su lado Alemania estaba resuelta a apoyar a su aliado austro−húngaro en caso de
conflicto.
♦ Rusia estaba decidida a intervenir en el caso de que Austria−Hungría atacase a Serbia.
2.3.5 Consecuencias de los grandes conflictos.
Los conflictos sucedidos antes de 1914 hicieron visibles las cuatro rivalidades principales:
• La clásica rivalidad entre Francia y Alemania, agravada por los incidentes en Marruecos.
• El antagonismo entre Austria y Rusia en los Balcanes.
• La rivalidad entre Serbia y Austria.
• La pugna económica entre Alemania e Inglaterra.
2.4 El atentado de Sarajevo.
El hecho definitivo que desencadenó la guerra fue el atentado que acabo con la vida del archiduque Francisco
Fernando (heredero de Austria) y su esposa, este incidente tuvo lugar el 28 de junio de 1914 en Sarajevo
(Bosnia).
El crimen fue obra de militantes de un grupo terrorista servio conocido como "La Mano Negra", cuya cabeza
principal era el jefe del Servicio de Inteligencia del Estado Mayor servio.
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El 23 de julio, casi un mes después del asesinato de Sarajevo, Austria−Hungría presentó un durísimo
ultimátum a Serbia, a la que responsabilizaba del atentado.
Austria−Hungría pedía a Serbia que en 48 horas hiciese público el reconocimiento de su participación en el
atentado y pusiese fin a toda propaganda paneslava y anti−austríaca, permitiendo la participación de la policía
austriaca en la investigación del atentado dentro de la propia Serbia y prohibiese organizaciones nacionalistas
como la Mano Negra que, legales en Serbia, operaban en la clandestinidad en Bosnia−Herzegovina. Cumplido
el plazo, y al considerar la respuesta serbia como una aceptación "parcial e insuficiente" del ultimátum, el día
28 Austria−Hungría declaró la guerra a Serbia.
A partir de ese momento se produjo una reacción en cadena, Rusia apoyo a Serbia, Alemania se puso del lado
de Austria y declaró la guerra a Rusia y a su aliada Francia.
En un principio Gran Bretaña se mantuvo neutral, pero, cuando a comienzos de la guerra los alemanes
invadieron Bélgica y se establecieron en Amberes, se sintió amenazada y entró en el conflicto al lado de
serbia, Francia y Rusia.
3. Desarrollo de la Guerra.
3.1 Los países beligerantes.
A comienzos de la guerra la lucha tuvo lugar entre los Imperios centrales (Alemania y Austria) contra los
aliados (Rusia, Francia, Bélgica, Gran Bretaña y Serbia).
Poco a poco otros países se fueron posicionando a un lado u otro:
• En 1914 Turquía, viendo la amenaza que suponía para ella Rusia y Serbia, entra en la guerra al lado
de los imperios centrales.
• Por enemistad con Serbia, Bulgaria se une también a los imperios centrales (1915).
• Los aliados por su parte recibieron el apoyo de Japón (1914), Italia (1915), Rumania (1916), Grecia
(1917) y Portugal.
• En 1917 los Estados Unidos entraron en guerra el lado de los aliados, como consecuencia del
hundimiento por parte de los alemanes del transatlántico Lusitania y otros barcos más.
Por primera vez en la historia la guerra se hacía mundial, ya que las potencias arrastraban consigo a sus
colonias.
Por lo que a nosotros respecta España mantuvo a duras su neutralidad, de la que se aprovechó para desarrollar
se economía.
3.2 La guerra de movimientos (1914).
En el frente occidental, los alemanes, pretendían una guerra rápida, clave para su victoria, siguiendo las
previsiones del plan Schlieffen, basado en el cálculo de que el ejército Ruso, necesitaría varias semanas para
colocar en el frente toda su potencia. Los alemanes pretendían lanzar un rápido ataque contra Francia para
luego caer sobre Rusia de forma fulminante, asegurándose así el frente oriental.
Los alemanes invaden Bélgica el 4 de agosto y se lanzan sobre Francia, donde el mariscal Joffre lleva a cabo
un contraataque desesperado que logró contener el avance alemán en el río Marne en el mes de septiembre de
1914. Con esta batalla los franceses consiguen que los alemanes se retiren de parte del territorio que habían
conquistado.
