Las mayúsculas y las minúsculas - Comité Nacional de Vinculación

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Una revolución a fondo
Las mayúsculas y
las minúsculas
Felipe Garrido
Curso-taller multidisciplinario
Formadores de Lectoescritores
“Estamos determinados
a que se haga visible
el trabajo de miles
de maestras y maestros,
que desde las aulas ratifican
cada día su compromiso
con la educación pública,
porque es como mejor
sabemos servirle a México”
Maestro Juan Díaz de la Torre.
Curso-taller multidisciplinario
Formadores de Lectoescritores
Una revolución a fondo
Las mayúsculas y
las minúsculas
Felipe Garrido
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
Director del libro:
Felipe Garrido
Compilador:
Silvia Luna Rodríguez
Editorial del Magisterio “Benito Juárez”
del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
Venezuela 44, Col. Centro
Delegación Cuauhtémoc
México, Distrito Federal
Primera Edición, mayo 2015
Colección, “Una Revolución a fondo”
Folleto 7. Las mayúsculas y las minúsculas
Derechos Reservados © SNTE 2015
ISBN: 978-607-8405-19-0
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la Ley
cualquier forma de reproducción, distribución,
comunicación pública o transformación de esta obra
sin la autorización por escrito del titular del copyright.
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PRESENTACIÓN
En el SNTE hemos profundizado nuestro compromiso con la educación pública y
con el pueblo de México, para responder mejor a lo más importante: lo humano, en
la desafiante y trascendental misión de la formación integral de los niños y jóvenes
porque son ellos los portadores de la esperanza y de nuestros afanes por construir
un México mejor, para nosotros ese es el corazón de la reforma educativa.
La cercanía entre dirigentes y agremiados, fortalece la agenda sindical y la orienta
dándole como contenido las respuestas que el desarrollo profesional exige a los
maestros, porque la calidad de la educación y la certeza laboral, son dos ejes
estratégicos que nuestros compañeros identifican no solo como líneas paralelas
sino totalmente fundidas, a esa visión corresponde el taller multidisciplinario de
lecto escritores.
Porque para nosotros, la defensa de la escuela pública de calidad para todos y la
defensa de nuestros derechos, son una misma lucha, que enfrentamos preparándonos
cada día, para acompañar a nuestros alumnos en la construcción de un futuro cierto
en un mundo de incertidumbres.
La colección “Una Revolución a fondo”, se nutre de ese espacio académico que
rescata el esfuerzo de los docentes por sistematizar y documentar sus experiencias
exitosas en el aula, porque el primer reconocimiento a la profesión es el que se
conquista entre pares, por ello, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación,
las editará y difundirá, para que sean aprovechadas por otros maestros y para que
la sociedad aprecie el trabajo de nuestros compañeros.
Con esta colección, reafirmamos que estamos determinados a que se haga visible
el trabajo de miles de maestras y maestros, que desde las aulas ratifican cada día
su compromiso con la educación pública, porque es como mejor sabemos servirle
a México.
Maestro Juan Díaz de la Torre
Presidente del Consejo General Sindical
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
Introducción
Es importante leer, y tan importante como leer es escribir. Hoy en día todos
necesitamos ser lectores capaces de producir textos. Antes que nadie los maestros,
porque su vocación y su profesión consisten en ayudar a los demás para que
aprendan, y lo primero que nos hace falta para aprender es hacernos lectores y
servirnos de la escritura.
La escritura es un medio para ordenar el pensamiento y construir el conocimiento.
Poner algo por escrito nos ayuda a entenderlo y aprenderlo mejor. Escribiendo
aprendemos a pensar y aprendemos a aprender. Escribir sobre un tema o sobre
una asignatura dados es una forma de apropiarse de su léxico y de sus contenidos.
La escritura, además, nos permite tender puentes de nosotros a los demás, de la
escuela al mundo.
°/° Con frecuencia se confunden, pero conviene distinguir entre planear
(hacer planes) y planificar (hacer planos).
¿Cómo podemos aprender a escribir bien y sin errores ortográficos?
Un manual de redacción es útil, pero no para memorizarlo, sino para consultarlo.
En primer lugar, porque estos manuales, que incluyen las normas y sus muchas
excepciones, son libros extensos.
Una dificultad más es que para leerlos hace falta saber gramática, asignatura
que desapareció de nuestras escuelas hace ya casi medio siglo. Una saludable
consecuencia de consultar con frecuencia los manuales es que, a fuerza de
frecuentarlos, iremos adquiriendo esos conocimientos gramaticales que nuestras
escuelas no nos dan a tiempo.
Por otra parte, memorizar reglas y excepciones no garantiza una buena ortografía
ni una redacción correcta. Escribir bien, asimilar las normas de la sintaxis (el modo
en que las palabras se suceden en un enunciado) y de la ortografía (la manera en
que se escriben, y el uso de los signos de puntuación), es resultado de una práctica
atenta, más que de un conocimiento memorístico.
