SITUACIÓN, LIMITES Y DIMENSIONES Como se deduce de la anterior reseña, son frecuentes los mojones en que concluyen tres provincias; o bien Santander con Vizcaya y Burgos, o bien Santander con Burgos y Palencia, o bien Santander con Palencia y León, o bien Santander con León y Asturias. La zona en que la delimitación es más enérgica está en la parte occidental y corre a lo largo de la cadena de montañas que, partiendo de Peñarrubia, pasa por Peña Labra, Peña Prieta, para internarse en el macizo de Picos de Europa, culminando en el interesante Pico Tesorero, vértice el más occidental de la bella provincia montañesa. El río Deva, que pudiera haber servido de límite occidental de la provincia de Santander, es desbordado por el territorio asturiano en la zona de Panes, sin que se columbren qué razones de orden natural pueden haber sostenido esta artificiosa, a todas luces, delimitación política. Por el contrario, es evidente el parentesco paisajístico y humano con la zona oriental de Asturias, de tal forma, que incluso hasta Llanes llega la influencia de Santander. Esta observación mía no quiere decir que yo tome partido por ninguna de las dos partes a que me estoy refiriendo, sino que únicamente señalo cómo una vez más la delimitación política no coincide con los límites naturales que en este territorio cabe observar. Por su extensión superficial, la provincia de Santander es la 44 de las 50 provincias en que se divide el territorio nacional. Es, pues, provincia de dimensiones medias, bien proporcionadas, y según los datos del artículo Santander, en el diccionario Espasa, su superficie alcanza los 5.459,96 kilómetros cuadrados. Provincia en gran parte montuosa y de recorrido muy accidentado, resultando muy difícil hallar superficies planas horizontales de alguna consideración, si bien merece destacarse, como caso insólito, la hermosa vega de Torrelavega. También en Reinosa hay una buena llanada, pero aquí nos hallamos propiamente en el borde de la altiplanicie interior de España, y sus características superficiales se alejan sensiblemente de aquellas que dominan en la zona propiamente cantábrica, que es la típica de Santander. Santander goza, pues, gracias a su situación geográfica, a sus límites y a su superficie, de paisajes botánicos, bien contrastados y diversificados, que hacen mayúsculo su interés en este aspecto científico.