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A partir de ese momento ambos ejércitos se establecieron en sólidas líneas defensivas. De esta manera
comenzó en el oeste la guerra de trincheras, que sustituyo a la inicial guerra de movimientos.
Por otro lado en el frente oriental los Rusos invaden la Prusia Oriental, tras ese primer avance. los alemanes,
tras la victoria en Tannenberg se imponen. Y logran así detener el avance.
Como consecuencia de estos hechos la guerra relámpago pensada por Alemania fracasa, y la guerra se alarga
más de lo que los países podían esperar, dándose cuenta de que ganaría el bando que más fuera capaz de
resistir.
3.3 La guerra de posiciones (1914−1915).
En 1914 la idea de una guerra móvil era la más aceptada entre los países implicados, basados en la rapidez
que proporcionaban los nuevos medios de locomoción. Sin embargo, se comprobó que, aunque era fácil y
barato llevar las tropas al frente gracias a las líneas ferroviarias, no lo eran así los movimientos en el campo de
combate. Ya que los transportes motorizados no estaban desarrollados lo suficiente como para moverse en un
terreno donde se llevaba a cabo una batalla, y los transportes animales eran demasiado vulnerables para la
artillería y las ametralladoras. Por lo que la única fuerza capaz de moverse en estos terrenos era la infantería,
aunque su avance era demasiado lento.
Esto provocó un estancamiento de la guerra, lo que influyó en la creación de las largas líneas de trincheras. Y
la única forma de avanzar era lanzar oleadas de soldados contra la trinchera enemiga y esperar que llegaran
suficientes como para tomar la posición, y esto sucedía pocas veces. En esta etapa de la guerra murieron un
gran número de soldados.
Con la aparición de las trincheras el uso de ametralladoras ,gases asfixiantes, tanques blindados, aviación y
alambradas impidió avances y provocó un gran número de muertos. En esta época se perfeccionaron también
los sistemas de espionaje y los medios de comunicación.
Debido a esto los bandos se vieron obligados a buscar nuevos aliados. Los imperios centrales lograron que
Turquía y Bulgaria entraran en la guerra. Por su lado la Entente logra el apoyo de Italia mediante la firma
secreta del tratado de Londres, como consecuencia se abre el frente alpino entre Italia y Austria−Hungría.
Tras la batalla del Marne, los ejércitos tuvieron que esconderse, arrastrarse por el barro, cavar cada vez más
complejos sistemas de trincheras para sobrevivir al enemigo. Desde el Mar del Norte hasta Suiza, miles de
kilómetros de trincheras enfrentaron a millones de hombres en el frente occidental. En este frente los
alemanes quedan frenados en su proyecto de avanzar hacia París.
En el Este se obtienen éxitos sucesivos sin ningún resultado decisivo. En la primavera de 1915, los alemanes
lanzaron una serie de ofensivas en el frente oriental, en un principio lograron ocupar Polonia obligando a los
rusos a replegarse, pero estos no pensaban en una retirada de la guerra, aunque su situación era desesperada
con más de 1.500.000 bajas en el frente y graves problemas de abastecimiento, para ayudar a los rusos los
franceses decidieron atacar en Artois y Champagne, el resultado de estos ataque fue desfavorable para los
franceses que perdieron a 350.000 soldados y 700.000 fueron heridos.
En 1915, tiene lugar también un ataque inglés en Gallipoli contra los turcos, donde los británicos son
derrotados.
En estos momentos parecía claro que la victoria la obtendrían los Imperios centrales que hasta entonces
habían salido más o menos victoriosos.
3.4 Guerra de desgaste (1916).
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En 1915 los países combatientes se dan cuenta que la única forma de alterar el curso de la guerra era desgastar
al enemigo poco a poco hasta llegar a aniquilarlo. Aparece entonces una nueva estrategia en el frente
occidental, la guerra de desgaste, que fue ideada por los alemanes con la intención de agotar al ejercito
francés.