°/° En español y en otras lenguas derivadas del latín, se usa la doble
negación: No vi ningún cuaderno; No me dieron nada de comer; No encontré
a nadie.
Escribir bien y tener buena ortografía son competencias que se adquieren con la
práctica, trabajando sobre textos concretos, que correspondan a un campo que nos
interese. En este curso-taller tal campo es la experiencia didáctica de los docentes
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en el aula. Aquí, leer mejor significa que lo hacemos esforzándonos por comprender
más; escribir mejor -hojas de planeación, informes, cartas, artículos, ponencias-,
quiere decir que nos esforzamos para hacerlo con coherencia, claridad y corrección,
evitando contradicciones y ambigüedades.
A partir de esa certeza surgen estos folletos, que irán formando un curso de
ortografía y redacción, no a partir de una revisión tradicional de las categorías
gramaticales, sino de las dificultades concretas que los profesores tienen al escribir.
En estos folletos iremos viendo la gramática que vaya haciendo falta, e iremos
tomando conciencia de cómo escribimos.
Durante el segundo semestre de 2014 participaron en este curso-taller más de
doscientos maestros que trabajan en las más diversas zonas de la república. Los
textos que ellos produjeron, sobre sus experiencias de trabajo, son el material a
partir del cual están elaborados estos folletos.
°/° áulico es lo perteneciente o lo relativo al palacio o a la corte: no tiene
nada que ver con aula.
Las mayúsculas y las minúsculas
En nuestro abecedario las letras son minúsculas o MAYÚSCULAS:
a, A (a) b, B (be) c, C (ce) d, D (de) e, E (e) f, F (efe)
g, G (ge) h, H (hache) i, I (i) j, J (jota) k, K (ka) l, L (ele)
°/° La I y la J mayúsculas no llevan punto en ninguna fuente tipográfica,
pero pueden llevarlo cuando escribimos a mano.
m, M (eme) n, N (ene) ñ, Ñ (eñe) o, O (o) p, P (pe) q, Q (cu)
r, R (erre) s, S (ese) t, T (te) u, U (u) v, V (ve chica o uve)
w, W (doble u) x, X (equis) y, Y (i griega o ye) z, Z (zeta)
Tenemos, además, cinco dígrafos, es decir, grupos de dos letras que tienen un solo
sonido, un fonema:
El dígrafo ch, Ch representa el fonema /ch/: chancla, broche.
El dígrafo gu, Gu representa el fonema /g/ ante e o ante i: Arguedas, guitarra.
El dígrafo ll, Ll representa el fonema /ll/: llano, calle.
El dígrafo qu, Qu representa el fonema /k/ ante e o ante i: quemar, arquitecto.
El dígrafo rr representa el fonema /rr/: arriba, correr.
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
°/° Cuando un dígrafo va en mayúscula sólo el primero de sus dos elementos
tiene esa forma. El dígrafo rr no va nunca en mayúscula porque cuando el
fonema /rr/ va al principio de una palabra se escribe con una sola r: Roma,
Ramírez, Remedios.
°/° Cuando la ge seguida de u no es un dígrafo, sino dos fonemas /g+u/ la u
lleva diéresis: argüende, agüitado.
La hache no representa ningún fonema; se conserva por razones etimológicas.
Algunos hablantes la pronuncian como una jota muy suave.
La equis representa una secuencia de dos fonemas /k+s/: axila [aksíla], extraño
[ekstráño], mixto [míksto]. Al hablar muchas veces se pronuncie como /s/, sobre
todo cuando va entre vocal y consonante: [estráño], [místo], pero no cuando va
entre vocales: no decimos [asíla] sino [aksíla].
En palabras de raíces nahuas, a menudo la equis representa el fonema /j/: Oaxaca
[oajáca], Xilotepec [jilotepéc], y por contagio en México muchos decimos [jenofóbia]
y [jilófono] en lugar de [senofóbia] y [xilófono] para xenofobia y xilófono. Otras
veces la equis representa el fonema /s/: Xochimilco [sochimílco], Taxco [tásco],
o el fonema /sh/: xoconostle [shoconóstle], axiote [ashióte]. En algunas palabras
esos fonemas pueden variar, según usos regionales: también se dice [joconóstle] y
[ajióte]. Aquí no hay reglas: es un asunto de usos y costumbres.
A algunos, con inclinaciones románticas, les gusta escribir Ximena, Xavier, relox.
Esto no es incorrecto, pero hay que decidir qué forma es la que uno prefiere, para
usarla siempre.
°/° La preposición de, en su cuarta acepción, denota “la materia de que está
hecho algo”: una falda de algodón. Y según la quinta, “se usa para señalar
lo contenido en algo”: un vaso de agua; un plato de lentejas.
El acento ortográfico y la diéresis en las mayúsculas
Las mayúsculas llevan tilde o diéresis de acuerdo con las normas generales de
ortografía: MAYÚSCULAS, Águeda, ANTIGÜEDADES.
No se escribe el acento en las siglas, que van todas con mayúsculas: PEMEX, ONU,
CIA. Pero en los acrónimos, donde sólo la letra inicial es mayúscula o que llevan
puras minúsculas, los acentos vuelven a aparecer: Pémex, láser, módem.
