http://www.dominicos.org/jyp/cuaderno4/relecturas.htm Vivir concretamente en esta dinámica justicia y Paz, sea a través de un proyecto preciso, sea a través de una vida religiosa estructurada alrededor de la solidaridad con los más pobres o los sin voz, nos lleva a unos conocimientos renovados de la gente que nos rodea, de su lenguaje, de sus cuestiones, de sus esperanzas y de sus preocupaciones. Esos conocimientos son el "lugar teológico" a partir del. cual podemos trabajar para inculturar la palabra de Dios y la Iglesia viva. La misma acción nos lleva a conocer unos interrogantes nuevos que alimentan también nuestra reflexión teológica y nuestra práctica de creyentes. Se trata entonces de poner en práctica unes procesos intelectuales que, partiendo de lo que se está viviendo y de aquellos con quien se está viviendo un proyecto, permiten percibir unas cuestiones teológicas, unos envites para la fe y para la práctica cristiana. Una reflexión teológica en una perspectiva Justicia y Paz puede tomar varios aspectos pero siempre dará una gran prioridad a la acción inductiva y a la participación de los que plantean las preguntas. "La llamada misionera nos hace tomar conciencia de la necesidad de competencia y de verdad en el diálogo. Debemos entrar en diálogo con las numerosas fuerzas que amenazan nuestro planeta: los sistemas opresivos, las actitudes degradantes, el desprecio por los valores del entorno... Esto requiere una actitud contemplativa, un trabajo intelectual, una adaptación social, un tacto personal, un valor profético y la voluntad de cooperar con los demás. (noviciado común de las hermanas dominicas de los EE.UU.) Una acción teológica que se inscribe en la preocupación de Justicia y Paz no es sólo una teología sobre aspectos sociales o políticos sino una manera nueva de hacer teología y más generalmente unos estudios. No basta con mirar esos lugares del sufrimiento humano y de contentarnos de ser los turistas de la crucifixión del mundo. Porque esos son los lugares donde se debe hacer teología. Es en esos lugares de calvario donde se puede encontrar a Dios y descubrir un mundo nuevo de esperanza... Entonces, debemos atrevernos a ver lo que está delante de nuestra vista; debemos creer que cuando Dios parece más lejano y cuando los seres humanos están tentados por la desesperación es entonces cuando debe intervenir la teología." (T. Radcliffe: La source vive de 1’espérance, étude et annonce de la Bonne Nouvelle, 1996) Para nosotros, miembros de la familia dominicana, hay urgencia en desarrollar una reflexión teológica a partir de acciones y de opciones de solidaridad con los más pobres, los excluidos, los hombres y las mujeres humillados. Esta reflexión debe ayudarnos a encontrar una predicación que alcance a los que sufren y les dé esperanza, desvelándoles el amor de Dios y la solicitud fraterna de la Iglesia. Sin embargo, esta reflexión ha comenzado ya en los diferentes continentes donde está presente la Orden, a partir de las realidades económicas, sociales, culturales y religiosas que viven los hermanos y las hermanas. Se podrá tomar conciencia de ellos a través de la bibliografía que figura en los anexos del cuaderno nº 5, pero la investigación en curso es mucho más amplia que lo que sugiere esa lista de obras. El trabajo teológico que se inscribe en Justicia y Paz, y sin el cual no podría haber una auténtica acción dominicana, debe primero plantearse unas preguntas antes de su propia elaboración: ¿quién está en el origen de mis cuestiones teológicas? ¿al servicio de quién voy a trabajar teológicamente? ¿con quién puedo trabajar y validar mis afirmaciones o lo conveniente de mis preguntas? ¿cómo voy a hacer legible y comprensible mi trabajo por aquellos mismos que están en el origen de mis preguntas? ¿Cómo hacer surgir esas preguntas? ¿Qué pedagogía emplear? Quizás hay ahí un motivo de discusión y de debate entre los promotores de Justicia y Paz y los responsables de los estudios o de la formación en