¿A QUÉ JUGAMOS? • ¿A qué juegan los niños que no juegan? Mariana Chiesa Según nos cuento Medio Vaco, es grabadora, pintora, historietista; tres formas de nombrar su vocación de dibujante. Aprendió el oficio con Alberto Breccia, el maestro que cambió ellópiz por un cuchillo, yes lectora de Alejandro Pizarnik, lo poeta que se veía o sí mismo como uno niño en un jordin. lo infancia es un temo o menudo presente en su trabajo. Ha colaborado en publicaciones de di'¡ersos países: lópiz Japonés, El oio clínico, Sins entido, l'Association, N\edia Vaco. entre otros. Ha impartido talleres de grabado y ha participado en numerosos exposiciones. Desde 1997 vive en Barcelona, [ahora vive en Bolonio ytiene un bebé] donde ha realizado muchos toreos de los que no suelen figurar en los biografías de los artistas, pero que son los que le permiten aceptar aquellos eneal gas que verdaderamente le interesan. los ilustraciones de poro jugar fueron No hoy tiempo seleccionados en 2003 por el jurado de lo Ferio del libro poro Niños de En la escuela donde Sandra, la hija de turno, los niños se dedican a la que se su­ Sandra Arenal (1), es directora, los niños pone su actividad favorita: jugar. Hay no quieren ser fotografiados. En cambio niñas que juegan con muñecas y niños que hacen fila para que los dibuje. Durante las juegan a la pelota. También hay algunos sesiones en las que los retrato, me cuentan que deambulan, se sientan, observan jugar un poco de sí mismos. Bolonio a los demás, conversan. Esta hora de Laura dice que su mamá quiere que tra­ juego se repite a lo largo de los días, ya baje de paquete rita (2) en un hipermer­ que la ausencia de maestros es bastante cado, pues toman niños de entre ocho y frecuente. doce años y ella ya está en edad. La mamá En su momento no comprendí la im­ de Mariela quiere que ella estudie "be­ portancia de la posibilidad de proponer a lleza". Aarón es ayudante en un puesto de los niños/alumnos este espacio de juego aislado de las funciones educativas y di­ tacos. Antes de empezar las clases, se barre el patio. Esa mañana le toca a una niña dácticas para ser vivido solamente como diversión. que lo hace lentamente, como retrasando ¿Hasta dónde los educadores favorecen su momento de entrar en el aula. También este espacio lúdico a conciencia, o sim­ durante el recreo hay un niño que hace de plemente el juego es un modo de llenar el heladero. Se pasea por entre los otros em­ ausentismo de los maestros? pujando el carro y vendiendo a los demás, Probablemente poco importa. En la es­ parece orgulloso y contento con la tarea cuela estos niños tienen la posibilidad de que le asignaron. encontrar ese espacio de divertimento. El juego es siempre el lugar por exce­ Fuera de ella, el mundo del trabajo, de las lencia del "como si". El simulacro, la más­ responsabilidades tempranamente adqui­ cara, ridas, dejan poco lugar. En el tiempo libre la imitación, la ficción, son connaturales del juego. Se dice que la fic­ Sandra Arenal, Mariana Chiesa No hay tiempo para jugar. Relatos de niños trabajadores Valencia: Media Vaca, 2004 suelen ver la televisión. ción lúdica es uno de los medios funda­ La dimensión de lo lúdico es amplísima mentales que tiene el niño de construir la y amplísimos son los modos en que edu­ propia conciencia del mundo. Según Pia­ cación y juego se entrecruzan. Una piedra, get, el juego simbólico es un acto funda­ un trozo de carbón o de tiza bastan para mental del proceso de adaptación al jugar a la "rayuela". Incluso sin ningún ob­ mundo. A medida que se crece, el aspecto jeto, si hay dos niños se puede jugar a la simbólico va desapareciendo, en cuanto mancha, al escondite, a polis y ladrones... las reglas (definidas y acordadas) debilitan Pero sin un cierto conocimiento, sin vo­ la creencia lúdica. A medida que se crece luntad, sin fantasía, sin tiempo, ¿a qué ju­ se adquiere mayor conciencia del acto lú­ gamos? dico y se evidencia la diferencia entre el También, y lejos de toda funcionalidad, momento de juego y de no juego (o de tra­ se puede percibir el juego como un oasis bajo). Aunque también entre los adultos dentro de lo cotidiano o como una acción permanece una cierta dosis de simbolismo banal e insignificante. El juego es un fe­ de "como si". nómeno camaleónico. Durante la hora de educación física, y El juego y el jugar se fundan en exi­ tal vez por la ausencia del maestro de gencias individuales y contextos precisos. . [IJ EDUCAClON y BIBLIOTECA N. 174 - NOVIEMBRE·DIClEMBRE 2009 Ll[J • DOSSIER. ¿A QUÉ JUGAMOS2 Probablemente se pueda crecer sin jugar Por perder el autobús. Pero probable­ ropa, zapatos, pinturas. Bajó diez kilos demasiado. Pero estoy segura de que la mente no juegan mucho... porque no tie­ desde que trabaja en la maquiladora, a vida es mejor si se juega. Aunque el juego nen mucho tiempo para divertirse. pesar del litro de leche que le dan cada sea solamente un