21547 - PULIDO - Favorabilidad - Corporación Excelencia en la

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ÚNICA INSTANCIA 21547
ARNALDO JOSE ROJAS TOMEDES
Proceso No 21547
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACION PENAL
Magistrada ponente
MARINA PULIDO DE BARON
Aprobado Acta Nº 64
Bogotá, D. C., agosto treinta y uno (31) de dos mil cinco (2005)
VISTOS
Examina la Sala la posibilidad de dar aplicación
inmediata al parágrafo 1°, artículo 38 de la Ley 906 de 2004.
ANTECEDENTES
Por sentencia proferida el 9 de febrero de 2005, esta
Corporación declaró autor penalmente responsable al doctor
ARNALDO JOSE ROJAS TOMEDES de la conducta punible de
contrato sin cumplimiento de requisitos legales, en concurso
homogéneo sucesivo, y, en tal virtud, le impuso pena de sesenta
meses de prisión, inhabilitación para el ejercicio de derechos y
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funciones públicas por el mismo lapso y multa a favor del Tesoro
Nacional en cuantía de veinte salarios mínimos legales
mensuales vigentes a la época de los sucesos juzgados.
De acuerdo con las disposiciones de la Ley 600 de
2000, por haberse producido la sentencia en proceso de única
instancia, esta Corporación obra respecto del sentenciado como
Juez de Ejecución de Penas.
CONSIDERACIONES DE LA CORTE
1. El artículo 38, parágrafo 1° de la Ley 906 de 2004
prescribe que la competencia para la ejecución de las sanciones
penales a que sean sometidas las personas amparadas por fuero
legal o constitucional, corresponderá a los Jueces de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad en primera instancia y al Juez de
conocimiento en segunda instancia.
Aun cuando la normas que viene de referirse regula un
aspecto de la ejecución de la sanción que en principio podría
considerarse meramente ritual, la circunstancia de abrir paso a la
doble instancia en un trámite que conforme la Ley 600 de 2000 lo
es de únivca instancia, le otorga innegable carácter sustancial y,
de allí, con efectos favorables al procesado, en tanto que dicha
posibilidad le permite un mayor acceso a la justicia, tal y como lo
ha reconocido esta Corporación en eventos similares.
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2.- Paralelamente, esta Corporación en varios de sus
últimos pronunciamientos ha reconocido la aplicación favorable de
disposiciones contenidas en la Ley 906 de 2004, a procesos
rituados al amparo de la Ley 600 de 2000, a condición de que se
trate de disposiciones que regulen institutos procesales análogos
y de carácter sustancial. En esta dirección señaló la Sala, con
ponencia de quien ahora cumple igual cometido:
"Si bien por regla general la ley penal rige para las
conductas cometidas durante su vigencia, en virtud del
principio de favorabilidad es posible excepcionar tal
postulado mediante su aplicación retroactiva o
ultraactiva.
La aplicación de la ley penal permisiva o favorable
supone, como lo tiene reconocido la jurisprudencia penal
y constitucional, sucesión de leyes en el tiempo con
identidad en el objeto de regulación1, pero también tiene
lugar frente a la coexistencia de legislaciones que se
ocupan de regular el mismo supuesto de hecho.
Según el inciso 2° del artículo 6° tanto de la Ley 600 de
2000 como de la Ley 906 de 2004 “La ley procesal de
efectos sustanciales permisiva o favorable, aun cuando
sea posterior a la actuación, se aplicará de preferencia a
la restrictiva o desfavorable”, normas que ostentan la
condición de rectoras y que por tal razón prevalecen
“sobre cualquier otra disposición” de los mencionados
estatutos, a la vez que prestan utilidad como
“fundamento de interpretación”, de conformidad con lo
establecido en los artículos 24 de la Ley 600 de 2000 y
26 de la Ley 906 de 2004.
1
Providencias del 11 de agosto de 2004. Rad 14868. M.P. Dr. Edgar Lombana Trujillo; 12 de mayo de
2004. MM.PP. Drs. Alfredo Gómez Quintero y Edgar Lombana Trujillo; 19 de noviembre de 2003. Rad.
19848. M.P. Dr. Edgar Lombana Trujillo y 28 de noviembre de 2002. Rad. 17358. M.P. Dr. Jorge Aníbal
Gómez Gallego, entre otras. También, por ejemplo, en sentencia de la Corte Constitucional C-581 de 6
de junio de 2001. M.P. Dr. Jaime Araujo Rentería.
