Hospedaje Solidario en Casa de los Amigos HISTORIA EN LOS

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Hospedaje Solidario en Casa de los Amigos
HISTORIA
EN LOS AÑOS 80, Casa de los Amigos fue el primer receptor de la población refugiada en la Ciudad de México. Los
actores principales en el país recibiendo a este grupo fueron el gobierno, la ONU, la Casa, y algunos otros pequeños
grupos de solidaridad. Aquí en la Casa fueron cuatro personas trabajando de tiempo completo en este programa,
incluyendo a dos trabajadoras sociales, y varias otras colaboradores. La Casa mantenía vínculos activos con bolsas de
trabajo, médicos y clínicas, psicólogos, oculistas, escuelas, opciones de alojamiento, abogados, bancos de ropa, zapatos
y muebles, y más.
La Casa dejó al lado el programa en 1993, lo retomó, y después lo dejó otra vez definitivamente en 1996. En 1995
había nacido Sin Fronteras, en parte con personas que habían trabajado en y con la Casa. Sin Fronteras llegó a ser la
organización principal en México que trabajaba con refugiados y migrantes. Otras organizaciones surgieron dentro del
mismo campo.
Entre 1996 y 2004, la Casa pasó por un periodo gradual de reducción de actividad programática y de capacidad en
general, culminando en el crisis institucional de 2004.
En este periodo, todavía llegaban a la Casa muchos “refugiados;” personas centroamericanos en situación de necesidad
que habían sido dirigidas a Casa de los Amigos por alguien: un sacerdote en El Salvador, un policía, un vecino, otra
ONG, una iglesia, la delegación, un desconocido. En esta epoca de transición, no hubo ningún recurso para responder a
ellos. El equipo de voluntarixs tuvo que decirles que el programa de apoyo ya no existía, y que la Casa ya no pudo
hacer nada. Ni sabían del Ejercito de Salvación o los albergues de la Ciudad.
EL ANIVERSARIO JUBILEO Y EL RETOMO DEL TRABAJO CON REFUGIADOS
En 2005, al reconstruir la organización caída y al definir nuevas actividades, la Casa tomó una decisión importante de
priorizar el trabajo de apoyo en redes. Para diseñar nuevos programas y buscar donde poner sus recursos, la Casa
decidió analizar los dinámicos sociales del momento, los actores que hacían el trabajo social importante en el país, y
como la Casa podría apoyar este trabajo. Decidió buscar trabajar en conjunto y apoyar el trabajo de los actores más
relevantes, en lugar de tratar asuntos sociales a solos. Esta decisión representaba una evaluación correcta de las
capacidades reducidas de la Casa en aquell entonces. También reflejaba su propia posición institucional sobre el éxito
de las redes que, más que el fortalecimiento de las instituciones, había logrado una apertura democrática en México.
Buscar el trabajo en redes sería un mensaje y un ejemplo de la dirección en que la Casa veía que reside el esperado
futuro del país.
Fue también una decisión logística que tomaba en cuenta la situación y contexto actual de la Casa.
• la Casa reconoció que ya no se especializaba en asistencia social, y solo podría recibir responsablemente a
personas en situación de necesidad en conjunto con otras organizaciones especializadas. Necesitaba el respaldo
de grupos que podrían ayudar a dar seguimiento holístico a estos huéspedes (búsqueda de trabajo, vivienda,
apoyo psicológico, asesoría legal, etc.)
• la Casa quería evitar la situación de tener que pedir que alguien se desocupara de la Casa sin saber adonde iba
a ir.
• la Casa reconoció que su comunidad era el corazón de su ser y que la casa de huéspedes era algo fundamental,
y que la Casa hoy en día tiene como responsabilidad primordial él de nutrir y proteger a toda nuestra
comunidad.
En 2006, el nuevo proyecto de Hospedaje Solidario se diseño en este contexto, correspondiente a las habilidades y
fuerzas únicas de la Casa, y se ha ido construyendo poco a poco tras estos años siempre con un ojo a la sostenibilidad
de largo plazo de la combinación única de una casa de huéspedes/organización social.
