CAPÍTULO V RECURSO DE ANULACIÓN I. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA. II. REQUISITOS RELATIVOS A LOS SUJETOS. III. REQUISITOS RELATIVOS AL OBJETO. IV. REQUISITOS RELATIVOS A LA ACTIVIDAD. V. PROCEDIMIENTO. VI. EFECTOS. I. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA Expresa el Preámbulo de la L.O. 7/1988 de 28 de diciembre que, «Se introduce la posibilidad de celebrar el juicio en ausencia del acusado en causas por delitos menos graves, bajo condiciones que permiten no sólo el derecho de defensa del ausente, asegurado por la intervención de su Abogado defensor, sino también el derecho de recurrir en anulación contra la sentencia dictada. Se pretende así evitar dilaciones inútiles, que pueden redundar en perjuicio de las víctimas, siguiendo una tendencia que se observa en el Derecho comparado y las orientaciones de la Resolución n.° 75 (11) y de la Recomendación R(87) 18 adoptadas por el Comité de Ministros del Consejo de Europa». La primera de tales innovaciones, es decir, el juicio del acusado ausente, por delitos menos graves] viene realizada en el art. 793.1 párrafo 2.° de la L.E.Crim. al disponer que, «La ausencia injustificada del acusado que hubiere sido citado personalmente o en el domicilio o en la persona a que se refiere el apartado 4 del art. 789, no será causa de suspensión del juicio oral si el Juez 173 PEDRO MARTIN Y OTROS o Tribunal a solicitud del Ministerio Fiscal o de la parte acusadora, y oída la defensa, estima que existen elementos suficientes para el enjuiciamiento, cuando la pena solicitada no exceda de un año de privación de libertad, o si fuera de distinta naturaleza, cuando su duración no exceda de seis años». El llamado recurso de anulación se introduce en el art. 797 cuyo texto es el siguiente: 1. En cualquier momento en que comparezca o sea habido el que hubiere sido condenado en ausencia, conforme a lo dispuesto en el párrafo 2.° del apartado 1 del art. 793, le será notificada la sentencia dictada en primera instancia o en apelación a efectos de cumplimiento de la pena aún no prescrita. Al notificarse la sentencia se le hará saber su derecho a interponer el recurso a que se refiere el apartado siguiente con indicación del plazo para ello y del órgano competente. 2. La sentencia dictada en ausencia, haya sido o no apelada, es susceptible de ser recurrida en anulación por el condenado en el mismo plazo y con iguales requisitos y efectos que los establecidos para el recurso de apelación. El plazo se contará desde el momento en que se acredite que el condenado tuvo conocimiento de la sentencia». Gomo dice la circular 1/1989 de la Fiscalía General del Estado la reforma introduce en su art. 797.2 este nuevo remedio procesal, congruente con la posibilidad de celebrar juicios en ausencia del acusado al que debe concedérsele un medio de defensa por el que pueda acreditar que tal celebración no fue justificada o que su no presencia o la falta de intervención en el proceso, condujo a que se dictara una resolución injusta. Lo escueto del precepto regulador del recurso expresado, plantea diversos problemas, pero entre ellos, dos que por afectar el primero directamente al requisito relativo al objeto, de posibilidad, e indirectamente al subjetivo de competencia, referente al órgano jurisdiccional, y el segundo, al propio concepto y naturaleza del recurso que nos ocupa, es obligado tratar en este apartado, sin perjuicio de las puntualizaciones y complementos pertinentes a realizar en los apartados respectivos. 174 LOS RECURSOS PENALES' Al respecto la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 1991, tras plantear la cuestión de si la celebración del juicio en ausencia es una posibilidad concedida en exclusiva a los Jueces de lo Penal —cuya competencia se extendía a delitos sancionados con pena que no exceda de seis años—, o también puede atribuirse a las Audiencias Provinciales; conocedoras de delitos sancionados con pena de seis años y un día a doce años, por el Procedimiento Abreviado, cuando el delito sometido a su competencia comporte una solicitud de pena no superior a un año, en virtud de la degradación operada en el juego de las circunstancias concurrentes, expresa que, «Las dudas que surgen porque el preámbulo de la Ley se refiere a «delitos no graves», mientras que el texto del artículo habla del Juez o Tribunal, aquél supone uña interpretación a! favor de la primera de las alternativas y, el precepto legal a favor de la segunda. Ocurre