las diferentes provincias y congregaciones. Unos encuentros frecuentes entre los y las que son responsables de los estudios y de Justicia y Paz pueden ser medios muy fecundos para hacer progresar la toma en cuenta de manera acostumbrada - inserta en la vida espiritual e intelectual de los hermanos y hermanas - de los problemas que encuentran los pobres y las víctimas. Evidentemente, en el punto de salida de un proyecto más específico de Justicia y Paz o de la orientación de vida religiosa, hay unas preguntas iniciales y unas tentativas de teorización pero, a medida que se desarrolla el proyecto o que se despliega la vida, surgen preguntas nuevas y remplazan las primeras. El proceso intelectual es permanente; la teología está en movimiento y uno de los "motores" de ese movimiento. ¿Qué influencia tiene Justicia y Paz en nuestro trabajo teológico? ¿En qué lo renueva? mediante temáticas nuevas a partir de lo cotidiano de la gente y de sus verdaderas preocupaciones. mediante una primacía dada a la misericordia y a la fraternidad, a un Dios que ama al hombre y busca hacérselo próximo. mediante la consideración de un universo conflictivo y lleno de tensiones, con unos fuertes y otros débiles y un consenso que no surge fácilmente. mediante la opción deliberada en favor del oprimido, del sin voz. mediante una preocupación de esperanza y la afirmación que hay lugar para un obrar humano. En Méjico, en el capítulo sobre la predicación nº 66, los hermanos escribían: “La reflexión teológica se alimentará de misericordia y evitará hacer de la vida conventual un refugio ante los desafíos y las exigencias de la realidad." Al confrontarse con las experiencias de los más pobres o de las víctimas de las violencias, la teología ve abrirse ante ella nuevos temas y encuentra nuevos desafíos. Los hermanos y las hermanas que se han comprometido en esos caminos han hecho ya proposiciones que deben ser conocidas en toda la familia dominicana. Uno de los primeros aspectos de esta búsqueda teológica es el acento puesto sobre una aproximación inductiva y contextual, sobre la necesaria inculturación. Conviene empezar con las preguntas que la gente se plantea, de sus situaciones y de sus maneras de expresarse. Muchas revistas, animadas por hermanos y hermanas, se inscriben en esta acción y pueden ayudarnos: por ejemplo Alternativas (en Nicaragua), Justitia (Filipinas)... Además, ese nuevo tipo de trabajo debe valorizar el diálogo y el debate (la "disputatio") como instrumento teológico tanto para la elaboración como para la restitución de los resultados. El aspecto comunitario de esta reflexión teológica parece importante incluso si su práctica es difícil, sobre todo para aquellos y aquellas que no tienen costumbre del trabajo colectivo. Existen métodos para trabajar juntos y para ser “ productivos ” intelectualmente: brain storming, comisiones, métodos de prospectiva, técnicas de panel... Si tenéis o conocéis otros métodos, enviádnoslos, les daremos difusión ampliamente. Un ejemplo, entre otros, nos muestra que eso es posible:U En marzo 1996, en Santiago de Chile unos cuarenta hermanos y hermanas de América Latina pero también de Europa se han reunido sobre el tema:"¿hay probabilidades de éxito para las culturas oprimidas?" Organizaron su reunión como un grupo de trabajo para producir colectivamente análisis y proposiciones. Esta búsqueda colectiva tiene lugar de manera regular desde hace unos diez años. En esta reflexión a partir de los envites constitutivos de Justicia y Paz, las ciencias humanas están llamadas a tener un papel importante: economía, sociología, derecho y ciencia política (esto está previsto en el Ratio Studiorum Generalis de los hermanos en el punto 14). Esas aproximaciones permiten comprender mejor las situaciones y las fuerzas en presencia, pero pueden también ser útiles para que el discurso teológico y espiritual arraigue en lo que toca a la gente. La adquisición de una cultura en ciencias humanas para los hermanos y hermanas