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°/° En español decimos Me di cuenta de que no venía nadie. Y No quiero que
nadie nos siga. ¿Cómo saber cuál es el régimen preposicional correcto? Lo
seguro es acudir al diccionario.
Las mayúsculas
Como puede verse en este folleto, las mayúsculas marcan el principio de enunciados,
títulos y subtítulos, párrafos y otras unidades de texto.
Marcan también los nombres propios: Jalisco, Laura Pérez, Centro de Enseñanza
para Extranjeros que, cuando están compuestos por varias palabras no la llevan en
artículos ni preposiciones.
Se escriben enteramente con mayúsculas las siglas (UNAM, SEP, IMSS),
los números romanos (XXI, MMXV) y leyendas que se quiera destacar: NO
ESTACIONARSE.
Por tradición, como señal de respeto, palabras que no van con mayúscula pueden
llevarla. De acuerdo con el contexto, palabras como Presidente, Patria, Papa pueden
ir con mayúscula. Lo aconsejable es reducir este uso tanto como sea posible.
Mayúsculas y puntuación
Llevan mayúscula inicial la primera palabra de un escrito y las que sigan a un punto
o a un signo de cierre de interrogación o de admiración, aunque vayan precedidas
de un signo de apertura de comillas, paréntesis, interrogación o exclamación: Vino a
vernos. ¡Era ya media noche! (El último camión ya había salido). “¿Pueden recibirme?”,
preguntó con angustia.
Una palabra puede ir con minúscula inicial al principio de un texto si se trata
de una cita que comienza con puntos suspensivos: “...eso de que no regresó es un
puro decir. No había acabado de pasar su caballo cuando sentí que me tocaban por la
ventana” -escribe Rulfo, en Pedro Páramo-.
Si un enunciado empieza con una cifra, la siguiente palabra va con minúscula: 101
chistes para banquetes.
Cuando después de un signo de cierre de interrogación o de admiración hay una
coma o un punto y coma, la palabra que sigue va con minúscula: ¡Qué gusto verte!,
me dijo abriendo los brazos. ¿Me esperaron hasta las tres?; ¿nadie faltó?, preguntó con
sorpresa.
Después de puntos suspensivos hay dos posibilidades. Si ahí acaba el enunciado,
la palabra siguiente irá con mayúscula: Ida, Susana, Irene... Todas llegaron a tiempo.
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
Si el enunciado prosigue después de los puntos suspensivos la siguiente palabra irá
con minúscula: Los alumnos no sabían qué decir... estaban conmovidos.
Se escribe con mayúscula después de dos puntos cuando este signo anuncia una
unidad que tiene independencia de sentido. Por ejemplo, tras el encabezado de una
carta o de un oficio, ya sea que se escriba en papel o en un archivo electrónico:
Señor director:
Me permito dirigirme a usted para informarle que...
Asimismo cuando lo que sigue es una cita textual: Todos sabemos cómo empieza
El Quijote: “En un lugar de La Mancha...” A menos que esa cita comience con puntos
suspensivos, como ya se dijo: “Repito el final del soneto: ...detrás de un hondo muro.”
O cuando los dos puntos siguen a palabras como advertencia, ojo, nota, etc., para
introducir enunciados que tienen total independencia sintáctica y de sentido: Nota:
Las ilustraciones son del autor.
También cuando los dos puntos anteceden a una explicación en una lista de varias
líneas o párrafos. Por ejemplo:
Ingredientes:
Dos cucharadas de aceite vegetal.
200 gramos de harina.
Dos tazas de pan seco molido...
Cuando en un documento jurídico o administrativo el objetivo principal se da a
conocer en varios puntos que siguen a verbos como declarar, solicitar, exponer..., que
van en mayúsculas:
DECLARA:
I. Que los terrenos en cuestión han sido adquiridos por el Comité Vecinal.
II. Que el propósito de adquirirlos es construir una cancha de basquetbol...
°/° Para salir de dudas y saber cómo se escribe algo, lo seguro es consultar
el diccionario. Hay muchos muy buenos. El que sirve de referencia a todos es
el DILE, el Diccionario de la lengua española, que publican la Asociación de
Academias de la Lengua Española y la Real Academia Española.
Los nombres propios y las expresiones denominativas
La función más importante de las mayúsculas es distinguir a los nombres propios
de los comunes. Los nombres propios son sustantivos o grupos nominales que
designan seres únicos. Pueden ser nombres de personas (antropónimos), o de
lugares (topónimos), o expresiones denominativas que singularizan entes únicos,
como instituciones, organismos, obras de arte, etcétera.
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Hay otras dos razones para escribir con mayúscula inicial nombres comunes:
La antonomasia, por la que un nombre o una expresión común remplaza por
completo a un nombre propio: el Salvador, por Cristo; el Benemérito de las Américas,
por Benito Juárez.