que expresión «delitos no graves» acuñada por los redactores de la reforma, carece de apoyatura legal pues el Código admite dos categorías de infracciones: Delitos y faltas, sin que para los primeros establezca distinción en «graves y menos graves». Sin embargo la L.O. 10/1980 nacida para el enjuiciamiento de los delitos dolosos «menos graves y flagrantes», apunta ya un módulo diferencial cuantitativo al fijar los límites de aquellos en prisión menor, coincidiendo con los artículos de la Ley Procesal que señalan este tipo al referirse a los supuestos de posible conformidad del procesado y la propuesta de Anteproyecto de Código Penal de 1983 —art. 16—, como el futuro texto del Código punitivo que se está elaborando, recogen también la aludida distinción entre delitos graves y menos graves y, posiblemente, estos criterios hayan influido en el ámbito de los redactores de la ley. El art. 797 pudiera aportar un elemento útil para la solución de este problema; tal precepto establece que el recurso de anulación que en él se regula, previsto para los casos de enjuiciamiento en ausencia, tendrá lugar «una vez notificada la sentencia dictada en primera instancia o en apelación», para añadir en el siguiente párrafo que la sentencia dictada en ausencia «haya sido o no apelada» es susceptible de ser recurrida en anulación». 175 PEDRO MARTIN Y OTROS Concluye la Memoria referida que, «a la luz del mencionado precepto, es claro que deben excluirse del juicio sin la presencia del acusado las causas vistas ante las Audiencias Provinciales por cuanto los fallos de estos órganos colegiados ni se dictan en primera instancia ni pueden ser apelados». Pone de relieve a continuación la aludida Memoria que, «No hay, sin embargo, criterio unánime en la doctrina sobre este punto», y tras de mencionar, en uno y otro sentido, la opinión de diversos tratadistas, se refiere como de indudable trascendencia a la postura adoptada por la Fiscalía General del Estado en su importante Circular 1/1989. Al respecto dicha Circular mantiene que, «Aunque de la Exposición de Motivos de la Ley (párrafo 9) parece deducirse que ese juicio en ausencia iba a ser previsto en principio, para los delitos menos graves, la cita expresa en el texto legal del «Juez o Tribunal» y al remitir la condición a la entidad de la pena pedida y no a la que castiga el delito como viene haciendo en los demás preceptos referentes a la competencia, obliga a admitir que también la Audiencia Provincial puede celebrar juicios en ausencia, cuando se den los requisitos del art. 793.1 párrafo segundo, antes reseñado. Y esto es lógico, pues no va a estar vedado al Tribunal colegiado lo que es permitido al Juez de lo Penal». Y posteriormente, al referirse de modo concreto al recurso de anulación que, «Como se dijo en su momento, el juico en ausencia, aunque generalmente se dará ante el Juez de lo Penal, no queda excluido de la competencia de la Audiencia Provincial, cuando por las circunstancias del caso, la pena tipo que determina la competencia de la Audiencia se convierte en una petición concreta de un año de privación de libertad o pena de naturaleza distinta y duración que no exceda de seis años. Aunque el art. 793 habla del Juez o Tribunal, el art. 797.2 parece fijar su atención sólo en las sentencias del Juez de lo Penal al decir «la sentencia dictada en ausencia, haya sido o no apelada», pero si vamos al Proyecto vemos que, con mejor técnica decía «haya sido o no recurrida», término este último sustituido por una impremeditada corrección de estilo por el de «apelada» a lo largo de la tramitación parlamentaria. Sin embargo, 176 LOS RECURSOS PENALES como el trámite que se da al recurso es el de una apelación surge la duda de si, no siendo apelables las sentencias dictadas por las Audiencias, cabe contra la por ella dictadas este recurso de apelación (sic). La respuesta a la cuestión debe ser afirmativa por cuanto el derecho de defensa obliga a admitir en todo caso esa posibilidad de recurso al reo juzgado en ausencia y, además en otro caso, se rompería el principio de igualdad de tratamiento en cuanto con igual fundamento, se concedería un recurso a unos reos y se negaría a otros. La aceptación del criterio anterior plantea ante que órgano debe verse el recurso de anulación contra las sentencias de las Audiencias, órgano que no puede ser otro que la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, cuya competencia, según el art. 57.1 de la L.O.P.J. se