Y en el año 1916, tiene lugar la que debe considerarse como la operación clave de la guerra, la batalla de
Verdún. El plan de los alemanes, concebido por el jefe del Estado Mayor del ejército alemán, era lanzar un
ataque sobre Verdún para conseguir debilitar a las derrotadas fuerzas de los franceses causando el mayor
número de bajas posible. El plan de los aliados en 1916, establecido por el mariscal del Ejército francés, y el
general del Ejército británico, consistía en intentar romper las líneas de los alemanes en el Oeste mediante una
ofensiva masiva en la región del río Somme.
Los alemanes iniciaron la batalla de Verdún el 21 de febrero, tras una lucha reñida, tomaron los fuertes de
Douaumont, Vaux y Thiaumont, pero no lograron conquistar Verdún gracias a la defensa de esta ciudad.
Como consecuencia de las numerosas bajas sufridas en la batalla, los franceses redujeron su aportación a la
ofensiva aliada del Somme, que comenzó el 1 de julio y se prolongó hasta mediados de noviembre, y cuya
responsabilidad recayó sobre los británicos. En la batalla del Somme, los británicos utilizaron por primera vez
carros de combate modernos en el ataque lanzado sobre Courcelette el 15 de septiembre. Los franceses
emprendieron un contraataque sobre Verdún en octubre y reconquistaron los fuertes de Douaumont y Vaux,
restableciendo la situación existente antes de febrero.
En la ofensiva lanzada el 1 de julio por los británicos sobre el río Somme, al cabo de pocas horas 60.000
soldados británicos habían muerto, estaban heridos o habían caído prisioneros. El ataque cesó en el mes de
noviembre. La batalla del Somme, supuso bajas de más de 400.000 hombres para los británicos, de 200.000
soldados para los franceses y de más 600.000 para los alemanes.
Por otro lado el bloqueó naval que padecía Alemania forzó su intentó de atacar a la flota británica, ambas se
enfrentaron en la batalla de Jutlandia, que fue la única con carácter que tuvo lugar en todo el conflicto. La
superioridad naval de los británicos obligo a los alemanes a retirarse.
En el frente oriental hubieron pequeños avances del ejército turco en el Cáucaso frente a los rusos, de los
cuales los rusos obtuvieron dos victorias, lanzándose durante el verano con varias ofensivas contra la zona
astro−húngara, de estas victorias los rusos no obtuvieron ningún beneficio ya que sólo sirvió para debilitarlos
y agotar sus reservas.
Por otro lado los británicos inician su avance desde Egipto, capturando Palestina, donde el imperio otomano
se enfrentó al ejercito británico.
El balance de la guerra después de 1916 era desfavorable para los imperios centrales que había sufrido fuertes
derrotas.
3.5 La guerra en 1917.
En 1917 tuvieron lugar dos hechos de máxima importancia para el desarrollo de la guerra. Tanto la retirada de
Rusia como la entrada de EEUU en el conflicto sirvieron para desequilibran la balanza entre los dos bandos.
Rusia tuvo que retirarse de la guerra como consecuencia de la revolución que acabó con el régimen de los
zares y dio el poder a los bolcheviques. El nuevo régimen de Lenin firmo de forma inmediata la paz con
Alemania mediante el tratado de Brest−Litovsk (1918), con esto acababan los enfrentamientos en el frente
oriental, y los alemanes se pudieron dedicar únicamente al frente occidental.
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Desde 1915 Alemania había iniciado una guerra submarina, con la intención de cortar el abastecimiento
británico. Y en febrero de 1917 decretó el ataque de sus submarinos sin previo aviso a todos los barcos ya
fueran enemigos o neutrales, buscando de esta manera anular el gran poderío naval de sus enemigos. A
Estados Unidos le perjudicó esta política, ya que mantenía intensos contactos comerciales con las potencias de
la Entente. Estados Unidos acabó de decidirse a apoyar a los aliados cuando los alemanes hundieron el
Lusitania, y el 6 de abril el congreso declaró la guerra a Alemania. Esto significó un gran apoyo de material y
hombres para los aliados con lo que se rompía el equilibrio existente en el frente de batalla.