aliciente, o un refugio De hecho en los testimonios recogidos para ayudar a sobrellevar una realidad ad­ por Sandra Arenal, leemos que muchos versa. y ya siendo niños, ya adultos, ayu­ dicen que no les gusta jugar, o que prefie­ darnos a comprender la importancia a la ren conversar. Porque ya se sienten ma­ mañana. Piensa seguir porque necesita juntar para hacer su fiesta de quince. También Américo trabaja porque quiere dinero para comprar ropa y tam­ vez que lo provisorio y relativo de las cosas yores y quizás piensan que el juego es cosa bién juguetes, pelotas, canicas, carritos. Le que hacemos. A tomarnos la vida con una de niños. O un lujo que no se pueden per­ gusta jugar a lo que sea. Trabaja de 8 a 5 cierta liviandad. mitir. Pero ¿a qué juegan los niños que no juegan? Dicen que el juego es intrínseco al ser Carlos tiene catorce años y vende pe­ en una tienda de antigüedades. Ya no es­ tudia. riódicos que tiene que pagar por adelan­ Chon trabaja en una oficina, antes se tado. .. al igual que en el juego, a veces la pasaba viendo la tele. Espera crecer humano. Que lo lúdico estuvo presente a gana y a veces pierde. Pero dice que no le para trabajar en una fábrica. Terminó la lo largo de la historia en todas las épocas gusta jugar... primaria. No juega porque no tiene en todos los lugares. Que la cultura tam­ Josefina ve televisión con los niños de bién es juego y el juego es parte de la cul­ su patrona, y a veces los mira jugar Nin­ Carlos es ecuatoriano, vive en Barce­ tura. Dicen los pedagogos que el juego tendo. Ella dice que es muy divertido ver­ lona con su mamá, tiene quince años y ofrece una enorme variedad de estímulos los jugar. Josefina no va a la escuela. Y desde hace dos trabaja en obras de cons­ tocando tantos y tan diversos aspectos de además de limpiar la casa de la patrona, trucción, cada verano. Prefiere trabajar a la persona y que regula y reglamenta las cocinar, planchar y todos los etcéteras de estudiar y a jugar. Así se adelanta a un fu­ una persona al servicio de otras desde que turo que no tardará en llegar. formas de la relación con el otro. tiempo. Me pregunto a qué juegan los niños se levanta hasta que se acuesta, el sábado Tampoco tiene tiempo de jugar el niño que en su tiempo libre están demasiado ayuda a su mamá a lavar la ropa "atra­ que trabaja en la verdulería de la calle Es­ cansados. No me refiero a los también sada". Porque la mamá también trabaja. cudellers, en Barcelona. Quien, al pre­ cansados de su apretada agenda de activi­ El domingo por la noche regresa al tra­ guntarle que hace cuando no trabaja, me dades extraescolares al estilo de inglés bajo. T iene trece años. responde, entre consternado y cansado: martes y jueves, guitarra el viernes, teatro Raymundo trabaja solamente los fines los sábados. Sino a los que están cansados de semana, tiene que estar muy limpio cuando yo no trabajo, duermo, y ¡esto es lo que prefiero hacer! .. � de trabajar en un restaurante, en un su­ para ser admitido, y solamente recibe pro­ permercado, en una calle. O en la mina. pinas. Su tarea consiste en ir a buscar las Texto escrito a partir de O en el basural donde juntan y separan pelotitas que se van lejos, en un campo de cuaderno de viaje a Monterrey, México, durante la desperdicios. golf. Tal vez entre la basura encuentren un También Raúl tiene que llevar un uni­ desecho precioso: un mecanismo estro­ forme completo con un delantal que él peado, una Barbie incompleta. O en la mismo se hizo para poder trabajar de em­ mina jueguen al escondite a escondidas del pacador en un supermercado. Tampoco patrón. O en el súper jueguen a ver quién Raúl recibe un salario por su trabajo. En roba chocolates sin ser visto. Tal vez jue­ Navidad la empresa le regala un juguete. guen al fútbol con los vecinos del barrio. Nicanor hace canastas para su tío, ni él Tal vez algunos, el sábado por la tardecita ni sus hermanos reciben paga. Comida, jueguen a alucinarse otra vida y otro ropa y cuaderno. Pero ya no va a la es­ mundo pero que no está en éste. cuela, tiene doce años. Tal vez se jueguen sus puestos por no Rosario tampoco va a la escuela, se llegar a horario. Por quedarse dormidos. puso a trabajar para comprarse cosas: I�I EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA N. 174 - NOVIEMBRE·DIClEMBRE 2009 preparación del libro Las imágenes que notas y apuntes de No hay tiempo para jugar. acompañan este articulo corresponden a sus bocetos. Notas (1) Sandra Arenal. educadora. acti\osta. escritora. trevistas de No hay tiempo para jugar autora de las en· Relaios de niños tra· bajadores. Valencia: Media Vaca. 2004. (2) Paqueteritos se les llama a los niños que ponen la mercaderia en las bolsas a la salida de los súper o hipermercados. Almo· mento de mi visita a Monterrey no obtienen sueldo. solamente reciben propinas. Para ser admitidos deben %doce años e ir a la escuela. tener entre ocho y