extiende al conocimiento de los recursos extraordinarios que establezca la Ley. Y, evidentemente, ante un recurso extraordinario contra una sentencia firme nos encontramos, pues no es otra la naturaleza de este excepcional recurso de anulación». Pese a los razonamientos expuestos en esta Circular 1/1989, nos inclinamos por la solución mantenida, en la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 1991 antes mencionada, en cuanto llega a la conclusión de que, «a la luz del mencionado precepto es claro que deben excluirse del juicio sin la presencia del acusado, las causas vistas ante las Audiencias Provinciales», por cuanto si bien, como dice la Circular de 1989, el término «recurrida» obrante en el Proyecto de Ley, pudo ser sustituido por el de «apelada» que obra en el art. 797.2, por una impremeditada corrección de estilo a lo largo de la tramitación parlamentaria, es lo cierto que, en el apartado 1 de dicho artículo se dice textualmente que, «En cualquier momento en que comparezca o sea habido el que hubiere sido condenado en ausencia conforme a lo dispuesto en el párrafo 2° del apartado 1 del art. 793, le será notificada la sentencia dictada en primera instancia o en apelación a efectos de cumplimiento de la peña aún no prescrita. Al notificársele la sentencia se le hará saber su derecho a interponer el recurso a que se refiere el apartado siguiente, con indicación del plazo para ello y del órgano competente, no se alega aquí nin177 PEDRO MARTIN Y OTROS guna corrección de estilo, por lo que es plenamente válido el razonamiento contenido en la Memoria de la Fiscalía general del Estado de 1991 cuando afirma que, «los fallos de las Audiencias Provinciales, ni se dictan en primera instancia ni pueden ser apelados», cualidades que sólo concurren, dentro del Procedimiento Abreviado, en los dictados por el Juez de lo Penal, de donde se desprende, que sólo éste puede conocer del Juicio en ausencia del acusado, y que las sentencias dictadas por dicho Juez en primera instancia, en dicho juicio, son las susceptibles del recurso de anulación, aunque hayan sido apeladas, o si se quiere utilizar el término más vago y genérico «recurridas» con un recurso que no puede ser otro que el de apelación. B) El segundo de los problemas antes enunciados, como expresa la tan repetida Circular 1/1989 de la Fiscalía General del Estado, «es el de la finalidad y efectos del recurso y se refiere a si se trata tan sólo de un juicio rescindente, tendente a anular una sentencia firme si se acredita que no se dieron en ella las condiciones que la Ley exige para celebrar un juicio en ausencia, o es un juicio rescisorio que permite reexaminar el proceso en que el ausente estuvo representado y defendido por su Abogado y la sentencia en él recaída, como en cualquier otro recurso de apelación en que el Tribunal ad quem adquiere la plenitud de enjuiciamiento». Continúa diciendo la Circular referida que, «Al hablarse en la Ley de «con iguales efectos que los establecidos para el recurso de apelación», parece que la alternativa a aceptar es la segunda de las planteadas y que nos encontramos ante un supuesto de apelación extraordinaria en el que cabe no sólo pedir la anulación del juicio en ausencia, sino también la de la sentencia, tanto por vicios formales como por errores de fondo». Frente a este criterio, gran parte de la doctrina, como refiere Moreno Verdejo en su estudio El Recurso de Anulación, publicado en Cuadernos de Derecho Judicial n.° XXI, sostiene que el Tribunal que conoce del recurso sólo hace un juicio rescindente encaminado a comprobar si se dieron los presupuestos necesarios para celebrar el juicio en ausencia y si ésta fue o no justifi178 LOS RECURSOS PENALES cada, confirmando o dejando sin efecto la sentencia impugnada, según que exista o no motivo para ello, abriéndose en este último caso un juicio rescisorio para realizar un nuevo enjuiciamiento, juicio rescisorio del que conocerá el mismo órgano jurisdiccional que condenó en ausencia. Tal solución nos parece la más adecuada, sobre todo teniendo en cuenta, como pone de relieve la doctrina y se recoge en el estudio mencionado, que si procede la anulación del juicio oral por no reunirse los requisitos para celebrarlo en ausencia, mal puede en la misma sentencia realizarse un pronunciamiento de fondo basado en una actividad procesal que ha quedado sin efecto a causa de la nulidad declarada, siendo en estos casos preciso dar cumplimiento a lo dispuesto en