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De acuerdo con la preceptiva del artículo 40 de la Ley
153 de 1887, las leyes de carácter procesal tienen
vigencia inmediata y rigen hacia el futuro; no obstante,
cuando de ellas se derivan “efectos sustanciales” para el
incriminado, opera también el principio de favorabilidad,
como clara y expresamente lo establece el inciso 2º del
artículo 6º de los mencionados estatutos procesales
penales vigentes, según atrás se dilucidó, todo lo cual
obliga al funcionario judicial a efectuar la
correspondiente ponderación de los preceptos sucesivos
o coexistentes, con el propósito de seleccionar el más
favorable al incriminado.
Una tal ponderación, inherente a la aplicación de los
principios entendidos como mandatos de optimización,
se traduce en hacer efectivo el principio pro homine, en
virtud del cual se coloca a la persona humana como
valor superior y primero y torna efectiva la concepción
antropocéntrica de la Carta Política, también llamada
dogmática ius humanista, que igualmente se materializa
frente a otros fenómenos jurídicos, tales como: limitar lo
menos posible y sólo en cuanto sea necesario el derecho
fundamental de libertad personal (principio favor
libertatis), resolver la duda a favor del sindicado
(principio in dubio pro reo), presumir la inocencia del
procesado hasta que obre decisión definitiva
ejecutoriada por cuyo medio se declare su
responsabilidad (principio de presunción de inocencia),
no agravar la situación del condenado cuando tenga la
condición de impugnante único (principio non reformatio
in pejus), aplicar la analogía sólo cuando sea beneficiosa
al incriminado (analogía in bonan partem) y preferir en
caso de conflicto entre distintas normas que consagran o
desarrollan derechos fundamentales la que resulte
menos gravosa en punto del ejercicio de tales derechos
(cláusula de favorabilidad en la interpretación de
derechos humanos), entre otros.
En punto del principio de favorabilidad la Ley 906 de
2004 podría ser aplicada con efectos retroactivos
respecto de situaciones anteriores a su vigencia
cobijadas por una legislación que aún se encuentra en
vigor (Ley 600 de 2000), siempre que ello no comporte
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afectación de lo vertebral del sistema acusatorio, esto es,
de aquellos rasgos que le son esenciales e inherentes y
sin los cuales se desnaturalizarían tanto sus postulados
y finalidades como su sistemática."
3.- Visto lo anterior, al tener el artículo 38, parágrafo 1°
de la Ley 906 de 2004 carácter de norma sustancial y al derivar
de él una ventaja real para el sentenciado, representada en el
mayor acceso que le brinda a la administración de justicia, para
efectos de la ejecución de la sentencia que en la actualidad
cumple, se impone la aplicación inmediata de dicho precepto, en
aplicación del principio de favorabilidad.
Resta señalar que el carácter favorable de la norma que
acá se predica, guarda estrecha relación con la fase de ejecución
de la sentencia en la que se encuentra el presente trámite, en el
entendido que el sentenciado no puede ya considerarse como
aforado constitucional, en tanto tal prerrogativa tiene cabida en su
investigación y juzgamiento, de donde deriva más ventajoso que
los asuntos atinentes al cumplimiento de la pena a que fue
sometido, se adelanten con arreglo a las previsiones de la Ley
906 de 2004.
En mérito de lo expuesto, la CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA, SALA DE CASACIÓN PENAL,
RESUELVE:
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1.- DISPONER la aplicación inmediata del artículo
38, parágrafo 1° de la Ley 906 de 2004, conforme las razones
expuestas en la anterior motivación.
2.- DECLARAR que la vigilancia de la ejecución de la
pena impuesta al doctor ARNALDO JOSE ROJAS TOMEDES,
compete en primera instancia a los Juzgados de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá y en segunda instancia
a esta Corporación Judicial.
3. ORDENAR la remisión del proceso a la oficina de
reparto a los Juzgados de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de Bogotá.
4. DEJAR al doctor ARNALDO JOSE ROJAS TOMEDES
a disposición del Juzgado a quien corresponda conocer del
asunto, haciéndole saber que en la actualidad cumple la sentencia
en su domicilio, ubicado en la Calle 61 N° 72-55, interior 5,
apartamento 303 de esta ciudad.
Notifíquese y cúmplase,
MARINA PULIDO DE BARÓN
SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ
ALFREDO GÓMEZ QUINTERO
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ÉDGAR LOMBANA TRUJILLO
JORGE LUIS QUINTERO MILANÉS
ÁLVARO ORLANDO PÉREZ PINZÓN
YESID RAMÍREZ BASTIDAS
MAURO SOLARTE PORTILLA
TERESA RUIZ NÚÑEZ
Secretaria
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