HOSPEDAJE SOLIDARIO
Tener un socio como Sin Fronteras nos permitiría asegurar que un huésped de Hospesol que llegaba a la Casa ya tuvo
una entrevista de evaluación por un profesional en este tema. Nos podría asegurar elementos como:
• seguridad: que el huésped no tenía riesgos graves de seguridad, que no era violento, y que mostraba un
estado mental estable
• perfil: porque la entrevistadora conocía bien el ambiente, la comunidad y la experiencia de la Casa,
canalizaría a personas con un perfil probable de beneficiar de estar aquí
• emergencias: que en caso de que se presentará alguna emergencia relacionada con el huésped, tendríamos
alguien que nos podría ayudar manejar la situación
• planeación y el próximo paso: nos aseguraría que la persona contaba con algún plan (como ir a otro país o
estado, ir a un departamento, esperar documentos o alguna cita o tramite, regresar a su país de origen), y si
no tenían un plan contábamos con un programa formal de asistencia social en que la persona contaría con
recursos y asistencia de encontrar trabajo y alojamiento permanente.
En 2006 la Casa retomó la propuesta del ofrecer hospedaje de emergencia a refugiados y migrantes, proponiendo un
acuerdo con Sin Fronteras. Se decidió dejar de recibir a personas que llegaron directo, y enfocarse en construir y
ampliar convenios y estructuras de trabajo formal en redes. Esta fue una decisión grande difícil, que retó a la Casa a
tomar en serio su compromiso de trabajar en redes. En octubre se empezó a trabajar.
En aquell entonces, no había ningún otra opción de hospedaje por esta población en la zona. Estaba el Ejercito de
Salvación que alojaba únicamente a hombres mayores de 18 años. La Casa empezó con dos personas srilanquenses. En
2006 hospedamos a 4 personas, en 2007, 19. En 2008 fueron 11 personas, y en 2009, 28. En 2010 aumentamos este
trabajo, ampliando las redes de colaboración y firmando un convenio de trabajo con el ACNUR en México que
aprovechaba el trabajo de la Casa con Sin Fronteras. En este año hospedemos a 73 personas. En 2011, ofrecimos
alojamiento de emergencia a 89 personas. En 2012, recibimos a 79.
En 2013 y 2014, los números bajaron de alrededor de 40 personas por cambios en el flujo migratorio, por cuestiones de
seguridad y por decisiones hechas por las organizaciones contrapartes. En 2015, Sin Fronteras dejó de ser la
organización principal de canalización y ahora tienen esta responsabilidad Casa Programa Refugiados. Hemos
trabajado en conjunto este año para poder asegurar la misma calidad de atención con otra organización responsable.
Ahora también trabajamos dentro de Red de atención integral para personas migrantes y sujetas de protección
internacional en el D.F, un grupo conformado de otras organizaciones brindando atención a esta población.
LECCIONES APRENDIDAS
Las lecciones y experiencias adquiridas en este periodo son demasiadas para incluir aquí. Algunas son muy
importantes.
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Que hay una escasez crítica en el Valle de México de alojamiento temporal para esta población.
La Casa tiene una aportación social mucho más allá del hospedaje. Es mucho más que un lugar para quedarse
sino una comunidad solidaria y sana que recibe a personas que han sufrido trauma y tienen el cargo de tener
que empezar sus vidas de nuevo. Se les ofrece aquí un ambiente de apoyo, comunidad, celebración y
esperanza. Los huéspedes de Hospesol responden a este ambiente, y ha vuelto hecho conocido de que Casa de
los Amigos es la mejor opción posible para esta población. Por este el ACNUR optó por abrir convenio
permanente con la Casa. Los huéspedes que empiezan en la Casa tienen una enorme ventaja en el arduo
proceso de integración socio-cultural en la Ciudad de México. Aunque la Casa ofrece hospedaje, Hospitalidad,
y algo de acompañamiento básico, se reconoce que el “trabajo informal” de convivencia comunitaria y
acompañamiento moral es incuantificablemente importante.
Que hemos aumentado exponencialmente nuestras habilidades, conocimientos y experiencias de trabajar con
esta población.
También aprendimos de diversas experiencias que el trabajo de HospeSol funciona cuando la comunidad sana
abraza a las personas desesperadas. Si el grupo de personas en situación de desesperación o incertidumbre está
demasiado grande, puede llegar a ser el sentimiento dominante en la Casa. Por esto en 2010 tomamos la
decisión de bajar el número máximo de huéspedes de HospeSol a la vez de 8 a 5 personas y ahora son 6. Fue
una decisión en que se contempló tanto el bienestar de la comunidad de la Casa como los huéspedes de
HospeSol.