el art. 796.2 de la L.E.Crim., a más de que, de adoptarse la solución contraria, se privaría al ausente de su derecho a la doble instancia. Por otra parte, de conocer el Tribunal ad quem en el recurso de anulación no sólo del juicio rescindente sino también del juicio rescisorio por motivos de fondo, podría suceder que fuese procedente dictar resolución estimatoria en cuanto al primero, por no concurrir los requisitos establecidos en el art. 793.1 de la Ley procesal penal, para celebrar el juicio en ausencia del acusado, pero que fuera improcedente la estimación del recurso en cuanto al fondo, con lo que se llegaría al resultado de la confirmación de la sentencia, recurrida que en la propia sentencia confirmatoria se considera nula. Por todo lo expuesto ha de llegarse a la conclusión de que el recurso de anulación, es un supuesto excepcional —al dirigirse contra la cosa juzgada— del recurso de apelación por quebrantamiento de una forma esencial del procedimiento que, por imperativo de lo dispuesto en el art. 797.2 de la L.E.Crim., ha de regirse en cuanto a sus efectos por lo dispuesto en el art. 796.2 de la misma, en cuanto establece que, «Cuando la sentencia apelada sea anulada por quebrantamiento de una forma esencial del procedimiento, el Tribunal, sin entrar en el fondo del fallo, ordenará que se reponga el procedimiento al estado en que se encon179 PEDRO MARTIN Y OTROS traba en el momento de cometerse la falta, sin perjuicio de que conserven su validez todos aquellos actos cuyo contenido sería idéntico no obstante la falta cometida». De lo anterior se desprenden las notas que caracterizan al recurso expresado: Ante todo se trata del modo de impugnación específico denominado «recurso», al iniciarse mediante un acto de parte constitutivo de una verdadera pretensión o declaración de voluntad dirigida a dejar sin efecto una resolución judicial, actividad realizada dentro del proceso principal, a diferencia de otros medios de impugnación en sentido genérico, en los que la revocación se pretende mediante un proceso independiente, como sucede con determinados procesos civiles en los que la sentencia no produce efecto de cosa juzgada material. Es un recurso vertical o jerárquico y por tanto con efecto devolutivo, en el que el órgano jurisdiccional que resuelve es el superior jerárquico inmediato del que dictó en la primera instancia la sentencia condenatoria del ausente, coincidiendo en ello con el recurso de apelación por cuyas normas relativas al plazo de interposición, a los requisitos y a los efectos, se rige por imperativo de lo dispuesto en el art. 797.2 L.E.Crim. Se trata, por último, en oposición a ordinario, de un recurso que, por dirigirse contra resoluciones que han alcanzado fuerza de cosa juzgada, la doctrina califica de excepcional. II. R E Q U I S I T O S RELATIVOS A LOS SUJETOS Dado el carácter jerárquico del recurso de anulación, con su inherente efecto devolutivo, es competente para conocer de dicho recurso el órgano superior jerárquicamente al que dictó sentencia en primera instancia, ya que dicha sentencia ha de ser susceptible de apelación, según se desprende implícitamente del art. 797 de la L.E.Crim. al decir en su apartado 1 que, en cualquier momento en que comparezca o sea habido el que hubiere sido condenado en 180 LOS'RECURSOS PENALES ausencia «le será notificada la sentencia dictada en primera instancia o en apelación», y en el apartado 2 que, «La sentencia dictada en ausencia, haya sido o no apelada, es susceptible de ser recurrida en anulación por el condenado». Así pues, siendo en causas por delito, los Jueces de lo Penal los únicos órganos jurisdiccionales, cuyas sentencias, dentro del Procedimiento Abreviado, se dictan en primera y no en única instancia y son por ello susceptibles de recurso de apelación, dicho superior jerárquico será la Audiencia Provincial respectiva y, en su caso, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, ya que dichas Audiencias y Sala, así como los demás órganos jurisdiccionales (Tribunal Superiores de Justicia y Tribunal Supremo en causas contra aforados) que tienen competencia para celebrar juicios por dicho Procedimiento, lo hacen en única instancia y no son, por tanto sus sentencias susceptibles de apelación. El propio Juzgado de lo Penal que haya dictado la sentencia que se recurre en anulación, aunque aquella haya sido apelada, será competente, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 795 L.E.Crim. para la