En la primavera de 1917 los franceses lanzaron los últimos ataques contra los alemanes, que fracasaron una
vez más.
3.6 El desenlace.
Antes de la entrada de los estadounidenses, el mariscal alemán Hindeerburg decidió aniquilar a los ingleses y
franceses y entrar en París. En marzo su lugarteniente Ludendorff dirigió un ataque sobre Francia que llegó
nuevamente a la línea de Marne. Pero el ejercito aliado mandado por el mariscal Foch resistió la presión
alemana en la segunda batalla de Marne, que se desarrollo en marzo. Los alemanes se vieron obligados a
retroceder bajo el contraataque aliado que se vio favorecido al cabo de unas semanas debido a la presencia de
dos millones de soldados norteamericanos.
Por otro lado entre septiembre y octubre de 1918 los aliados atacaron a Bulgaria y Turquía, que pidieron la
paz. Lo mismo hizo Austria, tras ser derrotada por los Italianos en Vittorio Veneto.
Estos desastres unidos al fracaso de las tropas en la segunda batalla de Marne, hicieron que en Alemania un
movimiento revolucionario obligará a Guillermo II a abdicar y refugiarse en Holanda, mientras en el país se
proclamaba la Republica. El nuevo gobierno firmó el armisticio.
4. La conferencia de Paris, los tratados de paz y la
sociedad de naciones.
El 4 de octubre de 1918, los alemanes habían pedido un armisticio basado en las propuestas recogidas en los
"Catorce puntos" de Wilson. Sin embargo, la realidad fue mucho más dura. Los países vencedores llegaron a
París con ideas diferentes y compromisos, a veces secretos, adquiridos durante la guerra.
Paris fue la sede de la conferencia que debía poner fin a la guerra. El 18 de enero de 1919, los representantes
de los países vencedores se reunieron en la denominada Conferencia de París, bajo la dirección del Comité de
los Cuatro: el presidente estadounidense Wilson, el premier británico Lloyd George, el primer ministro
francés Clemenceau y Orlando, el jefe del ejecutivo italiano. En ella participaron 28 estados, los vencidos no
fueron convocados, y se les negó la posibilidad de ser escuchados, simplemente se les presentaron lo tratados
listos para firmar.
Entre mayo de 1919 y agosto de 1920 se firmaron los tratados más importantes entre los diferentes países. El
principal de ellos fue el de Versalles el 28 de mayo de 1919, el cual fue impuesto a Alemania y con el que se
logró, supuestamente, el término de la guerra y la llegada de la paz.
También fueron importantes los tratados de Saint Germain y Trianón, firmados el 10 de septiembre de 1919 y
el 4 de junio de 1920, impuestos respectivamente a Austria y a Hungría, y que determinaron la disolución
política del imperio austrohúngaro. En agosto de 1920 se suscribió el tratado de Sevres que, junto al de
Neully, de 1919, acabaron con el despedazamiento del imperio Turco, mientras Siria quedaba bajo el mandato
de Francia y Palestina e Irak bajo el de Inglaterra.
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4.1 El tratado de Versalles.
Este tratado fue firmado entre los vencedores y Alemania, según el cual, el Imperio Alemán perdía el derecho
de poseer un ejército, y se veía obligada a suprimir la artillería pesada, la aviación militar y debía desmantelar
todas las fortalezas y los puertos militares, también se le prohibía la fabricación de armas. Su flota marina fue
suprimida, los puertos marítimos, así como también los ríos Danubio, Rin, Elba y Oder eran declarados
abiertos a las naves de las potencias aliadas, sin que fuera necesario el permiso de Alemania. De tal manera,
que el país quedaba a merced de cualquier potencia de segundo orden, como Polonia o Checoslovaquia. La
existencia de Alemania ya ni dependía de sí misma, sino de la voluntad de los otros.