HOSPEDAJE SOLIDARIO CON OTROS GRUPOS Y ORGANIZACIONES
La Casa ha trabajado con nuevos grupos y organizaciones para recibir casos, y lo seguimos haciendo. La Casa ha
trabajado para recibir a personas en situación de necesidad con la Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana, la
Organización Internacional para las Migraciones, la COMAR, las Embajadas de El Salvador, Honduras y Cuba, con
casas de migrantes, con el Centro de Orientación para el Migrante, con la Dirección de Atención al Migrante del DF, el
Movimiento Migrante Mesoamericano, el Instituto Nacional de Migración, y Médicos Sin Fronteras, entre otros
grupos. También se ha intentado muchas veces tomar casos “solos” de personas que llegan directamente a la Casa y
que el equipo presente en el momento opta para ofrecer hospedaje a ellas.
Estos casos igual han sido muy numerosos. Tras los quinientos casos recibidos en los últimos 8 años, varios patrones
han surgido.
• Hay mucha más probabilidad que habrá complicaciones cuando la Casa trabaja con grupos aparte de Sin
Fronteras o Casa Refugiados, por la falta de una entrevista inicial comprensiva, la perfilización, el fuerte
respaldo institucional, y la ayuda en definir el próximo paso del huésped.
• Que muchas veces estas instituciones no han podido proporcionar los fondos o la comida necesaria para sus
huéspedes, dejando que no tienen con que comer, invitando situaciones de incomodidad y/o robo.
• Grupos que no se especializan en trabajar directamente con migrantes, como Consulados, Embajadas, iglesias,
y otras instancias, no están en general capaces de dar evaluación psicológico o ayudar a planear el próximo
paso de la persona.
• La gran mayoría de los asuntos de seguridad relacionados con Hospedaje Solidario surgieron de casos fuera de
nuestro trabajo con Sin Fronteras. Sucede que cuando alguien tiene una red multi-institucional de apoyo y
asistencia, está menos probable hacer algo de amenazaría estas relaciones. También vale mencionar que son
los huéspedes, y no el equipo de voluntari@s, que exponemos a esta vulnerabilidad...viendo todos los
incidentes del robo tras los años, casi todos son de huéspedes.
• Que las personas que salen de la Casa sin el apoyo de ninguna institución a veces pasan mucho tiempo sin
rumbo y en la Casa sin cualquier meta fija.
• Hemos tenido en varias ocasiones que exigir que estos huéspedes salen inmediatamente de la Casa, por robo,
por acoso a huéspedes, por estar borracho y/o drogado. Tener que echar un miembro de la comunidad a la calle
en este contexto está extremamente traumático para la comunidad.
• Hemos también aprendido la necesidad de tener seguridad como una línea transversal del trabajo que hacemos.
APOYO A LOS MIGRANTES QUE NO LLEGAN A QUEDARSE EN LA CASA
Además, la comunidad de voluntarios de la Casa durante estos años siempre ha mantenido esta preocupación para las
personas que llegan a la Casa que hemos decidido no hospedar. La administración de la Casa ha siempre intentado
cultivar y estimular esta inquietud, y en este época lxs voluntarixs han:
• establecido un banco de ropa, zapatos y mochilas para dar a personas en necesidad que llegan a la Casa
• abierto un sistema en que huéspedes dejan boletos de metro y otros transportes para este fin
• establecido un banco de recursos (conocido como “K Hago”) para conocer a los recursos sociales disponibles
en la Ciudad y referir personas en situación de necesidad a ellos
• hecho relaciones con casas de migrante en el valle de México para llevarlas ropa, zapatos, maletas, comida y
más
• buscado manera de apoyar a la comunidad de organizaciones a favor de los migrantes
El ejemplo más fuerte de la concretización de esta inquietud es la participación de Casa como organización fundadora
y co-coordinadora del albergue Tochan. En 2009 el ACNUR nos propuso que abriéramos una casa migrante en una
casa anteriormente utilizada para hospedar a refugiados guatemaltecos en los 80. En lugar de hacer esto, formalizamos
la relación con el ACNUR con el Convenio General con la Casa, y nos comprometimos al Comité Coordinador de
Tochan. Aprovechando de las habilidades y conocimiento de cada organización involucrada, Tochan representa la
esperanza de ser un centro de atención integral, el cual incluye asistencia básica, acompañamiento, orientación legal y
laboral y apoyo psicológico. Lxs voluntarixs de la Casa han apoyado mucho el proceso de fortalecimiento de Tochan,
dedicando su tiempo y compartiendo las lecciones aprendidas en la Casa.
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