Comentarios al escrito de la Directora General de los Registros y

Anuncio
Comentarios al escrito de la Directora General de los Registros y del Notariado
sobre la actuación de los Registradores en la instrucción de los expedientes de
recursos.
Estreno el presente blog de nuestra página web para hacer unos breves comentarios al
escrito remitido por la Directora General de los Registros y del Notariado, fechado el
día 10 de noviembre. En dicho escrito, la Directora General expone la situación actual
del recurso de inconstitucionalidad contra la ley 5/2009, de 28 de abril, del Parlamento
de Cataluña sobre los recursos contra nuestras calificaciones, y termina señalando lo
siguiente:
“Por ello, cuando las calificaciones impugnadas o los recursos se fundamenten, de
forma exclusiva, en normas de Derecho catalán o en su infracción deberán remitir el
expediente formado a la Dirección General de Derecho y Entidades Jurídicas de
Cataluña, aún cuando se hayan interpuesto ante la Dirección General de los Registros
y del Notariado. Por el contrario, cuando la calificación impugnada o los recursos se
funden además, o exclusivamente, en otras normas o motivos ajenos al Derecho
catalán, el Registrador deberá dar al recurso la tramitación prevista en la Ley
Hipotecaria y remitir el expediente formado a la Dirección general de los Registros y
del Notariado en cumplimiento del artículo 327 de la Ley Hipotecaria.”
Hay que agradecer a la Directora General el interés mostrado por resolver el problema
planteado por la interposición por el Gobierno del Estado de recurso de
inconstitucionalidad contra la ley catalana de recursos contra nuestras calificaciones. La
admisión del recurso produjo inicialmente la suspensión de la vigencia y aplicación de
los artículos impugnados, suspensión que se limitó posteriormente a las referencias
contenidas en los artículos 3.4 y 1.3, según los cuales la Generalitat de Cataluña
resuelve no sólo los recursos fundados íntegramente en derecho catalán sino también los
“mixtos”, es decir, aquellos en que en sus fundamentos coexisten normas catalanas y
estatales. La suspensión de los efectos de esta ley nos plantea cual es el órgano
competente para resolver estos recursos “mixtos”. Es muy curioso que la ley catalana
sobre los recursos contra nuestras calificaciones sea una de las pocas impugnadas por el
Gobierno del Estado, y esta curiosidad es aún mayor cuando la ley del 2009 no altera,
en este aspecto, nada de la ley del año 2005 ni de la práctica del Presidente del Tribunal
Superior de Justicia de Cataluña. Hasta la fecha había sido pacífica la doctrina según la
cual todos los recursos contra una calificación debían ser resueltos de forma unitaria por
un mismo organismo, y, por tanto, cuando alguno de los fundamentos de la calificación
o del recurso eran normas catalanas, la resolución correspondía al órgano catalán
competente, primero el Presidente del Tribunal Superior de Justicia, y luego la
Dirección General de Derecho y Entidades Jurídicas. La curiosidad aumenta si tenemos
en cuenta la fuerte oposición que había suscitado el sistema catalán de recursos por
parte del sector del notariado que se sentía más amparado por la Dirección General que
dirigían las Sras. Blanco y Marqueño, sector que dirige hoy el Consejo General del
Notariado.
Ahora bien, reconociendo las buenas intenciones del escrito de la Directora General,
podemos plantearnos dos cuestiones: ¿Es correcto que la Directora General nos instruya
sobre la forma de actuar en este caso? ¿Se ajusta a la legalidad vigente la solución que
propone?
Respecto la primera cuestión, podría pensarse que este escrito se enmarcaría dentro de
las atribuciones que el artículo 260.3 reconoce al Centro Directivo. Así, le corresponde
resolver las dudas que se ofrezcan a los registradores sobre la inteligencia y ejecución
de esta ley o de los Reglamentos. Sin embargo, parece que se traspasan los límites que
establece dicha norma, porque lo que se interpreta es la inteligencia de una ley catalana
y un auto del Tribunal Constitucional. Además, la interpretación la efectúa una de las
partes en contienda. El Estado y la Generalitat de Cataluña discrepan sobre cual es el
efecto de dicha suspensión. Los registradores estamos en medio. ¿Es razonable que un
órgano del Estado sea quien nos indique nuestra forma de actuar? ¿Y si la Generalitat
dictará unas instrucciones en sentido contrario? Creo, con todo el respeto, que hubiera
sido deseable esperar a la Sentencia del Tribunal Constitucional o intentar pactar entre
ambas administraciones una forma de actuar común.
La segunda de las cuestiones es aún más compleja. La solución que se nos propone
implica la resolución por la Dirección General de los Registros y del Notariado de todos
los recursos “mixtos”. Sin embargo, aún cuando se declare la inconstitucionalidad de
los preceptos suspendidos, existen aún otras normas vigentes: el artículo 147.2 del
Estatuto de Autonomía de Cataluña, que atribuye a la Generalitat la competencia
exclusiva en la resolución de los recursos contra calificaciones de registros de Cataluña
que se fundamenten en derecho catalán; la disposición adicional 7ª de la Ley Orgánica
del Poder Judicial, que priva de competencia a la Dirección General de los Registros y
del Notariado en estos casos, remitiéndose a los órganos judiciales de la Comunidad
Autónoma; el artículo 324 de la ley hipotecaria, en igual sentido; o el artículo 3.3 de la
ley catalana, que establece que es el registrador quien ha de decidir cual es el órgano
competente a quien remitir el recurso. Del conjunto de estas normas se desprende que el
Estado no puede resolver los recursos cuando se fundamenten en derecho catalán,
entendiéndose incluido en este concepto no sólo el derecho civil sino toda norma
catalana.
Con esta problemática, caben dos soluciones: o aceptar la unidad del recurso y permitir
su resolución íntegra por la Generalitat de Cataluña, o romper la unidad del recurso y
que cada órgano resuelva sobre sus cuestiones. Lo que la ley expresamente prohíbe es
que el Estado resuelva sobre cuestiones catalanas. Dado que la primera solución, que ha
estado funcionando satisfactoriamente hasta hoy, está discutida por el Estado y es objeto
de suspensión por el Tribunal Constitucional, queda sólo la segunda posibilidad. Sin
embargo, ante lo absurdo que sería tramitar un recurso a trozos, las Administraciones
afectadas están llamadas a entenderse y establecer mecanismos de colaboración que
permitan que los usuarios del sistema registral no se vean perjudicados. Una posible
solución sería establecer una comisión mixta que recibiera los recursos, calificara cual
es el órgano que debe resolverlos, en todo o en parte, y que reuniera su solución en una
sola resolución, reconocida por ambas direcciones generales. Ahora bien, si alguna de
las direcciones generales no resolviera en plazo, se aplicaría la doctrina del silencio
negativo, sin que quepa posteriormente resolución contraria extemporánea.
¿Y que hacemos nosotros, entre tanto? Pues, como siempre, aplicar la ley. Debemos
examinar la ley en vigor, el auto del Tribunal Constitucionalidad y resolver en
consecuencia. Ante un recurso mixto, la ley nos obliga a remitir el expediente a la
Dirección General de Derecho y Entidades Jurídicas, órgano competente para resolver
las cuestiones catalanas. Ahora bien, ante el escrito de la Directora General de Registros
y del Notariado, tampoco sería imprudente remitirlo a esta Dirección General. Será
obligación de ambas administraciones establecer mecanismos de colaboración y
coordinación.
Descargar