En cuanto a las pérdidas territoriales, Alsacia y Lorena se anexionaban a Francia, Eupen y Malmedy pasan a
manos de Bélgica , el pasillo polaco (Posnania y otras regiones) y el sur de la Alta Silesia se anexionan a la
recién nacida Polonia, Danzig y Memel fueron declaradas ciudades libres, y Dinamarca se anexiona el norte
de Schleswig−Holstein. El conjunto de las pérdidas territoriales de Alemania ascendió a 76.000 kilómetros
cuadrados (13% de su territorio), donde vivían 6.5 millones de habitantes (10% de su población). Alemania
perdió también todas sus colonias, que fueron repartidas como mandatos de la Sociedad de Naciones entre el
Imperio Británico y Francia, Bélgica y Japón se anexionaron territorios muy pequeños.
La violación de cualquiera de las cláusulas del tratado, importaba para Alemania duras sanciones adicionales.
Se formó una Comisión de Reparaciones, que tenía poder para realizar allanamientos, registros e
investigaciones en cualquier momento y lugar. Los vencedores hacen a Alemania única responsable de la
guerra, y por tanto se le obliga a pagar los daños de la guerra.
4.2 El Tratado de Saint−Germain.
Este se firma con Austria, y da como resultado la separación de Austria y Hungría, y la disolución del imperio
Habsburgo. Eslovaquia y Bohemia se unifican en la República Checoslovaca y de los territorios balcánicos
nacerá Yugoslavia. Al igual que Alemania, Austria se ve obligada a pagar reparaciones de guerra y se le limita
militarmente.
4.3 El Tratado de Trianon.
Con este tratado firmado con Hungría se pone fin al Imperio Austro−Húngaro, del cual nacen nuevos estados
como Austria, Hungría y Checoslovaquia, a lo que se une cesiones de territorio a Italia y a las recién nacidas
Polonia y Yugoslavia. Como consecuencia quedan fuera del imperio, importantes minorías, que se dispersan
por Eslovaquia, Rumania (Transilvana) y Yugoslavia.
El imperio Austro−húngaro al igual que los otros perdedores se ve obligado a pagar las reparaciones de la
guerra y una limitación de su ejercito.
4.4 El Tratado de Neuilly.
Este se firma con Bulgaria, la cual pierde territorios en beneficio de Rumanía, Grecia y Yugoslavia. Se le
imponen limitaciones a su ejercito y el pago de reparaciones.
4.5 El Tratado de Sèvres.
Con este tratado Turquía pierde un gran numero de territorios. Las posesiones de Oriente Medio se reparten
entre Francia (Siria, Líbano) y Gran Bretaña (Palestina, Irak) en la forma de mandatos de la Sociedad de
Naciones. Las pérdidas territoriales de Turquía en Anatolia y Tracia, que fueran fijadas en el tratado son
anuladas tras su guerra contra Grecia. Tras esto Turquía se ve reducida a la península de Anatolia en Asia y a
la región en torno a Estambul en Europa.
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4.6 Consecuencias de los tratados.
Los tratados de paz que dieron fin a la Primera Guerra Mundial no resolvieron el conflicto existente entre los
países participantes de ésta, así, en los veinte años posteriores permanecieron las luchas económicas, sociales
y políticas, nacionales e internacionales, con el fin de realizar un nuevo reparto del mundo, beneficiando como
es de esperarse a las grandes potencias.
Los vencedores de la Guerra trataron duramente a Alemania, llegando a establecerle una condena moral y ha
declararle causante de la Guerra, y el tratado de paz firmado con Alemania (tratado de Versalles), es uno de
los desencadenantes de la Segunda Guerra Mundial.
4.7 La sociedad de naciones.
Para asegurar la paz nació, a propuesta del presidente norteamericano Wilson, la Sociedad de Naciones, que
era un organismo internacional que tenía como misión impedir la aparición de nuevas guerras y solucionar
pacíficamente los conflictos que surgieran.
La Sociedad de Naciones tuvo su sede en la ciudad de Ginebra (Suiza) y pervivió durante años, hasta 1945.
Consiguió éxitos en la solución de cuestiones concretas, pero fracasó en asegurar un orden mundial pacifico.
5. Consecuencias de la Primera Guerra Mundial.
Después de la guerra el mundo cambió de forma radical.
Se cobró cerca de 9 millones de muertos, lo que ocasionó que los muchos intelectuales y artistas, tomaran
partido por las actitudes pacifistas.