La personificación, que atribuye rasgos humanos a animales, objetos o conceptos
abstractos. Por ejemplo, en el cuento de Onelio Jorge Cardoso, “Francisca y la
Muerte”: Así pues, echó y echó a andar la Muerte por los caminos hasta llegar a casa
de Francisca.
—Por favor, con Panchita.
°/° Dios va con mayúscula si no lleva artículo, como nombre del ser supremo
en una religión monoteísta: Según el Génesis, Dios creó el universo. Va con
minúscula cuando se refiere a las divinidades de una religión politeísta:
Osiris era el dios de la resurrección para los antiguos egipcios.
La mayúscula inicial
Llevan mayúscula inicial los nombres propios de personas: Artemio Cruz, Josefina
Campos Alatorre. También los hipocorísticos, es decir, las variantes familiares de los
nombres de pila: Toña, Pepe, Cuca. Cuando están en plural se mantiene la mayúscula:
En este pueblo hay muchos Betos; Ya llegaron los Martínez.
Los apellidos que empiezan con preposición, o con preposición y artículo, los
llevan con minúscula cuando siguen al nombre de pila: María del Castillo, Ramón de
la Torre, Juana de Ibarbourou. Cuando no aparece el nombre de pila la preposición va
con mayúscula: la señora Del Castillo; el licenciado De la Torre.
Los apellidos que comienzan con artículo lo llevan siempre con mayúscula:
Cipriano La Pradera; el profesor La Pradera. Si tienen la conjunción y, ésta va siempre
con minúscula: José María Morelos y Pavón; Álvaro Gálvez y Fuentes.
También se escriben con mayúscula los antropónimos y los topónimos traducidos
de otras lenguas: Un poderoso señor mixteca fue Ocho Venado Garra de Jaguar;
Mazatlán, Tierra de Venados.
Los de personajes de cuentos y fábulas: Caperucita Roja; la Zorra y el Cuervo.
Los nombres propios de animales, plantas y objetos: Siete Leguas era un caballo de
Pancho Villa; Al pie del Árbol de la Noche Triste Cortés lloró su derrota; El capitán Nemo
construyó el Nautilus.
Los de personificaciones de conceptos abstractos y de los vientos en textos
alegóricos o literarios: La Justicia es esa mujer que lleva una balanza y tiene los ojos
vendados; Yo soy Céfiro, el viento del oeste, hijo de Astreo y de Eos.
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
Cuando el nombre de un artista se usa para designar sus obras: Este Orozco será
enviado al Munal.
Los nombres de familias o dinastías: los Romanov; la dinastía Ming. Cuando se
usan como adjetivos se escriben con minúscula: los reyes borbones.
Los apodos, alias y seudónimos, pero no los artículos que a veces los acompañan:
el Chicharito Hernández; Isabel la Católica; el Dr. Atl.
Los nombres de deidades y de seres mitológicos o fabulosos: Alá, Satanás,
Quetzalcóatl, Cocijo, el Espíritu Santo, pero no los nombres de las clases de estos
seres: sirenas, chaneques, un hada.
Las advocaciones religiosas y los apelativos antonomásticos: la Virgen de la Salud;
la Purísima; el Todopoderoso.
En la nomenclatura científica internacional, la primera palabra de los nombres
latinos de especies y subespecies de animales y plantas, que además van en
cursivas: Homo sapiens [el ser humano], Canis lupus [lobo], Taxodium mucronatum
[ahuehuete].
Los nombres propios de los astros y otros entes astronómicos: Saturno, la nebulosa
de Andrómeda, Orión.
°/° Las palabras Tierra, Luna, Sol se escriben con mayúscula sólo en contextos
netamente astronómicos. En un eclipse de Sol, la Luna se interpone entre el
Sol y la Tierra.
Los nombres de los signos del Zodíaco se escriben con mayúscula inicial: un niño
nacido en Géminis. Y con minúscula cuando se aplican a las personas nacidas en
determinado signo: los virgo son gente sensible y pacífica.
Los nombres propios de fenómenos oceánicos y atmosféricos van con mayúscula,
pero no los sustantivos genéricos que los acompañan: la corriente del Golfo va del
golfo de México al Atlántico Norte; el huracán Gilberto.
Los nombres propios de los accidentes geográficos, pero no los sustantivos
genéricos que los acompañan: las islas Marías; el río Nilo; el mar Mediterráneo.
Cuando algunos nombres geográficos comunes se usan de manera antonomástica,
llevan mayúscula inicial: el Golfo (por el golfo de México, para los mexicanos); la
Península (para la gente de Yucatán o de Baja California).
Los nombres propios de regiones naturales: el Soconusco; la Patagonia; el Bajío.
Pero no los artículos que los anteceden.
Los artículos que preceden de manera opcional al nombre de algunos continentes
y de muchos países se escriben con minúscula: (el) Ecuador; (los) Estados Unidos; (el
áfrica).
Los nombres propios de continentes, países y ciudades, reales o imaginarios:
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África; Japón; La Habana; Macondo. También si son denominaciones antonomásticas:
el Viejo Continente (por Europa); la Ciudad de la Eterna Primavera (por Cuernavaca).
