Nº 29, mayo de 2014 Doctrina El principio de independencia del administrador concursal en el concurso consecutivo la Ley de Auditoría de Cuentas (TRLAC), en la que nos vamos a basar para desarrollar este comentario. N Aurelio Gurrea Chalé Titulado mercantil, abogado, economista y auditor Socio de Dictum Abogados 2 o hay una definición precisa sobre la independencia. El diccionario de la Real Academia Española la define como cualidad o 1 condición de independiente, es la antinomia de la dependencia; pero siendo una condición o cualidad absolutamente importante en la labor a realizar por la administración concursal, es extraño que la Ley Concursal (LC) no desarrolle, no ya un régimen legal de independencia como en el caso de los auditores, sino al menos un artículo dedicado a ésta en el Estatuto Jurídico de los Administradores Concursales o, tal vez, unos párrafos dentro del artículo 35 dedicado al ejercicio del cargo. La Ley solo se limita a hacer una pequeña cita en su artículo 27.2º segundo párrafo, cuando dice que «también podrá designarse a una persona jurídica en la que se integre, al menos, un abogado en ejercicio y un economista, titulado mercantil o auditor de cuentas, y que garantice la debida independencia y dedicación en el desarrollo de las funciones de administración concursal.» Si hay un texto que explique con profundidad y claridad lo que se entiende por independencia en el sentido que aquí nos interesa, así como la forma de preservarla, es 1 En este caso, podemos entender por independencia la ausencia de intereses o influencias que puedan menoscabar la objetividad del administrador concursal 2 en la realización de su trabajo. Es lo que constituye el soporte fundamental de demostración de la objetividad y, por ello, debe abstenerse de actuar o, en su caso, poner de manifiesto al juez, la concurrencia de relaciones, situaciones o servicios que amenacen o comprometan su independencia. Algunas de estas situaciones o amenazas están recogidas en el artículo 3 28 de la LC cuando se refiere a las incapacidades, No deja de ser una definición tautológica. O lo que es lo mismo, la repetición de un mismo pensamiento a través de distintas expresiones. El Real Decreto 1517/2011, de 31 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento que desarrolla el texto refundido de la Ley de Auditoría de Cuentas, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2011, de 1 de julio establece en su artículo 43.2: «Se entiende, en todo caso, por independencia la ausencia de intereses o influencias que puedan menoscabar la objetividad del auditor en la realización de su trabajo de auditoría». 3 Artículo 28. Incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones. 1. No podrán ser nombrados administradores concursales quienes no puedan ser administradores de sociedades anónimas o de responsabilidad limitada, ni quienes hayan prestado cualquier clase de servicios profesionales al deudor o a personas especialmente relacionadas con éste en los últimos tres años, incluidos aquellos que durante ese plazo hubieran compartido con aquél el ejercicio de actividades profesionales de la misma o diferente naturaleza. Tampoco podrán ser nombrados administradores concursales los que, reuniendo las condiciones subjetivas previstas en el apartado 1 del artículo 27, se encuentren, cualquiera que sea su condición o profesión, en alguna de las situaciones a que se refiere el artículo 51 de la Ley 44/2002, de 22 de noviembre, de Medidas de Reforma del Sistema Financiero, en relación con el propio deudor, sus directivos o administradores, o con un acreedor que represente más del 10 % de la masa pasiva del concurso. …//… 6. No podrá ser nombrado administrador concursal quien, como experto independiente, hubiera emitido el informe al que se refiere el número 2.º del artículo 71.6 de esta ley en www.dictumabogados.com Nº 29, mayo de 2014 incompatibilidades y prohibiciones. No obstante, existen otras, como la intimidación o amenaza física, la familiaridad o confianza por la influencia y proximidad excesiva derivada de las características, condiciones y circunstancias de la relación con el deudor –o con sus socios, administradores o directivos, e incluso con acreedores relevantes–, relación financiera o de otra índole, que pueden inducir a un tercero a concluir o cuestionar que el administrador concursal no es imparcial o independiente en el desarrollo de su trabajo. Si las medidas de salvaguarda que establece el administrador concursal no son suficientes para realizar su trabajo con objetividad, debe acudir al juez y denunciar los hechos que le impiden realizar su función con la debida independencia. 