Las devastaciones de edificios, campos, minas, ganado, puentes, ferrocarriles, fábricas, maquinaria, carreteras,
barcos, etc... fueron incalculables, sobre todo en las zonas más afectadas por los combates (el norte de
Francia, Bélgica, la Europa del este y la frontera entre Italia y Austria). Sólo en Francia quedaron destruidos
unos 5.000 kilómetros de vías férreas y unos 300.000 edificios.
Una de las consecuencias más notorias fue la desaparición de cuatro grandes imperios (Rusia, Alemania,
Austria−Hungría y el Otomano), la aparición de muchos pequeños países (Países Bálticos, los Balcanes o
Yugoslavia) y el aumento de territorios por parte de muchos países nacionalistas como Hungría, Polonia y
Checoslovaquia, supone también, el fin de la diplomacia secreta, y la creación de la Sociedad de Naciones
para regular las relaciones internacionales.
La guerra había ocasionado enormes pérdidas económicas. El coste de la guerra se estimó en torno de los
180.000 a 230.000 millones de dólares, y el de los daños causados por las destrucciones, en torno a otros
150.000 millones. Para los vencidos esta situación se ve agravada, ya que tienen que correr con los gastos de
reparación. La guerra, además, había trastocado toda la economía mundial. El comercio internacional y las
inversiones en el exterior de los principales países europeos quedaron prácticamente interrumpidos entre 1914
y 1918.
Tras la guerra y aprovechando la debilidad de Europa, EE UU se revela como una gran potencia mundial
imperialista, y llega a hacerle prestamos a los países europeos que se ven endeudados.
La guerra obligó, por otro lado, a el hecho de que las mujeres comenzaran a desempeñar un rol más
importante. La formidable movilización realizada por los países beligerantes convirtió a la mujer en la primera
fuerza de la retaguardia: fueron más del 90% del personal de muchos hospitales y fueron, también, policías,
oficinistas, empleadas en los medios de comunicación, taquilleras y conductoras de metro y autobús y, sobre
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todo, obreras en las fábricas. Pero fue en el campo donde su trabajo resultó fundamental para la supervivencia
de todos. Su decisiva participación en la guerra les ganó un extraordinario avance en la conquista de la
igualdad de derechos.
6. El mundo de la posguerra.
Al terminar la guerra se tiene una sensación de euforia, de equilibrio y triunfo. Las economías de los países
que han estado en guerra se reconstruye Sin embargo, no todos los conflictos internacionales quedaron
resueltos:
• Turquía pretende reconstruir su imperio.
• Alemania se siente herida por las numerosas pérdidas territoriales.
• Los conflictos entre Italia y Yugoslavia son graves.
• Irlanda se independiza después de una guerra, entre 1919 y 1923.
• La revolución soviética se convierte en una guerra civil con implica−ciones de otros países.
• El miedo de la burguesía hace que estos apoyen a los grupos anti−obreros violentos, que terminan
formando el fascismo.
• En muchos de los países se instalan dictaduras militares y fascistas, durante los años veinte.
7. Conclusiones.
La Primera Guerra Mundial, no fue un hecho irremediable, ya que su desencadenante principal, no era menos
grave que las crisis ya superadas por los países europeos. Aun así parece que para ellos, la única forma de
solucionar las diferencias existentes era a través de una gran guerra, para la cual se habían preparado a
conciencia, si tenemos en cuenta el proceso de militarización y armamento que se había llevado a cabo desde
el fin de la guerra franco−prusiana.
Pero nada les salió como ellos pensaban. Lo que empezó como un conflicto Europeo se convirtió en un
conflicto a escala mundial, que se alargó más de lo esperado. Pues en ningún momento ninguno de los bandos
quiso ceder, cada cual intentaba lograr sus objetivos, sin tener en cuenta el número de vidas que se cobraba, el
gasto económico que estaba ocasionando, o las consecuencias que la guerra podría traer.
El afán de victoria llegó a ocasionar el uso de nuevas armas (que resultaron brutales) y que se cometieran
multitud de errores por parte de algunos países en los que ellos mismos se verían perjudicados. Por ejemplo el
error alemán que hizo que los estadounidenses entraran en el conflicto, aun así hay que tener en cuenta que
esto ayudo al desenlace de la guerra, aunque este final no supuso un fin, ya que los tratados de paz y la
continuidad de conflictos harían que en 1939 comenzará la denominada Segunda Guerra Mundial.