°/° Hay topónimos que incluyen un artículo: La Habana, El Cairo, Las
Vegas, La Rumorosa, etc. Nadie dice Lo conocí en Vegas, ni Vive cerca de
Rumorosa, etc. En esos casos no se produce la contracción entre el artículo
y las preposiciones a o de: Iremos a El Salvador; Las casas de El Cairo.
Los sustantivos y adjetivos que forman el nombre de regiones que abarcan varios
países: el Cono Sur; el Cercano Oriente.
Los nombres propios de barrios, colonias, fraccionamientos, calles, plazas, vías
de comunicación, pero no los genéricos que los acompañan: el barrio de San Juan de
Dios; la colonia Las Rosas; la carretera Panamericana.
Todas las palabras significativas que forman el nombre propio de instituciones,
entidades, secciones administrativas, unidades militares, órdenes religiosas, clubes,
partidos políticos, equipos deportivos, sociedades, grupos teatrales o musicales,
etcétera: Secretaría de Salud; Museo Nacional de Arte; Universidad Nacional Autónoma
de México; Compañía de Jesús; Médicos Sin Fronteras; Camerata de Coahuila;
Departamento de Producción. Cuando se mencionan en forma abreviada conservan
la mayúscula: el Fondo (por el Fondo de Cultura Económica); la Ponce (por la Sala
Manuel M. Ponce).
°/° También las denominaciones antonomásticas de algunas entidades: el
Chepe (por el Ferrocarril Barrancas del Cobre); las Chivas Rayadas (por el
equipo de futbol Guadalajara).
Cuando las designaciones de instituciones van seguidas de un adjetivo, éste no
lleva mayúscula: el Estado mexicano; la Iglesia anglicana; el Ejército francés.
Los sustantivos genéricos que se refieren a una demarcación (estado, municipio,
delegación, etc., no se escriben con mayúscula inicial: el estado de Campeche, la
parroquia de Zapopan, el departamento de Antioquia, la delegación de Coyoacán.
Los adjetivos y sustantivos con que se nombra a sedes de entidades e instituciones,
edificios históricos o monumentos: el Palacio de Minería; el Cuadrángulo de las Monjas;
la Columna de la Independencia; la Casa Blanca.
En el nombre de establecimientos comerciales, culturales o recreativos, la primera
palabra y las que sean significativas: (tienda departamental) Las Fábricas de Francia;
(miscelánea) Las Quince Letras; (cantina) Mi oficina; Centro Cultural Tijuana.
La primera palabra del título de cualquier obra de creación: El luto humano; Lo que
el viento se llevó; El nacimiento de Venus; La piedad; Cielito lindo; La dichosa palabra.
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
Los títulos se escriben con cursivas (subrayados si estamos escribiendo a mano).
También si están abreviados: Leímos un capítulo del Quijote; Van a tocar la Quinta
sinfonía.
Los títulos de publicaciones periódicas van en cursivas, pero llevan con mayúscula
inicial todas las palabras, menos artículos y preposiciones: Muy Interesante; El Siglo
de Torreón; Anuario de Estadística; Nueva Revista de Filología Hispánica.
Los títulos de cuentos, poemas, ensayos, capítulos, muestras, discursos,
ponencias, conferencias, reportajes, columnas y otros textos semejantes van entre
comillas; la primera palabra y las demás que lo requieran, por ser nombres propios,
con mayúscula inicial: Inauguraron la exposición “Piedra, papel o tijera”; Durante
años Granados Chapa publicó su columna “Plaza pública”: “El guardagujas” es un
sobresaliente cuento de Arreola.
Los sustantivos y adjetivos que integran el título de textos sagrados y de los libros
que los componen, pero no el artículo que puede acompañarlos: la Biblia, el Corán, el
Popol Vuh, el Génesis, las Sagradas Escrituras.
Todas las palabras significativas del título de documentos oficiales o históricos,
y de textos legales o jurídicos: el Convenio Multilateral de Bogotá; la Ley del Impuesto
sobre la Renta. Cuando el título del documento es muy largo, la mayúscula se aplica
sólo al primer elemento, y se escribe el nombre completo en cursivas o entre comillas.
Todas las palabras significativas del título de programas, planes y proyectos.
Cuando el título es muy largo, la mayúscula se aplica sólo al primer elemento, y se
escribe el nombre completo en cursivas o entre comillas.
La primera palabra de lemas y eslóganes, que se escriben entre comillas o con
cursivas: El lema del programa fue “Hacia un país de lectores”.
Los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de asignaturas y cursos:
una clase de Matemáticas para Principiantes. Si la designación es larga, va con
mayúscula inicial sólo la primera palabra, y se escribe el título entre comillas o con
cursivas: “La vida cotidiana en Cartagena durante el siglo XVIII”.
Las palabras significativas que forman parte del nombre de congresos,
exposiciones, ferias, torneos deportivos, etc.: XVIII Feria Universitaria del Libro; Juegos
Olímpicos.