recepción del escrito de formalización del recurso y su admisión o inadmisión a trámite, así como para la sustanciación del recurso, quedando reducida normalmente la actuación de la Audiencia a la fase puramente decisoria. No obstante, como señala Moreno Verdejo en el estudio antes indicado, aun cuando se admitiera que no cabe celebrar juicio en ausencia mas que ante el Juzgado de lo Penal, es lo cierto que si llegara a celebrase! éste ante v. gr. la Audiencia Provincial por sostener opinión favorable dicho Tribunal a la posibilidad de tal celebración en ausencia del acusado, y dándose los supuestos del artículo 793.1 L.E.Crim., sería contrario a la lógica y al respeto a las garantías del ausente condenado, la inadmisión del recurso de anulación frente a la sentencia por hallarse ésta dictada por un órgano jurisdiccional distinto del Juzgado de lo Penal. Manteniendo que, en tales casos, si la sentencia fue dictada por la Audiencia Provincial o Nacional o por el Tribunal Superior de Justicia, el juicio rescindente será competencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo (coincidiendo con lo sostenido en la Circular 1/1989 de la Fiscalía General del Estado que indica como 181 PEDRO MARTIN Y OTROS precepto legal aplicable el artículo 57.1 de la L.O.P.J.) por ser competente para aquellos recursos extraordinarios que establezca la Ley, y el juicio rescisorio, de aquellos órganos jurisdiccionales. Si la sentencia fue dictada por el Tribunal Supremo, ya sea por la Sala 2.a o por la Sala Especial a que se refiere el art. 61.1.4.° de la L.O.P.J., en casos contra personas aforadas, parece difícil articular el recurso de anulación. La única solución para ello pasaría por atribuir competencia a la propia Sala del Tribunal Supremo que dictó la sentencia en ausencia, lo que choca con la remisión del artículo 797 L.E.Crim. al régimen de la apelación. Legitimado para la interposición del recurso lo está exclusivamente el condenado por su participación en el hecho punible, en el juicio celebrado en su ausencia, con exclusión de los demás condenados presentes en el juicio, si los hubiere, y de los tercero civilmente responsables, aunque unos y otros pudieran alegar perjuicio por la falta de asistencia a juicio del ausente, sin que ello suponga indefensión para los mismos, ya que en su momento pudieron interponer recurso de apelación ordinario, alegando en el mismo las causas de nulidad y de fondo que estimen pertinentes. Tal exclusividad en la legitimación se desprende de lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 797 L.E.Crim. cuando tras disponer que, «en cualquier momento en que comparezca o sea habido el que hubiere sido condenado en ausencia conforme a lo dispuesto en el párrafo 2.° del apartado 1 del art. 793 le será notificada la sentencia dictada en primera instancia o en apelación (...)», añade que, «Al notificársela la sentencia se le hará saber su derecho a interponer el recurso a que se refiere el apartado siguiente (...)», y, se anuncia ya en el Preámbulo de la L.O. 7/1988 cuando dice que, «Se introduce la posibilidad de celebrar el juico en ausencia del acusado en causas por delitos no graves, bajo condiciones que garantizan, no sólo el derecho de defensa del ausente (...), sino también el derecho de recurrir en anulación contra la sentencia dictada (...)». En cuanto a la postulación, tratándose de procedimiento por delito, rigen las normas generales de representación por Procurador y defensa por Letrado. 182 LOS RECURSOS PENALES III. R E Q U I S I T O S RELATIVOS AL OBJETO El objeto del recurso de anulación, como recurso excepcional de apelación referente al quebrantamiento de una forma esencial del procedimiento, es obtener la declaración de nulidad de la sentencia recurrida y la reposición del procedimiento al momento en que se cometió la falta, coincidente con la iniciación del juicio oral, a fin de que se celebre un nuevo juicio con todas las garantías legales. Tal anulación, ha de ser posible y, por tanto, proceder legalmente la formulación del recurso contra la resolución de que se trate. Al respecto y dado el tenor literal de los arts. 793.1 y 797, aparece que el recurso procede contra sentencias definitivas y dentro de ellas —por los razonamientos ya expuestos en el apartado I, contra sentencias dictadas en los juicios celebrados en ausencia del acusado por los jueces de lo Penal. El precepto del art. 797 en el contenido literal de sus apartados 1 y 2, limita el recurso