en formación inicial o continua puede ser un buen objetivo para los promotores de Justicia y Paz. En esta perspectiva se podrán apoyar sobre los trabajos de L.J. Lebret (cf. cuaderno nº1), sobre las competencias acumuladas por el Centro Las Casas de Cuzco o por el Centro Songhai en el Benin (cf. cuaderno nº1)... Las ciencias humanas pueden ayudarnos también a salir de la creencia errónea de que el occidentalismo es universal. Las investigaciones antropológicas y culturales pueden ser fértiles para pensar de nuevo la relación entre los humanos y la naturaleza, las relaciones entre los géneros, el sentido de la libertad... Los trabajos de nuestros hermanos y hermanas africanos sobre inculturación son, en eso, muy útiles ¿Conocemos esas investigaciones? Nuestros hermanos y hermanas jóvenes ¿están informados en su formación inicial de la existencia y de la fecundidad de esa corriente teológica? “ Pentecote d’Afrique ” es una revista animada por los hermanos de Cotonou, en el Benin. El proyecto de esta revista mensual es dar cuenta de las reflexiones y de las experiencias de vida consagrada en contexto africano. Cada número temático es la ocasión de una búsqueda teológica partiendo de formas concretas que la vida religiosa toma en el continente africano y de los problemas que deben afrontar los hermanos y las hermanas. Otras revistas, tales como Alternativas (en Nicaragua), Justitia (Filipinas), unas casas de edición como la de Coban, del CBC de Cuzco... realizan ese mismo trabajo de inculturación a partir de los diferentes contextos culturales. ¿Recibimos en nuestras bibliotecas esas revistas y esas producciones? ¿Las utilizamos? El trabajo teológico, a partir de los envites de Justicia y Paz, tiene por delante un ancho campo de interrogaciones. Por no citar más que algunos puntos: el sentido del mal, del sufrimiento tanto a nivel personal como el nivel social la noción de estructura de pecado o de dimensión colectiva del pecado las relaciones entre los seres vivos y la creación, el cosmos, la naturaleza el lugar de los géneros (hombre y mujer) en la producción teológica, la comprensión de las Escrituras la promoción de la dignidad del humano, en relación a los problemas biológicos, a la violencia nuclear, a la globalización económica el sentido actual de la liberación: ¿cuáles son los nuevos ídolos? el lugar de la indignación, de la rebelión, de tomar partido (partidarios), de correr un riesgo... en el mensaje evangélico la importancia de la reconciliación y del conflicto para la construcción de una verdadera paz el papel de la oración, de la espiritualidad y de la admiración en una sociedad materialista... La acción Justicia y Paz tiene también consecuencias sobre la reflexión eclesiológica. ¿Cuál es el lugar de los pobres: sujetos de quienes se habla o sujetos para quienes la palabra es posible? ¿Cómo introducir verdaderamente a los pobres en la Iglesia y salir de la asistencia? ¿Cómo pueden, ellos, participar en nuestras liturgias? ¿en nuestras catequesis? ¿Es nuestro lenguaje comprensible para los pobres? El centro CEPE (Centro Ecuménico de Publicaciones y de Estudios Tito de Alencar Lima en Praça da Se, Brasil) además de la animación de una casa para niños de la calle, la formación socio-política de militantes... ha puesto en marcha un método de catequesis adaptada a los ambientes populares que favorece también el responsabilizarse para el cambio social. O Esta actividad requiere también una reconsideración de los votos religiosos que adquieren la plenitud de su sentido cuando nos permiten acercarnos a los hombres y mujeres heridos por la vida y la historia y nos ayudan a vivir una lucha de compasión y de solidaridad con ellos. Este acercamiento debe tener consecuencias en nuestros centros de formación inicial o especializada. ¿Cómo se tienen en cuenta verdaderamente las recomendaciones de la Ratio Studiorum Generalis sobre Justicia y Paz (nº 14, 1V)? Ahí también el debate entre responsables de Justicia y Paz