Los adjetivos y sustantivos que forman parte del nombre de premios y
condecoraciones: Premio Nobel de la Paz; Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para
Escritores.
Los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de festividades civiles o
religiosas: Semana Santa; Día del Niño; Fiesta de la Rama.
Los nombres de las divisiones geológicas y paleontológicas, pero no de los
adjetivos que las acompañen: el Mioceno; el Jurásico superior. Si el periodo se designa
con un sustantivo genérico seguido de un adjetivo, todo va en minúsculas: el periodo
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carbonífero.
Los nombres de los periodos en que se dividen la prehistoria y la historia: la
Edad de Piedra; el Paleolítico; la Baja Edad Media; el Clásico Tardío; el Renacimiento; el
Romanticismo; la República Restaurada; el Porfiriato; la Decena Trágica; la Revolución
Mexicana. Si se trata no de periodos, sino de sucesos puntuales, irán con mayúscula
inicial sólo los nombres propios: el sitio de Cuautla; la batalla del Cinco de Mayo.
Las palabras significativas que forman parte de los nombres de las revoluciones
y los imperios, excepto cuando se trata de adjetivos gentilicios (los que indican la
procedencia geográfica). Así, la Revolución Industrial, pero la Revolución francesa; el
Imperio romano. Por tradición, acostumbramos hacer la excepción con la Revolución
Mexicana.
Las marcas y nombres comerciales: La Costeña; Google; Ford; Me ofrecieron una
Bohemia.
°/° Una expresión que debe evitarse: Nadie traía monedas. Fue por eso que
no pudimos pagar. Lo correcto es: Nadie traía monedas. Por eso no pudimos
pagar.
Los adjetivos y los nombres propios que llevan artículo
Como se ha visto, la mayoría de los toponímicos y los antropónimos no necesitan
llevar un artículo. Pero en algunos casos el artículo forma parte del nombre propio
y debe ir con mayúscula: El Dorado; La Haya; La Atlántida; El Colegio de México, etc.
Si en estos casos se les antepone un adjetivo, éste debe ir antes de la denominación
completa, incluido el artículo: la tan enigmática La Atlántida; el benemérito El Colegio
de México; mi querida La Haya.
Hay otros que lo requieren, aunque no sea parte de su denominación, y entonces
el artículo irá con minúscula inicial: la Sierra Gorda; la Patagonia; los Andes; el Grijalva;
el Instituto Politécnico Nacional. En esos casos el adjetivo puede ir colocado entre el
artículo y el nombre propio: la inolvidable Sierra Gorda; la inmensa Patagonia.
°/° Siempre con minúscula: los artículos que van antes de apodos y
seudónimos: el Pensador Mexicano; Juana la Loca. O de animales y cosas: el
Pájaro Loco; el Potrero del Llano.
Los artículos que preceden a accidentes geográficos, vaya o no incluido
su sustantivo genérico: el (río) Bravo; los (montes) Urales. Y a nombres de
comarcas: la Huasteca; la Amazonia; el Soconusco.
Los que, de manera opcional, llevan algunos continentes y países: (el)
África; (la) India; (los Estados Unidos).
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
Nombres genéricos categorizadores
En muchos nombres propios se usa algún sustantivo común genérico que indica la
categoría a la que pertenecen (secretaría, río, océano, etc.) y, en seguida, el término
que los hace singulares: la Secretaría de Salud; el río Usumacinta; el océano Índico.
A veces el sustantivo genérico forma parte del nombre propio y se escribe con
mayúscula; se escribe con minúscula cuando no es parte del nombre propio.
En los nombres de organismos y entidades con frecuencia el sustantivo genérico
forma parte del nombre propio: el Instituto Nacional de Bellas Artes; el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación; la Universidad Veracruzana.
En los nombres de establecimientos comerciales y de espacios culturales o
recreativos muchas veces puede optarse por una u otra forma de escribirlos: café
París o Café París; teatro Reforma o Teatro Reforma. En esos casos es la costumbre lo
que decide cómo hay que escribirlos.
En los nombres geográficos los sustantivos genéricos son, en general, simples
clasificadores y van con minúscula: el mar Negro; la bahía de Acapulco; el cañón del
Sumidero.
No es así cuando el sustantivo genérico denota una realidad diferente a la de su
significado: Mar del Plata (que es una ciudad); Cabo Verde (que es una isla).
Tampoco cuando el nombre, incluido el genérico, no exige que vaya precedido por
el artículo: Soy de Ciudad Juárez; Se cambiaron a Ciudad Nezahualcóyotl.
°/° Pero decimos Vivo en la ciudad de México, y escribimos el genérico con
minúscula.
Casos en que debe escribirse con minúscula inicial
No son nombres propios y, por lo tanto, no llevan mayúscula inicial, aunque muchas
veces se cometa ese error, las palabras que a continuación se listan:
Los tratamientos, ya sea que precedan a un nombre propio (don Jaime; sor Juana;
fray Julián; san Luis), o que se usen sin él (señor/a; licenciado/a; reverendo/a; usted;
señoría, etc.). Se usa la mayúscula inicial, sin embargo, cuando se aplican a las más
altas dignidades sin que vayan seguidos de los nombres propios de esas personas:
Se recibirá a Su Majestad en Los Pinos; pero Llegó su majestad Isabel II en un Rolls-Royce
negro.