de anulación a las sentencias firmes, limitación lógica, pues cuando el condenado en ausencia comparezca o sea habido antes de ganar firmeza la sentencia, podrá ejercitar el recurso de apelación ordinario, tanto por motivos de fondo como por quebrantamiento de forma y, en este último caso, por no concurrir los requisitos para la celebración del juicio en ausencia, identificándose entonces, en cuanto a su contenido, requisitos y efectos, ambos recursos, diferenciándose tan sólo en su nominación. No obstante, en tal supuesto, estimamos que debe aplicarse la doctrina referida al recurso de anulación, en cuanto a la exoneración del requisito de acreditar «haber pedido la subsanación de la falta o infracción en la primera instancia», que exige el art. 795.2 que se estima no rige en este último recurso, dada la importancia capital de la falta de citación del acusado y de su imposibilidad para comparecer en el juicio oral que, con sus consecuencias, no puede subsanarse con la pasividad del Abogado defensor al no formular protesta contra la decisión judicial de celebrar el juicio, 183 PEDRO MARTIN Y OTROS pues de otro modo sería de peor condición el condenado que no se sustrae a la acción de la justicia que el que desaparece y queda en ignorado paradero por tiempo indefinido. Por último, las sentencias recurribles han de ser condenatorias, pues al condenado se refiere en sus dos apartados, el artículo 797 L.E.Crim., no bastando para recurrir en anulación otro perjuicio o agravio que el de la condena penal. Debe también concurrir en el recurso de anulación, en cuanto al elemento objetivo, el requisito de causa, representado genéricamente en todos los recursos, por el perjuicio o agravio que al recurrente ocasione la resolución que se recurre y, en el recurso de anulación, como antes se dijo, por el ocasionado por la condena penal. IV. R E Q U I S I T O S RELATIVOS A LA ACTIVIDAD El tiempo ha de ser el correspondiente a cada uno de los trámites y actos procesales que integran el procedimiento impugnatorio. El lugar es el común de las actuaciones judiciales que, de acuerdo con el art. 268 de la L.O.P.J. «deben practicarse en la sede del órgano jurisdiccional». La forma es la escrita, tanto en su interposición como, salvo casos excepcionales, en las fases de sustanciación y decisión. V. PROCEDIMIENTO La tramitación comprende las siguientes fases: A) Fase de interposición, que consiste en un acto de parte, por el que se ejercita la pretensión impugnatoria que ha de formularse ante el órgano jurisdiccional que dictó sentencia en la primera instancia, aunque la 184 LOS RECURSOS PENALES misma hubiera sido apelada y desestimado el recurso, pues así lo exige el régimen de la apelación por el que se rige el recurso de anulación conforme a lo dispuesto en el apartado 2 del art. 797 de la L.E.Crim., correspondiendo a dicho órgano jurisdiccional resolver sobre la admisión o inadmisión del recurso, procediendo en el segundo caso recurso de reforma y de no ser estimado recurso de queja (art. 787.1 L.E.Crim.). La interposición ha de hacerse mediante escrito autorizado con firma de Letrado y de Procurador, como regla general al tratarse de procedimiento por delito. En cuanto al requisito de tiempo, de ordinario la interposición habrá de formularse dentro del plazo de diez días a partir del siguiente al de la notificación al condenado, de la sentencia, a no ser que se acredite que aquél tuvo con anterioridad conocimiento de la misma, en cuyo caso el plazo se contará desde dicho momento, tal conocimiento anterior a la notificación, para tener eficacia en orden a la iniciación del plazo para la interposición del recurso en perjuicio del condenado, ha de referirse a los términos de la sentencia y no al mero hecho de haber sido condenado, pero sin conocer el alcance de la condena. Así lo estima la Fiscalía General del Estado en la Circular 1/1989. El contenido está constituido por la pretensión impugnatoria tendente a la declaración de nulidad de actuaciones, dejando sin efecto la sentencia dictada en la primera instancia y, en su caso, la confirmatoria dictada en apelación y a reponer el procedimiento al estado en que se encontraba en el momento de cometerse la falta, es decir á la iniciación del juicio oral, por lo que habrá de celebrarse de nuevo (juicio rescisorio). Debiendo contener dicho escrito, los fundamentos fácticos y jurídicos que habrán de basarse en el incumplimiento de los requisitos establecidos en el art. 793.1 párrafo 2.