Anexo
Personajes destacados:
• Joseph Joffre (1852−1931)
Jefe de Estado Mayor en 1911, diseñó con Foch el Plan XVII para el caso de una eventual guerra con
Alemania. La esencia del plan era un ataque por Alsacia y Lorena. Al frente de las tropas francesas en 1914,
supo reaccionar tras el ataque alemán y finalmente consiguió frenar el avance germano en la batalla del Marne
en septiembre de ese año. A partir de ese momento, los frentes se estabilizaron durante largos meses pese a los
intentos infructuosos por las dos partes de conseguir la ruptura.
Tras los fracasos en el frente occidental y las enormes pérdidas de la batalla de Verdún, fue sustituido por
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Nivelle al frente del ejército francés en 1916. Pese a ser apartado de cargos de responsabilidad, siguió siendo
muy popular hasta su muerte.
• Alfred von Schlieffen (1833−1913).
Jefe del Estado Mayor alemán en 1891. Su principal preocupación fue como enfrentar una posible guerra en
dos frentes contra Rusia y Francia. En 1895 presentó su plan, el Plan Schlieffen, que fue aplicado por el
ejército alemán en los primeros días de la guerra.
Se trataba de atacar de forma rápida y decisiva a Francia por el norte. El plan implicaba la invasión de la
neutral Bélgica. Se trataba de derrotar rápidamente a su enemigo occidental para poder lanzar todo el
potencial militar alemán contra Rusia. Pese a sus éxitos iniciales, las tropas aliadas frenaron a los alemanes en
la batalla del Marne.
• Guillermo II, Kaiser de Alemania (1859−1941).
Emperador de Alemania en 1888, destituyó a Bismarck en 1890 e inició una política internacional que
buscaba convertir a Alemania en la potencia hegemónica (Weltpolitik). En 1908 sufrió problemas mentales y,
en adelante, su posición tuvo menor peso en la toma de decisiones en Berlín. No obstante, apoyó a Von
Tirpitz en su política de rearme naval que llevó a Gran Bretaña a firmar la Entente Cordiale con Francia, y a
su canciller Bethmann Hollweg cuando este animó a Austria−Hungría a responder duramente tras el asesinato
del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo. El 9 de noviembre de 1918 abdicó y huyó a Holanda donde
murió en 1941.
• Paul Ludwig von Hindemburg (1847−1934).
Tras sus grandes éxitos en el frente oriental (batalla de Tannenberg, 1914), fue nombrado en 1916 junto a
Ludendorff, jefe del Estado Mayor alemán. En adelante ejerció prácticamente una dictadura en Alemania.
Promovió la guerra submarina a ultranza que vino a precipitar la entrada de EE.UU. en la guerra y propició la
caída de Bethmann−Hollweg en 1917.
Tras negociar la Paz de Brest−Litovsk con Rusia, lanzó diversas ofensivas en la primavera de 1918 en el
frente occidental. Su fracaso y la consiguiente contraofensiva de la Entente llevaron a la firma del armisticio.
En 1925 volvió a la política y fue elegido presidente de la República de Weimar. En 1933, nombró Canciller a
Hitler.
• Erich von Ludendorff (1865−1937).
Desde 1916, estableció junto a Hindemburg una verdadera dictadura en Alemania.
Defendió la guerra submarina a ultranza y presionó a Guillermo II para conseguir apartar a los militares más
partidarios de una solución negociada. Forzó la dimisión de Bethmann−Hollweg en 1917, tuvo un papel
decisivo en las negociaciones que llevaron al Tratado de Brest−Litovsk con la Rusia soviética e intervino en la
ofensiva de la primavera de 1918 en la que perdió a su segundo hijo.