°/° Las abreviaturas de los tratamientos llevan siempre mayúscula inicial:
Arq.; Dr.; Lic.; Sra. Etcétera.
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Los sustantivos que designan títulos nobiliarios, dignidades o cargos: El presidente
saludó al secretario de Educación y al obispo de Morelia.
Los sustantivos que designan profesiones: Tiene un hermano abogado y otro
contador; Margarita es jefa de asesores.
Los adjetivos y sustantivos con que se nombran pueblos, etnias, nacionalidades o
la procedencia geográfica: los mayas, una máscara vienesa; los argentinos.
Los nombres de lenguas: el holandés, el mazateco, el japonés.
Los nombres en español de los taxones zoológicos y botánicos: Los félidos y los
cánidos suelen no llevarse bien; Traje de Oaxaca unas cactáceas.
Los nombres de los puntos cardinales: Viajamos hacia el este; El viento sopla del
sur; Vivo al norte de la ciudad.
Los nombres de los hemisferios, las líneas imaginarias y los polos geográficos: el
ecuador, el trópico de cáncer, el círculo polar. Polo Norte y Polo Sur van con mayúsculas
cuando no se refieren a los extremos del eje de rotación de la Tierra, sino a la región
que circunda esos puntos: Scott llegó al Polo Sur el 17 de enero de 1912, pero se encontró
con que Amundsen lo había hecho cinco semanas antes.
Los nombres de los vientos: Los vientos alisios soplan en la zona tórrida; El simún
es un viento abrasador que sopla en los desiertos de África y Arabia; El tehuano
sopla en el istmo de Tehuantepec.
Los nombres de los días de la semana, los meses y las estaciones del año: El
martes próximo, 21 de septiembre, comenzará el otoño.
Los nombres de las notas musicales: La Quinta sinfonía de Beethoven está escrita
en do menor.
Los nombres de los elementos y compuestos químicos, y los de las unidades de
medida: hidrógeno, mercurio, metro, vatio, etc.
Los nombres de los principios activos de los medicamentos: ácido acetilsalicílico,
paracetamol, pregabalina. Los nombres comerciales son nombres propios: Aspirina,
Duorol, Lyrica.
Los nombres de las monedas: pesos, quetzales, yenes.
Los nombres de los impuestos: impuesto sobre el valor agregado; impuesto sobre la
renta.
°/° Las siglas de los impuestos van en mayúsculas: IVA, ISR.
Las formas de Estado y de gobierno: el imperio de Napoleón; las repúblicas de
América; una monarquía parlamentaria; una democracia. Estas voces se escriben con
mayúscula cuando designan periodos históricos concretos (el Primer Imperio fue
el de Iturbide) o forman parte del nombre oficial completo de un país: el Reino de
Bélgica.
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
Los poderes del Estado: el poder ejecutivo, el poder judicial (también los poderes
fácticos: el cuarto poder por la prensa).
Los movimientos o tendencias políticas o ideológicas: el maderismo, el
neoliberalismo, la doctrina Estrada.
Las disciplinas científicas y las ramas del conocimiento: La medicina del siglo XXI;
Mario sabe mucho de historia y de música.
Las leyes, principios y teorías científicas (no los nombres propios que puedan
incluir): la teoría del caos; el binomio de Newton; el principio de Arquímedes.
Los nombres de las escuelas del conocimiento y de los estilos, movimientos y
géneros artísticos: darwinismo, platonismo, positivismo, realismo mágico, barroco,
novela negra.
Las religiones y el conjunto de sus fieles: budismo, judaísmo, cristianismo, islamismo,
cristiandad, islam.
Los conceptos del ámbito religioso: eucaristía, misa, pecado, caridad, cielo, infierno,
parábola.
Los episodios en la historia de las religiones: la oración en el huerto, la resurrección
de Cristo.
Nombres propios que se usan como comunes
Los sustantivos propios de personajes o lugares cuando designan de modo genérico
los seres o los lugares que poseen los rasgos más notables del referente: Don Julio
es un quijote, pero su hijo de un donjuán; Hollywood es la meca del cine.
Muchos nombres de enfermedades, aparatos, productos que pasan a ser
designados con el nombre de su descubridor, su inventor, su fabricante: alzhéimer
(de A. Alzheimer), chagas (de C. Chagas), diésel (de R. Diesel), quevedos (de F.
de Quevedo). La mayúscula se mantiene cuando el nombre propio aparece en
el complemento especificativo de un sustantivo genérico: el mal de Chagas; la
enfermedad de Parkinson.
Los nombres de comidas y bebidas que tienen su origen en un nombre propio: un
tequila, unas rebanadas de cotija, un rioja.
Los nombres de razas de animales que tienen su origen en un topónimo: un siamés,
un chihuahua.