y los y las de la formación se imponen para que unos progresos significativos se realicen de manera "natural". La reflexión teológica a partir de las cuestiones de Justicia y Paz puede hacerse también en unos talleres teológicos especializados, en unas sesiones de formación continua, en seminarios de hermanos y hermanas más comprometidos, en coloquios. Dadnos a conocer las realizaciones más significativas de vuestra provincia o de vuestra congregación en este campo. Gracias! Una figura: Alberto Nolan y el lnstitute de teología contextual en Sur-Africa. A. Nolan ingresa en la Orden en 1954 en Sur-Africa, apasionado por los estudios y una predicación "iluminada" por el estudio. Sigue una formación tomista clásica que completa con un doctorado en teología en el Angelicum de Roma. Durante veinte anos, ejerce diversos ministerios: responsable del movimiento de jóvenes de acción católica, enseñanza de teología, padre maestro, prior, provincial.... Todo empieza a cambiar al principie de los años 80 cuando los cristianos de Sur-Africa, de todas las confesiones, se encuentran confrontados a las terribles cuestiones planteadas por el apartheid, la pobreza de masa, la injusticia y la violencia institucionalizada. El Hno. Alberto, a causa de su ministerio cerca de los jóvenes, es implicado en esos problemas. ¿Qué hacer, frente a un Estado injusto? ¿Qué decir a los cristianos trastornados por la presión ejercida sobre ellos para que obedezcan al Estado racista? ¿Qué decir a los fieles cuando éstos sufren cruelmente bajo la expresión? ¿Qué pensar del recurso a la violencia en un contexto de poder único y violento él mismo? Poco a poco, baje la presión de las súplicas, el Hno. Alberto y algunos otros llegan a comprender que la teología debe ser elaborada de nuevo, a partir de las preguntas de la gente. “ Frecuentemente dice el Hno. Alberto, une se agota para dar a la gente unas respuestas a unas preguntas que no se plantean; hace falta más tiempo para explicar las preguntas que para dar las respuestas... En cambio, uno apenas se interesa por las preguntas que se plantean los cristianos de hoy a saber: la pobreza, el racismo, la legitimidad de la lucha armada... ” El papel específico del teólogo es tener los instrumentos de comprensión y de análisis necesarios para encontrar juntos unas respuestas a las preguntas de les creyentes; eso va a constituir el acercamiento metodologico llamado “ contextual ”. En 1981 se crea el Instituto de Teología Contextual (ICT) que se prepone poner en práctica un tal método para responder, -de manera ecuménica y multi-racial, -a las preguntas de los cristianos confrontados al apartheid. El Hno. Alberto se une a este equipo en 1984 y tendrá que esconderse de la policía durante muchos meses, pues ese trabajo es juzgado subversivo por el orden establecido. Muy pronto el método va a apasionar a los cristianos comprometidos en la lucha contra el apartheid y en 1985 un grupo de cristianos del Instituto publicará el documento Kairos que llegará a ser como un manifiesto del ICT y, para muchos cristianos de por el mundo, una referencia respecto a la posibilidad de articular fe cristiana y justicia social. Al lado del ICT se crea el ISB que se especializa en la formación a la lectura de la Biblia de manera contextual. El Hno. Alberto Nolan publicará numerosos libros a partir del método y animará muchos seminarios y sesiones en su país y en el extranjero. Hoy, el Hno. Alberto trabaja en las comunicaciones sociales; está encargado, en particular, de una revista del ICT que sea muy popular y se haga eco de los problemas de los pueblos. Esta revista parece, - para el Hno. Alberto, - un medio muy eficaz para alcanzar a la gente y sus dificultades. Entre las publicaciones de A. Nolan se pueden citar: "Dios en Sur-Africa" Cerf 1991 (God in South Africa, David Phílip Pub) y "Jesús antes del cristianismo", Ediciones de l'Atelier. ICT News, POB 32017, Braamfontein 2017, Johannesburg. South Africa; fax (27) 113393704.