El 28 de septiembre, ante el avance victorioso de la Entente, comunicó al Kaiser la imposibilidad de continuar
la guerra. El poder se transfirió de manos de Hindemburg y Ludendorff a Max de Baden y al, hasta ese
momento, silenciado Reichstag. Huyó a Suecia donde elaboró en artículos y libros la falsa teoría de la
puñalada por la espalda como justificación de la derrota alemana.
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Participó junto a Hitler en el fracasado golpe de Munich en 1923.
• Vittorio Emanuele Orlando (1860−1952).
Ministro en diversas carteras desde 1903, desempeñó la cartera de Interior bajo el gobierno de Salandra de
1916 a 1917. Tras el desastre de Caporetto, fue nombrado primer ministro y se benefició de la ofensiva
victoriosa de Vittorio Veneto.
Representó a Italia en la Conferencia de París, pero no pudo conseguir las aspiraciones territoriales de su país.
Las tres grandes potencias vencedoras, Francia, Gran Bretaña y EE.UU., no cumplieron lo acordado en el
Tratado de Londres en 1915. Esta decepción propició la ola nacionalista en la que se aupó Benito Mussolini
para acceder al poder en 1922.
Tras apoyar en un principio al Duce, rompió con el fascismo en 1925 y terminó optando por el exilio. Tras la
caída de Mussolini en 1943, fue presidente de la Cámara de Diputados de 1944 a 1946, y senador vitalicio
desde 1948 hasta su muerte.
• Thomas Woodrow Wilson (1856−1924).
Nominado como candidato demócrata a las elecciones presidenciales de 1912, impulsó un programa
reformista conocido como Nueva Libertad.
EE.UU. se declaró neutral al estallar la guerra en 1914, pero paulatinamente se volcó a favor de la Entente a la
que ayudó con numerosos créditos. La guerra submarina a ultranza de Alemania y el hundimiento de barcos
norteamericanos precipitó la entrada en guerra de la potencia americana en abril de 1914. El 8 de enero de
1914, Wilson presentó al Congreso su célebre Discurso de los 14 puntos.
Figura clave en la Conferencia de Paz de París en 1919, impulsó la creación de la Sociedad de Naciones y
trató de reorganizar el mapa europeo siguiendo el principio de las nacionalidades. La mayoría republicana en
el Senado frenó la adhesión norteamericana a la Sociedad de Naciones y la firma del Tratado de Versalles.
Wilson se lanzó a una gira por todo el país para convencer a la opinión pública de su posición contraria al
aislacionismo. Durante la gira sufrió una embolia en septiembre de 1919, falleciendo a los pocos años.
• Georges Clemenceau (1841−1929).
Alcalde de Montmatre en 1870, pasó de ser un agresivo republicano de izquierdas anticlerical, fue conocido
como "El Tigre" por su agresiva oratoria, a liderar la derecha nacionalista.
Primer ministro de 1907 a 1912 su política se caracterizó por la hostilidad hacia los socialistas y el
movimiento obrero. Nombrado de nuevo primer ministro en 1917, consiguió que los británicos aceptaran a
Foch como general en jefe de las tropas de la Entente.
En Versalles, representó la postura dura contra Alemania, chocó con Wilson por lo que no consiguió
introducir todas sus propuestas.
En 1920 fue derrotado en las elecciones y pasó a un papel secundario en la política francesa. Mantuvo hasta el
final de sus días que Alemania había sido tratado de forma demasiado benevolente.
• Frank Lloyd George (1863−1945).
Nacido en Manchester e hijo de un director de escuela. Se unió muy joven al Partido Liberal (Whigh) y a los
27 años fue elegido para la Cámara de los Comunes. Desde muy pronto militó en el ala más radical del
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partido.
Ministro de Hacienda de 1908 a 1915. Ministro de Municiones de 1915 a 1916. Finalmente lideró el país
como Primer Ministro desde 1916 a 1922. Brillante dirigente del país en la fase final de la guerra, fue uno de
los protagonistas del Tratado de Versalles, donde defendió una política más conciliadora con Alemania.
Aunque reconocía la extrema dureza con la que Alemania fue tratada e, incluso, tuvo un encuentro con Hitler
en 1936 en un intento de persuadirle de no utilizar la violencia, se opuso a la política de apaciguamiento
propiciada por el conservador Chamberlain.
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