Los nombres de premios aplicados al objeto que los representa o a la persona
premiada: Al dar las gracias se le cayó el óscar; El Villaurrutia de 2014 fue José de la
Colina.
Las marcas que no designan ya un objeto de la propia marca, sino cualquier otro
producto con características semejantes: Le pedí un kleenex (cualquier toalla de
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Curso-taller multidisciplinario
Formadores de Lectoescritores
papel) para secar la mesa; Dame de tu coca (aunque se trate de cualquier otro refresco).
Usos especiales de las mayúsculas
EN INSCRIPCIONES, CARTELES, LETREROS, TEXTOS INFORMATIVOS, TÍTULOS
DE LIBROS, ENCABEZADOS DE DIARIOS Y REVISTAS, AVISOS, ETCÉTERA, ES
FRECUENTE QUE SE ESCRIBAN PALABRAS, ENUNCIADOS, PÁRRAFOS E INCLUSO
PÁGINAS COMPLETAS TOTALMENTE CON MAYÚSCULAS, BAJO EL SUPUESTO
DE QUE DE ESE MODO SERÁN MUCHO MÁS VISIBLES.
En inscripciones, carteles, letreros, textos informativos, títulos de libros, encabezados
de diarios y revistas, avisos, etcétera, es frecuente que se escriban palabras,
enunciados, párrafos e incluso páginas completas totalmente con mayúsculas, bajo
el supuesto de que se ese modo serán mucho más visibles.
Sin embargo, si se comparan los dos párrafos anteriores se verá que un texto largo en
mayúsculas es MENOS LEGIBLE que cuando se encuentra escrito con mayúsculas
y minúsculas.
Si el texto en mayúsculas es breve, como el “menos legible” del párrafo anterior,
entonces sí se logra destacarlo. Hay que tomar esto en cuenta cuando se decide
escribir algo totalmente con mayúsculas.
Siglas y acrónimos
Las mayúsculas se emplean en las siglas. Es decir, en voces formadas por el conjunto
de letras iniciales de una expresión compleja: S(ecretaría) de H(acienda) y C(rédito)
P(úblico) = SHCP.
Las siglas no pueden pronunciarse y se leen deletreando sus componentes; se
escriben siempre con mayúsculas: SHCP [ése-háche-cé-pé]; FCE [éfe-cé-é]; DDT
[dé-dé-té]; FBI [éfe-bé-í].
°/° También las letras que forman una sigla se llaman siglas. S, N, T y E son
las siglas que forman la sigla SNTE.
Las siglas que al leerlas pueden pronunciarse en realidad no son siglas, sino
acrónimos. Se forman de varias maneras:
Con las letras iniciales de diversas palabras: O(bjeto) V(olador) N(o) I(dentificado
= OVNI. L(ight) A(mplification) by S(timulated) E(mission) of R(adiation) = LASER.
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Una Revolución a fondo. Las mayúsculas y las minúsculas
Con varias letras de una serie de palabras: CO(nsejo) NA(cional) para la CULT(ura)
y las A(rtes) = CONACULTA.
Con el principio de una palabra y el final de otra: FERRO(carriles) (Nacio)NALES
= FERRONALES. PE(tróleos) MEX(icanos) = PEMEX.
A medida que los acrónimos son usados, se van lexicalizando; es decir, se van
convirtiendo en palabras. En la actualidad ovni y láser (que se escribe con acento
ortográfico, de acuerdo con las normas de acentuación) son voces que se han
incorporado totalmente al español.
CONACULTA, FERRONALES y PEMEX se escriben también Conaculta, Ferronales
y Pémex, al igual que Unesco o Unicef. Esta manera de escribir los acrónimos con
mayúscula inicial es la recomendable.
Existen siglas que se refieren a expresiones comunes. Por ejemplo, TIC, que va
en mayúsculas como cualquier sigla, pero no al desatarse como tecnologías de la
información y la comunicación.
En la publicidad, el diseño gráfico, los nombres comerciales y las nuevas tecnologías
de la comunicación la necesidad de llamar la atención del público y las condiciones
de tiempo y espacio que se dan en el Facebook y el Twitter provocan que se relajen
las normas relativas a la ortografía, incluidas las que se refieren a las mayúsculas y
las minúsculas. Esto es comprensible, no tan grave como se nos quiere hacer creer
y admisible en tales espacios.
En una comunicación formal, como las que se hacen al través del correo electrónico,
o impresas en papel, hay que respetar las reglas de la ortografía. No olvidemos que
nuestra forma de escribir es siempre una manera de presentarnos; de decir quiénes
somos.
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Curso-taller multidisciplinario
Formadores de Lectoescritores
Esta obra se terminó de imprimir
en el mes de mayo del año 2015
en los talleres gráficos de la
Editorial del Magisterio “Benito Juárez” del SNTE
Calle Héroes de Nacozari #23, Colonia Morelos
C.P. 15270 Venustiano Carranza, Distrito Federal
Tiraje: 10,000 ejemplares.
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