4 Respecto a la independencia, FERRÉ se pregunta y responde con la siguiente reflexión: «¿Cuáles son los beneficios de la independencia de los administradores concursales? La ausencia de conflictos de interés en el administrador concursal lo convierte en un profesional más libre y sin ataduras con las partes que intervienen habitualmente en el proceso. Desde esa libertad e independencia, el administrador concursal adoptará sus decisiones tomando como único referente el cumplimiento de la Ley para conseguir un mayor retorno para los acreedores, procurando así a la eficacia de la legislación concursal.» El mediador concursal/administrador concursal Un mediador concursal que fracase en su labor mediadora no es ajeno a conflictos de intereses con las partes, al menos con una de ellas, si no con las dos: con el deudor, porque éste vea que se inclina más por lo que proponen los acreedores que por sus propios intereses; con los acreedores, porque pueden haber visto que el mediador haya optado más por la tesis del deudor que por la de ellos; y con las dos partes, porque el plan de pagos presentado por el propio mediador no haya resultado satisfactorio para ambas, de ahí que pueda sobrevenir el fracaso en la negociación Neutralidad ¿Puede ser neutral el mediador nombrado administrador concursal en el concurso consecutivo? relación con un acuerdo de refinanciación que hubiera alcanzado el deudor antes de su declaración de concurso. 4 FERRÉ, J. La administración concursal: problemas actuales y propuestas de reforma. En AAVV. Reflexiones para la reforma concursal. Valentín Cortés (Dir.) Editorial Reus, S.A. Madrid, 2010, pág. 213. Podría serlo, pero también no serlo. No hay que olvidar que, como persona que es, está sujeta a sentimientos negativos por el fracaso de su mediación y puede que trate de culpar, en su fuero interno, a la parte que no le haya permitido el buen fin de la negociación, más aún, teniendo en cuenta que en el concurso consecutivo no va a percibir retribución alguna (art. 242.2-1ª LC). Con esos pensamientos, este profesional está perdiendo la neutralidad y la objetividad. Confidencialidad El artículo 236.1 LC prevé que el mediador concursal remita a los acreedores un plan de pagos acompañado de un plan de viabilidad. No cabe duda de que el mediador debe tener acceso a todos los datos de la actividad económica de la empresa y a todo aquello que implique su situación patrimonial y financiera: contratos en vigor, obligaciones contraídas, recursos de que disponga, etc., para poder realizar dicho plan de viabilidad y plan de pagos. Estos conocimientos estarían comprendidos en el deber de confidencialidad 5 del artículo 9.1 de la Ley de Mediación (LM). También es cierto que el artículo 9.2 de la LM establece una exoneración del deber de confidencialidad a favor del mediador, previa autorización escrita de las partes, pero… pongámonos en el lugar de un deudor no muy “ortodoxo” en la gestión de su empresa, ¿le va a facilitar toda la documentación necesaria para el plan de pagos y de viabilidad si sabe que ésta puede ser utilizada para actuar en acciones de reintegración o en sede de calificación? Y si se la facilita, ¿le va a firmar el documento de exoneración de confidencialidad al mediador? No cabe duda que estamos ante hechos que comprometen seriamente el principio de independencia del profesional que actúa como administrador concursal en el concurso consecutivo. Y lo mismo que, cuando fracasa un mediador ordinario, el conflicto debe resolverse ante un órgano judicial independiente, en el caso del concurso consecutivo, el administrador concursal debería ser distinto al mediador, al menos, por razones de “higiene” ética o deontológica. Por último, estoy pensando en el mediador “listo” que no quiere llevar el concurso consecutivo porque no va a cobrar y alega falta de independencia para que no le designen. Bueno… esto es otra cosa. 5 Así lo entienden también los jueces de lo mercantil de Madrid en reunión celebrada el 11 de octubre de 2013. www.dictumabogados.com