° de la L.E.Crim para celebrar el juicio en ausencia del acusado, especialmente por su trascendencia, su falta de citación y su incomparecencia justificada. De solicitarse el recibimiento a prueba, dado el carácter rescindente 185 PEDRO MARTIN Y OTROS del recurso, la misma habrá de limitarse al acreditamiento del referido incumplimiento de los aludidos requisitos. B) Fase de sustanciación Se inicia una vez admitido a trámite el recurso y se realiza — caso de no admitirse a trámite por la Audiencia el recibimiento a prueba o por no estimar que proceda la celebración de vista— íntegramente en el Juzgado a quo. Así, establece el art. 795.4 de la L.E.Crim. que, «Recibido el escrito de formalización del recurso, el Juez dará traslado a las demás partes por un plazo común de diez días y transcurrido el mismo, se hayan o no presentado escritos de impugnación o adhesión, elevará en los dos días siguientes a la Audiencia los Autos originales con todos los escritos presentados». C) Fase de decisión Dispone el art. 795.5 de la L.E.Crim. que, «Recibidos los Autos, si en el recurso no se propone prueba, la Audiencia los examinados y dictará sentencia en el plazo de diez días, devolviéndolos al Juez a efectos de ejecución del fallo». Resulta pues regla general, la actuación del Tribunal ad quem como puramente decisoria, sin que las partes hayan de personarse ante el mismo ni ser emplazadas, lo que da una mayor agilidad y rapidez al procedimiento al descargarle de los actos de comunicación y de la celebración de vista oral. Esta última tendrá lugar únicamente cuando la Audiencia estime que es necesario para una correcta formación de una convicción fundada, en cuyo caso podrá acordar su celebración, citando a las partes (art. 795.6), y en el supuesto del apartado 7 de dicho artículo al disponer que, «Si los escritos de recurso contienen proposición de prueba, la Audiencia resolverá en tres días sobre la admisión de la prueba propuesta y, en el mismo auto señalara día para la vista dentro de los quince días siguientes». Por último, el apartado 8 de dicho artículo establece que «La vista se celebrará empezando por la prác186 LOS RECURSOS PENAIiES tica de la prueba. A continuación las pares resumirán oralmente el resultado de la misma y el fundamento de sus pretensiones». Al tratarse de un juicio rescindente, el Tribunal «ad quem» debe en su decisión, determinar si concurren los requisitos legales previstos para la celebración del juicio en ausencia del acusado referidos al momento de su celebración. Establece al respecto el artículo 793.1 párrafo 2.° L.E.Crim. que «La ausencia injustificada del acusado que hubiere sido citado personalmente o en el domicilio o en la persona a que se refiere el apartado 4 del art. 789 no será causa de suspensión del juicio oral si el Juez o Tribunal, a solicitud del Ministerio Fiscal o de la parte acusadora, y oída la defensa, estima que existen elementos suficientes para el enjuiciamiento, cuando; la pena solicitaba no exceda de un año de privación de libertad o, si fuera de distinta naturaleza, cuando su duración no exceda de seis años». Así pues, para que proceda el juicio: en ausencia del acusado, es preciso que se cumplan los requisitos, cuya falta de concurrencia será precisamente objeto de las alegaciones del recurrente y del examen del Tribunal ad quem para determinar la procedencia o improcedencia del recurso: Citación personal del acusado, entendida como citación en la persona, es decir, que la cédula de citación sea entregada al propio acusado. Supletoriamente, citación en el domicilio o en la persona a que se refiere el apartado 4 del artículo 789 de la L.E.Crim. Tal citación dada la dificultad para acreditar que en efecto el acusado la recibió, ofrece, según recoge la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 1991, escasas garantías, indicando que parte de la doctrina estima conveniente la supresión de dicha forma de citación por su insuficiencia para acreditar el mencionado requisito a efectos de la celebración del juicio en ausencia del acusado. Injustificación de la ausencia. Queda la ausencia justificada en los supuestos de caso fortuito y fuerza mayor, no estándolo cuando se deba a negligencia del acusado. 187 PEDRO MARTIN Y OTROS Solicitud del Ministerio Fiscal o de la acusación y audiencia de la defensa; precisa tal petición, pero no vinculante, así como la oposición de la defensa, aunque ésta ha de ser oída. En cuanto a la conducta procesal de esta última, estima la doctrina a efectos de lo dispuesto en el artículo 796.2 que la falta de citación del acusando es causa de nulidad aunque su defensa no formule protesta contra la celebración del juicio. Estimación por parte del órgano jurisdiccional de que existen elementos para el enjuiciamiento. Petición de pena —en las conclusiones provisionales— que no exceda de un año de privación de libertad, o si fuera de distinta entidad, cuando no exceda de seis años. Si la sentencia estima el recurso, de acuerdo con lo establecido en el art. 796.2 declarará nulas las actuaciones a partir de la falta cometida, lo que llevará consigo la nulidad de todo el juicio y por tanto la de la sentencia dictada en la primera instancia y, en su caso, de existir, la de la dictada en la apelación, debiendo celebrarse por el Juez a quo el juicio rescisorio. Desestimándose el recurso, se remitirán los autos originales con testimonio de la sentencia confirmatoria, al Juzgado a quo, para que continúe la ejecución en el estado que mantuviera. VI. EFECTOS En cuanto a los efectos de la interposición del recurso, estimamos que, de los categóricos términos con que aparece redactado el art. 797.2 de la L.E.Crim., al proclamar sin matización alguna que, «La sentencia dictada en ausencia haya sido o no apelada, es susceptible de ser recurrida en anulación por el condenado, en el plazo y con iguales requisitos y efectos que los establecidos para el recurso de apelación», se desprende, al referirse a los efectos utilizando el plural y al decir que son iguales a los del recurso de apelación, que se está refiriendo a los dos típicos efectos de la apelación, tanto al efecto devolutivo producido al haber de ele188 LOS RECURSOS PENALES varse la causa al órgano jurisdiccional superior inmediato, como al suspensivo, consistente en definitiva, en suspender o interrumpir la ejecución y ello aunque la cosa juzgada —aun cuando bajo condición resolutoria como dice la Circular 1/1989 de la Fiscalía General del Estado— se haya producido, pues tal efecto suspensivo es ordenado por el precepto legal, y, por otra parte, dada la escasa entidad de las penas susceptibles de ser impuestas en el juicio en ausencia no puede producirse riesgo para la Administración de Justicia ni alarma para las personas, pudiendo, precisamente por esa levedad, originarse la inutilidad de la estimación del recurso, caso de no acordarse la suspensión. La estimación del recurso en el juicio rescindente, produce la nulidad del procedimiento seguido en primera instancia y de la sentencia dictada, así como, de haber sido apelada, la de las actuaciones practicadas en la segunda instancia y la de la sentencia en ella pronunciada, quedando el condenado recurrente nuevamente reducido a la mera condición de acusado y, readquirida por el Juez a quo la competencia para conocer del nuevo juicio (juicio rescisorio). La absolución del acusado en el nuevo juicio, planteará el problema de las penas ya cumplidas o cumplidas en parte. De ellas, tan sólo de la de multa podrá ser resarcido aquél por el órgano jurisdiccional, mediante la gestión de la devolución de lo pagado. Expresa la Circular de la Fiscalía General del Estado 1/1989 que, surge la cuestión de como proceder en orden a las indemnizaciones civiles ya satisfechas, a los bienes ejecutados en subasta y a las piezas de convicción y los efectos del delito que cayeron en comiso y fueron enajenados en los términos del art. 48 del Código Penal. Planteándose seguidamente, si todas estas cuestiones pueden realizarse en la nueva ejecución de la sentencia penal o ha de referirse a la vida civil, debiendo el reo ausente que obtiene la revocación de la sentencia acceder a dicha vía para obtener, frente a los perjudicados o terceros adquirentes de los efectos, la restitución de la cosa, si procede conforme a las normas civiles. La cuestión es compleja, juegan preceptos sobre la 189 PEDRO MARTIN Y OTROS irreivindicabilidad de las cosas adquiridas en subasta pública, la tutela de tercero de buena fe de la Ley Hipotecaria, los de la prescripción adquisitiva de buena fe y con justo título del art. 464 del Código Civil y, una serie de normas civiles tuteladoras del tráfico de muebles e inmuebles, cuya complejidad parece conducir a que deben ser los Tribunales de tal orden, y no los penales, los que resuelvan las cuestiones que respecto a las situaciones jurídicas surgidas al amparo de la nueva sentencia puedan crearse. 190